Está en la página 1de 6

Bloque IV- Objeto del proceso penal

Tema 7- El objeto del proceso

1) Elementos que conforman el objeto del proceso penal

Objeto del proceso es aquello de lo que este trata, la res de qua agitur, que consiste en el enjuiciamiento de un
hecho punible imputado a una persona en el ejercicio de la acción penal. Analicemos ambos elementos.

Elemento objetivo: el hecho punible

 Concepto:

En palabras de GÓMEZ ORBANEJA, "el objeto de cada concreto proceso, aquello de lo que se acusa en él a
una persona y sobre lo que versa la actividad judicial y ha de pronunciarse la sentencia, es un hecho
considerado como delito y no una determinada figura delictiva ni una determinada consecuencia penal".
Además, solo el elemento esencial de ese concreto hecho es el que debe permanecer inalterado durante todo el
proceso, desde que se dicta el auto de incoación de sumario hasta la sentencia definitiva.

De objeto del proceso se puede hablar en dos sentidos.

a.- En sentido estricto solamente es objeto del proceso el hecho punible tal y como se define por la teoría
normativa moderada → Esto es, aquel aspecto de la vida encuadrado en unas coordenadas espacio-temporales
pero con referencia a una norma penal de carácter sustantivo.

El hecho físico solamente interesa en cuanto es tenido en cuenta por la norma jurídica. Dado que cada norma
describe un tipo que a su vez se integra en un conjunto delimitado por el bien jurídico contra el que se atenta, el
elemento esencial del hecho punible es aquel factor que coincide en todos los tipos penales homogéneos.

b.- En sentido amplio el objeto del proceso incluye otros componentes fácticos que rodean al elemento esencial
del hecho punible → Estos tendrán mayor o menor trascendencia en función de las consecuencias que pueda
acarrear su estimación. Entre ellos se encuadran todos los que influyen en la estimación de eximentes,
atenuantes, agravantes, distintos grados de participación y de ejecución. Algunos influirán decisivamente en la
sentencia definitiva determinando incluso la absolución del reo.

Consecuentemente, el objeto del proceso está integrado por el elemento esencial del hecho punible más los
elementos accesorios que son todos aquellos que puedan implicar una modificación en la calificación jurídica
como consecuencia de la estimación de una circunstancia modificativa de la responsabilidad, un mayor grado
de participación, o un distinto nivel de ejecución.

 Características:

a) Singularidad

Tanto el juez instructor como el tribunal sentenciador deben buscar la unidad o singularidad del objeto. El
primero está obligado, además, a reunir todos los elementos que forman parte de un mismo hecho
investigándolos de oficio. La característica de su singularidad nos permite distinguir cada hecho
del resto de sucesos o acontecimientos verificados en la vida del investigado.

Eso sí, la investigación está limitada al acontecimiento concreto por el que se acusa al sujeto. Si el hecho o el
sujeto son más de uno, habrá más de un objeto, uno por cada hecho y uno por cada sujeto.

Para determinar la unidad del hecho tenemos en cuenta tanto los factores externos del suceso como los internos
del sujeto y, conjunta o sucesivamente, la definición del tipo penal en el que se incardina. Esta doble
consideración, estos dos elementos a tener en cuenta, uno histórico natural desde su vertiente objetiva y subjetiva
y otro normativo es la defendida por las teorías normativas corregidas.

En conclusión, una vez determinado el hecho que ha originado el inicio del proceso, se busca su singularidad
propia, su unidad. El hecho concreto está acompañado de la totalidad de circunstancias que lo hacen único y
distinto del resto de acontecimientos de la vida. Esta singularidad nos permite distinguirlo de otros hechos y
descartar tanto la cosa juzgada como la litispendencia.

b) Indisponibilidad

Las partes no deciden qué hecho es el que será objeto del proceso. No existe un derecho al proceso ni a la
sentencia favorable. El MF está obligado -principios de legalidad y de necesidad- a introducir cualquier hecho
punible del que tenga noticia para que sea investigado y, en su caso, enjuiciado. La retirada de la acusación no
obliga al juez a poner fin al proceso. De igual modo que el juez puede iniciar de oficio la investigación, también
se le permite que "busque" a un acusador cuando el inicial decide retirarse. Así, si el órgano judicial no está de
acuerdo con que el proceso se paralice, se le permite solicitar al superior jerárquico del fiscal, que valore la
cuestión. Asimismo, puede ofrecer la acción al perjudicado para evitar tener que dictar un auto de
sobreseimiento.

c) Indivisibilidad e investigación de oficio

De la indivisibilidad del objeto se deduce la obligación del tribunal de agotar su complejidad en virtud del
principio de la búsqueda de la verdad material. La sentencia debe decidir plenamente el objeto, aunque solo
se le hayan planteado elementos parciales del mismo. Está obligado a aplicar la consecuencia jurídica adecuada
con el único límite de respetar el elemento esencial del hecho, como consecuencia de lo cual debe entrar en
todas y cada una de las circunstancias accesorias revestidas de relevancia jurídica, tanto referentes a elementos
externos u objetivos como a elementos internos o subjetivos.

Sobre esta idea el TS ha afirmado que, si el órgano judicial respeta la identidad esencial del hecho, "es posible
la modificación de sus modalidades, circunstancias, formas de participación, tipo de delito o grados de
ejecución.”

d) Inmutabilidad "versus" progresiva delimitación

El momento preclusivo máximo para aportar al proceso elementos fácticos constitutivos de su objeto es la fase
de la prueba. El proceso constituye el instrumento de delimitación del objeto. Será a través de la investigación
como podrán determinarse las circunstancias agravantes o atenuantes que pudieron concurrir con los hechos
concretos que se presentan. Pero una vez afirmado que el objeto se delimita precisamente a través del proceso,
la cuestión que se plantea es la de fijar los límites a partir de los cuales es posible esa ampliación o fijación
concreta. Una vez practicadas todas las pruebas finaliza la delimitación y el objeto se hace inmutable.

A. Elemento subjetivo: el sujeto investigado

El elemento subjetivo del objeto del proceso penal lo constituye solo el investigado. Es irrelevante quién sea el
acusador, con alguna excepción. Lo que identifica al objeto es el investigado que tiene que estar ya determinado
en el auto de procesamiento (para el proceso ordinario), y en el momento de la imputación formal (para el
resto de procesos).

A diferencia de lo que ocurre con el proceso civil, donde es el actor quien determina quién será la parte pasiva,
en el proceso penal la determinación del sujeto pasivo la hace la autoridad judicial. Con el acto de imputación
formal, desde que al juez instructor le consten indicios racionales de criminalidad queda fijado el sujeto pasivo
del proceso.
La edad del sujeto (menores de dieciocho años) y las demás condiciones del investigado (Ej. diputado o senador)
pueden tener relevancia en orden a la competencia judicial y al procedimiento previsto para el enjuiciamiento.
No se puede iniciar el juicio oral si no hay un sujeto determinado contra el cual se formule una acusación
concreta. Una vez iniciado, debe mantenerse su identidad en el mismo sentido que se exige la identidad del
hecho. Para ser parte pasiva de un proceso es necesario haber sido investigado en un momento en el que aún
sea posible articular una defensa completa. Nadie puede ser condenado por sentencia si no se le ha imputado
previamente un hecho punible. Por ello, aquel sobre quien recayeron las primeras suposiciones aparece más
tarde como inocente, será necesario poner fin al proceso en todo lo que a él respecta.

Si se sospecha -con base en indicios racionales de criminalidad- que puede ser otro el autor del delito, no podrá
ser este condenado -ni cuando se le haya interrogado como testigo en el juicio oral ni, aunque ya hubiera tenido
conocimiento de la investigación de los hechos desde el periodo de instrucción por cualquier otra circunstancia.

Podemos concluir afirmando que, de un lado, el sujeto pasivo es elemento esencial del objeto por sí mismo y,
de otro, en virtud de la vigencia del fundamental derecho de defensa y del principio de contradicción, los dos
elementos del objeto (el hecho y el sujeto) deben ser idénticos (en lo esencial) a lo largo de todo el juicio oral.

2) Identificación del hecho punible

Es una de las cuestiones más difíciles dentro del tema del objeto. La doctrina la estudia desde los comienzos de
la ciencia jurídica procesal. Gómez Orbaneja en sus comentarios a la LECrim de mediados del siglo XX
ya resumía las posturas existentes en esta materia, distinguiendo tres teorías para
determinar el hecho punible:

 TEORÍA NATURALISTA:

El hecho punible se identifica desde un punto de vista histórico → Es decir, como el trozo de vida de una
persona delimitado por sus coordenadas de espacio y tiempo, prescindiendo de su calificación jurídico-penal.

A nuestro juicio, es la concepción adecuada para determinar si existe litispendencia y cosa juzgada: a nadie se
le puede juzgar dos veces (ni simultánea ni sucesivamente) por el mismo hecho, aunque cambie el tipo delictivo.

 TEORÍA NORMATIVA:

Establece que, además del hecho dentro de sus coordenadas espacio-temporales, hay que tener en cuenta la
norma o tipo penal en que tal hecho se encaja o se subsume. De este modo se puede apreciar -
con todos sus matices- el delito continuado, así como establecer la jurisdicción y competencia del tribunal para
los casos en los que pueden existir distintos lugares de comisión de los hechos.

 TEORÍA NORMATIVA MODERADA:

Se caracteriza porque el referente jurídico donde encajar el hecho punible es el bien jurídico contra el que
atenta la conducta. El objeto no cambia si el hecho se subsume en otro tipo, siempre que se respete la identidad
del bien jurídico. Con esta concepción del hecho se posibilita delimitar la acusación e impedir que cambie a
partir de la imputación formal o procesamiento.

El bien jurídico protegido no se identifica con el título del Código Penal en el que se engloban los preceptos que
describen distintos delitos, sino que hay que analizar cada caso por separado, para comprobar cuál es en él el
bien jurídico que se lesiona por la conducta realizada.

Con esta concepción del hecho se posibilita delimitar la acusación e impedir que cambie sustancialmente a partir
de la imputación formal o procesamiento, y establecer la correlación entre acusación y sentencia
(art. 789.3 LECrim).
La calificación juridica es determinante en la mayoría de las ocasiones para describir el elemento esencial del
hecho punible. Cuando necesitemos comparar este con otro que se presente a discusión será fundamental la
mirada jurídica, el punto de vista que aporta el contemplarlo como integrado en un concreto tipo penal pudiendo
distinguirlo claramente de cualquier otro similar pero distinto en cuanto a su elemento esencial.

3) El objeto civil del proceso penal

 Acumulación de acciones:

Una de las características de nuestro derecho es justamente la de permitir que en el proceso penal se acumulen
la exigencia tanto de la responsabilidad penal como, en su caso, de la responsabilidad civil. Se trata
de un supuesto de acumulación de acciones, con sus ventajas e inconvenientes.

Tiene las ventajas de que, en principio, favorece la economía procesal, ya que no se implica a dos órdenes
jurisdiccionales y -además- el perjudicado no tiene que esperar a un proceso civil para obtener su resarcimiento
económico. Ahora bien, como todas las acumulaciones, también presenta el riesgo de la complicación del
objeto del proceso, lo que conllevaría retraso en la decisión del pleito.

En cualquier caso, la tramitación conjunta sí evita la posible existencia de sentencias contradictorias.

A pesar de lo que diga el art 1092 CC, la acción civil no deriva del delito → Es decir, no es necesario que haya
delito para que se establezca responsabilidad civil, sino que siempre que un hecho produzca un daño habrá que
indemnizar civilmente al perjudicado, aunque ese hecho en concreto no se califique de delito. La acción civil
deriva del hecho que es objeto de un proceso penal, no de su condena.

 Régimen jurídico:

El régimen procesal de la responsabilidad civil derivada de este hecho puede resumirse como sigue:

1.- Presunción de ejercicio conjunto → Se presume que interpuesta la acción penal se está ejercitando también
la acción civil (art 112 LECrim). Es una presunción iuris tantum. Se destruye pronunciándose expresamente
en contra de ella: el legitimado activamente puede renunciar a la acción civil, o reservarla para
un futuro proceso civil.

2.- El MF tiene la obligación de ejercitarla.

3.-Se pueden adoptar medidas cautelares de carácter civil (fianzas, embargos).

4.- Es posible que la fase de juicio oral se dedique únicamente a discutir la acción civil, cuando hubiese
conformidad respecto del objeto penal del proceso.

5.- Para la resolución del objeto civil se aplican las normas del CC o leyes civiles especiales, y la LEC.

 Contenido:

De acuerdo con lo que previene el CP, la pretensión de resarcimiento se concreta en la restitución de la cosa,
la reparación del daño y la indemnización de los perjuicios materiales y morales que se hayan irrogado.

1.- Restitución de la cosa

Siempre que sea posible deberá restituirse el mismo bien, abonando los deterioros y menoscabos que el órgano
judicial estime pertinentes. Asimismo, se establece que la restitución se llevará a cabo incluso cuando el bien
de que se trate se encuentre en poder de un tercero, aunque este lo haya adquirido legalmente y de buena fe, sin
perjuicio de las acciones que este tercero tiene para repetir contra quien corresponda y, en su caso, para ser
indemnizado. Esta regla general contiene una excepción: que ese tercero haya adquirido el bien en la forma y
con los requisitos que la ley establece para hacerlo irreivindicable.
2.- Reparación del daño

Podrá consistir en obligaciones de dar, hacer o no hacer, obligación de reparar que el órgano judicial
establecerá teniendo en cuenta el daño que se haya causado y las condiciones personales y patrimoniales del
culpable, determinando asimismo si esa reparación ha de ser llevada a cabo por esa misma persona o por un
tercero a su costa.

3.- Indemnización

Comprenderá los perjuicios no solo materiales sino también morales causadas por el hecho, incluyendo los
que se hubiesen causado al agraviado, a sus familiares e incluso a terceros.

El CP reconoce la posibilidad de que exista compensación de culpas → Es decir, que, si de alguna manera el
agraviado con su conducta también produjo el daño, se compensará por los tribunales.

En la sentencia en la que se declare la responsabilidad criminal, los tribunales tendrán que hacer una declaración
sobre responsabilidad civil, estableciendo las bases en las que funden la cuantía de los daños e indemnizaciones
que se hayan causado, o posponiendo su determinación para que se haga en el proceso de ejecución de sentencia.

4) Las cuestiones prejudiciales

 Precisiones previas:

Según la prof. Armenta Deu "las cuestiones prejudiciales (no penales) son aquellas configuraciones de la ley
penal sustantiva que exigen, para poder dictar sentencia, entrar a dilucidar relaciones jurídicas propias de
otro orden jurisdiccional, que operan como antecedente lógico jurídico del silogismo en que se ha de fundar la
sentencia penal” → Así para poder aplicar la norma penal, el tribunal penal, en ocasiones, ha de determinar si
la conducta del acusado se ha proyectado sobre una cosa mueble o sobre un derecho real de dominio, o si
este ha recibido en depósito una cosa, o si el acusado ostenta o no la condición de funcionario.

En estos supuestos, bien el propio juez penal (cuestiones prejudiciales no devolutivas), bien el del orden
correspondiente (cuestiones prejudiciales devolutivas) deben resolver sobre tal relación jurídica (con carácter
prejudicial) antes de enjuiciar el objeto procesal penal. En este sentido se habla de la acumulación de un objeto
procesal heterogéneo".

La justificación de la existencia de cuestiones prejudiciales en todos los procesos se encuentra en la conexión


que existe entre las distintas ramas de ordenamiento jurídico.

En cuanto al órgano competente para conocer de ellas, debe atenderse la especialización de los órganos
judiciales por razón de la materia. Así, será devolutivas cuando se deriven a un orden jurisdiccional
especializado en materia concreta sobre la que se plantee la cuestión prejudicial y devolutivas cuando el propio
tribunal penal pueda decidir -con carácter previo- y sin que produzca efectos de cosa juzgada- las cuestiones
propias de otro orden jurisdiccional que precise para tomar una decisión de carácter penal.

 Régimen jurídico:

1. Régimen general de las cuestiones prejudiciales

El art. 10 LOPJ establece que "1. A los solos efecto prejudiciales, cada orden jurisdiccional podrá conocer de
asuntos q no le estén atribuidos privativamente. 2. No obstante, la existencia una cuestión prejudicial penal de
la que no pueda prescindirse para a debida decisión o que condicione directamente el contenido de esta
determinará la suspensión del procedimiento, mientras aquella no sea resuelta por los órganos penales a quienes
corresponda, salvo las excepciones que la Ley establezca".

2. Régimen particular en el proceso penal


Por su parte, los arts. 3 a 7 LECrim señalan que los tribunales penales podrán resolver cuestiones prejudiciales
de carácter civil o administrativo, aplicando las normas de su orden competencial.

- Cuestiones prejudiciales no devolutivas

Por regla general, la competencia de los tribunales encargados de la justicia penal se extiende a resolver -para
solo el efecto de la condena- las cuestiones civiles y administrativas prejudiciales propuestas con motivo de los
hechos perseguidos, cuando tales cuestiones aparezcan tan íntimamente ligadas al hecho punible que sea
racionalmente imposible su separación (art. 3 LECrim).

Si la cuestión civil prejudicial se refiere al derecho de propiedad sobre un inmueble o a otro derecho real,
el órgano judicial penal podrá resolver acerca de ella cuando tales derechos aparezcan
fundados en un título auténtico o en actos indubitados de posesión (art. 6).

- Cuestiones prejudiciales devolutivas relativas

Sin embargo, si la cuestión prejudicial fuese determinante de la culpabilidad o de la inocencia, el juez o


tribunal suspenderá el procedimiento hasta la resolución de aquella por quien corresponda; pero puede fijar un
plazo, que no exceda de dos meses, para que las partes acudan al órgano civil o contencioso-administrativo
competente. Pasado el plazo sin que el interesado acredite haberlo utilizado, el LAJ -mediante diligencia- alzará
la suspensión y continuará el procedimiento. En estos juicios será parte el MF (art. 4 LECrim).

- Cuestiones prejudiciales devolutivas absolutas

A pesar de lo dicho, las cuestiones civiles prejudiciales referentes a la validez de un matrimonio o a la


supresión de estado civil, se diferirán siempre a quien deba entender de las mismas, y su decisión servirá de
base a la del órgano penal (art. 5 LECrim).

También podría gustarte