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Fuentes y Servicios de información II – Bibliotecólogo

Profesora: Ana Ayala – Año 2022

Bloque II
Unidad 3. Las fuentes de información especializadas. Tipos. Características.
Sistemas de información Académica y Científica en Acceso Abierto. Concepto.
Tipos. Características. Criterios para evaluar fuentes de información.

Tal como hemos mencionado en la Unidad 1, las Unidades de Información especializadas


se caracterizan por abordar una temática específica en profundidad. Sus usuarios suelen
ser conocedores del tema a cabalidad, por eso hablamos de usuarios especializados en un
área del saber. Por lo general, dichos usuarios están estrechamente vinculados a la
investigación y por ende, a la producción de conocimiento. Recordemos, según lo visto en
la unidad 2, que la producción científico-académica es indispensable para su validación
entre la comunidad de pares. Pero esta producción de conocimientos no puede realizarse
sin las investigaciones previas que den como resultado un nuevo conocimiento. El proceso
de la investigación se sostiene en conocer todo lo que ya se ha investigado sobre el tema
en cuestión, es decir, el estado del arte, ya sea para apoyarse en lo ya conocido y generar
un nuevo conocimiento o para refutar el ya existente, siempre demostrándolo con método
científico.
Las fuentes de información especializadas que se utilizan en el servicio de referencia
especializada tendrán entonces un tema definido. Pero en cuanto a la clasificación que
usted ya conoce, se mantienen las mismas características.
Repasemos una clasificación posible propuesta por Carrizo Sainero1

Según el soporte
Impresas

Audiovisuales
Mecanizadas

Virtuales

Según el acceso al
Inmediata, puntual y precisa
contenido

Mediata o diferida

Largamente diferida

Según el nivel
Primarias
informativo o el grado
de originalidad
Secundarias

Terciarias

Según la facilidad de Publicadas


acceso

Inéditas

Reservadas
En cuanto a la clasificación en la que hacemos foco en el servicio de información o referencia
(según el nivel informativo o el grado de originalidad), nos orientaremos con la
clasificación propuesta por Susana Romanos de Tiratel (1996)
Fuentes primarias secundarias Fuentes terciarias

Colección de referencia:
fuentes bibliográficas

Macromundo Micromundo
Bibliográfico Bibliográfico
Contenidos Guías de obras de
Libros (monografías) corrientes referencia general
Publicaciones Bibliografías: Índices de
seriadas (como internacionale citas Bases Manuales de
s, nacionales,
unidad) Artículos de de datos referencia general
especiales,
publicaciones generales, bibliográficos
periódicas especializad
Bases de datos Bibliografías de
as,
Publicaciones bibliográficos bibliografías
comerciales,
con resúmenes
oficiales exhaustivas,
selectivas.
Publicaciones de
congresos y

conferencias Catálogos

Patentes Colección de referencia:


Normas fuentes no bibliográficas
1
Carrizo Sainero, G. (coord). (2000). Manual de Fuentes de Información. Madrid: CEGAL.

Leyes y decretos
Fotografías
Partituras
Diccionarios
Musicales Fuentes
Películas Enciclopedias
(filmaciones) geográficas: atlas,
Grabaciones Fuentes diccionarios
sonoras Etc.
biográficas geográficos, guías
Fuentes de turísticas
información
factual: anuarios,
almanaques
mundiales,
directorios, fuentes
estadísticas.
A continuación, analizaremos sucintamente algunas fuentes de información que pueden
sernos útiles en una UI especializada. Además, como podrá ver a continuación, en este tipo
de bibliotecas las fuentes de la colección de referencia más utilizadas son aquellas que
Romanos de Tiratel denomina fuentes bibliográficas (macro y micro mundo
bibliográfico)

Fuentes especializadas primarias

∙ Monografías: libros cuyo contenido responde a un área específica de conocimiento y


es fruto de investigaciones de uno o más especialistas. Deben ser fruto de estudios
e investigaciones que utilicen el método científico.

Si bien las investigaciones científicas utilizan el artículo de la publicación periódica


como órgano predilecto de comunicación, la publicación de los libros no debe
desestimarse como una fuente de información especializada con alto grado de
originalidad. También hay que tener en cuenta que las áreas del conocimiento
correspondientes a las ciencias sociales y humanísticas siguen utilizando la
publicación monográfica como instrumento de comunicación y lo hacen en mayor
medida que las áreas de conocimiento de las ciencias duras y exactas.

∙ Ensayos científicos: son tratados científico-profesionales de tipo analítico-reflexivo


sobre un determinado tema o asunto en el que se abordan distintos puntos de vista
para su estudio y futura investigación, por ello que carece de la extensión y
pretensión de una monografía científica. A diferencia del artículo científico, el ensayo
suele estar escrito en primera persona.

∙ E-prints: Publicación académica digital de un documento de investigación (como un


artículo de revista, capítulo de un libro, paper de una conferencia o parte de una
tesis), que puede ser accesible en línea. También se denomina E-print a la versión
electrónica de los preprints o artículos científicos en versiones tempranas, es decir,
aquellos artículos que han pasado por un proceso de revisión pero que esperan para
ser publicados finalmente en una publicación tradicional.

∙ Actas de congresos - recopilaciones de ponencias, seminarios, jornadas, reuniones,


comunicaciones, simposios o preprints en forma de volumen monográfico, puede ser
impreso, digital o estar disponible en línea. Pero recuerde que este tipo de
información es la denominada literatura gris, por tanto, deberá “rastrear” cuál es la
institución organizadora del congreso para acceder a dicha fuente.

∙ Normas y estándares: Publicaciones normalizadas y corroboradas por las principales


organizaciones nacionales e internacionales para determinar metodologías
unificadas para abordar múltiples objetos de trabajo, estudio e investigación.
Ejemplos:
o ISO International Organization for Standardization [Internacional]. Disponible
en: http://www.iso.org/
o AENOR Asociación Española de Normalización y Certificación [España].
Disponible en: http://www.aenor.es/ Esta organización es la encargada de la
edición de la CDU, por ejemplo

∙ Patentes y modelos de utilidad - Publicaciones contenedoras de invenciones y


técnicas de aplicación o uso de la ciencia, basada en la experimentación y cuyo
propósito principal es su protección intelectual y de propiedad a nivel nacional e
internacional, de forma que pueda regularse su explotación legal e industrial.

∙ Artículos científicos: Son artículos que se publican en revistas científicas o


académicas, generalmente editadas o respaldadas por organizaciones que se
dedican a la investigación y posterior producción de conocimiento (laboratorios,
universidades, etc.). Los artículos científicos tienen un formato particular que,
aunque puede variar, por lo general se compone del título del trabajo, el autor o los
autores con sus respectivas filiaciones, es decir, la organización para la cual
trabajan, un resumen (en inglés y en el idioma del autor o el idioma en el que esté
publicada la revista), introducción (muchas veces incluye el estado del arte, marco
teórico y la fundamentación), objetivos, metodología utilizada para el experimento o
investigación, resultados y conclusiones de la investigación. En la asignatura
Metodología de la investigación profundizará este tema.
Tenga en cuenta que, por ende, también serán fuentes primarias las revistas
científicas, publicaciones periódicas o seriadas que contienen dichos artículos. ∙ Tesis
doctorales: se trata de un trabajo escrito con determinados requisitos que un
aspirante a doctor entrega a la universidad que le otorgará dicho título, una vez
aprobado el trabajo escrito y su defensa oral ante un tribunal de evaluación y,
generalmente, en un acto público.

∙ Artículos de divulgación - Contenidos formativos e informativos de las novedades en


un determinado área de conocimiento generalmente destinados a un público no
especializado, pero sí interesado en abordar de forma simple las principales
investigaciones científicas. Pueden ser muy utilizados por los docentes que deben
enseñar realizando una transposición didáctica de los contenidos.

Fuentes especializadas secundarias

∙ Directorios: por lo abordado en Fuentes y Servicios de Información I, usted


recordará que los directorios pueden ser listas de personas, de instituciones, de
publicaciones o de bases de datos.
Aquí le compartimos algunos ejemplos en línea:

-DOAJ Directory of Open Access Journals. Disponible en: http://doaj.org/ . Se trata de un


directorio de revistas de Acceso Abierto.
-UNAM. 2015. REDALYC Red de Revistas de América Latina y el Caribe, España y
Portugal. Sistema de Información Científica. Disponible en: http://www.redalyc.org/ La
plataforma Redalyc, impulsada por la Universidad Autónoma del Estado de México desde
el año 2003, tiene como objetivo principal desarrollar una base de datos electrónica de
contenido académico y de acceso abierto, que aglutine la principal producción científica
de Iberoamérica, que permita incrementar su visibilidad y contribuir a la difusión de la
actividad científica que se produce en la región, así como cubrir las necesidades de
información especializada para tomadores de decisiones en materia de desarrollo
científico y tecnológico. (La clasificación también nos puede permitir considerar esta
fuente como una base de datos)
-Cámara Argentina del Libro. Directorio de editoriales. Disponible en
http://www.camaradellibro.com.ar/catalogos/PDF/Conabip2017_Direct_Contra.pdf Directorio
de laboratorios privados de investigación y desarrollo de Barcelona. Disponible en:
http://www.expansion.com/empresas-de/servicios-comerciales/laboratorios-de investigacion-
y-desarrollo/barcelona/
∙ Índices de citas: son obras que permiten relacionar las fuentes de información citantes y
citadas y, por tanto dan a conocer el número o cantidad de referencias y envíos de unas
investigaciones a otras, permitiendo el estudio de su trascendencia, valoración y
evaluación por parte de la comunidad científica en el avance de una ciencia. Se los utiliza
como indicadores de calidad de los documentos. Los de mayor calidad serían los más
citados. Es un indicador de calidad que se utiliza para los artículos y para evaluar a los
autores.
Un ejemplo es el Web of Science que a su vez incluye otros índices por ramas del
conocimiento.

∙ Índices de impacto: son fuentes que establecen la relación de fuentes de información y su


coeficiente de impacto relativo a su nivel de citación y referenciación con respecto a
terceros trabajos, en comparación con el resto. A diferencia del índice de citas, el índice
de impacto mide la calidad de las publicaciones (revistas científicas)
Un ejemplo de índice de impacto es el Journal Citation Reports. Se trata del indicador de
calidad más conocido y valorado por los organismos de evaluación de la actividad
investigadora. Mide el impacto de una revista en función de las citas recibidas por los artículos
publicados y recogidos en la Web of Science (WOS).

JCR tiene dos ediciones anuales, JCR Science Edition y JCR Social Sciences Edition. La
ventana de publicación es de dos años retrospectivos, aunque existe un Factor de Impacto
con los datos de 5 años atrás. Esta herramienta no mide el factor de impacto para Arte y
Humanidades, salvo para Historia y Lingüística.

Nº de citas en 2017 recibidas por los artículos que se


publicaron entre 2015 y 2016
Factor de impacto 2018 =
Total de artículos publicados en 2015 y 2016 El
factor de impacto es muy utilizado para medir la calidad de las revistas y establecer su
lugar en el ranking mundial, clasificándolas por cuartiles.

Para comprender mejor la utilidad de estos dos últimos índices, es importante que
comprendamos algunos conceptos esenciales vinculados a la Bibliometría. Para ello, le
proponemos que lea el siguiente texto:
Ardanuy Baró, J. (2012). Breve introducción a la bibliometría. La base de datos scopus
y otros e-recursos del CBUES como instrumento de gestión de la actividad investigadora; 1.
Recuperado de
http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/30962/1/breve%20introduccion%20bibliometri
a.pdf

Al leer, haga foco en los conceptos bibliometría e indicadores de visibilidad o impacto. Lea
con atención y remarque aquello que no comprende. Tenga una actitud proactiva y
busque en fuentes y obras de referencia información que pueda orientarla/o. Si aun así
no lograr comprender de manera introductoria estos conceptos, no dude en preguntar a la
docente.

∙ Bibliografías: Como obra de referencia, una bibliografía es una lista ordenada de fuentes
de información realizada de acuerdo con ciertos requisitos preestablecidos y que asume
distintas formas según el tipo de datos y de materiales incluidos. La bibliografía, como
obra de referencia siempre estará constituida por el “asiento bibliográfico” que describirá
el documento o material incluido, complementado y enriquecido por otros datos tales
como anotaciones, reseñas críticas y resúmenes. Las bibliografías pueden ser
internacionales, nacionales, especiales, generales, especializadas, comerciales,
exhaustivas, selectivas, etc. Ya profundizaremos sobre el concepto de la bibliografía y la
técnica para su compilación.

∙ Boletines de resúmenes, también llamados Abstracts: se trata de publicaciones


especializadas en la selección de resúmenes o abstracts de revistas o artículos de revistas
y monografías especializadas en una determinada temática. Suelen ser publicados con
cierta periodicidad, por tanto, también son publicaciones periódicas.
Vea el siguiente ejemplo de un boletín de resúmenes elaborado por el Centro de Información
Territorial de Aragón: http://www.boa.aragon.es/cgi-
bin/IDOT/BRSCGI?CMD=VEROBJ&MLKOB=889052460101. Observe que es una

publicación periódica porque el ejemplo corresponde al número 7 de noviembre de 2012. ∙


Boletines de sumarios, también llamados Índices o Contenidos Corrientes: se trata de
publicaciones especializadas en la selección de contenidos. Recopilan las tablas de
contenidos, sumarios o índices de publicaciones especializadas en determinada temática.
Suelen ser publicados con cierta periodicidad, por tanto, también son publicaciones
periódicas.
Observe el siguiente ejemplo del Boletín de sumarios del Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales de España: http://www.cepc.gob.es/centro-de
recursos/biblioteca/boletindesumarios.

A continuación y dentro del mismo tópico de fuentes especializadas, vamos a indagar


especialmente en los denominados Sistemas de Información Científica (SIC), que
también son fuentes secundarias que recopilan información original, primaria ¿Por qué
pondremos el foco en estos sistemas? ¿No basta con buscar información en un buscador
o motor de búsqueda como Google, Opera y otros?
No, no alcanza con la búsqueda que podemos realizar por medio de motores de
búsqueda generales, dado que no indizan y por tanto no recuperan todo lo que está
accesible a través de la Web. Por ello hablamos de Web visible y Web invisible o
profunda. Los recursos de información de la Web visible, según muchos autores solo
indizan el 1% de la información disponible en línea.
En cambio, ¿qué información se encuentra en la Web profunda o invisible? ∙ Los registros
concretos de las Bases de datos. No se puede acceder a ellos usando un buscador
general, aunque sí estén disponibles desde una interfaz Web. ∙ Documentos en
formatos menos comunes o extendidos. Los formatos más comunes serían HTML,
PDF, MS-Word, MS-Excel, MS-Power Point, RTF, etc.

∙ Sitios Web que por expreso deseo de sus propietarios o creadores no son indizadas
por los motores de búsqueda generales.

∙ Sitios Web que, para acceder a la información del mismo requieran loguearse (usuario
y contraseña), aun cuando dicha información sea gratuita.

∙ Sitios Web que se sitúan en servidores abiertos pero a los cuales no se puede acceder
desde ningún enlace exterior. Estos sitios no son visitados por los sistemas
denominados robots (porque se encargan de rastrearlos y recuperarlos para
hacerlos visibles) y por tanto no son indizadas. Se los conoce como sitios
“islas”.
Luego también está la Web privada a la que solo tienen accesos usuarios concretos que
pertenecen a determinada organización. Por ejemplo información que circula por una
red interna (Intranet) de una organización. Esa información no es accesible a través de
los motores de búsqueda para el acceso común.
Por tanto, los Sistemas de Información nos ayudan a acceder a la denominada Web
profunda para hallar información valiosa que no es posible recuperar desde buscadores
o metabuscadores generales.
Comencemos por definir de manera simple e intuitiva qué es un Sistema de Información.
Un sistema de información tiene siempre tres componentes: una entrada, un proceso o
tratamiento y una salida. En el caso de los sistemas de información, la entrada puede ser
el pedido o la necesidad de información que se le requiere al sistema, que, si es un sistema
automatizado, procesará buscando reunir ciertos temas pero dejando por fuera otros que
no tengan que ver con el pedido que se le hace. Y la salida será la información recuperada,
que en situaciones ideales será información pertinente, o sea, justo aquello que se
necesitaba.
¿Y con qué sistemas de información automatizados y en línea nos podemos encontrar?
Por un lado, tenemos el tipo de Sistema de Información Base de Datos (BD). Pero dentro
del universo de las BD hay particularidades.
Repasemos qué es una Base de Datos. Rosa Monfasani (2013, p.78) propone la siguiente
definición: ‘conjunto de información estructurada y organizada, que se encuentra
almacenada en un soporte electrónico, legible por computadora, que posibilita su posterior
recuperación. Está compuesta por registros, cada uno de los cuales posee campos que
contienen los datos de un recurso de información’, que puede ser un libro, una revista, una
partitura, una pintura, etc. Es decir, un recurso de información sería un documento:
información registrada en algún soporte (papel, digital, cinta magnética, etc.)
Veamos los registros que se recuperaron a través de una búsqueda en la Base de Datos
denominada BVS: Biblioteca Virtual en Salud https://bvsalud.org/es/
Tengamos en cuenta que cuando decimos registros nos referimos al conjunto de datos que
identifican un documento, también llamado ítem o recurso de información. Los registros
bibliográficos en un sistema automatizado reemplazan a las fichas catalográficas del
antiguo catálogo manual (fichero)
Ahora veamos un registro y sus campos. Para eso, seleccionamos (pinchando o clikeando)
uno de los registros y ahí lo vemos completo. Elegí un artículo de una revista cuyo título en
español es Detección precoz de los trastornos del desarrollo (parte 2): trastornos del
espectro autista. Autoría de Galbe Sánchez-Ventura, José; Pallás Alonso, Carmen Rosa;
Rando Diego, Álvaro; Sánchez Ruiz-Cabello, Francisco Javier; Colomer Revuelta, Julia;
Cortés Rico, Olga; Esparza Olcina, M Jesús; Gallego Iborra, Ana; García Aguado, Jaime;
Merino Moína, Manuel; Mengual Gil, José María.
Publicado en la revista Pediatr. aten. prim ; 20(79): 277-285, jul.-sept. 2018. tab,
graf Artículo en Español | IBECS | ID: ibc-180956. Pueden observar cómo se
visualiza.
Descripción de la imagen: se observa el registro bibliográfico completo con datos sobre el
documento, tales como título de la revista donde se publicó el artículo, idioma en el que está
escrito, la ubicación en la biblioteca, que está disponible a texto completo, en qué base de
datos se indiza, temas del contenido, etc.
Las Bases de Datos (BD) suelen almacenar gran cantidad de información. Para recuperar
aquella que uno necesita, el sistema BD ofrece recuperarla a través de diferentes puntos de
acceso.
Los puntos de acceso justamente son aquellos datos que indizadores y catalogadores
brindan a las/os usuarias/os para la recuperación de los recursos de información. Por
ejemplo: responsable (autor, compilador, director, etc.), título, términos o palabras clave que
representen el contenido del recurso de información de manera sucinta, etc.
La Biblioteca Virtual en Salud, para seguir con el mismo ejemplo, ofrece los siguientes
puntos de acceso (vías) que permiten especificar datos para la búsqueda:

Descripción de la imagen: aparece el formulario de búsqueda avanzada, con opciones


para combinar términos a través de operadores booleanos (un tema que abordaremos
más adelante). En una columna a la derecha se permite desplegar una serie de opciones
de puntos de acceso o vías por las cuales buscar, tales como título, resumen y asunto
todo junto, o bien título solo, autor, descriptor de asunto, asunto principal, calificador de
asunto, resumen, revista, fecha de publicación, país de publicación, límites de asunto,
país de afiliación del autor, identificador único.
¿Qué tipos de BD podemos encontrar?
Bases de datos bibliográficas: proveen referencias bibliográficas de los recursos de
información. También pueden proveer datos para localizarlos y habilitar el acceso a los
recursos primarios. Un claro ejemplo de este tipo de BD son los catálogos automatizados
de las bibliotecas.
¿Qué significa que provean referencias bibliográficas de los recursos de información?
Significa que nos brindan los datos que identifican y describen los recursos (documentos,
libros, revistas, material audiovisual, etc.) pero no nos ofrecen la posibilidad de acceder a
dicho recurso.
Veamos un ejemplo desde la base de dato (catálogo) de la Biblioteca Central de la
Provincia de Buenos Aires
En una búsqueda simple, coloqué el apellido de un autor italiano “PAVESE” que, como ya
vimos, para el sistema catálogo o base de datos bibliográfica es un punto de acceso. Me
arrojó, como resultado 32 registros. A continuación se ofrece una visualización de los
primeros registros que aparecen en la pantalla.

Si pincho o clickeo en alguno de ellos, ¿qué sucederá? ¿podré leer un libro de Cesare
Pavese? Probemos clickeando en el primero que figura en el listado recuperado:
¿Qué sucedió? Bien, la base de datos catálogo me permite ver el registro completo de un
recurso de información, en este caso de un libro que se titula Cartas, 1926-1950. Me dice
que es un tipo de documento o recurso “libro”, muestra algunos datos de pie de imprenta
(casa editora, fecha de publicación), me indica que está en la Biblioteca Central, en la
colección de préstamo y me dice exactamente dónde se ubica en el estante a través de la
signatura topográfica: 82-6 P 5 50727. Me avisa que el libro (recurso de información) está
disponible para retirarlo en préstamo. Y me brinda otros tantos datos que pueden servirme.
Sin embargo, el texto, las cartas de Pavese no están en texto completo aquí para que yo las
lea. ¿Por qué? Por varias razones, una es que ese recurso no es de acceso abierto, no tiene
licencias que permiten su uso, descarga, difusión. Todavía tampoco es de dominio público.
Los derechos de autor siguen vigentes.
Pero la razón que nos interesa ahora es que esta Base de datos / Catálogo no se propone
brindar acceso al contenido de cada recurso. El interés de un catálogo es organizar la
información física de una Biblioteca para indicar qué posee y en qué lugar físico de la
Bibliotea se encuentra a fin de encontrarlo para su préstamo in situ o a casa.
Bases de datos referenciales: proveen listas de centros o fuentes que poseen información.
Ejemplos de este tipo de BD son los catálogos colectivos (en un solo lugar o dirección online
confluyen catálogos de varias instituciones) o los directorios, que son listados ordenados
que en vez de referenciar recursos de información (libros, revistas, etc.), referencian
instituciones o sistemas completos de información.
Observe el siguiente ejemplo: http://roar.eprints.org/. Es una base de datos que describe y
localiza Repositorios de Acceso Abierto (ROAR, por su sigla en inglés: Registry of Open
Access Repositories). Se trata de una base de datos internacional que indexa la creación,
ubicación y crecimiento de los repositorios institucionales de acceso abierto y sus
contenidos. ¿Se acuerdan que en el primer conversatorio mencionamos a los repositorios
institucionales argentinos de organizaciones estatales que producen conocimiento? Bases
de datos no bibliográficas: se trata de sistemas cuyos recursos de información son
imágenes, mapas, gráficos, es decir información no textual. Observe el siguiente ejemplo:
http://atvs.ii.uam.es/atvs/BIOGIGA_database.html Se trata de una BD que alberga
imágenes corporales. Para mayor información sobre el uso de dichos datos puede leer el
siguiente artículo: Moreno-Moreno, M; Fierrez, J.; Tome, P; Vera Rodríguez, R. Parrón, J. &
Ortega-García, J. (2009). Biogiga: base de datos de imágenes sintéticas de personas a 94
GHZ con fines biométricos. Revista Avances en Sistemas e Informática 6(2), pp.167-184.
Disponible en: https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/665403/biogiga_moreno
moreno_URSI_2011.pdf?sequence=1
Bases de datos de texto completo: brindan acceso al contenido completo o en parte de
los recursos de información. También suelen aportar las referencias bibliográficas de dichos
recursos. Un ejemplo de este tipo de bases de datos son los repositorios de acceso abierto.
Observe el siguiente ejemplo: http://sedici.unlp.edu.ar/. Se trata del repositorio de la
producción de la Universidad Nacional de La Plata.
Bases de datos factuales: proporcionan datos sobre series cronológicas, entradas de
directorios, información de tipo estadística, información numérica o alfanumérica y la fuente
de donde se recuperó dicha información. Observe el siguiente ejemplo:
https://www.ilo.org/public/spanish/bureau/stat/info/dbases.htm . Es una BD estadística de la
Organización Internacional del Trabajo.
Recordemos que todas las Bases de Datos son Sistemas de Información. Ahora bien,
hay Sistemas de Información que contienen información científica o académica. Según
Abadal, E. & Codina, L. (2018) “Un Sistema de Información Científica (sic) es un conjunto
de elementos interrelacionados en el servicio del procesamiento de documentos
científicos con el objetivo de satisfacer necesidades de información de sus usuarios” (p.
162).

¿Por qué nos interesan particularmente estos SIC? Porque al depender de organizaciones
que generan o tutelan información académica y científica, dicha información está sometida
a la evaluación y validación de pares investigadores. Esos pares serán los encargados de
avalar el material, refutarlo o incluso denunciarlo por plagio, si fuera el caso. Para quienes
trabajamos en bibliotecas y espacios similares, acceder a sistemas de información científica
nos permite saber que dicha información tiene “vedores o auditores” especialistas en cada
materia, lo cual respalda de alguna manera la calidad de dichas publicaciones.
Por ejemplo, en un sistema de información llamado repositorio institucional de una
universidad podemos encontrar varios tipos de documentos o recursos de información.
Entre ellos, podemos encontrarnos con tesis. Las tesis son trabajos de investigación que,
de aprobarse, le permiten al / a la tesista obtener un título (puede ser una licenciatura, un
magister, un doctorado o un post doctorado). Cada tesista es acompañado durante el
proceso de elaboración de su tesis por un tutor o director de tesis que, por lo general es
un/a docente con experiencia en el tema de tesis y con experiencia como investigador/a.
El/la director/a aprobará la tesis si cumple con las condiciones que la casa de estudios
solicita para tal fin, pero además deberá adecuarse a un método de investigación. Una vez
que el/la directora/a apruebe la tesis, se enviará la misma a un grupo de evaluadores
(también investigadores y muchas veces docentes). Una vez pasada esa instancia, y
aprobada la tesis por director/a y evaluadoras/es, por lo general se conforma un nuevo
espacio de evaluación donde la/el tesista deberá defender públicamente su tesis ante un
jurado evaluador y, muchas veces, delante de personas externas que decidan asistir. (Por
lo general, asisten amigas/os y familiares del tesista, pero bien podría acceder cualquier otro
interesado). Es decir, que una vez defendida y aprobada la tesis recién se publicaría la
misma en el repositorio institucional. A esta altura estamos en condiciones de afirmar que,
mal o bien, ese documento tesis tendrá un mínimo nivel de calidad académica que permitió
su aprobación. Por tanto, desde la Biblioteca podemos tener cierta calma al saber que si
sugerimos dicho material a nuestras/os usuarias/os, estamos ofreciendo un material que ha
pasado por ciertos “chequeos” de expertas/os en el tema.

¿Vemos qué Sistemas de Información Científica existen?

Los portales de revistas que, técnicamente también son Bases de Datos pero suelen tener
una especificidad, ya que los portales de revistas suelen estar ligados a una gran editorial
concreta, mientras que las BD propiamente dichas son multieditoriales. Ejemplos de portales
de revistas de Acceso Abierto son Scielo, Redalyc, eRevistas, Latindex, Dialnet, Portal de
revistas de la Universidad Nacional de Córdoba, Núcleo Básico de Revistas de Conicet
(Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) Aquí, las URL de cada uno de
los ejemplos:
Scielo en español: (Scientific Electronic Library Online)
https://scielo.org/ Scielo Argentina: http://www.scielo.org.ar/scielo.php
Scielo España: https://scielo.org/es/
SciELO es un modelo para la publicación electrónica cooperativa de revistas científicas en
Internet. Especialmente desarrollado para responder a las necesidades de la
comunicación científica en los países en desarrollo y particularmente de América Latina y
el Caribe, el modelo proporciona una solución eficiente para asegurar la visibilidad y el
acceso universal a su literatura científica, contribuyendo para la superación del fenómeno
conocido como 'ciencia perdida'. Además, el Modelo SciELO contiene procedimientos
integrados para la medida del uso y del impacto de las revistas científicas.

SciELO es el producto de la cooperación entre FAPESP (http://www.fapesp.br ) - la


Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de São Paulo, BIREME
(http://www.bireme.br) - Centro Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias
de la Salud, así como instituciones nacionales e internacionales relacionadas con la
comunicación científica y editores científicos. Un proyecto piloto, envolviendo 10 revistas
brasileñas de diferentes áreas del conocimiento, fue llevado a cabo con éxito entre Marzo
de 1997 y Mayo de 1998, con el desarrollo y la evaluación de una metodología adecuada
para la publicación electrónica en Internet. Desde junio de 1998 el proyecto opera
regularmente, incorporando nuevos títulos de revistas y expandiendo su operación para
otros países. A partir de 2002, el Proyecto cuenta con el apoyo del CNPq
(http://www.cnpq.br) - Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico.

Redalyc: www.redalyc.org
eRevistas: https://ddd.uab.cat/pub/ciencies/ciencies_a2012m3n21/suplement/index.html.4
Latindex: Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América
Latina, el Caribe, España y Portugal. https://www.latindex.org/latindex/inicio Dialnet:
https://dialnet.unirioja.es/ Además de indizar revistas y artículos de revistas, contiene
libros (algunos a texto completo, otros solo su resumen), tesis y ponencias de congresos.
Es un sitio sostenido por la Universidad de La Rioja, España Portal de revistas de la
Universidad Nacional de Córdoba: https://revistas.unc.edu.ar/ Núcleo Básico de revistas
de Conicet: http://www.caicyt-conicet.gov.ar/sitio/comunicacion cientifica/nucleo-
basico/revistas-integrantes/
Estos son solo algunos ejemplos de portales de revistas en Acceso Abierto. ¿Quién
descubre qué otros portales de este estilo existen?
Ejemplos de portales de revistas por suscripción (o sea, pagos, o sea que no adhieren al
Acceso Abierto) Springer Link, Emerald Insight, Sage Journals, Taylor & Francis online.

Motores de búsqueda académicos o buscadores académicos: se trata de sistemas que


se denominan de tipo araña o spiders. Es decir, recuperan información de otros sitios, no
propia. Por ello no son bases de datos. Aparecieron en los 2000. Siguen el modelo de
funcionamiento del motor de búsqueda Google (el Google común o general), pero a
diferencia de éste, su colección se restringe a documentos científicos. El precursor fue
Scirus, creado por la empresa holandesa Elsevier. Hoy Scirus no existe más. ¿Qué ejemplos
actuales existen? Google Scholar https://scholar.google.com/, Microsoft Academic
https://academic.microsoft.com/home por citar dos de los más conocidos.

Repositorios: son depósitos que almacenan, de manera digital, documentos, que pueden
ser académicos o no. Su impulso está dado esencialmente por las instituciones que
adhieren y favorecen el Acceso Abierto a la información científica. Se alimentan a través
de la llamada Vía Verde o autoarchivo. Esto significa que son las/os propia/os autora/es
la/os encargados de poner a disposición su producción en dichos repositorios de manera
voluntaria.

Los repositorios son indexados por Google Scholar (Google Académico) y también por
recolectores (más adelante se explica qué es un recolector) y agregados. Esto significa que
el buscador académico Google Scholar explora permanentemente en dichos repositorios
para rastrear la información que los usuarios realizan al hacer búsquedas. El buscador crea
un índice propio producto del rastreo en los repositorios y otros sitios, lo que le permite tener
una rápida reacción en la recuperación de la información. De allí el término indexación.
Los repositorios pueden ser institucionales o temáticos. Los institucionales almacenan la
información producida por los miembros de dicha organización. Por ejemplo, repositorios de
universidades, tales como Memoria Académica
(http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/), el repositorio de la Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata
Los temáticos almacenan información sobre un tema en particular, sin importar la afiliación
que los autores tengan a instituciones. Ejemplo de repositorio temático: E-lis
(http://eprints.rclis.org/), repositorio sobre Bibliotecología y Ciencia de la información.
¿Conocen la ley nacional 26899? Se trata de una normativa que establece la creación de
un Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y, entre otras cosas, indica que
los espacios generadores de conocimiento sostenidos por el Estado nacional
(universidades nacionales, Conicet, INTA, INTI, etc.) tienen la obligación de hacer
disponible los conocimientos que generan. ¿Y cómo deben hacerlo? A través de los
denominados repositorios institucionales. Por tanto, si queremos buscar repositorios
nacionales, sabemos que podremos encontrar muchos en sitios de universidades y
espacios generadores de conocimiento, todos sostenidos por el Estado nacional. ¿Quién
se anima a encontrar alguno más aparte de Memoria Académica, el ya mencionado de la
Facultad de Humanidades y Cs. de la Educación de la UNLP?

Redes sociales académicas: tienen las mismas características que las redes sociales
populares (Facebook, Instagram, Twitter, etc.) pero se centran en el ámbito académico.
Ofrecen vínculos para la cooperación entre las/os autoras/es.
Como cualquier red social, se requiere el armado de un perfil personal pero en el cual se
registran datos que tienen que ver esencialmente con la actividad académica, científica y/o
técnica de la persona.

Algunos de los más conocidos son: ResearchGate (https://www.researchgate.net/),


Academina.Edu (https://www.academia.edu/) y Mendeley
(https://www.mendeley.com/?interaction_required=true).
Abadal y Codina (2018) aclaran que su papel ha sido cuestionado porque son sitios
gestionados por empresas privadas, cuyo fin último es el lucro.
Analicemos someramente la red social académica ResearchGate y las opciones que ofrece
al momento de crear una cuenta de usuario, el perfil según el tipo de usuario de esta red
social académica y las opciones “sociales” de un elemento de información (publicación), es
decir, si es posible: compartir, descargar, comentar, sugerir, “likear”, visualizar (con o sin
permisos), y todo lo que ofrece la plataforma para interactuar con una publicación.
ResearchGate
A la hora de crear una cuenta de usuario, ofrece las siguientes opciones (según se pudo
apreciar en enero de 2020. Tenga en cuenta que el sitio puede renovarse, actualizar lo que
ofrece):
Señalar el tipo de usuario (las opciones son académico o estudiante, Instituciones, gobierno,
ONGs, profesionales de la salud, periodistas, ciudadanos científicos o cualquier persona
interesada en leer y descubrir investigaciones):
- Académico o estudiante: para estudiantes universitarios y profesores, miembros
de institutos o investigadores privados. Para inscribirse en esta categoría se debe indicar
la institución y el Departamento.
A continuación se deben registrar los datos: nombre de pila, apellido, correo
institucional, contraseña y aceptar los términos de servicio y la política de
privacidad. Superado ese paso, la red solicita indicar la autoría de artículos en los
que se registra el nombre de pila y apellido consignados en el perfil.
Seguidamente se realiza una pregunta para formular estadísticas, sobre cómo se
conoció el sitio o más bien quién se lo recomendó o si nadie lo hizo. Luego se
debe seleccionar la disciplina y subdisciplinas (se permite seleccionar hasta 3) de
investigación, interés o estudio.
Se deben agregar habilidades y experiencia que se brindan en una ventana con
opciones a seleccionar
A continuación se sugiere agregar una foto de perfil.
Finalizado todo este proceso, se indica que se envió un correo a la cuenta
institucional establecida. En dicho correo se solicita que se confirme la cuenta a
través de un link.
Clicando en ese link, se reenvía a ResearGate y se solicita indicar otros perfiles
sugeridos a seguir para ir construyendo la red social.
- Corporativo, Gobierno u ONG: para desarrolladores de tecnologías o productos,
especialistas en investigación y desarrollo, empleados gubernamentales u ONGs con
funciones científicas.
Aquí se debe indicar empresa, división y posición dentro de la organización.
Nombre de pila, apellido, mail laboral o de la empresa y contraseña. A
continuación, la validación es igual en cada caso, con un correo que llega a la
casilla indicada. A partir de este momento se invita a completar el perfil y seguir los
mismos pasos en cada caso (sugerencias de personas a las cuales seguir, etc.).
- Médicos: incluye a profesionales de la salud e investigadores clínicos. - No
investigadores: es decir, periodistas, ciudadanos científicos o cualquier persona
interesada en leer y descubrir investigaciones.
Con características que varían poco para cada categoría de usuario, se solicitan más o
menos los mismos datos.
En cuanto a la interacción con los recursos de información disponibles.
Se puede:
- Visualizar
- Descargar el documento, en algunos casos. En otros se permite solicitar a los
autores directamente dicho recurso de información a través de un correo electrónico. -
Descargar la cita bibliográfica
- Recomendar públicamente
- Compartir a través de un mensaje
- Seguir (recibir actualizaciones sobre el trabajo del autor que se desea seguir) Por
otra parte, se puede observar en cada recurso el historial semanal de estadísticas de
links, lecturas, citas, recomendaciones.
Se puede dejar un comentario sobre el artículo y ver si el recurso está citado en otros,
así como acceder a los links de las referencias; se brinda la indicación de la cantidad de
las mismas.
Metabuscadores: son sistemas que tienen la capacidad de enviar la misma consulta a
diversas Bases de Datos o portales de revistas. Tampoco tienen contenidos propios, envían
la consulta a otros índices. Ejemplos de metabuscadores de información científica son Primo
Central (en español,
https://www.exlibrisgroup.com/es/productos/primo/indice-de
contenido/) o Science Research
(https://www.scienceresearch.com/scienceresearch/desktop/en/search.html)
Recolectores: son sistemas que recolectan la información (metadatos, es decir datos de
recursos de información en soporte electrónico) contenida en repositorios que cumplen
con el estándar Open Archive Initiative-Protocol for Metadata Harvesting (OAI-PMH). En
español sería algo así como la Iniciativa para archivos abiertos. Se trata de un protocolo
para la recolección de metadatos. El protocolo OAI-PMH es una herramienta que facilita la
difusión de contenidos en Internet. Promueve estándares para que los sistemas sean
interoperables, dialoguen y cooperen entre sí bajo las mismas lógicas o lenguaje, para
explicarlo llanamente.
Los recolectores se utilizan de manera complementaria en algunos repositorios. Sirven para
incorporar registros de otros servidores.
Un ejemplo de recolector es Bielefeld Academic Search Engine (BASE), de la Universidad
de Bielefeld, Alemania. https://www.base-search.net/
Hasta aquí, una introducción conceptual a los tipos de Sistemas de Información

Científica.

Fuentes especializadas terciarias

∙ Bibliografías de bibliografías: es una obra terciaria porque se trata de recopilaciones


bibliográficas de bibliografías especializadas en un determinado asunto o temática.

También es importante que repase algunos conceptos y paradigmas esenciales que han
colaborado en la difusión del conocimiento académico y científico, por ejemplo el
movimiento de Acceso Abierto.
El OA (Open Access) ha posibilitado la creación de sistemas tales como publicaciones
periódicas en línea, softwares de código abierto, repositorios temáticos e institucionales.

¿Recuerda qué es un Repositorio?


Para el área de referencia los repositorios se han convertido en fuentes privilegiadas por su
accesibilidad, en especial para las bibliotecas argentinas que, al igual que en el resto de los
países latinoamericanos, suelen depender de presupuestos magros.

¿Conoce otras fuentes que se utilicen en los servicios de información de las UIE
(Unidades de Información Especializadas)? ¿Cuáles?
En la materia Fuentes y Servicios de Información III profundizará los conocimientos sobre
algunas de estas fuentes especializadas.
Criterios para evaluar fuentes de información
Parte de nuestro trabajo, como referencista, es evaluar periódicamente las fuentes y
obras de referencia de que disponemos para brindar un servicio que responda a las
necesidades de información de los usuarios de la biblioteca en la que nos
desempeñamos. Disponer de criterios objetivos para evaluar las fuentes que utilizamos o
que sugerimos permitirá que brindemos información fiable y de calidad.
Esta capacidad de evaluación criteriosa diferencia a un buen buscador de un profesional de
la información calificado.

Dado que hemos visto varias fuentes de información especializadas digitalizadas y,


generalmente en línea (aunque su acceso no siempre es gratuito), el bibliotecario
referencista deberá poseer la capacidad de evaluar distintos recursos electrónicos de
información, de manera de poder realizar una correcta y valiosa compilación de ellos.
Veremos que los criterios de evaluación se asemejan a aquellos con los que se acostumbra
analizar fuentes impresas (recuerde que en Fuentes y Servicios de Información I usted ya
aprendió a evaluar fuentes y obras de referencia generales), pero teniendo a su vez
características propias por el soporte y su tratamiento. Hay varios modelos para analizar
recursos en la Web. Le proponemos conocer aquellos con los que
Alastair Smith (2001) estimó estos recursos:

1. Tipo de fuente: ya vimos que según qué tipo de fuente sea, aporta información diferente.
No es la misma información la que se presentará en un artículo de divulgación o en un
ensayo científico que la que se presentará en una revista científica. Por tanto, a la hora de
evaluar el recurso, es importante saber si estamos frente a una fuente primaria, secundaria,
terciaria. En caso de encontrarse frente a una fuente primaria de tipo revista científica
(publicación periódica o seriada), tenga en cuenta si posee comité de referato (arbitraje), es
decir si se realiza una evaluación por pares.

2. Cobertura temática. Qué ítems están incluidos en esta fuente. La cobertura sólo está
explicitada o definida a través de la metainformación, como sería la introducción.

Aspectos que deberá incluir la cobertura temática:


∙ Amplitud. Aspectos temáticos cubiertos. La fuente es específica o incluye tópicos relacionados

∙ Profundidad. Nivel de detalle del tema y nivel de la audiencia a la que está orientado ∙

Tiempo. Periodo que incluye

∙ Formato. Un recurso que provee ligas (links, vínculos) puede restringir su cobertura a cierta

clase de recurso. Por ejemplo Telnet, Gopher o FTP deben ser excluidos de un sitio WWW
orientado

3. Contenido. ¿Está la información basada en datos o en opiniones? ¿Contiene el sitio


información original o simplemente ligas (links a otros sitios)? ¿Los sitios pueden ser útiles
tanto como fuentes de información como por sí mismos y como ligas hacia otra información?

Existen otros factores específicos relacionados con el contenido de una fuente, que
incluyen:

∙ Exactitud. Se refiere a la precisión de la información de la fuente. La fuente de información

deberá ser contrastada con otras Fuentes o con otro tipo de información que el evaluador
tenga (ej.: ¿existen prejuicios ideológicos o políticos? O ¿la información es para publicitar o
apoyar un punto de vista particular?) ¿El tema o especialidad del recurso cubre todos los
aspectos? ¿Los cubre con profundidad? ¿Ofrece más de una perspectiva? ¿Añade
información valiosa? ¿Existe evidencias de que los hechos han sido contrastados? ¿Cita
bibliografía sobre el tema? ¿La información está actualizada? ¿El recurso tiene fecha de
creación o fecha de actualización?

∙ Autoridad. ¿Está bien determinado quién es el autor o los autores? ¿Cuál es la función o

responsabilidad en la obra (editor, director, coordinador, etc.)? ¿La información presentada


está sustentada en un experto u organización respetable? Si el autor tiene una posición en
su campo de especialización, ¿la información puede ser verificada? ¿Qué más ha escrito
sobre este tema?, ¿puede ser contactado el autor?, ¿a qué institución, organismo o entidad
acreditada pertenece? ¿Existe la posibilidad de enviar comentarios, rectificaciones o quejas
al autor?
El editor es una autoridad relevante en este tipo de fuentes, debe ser especialista en el tipo
de obras que edita. Por tanto, es relevante preguntarse ¿quién publica? ¿Se trata de un
editor comercial, es una universidad, es un organismo público, una asociación profesional,
etc.?

∙ Periodicidad. ¿La fuente se actualiza o es estática? Si se actualiza, ¿con qué periodicidad?

¿Existe mantenimiento del recurso?

∙ Originalidad. ¿El contenido de este recurso está disponible en otros formatos (Gopher,

impreso, CD-ROM)? ¿Cuáles son las ventajas particulares que este recurso tiene? Si esta
fuente se deriva de otro formato, ¿tiene las mismas características que el original o tiene
otras que hacen que se complementen? ¿Esta fuente se encuentra disponible en diversos
lugares, ediciones y formatos? Algunas veces encontrar redundancia puede ser valioso,
dado que si un sitio no está disponible se puede pasar a otro con iguales o similares
características

∙ Links hacia otros recursos. En caso de que el valor del sitio radique en los links con otros

recursos, ¿éstos son actualizadas?, ¿están claramente referenciados?

∙ Calidad de la redacción. ¿Cuál es la calidad de la redacción del texto? ¿Los links del

hipertexto son elementos importantes? ¿La cantidad, contenido y calidad de la información


son suficientes para la transmisión clara de las ideas?

∙ Gráficas y diseño en multimedia. ¿Este efecto visual viene a enriquecer el recurso? ¿Este

efecto es distractor o substituye el contenido? Si se utiliza vídeo, realidad virtual, modelación


u otros efectos, ¿son apropiados para el propósito de la fuente? Un criterio importante que
está relacionado es el diseño de la navegación y la relación que ésta debe tener con la
organización de la información y la forma en que se despliega.

∙ Propósito y auditorio. ¿El propósito del recurso está claramente definido? ¿A qué tipo de

audiencia o usuarios va dirigido este recurso? ¿A qué nivel esta fuente está dirigida:
expertos en la materia, estudiantes o público en general? ¿Esta fuente podrá satisfacer las
necesidades del usuario al que va dirigida? ¿El grupo al que va dirigido este recurso tiene
la conectividad para acceder al mismo?
3. Revisión, crítica (reviews). Las críticas o evaluaciones que se hacen al sitio ¿qué
dicen?

4. Funcionalidad (workability). Este criterio describirá la funcionalidad del recurso con

relación a la facilidad de usuario y conectarse a un servicio.


5. Amigabilidad. Este criterio se relaciona con la facilidad de navegación, uso, acceso,
claridad en los comandos, lectura e instrucciones claras de las pantallas y de los menús, es
decir todos los aspectos relacionados con la “interfase”. ¿Mantiene el recurso una
uniformidad en cuanto a diseño, formato, color? ¿Es intuitivo? No pensemos solo en nuestro
vínculo con la tecnología, pensemos en las diferentes comunidades de usuarios que puedan
requerirlo: niñas/os, adolescentes, estudiantes de nivel superior, adultas/os mayores. Y
dentro de estos grandes grupos habrá personas con mayor manejo que otras de estos
Sistemas de Información. En relación a este tema, veremos más adelante cómo acompañar
a nuestras/os lectoras/es y usuarias/os para que puedan valerse por sí
mismos en el amplio universo de la información disponible

6. Ambiente computacional requerido. Este criterio se refiere a las características y


requerimientos de software, hardware, password y network necesarios para acceder al
recurso o fuente de información. ¿Se requieren programas adicionales específicos para leer,
imprimir o escuchar los recursos? ¿Son estos programas fácilmente disponibles o deben
ser comprados?

7. Herramientas de búsqueda. Características de las formas y herramientas de


recuperación de información con las que cuenta el recurso, como serían: motores de
búsqueda, directorio, índices.

8. Organización de la información y despliegue de ésta. ¿La información en esta fuente


está organizada de una manera lógica, lo cual permite facilitar su localización? ¿El esquema
de organización es apropiado dadas las características del recurso o fuente (ej.: cronológico,
geográfico, etc.)? ¿La cantidad de información obliga a dedicar mucho tiempo delante de la
pantalla?

9. Interactividad. ¿Cuáles son las características de interactividad provistas para que el


recurso trabaje (como serían: formatos, CGI—common gateway interface--, scripts)? Estas
características agregan valor al sitio
10. Conectividad. ¿Existe seguridad y disponibilidad para accesar el sitio (recurso) o está
frecuentemente ocupado o fuera de línea?
11. Costo. Frecuentemente se asocia el uso de Internet al “no costo”; sin embargo, los
costos existen y la tendencia es que cada vez serán más importantes

12. Inclusión: ¿es un Sistema de Información inclusivo? ¿Permite que los software o
aplicaciones para personas ciegas o con visión reducida puedan “leer” fácilmente la
información? ¿Tienen en cuenta a las personas con autismo? Solo por dar un ejemplo, a las
personas con autismo les es extremadamente invasivo y desestabilizante que un sitio que
contenga videos, los abra sin preguntar, algo que sucede en Facebook desde hace un
tiempo. ¿Tienen disponible intérpretes de señas, por lo menos para los videos? ¿Ofrece
subtitulados para sus videos? ¿Los diseños de contraste y colores de las pantallas están
pensados para contemplar dificultades que puedan tener personas a las que les cuesta
mantener la atención?
13. Política de uso de datos ¿Qué políticas de uso de datos tiene? ¿La política está
explicitada? Por lo general aparece cuando hay que loguearse en un sitio o crearse una
cuenta. Allí, antes de finalizar el proceso de logueo se nos solicita tildar la opción “He leído
y acepto las condiciones o las políticas de uso”. Es esencial leer dichas políticas antes de
aceptarlas, especialmente cuando el uso que deseamos hacer del sitio no es personal sino
en el marco de un trabajo institucional.

¿Qué otros elementos les parecen importantes evaluar a la hora de


utilizar un Sistema de Información en el marco de nuestras tareas dentro de la Biblioteca?

Referencias Bibliográfícas
- Ardanuy Baró, J. (2012). Breve introducción a la bibliometría. La base de datos scopus y
otros e-recursos del CBUES como instrumento de gestión de la actividad investigadora; 1.
Recuperado de
http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/30962/1/breve%20introduccion%20bibliometri
a.pdf
Blázquez Ochando, M. (2015). Fuentes de información especializadas: Fuentes de
información en Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencia y Tecnología. Recuperado de:
http://ccdoc-fuentesespecializadas.blogspot.com.ar/2015/03/05-tipologia-documental-de
las-fuentes.html
Carrasco, R. F. (2003). Criterios para evaluar la calidad y la fiabilidad de los conocimientos
en Internet. Revista española de documentación científica, 26(1), 75-80. Recuperado de:
http://redc.revistas.csic.es/index.php/redc/article/viewFile/226/282
-Medina, C. (2020). Conversatorio: Sistemas de Información y Recursos Abiertos
Educativos. Buenos Aires: Biblioteca Central de la Provincia.
- Smith A. (2001). Evaluation of information sources. En The World-Wide Web Virtual
Library. Recuperado de http://www.vuw.ac.nz/~agsmith/evaln/evaln.htm - Universidad de
Málaga. (s.f). Cómo evaluar Fuentes de información. Recuperado de:
https://www.uma.es/ficha.php?id=78348

Unidad 4. Ética en el uso de la información: citas y referencias bibliográficas. Concepto.


Diferencias. Bibliografía: Concepto y definiciones. Técnicas de compilación bibliográfica.
El asiento bibliográfico. La normativa tradicional. Las “normas de estilo”.
Los elementos de la descripción. ISBD e ISO 690. Bibliografías anotadas y críticas.
Gestores bibliográficos (o gestores de citas)

Ética en el uso de la información. Citas y referencias bibliográficas El conocimiento


se elabora a partir de conocimientos anteriores. En el ámbito de la ciencia esto es
particularmente notable. Los investigadores estudian, analizan y validan los conocimientos
publicados de sus colegas para llegar a nuevas conclusiones y, en definitiva, para
generar nuevos conocimientos.
Utilizar conocimientos de otras personas no solo es lo correcto sino que forma parte de la
dinámica natural para la adquisición de nuevos saberes. Pero lo que siempre debemos
hacer cuando utilizamos conceptos de otras personas u organizaciones responsables de
contenido creativo o intelectual es citarlos con datos que permitan identificar en qué recurso
de información se encuentra dicho concepto.
Por tanto, las citas representan una garantía de calidad, autentifican los nuevos
conocimientos que generamos y contribuyen al reconocimiento de los derechos de autor
tutelados por las leyes de propiedad intelectual. No indicar de dónde hemos tomado
conceptos, ideas, frases parafraseadas o textuales es plagio. El plagio es un delito y todas
las personas somos responsables ante la ley en caso de incurrir en el mismo, pero como
profesionales de la información debemos ser particularmente cuidadosos al respecto.
Antes de continuar, aclaremos algo: ¿a qué nos referimos cuando hablamos de cita
bibliográfica y de referencia bibliográfica?
La cita bibliográfica es la mención que se hace a un recurso de información (documento,
artículo, capítulo, etc.) en un trabajo de investigación o académico (artículo científico,
ponencia, monografía, trabajo práctico, etc.). Contiene datos mínimos que serán ampliados
en la referencia bibliográfica que aparece generalmente al final del trabajo.
Ejemplos de citas bibliográficas

∙ Cita directa: reproduce exactamente un texto ajeno tal como está escrito en el
documento del que se ha tomado. Se incorpora al texto propio para contrastar
afirmaciones, para definir, para sustentar un concepto teórico que nos parece
colocarlo tal como lo ha dicho el autor en su forma original.

Ejemplo. Texto:
La recuperación de la información es un procedimiento que consiste en extraer
información de un fondo documental basándose en comparar las necesidades de
información de los usuarios con los documentos existentes en ese fondo. De realizar
el proceso de comparación se encarga un programa informático sin intervención
directa del usuario, quien únicamente debe expresar su necesidad de información
al programa a través de un interfaz al uso (Codina, 2005, p.381) […]

∙ Cita indirecta o paráfrasis: se parafrasea un texto ajeno. No se cita textualmente sino


que se transmite la misma idea pero con las propias palabras. Este tipo de cita se
indica con comillas simples ‘…’ Ejemplo. Texto:
‘La recuperación de información extrae información de un fondo documental
teniendo en cuenta las necesidades de información de los usuarios con ayuda de un
programa informático’ (Codina, 2005, p. 381) […]

∙ Cita de cita: se utiliza para citar a un autor que ha sido mencionado por otro, pero cuya
obra no hemos consultado directamente, de primera mano. En los trabajos de
académicos y/o de investigación no es bueno que aparezcan citas de citas. Lo ideal
es siempre realizar citas de primera mano. Pero en ocasiones eso se nos hace
imposible y entonces, como último recurso está bien utilizarla.
Ejemplo. Texto:
Fue Brookes, citado por Moreiro (2005, p. 36), quien formuló la ecuación
fundamental de esta ciencia: <<dado un estado del conocimiento, que se ve afectado
por algún incremento de información, se tiene como resultado un nuevo estado del
conocimiento>> […]

¿Pero con qué estilo y formato se incorporan las citas en un texto? Si la cita es
breve, es decir, que ocupa tres o cuatro renglones, se puede presentar intercalada en el
texto y encerrada entre comillas dobles “”
Ejemplo. Texto:
“Se consideran Fuentes de información a los materiales o productos, originales o
elaborados, que aportan noticias o testimonios a través de los cuales se accede al
conocimiento, cualquiera que este sea” (Carrizo, 2000, p. 38)

Pero si la cita que se quiere incorporar en un trabajo comprende más de 4 renglones, no


debe presentarse intercalado en el texto sino en línea aparte, con sangría a ambos lados y
sin comillas.
Ejemplo:
Dentro de la diversidad de fuentes de referencia o consulta una de las más importantes es
la enciclopedia. Si analizamos los antecedentes de la enciclopedia (Carrizo, 2000, p. 143)
encontramos que:

En el siglo II a.d.C., en Roma, el antecedente enciclopédico lo


constituyen las obras de Marco Porcio Catón, apodado “El Censor”,
que escribe una serie de obras recogidas bajo el título Praecepta
ad Marcumfilium, dedicadas a su hijo para prevenirle de los peligros
que suponía para la sociedad romana la penetración de la cultura
griega. Aunque estos tratados comprendían diversas materias,
carecían de la sistematización necesaria para la enciclopedia.
En cambio la referencia bibliográfica es la descripción bibliográfica completa del recurso
de información citado, de modo tal que pueda ser identificado y localizado para el cotejo o
ampliación de la información, así como para dar el crédito correspondiente a su o sus
responsables intelectuales (autores o creadores)
Existen varias instituciones que se encargan de establecer normas para la realización tanto
de citas como de referencias bibliográficas. Estas normas son criterios uniformes,
consensuados por un colectivo de personas dedicadas a tal fin y que tienen como objetivo
resolver problemas que se manifiestan de forma reiterativa.

Entre las instituciones que dictan normas para las citas y referencias bibliográficas, García
Zorita (2013, 96-97) menciona a:

∙ La International Organization for Standarization (ISO): se trata de una ONG


(organización no gubernamental) internacional que dicta las normas ISO. El ámbito
de aplicación de las normas ISO es vasto. Hay normas ISO para productos, para
servicios, para muchos de los quehaceres de las organizaciones. Sin embargo, la
norma que nos interesa aquí, para abordar este tema es la ISO 690 que compete a
la redacción de citas y referencias bibliográficas de variados tipos de recursos de
información (documentos impresos y electrónicos). Aunque se elaboró por primera
vez en 1987, se reedita con adaptaciones. La última adaptación es del año 2010,
aunque, como ya veremos más adelante la equivalencia española de dicha norma
ISO es del año 2013.

∙ La Asociación Española de Normalización (AENOR): normaliza y certifica según


aprobación de España pero luego recibe el respaldo internacional en el seno de la
ISO. Una vez que esto sucede, se convierten en las normas UNE-ISO. Por tanto,
para el caso que nos convoca (las citas y referencias bibliográficas), usaremos la
norma UNE-ISO 690-2013, que es, como ya dijimos la equivalente de las ISO
690:2010.

∙ La American Psychological Association (APA) es una organización científica y


profesional conformada por psicólogos estadounidenses. Entre sus funciones están
estimular al estudio y a la investigación de la psicología, la promoción de la ética
profesional, el incremento y la difusión del conocimiento psicológico promovido a
través de jornadas, congresos, publicaciones, etc. En relación a la publicación de
dicho conocimiento, la organización genera el manual de estilo de citas y referencias
APA, uno de los más utilizado y difundido en el ámbito de las disciplinas de las
ciencias sociales, que edita versiones actualizadas de manera periódica. También
veremos algunos ejemplos de este estilo.

∙ La Harvard University que elabora el sistema de cita Harvard, también conocido como
el sistema autor-año, es decir, un sistema de citas y referencias abreviado, con los
datos esenciales para la identificación del recurso de información citado o
referenciado.

∙ El International Comittee of Medical Journal Editors (Comité Internacional de Editores


de Revistas Médicas) quien elaboró las normas Vancouver en 1979 y que se
actualiza periódicamente. Es una norma muy difundida en las producciones
académicas y científicas del ámbito de la biomedicina.

Todas las normas mencionadas son similares. A menos que dentro de un ámbito en el
que uno desee publicar se especifique la obligatoriedad de utilizar uno u otro sistema
(norma o estilo), se puede utilizar el que a uno más le agrade. Sin embargo, es
importante que una vez elegida la norma se aplique de manera uniforme a todas las
citas y referencias utilizadas a lo largo del trabajo.
A la hora de realizar citas y referencias bibliográficas es importante tener en cuenta
algunos principios básicos, tal como los que establece AENOR (2013, pp.7-8):
1. La información que se incluya en una referencia debe ser la suficiente
para identificar con claridad el recurso. No debe colocarse información
redundante ni superflua, solamente aquella que permita identificar sin
ambigüedad el recurso de información.
2. Quien realiza la referencia determina el nivel de especificidad apropiado en la
descripción bibliográfica. A veces habrá que adaptarse a lo que impongan las
normas o estilo de cita que se esté utilizando o que se imponga por parte de
una revista, por ejemplo, para la presentación de un artículo o por parte de los
organizadores de una jornada o congreso, si lo que se desea es presentar una
ponencia.
3. Siempre que sea posible, los datos que se incluyan en una referencia se
deberían obtener del recurso citado (de primera mano). Solo en caso que esto
no fuera posible, se puede obtener por otra vía.
4. Los datos anotados en la referencia deben reflejar el ejemplar o la ocurrencia
concreta del documento usado. Esto es importante porque puede haber varias
ediciones, traducciones o actualizaciones del mismo recurso. Es importante
poder brindar los datos que identifiquen la versión que tenemos en mano.
5. Repetimos algo que ya hemos mencionado pero que es sumamente importante
a la hora de citar y referenciar: no importa cuál sea el estilo que adapte, lo
importante es que se debe usar el mismo esquema de estilo,
formato y puntuación para todas las citas y referencias de un mismo
documento.

A continuación le recomendamos dos sitios, uno que brinda ejemplos para la elaboración
de citas y referencias bibliográficas según la norma ISO 690-2013. Se trata de la Guía
temática sobre citas bibliográficas UC3M: UNE-ISO 690:2013, elaborada por la Universidad
Carlos III de Madrid y la pueden ver clickeando aquí:

https://uc3m.libguides.com/guias_tematicas/citas_bibliograficas/une-iso-690
Bibliografía de referencia
Por otra parte, también les recomendamos que accedan al módulo 4. Uso ético de la
información. Plagio y citas bibliográficas de UNED. Grados en Pedagogía y Educación
Social disponible en
http://horarioscentros.uned.es/archivos_publicos/qdocente_planes/378219/modulo4.pdf.
Entre las páginas 8 y 11 se brindan ejemplos para la confección de referencias
bibliográficas en estilo APA.

Tema: Bibliografía

El ser humano, desde sus orígenes, ha ido plasmando sus conocimientos en diversos
soportes.

La multiplicación de toda esa información siglo tras siglo ha generado la necesidad natural
de elaborar instrumentos para poder conocerla y controlarla. En ese proceso, la
BIBLIOGRAFÍA ha sido un pilar clave.
Aunque el concepto de Bibliografía ha evolucionado mucho a lo largo de la Historia, aún hoy
resulta ambiguo y complejo ya que, según el autor, zona geográfica o corriente analizada,
puede referirse a:

1. La ciencia del libro,


2. la disciplina que estudia los repertorios de libros,
3. la técnica empleada para elaborarlos o
4. Los repertorios en sí mismos.
Gran parte de esta ambigüedad reside en la vigencia de dos interpretaciones o tendencias
históricas:

• CONCEPTO ANGLOSAJÓN, que concibe la Bibliografía como ciencia del libro, dividida
en tres aspectos: analítico (estructura y descripción del libro), histórico (estudio de los
métodos de producción) y sistemático (elaboración de listas de libros). En esta corriente,
originada en el siglo XVIII por libreros franceses como Née de la Rochelle, destaca
especialmente ROBINSON.

• CONCEPTO TRADICIONAL, que considera la Bibliografía como ciencia de los


repertorios y la Bibliología como ciencia del libro. En este sentido, la Bibliografía sería la
rama de la Bibliología encargada de investigar, tipificar, identificar, describir y clasificar
documentos, con el fin de elaborar repertorios como instrumentos de trabajo intelectual. Un
referente absoluto de esta corriente, iniciada por el bibliotecario francés Peignot en el siglo
XIX, es Louise-Nöelle MALCLÈS. Esta tendencia es, sin duda, la más aceptada y extendida
en la Europa continental.

Aunque los diferentes teóricos no se pongan de acuerdo acerca del alcance y naturaleza
del concepto o de los documentos que pueden ser objeto de bibliografías, hoy parece
evidente que, con la incidencia de las NTIC (Nuevas Tecnologías de Información y
Comunicación), pueden recoger publicaciones en todo tipo de soportes y que incluso los
propios repertorios pueden presentarse en distintos formatos.
Técnicas de compilación bibliográfica. La elaboración de repertorios bibliográficos.
La compilación bibliográfica

Elección del tema

Razones para elegir un tema

En el momento en que se plantea la posibilidad de elaborar un repertorio lo primero que hay


que hacer es decidir el tema o asunto. Normalmente la persona que va a redactar un texto
tiene una idea, concreta vaga, sobre lo que desea hacer y, también normalmente, unas
razones para hacerlo. Las razones que pueden llevar a la realización de un
repertorio son, entre otras:

-la afición a una materia o la vinculación a un asunto. Es relativamente frecuente el interés


de ciertas personas por los lugares donde viven como motivo de una bibliografía.

-una relación familiar o de amistad con alguien (por ejemplo, hacer la bibliografía de las
obras de un abuelo nuestro que fue escritor). Esta vinculación no se debe desaprovechar,
pero no debe condicionar la elección de un tema al cien por cien si el tema en cuestión no
nos agrada.

-una necesidad académica, por ejemplo, elaborar un instrumento de utilidad para el trabajo
o para los usuarios del centro donde se trabaja.

-o simplemente el gusto por dar a conocer un tema inédito o la curiosidad por algo.

Limitaciones y condicionamientos. Géneros. Temas impuestos

No obstante, para la elección del tema deben tenerse en cuenta las propias
limitaciones del bibliógrafo, especialmente:

-Personales (movilidad, lugar de residencia etc.). Por ejemplo, la elaboración de ciertas


bibliografías puede obligar a visitar bibliotecas diversas, alejadas del lugar de residencia,
problema que debe plantearse el bibliógrafo.
-Académicas (formación, idiomas etc.) Las limitaciones académicas y de formación pueden
ser muy variadas Solamente como ejemplo podemos llamar la atención sobre el
conocimiento del latín, que puede condicionar la elaboración de un repertorio de libros
antiguos.

-Profesionales (lugar de trabajo, tipo de actividad, conocimiento sobre la materia)

Millares Carlo (Técnica de la investigación bibliográfica) también señala algunos puntos que
deben tenerse en cuenta a la hora de elegir un tema entre otros que no sea demasiado
amplio (o sea, que se pueda abarcar), que la falta de datos no impida su elaboración y que
sea un tema o asunto de interés para el bibliógrafo.
Los campos básicos a tener en cuenta son:

Utilidad del tema

En primer lugar, debería plantearse, ante los diversos temas que se nos pueden ocurrir, si
merece la pena abordarlos, es decir, si son útiles, si aportan algo, si son de interés
general.

Oportunidad

Cuando se elige un tema, hay que estudiar las circunstancias que rodean a ese tema antes
de abordarlo. Una bibliografía puede perder inmediatamente su vigencia si sobre el tema en
cuestión se desarrolla un movimiento de especial interés que “dispara” las publicaciones
dedicadas a ello.

Puede ocurrir al revés. Un tema puede estar en decadencia o simplemente olvidado y no


parece oportuno hacer una bibliografía sobre él. Si alguien tiene la perspicacia de encontrar
ese tema y ver lo que se avecina puede hacer una bibliografía que puede resultar
oportunísima. Se trata, ni más ni menos, de estar en el sitio adecuado en el momento
oportuno.

Destinatarios
Se debe tener en cuenta al destinatario de la bibliografía y, al redactarla, plantear si va a
estar dirigida a especialistas, interesados en general, estudiantes o público heterogéneo.
Esto puede influir muchísimo en la redacción del repertorio, por ejemplo en el tipo de
descripción, la forma del análisis del contenido, el tipo de material que se va a incluir, etc.

Revisión de los antecedentes

Una vez elegido el tema o asunto de la bibliografía, hay que ver si sobre ese tema se ha
hecho ya alguna bibliografía y cuáles son sus características. Para intentar localizar esas
posibles bibliografías anteriores tendremos que echar mano de cuantos recursos se nos
ocurran, ya que no es algo que se pueda sistematizar. El punto de partida puede ser la
consulta de bibliografías generales y catálogos de bibliotecas.

Si se va a realizar una bibliografía especializada, habrá que repasar las bibliografías


internacionales y nacionales sobre la materia elegida. Otros instrumentos pueden ser los
catálogos de editoriales de publicaciones científicas, distribuidores de bases de datos y
los ensayos recientes sobre distintas materias, donde se suele citar la bibliografía
existente.

No obstante, aunque sea un procedimiento poco ortodoxo, el camino más efectivo,


normalmente, es manejar algunas obras (no bibliográficas) fundamentales y recientes sobre
el tema de nuestro interés y detenerse en la bibliografía “consultada” y en las notas a pie de
página, a menudo también con bibliografía abundante. Como complemento a lo anterior, e
igualmente quizá poco ortodoxo, también resulta bastante efectivo intentar establecer
relación con personas conocedoras del tema, colegas, profesores, etc., y con instituciones
especializadas. Es posible contactar con personas a través de varias fórmulas, una de ellas
la consulta de directorios de especialistas, de asociaciones y de instituciones.

A la vez, podrá hacerse además una búsqueda para intentar averiguar qué se está haciendo
(es decir, qué trabajos se están preparando) sobre el tema elegido. Es algo bastante difícil
aunque existen diversas publicaciones que podrían ayudarnos: Revistas de Facultades y/o
departamentos universitarios donde se da noticia, por ejemplo de los trabajos en curso (tesis
y memorias de licenciatura, proyectos de investigación); Revistas o boletines de
asociaciones relacionadas con el tema; Programas de congresos y reuniones profesionales;
Cursos de doctorado, de posgrado, seminarios especializados, etc.

Después de consultar estas y otras obras y cualquier recurso que se nos ocurra, estaremos
en condiciones de saber lo que existe sobre un tema y si hay algo similar a lo que queremos
hacer. Si se encuentra algo similar, tendremos que analizar la bibliografía anterior teniendo
en cuenta:

-su fecha de publicación

-su alcance (ámbito geográfico, cronológico y lingüístico) o sus

limitaciones -el tipo de material que incluye

-su exhaustividad

-el rigor de las descripciones

Tras estas pesquisas, estaremos en condiciones de: -saber


lo que existe sobre un tema

-conocer si lo que existe tiene valor, es fiable, riguroso completo y suficiente -comprobar

si se ha agotado el tema o solamente algún aspecto o punto de vista.

El análisis de antecedentes nos permitirá encontrar repertorios muy diferentes en su calidad,


amplitud, alcance y limitaciones. Encontraremos, por ejemplo:

-la falta de una bibliografía sobre algún asunto. Algún bibliógrafo, partiendo de cero puede
elaborarla y el resultado sería un repertorio completamente nuevo y sobre un tema inédito.

-una bibliografía completa, redonda e impecable, que puede considerarse definitiva (casos
poco frecuentes), aunque, en el fondo, siempre es posible efectuar correcciones o
adiciones

-una bibliografía rigurosa, hasta cierto punto suficiente, aunque con lagunas
-Una bibliografía relativamente completa pero hecha deficientemente, con malas y
esquemáticas descripciones, pocos índices, etc.

-una bibliografía claramente incompleta

-una buena bibliografía, pero que por su fecha de publicación, ha quedado anticuada.

Según lo que encuentre el bibliógrafo, podrá actuar de diferentes maneras. Es posible, por
ejemplo:

∙ Crear

∙ Sustituir

∙ Completar

∙ Continuar

Una vez elegido el tema, podemos seguir con los siguientes pasos de la compilación
bibliográfica:

1. Elaboración y presentación del plan de trabajo

2. Investigación en determinadas fuentes de información


3. Transcripción y descripción del material

4. Clasificación de los registros o asientos bibliográficos

5. Numeración correlativa de los mismos

6. Volcar los registros en el soporte elegido para conformar el original, es decir, el cuerpo
bibliográfico

7. Confección de índices

Requisitos a tener en cuenta

a) La bibliografía debe abarcar convenientemente el campo que pretende cubrir


b) La bibliografía que presta mayores servicios al investigador en un campo determinado
es la selectiva y crítica.

c) La bibliografía ha de tener suficientes índices, llamadas y referencias. El índice debe ser


completo, exacto, breve, claro y consistente.

d) La bibliografía debe ser puesta constantemente al día

e) Si la bibliografía tiene fascículos que aparecen periódicamente, estos deben editarse con
puntualidad para dar información sobre las obras recientes con bastante rapidez

f) El costo de reproducción de la bibliografía no debe ser alto.

∙ Si conoce el tema, conocerá: definición, subdivisiones, vocabulario, historia e investigaciones

que se han realizado.

∙ Si no lo conoce, deberá recurrir a fuentes de información: catálogos, enciclopedias,


diccionarios, manuales, índices, etc.

∙ Debe comprender la importancia que tendrá la compilación, por lo tanto no debe duplicar un
trabajo ya realizado

∙ Recuerde que el trabajo será original si tiene obras nuevas o nuevos detalles en la descripción

o temas ordenados en forma más conveniente.


A esta altura, lo ideal sería que el bibliógrafo estuviera en condiciones de redactar un informe
que contemple los siguientes ítems:

∙ Delimitar el TEMA de la compilación

∙ Clase de material que va a incluir: monografías, publicaciones seriadas, artículos, folletos,

mapas, discos, tesis, informes, películas, etc.

∙ Idioma o idiomas de las obras

∙ Periodo que abarcará: ¿será un trabajo histórico o de producción actual? ∙ Extensión:

¿será selectivo o exhaustivo?


∙ Los detalles de los asientos bibliográficos y el arreglo de éstos de acuerdo con el propósito de

la bibliografía

∙ Hacer referencia al tiempo y personal que requerirá la tarea

∙ Realizar informes periódicos sobre el progreso de su tarea

¿Qué fuentes de información puede consultar para encontrar la materia prima de su


bibliografía?

Publicadas:

 Bibliografías (generales o especializadas)


 Bibliografías de bibliografías
 Bibliografías de publicaciones oficiales
 Bibliografías de tesis
 Enciclopedias generales y especializadas
 Índices de publicaciones seriadas
 Resúmenes
 Libros, folletos
 Artículos de publicaciones seriadas
 Catálogos de bibliotecas nacionales
 Sistemas de información online varios

No publicadas
 Catálogos de bibliotecas (públicas, privadas, especializadas)
 Bibliografías inéditas

Antes, cuando se realizaba de forma manual, se utilizaban tarjetas, papeletas, fichas en


cualquier soporte.

Esta ficha era el resultado de:

∙ La investigación

∙ La transcripción: asentar cada obra o parte, a acuerdo a normas ya establecidas ∙ La


descripción externa e interna (o sea, de contenido, resumen, análisis o comentario) ∙
Clasificación: es el orden de presentación de las fichas (autor, títulos de las obras, lugares de
edición, fecha de publicación, materia, descriptores, palabras clave)
Pero la característica de nuestros tiempos es que tenemos a disposición herramientas
tecnológicas que nos permiten realizar este trabajo con la ayuda de softwares, incluso de
código abierto, por ende de fácil acceso y gratuitos. Nosotros utilizaremos el gestor
bibliográfico Zotero. El trabajo de investigación será el mismo pero la forma ya no dependerá
de fichas manuales, será mucho más dinámica. Ya lo veremos con el tutorial de Zotero.

Las posibilidades de la descripción bibliográfica

Una bibliografía consta esencial e imprescindiblemente de descripciones de documentos sin


importar su soporte. De ello se deduce que las descripciones constituyen el núcleo de un
repertorio que quiera pretender ser mínimamente riguroso.

A la vez que se va localizando el material para la bibliografía, debe hacerse su descripción.


Ello supone un triple trabajo, a saber, decidir qué datos interesan (autor, título, lugar de
edición, año, etc.), dónde buscarlos y, sobre todo, cómo indicar estos datos.

Lo fundamental de la descripción bibliográfica es dar a conocer los datos que permitan


“identificar” una obra y “distinguirla” de otras.

Normas y modelos
Existen diferentes fórmulas y normas para la descripción bibliográfica cuyos contenidos han
ido variando a lo largo de los años, aunque siempre se han mantenido algunas constantes
que se repiten en todos los repertorios.

Los trabajos de la IFLA y de la ISO han sido fundamentales y han servido de pauta a los
organismos oficiales (bibliotecas nacionales, grandes centros bibliotecarios, agencias
bibliográficas) a la hora de redactar sus fórmulas para la descripción, a partir de las
recomendaciones de estos organismos, especialmente de la IFLA.

La creación de las ISBD para la descripción de diferentes materiales ha sido, seguramente,


el hito más importante en este terreno de la descripción.
Terminología

Definiremos el asiento bibliográfico como “el registro o descripción, de acuerdo con unas
normas, de una unidad bibliográfica o documental” (Reglas de catalogación); “Conjunto de
elementos que forman la ‘descripción bibliográfica’ y el ‘encabezamiento’ o
encabezamientos de un ‘documento’ para incluirlo en un catálogo o en una bibliografía”
(Norma UNE 50-113-91, Parte 5). Equivale, según la citada Norma UNE 50-113-91, Parte
5, a la expresión francesa “Notice bibliographique”. Recuérdese que la “unidad bibliográfica”,
según ALA, es cualquier “documento” susceptible de ser descrito, por ejemplo, un libro, un
artículo, un disco, un video, un recurso electrónico, etc.

La normativa tradicional

Cuando se aborda la redacción de una bibliografía, lo habitual es seguir alguna normativa


existente o inspirarse en alguna establecida haciendo algunas variaciones. Lo importante
es mantener el criterio elegido durante todo el repertorio.

Entre las principales y más conocidas normas de descripción se encuentran la Norma ISO
690 y su equivalente, la Norma UNE 50-104-94, las ISBD correspondientes a los distintos
materiales, las instrucciones oficiales vigentes en diversos países como las Reglas de
catalogación españolas o las Anglo-American Cataloguing Rules. Todas ellas pueden
considerarse “oficiales” y emanadas de organismos o instituciones internacionales o
nacionales.

El contenido de las diferentes normas y reglas está recogido en diversas publicaciones. A


continuación se cita una selección:

-Referencias bibliográficas: contenido, forma y estructura. Norma Española UNE 50-10494.


Equivalente a ISO 690: 1987, Madrid: Aenor, 1994. Reproducida en: Documentación.
3ª. ed. Madrid: AENOR, 1999.

-Reglas de Catalogación. Reimpr. Madrid: Dirección General del Libro, Archivos y


bibliotecas, 2002. 626 p.
-Anglo-American Cataloguing Rules. Prepared under the direction of the Joing Steering
Committee for Revision of AACR, a committee of the American Library Association. 2nd.
Ed., 2003 update. Chicago, American Library Association, 2003.

Hacemos una mención aparte para las normas ISBD para distintos materiales, en su edición
española, recordando que esta normativa está recogida en las Reglas de Catalogación
Angloamericanas que usted utiliza en la materia Descripción Documental.

Las nuevas fórmulas de descripción: las “normas de estilo”

Las “normas de estilo” se refieren, en realidad, a la redacción y presentación de textos,


aunque suelen aludir a la bibliografía y sus características. Pueden ser generales o
especializadas en alguna materia.

Las normas de estilo están muy difundidas para ayudar en la redacción de textos científicos.
Las revistas científicas suelen solicitar que las citas se realicen según una norma de estilo,
por ejemplo APA, Chicago, etc.

Las más difundidas (y mejor consideradas por sus indicaciones bibliográficas) son, como ya
hemos mencionado:

-Estilo Harvard (Cambridge, Mass). Es el más antiguo, existe desde los años ’40. Se llama
oficialmente “Author-Data System” y hoy día es una normativa muy extendida. Consiste en
citar el autor y el año (de un trabajo consultado) entre el texto no bibliográfico. Al final, en la
lista de referencias bibliográficas aparece también como encabezamiento el autor y el año.

-Estilo Vancouver. Desde 1978, a partir de las referencias de la National Librry of Medicine.
Preparado por un grupo de directores de revistas médicas (que se llamó Grupo de
Vancouver), el “International Committee of Medical Journal Editors”. Un número en el texto
remite a la “ficha” que lleva ese número en la bibliografía final, dispuesta por orden de
mención en el texto. Para más información, consulte: Puerta López-Cózar, José Luis-Mauri
Mas, Assumpta. Manual para la redacción, traducción y publicación de textos médicos
(Barcelona, Edic. Científicas y Técnicas, 1994).
-Estilo de la Universidad de Chicago. La normativa está recogida en The Chicago manual of
style (14th ed. rev. Chicago: The University of Chicago Press, 1993)

-Estilo de la MLA (Modern Language Association). Sobre este “estilo” remitimos a los textos
de Joseph Gibaldi, donde se explica con detalle la normativa: MLA handbook for writers of
research paper (4th ed. New York: Modern Language Association of America,
1995) y MLA style manual and guide to scholarly publishing (2nd ed. New York: Modern
Language Association of America, 1998)

-Estilo de la APA (American Psychological Association) Muy difundido, quizás gracias a su


inclusión en algunas versiones del programa Windows como plantilla para hacer registros
bibliográficos.

CBE (Council of Biology Editors). La normativa CBE está recogida en un extenso manual:
Council of Biology Editors (Bethesd, MD) Manual de estilo: guía para autores, editores y
revisores en el campo de la medicina y la biología. (Barcelona: Salvat, 1987), extenso y
sumamente minucioso en muchos aspectos, incluyendo el de la bibliografía.

Aunque algunos de los estilos están especializados en una materia, se pueden aplicar sin
ningún problema a referencias bibliográficas de cualquier tema.

Los elementos de la descripción

De acuerdo con el sistema de descripción elegido, impuesto o creado, se redactará la


descripción bibliográfica de cada obra, incluyendo los datos que estipulen las normas que
se están aplicando y en el orden prescrito.

La forma de expresar los elementos que se incluirán en la descripción y su orden serán


establecidos por el manual de estilo seleccionado.

De todas maneras, sea cual sea el sistema seleccionado para la descripción, no debemos
olvidar que según la norma ISO 690 no pueden faltar los siguientes elementos: autor, título,
lugar y año de edición. Estos son los datos mínimos, a los que puede y debe añadírsele
otros hasta llegar a conseguir descripciones más o menos complejas. Lo fundamental en la
descripción es que los datos que se ofrezcan (muchos o pocos) permitan identificar
claramente la obra.

Según las ISBD los elementos de la descripción se agrupan en las siguientes áreas

∙ Título y mención de responsabilidad

∙ Edición

∙ Mención de la clase de documento

∙ Publicación, distribución, etc.

∙ Descripción física

∙ Serie

∙ Notas

∙ Número normalizado

Estas partes o áreas pueden diferir de otros criterios de descripción, aunque todas son
bastante similares.

La determinación de los campos, junto con la puntuación prescrita en cada una de las
normas permite tener el “armazón” para incorporar los datos concretos del documento que
se está describiendo. Así, aplicando los campos establecidos en las ISBD y la puntuación
básica, tendríamos el siguiente armazón construido:

Título: subtítulo / Mención de responsabilidad principal, mención de responsabilidad


secundaria, mención de responsabilidad terciaria; mención de responsabilidad subsiguiente.
– Edición. – Mención de la clase de documento. – Lugar de edición : casa editora, año de
edición. – Extensión (si es un libro serán las páginas) : otros detalles físicos (si es un libro,
se explicita si contiene ilustraciones en blanco y negro o a color) ; dimensiones (si es un
libro, se colocan en centímetros, el alto por el ancho). – (título de Serie ; número de la serie).

Notas.

Número normalizado
El armazón ya relleno y con su clásico punto de acceso o encabezamiento nos daría una
descripción así:

VALDÉS, Juan de

Diálogo de la lengua / Juan de Valdés ; Edición, introducción y notas de Juan M. Lope


Blanch. – Madrid : Castalia, 1969. – 186 p. : il. ; 18 cm. —(Clásicos castalia ; 11)

Tipos de asientos

Una vez hecha la descripción “externa”, por así decirlo, que puede ser simplísima o muy
compleja (dependiendo de las características del documento y/o de los criterios del
bibliógrafo), hay que decidir si se va a ofrecer algún dato sobre el contenido del documento
o sobre su valor o importancia. Por ese motivo, casi todos los textos teóricos sobre
metodología y elaboración de bibliografías distinguen hasta cuatro modalidades de
“asientos”:

∙ Enumerativos: se suele denominar asiento enumerativo al que proporciona los datos básicos
de una publicación

∙ Descriptivos: el asiento descriptivo es el que va más allá y ofrece una descripción externa

pero pormenorizada de una obra. Es frecuente en la descripción de libros antiguos, ya que


en este tipo de material, la descripción física o formal es de suma importancia.

∙ Anotados: los asientos anotados, que en algunos textos se denominan “analíticos” o

“razonados”, añaden a la descripción unas indicaciones sobre el contenido del libro


(resúmenes, palabras clave) y son frecuentes en las bibliografías especializadas.
∙ Críticos: las descripciones críticas proporcionan un juicio de valor sobre el contenido.

Por influencia del tipo de descripción, las bibliografías suelen denominarse


“enumerativas”, “descriptivas”, “analíticas” y “críticas” según el tipo de descripción que
incluyan.
Hablaremos ahora de las Bibliografías anotadas y críticas

Las Bibliografías anotadas

Hacer una bibliografía anotada supone añadir, después de la descripción “física” del
documento (tenga o no área de notas), unas palabras, unas líneas e incluso determinados
signos convencionales que permitan conocer el contenido del mismo, es decir, de qué trata
la obra descrita. Son, seguramente, las bibliografías más útiles y relativamente frecuentes
en áreas especializadas actuales.

Veamos un ejemplo de asiento anotado

Baraut, Cipriano. “En torno al lugar donde fue impresa la traducción castellana del Isaac De
religione de Bernardo Boil”, en Gutenberg-Jahrbuch, 1962, p. 171-178.

Baraut rebate la tesis de una posible imprenta en San Cugat (es decir, San Cucufate,
como figura en el texto incunable), demostrando que se trata de una impresión de
Juan Hurus en Zaragoza.

No es fácil establecer cómo debe ser una anotación que sirve de complemento a una
descripción bibliográfica. La “Guía para la preparación de resúmenes analíticos destinados
a la publicación” auspiciada por la UNESCO ofrece la siguiente definición de “anotación”
(que distingue del “resumen” y del “extracto”): “Una anotación es un comentario o
explicación breve acerca de un documento o de su contenido, o también una descripción
muy breve del mismo, a menudo añadida como una nota a continuación de la referencia
bibliográfica del documento”.

Otras formas de hacer un análisis o asiento anotado serían:

-Reproducir el índice de la obra. Esta sería una nota “mecánica”, en contraposición a las
notas “elaboradas”.

Ejemplo:
CASTELLI, Eugenio

Manual de periodismo : teoría y técnica de la comunicación impresa / Eugenio Castelli. –


Buenos Aires : Plus Ultra, 1981. – 239 p.
Contiene: La función periodística. Las fuentes de la información. La técnica de la entrevista.
Los centros de información permanente. La selección del material. El
periodista, sujeto de la información. Diagramación de un diario. Los géneros periodísticos

ISBN 950-369-275-1

-Hacer una anotación mínima, compuesta por palabras clave, cuya variante sería la
indicación de los encabezamientos de materia o la notación de la CDU.

Ejemplo:

Rivers, Elías L. “Nocturnal Encounters” SMy 1985 Summer, 8(2) 70-75.

[Treatment of night; study example: Medrano. Francisco de: “Soneto XXIX”]

-Utilizar signos convencionales diversos, por ejemplo el uso de asteriscos [***] para señalar
la edad de los destinatarios de libros infantiles.

Algunas indicaciones para el contenido de las anotaciones

∙ No se debe repetir lo que ya se dice en la descripción, pero sí indicar el contenido si no queda

claro en el título. Por ejemplo, un título así: “Guía de lectura” requerirá una anotación que
explicite un poco mejor el contenido.

∙ Ceñirse a lo que ofrece la obra, sin divagar

∙ Resumir la idea central del autor y su intención, o sea, señalar el alcance del tema ∙

Indicar el método que ha seguido el autor

∙ Señalar los límites (cronológicos, geográficos, lingüísticos) de la obra si no se especifican bien


en el título

∙ Citar el material complementario que contiene (apéndices, índices)


∙ Aclarar el tipo de obra que es, si no queda claro en la descripción. Por ejemplo: “Texto de la

conferencia pronunciada en…”

∙ Explicar cambios de títulos, continuaciones, complementos (de la propia obra) ∙ Indicar

tendencia y/o enfrentamiento. Por ejemplo, si sigue las ideas de determinado autor; si se
opone a las tesis de ese otro, etc.

∙ Indicar el nivel intelectual de la obra, para quién está dirigida, a quién puede ser útil (para

estudiantes universitarios o alumnos de bachillerato, etc.)


∙ Indicar datos académicos o profesionales del autor, sobre todo los que puedan tener alguna

relación con la obra

∙ Señalar las conclusiones de la obra

Las Bibliografías críticas

Con independencia de que exista o no un comentario sobre el contenido de la obra, se


pueden incluir unas palabras sobre el valor o importancia del texto que se ha descrito. El
repertorio tiene ahora un valor añadido y se convierte en una bibliografía crítica. De lo que
se trata con ese comentario “crítico” es de destacar lo bueno o lo malo que tiene la obra que
se ha descrito, si es original o no, si es rigurosa o superficial, etc. De todas formas, puede
haber un análisis de la obra y algún comentario sobre su valor y es frecuente encontrar
bibliografías “anotadas” que son, además, críticas.

Las bibliografías críticas son difíciles de hacer porque el bibliógrafo ha de conocer bien la
materia de la que trata el documento e incluso conocer otros documentos sobre la materia
para poder encajar la obra que describe en el conjunto de lo que se ha escrito sobre el tema.
Las bibliografías críticas suelen ser muy elogiadas y resultan desde luego muy útiles cuando
el bibliógrafo es, además, experto en la materia del libro.

Para no caer en errores de subjetividad personal también es muy útil redactar la nota crítica
citando varias opiniones de distintos especialistas.

Es importante cuidar mucho el estilo de la crítica, elegir bien el vocabulario, aplicar con
propiedad los calificativos y evitar palabras vacías. Algunos términos muy generales que se
sugieren evitar son: “importante”, “espléndido”, “interesante”.
También pueden encontrarse algunos signos convencionales para señalar la importancia
de una obra en cuanto al contenido, tales como “○▲□”. Es algo parecido a lo que se usa
actualmente en repertorios de películas, donde se señala con asteriscos si la película es
regular [**], buena [***] o

*Es importante añadir a cada ficha el nombre de la institución donde se localizó la obra.

*Es necesario que el bibliógrafo examine DIRECTAMENTE el material que describirá. La


información que proporcione en su trabajo ha de ser exacta.
Si no puede examinar directamente la obra, ha de basarse en las opiniones expresadas en
obras dignas de confianza, pero ha de INDICAR que no examinó personalmente esas obras.

Una vez realizado todo el trabajo de transcripción, ordenaremos:

Alfabéticamente

Orden alfabético por Orden Orden alfabético de autor


encabezamiento de
materia por título

Se utilizan cuando se Para Opción 1: cuando hay varios títulos de


refieren a un campo bibliografías de un mismo autor, los títulos se pueden
relativamente limitado publicaciones arreglan alfabéticamente.
seriadas

Para obras de Opción 2: si deseamos destacar el


un solo autor progreso de la obra de un escritor, los
títulos se arreglan cronológicamente
por año de edición

Orden sistemático

Se utiliza cuando la bibliografía es extensa. Bajo cada división se arregla por autor y títulos.
Es indispensable insertar un índice para localizar autores, títulos y temas.
El orden cronológico

se puede utilizar en relación al desarrollo de la materia. Se usa para materias de larga


historia y que ofrezcan posibilidades de dividirse por períodos.

También se puede utilizar en relación a la fecha de publicación de las obras. Se usa para la
bibliografía de un autor.

Orden por tipo de material

Cuando el tema es limitado y conviven en la compilación variados materiales y soportes:


monografías, periódicos, manuscritos, publicaciones oficiales, discos, videos, etc.
Ya sea el arreglo de las fichas alfabético, cronológico, sistemático, a cada ficha se le da un
número progresivo para que podamos elaborar el índice e identificar con facilidad cada ficha.

Presentación del original

Portada:

Título completo

Nombre del compilador

Pie de imprenta

Prólogo:

Escrito por otra persona, consiste en el estudio sobre la personalidad del autor y méritos de
la obra.

Prefacio:

Se exponen las consideraciones que se juzguen necesarias para la mejor comprensión y

apreciación de la obra y se indican los detalles técnicos de la bibliografía, sus limitaciones,

su propósito, importancia del tema, arreglo de los asientos


Introducción:

Presenta un resumen de los conocimientos previos necesarios para entender la obra. Se


refiere al tema y a la forma en que la Bibliografía lo trata.

Tabla de materias:

Lista que señala las divisiones y subdivisiones más importantes que contiene la obra, con

referencia a las páginas respectivas, para facilitar su consulta Índices:

De autores: a los autores se añaden los editores, compiladores y demás responsabilidades


Analítico (autor, título, tema): son los más elaborados. Se indica, no el número de la página
en que se encuentra el registro bibliográfico sino el número progresivo que se ha asignado
a este.

Gestores bibliográficos (o gestores de citas)

¿Qué son los gestores bibliográficos o de citas?

Son herramientas que recogen las referencias bibliográficas de las bases de datos de
investigación (catálogos de bibliotecas, índices, bases de datos de revistas científicas, etc.),
o referencias propias del investigador tomadas de primera mano y permiten organizar las
citas y la bibliografía para proyectos o investigaciones. Además ayudan en la citación de sus
trabajos de investigación permitiendo la creación automática de citas, bibliografía y notas
al pie en distintos estilos.

EndNote Web

EndNote Web es un gestor de referencias en línea. Integrado en la plataforma ISI Web of


Knowledge (WOK), está diseñado para ayudar a los estudiantes e investigadores en el
proceso de escritura de un trabajo de investigación.

∙ Acceso a EndNote Web:

https://www.myendnoteweb.com/EndNoteWeb.html?returnCode=ROUTER.Unauthorized
& SrcApp=CR&Init=Yes
∙ Para crear una cuenta visite myendnoteweb.com

∙ Manual EndNote: http://www.um.es/c/document_library/get_file?uuid=6fca7d17-ba2c

483d-9a62-4408d09f0574&groupId=793464

Zotero

Zotero es un programa de software libre para la gestión de referencias bibliográficas. Zotero


es una extensión libre para el navegador Firefox, que permite a los usuarios recolectar,
administrar y citar trabajos de investigación de cualquier origen y procedencia desde el
propio navegador. Permite explotar los datos en diferentes estilos de citas, informes y
bibliografías. También se puede integrar el plugin de Write & Cite (cita mientras escribes)
en el procesador (Word, Open Office, etc.) para facilitar la inclusión de citas en el texto y
formatearlas para elaborar la bibliografía final.

Zotero: guía rápida en español: https://www.zotero.org/support/es/quick_start_guide

En el campus encontrará otra guía e indicaciones para poder utilizar el software de forma
introductoria

Mendeley

Mendeley es una aplicación web y de escritorio, propietaria y gratuita. Permite gestionar y


compartir referencias bibliográficas y documentos de investigación, encontrar nuevos datos
y colaboración en línea. Mendeley combina Mendeley Desktop una aplicación de gestión de
PDFs y gestión de referencias (disponible para Windows, Mac y Linux) con Mendeley Web,
una red social online para investigadores. Su lema es: Organize, share, Discover (Organiza,
comparte, descubre).

Tutorial en español elaborado por Julio Alonso-Arévalo, julio de 2012 (Universidad de


Salamanca): http://www.um.es/documents/793464/1459621/mendeley-
120711054039phpapp01.pdf/a1565adb-2aa7-4703-b278-da930584e356
Llegado este punto, deberíamos comprender la diferencia entre cita bibliográfica,
referencia bibliográfica, asiento bibliográfico y Bibliografía. ¿Puede definir y
diferenciar cada concepto?

Referencias bibliográfícas

-Anglo-American Cataloguing Rules. (2003). Prepared under the direction of the Joing
Steering Committee for Revision of AACR, a committee of the American Library
Association. 2nd. Ed., 2003 update. Chicago, American Library Association.
-García Zorita, C. (coord). (2013). Uso ético de la información: citación y bibliografía. En
Pacios Lozano, A. R. (coord). Técnicas de búsqueda y uso de la información. Madrid:
Editorial Centro de Estudios Ramón Areces. Cap. 2.
-Krummel, D. W. (1993). Bibliografías: sus objetivos y métodos. Madrid: Fundación Germán
Sánchez Ruipérez. 220 p.
-Medina, C. (2018). Tutorial de Zotero: gestor bibliográfico. La Plata: ISFDyT Nº 8. -
Robinson, A.; Meredith L. (1992). Introducción a la bibliografía: guía práctica para trabajos
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