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INTRODUCCION

El aprendizaje por modelamiento no implica provocar una respuesta así


como tampoco implica que la respuesta se aprenda por un proceso de
continuidad temporal entre diferentes estímulos. Sin embargo, a través del
discurso reiterado acerca de las pautas que debe asumir el individuo durante
su etapa de crecimiento, se podrán inculcar elementos que contribuyan en
conformar una manera de comportamiento única y especifica en cada una de
las personas logrando así, desembocar en una actitud que puede
manifestarse contrariamente a lo que indican las normas aceptadas
socialmente.

Así, el modelamiento no solo ilustra una posible conducta observable,


sino que también contribuye a la formación de conceptos, creencias,
actitudes y necesidades propias de cada individuo; las cuales permanecen
ocultas hasta que se susciten eventos capaces de hacer aflorar esa gama de
aprendizajes que se hallan ocultos en el subconsciente de la persona, los
que generalmente van en detrimento del comportamiento efectivo de la
misma, contribuyendo con la permanencia fobias o accionar de conductas
disruptivas o inapropiadas para el normal desempeño de cualquier relación.
En este caso en particular las relacionadas con la manera de actuar y pensar
de las mujeres con respecto a la sexualidad, la influencia de los mayores en
su aprendizaje, posterior accionar en todo lo que implica el plano sexual y
sus consecuencias en la relación de pareja.

Durante el avance que ha tenido el Siglo XXI, varias tendencias como las
ciencias y la tecnología han producido información suficiente como para
promover cambios profundos que pudieran influir en la manera de pensar y
actuar de la mujer, en cuanto a sexualidad se refiere, permitiendo un mejor
desenvolvimiento en la relación de pareja y un mayor disfrute en el ejercicio

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de la función sexual; sin embargo, y a pesar de todos los cambios habidos,
se continúa observando un notable número de personas que siguen
manteniendo viejos prejuicios que pudieran incidir de manera directa en el
desarrollo y participación activa, por parte de ella, en las relaciones íntimas
con su pareja, sobre todo, en la etapa adulta joven; lo que hace pensar que
aun con todo lo dinámico y cambiante que es la sociedad actual, se siguen
manteniendo patrones de conducta que son difíciles de erradicar de manera
total.

Sabiendo que los prejuicios son ideas o conceptos que se tienen acerca
de un tema en particular, los mismos constituyen una poderosa razón para
actuar a favor o en contra de un individuo, colectivo o situación que se le
presente a quien los mantenga. Es por ello que en el ámbito sexual, donde
muchas personas no tienen la preparación o conocimientos necesarios
acerca de la sexualidad y su implicación en la vida de la pareja y a pesar de
haberse tenido, la mayoría de las veces, contacto íntimo de esa naturaleza
antes de formalizar una relación de pareja, este tipo de conceptos tienen una
gran influencia en el sujeto, conllevándolo a mantener una actitud de reserva
hacia la misma y por supuesto, costumbres que evitan un efectivo disfrute en
el ejercicio de la función sexual.

En ese sentido, esas actitudes asumidas por la mujer en particular, le


evitan ser desinhibidas al momento de iniciar un encuentro sexual, por lo que
se limita a esperar que sea el hombre quien empiece dicho encuentro,
privándose de demostrar o pedirle a su pareja las formas o elementos que le
gustaría recibir o disfrutar durante el ejercicio de la función sexual,
manteniendo una actitud pasiva, y aceptando solo lo que la pareja propone.

Desde esta perspectiva, el autor centra su investigación en comprender la


relación que pudiera existir entre los prejuicios y la influencia de éstos en la

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iniciativa en el ejercicio de la función sexual por parte de la mujer, quien,
durante mucho tiempo, ha sido educada para complacer y no para disfrutar
del placer sexual.

Así, el presente estudio, de tipo correlacional desarrollado bajo un diseño


transaccional descriptivo, está estructurado de la siguiente manera:

Capítulo I: El Problema. Comprende el planteamiento del problema, los


objetivos perseguidos por el estudio realizado donde se definen el objetivo
general y los específicos; así como la justificación e importancia de la
investigación.

Capitulo II: Marco Teórico. Hace referencia a las investigaciones que se


relacionan con la presente investigación, se involucran los enfoques teóricos
que se asumen para la misma, así como las bases legales que la sustentan.

Capitulo III: Marco Metodológico. Está referido a los procedimientos


empleados para la recopilación y análisis de los datos. Lo conforman el tipo y
diseño de la investigación, sistema de variables y muestra, técnicas e
instrumento de recolección de datos, validez y confiabilidad y las técnicas de
análisis y presentación de datos.

Capitulo IV: presentación y análisis de resultados. Está centrado en la


presentación gráfica de los resultados obtenidos, así como el análisis e
interpretación de los mismos, de acuerdo con la información recolectada
entre los sujetos de estudio.

Capítulo V: Conclusiones y Recomendaciones. Comprende la síntesis de


los hallazgos evidenciados y las sugerencias para contribuir con la solución
del problema detectado. Finalmente se mencionan las referencias
bibliográficas y documentales consultadas y los anexos correspondientes.

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CAPITULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del problema

Una institución social se conforma de un conjunto específico de pautas o


modelos culturales, cuya principal función es la de transmitir, vigilar y regular
el proceso de socialización a través de la cual los individuos adquieren la
herencia cultural correspondiente. En tal sentido, se acepta a la familia como
la institución social o cultural más antigua, pues para todo individuo, el
pertenecer a ésta proporciona una serie de deberes y obligaciones, le
posibilita adquirir pautas específicas de conducta y lo orienta, facilitándole su
correcta socialización: internalización de los valores socialmente aceptados.

Así; los responsables de la transmisión de las normas, valores y modelos


de comportamiento son los llamados agentes de socialización, que son
muchos y pueden actuar de acuerdo, por lo menos en una serie de normas y
de conductas en torno a las cuales se da un consenso de toda la sociedad,
pero que también pueden competir entre sí, transmitiendo diferentes
contenidos que reflejan la pluralidad de los valores y opiniones existentes en
la sociedad ya que es difícil imaginar la socialización como un proceso
unitario e indiferenciado.

Por eso, la familia es el agente socializador más importante en la vida de


un individuo, no solo porque es el primer agente, sino porque se constituye
en el nexo entre el individuo y la sociedad. Es la familia la que socializa al
niño (niña)1 permitiéndole interiorizar los elementos básicos de la cultura y
desarrollar las bases de su personalidad.

De acuerdo con Verden – Zöller (1978, 1979 y 1982);

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En la medida que crecemos como miembros de una cultura, crecemos
en una red de conversaciones participando con otros miembros de ella
en una continua transformación consensual que sumerge al individuo
en una manera de vivir que hace y se hace espontáneamente natural.
Allí, en la medida en que adquirimos nuestra identidad individual y
nuestra conciencia individual y social, seguimos como algo natural el
emocionar de la madre y de los adultos con los cuales convivimos,
aprendiendo a vivir el flujo emocional de nuestra cultura que hace de
todas nuestras acciones, acciones propias de ella…(pág. 43)
Es decir, desde el mismo seno del hogar se promueve la enseñanza y
aprendizaje de ideas y conceptos que muchas veces resultan equivocados
en la persona o contrarios respecto a lo que realmente se quiere o aspira
lograr por parte de ella, convirtiéndose en un aprendizaje no acorde con su
personalidad y, por supuesto, entorpeciendo el libre desempeño de las
funciones que le corresponde desempeñar en su momento, sin conocer
siquiera el porqué de tal actitud ni percatarse del daño que pueda hacer o
hacerse.

Es por ello que, Domjan, 2009; refiere lo siguiente:

El aprendizaje es una experiencia humana tan común que las


personas rara vez reflexionan sobre lo que realmente significa decir
que se ha aprendido…Es un cambio duradero en los mecanismos de
conducta que implica estímulos y/o respuestas específicas y que es
el resultado de la experiencia previa con estímulos y respuestas o
con otros similares. (pág. 14)
Lo cual significa que, a pesar de saber lo perjudicial que pueden resultar
ciertos patrones de conducta, generalmente no se sabe desde cuándo están
afectando el modo de actuar de quien la ejecuta, corroborando así, el hecho
de que los patrones adquiridos a edad temprana pueden perturbar
permanentemente el desempeño social, familiar o personal de ese individuo.

Por otro lado, continúan Maturana y Verden-Zöller, 2007; indicando lo


siguiente:

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El resultado es que, una vez que hemos crecido miembros de una
cultura particular, todo en ella nos resulta adecuado y evidente y sin
que nos demos cuenta, el fluir de nuestro emocionar (de nuestros
deseos, preferencias, rechazos, aspiraciones, intenciones,
elecciones…) guían nuestro actuar en las circunstancias cambiantes
de nuestro vivir, de manera que nuestras acciones son acciones que
pertenecen a esa cultura. (pág. 43).
Indicando con esto que no solo las costumbres que van en beneficio del
desarrollo social, guían o encaminan las emociones en las distintas
circunstancias en las que se desenvuelve el sujeto, sino también aquellas que
perturban la forma de actuar y comportarse cada persona; lo que puede
desencadenar en anomalías y disfunciones perjudiciales en las relaciones de
cualquier tipo, y ya que estas afectan los ámbitos biopsicosociales, los
aspectos referidos a la sexualidad no escapan a esta realidad permitiendo
que los prejuicios, tabúes y creencias incidan desfavorablemente en la vida
sexual de la persona.

Como se sabe, son diversos los componentes que constituyen la


sexualidad, por lo que pueden mencionarse: el componente biológico, el
social, el psicológico e incluso el espiritual; por lo que dicha diversidad
ocasiona que en algunos casos, se produzcan errores conceptuales, mitos y
falsas creencias que conllevan a la inhibición u ocultamiento de posturas y
sensaciones placenteras en el logro de la satisfacción en el ejercicio de la
función sexual.

La conformación de estos prejuicios se origina desde los años infantiles


cuando, por ejemplo, se promueve evitar conversar acerca de los temas
sexuales o tener contacto con los genitales por considerarlo pecaminoso y
amoral, contribuyendo a condicionar la sexualidad y las relaciones sexuales
en la vida adulta, creando conflictos internos que resultan difíciles de
combatir.

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Según Bartolomé y otros, 1997: …el prejuicio es una actitud que
predispone a una persona para que piense, sienta y actúe de una manera
favorable o desfavorable hacia un determinado grupo o hacia sus miembros.
(pág. 81); constituyendo así una conducta influida por los conocimientos
adquiridos en el entorno familiar, escolar, religioso (cognitivo-conductual) que
contradicen lo planteado por Moles, 1997; quien asegura que: la sexualidad
implica una serie de respuestas y comportamientos por medio de los cuales
un organismo busca satisfacer necesidades e impulsos sexuales, y por lo
tanto: el objetivo fundamental del ejercicio de la sexualidad es la búsqueda del
placer. (pág. 134-136); poniendo de manifiesto las variables fisiológicas,
cognitivas, afectivas y comportamentales; disponiendo al organismo en la
consecución del mencionado placer (nota del investigador)

De no accionar correctamente en el logro de la satisfacción


correspondiente, pudieran estar presentes ciertos patrones de
comportamiento adquiridos a temprana edad, los cuales afloran las
restricciones en el deseo sexual, particularmente en el caso de mujeres
jóvenes (edad adulta joven) quienes muestran actitudes de reserva e
inhibición frente al tema de la sexualidad, lo que pudiera hacerlas actuar con
sumisión, acatamiento, complacencia y cumplimiento en el rol de esposa,
madre o ama de casa, dejando de lado el goce y disfrute del ejercicio de la
función sexual. (Comportamiento observado en mujeres con esa edad. Nota
del investigador)

Sin embargo, llama poderosamente la atención que luego de alcanzar una


edad superior a los 30, y mucho más en la etapa de los 40 en adelante, un
alto porcentaje de esas mismas mujeres se expresa abiertamente respecto a
los temas sexuales y la connotación que ello implica en la relación de pareja,
llegando incluso, a manifestar una actitud desinhibida y abierta, sin ningún
tipo de recato respecto al tema; así como también dejar saber que, en la

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medida de lo posible, son ellas quienes asumen el rol protagónico al momento
de iniciar un encuentro sexual; lo que no significa que no hubiesen asumido
esa postura en tiempos pretéritos pero que no eran capaces de manifestarlo
públicamente o preferían callarlo para no sentirse señaladas o considerar que
eran temas muy personales e íntimos imposibles de divulgar por respeto o
pena hacia los demás o específicamente hacia su pareja. (nota del
investigador).

En ese sentido, se hace necesario conocer las anomalías existentes en


mujeres con esa edad, si es que las manifiestan, y en caso de existir dichas
anomalías, conocer cuáles y en qué medida influyen éstas creencias y
prejuicios en este grupo de mujeres; por lo que se toman como referencia
las actitudes de estas féminas para realizar un trabajo de investigación
titulado: Los prejuicios y la iniciativa en el ejercicio de la función sexual en
mujeres con edades comprendidas entre los 20 y 40 años residenciadas en
la Urbanización “Los cocalitos” de Marigüitar, Municipio Bolívar del Estado
Sucre; para lo cual se seleccionarán mujeres pertenecientes a diferentes
estratos socio-económicos, nivel académico, credo político y religioso, entre
otros aspectos que puedan determinar: ¿Cuánto influyen los prejuicios en el
ejercicio de la función sexual de éstas mujeres? ¿Cuáles pudieran ser los
más comunes en este grupo de mujeres? ¿Se muestran cohibidas las
mujeres ante la posibilidad del ejercicio de la función sexual?

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OBJETIVOS DE LA INVESTIGACION

Objetivo General
Comprobar la relación existente entre los prejuicios sexuales y la iniciativa en
el ejercicio de la función sexual en mujeres con edades comprendidas entre
20 y 40 años residenciadas en la urbanización “Los Cocalitos”, Marigüitar,
Municipio Bolívar, estado Sucre

Objetivos Específicos
Indicar los prejuicios sexuales que presentan las mujeres con edades
comprendidas entre 20 y 40 años

Caracterizar la iniciativa que manifiestan las mujeres en el ejercicio de la


función sexual con edades comprendidas entre 20 y 40 años residenciadas
en la urbanización “Los Cocalitos”, Marigüitar, Municipio Bolívar, estado
Sucre.

Establecer la relación entre prejuicios sexuales y la iniciativa en el ejercicio


de la función sexual en mujeres con edades comprendidas entre 20 y 40
años residenciadas en la urbanización “Los Cocalitos”, Marigüitar, Municipio
Bolívar, estado Sucre.

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Justificación del Problema
Como es bien sabido, la función sexual es un importante indicador de la
calidad de vida de las personas, la cual está influenciada por una gran
variedad de factores físicos, psicológicos y sociales y como el bienestar
sexual es uno de los estados primordiales en la sensación de placer del
individuo, especialmente en la mujer, ya que logra unificar la satisfacción
física – emocional, además de fortalecer su propia identidad y sentido de
feminidad; es importante conocer el impacto sufrido por la mujer, en cuanto a
la influencia de factores externos en el ejercicio de la función sexual.
Si desde el momento mismo de la concepción el ser humano recibe
influencias externas que lo van preparando o moldeando acerca de lo que va
a ser (varón o hembra) y a partir del nacimiento, mediante las caricias y
susurros se le va induciendo cómo deberá comportarse o cómo asumir los
compromisos que se le presentarán a lo largo de su vida, ya que, por ejemplo,
a la mujer desde que está en el vientre de la madre se le coloca en el famoso
mundo rosado, los colores de asignación femeninos son los suaves y tonos
pasteles, de ella se aspira sea dulce, cariñosa, apacible, afable, suave y
pasiva y todo ello marca hasta sus juegos infantiles y profesiones futuras, lo
que implica someter a la criatura a los designios de los adultos haciéndola
participe de un mundo que ni siquiera conoce, inculcándole, desde temprana
edad, formas de comportamiento que tal vez vayan en contra de lo que en
realidad pueda sentir ese ser.

Por tanto, la presente investigación se plantea como un aporte teórico-


práctico, que estudiar los distintos elementos que influyen en el modelamiento
conductual del individuo los responsables de la transmisión de las normas,
valores y modelos de ese comportamiento que son los llamados agentes de
socialización y en ese aspecto, la familia es el agente de socialización más
efectivo, no solo porque es el primer agente, sino porque se constituye en el

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nexo entre el individuo y la sociedad. Es la familia la que socializa al niño(a)
permitiéndole interiorizar los elementos básicos de la cultura y desarrollar las
bases de su personalidad, ya que dentro del seno familiar el niño(a) debe
ajustarse a las peticiones y presiones de los padres, simplemente para
obtener recompensas o evitar castigos; limitándose a obedecer y a restringir
los gustos y deseos hacia lo que quiere o aspira lograr, convirtiéndose estos
en creencias, tabúes, prejuicios o anomalías que inducen a un
comportamiento inadecuado en la vida futura de la persona.

Se considera entonces, desde la perspectiva social que la familia es el


primer factor de modelamiento y conducta de las experiencias tempranas del
individuo, las cuales podrían perdurar en el tiempo, convirtiéndose en un
círculo vicioso alrededor de las nuevas generaciones, sin saber, muchas
veces, si se perjudica o beneficia el desarrollo social del mismo y
manteniendo una conducta difícil de erradicar. De allí se desprende que,
siendo la familia el primer elemento capaz de inducir una praxis negativa en la
sexualidad de sus componentes, debería ser también en el seno familiar
donde se inicien los cambios necesarios para evitar las posibles disfunciones
o conductas disruptivas en sus miembros; por lo que hoy en día aún se
encuentran marcas de actitudes de las sociedades pasadas respecto al sexo.

Por definición se constituyen los mitos femeninos: mujer es igual a madre


(primera y suprema aspiración femenina), el amor femenino debe ser
romántico y además, debe tener una pasividad erótica (no debe tomar nunca
ella la iniciativa, o sea, parte activa en los juegos amorosos). En ese sentido,
es bien conocido que durante los años de la edad adulta joven, la mujer
pareciera estar inhibida en el hecho de manifestar, de manera abierta, algún
rasgo de su sexualidad, o en caso de hacerlo, lo hace de una forma muy sutil
y tratando de no demostrar, en lo posible, facetas de la relación de pareja o
evitando comentarios respecto al tema por vergüenza, temor o simplemente

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por considerar que son aspectos íntimos de la pareja que no deben
trascender hasta las amistades o conocidos.

De acuerdo con lo anterior, el siguiente trabajo tiene por finalidad


comprobar la existencia de prejuicios (sexuales, religiosos, familiares o de
otra índole) presentes en mujeres con edades comprendidas entre 20 y 40
años residenciadas en la urbanización “Los Cocalitos”, Marigüitar, Municipio
Bolívar, estado Sucre y la posible influencia que estos pudieran tener en la
iniciativa del ejercicio de la función sexual o, por el contrario, no existen
conceptos o ideas prejuiciosas en ese sentido, lo que pudiera ser indicativo
de que, a pesar de que en el lapso de tiempo antes descrito, la mujer no se
exprese de manera abierta con respecto a la sexualidad, no significa que
pueda sufrir este tipo de conductas negativas.

En ese sentido, desde la perspectiva metodológica se efectuó la


aplicación de un instrumento de recolección de datos diseñado para tal fin,
se aspira recopilar la información suficiente como para determinar la
existencia de los prejuicios antes mencionados; el cual se encuentra
enmarcado dentro del modelo cognitivo – conductual y sus parámetros
relacionados con el aprendizaje por modelamiento (vicariante) o de otra
índole y su posterior pauta de comportamiento en este grupo de mujeres.

Finalmente, cabe destacar que el instrumento aplicado para la recolección


de datos podría ser utilizado en cualquier grupo de mujeres con
características similares, así como también el hecho de asumir la posibilidad
de servir como punto de apoyo o referencia a futuras investigaciones
relacionadas con el mismo tema o alguno parecido, a sabiendas de lo
perjudicial que resultan las experiencias o aprendizajes adquiridos en edad
temprana y las consecuencias que pueden acarrear en la vida adulta.

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CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
En este capítulo se dan a conocer algunos de los trabajos que se
realizaron con antelación al mismo, tratando de establecer un vínculo entre
aquellos y éste, de manera que sirvan de referencia en cuanto a diferentes
aspectos que abarca la sexualidad femenina, sin tomar en cuenta el espacio
geográfico, ya que se han encontrado similitudes entre ellos a pesar de
haberse realizado en áreas distantes una de la otra.

Antecedentes
Antiguamente la sexualidad en la mujer no era un tema difundido, por el
contrario, el sexo femenino ha sido discriminado por muchas culturas y
particularmente este aspecto, pero debemos estar conscientes que del
adecuado conocimiento y disfrute de la sexualidad depende, en gran medida,
la felicidad de la pareja, pues constituye su base, el fundamento de su
estabilidad y la justificación de su mantenimiento; no es un aliciente más de
la relación hombre-mujer sino su esencia; no es un premio que se va a
disfrutar cuando se autorice, ni la vergüenza de ser como animales, es la
conducta más gratificante que el hombre puede desarrollar, y que a merced
de su inteligencia superior puede enriquecer en cada nuevo encuentro,
evitando lo que se puede tener en común con la sexualidad de otras
especies de animales: su repetición automática y como medio de un fin
exclusivo, la fecundidad monótona.

Muchos han sido los estudios aplicados a la sexualidad de la mujer a


partir de los 40 años, ya que, según esos mismos estudios, es a esa edad
cuando la mujer conoce con más amplitud la forma de reaccionar su cuerpo
ante un estímulo sexual, además de que no existe cohibición en la
realización del acto como tal, en donde se involucran una serie de factores
que logran la actitud asumida por ella a esa edad.

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Es por ello que, aunque no existe una relación directa entre el tema
central de esta investigación y los antecedentes aquí presentados, no es
menos cierto que estos constituyen, de cierta manera, un esbozo o camino a
seguir para lograr entrar o configurar una idea referida a: “Los prejuicios y la
iniciativa en el ejercicio de la función sexual en mujeres con edades
comprendidas entre 20 y 40 años residenciadas en la urbanización “Los
Cocalitos”, Marigüitar, Municipio Bolívar del estado Sucre”, ya que en los
mismos se encuentran tópicos relacionados con dicho tema.

En este sentido, se encuentra el estudio prospectivo y longitudinal con


pacientes de la consulta de climaterio del Hospital Materno de Guanabacoa
(Cuba), realizado en el año 1999 por el Dr. Valentín Martínez Camilo, la Dra.
Beatriz Torrientes Hernández y la Lic. Patricia Paz Aranda, con la finalidad
de conocer: “El comportamiento de la sexualidad de la mujer de mediana
edad”; cuya muestra estuvo constituida por 253 pacientes (no se especifica
la edad) a quienes se les aplicó una encuesta para determinar las variables
que fueron realizadas para el estudio en cuestión, cuyos resultados fueron
los siguientes: 80,6% de las mujeres estudiadas conoce qué es el orgasmo,
87,7% no lo siente, 89,3% no tiene deseo sexual, 93% no son comprendidas
por sus parejas y 91, 5% no tienen interés por solucionar su problema.

Las conclusiones del presente trabajo son las siguientes: los trastornos de
la sexualidad en las mujeres de edad mediana son el resultado de un
desequilibrio en los factores biológicos, psicológicos y socioculturales; que la
conducta seguida por la población femenina de esta edad, ante los
problemas sexuales no han sido adecuados, por lo que consideramos que
aún le falta mucho por aprender a la mujer cubana sobre sexualidad y las
modificaciones que éstas pueden seguir en esta etapa de la vida.

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Considerando que el orgasmo constituye la culminación de una relación
sexual, es notoria la alta frecuencia de mujeres que manifiestan no sentirlo a
pesar de que también es alta la cantidad de ellas que dice conocer lo que es,
así como aquellas que confiesan no tener deseos sexuales; lo que pudiera
dar una idea de lo contradictorio de la situación en vista de que, a pesar de
conocer lo que es el clímax sexual, no les satisface sentirlo, tal vez por algún
trauma personal o por tabúes o prejuicios arraigados en este grupo de
mujeres.

Por otro lado, se encuentra: “El estudio descriptivo del comportamiento


sexual de los hombres y mujeres que mantienen relaciones de pareja en
Barranquilla (Colombia)”, llevado a cabo por Francisco Álvarez Yguarán, Luis
E. Gómez R., Carlos Acosta B. y otros (s/f), aplicado a personas con edades
comprendidas entre 18 y 35 años, pertenecientes a tres de los estratos socio
– económicos (alto, medio y bajo), haciendo referencia a las principales
actitudes y comportamientos frente a las relaciones sexuales, así como a
factores involucrados en la determinación de esas relaciones, tales como
juegos pre coitales, fantasías sexuales, disfunciones, variaciones sexuales
(exhibicionismo, voyeurismo, sadomasoquismo, travestismo, transexualismo,
fetichismo, zoofilia y pedofilia).

Para ello se construyeron y validaron un par de cuestionarios, los cuales


constaban de 136 preguntas el masculino y 137 el femenino, que abarcaban
las áreas de investigación requeridas. Los resultados obtenidos, en ambos
casos, fueron los siguientes: respecto a los años de noviazgo entre 1 y 2
años (56% y 51%), se unen entre 20 y 24 años (52% y 54%), matrimonio
predominante: católico (66% y 63%)…la edad para la primera relación
sexual: 19 años mujer (13%) y 14 años hombre (28%), a la práctica de las
relaciones sexuales se le da mucha importancia (78% y 96%), la tienen entre
2 y 3 veces por semana (29% y 45%), el papel desempeñado se da hombre

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activo y mujer activa (75% y 81%), ella toma en ocasiones la iniciativa sexual
(67%) y él lo hace (53%)…experimentan orgasmos (91% y 96%) y además
consideran que este es muy importante (71% y 87%)… esta relación es
generalmente satisfactoria (38% y 39%)…

De acuerdo con los resultados de este trabajo, algunas de las


conclusiones presentadas son: respecto a la iniciativa sexual, podemos
afirmar que ya no es solamente el hombre quien inicia el acto sexual, se
encontró que las parejas jóvenes tienden a tener, por lo general, las
relaciones sexuales entre 2 y 3 veces por semana, el desarrollo de las
relaciones íntimas ocurre dentro del tipo “hombre activo – mujer activa” en la
mayoría de las parejas, en lo referente al diálogo sexual ha habido un gran
avance por cuanto los resultados obtenidos en las muestras dicen que las
parejas dialogan sobre temas sexuales, una cuarta parte de las mujeres
manifestó realizar el coito sin orgasmo y se encontró que las mujeres
demoran un largo rato para alcanzar la excitación suficiente y tienen que
hacer un esfuerzo de concentración para lograrla.

En los resultados obtenidos en este estudio se evidencia un alto índice de


satisfacción sexual, ya que la población estudiada manifestó lo siguiente:
mujer activa: 75%, toma la iniciativa: 67%, experimenta orgasmo: 91%, la
relación es importante: 71% y satisfacción sexual: 38%; lo que pareciera
indicar también una gran contradicción en lo referente a la actividad sexual,
la toma de iniciativa, la culminación con orgasmo y la satisfacción; ya que el
último aspecto refleja un bajo porcentaje con respecto a los anteriores.

Esto pudiera llevar a pensar que la mayoría de las mujeres encuestadas


no fueron sinceras al contestar el cuestionario respectivo y, al igual que en el
caso anterior, existen prejuicios que inciden de manera negativa en las

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relaciones sexuales y por eso se evidencia la contradicción entre unos y
otros aspectos.

También existe un estudio descriptivo correlacional realizado por Charnay


Rebolledo, Mónica y Elena Henríquez Fierro, cuyo objetivo fue conocer “La
magnitud del deseo sexual inhibido y factores que lo influyen en mujeres en
edad fértil usuarias del sistema municipalizado de salud de la comuna
Concepción (Chile)”; en donde se aplicó un cuestionario elaborado por las
autoras a 367 mujeres, el cual mide las variables y factores que influyen en
la presencia del deseo sexual inhibido y un instrumento de Master, Johnson
y Kolodny: “Autovaloración del deseo sexual inhibido”, modificado y adaptado
por las autoras.

Los resultados obtenidos indican que un 34,9% de las mujeres presenta


deseo sexual inhibido, que existe relación estadísticamente significativa entre
la variable, nivel educacional de la mujer y de la pareja, situación laboral de
la pareja, satisfacción de las necesidades básicas, satisfacción sexual,
satisfacción con la relación de pareja y la variable dependiente deseo sexual
inhibido. Para la asociación estadística, se utilizó chi cuadrado de Pearson.

El perfil de la muestra corresponde a las ¾ partes de las mujeres de 20 a


35 años y la pareja, en similar proporción,…En relación a la fuente de
información sexual, el 16% dice haber aprendido de ambos padres; el 13,1%
de la madre; 0,3% del padre; 25,6% de las amigas; 40,3% de su pareja;
48,5% de los profesores; 20,7% de los compañeros de estudio; 53,7% de
profesionales de la salud y 86,6% de los medios de comunicación. Por otro
lado el 29,2% profesa la religión evangélica; 59,4% la católica; 3,5% otra
religión y 7,9% no profesa ninguna. En relación a la satisfacción sexual, el
71% se manifiesta altamente insatisfecha; 49,6% medianamente satisfecha y
46,3% altamente satisfechas.

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Dentro de este estudio se pueden apreciar otros aspectos que, como ya
se dijo, no son relevantes para este caso en particular, sin embargo,
tomando en consideración los resultados obtenidos por estos estudios en
relación con aspectos considerados de tipo sexual: incidencia en la relación
de pareja, satisfacción sexual, orgasmo, aprendizaje acerca de la sexualidad,
entre otros, se puede deducir lo siguiente:

En cuanto a la obtención del orgasmo: 80,6% y 71% dicen tenerlo; lo que


debería indicar una elevada tasa de satisfacción sexual, pero esto no se
corresponde con lo anterior, ya que, de acuerdo con esos mismos datos, un
87,7% de mujeres no siente orgasmo, 89,3% no presenta deseo sexual, 62%
mantienen una relación insatisfactoria, 7,1% se siente altamente insatisfecha
y 49, 6% medianamente satisfecha; lo que arroja un promedio de 52% de
insatisfacción sexual. De acuerdo con estas cifras, se pudiera pensar que
más de la mitad de esas mujeres mantienen una relación de pareja por otras
causas y no por sentirse satisfechas con dicha relación.

En lo referente a la iniciativa sexual: un 67% de mujeres manifiesta


hacerlo, mientras que un 53% de hombres se pronuncia por esta actitud; lo
que indica la mayor disponibilidad de la mujer al cumplimiento del ejercicio de
la función sexual en un porcentaje de 14% por encima de los hombres, o
sea, en este aspecto la mujer asume la iniciativa sexual con mayor
porcentaje que los hombres.

En este caso en particular se percibe un gran vacío en cuanto a los


conocimientos y enseñanza que deben aportar los padres en la educación
sexual de los hijos e hijas, ya que al no contribuir con la misma, los y las
jóvenes tienen la convicción de que es más fácil hallar dicha información a
través de otros medios, continuando de esta forma, con el mal manejo de los
conceptos concernientes al tema y posterior incremento de los prejuicios en

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los adolescentes y consecuentemente, en las futuras relaciones de pareja, lo
que se puede desprender de la alta incidencia de insatisfacción que se
aprecia en la población estudiada.

Así mismo, se puede nombrar el trabajo de investigación titulado:


“Comportamiento sexual de las mujeres pacientes del consultorio Los Cerros
de la comuna de Talcahuano ante el comportamiento machista del hombre
en el embarazo de éstas”, realizado por Alejandro Romero, Licenciado en
Sociología en la Universidad de Concepción (Chile), desde el 1 de marzo
hasta el 30 de septiembre de 1999 y finalizada su corrección el 30 de
septiembre de 2000.

Dicho trabajo tuvo como directriz establecer una posible relación entre el
comportamiento machista y el embarazo, en donde la recolección de la
información se hizo a través de una encuesta semi - estructurada mixta, la
cual se entregó personalmente a cada seleccionada en la sala habilitada por
el consultorio para tal efecto, una vez que éstas finalizaban su atención
ginecológica. La muestra de dicha investigación estuvo conformada por cien
mujeres (100) de entre 18 y 50 años de edad, solteras o casadas, todas las
cuales se cuentan como pacientes activas de la sección ginecológica del
consultorio. Se eligió la sección gineco-obstetra del recinto por ser ésta la
que trabaja directamente con mujeres y poseer a la vez, información de la
vida sexual de las usuarias.

Dentro de éste trabajo en particular encuentran preguntas relacionadas


con: Motivación (Distribución de la motivación sexual en la muestra),
Frecuencia en el ejercicio de la función sexual (La frecuencia del placer
sexual femenino en las relaciones sexuales parietales), Comunicación de
pareja (Comunicación parietal), Seducción (¿A su pareja le gusta que usted
se arregle?) e Iniciativa en el ejercicio de la función sexual (¿Quién decide

19
cuándo hacer el amor?); obteniéndose los siguientes resultados: Distribución
de la motivación sexual de la muestra: lo hago por tener hijos: 2 mujeres
(2%), lo hago porque me provoca placer: 51 mujeres (51%), lo hago porque
mi pareja me lo pide: 42 mujeres (42%), lo hago porque los demás me lo
dicen: 0 mujeres (0%) y no sabe por qué lo hace: 5 mujeres (5%); La
frecuencia del placer sexual femenino en las relaciones sexuales parietales:
siempre siente placer al tener relaciones sexuales: 9 mujeres (9.2%), la
mayoría de las veces siente placer: 12 mujeres (12.37%), pocas veces siente
placer: 23 mujeres (23.71%), cuando puede siente placer: 0 mujeres (0%),
casi nunca siente placer sexual: 34 mujeres (34.05%), no sabe si siente
placer: 19 mujeres (19.58%) y tres mujeres no contestaron (3%);
comunicación parietal: le dice lo que le agrada y lo que quiere hacer: 14
mujeres (14%), no le dice nada pero trata de insinuárselo: 27 mujeres (27%),
no le dice nada por temor al rechazo: 59 mujeres (59%), y no le dice por otra
razón: 0 mujeres (0%); ¿A su pareja le gusta que usted se arregle?: si le
gusta: 30 mujeres (30%), solo a veces (ocasiones especiales): 22 mujeres
(22%), solo cuando sale con él: 48 mujeres (48%) y no le gusta: 0 mujeres
(0%); ¿Quién decide cuándo hacer el amor?: ella: 0 mujeres (0%), la pareja:
60 mujeres (60%), cualquiera de los dos: 13 mujeres (13%), surge como un
acuerdo: 14 mujeres (14%) y las ocasiones se dan solas: 13 mujeres (13%).

En referencia al ámbito nacional, al igual que el anterior, no se han podido


encontrar los suficientes trabajos de investigación que logren sustentar, de
manera fehaciente, todo lo relacionado con el tema en particular, aunque, en
una encuesta sobre sexualidad llevado a cabo por La socióloga Ana Goite,
coordinadora del proyecto y la sexóloga Michela Guarente, colaboradora en
la interpretación y discusión de los datos, a través de Diarios América,
Tendencias Digitales 2010, llamado: “Hábitos sexuales de Venezuela y
América Latina” realizado en 11 países de la región, fueron consultadas

20
13.000 personas vía internet, en donde se pueden encontrar datos que
constituyen un importante aporte en la realización de este trabajo.

Dicha encuesta es un estudio sobre “los hábitos de cama” que permite


trazar un mapa de preferencias, creencias, valores y comportamientos
sexuales en el continente, el cual fue editado en el diario El Nacional el 18 de
octubre de 2010. En el caso de Venezuela, la mayoría de los participantes en
la encuesta, manifestó: haberse iniciado sexualmente entre los 16 y 18 años
(42%), entre los 10 y 12 años (4%) y menos de 10 años (1,7%). En cuanto a
las relaciones sexuales: 2 veces a la semana (16,8%), cada 15 días (11,4%)
y menos de una vez al mes (8,6%). Sexualmente satisfechos (47,7%). En la
toma de iniciativa en el juego amoroso, hombres y mujeres (54%) en ambos
casos.

De acuerdo con la información suministrada por esta encuesta, en el caso


Venezuela, se puede observar que el 47,7% de los encuestados se inició
sexualmente, antes de los 18 años, lo que pudiera ser un indicador de que
todos ellos, o la mayoría, desconocían o no estaban preparados para asumir
dicha actividad, pero coincidencialmente, ese mismo número es el que refleja
el porcentaje de personas satisfechas sexualmente, lo que pudiera decir que,
a pesar de que muchas de ellas se iniciaron en una edad temprana, pudieron
desarrollar o conocer habilidades y destrezas que ayudaron en la conducción
de ese tema en particular.

Por otro lado, también se puede apreciar la poca o escasa actividad


sexual por parte de los participantes, ya que todos ellos manifestaron hacerlo
en un porcentaje de 36,8%; entre 2 veces por semana y menos de una vez
por mes, un promedio muy por debajo del 50%; lo que pudiera indicar que a
partir de cierta edad, la actividad sexual del venezolano empieza a disminuir

21
de manera constante sin discriminar condición social, nivel académico u otro
aspecto de vital relevancia.

En cuanto a la iniciativa en el acto sexual, se encuentra una tendencia


igualitaria, ya que ambos grupos (tanto femenino como masculino)
manifiestan hacerlo de manera equitativa (54%) de acuerdo con los datos
aportados por los encuestados (as).

En referencia al ámbito regional o local se ha detectado la misma


anomalía que en los anteriores, en lo que a trabajos de investigación se
refiere, lo que conlleva a pensar que también a este nivel es poco el interés
que ha generado el comportamiento sexual de la mujer a edad temprana
adulta; sin embargo, se deben tomar en consideración los siguientes trabajos
de investigación que, de una u otra forma, contienen algunos tópicos que se
correlacionan con éste en particular.

Así, se encuentra el: “Programa de orientación sexual para el disfrute del


ejercicio de la función sexual dirigido a mujeres de 25 a 55 años de edad con
multiplicidad de roles en el sector El Mercado de Carúpano, Municipio
Bermúdez del estado Sucre” llevado a cabo por la Licda. Lisceth La Rosa, el
cual es una investigación de campo cuasiexperimental aplicado a un
universo de 20 mujeres que cumplían con los requisitos de dicho estudio,
para lo cual se utilizaron dos escalas Likert como instrumento de recolección
de datos, que contienen las mismas afirmaciones distribuidas en la
dimensión función sexual, con los indicadores fase de deseo, fase de
excitación, fase de orgasmo y resolutivas. La confiabilidad del mismo se
determinó a través del procedimiento Alfa Crombach con un promedio de
0.81.

Todas las preguntas estuvieron enmarcadas en las respuestas: de


acuerdo, medianamente de acuerdo y en desacuerdo; arrojando los

22
siguientes resultados:…Es importante expresar a la pareja lo que se quiere
para activar el deseo durante la actividad sexual: 35%, 60% y 5%; Los
sentimientos en la pareja cambian por el poder del más fuerte en la relación:
55%, 40% y 5%; La educación sexual en las parejas es necesaria para el
disfrute del ejercicio sexual en la pareja: 35%, 60% y 5%; La estimulación es
un factor primordial en la relación de pareja: 30%, 50% y 20%; Las diferentes
técnicas sexuales ayudan a mejorar el ejercicio de la función sexual: 30%,
65% y 5%;…; Es difícil alcanzar el orgasmo cuando se tienen tantas
obligaciones en que pensar: 45%, 50% y 5%;…; La insatisfacción en
conseguir el orgasmo se manifiesta frecuentemente por la falta de
motivación: 35%, 75% y 0%;…; Son importantes los factores ambientales en
el momento del acto sexual para mejorar el disfrute y la relación de pareja:
35%, 55% y 10%; Satisfacer las necesidades amorosas favorece la calidad
de vida de la persona: 35%, 50% y 15%; Las creencias negativas sobre la
sexualidad desfavorece el ejercicio de la función sexual: 40%, 50% y 10%;…

También se encuentra: “Las estrategias de orientación sexual para la


modificación de las creencias inadecuadas en la iniciación de la sexualidad
dirigido a padres con hijos adolescentes, del sector Camino Nuevo I,
Barcelona, estado Anzoátegui”; realizado por la Licda. Leonilde Presilla, la
cual es una investigación de campo, descriptivo con un diseño no
experimental, tipo encuesta e instrumento de trabajo: el cuestionario, con
preguntas cerradas de tipo dicotómico, compuesto por 18 ítems, con una
confiabilidad de 0.86, determinada por el coeficiente Alfa Crombach; aplicado
a 27 padres que cumplían con las exigencias del trabajo.

Los resultados de dicho trabajo, cuyas respuestas estuvieron enmarcadas


en: si o no; fueron los siguientes: El clítoris cumple la función de la
excitación sexual en la mujer: 96% y 4%;…; El respeto hacia sí mismo y
hacia los demás es un factor de ayuda en la conservación de su sexualidad:

23
96% y 4%; La confianza es importante para las relaciones interpersonales:
96% y 4%; El orgasmo es exclusivo de los adultos: 22% y 78%; Los
profesores del colegio le brindan a tus hijos información relacionada con la
sexualidad: 93% y 7%; Conversas con tus hijos sobre temas de sexualidad:
93% y 7%; Los medios de comunicación (tv, radio, prensa) dan información
adecuada sobre sexualidad: 22% y 78%;…

Además de: “Estrategias cognitivo – conductuales para el manejo


operativo de la sexualidad dirigido a los adolescentes de 13 a 16 años del
sector Sabaneta, Municipio Benítez del estado Sucre”; realizado por la Licda.
Evelin Antón. Diseño no experimental bajo un tipo de investigación de
campo, descriptivo, aplicado a 40 personas, encuesta tipo cuestionario
conformado por 30 ítems, todas cerradas: sí o no. Confiabilidad técnica Alfa
Crombach: 0.85. Así tenemos: Hablas de sexualidad con tus amigas: 95% y
5%; Hablas con tus padres sobre sexualidad: 32% y 68%; Obtienes
información sexual de internet: 58% y 42%;…; Recibes información sexual
por parte de los profesores: 60% y 40%;…

Resumiendo en los diferentes tópicos de los trabajos revisados se puede


concluir que existe cierta contradicción en los aspectos: conversas con tus
hijos sobre temas de sexualidad: 97% afirmativo, mientras que: hablas con
tus padres sobre sexualidad: 32% afirmativo; lo que lleva a pensar que los
padres estarían considerando a la sexualidad un aspecto muy simple, en
donde pedirle a los hijos que “se cuiden” es suficiente como para conocer lo
que implica una relación sexual o los hijos no tienen la confianza suficiente
con sus padres como para entablar una conversación de este tipo con sus
progenitores.

La información referida al tema, está siendo manejada en un gran


porcentaje por parte de los profesores: 93% y 60% respectivamente, para un

24
promedio de 61.5%; en cuanto a la información recibida a través de los
medios de comunicación y redes sociales, la misma se encuentra entre 22%
y 58%; la confianza en las relaciones interpersonales 96% afirmativo y la
importancia de manifestar lo que se quiere para activar el deseo durante la
actividad sexual: 35% totalmente de acuerdo, pudiera conllevar a pensar que
no se toma la relación de pareja como una relación interpersonal, lo que
conduce a una inestabilidad en la misma o al sufrimiento de disfunción
sexual; las creencias negativas sobre la sexualidad desfavorece el ejercicio
de la función sexual: 40% de acuerdo, lo que pudiera indicar que el restante
60% no padece disfunción sexual aunque tenga ideas erróneas acerca del
sexo; solo el 29% de los padres conversa con sus hijos(as) acerca de la
sexualidad y sus diferentes aspectos, ya que: 60% la recibe de los
profesores, 58% de los medios de comunicación y 95% de
confidencialidades entre amigas; lo que arroja un promedio de 71% de las
muestras estudiadas.

En términos generales, y tomando en consideración los diferentes


trabajos aquí presentados, así como el hecho de que no existen los trabajos
suficientes como para tener una base más sólida para dar resultados
concretos respecto al tema en particular, se puede concluir lo siguiente:
89,2% de hombres y mujeres dicen conocer y disfrutar el orgasmo, pero a su
vez, 87,7% de mujeres dice desconocerlo; mientras que solo el 42,75% de
hombres y mujeres mantienen una relación satisfactoria; 37,85% de hombres
ha iniciado las relaciones sexuales antes de los 18 años, mientras que un
13% de mujeres dice haberse iniciado a los 19 años de edad; lo que arroja
un total de 50,85% de casos antes de los 20 años; 78,1% de las personas
manifiestan profesar alguna religión: 61,75% católica, 29,2% evangélica,
3,7% otra y 7,9% ninguna; solo 29,4% de parejas mantienen relaciones

25
sexuales 2 ó 3 veces por semana, el resto lo hace 1 vez cada 15 días o
menos de 1 vez por mes.

También se tiene que:60,5% de las mujeres toma la iniciativa en la


relación sexual, mientras que los hombres lo hacen en un porcentaje de
53,5%; un 7% menos que las féminas; la información obtenida, respecto al
tema de la sexualidad, se realiza a través de: 86,15% de los medios de
comunicación, 67% de los profesores, 60,3% de las amistades, 51,46% de
los padres, esto, tomando en consideración que en uno de los trabajos se
encontró una muestra de 93% positivo respecto al tema; lo que indica que
sigue siendo el hogar, el lugar donde menos se trata el tema de la
sexualidad; 77,15% de mujeres manifiesta estar sin deseo sexual, mientras
que solo el 35% de ellas considera a la educación sexual como un elemento
para el disfrute de la relación sexual y dentro de los trabajos estudiados no
se encontraron evidencias concretas en tópicos referidos a la inhibición,
prejuicios o influencia de la iglesia en el comportamiento de las relaciones
sexuales dentro y fuera del matrimonio.

Bases teóricas
La familia es, en efecto, el ámbito natural en el que la persona viene a
este mundo, se abre a los demás y en el que, de forma inmediata y
fundamental se forma. En ella surgen, de modo espontaneo o intencionado,
los primeros y más profundos influjos educativos de la vida humana personal
y ello, desde la misma convivencia indiferenciada, casi instintiva, impregnada
de afectividad, de las primeras edades, hasta la convivencia socializada, ya
configurada y responsablemente asumida de la niñez y la juventud.
Para Garcia Hoz, 1981; citado por Medina Rubio, 1990:

26
…es, sobre todo en el espacio vital de esa convivencia próxima,
intensa, personal, radical y originaria de la familia donde la afectividad,
la afirmación personal y la afluencia de la vida como totalidad se viven
con más intensidad…, de ahí que, pueden considerarse como
específicas de la educación familiar: el cultivo de la personalidad, la
formación predominantemente moral y religiosa y la adaptación y
orientación de la personalidad” (pág. 24).
Lo que indica que dentro del seno familiar no solo se aprenden las buenas
costumbres sino también aquellas que, de una u otra forma contribuyen con
la ruptura de un normal desempeño del individuo, o sea, algunos
comportamientos inciden de manera negativa en la relación del mismo y, por
consiguiente, en su actuación hacia las personas más cercanas y familiares
en particular, así como también en accionar en forma de rechazo hacia
individuos, grupos, instituciones e incluso, hacia algunas formas de
comportamiento del propio individuo.

Prejuicios
Como su nombre sugiere, los prejuicios son juicios previos que se forman
las personas ante una realidad o situación aun cuando no se conozcan las
razones que llevan a la persona o grupo de personas a asumir tal actitud; lo
que conduce a tener una imagen errada hacia aquello que nos produce tal
idealización. Es por ello que en todas las sociedades o grupos sociales
existe este tipo de comportamientos hacia otros, en forma colectiva, o hacia
un aspecto en particular; derivando en un rechazo que se transmite de unos
a otros y que perjudica sobre manera a quienes lo sufren y hacen sentirse
superiores a quienes lo practican.
En el caso de los prejuicios sexuales, existe una extensa gama de ellos
que impiden, en la mayoría de los casos, el disfrute pleno y satisfactorio del
ejercicio de la función sexual, sobre todo en el caso de las mujeres, ya que
las mismas vienen padeciendo una serie de señalamientos o prohibiciones
que le conducen a asumir tal comportamiento para no sentirse señaladas u

27
observar las reglas impuestas por la sociedad o el grupo social donde se
desenvuelve, llevándola, muchas veces, a mostrar actitudes contrarias a lo
que quiere y siente, o sea, una conducta aprendida.

El aprendizaje social de los prejuicios


Sobre la base de los roles tradicionalmente adscritos a hombres y
mujeres, se puede observar que la inequidad de género se expresa en
distintos aspectos de la vida cotidiana, incluyendo también la vida sexual de
los individuos. En este sentido es posible identificar mandatos sociales o
prescripciones (lo permitido) y proscripciones (lo prohibido) respecto de lo
que se espera en el ámbito sexual dependiendo de si se es hombre o mujer.
Lo prescrito para los hombres (e incluso reforzado socialmente) tiene
relación con estimular o posibilitar la frecuencia coital y la diversidad de
parejas.

Se espera que un varón inicie su actividad sexual tempranamente en vías


a oficiar de experimentado en sus relaciones erótico-amorosas. La actividad
sexual se convierte así en el ámbito donde los hombres se vivencian como
tales, resultando su práctica inherente a la significación de lo masculino, de
lo viril. En este contexto de aprendizajes, no debe extrañar que en los
varones la práctica sexual adquiera mayor valor que la intimidad afectiva.
Aquello que es erótico prevalece en el espacio sexual sobre el compromiso
afectivo y/o relacional.

Respecto de las prohibiciones o restricciones, es esperable que los


hombres no demuestren ignorancia, temor o ansiedad en temas sexuales,
tampoco se espera que se nieguen a tener relaciones sexuales. Sin
embargo, para las mujeres el rol establecido asocia la vida sexual a los
atributos de exclusividad y fidelidad. La práctica sexual aparece vinculada a

28
la relación conyugal (o convivencia). Lo sexual es vehículo de afecto y, por
ende, de procreación.

El cuerpo como instrumento de placer sexual para sí misma es, al menos,


ignorado; es un cuerpo al servicio de otro que, en la medida que se pone al
servicio de los deseos de la pareja obtiene a cambio afecto y atenciones: “si
a él le hace feliz, a mí me hace feliz”, “lo hago por él, porque no soporto que
amanezca malhumorado”. Dicho de otro modo, las proscripciones o
prohibiciones inhiben cualquier actividad o experiencia sexual previa al
compromiso afectivo.

Prejuicio de género
Las mujeres han sido consideradas por mucho tiempo personas menos
capaces para realizar algunas actividades tradicionalmente reservadas para
los varones. Es por ello que el prejuicio de género tiene una base en la
realidad en la medida en que es cierto que hombres y mujeres tienen
habilidades distintas, sustentadas, como se conoce hoy, incluso por
diferencias cerebrales; sin embargo, dichas diferencias se vuelven muy
sutiles, dependiendo de la educación que hayan tenido las personas.

Prejuicios aplicados a individuos


El prejuicio surge por conveniencia para discriminar, descartar o dominar
a otras personas o aceptarlas preferentemente sin tener remordimientos y sin
reflexionar si eso es bueno o malo o si es una opinión objetiva o subjetiva.
Comúnmente es una actitud hostil o, menos frecuentemente, favorable hacia
una persona que pertenece a determinado grupo (social, étnico, sexual,
político, socioeconómico, ocupacional, religioso, deportivo, etario, de salud o
de enfermedad o de cualquier índole, incluso territorial o geográfica)
simplemente por el hecho de pertenecer (voluntaria o involuntariamente,
consciente o inconscientemente) a ese grupo en la presunción de que posee

29
las cualidades negativas o positivas atribuidas por muchas personas al
mismo.

En concordancia con lo anterior, existen también los mitos sexuales que


son aquellas creencias que son tomadas como ciertas o ideales en la
sexualidad humana. No tienen ningún fundamento y se basan en falsas
interpretaciones o en prejuicios del funcionamiento sexual de hombres y
mujeres, tornándose perjudiciales porque se toman como ciertos.

En algunos casos estas falsas creencias son sobre el sexo en general y


generan expectativas con respecto a la relación sexual. Expectativas que si
no se cumplen teniendo una relación sana y estupenda, se puede creer que
hay problemas. Esto puede producir, sobre todo entre las parejas jóvenes, un
sentimiento de inseguridad, no sólo en la propia sexualidad, sino en la
relación en sí. En las personas mayores los mitos van, por lo general, en
relación a la pérdida de capacidad y deseo sexual, tanto del hombre como de
la mujer.

Incluso, en los últimos años, esto se refleja claramente en el cine, cuyas


escenas de cama están creadas para ser visuales y atractivas. A la vez se
cuenta como es esa relación, en un tiempo de pocos segundos. Por eso, en
la mayoría, ambos tienen el orgasmo a la vez (cuestión de tiempo). Cuando
estas creencias se convierten en "vox populi" y traspasan generaciones, se
convierten en algo extendido, lo que les da mayor fuerza como si fuesen algo
cierto.

Los Prejuicios en las relaciones de pareja


Un prejuicio (del lat. praeiudicium, ‘juzgado de antemano’) es el proceso
de formación de un concepto o juicio sobre alguna cosa de forma anticipada,
es decir una falacia o proposición lógica de un mito, antes de tiempo; implica
la elaboración de un juicio u opinión acerca de una persona o situación antes

30
de determinar la preponderancia de la evidencia, o la elaboración de un juicio
sin antes tener ninguna experiencia directa o real.

Consiste en criticar de forma positiva o negativa una situación o una


persona sin tener suficientes elementos previos. Es una actitud que puede
observarse en todos los ámbitos y actividades de la sociedad, en cualquier
grupo social y en cualquier grupo de edad, e implica una forma de pensar
íntimamente relacionada con comportamientos o actitudes de discriminación.

En el campo de la psicología, un sesgo cognitivo es una distorsión


(distorsión cognitiva) en el modo en el que los seres humanos perciben la
realidad. Algunos de estos procesos han sido verificados empíricamente en
el campo de la psicología, otros están siendo considerados como categorías
generales de prejuicios.
Gordon Allport, (1979: 7) citado por del Olmo (2005) definió al prejuicio
como:
Una actitud suspicaz u hostil hacia una persona que pertenece a un
grupo, por el simple hecho de pertenecer a dicho grupo, y a la que, a
partir de esta pertenencia, se le presumen las mismas cualidades
negativas que se adscriben a todo el grupo” (pág. 14).
Ciertamente, el prejuicio, en definitiva, es una característica humana que
tiene sus orígenes en aspectos muy variados, tanto en condiciones
psicológicas (cognitivas), como en características del medio en el cual la
persona se desenvuelve (sociales – culturales). Si bien existen diversas
explicaciones (algunas ya obsoletas), ninguna alcanza por sí sola para dar
cuenta suficientemente del fenómeno, por lo que se hace necesario
considerar varias para entenderlo; de ahí su complementariedad.
Nuestra sexualidad está regida, en menor o mayor grado, por los
mensajes que fuimos y estamos recibiendo cotidianamente. No solo a través
de mecanismos formales sino por conductas y actitudes observadas en todas

31
las personas que nos rodean, conversaciones y también de silencios, fuimos
aprendiendo miedos, fantasías y mitos. Estos mitos y creencias, a su vez, se
encuentran directamente vinculados a si las personas son niñas o niños,
adolescentes, adultos o adultas. 
En nuestra cultura existe una serie de creencias, mitos y prejuicios con
respecto a la sexualidad y sus diferentes dimensiones. Todo esto, se ha
transmitido o heredado por generaciones, a tal punto que se llegan a
considerar como verdades naturales y aceptables y de esta manera, pueden
afectar o poner en riesgo la vivencia de una sexualidad sana y placentera. 
Los mitos y tabúes antes del nacimiento ya se empiezan a gestar. A la
mujer desde que está en el vientre de su madre se le coloca en el famoso
mundo rosado, los colores de asignación femeninos son los suaves y tonos
pasteles; de ella se espera sea dulce, cariñosa, amable, suave, pasiva y todo
ello marca hasta sus juegos infantiles y profesiones futuras.
A los hombres igualmente, desde que están en el vientre materno, se les
coloca en un mundo azul. Los colores de asignación masculina son fuertes y
agresivos, y de ellos se espera independencia, agresividad, fortaleza física,
que sean buenos trabajadores, y en sus juegos infantiles se les marcan sus
futuras profesiones. Al hombre, se le exige un mayor comportamiento sexual
y con mayor disfrute de ello y así favorecen también la aparición de mitos
masculinos. Se les expropia de su propia sexualidad por el supuesto papel
de hombre.
Desde niño se sobredimensiona el papel del pene, se le acaricia cuando
es niño a la hora del baño, se hacen alusiones de para qué servirá cuando
sea grande, y se alaba según su tamaño. El hombre debe ser viril erotizado,
con posibilidad de ser infiel a su compañera y con papel de proveedor, y en
último lugar entonces ser padre.

32
Características de los prejuicios sexuales
La cultura occidental ha privilegiado y valorado positivamente los fines
reproductivos de la sexualidad frente a los fines eróticos y placenteros y ha
construido un conjunto de creencias en relación al cuerpo, el placer sexual y
la reproducción. Creencias que tienen una alta eficacia simbólica en la
determinación de cómo las personas vivimos, pensamos, sentimos y
ejercemos la sexualidad propia y de los otros/as. 

Una de ellas refiere a homologar sexualidad y genitalidad como si ambos


términos significaran lo mismo. La genitalidad es una expresión de la
sexualidad pero no la única posible. La sexualidad no pertenece
exclusivamente al mundo adulto y la zona genital no es la única zona
erógena y placentera del cuerpo. Las prácticas sexuales pueden o no tener
finalidad coital, y la búsqueda del placer sexual puede o no incluir la
genitalidad. Dependerá de cada persona y de cada vínculo. 

La mayoría de las veces este saber sexual es un saber no reflexionado


por las personas, y es un saber determinado por creencias y mitos
fuertemente arraigados. El modelo hegemónico construido en relación a la
sexualidad en esta cultura señala que la sexualidad forma parte de la vida
adulta de las personas, sexualidad y genitalidad son sinónimos, el fin
privilegiado es la reproducción, el placer es para los hombres o para las
mujeres, la masturbación es peligrosa y temida especialmente en los
adolescentes y no permitida en las adolescentes, el pudor y “la pureza” son
valores positivos en las mujeres quienes serán introducidas en la vida sexual
por su pareja hombre.

Conducta

33
Mora Ledesma, 2003; define la conducta como: Las formas de
comportamiento de los seres vivos en determinada situación. (pág. 19).

El término conducta o comportamiento ha sido incorporado a la psicología


desde otros campos del conocimiento; fue ya anteriormente empleado en la
química —y lo sigue siendo aún— para referir o dar cuenta de la actividad de
una sustancia, un cuerpo, un átomo, etcétera. En todos estos campos, el
término se refiere al conjunto de fenómenos que son observables o que son
factibles de ser detectados, lo cual implica la consigna metodológica de
atenerse a los hechos tal cual ellos se dan, con exclusión de toda inferencia
animista o vitalista. Etimológicamente la palabra conducta es latina y significa
conducida o guiada; es decir, que todas las manifestaciones comprendidas
en el término de conducta son acciones conducidas o guiadas por algo que
está fuera de las mismas, es decir, por la mente.

Esto pudiera ser tomado como si la persona actuara de forma automática,


sin saber a ciencia cierta qué está haciendo, sin control alguno en su manera
de comportarse, por lo tanto, la persona pareciera no ser dueña de sus
actos sino que estos son controlados por las enseñanzas obtenidas a través
de los mayores quienes inculcaron ideas y conceptos de acuerdo con lo que
consideraron acorde para el entendimiento del menor.

Estos juegan papel preponderante en la actuación de cada uno, en todas


las esferas en donde se desenvuelve, tocando sentimientos y condicionando
al individuo a acatar lo aprendido; aun cuando se refiera a una de las
actividades más placenteras que puede realizar el ser humano como lo es el
ejercicio de la función sexual, en donde no debe existir restricción alguna al
momento de realizarlo porque de lo contrario, se estaría evitando el goce y
disfrute del mismo.

34
En lo referente a la conducta sexual, esta está conformada por una serie
de matices y elementos proclives a provocar excitación en la pareja, los
cuales se caracterizan por el erotismo y la sensualidad, sobre todo en la
mujer, quien pone de manifiesto habilidades innatas y aprendidas
socialmente para demostrar expresividad, tanto sensual como sexual, en el
cortejo y enamoramiento.

Erotismo
El concepto erotismo proviene de Eros: Dios griego del amor, hijo de
Marte y de Venus. El erotismo se conforma con las más diversas
experiencias en relación con las épocas históricas y con las culturas. En
cada cultura existe una cultura erótica específica conformada por relaciones
sociales, normas (prescripciones y prohibiciones), códigos, preferencias,
prácticas, conocimientos, sabiduría, concepciones, lenguajes y tabúes. A
pesar de la división de las sociedades en grupos sociales (clases, castas,
sectas), el grupo político/cultural dominante impone a través de sus
instituciones, una cultura erótica determinada.

Para Caudillo, 1998; citado por Caudillo y Trujillo, 2007:


El erotismo es un fenómeno mental constituido por pensamientos y
afectos que intervienen en forma directa en la excitación sexual a fin de
incrementar o disminuir la percepción de un estímulo y establecer un
vínculo emocional entre los participantes de una relación sexual. (pág.
230)
Se podría decir que el erotismo es el arte de la insinuación, que
habitualmente viene asociado con sensaciones placenteras, sensuales, de
deseo, sugestión, excitación sexual y están sujetas a niveles distintos de
permisibilidad o prohibición/persuasión en función de los contextos
culturales. Dado que la insinuación y la seducción van íntimamente unidas,
entonces seducir es provocar, atraer de forma deliberada y consciente; pero
si en caso contrario, la mujer ha sido educada para mantener una actitud de

35
sumisión y restricción en los aspectos psico sexuales, la misma se mostrara
con recato y pudor ante la presencia del varón.

Sensualidad
En términos generales, la sensualidad está formada por la curiosa
relación que los sentidos establecen con el erotismo, es una actitud y la
seducción es un juego de apariencias. Una actitud ante la propia sexualidad,
ante las relaciones personales y, lógicamente, ante la vida. Una actitud en la
que la persona se siente libre de expresarse a través de su sexualidad,
concediendo un valor importante a la exploración y al disfrute del sexo. La
sensualidad es altamente un rasgo cualitativo. Lo que es sensual para una
persona, puede no serlo para otra.
Según Polaino –Lorente, 1998: …para que el varón funcione…el
comportamiento de la mujer ha de ser complementario…De aquí que sea
típicamente femenino llamar la atención, cuidar la imagen, cambiar de ropa
con mucha frecuencia, adornarse… (pág. 63)
Sin embargo, existen muchas mujeres que se muestran de manera
natural, sin ningún tipo de adorno o vestimenta que insinúe comportamiento
relacionado con la sensualidad de ellas, logrando así, mantener cierta
distancia con la pareja y evitando por demás, cualquier contacto íntimo; lo
que pudiera ser tomado como una actitud poco usual y de corte anormal.

La mujer y su conducta en la vida sexual


Dentro de la Psicología, la conducta está constituida por las acciones o
manifestaciones humanas, tanto externas como internas, en relación con el
medio, es decir, el contexto social, cultural, etc., en el que se desarrolla la
vida de una persona. Las conductas externas, o de la dimensión exterior, son
aquellas que podemos observar; mientras que las de la dimensión interior

36
suceden, pero son imperceptibles para quienes nos rodean, por ejemplo,
podemos no hacer ningún movimiento, gesto, o manifestación, y sin
embargo, estar llevando a cabo un razonamiento.

Es así como la conducta de un individuo se refleja a través de tres


elementos fundamentales: el cuerpo, las relaciones dentro de la sociedad, y
la mente, y a su vez, muestra su personalidad, puesto que la conducta está
íntimamente relacionada con el sujeto que la posee, y depende de la
personalidad del mismo.

Igualmente la conducta no sólo tiene que ver con lo psicológico, sino que
además, intervienen en ella los procesos biológicos y sociales. Para facilitar
su estudio y comprensión, podemos clasificar a la misma, según dos
aspectos: el energético, que por una necesidad de acción, motiva e impulsa
a la conducta; y el cognoscitivo o estructurante, cuya función es conocer y
organizar los datos obtenidos de la realidad; ambos aspectos permanecen
unidos permanentemente, e influenciando uno sobre el otro, de manera
mutua.

En este mismo orden de ideas, otro aspecto de absoluta relevancia está


relacionado con la conducta sexual humana, la cual se basa en complejos
procesos de orden psicológico y fisiológico que no es muy diferente de los
impulsos primarios como el hambre y la sed, pero tiene características
peculiares que la convierten en una actividad que se podría circunscribir
entre los impulsos más primigenios y las emociones más sofisticadas; y
también está afectada por las constantes influencias culturales, tanto
arcaicas como actuales.

Las características de la conducta sexual se interpretan en torno al


erotismo, la vinculación afectiva, la reproducción y el sexo genético y físico
de cada persona. Dependiendo de cuáles sean los gustos y necesidades en

37
cada una de estas, se producirán una serie de conductas sexuales distintas
en cada individuo. (Página consultada: Federación Española de Sociedades
de Sexología © 2014. 12-07-2014)).

En concordancia con lo anterior, existen ciertos factores que influyen en la


conducta donde se especifica que: la identidad genérica y sexual es el
resultado de la interacción entre condicionamientos biológicos, psicológicos y
ambientales, en especial la educación familiar y la influencia cultural de la
sociedad, el condicionamiento biológico viene definido por la dotación
hormonal que determina una configuración física y ciertos patrones de
conducta (masculina o femenina). También refiere la misma fuente que esto
es patente en los animales, pero a medida que ascendemos en la escala
zoológica, y sobre todo cuando llegamos al ser humano, observamos una
mayor influencia ambiental y psicológica que biológica.

Aquí es importante señalar también lo siguiente: los rasgos anatómicos y


genitales del recién nacido actúan como señales que disponen a sus padres
en la asignación de un sexo y una educación determinados, según la
masculinidad o femineidad de su hijo o hija. Las restantes actitudes sociales
condicionan y refuerzan psíquicamente la identidad genérica hasta una total
reafirmación, cualquier variación substancial en estos factores
condicionantes influirá en la conducta sexual. Así por ejemplo, las
disfunciones hormonales o genéticas importantes provocan síndromes
patológicos severos, como los hermafroditismos y estados de intersexualidad
que se reflejan en una constitución física determinada.

Influencia de los factores bio-psico-sociales en el comportamiento


sexual de la mujer

38
Ya que la sociedad influye de manera decisiva en el comportamiento del
individuo, en ella existen diferentes factores que contribuyen abiertamente a
condicionar dicho comportamiento, entre los que se pueden mencionar:

Factores educacionales. El hecho de que en algunas oportunidades los


niños puedan presentar ciertos rasgos femeninos como la preferencia por los
juguetes, ropas y compañía de niñas, son motivo suficiente como para que
actitudes de incomprensión, rechazo y desprecio por parte del padre,
excesivo apego a la madre con súper protección por parte de la misma en
cuanto a excesivos cuidados e inhibiciones en los juegos rudos que suponen
cierto riesgo físico y en la interacción con otros niños varones, difícil acceso
al desempeño del papel masculino por la convivencia exclusiva entre niñas o
mujeres que lo privan de un hombre adulto que le sirva de modelo y la
posible belleza o delicadeza física que condicionan a los adultos es motivo
de castigo o represión, condicionándolo a ocuparse de aquellos elementos o
juegos que representan actitudes varoniles; y algo similar ocurre con las
niñas cuya educación es encauzada hacia el comportamiento femenino,
reprimiendo alguna acción o juego masculino.

Factores culturales. Principalmente los relacionados con la moral y la


religión, encaminados hacia un puritanismo excesivo; generadores de serios
conflictos intra psíquicos por el constante miedo a la condenación y el castigo
que lleva a profundos sentimientos de culpa inhibitorios de una respuesta
sexual normal. En este campo adquiere especial significación el estrago
causado sobre la sexualidad femenina, ignorada hasta hace muy poco y que
finalmente va emergiendo a la luz con todo su potencial y relevancia para
asombro, y en cierto modo, pavor del hombre que siente tambalear sus
puntales de machismo dominante.

39
Factores psicológicos. Aquí se incluyen todos los miedos,
preocupaciones y tabúes relacionados con la sexualidad. Desde las fobias
provocadas por experiencias sexuales traumáticas previas a los conflictos
emocionales que determinan miedos al rechazo afectivo; pasando por las
inseguridades en la personalidad, complejos de inferioridad, temor al
embarazo, timidez, entre otros. En definitiva, cualquier alteración psicológica
puede verse reflejada en el área sexual.

Factores circunstanciales. Como pueden ser enfermedades físicas,


situaciones de fatiga psicofísica, estrés, depresiones o determinados
tratamientos farmacológicos que inciden sobre el área sexual por repercusión
en el sistema nervioso.

La Sexualidad. Teorías y enfoques


Posiblemente de los comportamientos exhibidos por el ser humano, la
conducta sexual ha sido uno de los que mayor impacto social y cultural ha
tenido a lo largo de la historia, impacto que se traduce en todo un sin número
de diferentes creencias, actitudes y valores hacia lo que se supone es lo
normal o adaptado por un lado o anormal, desviado, desadaptado por el otro.
Los enfoques orientados hacia una concepción organicista han centrado su
atención a lo que a fisiología sexual se refiere, gracias a ellos conocemos en
la actualidad bastante acerca de los procesos nerviosos, vasculares y
glandulares de la sexualidad; por otro lado los enfoques socioambientales
nos han dado mucha información sobre la influencia del aprendizaje, tanto
cognitivo como conductual, lo que ha permitido desligar a la sexualidad
humana de controles genéticamente rígidos como son los instintos.

De acuerdo con Moles (2004), la sexualidad es: la sumatoria de


respuestas y comportamientos a través de los cuales un organismo, en

40
nuestro caso una persona, manifiesta y busca satisfacer su necesidad e
impulso sexual. (Pág. 247).

Es por ello que para lograr la satisfacción del impulso sexual, las
respuestas y comportamientos manifestados por la persona tienen que ser
acordes con el momento vivido y en concordancia con lo que se aspira
lograr, como lo es la plenitud en el ejercicio de la función sexual por parte
quienes lo realizan, constituyendo así, un acto de compenetración amorosa
que implica la entrega total por parte de ambos, por lo que, si no ocurre de
esta manera, entonces debe existir algún tipo de anomalía o disfunción
dentro de esa relación.

Por otro lado, Lagarde, expone que: “La sexualidad es el conjunto de


experiencias humanas atribuidas al sexo y definidas por éste, constituye a
los particulares, y obliga su adscripción a grupos socioculturales genéricos y
a condiciones de vida predeterminadas. La sexualidad es un complejo
cultural históricamente determinado consistente en relaciones sociales,
instituciones sociales y políticas, así como concepciones del mundo, que
define la identidad básica de los sujetos” (2005: 184) (citado por Rodríguez-
Shadow y López Hernández, 2009).

Para entender la forma de comportarse un individuo, de acuerdo con su


condición de género, se han desarrollado teorías concernientes al proceso
de adquisición del rol sexual. Estas diferentes interpretaciones del proceso
por el cual los niños y niñas van organizando su desarrollo psíquico de
acuerdo con las características masculinas y femeninas que se presuponen
específicas de cada sexo, difieren entre sí en la consideración de cuáles son
las causas determinantes de tal diferenciación.

El estudio del tema de los roles sexuales tiene sus antecedentes en el


estudio de la mujer como objeto científico, hecho que no ocurrió hasta

41
mediados del siglo pasado, debido fundamentalmente a los cambios
sociales, económicos, políticos y psicológicos que trajo consigo la revolución
industrial, y al enorme avance experimentado en el campo de la ciencia.
Antes de esa fecha, casi todas las teorías expuestas sobre la mujer, el
hombre y las relaciones entre ambos entraban en la categoría de la opinión
personal, del prejuicio, el tabú religioso o la superstición.

Desde entonces hasta ahora, se han producido grandes avances en el


estudio de los roles sexuales, de manera que el panorama investigativo
actual se configura de la siguiente forma:

- Se ha desarrollado una terminología propia, referente a los roles


sexuales, que posee un alto grado de precisión conceptual y que, a la vez
que elimina muchas posibilidades de equívocos, favorece la comunicación
entre los investigadores (identidad de género, rol de género, categoría
sexotípica, actitudes del rol sexual, estereotipos del rol sexual, conductas del
rol sexual, etc.)

- El enfoque biologicista tiende a subrayar los posibles efectos de la


estructura anatómica y fisiológica, biológicamente determinada, en la
aparición y desarrollo de diferencias en la conducta humana. La teoría
psicoanalítica enfatiza la importancia que ejerce en el niño la identificación
con la figura parental del mismo sexo. La teoría del aprendizaje social
destaca el papel que premios y castigos, así como la observación y el
modelamiento, desempeñan en la adquisición de conductas adecuadas para
cada sexo. A su vez, la teoría cognitiva insiste en los caminos a través de los
cuales los niños se socializan, tras haber quedado firmemente categorizados
como varón o hembra.

Reconociendo que el objetivo principal de la intervención, por parte de la


Teoría Cognitivo-Conductual, consiste en que los problemas por los cuales el

42
paciente asiste a consulta dejen de existir, es decir, se apunta deliberada y
directamente al levantamiento sintomático que presenta dicho paciente,
muchos han sido los científicos y estudiosos que han aportado
conocimientos en cuanto a la manera como deberían ser abordados los
diferentes comportamientos de la persona que solicita la ayuda. En ese
sentido, Moles (2004) señala que:

El lineamiento general de la psicología conductual respecto al


comportamiento anormal es el siguiente: Salvo aquellos casos en
donde efectivamente un trastorno en el sistema nervioso es la causal
de una conducta desadaptativa, ésta en si misma sigue los mismos
principios generales del aprendizaje, por consiguiente una conducta
desadaptada es una conducta inadecuadamente aprendida. (p. 80).
Lo escrito por el autor señala que los seres humanos no nacen
predispuestos a tener conductas problemáticas, sino que la aprenden en el
entorno, es por ello que son inadecuadamente aprendidas. Así el mismo
autor considera lo expuesto por Joseph Wolpe (1973) en la explicación de la
Terapia de la Conducta como: la aplicación de los principios del aprendizaje
en la superación de los hábitos desadaptativos. (p. 80).

Es importante mencionar, que el mismo autor señala (2007) que son


varios los precursores de este enfoque psicológico, que hoy en día tiene por
nombre Psicología Cognitivo Conductual, no obstante, los sitiales de honor
les corresponde a Albert Ellis y Aarón Beck, sin quitarle honor y mérito a los
demás teóricos que se abocaron a dar respuestas a la Psicología Conductual
con el método científico. La terapia cognitiva es un sistema de psicoterapia
basado en una teoría de la psicopatología que mantiene la percepción y la
estructura de las experiencias del individuo que determinan sus sentimientos
y conducta (Beck, 1967 y 1976; citado por Quijada (2013) en seminario
CIPPSV-ONLINE)

43
Represión sexual
De acuerdo con el Dr. Marcelo A. Falce, en su artículo: “la represión
sexual”, ésta puede definirse como “los mecanismos de defensa del Yo,
mediante el cual el psiquismo aleja de la conciencia un contenido
desagradable o peligroso, en este caso lo sexual, para su equilibrio” , por lo
que se pudiera decir que la represión es, entonces, una forma de impedir
que algo se produzca o continúe su acción, una abstención de manifestar
cierto sentimiento. La misma puede ser tomada desde dos puntos de vista
diferentes: uno de tipo pasivo, es decir, aquellos individuos quienes sufren la
represión: niños o adolescentes durante la educación formal e informal y el
otro de tipo activo, ejercida por quienes la imponen, por ejemplo los adultos.
Esta práctica cotidiana de siglos lleva a la internalización, por parte de los
individuos jóvenes, de la represión; haciéndolos vivir autorreprimidos y por un
mecanismo de afirmación personal, convertirse a su vez en represores, lo
que conlleva a mantener, en muchos casos, una represión consciente o
inconsciente.
Represión inconsciente: es la “lucha instintiva e inconsciente contra una
tendencia dinámica”. Es un proceso mental mediante el cual se trata de
relegar al inconsciente ciertos pensamientos y sentimientos desagradables
para el Yo. Se reprimen, es decir, son reprimidos, no se les deja asomar.
Pese a esos intentos represivos, dichos conocimientos y afectos subsisten
en el inconsciente e influyen en el comportamiento sin que el sujeto se
percate de ello.
La represión de pensamientos y sentimientos, por una parte va
acumulando peligrosamente la tensión en el inconsciente; por otra parte,
representa una pérdida de energía para el sujeto ya que estos pensamientos
y afectos obligan al Yo, a luchar sin descanso contra su reaparición de la
conciencia. (Ibídem)

44
Represión consciente: es la “lucha racional y consciente contra una
tendencia dinámica”. Es la represión del que prohíbe, reprueba y castiga a
sabiendas.
La represión sexual, de acuerdo con estas nociones básicas, trata de
rechazar todo cuanto hace referencia a la sexualidad porque la considera
mala, inmoral, pecaminosa, nociva, etc. Pese a ello, la sexualidad sigue
siempre activa y tratar de reprimirla continuamente, da origen a turbaciones e
incluso, puede generar trastornos sexuales.

En la época actual, la actitud antipedagógica de los padres y adultos lleva


a los niños al aprendizaje inconveniente. En la escuela, el niño va
conociendo expresiones obscenas. Por debajo de los bancos circulan
escritos y dibujos de contenido sexual. Las paredes de los baños empiezan a
ser páginas de información activa y pasiva. A los juegos sexuales, a los que
los niños han llegado por imitación de los mayores, se les califica de
“porquerías”. La informática, al alcance de cualquier niño puede llegar a
mostrar las escenas más eróticas y promiscuas. Cuando alguna de estas
cosas se descubre, los castigos suelen ser duros y sin la conveniente
educación sexual ni razonamiento por parte de los adultos.
Más tarde vienen los chistes y las alusiones soeces. Al dejar la escuela,
todo este mundillo, sostenido por intenciones y palabras equívocas, se
traslada al trabajo y allí, entre los compañeros de fábrica, oficina, etc., sigue
prosperando. Total, que se puede llegar a decir que una persona, a lo largo
de su evolución, no ha oído nunca hablar del tema sexual en términos
dignos, serios y positivos.

Causas de la represión sexual


Las razones o causas son muy complejas, los modos normales de la
conducta sexual se heredan y se aprenden, es decir, que la represión sexual

45
de los padres se explica por la represión que padecieron y padecen. La unión
sexualidad -vergüenza es tan fuerte y universal que casi se puede estar
seguro de que aquellas facciones de las que una persona se avergüenza en
forma desmedida, tiene que poseer, en alguna parte, un significado sexual.
Todo lo sexual tiene que ser mantenido en secreto y oculto y como
consecuencia de ello, también la persona se avergüenza de su propio
cuerpo.
El tabú del sexo se ha extendido de manera predominante en la cultura
tradicional a expresiones y palabras referentes al mismo, se han construido
multitud de eufemismos por no llamar a las cosas por su nombre como
reacción a las actitudes represivas, creando así un vocabulario inadecuado
sobre la sexualidad.
Las actitudes perjudiciales respecto al sexo han creado sentimientos de
culpabilidad y de vergüenza, no solamente ante aquellas expresiones
desviadas o menos frecuentes, sino ante las actitudes y comportamientos
más normales. El mismo acto sexual ha sido considerado con temor y
vergüenza y las causas de la represión por parte de los maestros, de los
educadores coinciden, en gran parte, con la de los padres.
Otro tanto le toca a la Iglesia en el tema de la represión sexual; la historia
así lo certifica: El reino de los cielos es la patria de los eunucos (Tertuliano);
las personas casadas deberían avergonzarse del estado en que viven (San
Ambrosio); influido por Platón, San Agustín dio lugar a la doctrina de que el
cuerpo debe ser considerado como un obstáculo para el espíritu; otro teólogo
como San Gregorio Magno consideraba al acto matrimonial, aunque lícito por
ser necesario para la procreación, es siempre algo manchado e impuro..., la
mujer era considerada como ocasión de pecado..., y así muchos ejemplos
más, de los conceptos que se vertían en la antigüedad que sin duda han
dejado marcado su estigma en la sociedad de hoy. (Ibídem)

46
Lo sexual constituye el criterio discriminatorio de la bondad o maldad del
individuo; es la vivencia más cargada de culpa; constituye el mayor peligro, la
peor tentación, el pecado más grave, hasta el punto de que un niño de
nuestra civilización no podrá apenas desplegar una actitud espontánea y
sincera ante el amor, la sexualidad y las necesidades corporales; nuestra
sensibilidad represora de lo sexual, profundamente enraizada en los
fundamentos de nuestra vida cultural, dificulta ya, en sus orígenes, el
sentimiento vital del niño. Y aún más, es típico juzgar la reputación u
honorabilidad de una persona en relación a su vida sexual y no en base a
otro código moral.
El término de represión sexual refiere a un estado psicofísico que
contiene a la persona en la expresión y realización de su sexualidad. La
represión sexual se asocia a menudo con sentimientos de culpa o vergüenza
con los impulsos sexuales. Sin embargo, lo que se denomine o pueda
denominarse por represión sexual, presenta un fuerte carácter subjetivo
porque dependerá de los sistemas culturales, morales, sociales e incluso, por
decisiones personales.

La represión sexual, desde el punto de vista del psicoanálisis puede ser


definido como: los mecanismos de defensa del Yo, mediante el cual el
psiquismo aleja de la conciencia un contenido desagradable o peligroso, en
este caso lo sexual, para su equilibrio. La represión es entonces, una forma
de impedir que algo se produzca o continúe su acción, una abstención de
manifestar cierto sentimiento.

El aprendizaje Social y los prejuicios


Es también conocido como aprendizaje vicario, observacional, de
imitación, modelado o aprendizaje cognitivo social. Este aprendizaje está
basado en una situación social en la que al menos participan dos personas:

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el modelo, que realiza una conducta determinada y el sujeto que realiza la
observación de dicha conducta; esta observación determina el aprendizaje, a
diferencia del aprendizaje por conocimiento. En el aprendizaje social el que
aprende no recibe refuerzo, sino que este recae en todo caso en el modelo;
aquí, el que aprende lo hace por imitación de la conducta que recibe el
refuerzo. (Página: socialpsychology43, consultado el 17-07-2014).

De acuerdo con lo anterior, se pudiera inferir que mediante dicho


aprendizaje se adquieren conductas y actitudes que influyen en el individuo,
aun cuando éste no observe o tenga presente el objeto de activación de la
reacción, indicando con esto que, esta forma de actuar, ha sido aprendida o
adquirida mediante la observación o a través de un aprendizaje por imitación,
o sea un aprendizaje vicario, el cual influye, de manera decisiva, en la actitud
que presenta el individuo.

Bandura estudia el aprendizaje a través de la observación y del


autocontrol y da una importancia relevante al papel que juegan los medios y
observa, por ejemplo, cómo aquellos que tienen un carácter agresivo
aumentan la propensión a la agresividad e incluso conducen a que las
personalidades violentas den la ficción audiovisual que puedan aparecer
como modelos de referencia, efectos que se acentúan en etapas de
observación cognitiva social tan intensa como es la infancia y la juventud. De
allí, Bandura acepta que los humanos adquieren destrezas y conductas de
modo operante e instrumental, rechazando así, que el aprendizaje se realice
según el modelo conductista; pone de relieve cómo en la observación y la
imitación intervienen factores cognitivos que ayudan al sujeto a decidir si lo
observado se imita o no. (Ob. Cit.)

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El aprendizaje y su influencia en la formación de los prejuicios
El proceso de aprendizaje es una actividad individual que se desarrolla en
un contexto social y cultural. Es el resultado de procesos cognitivos
individuales mediante los cuales se asimilan e interiorizan nuevas
informaciones (hechos, conceptos, procedimientos, valores), se construyen
nuevas representaciones mentales significativas y funcionales
(conocimientos), que luego se pueden aplicar en situaciones diferentes a los
contextos donde se aprendieron, es el proceso a través del cual se adquieren
o modifican
habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultado
del estudio, la experiencia, la instrucción, el razonamiento y la observación.

Aprender no solamente consiste en memorizar información, son


necesarias también otras operaciones cognitivas que implican: conocer,
comprender, aplicar, analizar, sintetizar y valorar, por lo que a través de los
años se han venido investigando y fortaleciendo diversas teorías y enfoques
referidos al mismo, entre las que se pueden encontrar están el aprendizaje
social de Albert Bandura, el condicionamiento clásico de Iván Pavlov y la
Teoría Cognitiva-conductual de Juan José Moles.

El modelamiento. Teorías y enfoques


Se define al modelamiento como: aquel aprendizaje que implica la
observación de alguna pauta de comportamiento, la cual es seguida
posteriormente por la ejecución de un comportamiento similar. (Moles, 2004.
Pág. 65).

De acuerdo con esta definición, se puede apreciar que todo aquello que
se aprenda por observación en algún momento de la vida, podrá ser repetido
más adelante, siempre que exista algún evento que logre revivirlo y existan
las condiciones necesarias como para poder ejecutarla, aun cuando no se

49
tenga la certeza de que esa acción fue aprendida de alguien muy cercano a
quien la pone en práctica; logrando así manifestar actitudes que muchas
veces son desconocidas por ese individuo. Entonces, el modelamiento no
solo ilustra una posible conducta observable, sino que también contribuye a
la formación de conceptos, creencias, actitudes y necesidades.

Tomando en consideración las actitudes que puedan presentar los seres


humanos, y queriendo conocer acerca del porqué de esa conducta, se han
desarrollado una serie de teorías que se relacionan directamente con el
aprendizaje y el comportamiento que manifiesta la persona ante un
determinado evento, persona o grupo social, es decir, un tipo de aprendizaje
por modelamiento que afecta dicho comportamiento, aun cuando el individuo
no manifieste, asocie o recuerde cómo adquirió dicho conocimiento, entre las
que se pueden mencionar:

Teoría de Bandura
Albert Bandura (1969) (citado por Moles, 2004) es sin duda uno de los
investigadores del aprendizaje observacional más destacado. Propone que la
adquisición de respuestas modeladas resultan primordialmente de la
continuidad de fenómenos sensoriales, mientras que las consecuencias de
las respuestas para el modelo o el observador solo adquieren una
importancia fundamental cuando se ejecutan respuestas aprendidas por
imitación.

Tomando en consideración estos aportes teóricos referidos al aprendizaje


por observación, se puede asumir que todas las actitudes observadas en el
entorno familiar o social pueden ser imitadas y puestas en práctica siempre
y cuando existan las condiciones acordes para llevarlas a cabo, poniendo en
evidencia que cualquier actitud, del tipo que sea, es posible aprenderla y que
las mismas pudieran aflorar más adelante, permitiendo así, un cúmulo de

50
ideas que el individuo podría mantener a lo largo de su vida y transmitirlas a
sus descendientes u otras personas, las cuales, no solamente serían ideas
agradables, sino también ideas contrarias a lo que se considera normal,
convirtiéndose así en conceptos errados con respecto a dicha norma, mucho
más si los mismos son de tipo sexual o referidos a la sexualidad.

Teoría de Albert Ellis


Albert Ellis elaboró una teoría de la personalidad sobre la idea inicial de
que la conducta inadaptada deriva de pensamientos irracionales y erróneos,
que la mayoría de los seres humanos tienen debido a un mal aprendizaje
realizado a lo largo de su vida. Pensamientos, emociones y conducta
constituyen una unidad interactiva, de modo que tanto la conducta puede ser
modificada por los pensamientos como los pensamientos por la conducta.
Aun estando el peso de la conducta en los factores cognitivos, Ellis admite
una interrelación entre los tres sistemas. La cognición contribuye a la
emoción y a la acción, la emoción, a la acción y a la cognición, y la acción, a
la cognición y a la emoción.

Otros puntos importantes al desarrollo teórico de Ellis, son la importancia


concedida a la expectativa sobre lo que va a ocurrir a la hora de comportarse
de una manera u otra y el lugar que otorga a un pensamiento inconsciente en
forma de “automatismo”, de patrón de conducta negativo al que el sujeto se
ha habituado y es constituyente de una perturbación.

Según Carrobles, 1985; citado por Millan y Serrano, 2002; la técnica


desarrollada por Ellis se emplea frecuentemente en problemas de ansiedad
y se basa en un esquema ABCDE en el que:

A = acontecimientos activadores, sucesos observables.

51
B = pensamientos que estos sucesos desencadenan. Pueden ser racionales
o irracionales.

C = conductas motoras y emociones que provocan estos pensamientos.

D = trabajo del terapeuta de desmontar los pensamientos irracionales del


cliente.

E = conductas y emociones más apropiadas que aparecen después de


realizado con éxito el paso D

Razón, naturaleza y felicidad forman una ecuación única y la tarea del


terapeuta consiste en facilitar las interacciones entre estos tres términos.

Teoría social de Rotter


Según Rotter (1954; citado por Moles, 2004), la posibilidad de que ocurra
una conducta dada en una situación particular está determinada por dos
variables: la apreciación subjetiva de probabilidad de que se refuerce la
conducta en cuestión, es decir, el grado de expectativa del observador
acerca de su éxito conductual y el valor del refuerzo para el sujeto
(observador). Según esta teoría, el observador realiza una especie de
comparación cognitiva con el modelo, dependiendo en buena medida de ella
y de las consecuencias que ha observado y que recibe del modelo
(aprendizaje vicario, la posibilidad o no, de ejecutar una conducta imitativa).

Teoría de Dollar y Miller


Dollar y Miller (1941; citados por Moles, 2004) propusieron una teoría que
tuvo una gran aceptación en los últimos 20 años. Según ellos, son
condiciones indispensables para que se realice un aprendizaje por imitación
el que haya un sujeto motivado al que se refuerza positivamente por copiar

52
respuestas correctas de un modelo en una situación de ensayo y error
inicialmente de tanteo, es decir, al azar.

Aunque los autores propusieron su teoría dentro de los lineamientos del


modelamiento, pudiera, sin embargo, ser vista como un tipo de aprendizaje
de lugar por discriminación en el que la conducta de los modelos proporciona
los estímulos discriminativos (Esd) para respuestas que ya existen en el
repertorio conductual del sujeto.

Teoría de Mowrer
En la década de 1960, este autor (citado por Moles, 2004) propuso dos
procesos que explicaban el aprendizaje por imitación:

Teoría I: un sujeto A (modelo) emite una respuesta determinada y,


simultáneamente o con poco tiempo de diferencia gratifica a un sujeto B
(observador). Como resultado, la respuesta del modelo adquiere para B un
valor de refuerzo secundario, por ello aumenta la probabilidad de ejecución
de la conducta, la cual será emitida también por éste.

Teoría II: en este caso, el sujeto A (modelo) es el que proporciona la


conducta y experimenta el reforzamiento, a su vez, B (observador)
experimenta algunas de las consecuencias sensoriales de la conducta de A,
“tal como éste las experimenta” es decir, “intuye” las satisfacciones o
disgustos de A. Esta explicación supone que los estímulos correlacionados
con la respuesta del modelo pueden despertaren el observador la esperanza
de que él también experimentara estímulos análogos al actuar de forma
similar a la del modelo.

El condicionamiento Clásico y el aprendizaje de los prejuicios sociales


El Condicionamiento Clásico es un tipo de aprendizaje asociativo en el
cual, lo que se aprende, es una relación entre eventos o estímulos. Se trata

53
de una forma de aprendizaje asociativo que tiene su origen en los principios
que Aristóteles proclamó en la ley de contigüidad. Esta ley sostiene que,
cuando dos sucesos suelen acontecer a la vez, cada vez que aparece uno,
viene el otro a la mente. Este tipo de condicionamiento tiene lugar cuando un
estímulo que no generaba respuesta, termina siendo vinculado con otro
estímulo que, en cambio, ya producía tal respuesta.

Los elementos que lo conforman son:

Estimulo Incondicionado (EI): es un estímulo que “naturalmente” provoca


una respuesta. Es decir, el organismo no requiere aprender nada para que
esa respuesta incondicionada, se presente. Este estimulo es incondicional,
es decir, no depende del aprendizaje, no está condicionado a él.

Respuesta Incondicionada (RI): es la respuesta “naturalmente” provocada


por el estímulo. Esta respuesta es “incondicional” al aprendizaje, es decir, no
está condicionada al mismo, no depende de él para producirse. En general,
los reflejos y respuestas fisiológicas relacionadas con las emociones.

Estímulo Condicionado (EC): es un estímulo que, por aprendizaje, genera


una respuesta condicionada (RC). En este caso, el estímulo es “condicional”
al aprendizaje; depende él para convertirse, precisamente, en EC.

Antes de ser un EC, es un estímulo neutro (EN), que no provoca ninguna


respuesta (en relación a la que se está utilizando como referencia: la RI)

Respuesta Condicionada (RC): en general, es una respuesta parecida a


la RI, pero para que esta se produzca frente al estímulo condicionado, se
requiere que haya habido un aprendizaje. Es decir, esta respuesta
condicionada, depende de él para llegar a aparecer.

54
En ese sentido, el Condicionamiento Clásico pudiera ser considerado
como un elemento propiciador de reacciones o actitudes que inciden de
manera directa en la manera de actuar de la persona, ya que, en la medida
en que se haya inculcado en ella el cómo comportarse ante un evento, en
esa misma medida será la reacción de lo aprendido. Entonces se pudiera
decir que, por condicionamiento, los prejuicios pueden ser impuestos en la
mente de la persona, propiciando así, reacciones negativas o contrarias a lo
que debería ser.

En cuanto a lo que se refiere a la sexualidad y tomando en consideración


el tipo de educación que se le haya dado al niño (a) en su entorno social, la
misma será tomada como pecaminosa o sucia si se le reprime o castiga, o
por el contrario, será vista como algo normal, como parte de la vida de cada
persona y propiciadora, no solo de procreación y cumplimiento de la mujer
hacia el marido, sino como un evento capaz de producir satisfacción en ella.

Generalidades sobre el ejercicio de la función sexual


La función sexual es la actividad que se ejerce con la finalidad primaria de
la procreación, aunque en el ser humano ésta tenga otros objetivos, además
de la reproductiva. Esta función, como tal, tiene una fase de estímulo y una
fase de respuesta que conllevan a la culminación placentera de la misma, de
tal manera que para lograr dicho placer, es necesario que se pongan en
funcionamiento una serie de elementos que provocan la excitación de la
persona.

Fase de la respuesta sexual: un estímulo sexual efectivo activa una serie


de fenómenos fisiológicos generalizados del organismo y de los órganos
genitales en los que intervienen los sistemas nervioso, hormonal, muscular
y vascular. Clásicamente se distinguen los siguientes periodos o fases:
excitación, meseta, orgasmo y resolución.

55
El proceso de activación de las fases estímulo-respuesta sexual tiene una
duración variable que se conoce como tiempo de funcionamiento sexual.
(Psicología Medica, 2011).

Sin embargo, el ejercicio de la función sexual está condicionado para


poder realizarse de acuerdo a la anatomía y fisiología de cada individuo, en
donde se identifican o se sobre ponen el sexo y la sexualidad; el primero se
refiere a las características biológicas que definen a los seres humanos como
hombre o mujer, que si bien, estos conjuntos de características biológicas no
son mutuamente excluyentes, ya que hay individuos que poseen ambos,
tienden a diferenciar a los humanos como hombres y mujeres; mientras que
la sexualidad es un aspecto central del ser humano a lo largo de la vida y
abarca el sexo, las identidades y roles de género, orientación sexual, el
erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción.

La sexualidad se experimenta y se expresa en pensamientos, fantasías,


deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, roles y
relaciones. Si bien la sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no
todas ellas son siempre experimentadas o expresadas. La sexualidad está
influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales,
económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y
espirituales. (Página consultada: sexo y salud, definiciones de la OMS, 16-
02-2013).

A pesar de lo anterior, en muchas culturas como la hispana, la mujer ha


vivido su sexualidad de una forma reprimida, con numerosos temores y
tabúes producto de la información que a través de los años estas han
recibido. Cuando se habla de sexualidad, en su sentido más amplio se
considera el conjunto de condiciones, estructuras, fisiología, comportamiento
y contexto sociocultural que permiten el ejercicio de la función sexual;

56
abarcando los sentimientos, la conducta, la manera de expresarse y de
relacionarse con los demás. La sexualidad humana influye no sólo en la
relación hombre-mujer, abarca también las demás relaciones que involucran
personas, sentimientos, detalles, entre otros que afloran en el momento de
iniciar un encuentro íntimo.

De esta forma se puede decir que en la convivencia en pareja, cada una


de las partes aporta aspectos diferentes a la relación. En algunos casos se
puede sentir que ambos miembros se complementan, en otros casos se
puede sentir que se aporta más o menos que el otro o la otra, pero si el
desequilibrio es grande, puede ser que la relación se resienta tarde o
temprano, trayendo como consecuencia el desencuentro y la ruptura total de
dicha relación.

En el aspecto erótico ocurre lo mismo, suele haber una de las dos partes
que por diferentes motivos tiende a tomar la iniciativa más que la otra, tanto a
la hora de empezar una sesión erótica como en la actividad concreta que se
lleva a cabo dentro de ella. Hay algunas personas que les gusta dirigir y a
otras ser dirigidas, pero si siempre se adoptan los mismos papeles, la
persona dirigida puede tener mayor dificultad para alcanzar sus deseos.
Aprender a sentirse cómodo/a en ambos roles, aunque siempre prefiramos
estar en uno de ellos, puede aportarnos nuevas sensaciones y posibilidades
y también ayuda a compartir responsabilidades.

A la hora de iniciar una sesión erótica, una opción es esperar a que las
circunstancias surjan por sí solas. Algo tan romántico, es fácil que ocurra en
los períodos de enamoramiento, pero conforme va pasando el tiempo de
convivencia, es probable que esos momentos eróticos vayan surgiendo cada
vez menos; por ello, tomar la iniciativa en la seducción es fundamental para
mantener cierta frecuencia en el contacto erótico. También es importante la

57
respuesta de la parte seducida, si ésta se deja llevar, todo fluye, y si no es su
momento para el encuentro erótico, o no le gusta la actividad propuesta, será
conveniente transmitirlo de una manera suave y agradable que no haga
sentir el rechazo o que lo suavice.

Para que la relación se beneficie, hay que aprender  tanto el arte de la


seducción como el arte de dejarse seducir, tanto el arte de pedir como el arte
de decir “no” y de aceptarlo tendiendo puentes de comunicación, de ese
lenguaje privado que se crea en la intimidad, de palabras y gestos que
ayudan a transmitir nuestro estado de ánimo y a conocer el de nuestra pareja
para de esta forma, lograr un efectivo y placentero encuentro por parte de
ambos.

De allí la importancia de que exista un proceso previo al acto sexual que,


de acuerdo con la Enciclopedia Universal (2012) se conoce como: “juego
sexual o fantasía sexual a los prolegómenos previos a la realización del acto
sexual. Con estos juegos se produce la lubricación de los órganos genitales
que mejorarán la fricción durante el coito. Los juegos sexuales pueden
realizarse desde breves minutos como varias horas antes de producirse el
propio acto sexual. Su variedad es infinita, desde la más leve insinuación por
la palabra, ya sea en vivo como por otros medios (telefónico, radiado,
televisivo) , pasando por la más delicada mirada o gesto (con los ojos, los
labios, las manos), llegando hasta el propio tocamiento o roce por
"equivocación" (con las caderas, los pechos, los glúteos, las manos)”.

Otra posibilidad es utilizar distintos tipos de ropa, por ejemplo lencería o


uniformes de enfermera o policía. También se puede agregar algún tipo de
juguete sexual. A veces, el llevar a cenar a la pareja de forma discreta a un
restaurante con categoría puede servir también como previo a cualquier tipo
de juego o fantasía sexual. No hay que descartar el sutil regalo de algo

58
imprevisible pero confortador. Con los juegos sexuales se puede conseguir
más intimidad entre la pareja y es otra forma de conocerse íntimamente.
Algunos sexólogos los recomiendan en parejas maduras que han perdido un
poco la pasión en la cama.

Tomando como punto de partida la utilización de elementos capaces de


producir sensaciones placenteras, el ser humano es puede de producir la
respuesta sexual humana (RSH) descrita por Masters & Johnson, Kaplan y
Levine, como la respuesta integral del organismo a un estímulo sexual
efectivo que engloba cambios fisiológicos genitales y extra genitales. Es una
reacción en la que involucra todo el organismo y en la que intervienen no
solo los genitales, sino también los sentimientos, pensamientos y
experiencias previas de las personas.

Durante la Respuesta Sexual Humana (RSH) se puede apreciar la


intervención de factores biológicos y psicológicos en los que inciden los de
índole social, por ejemplo la edad, el estado de salud, así como el tipo de
personalidad y de relación que se tiene con la pareja, además del ambiente
en donde se lleve a cabo, pudiendo influir notablemente en el desempeño
sexual de los participantes. Los estímulos utilizados deben ser efectivos,
pues no todos los estímulos provocan respuestas en todas las personas y
circunstancias; es más, se podría decir que algunos estímulos son más
efectivos de acuerdo con los sexos (los hombres reaccionan más
frecuentemente hacia los estímulos visuales y las mujeres hacia los táctiles).

De acuerdo con lo anterior, se puede decir que la respuesta sexual se


refiere a los cambios que experimenta un organismo ante la presencia de
estímulos erógenos, la cual puede producirse por medio de cualquier sentido
o ser fruto de la imaginación de cada individuo; lo que quiere decir que las
zonas erógenas son los lugares de nuestro cuerpo con mayor sensibilidad.

59
Ante un estímulo sexual se dan dos reacciones básicas: vasocongestión
(afluencia de sangre a los vasos sanguíneos) y miotonía (aumento de la
tensión muscular) que cede en la etapa de resolución.

Mediante los estímulos se da la consabida respuesta sexual que se


denomina Ciclo de Respuesta Sexual Humana descritas por Masters &
Johnson, Kaplan y Levine, que está conformada por las siguientes fases:
fase de deseo, fase de excitación, fase de meseta, fase de orgasmo y fase
de resolución.

Fase de deseo
En la fase de deseo sexual se distingue el impulso sexual (o drive en la
literatura americana), sensación física de estar sexualmente necesitado,
urgencia sexual, el individuo siente deseos de estar con su pareja. Este
impulso está mediado por hormonas tales como la testosterona, algunos
neuropéptidos y feromonas por lo que podría considerarse una respuesta,
más bien, de carácter instintivo el cual puede verse afectado negativamente
por la dieta, el estrés, las enfermedades tanto crónicas como agudas, y por la
depresión. La percepción del impulso tiene una enorme variación individual
así como de género. El impulso sexual es habitualmente más pronunciado en
el hombre.

El otro componente del deseo sexual es la motivación psicológica,


estando condicionado por los sentimientos internos de afecto y de amor, así
como por los estímulos externos, tales como los atributos físicos del
individuo, su forma de comunicarse, los olores, el lenguaje corporal, etc.,
produciéndose la expectación consciente de la manifestación sexual, pero en
cierta medida modulada por las normas sociales y culturales imperantes. La
motivación psicológica puede verse afectada por las respuestas emocionales

60
como tabúes, fobias, así como también una enorme variación individual y de
género.

Fase de excitación
Durante la fase de excitación se produce una gran vasodilatación del área
pelviana. En la mujer, principalmente del introito vaginal, erección del clítoris,
engrosamiento y crecimiento de los labios mayores y menores. Esto se
traduce en una lubricación importante de la vagina y del introito vaginal.

El clítoris aumenta de volumen, se produce una erección de los pezones.


Luego se produce una expansión del tercio superior de la vagina, con
elevación del útero. En algunas mujeres suele producirse un rubor sexual,
enrojecimiento de la cara anterior del tronco.

En el hombre, la vasocongestión del área genital lleva a la erección del


pene, se produce un endurecimiento y cambio del ángulo de presentación del
pene, dada por el lleno sanguíneo de los cuerpos cavernosos. El aumento de
tamaño del glande está dado por el llene sanguíneo del cuerpo esponjoso.
También suele producirse una erección de los pezones y rubor sexual.

Fase de meseta
En la fase de meseta se producen algunos cambios generales tanto en el
hombre como en la mujer. Estos cambios consisten en la aparición de tono
parasimpático mantenido y vasocongestión máxima. También se produce
miotonía con aumento del tono muscular. Hay un aumento de la presión
arterial (PA), de la frecuencia respiratoria (FR) y de la frecuencia cardíaca
(FC).

En la mujer, aumenta el tamaño del útero, el clítoris se retrae bajo su


capuchón, produciéndose su máximo crecimiento. Hay dilatación de los
músculos vaginales, produciéndose la plataforma orgásmica y se produce

61
cambio de color de los labios. Estos cambios son indicación de un orgasmo
inminente.

En el hombre, los cuerpos esponjosos llegan a su máxima plétora


sanguínea, produciendo aumento considerable de volumen y rigidez del
pene. Se produce secreción de las glándulas de Cowper, responsables de la
lubricación. Hay elevación y crecimiento testicular.

Fase de orgasmo
La fase orgásmica lleva a una serie de cambios generales en el hombre y
en la mujer. El tono sexual parasimpático cambia a tono simpático. Se
produce el cambio máximo de la presión arterial (PA), frecuencia respiratoria
(FR) y frecuencia cardiaca (FC). Comienzan las contracciones rítmicas de los
músculos del piso de la pelvis. Apareciendo luego sensaciones agradables,
placenteras centradas en la pelvis; pero que se irradian al resto del cuerpo.
Sensación de acabamiento, con gran relajación apenas ocurrido el orgasmo.

En la mujer se producen cambios en el cuello del útero al dilatarse el


orificio cervical externo (OCE) y en la dirección del eje del canal, que se
desplaza hacia la parte posterior para sumergir el OCE en el lago seminal
que se localiza en el fondo del saco vaginal posterior. Además hay
contracciones rítmicas de la plataforma orgásmica: fascículos pubocoxígeos
del elevador del ano, del útero y del esfínter anal externo, así como también
se producen contracciones espasmódicas rítmicas de los músculos
esqueléticos y espasmos carpopedal (músculos extensores mano y pie)

En el hombre, se produce la eyaculación, contracción del conducto


deferente, de la próstata y del conducto eyaculador, con expulsión de semen.
Se produce la contracción de los músculos bulbocavernosos, pubocoxígeos
(piso pélvico) y del ano. También se producen contracciones espasmódicas
rítmicas de los músculos esqueléticos y el espasmo carpopedal.

62
Para el hombre es fácil reconocer la fase orgásmica, por acompañarse de
la eyaculación de semen. Sin embargo, en la mujer, se producen espasmos
musculares irregulares, contracturas. Hay cambios en la expresión facial.
Pueden ocurrir vocalizaciones: jadeos, gemidos, risas, llanto, maldiciones,
etc. Luego de producirse un estado de relajación del ensueño sexual, el
cuerpo se tensa. Puede venir un abandono de la tensión con ondas de placer
localizado en la región pelviana. A veces suele ocurrir pérdida momentánea
del conocimiento, con un profundo sentido de relajación, sensación de
acabamiento total.

Fase de resolución
En la fase de resolución se presentan cambios generales que afectan al
hombre y a la mujer. Todos los parámetros que se habían visto cambiar
como PA, FR y FC vuelven a sus valores iniciales. Puede aparecer
sudoración en la superficie corporal. Al mantenerse el tono parasimpático
genital, permite volver a la fase de excitación con respuesta orgásmica
múltiple. Si se restablece el tono parasimpático visceral, el cuerpo se hace
insensible a la estimulación erotogénica, apareciendo el período refractario.
En la fase de resolución todos los cambios ocurridos en los genitales vuelven
a su condición inicial. En la mujer, existe una mayor predisposición a los
orgasmos múltiples (tono parasimpático genital). Algunas mujeres presentan
una vuelta al tono parasimpático visceral, por lo que presentaría un período
refractario.

En el hombre, se produce la detumescencia de los cuerpos cavernosos,


con pérdida de la erección del pene, hay un regreso de todas las estructuras
genitales a su condición inicial. La detumescencia del cuerpo esponjoso
produce una disminución del volumen, especialmente el correspondiente al
glande.

63
Existe posibilidad de múltiples orgasmos, sólo si persiste el tono
parasimpático genital y la vasocongestión se mantiene. Si no se produce
esta persistencia sobreviene el período refractario, el que puede ser corto en
la adolescencia (minutos); pero con el transcurso de los años se va
alargando, llegando a horas o días. Finalizada esta fase, suele ocurrir que
algún miembro de la pareja, generalmente el varón, suele quedarse dormido
justo después del orgasmo, lo que no es indicio de cortesía, ya que en el
cerebro se desencadenan reacciones bioquímicas que provocan sueño y la
relajación invita a hacerlo.

Aportes de Masters y Johnson sobre la iniciativa sexual


La respuesta sexual normal, es conocida como resultado de las
investigaciones realizadas por los doctores William Masters y Virginia
Johnson, en las que analizaron las respuestas fisiológicas ante estímulos
sexuales de hombres y mujeres entre los 18 y 89 años.

En 1954 se inició dicha investigación sobre la anatomía y la fisiología de


la respuesta sexual humana en el Departamento de Ginecología y Obstetricia
de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington. En 1959 se
instituyó un programa coordinado clínico y de investigación sobre los
problemas de inadecuación sexual humana, que se continuó en enero de
1964, bajo los auspicios de la Reproductive Biology Research Foundation.

Desde hace varias décadas se estableció la anatomía de la respuesta


humana a los estímulos sexuales y se observaron y registraron algunas
variantes fisiológicas, como la intensidad y duración de las respuestas
individuales.

El programa de investigación se llevó a cabo a través de un intenso


interrogatorio (médico, social y psicosexual) en sujetos de estudio y de la

64
población en general. El material obtenido en estas entrevistas se presentó
como estudio general y también como discusión estadística.

Las técnicas para describir y definir las modificaciones físicas groseras


que se desarrollan durante los ciclos de respuesta sexual masculina y
femenina fueron, en primer término, las de la observación directa. Sin
embargo, la observación humana para ciertos detalles varió de manera
significativa de acuerdo con la preparación y la objetividad del observador,
así se agregaron medidas fisiológicas y registros cinematográficos en colores
en todas las fases del ciclo de respuesta sexual.

Las instituciones, la sociedad, los medios y su rol de educadores


Según Moles, 2004:
Existen diferentes disciplinas científicas que se han interesado, como
es de suponer, por el estudio sistemático del comportamiento sexual:
la Biología, la Psicología, la Sociología, la Medicina, la Antropología
e incluso la estadística han tomado partido y sacado conclusiones
que, aunque a veces han sido un tanto dispares por su diferente
orientación, han contribuido a la formación de una nueva disciplina
científica que denominamos sexología. (Pág. 248)
La Sexología es una disciplina científica y humanística que estudia los
problemas relativos al sexo y la sexualidad en sus dimensiones bio-psico-
social y cultural, en sus aspectos normales, disfuncionales y patológicos con
los aportes de diversas disciplinas reunidas en un campo integrador multi e
interdisciplinario, cuyos investigadores fueron completando el espectro
multidimensional de la sexualidad inicialmente abierto por el Psicoanálisis,
destacando entre sus pioneros: Havellock-Ellis, Krafft-Ebing, Magnus
Hirschfeld, Sigmund Freud, Alfred Kinsey y en los últimos tiempos, William
Masters y Virginia Johnson.
Continúa el mismo autor diciendo que:
…los comportamientos exhibidos por el ser humano, en este caso,
la conducta sexual, ha sido uno de los que mayor impacto social y
cultural ha tenido a lo largo de la historia, impacto que se traducen

65
todo un sin número de diferentes creencias, actitudes y valores
hacia lo que se supone es normal o adaptado por un lado o anormal,
desviado, desadaptado por el otro. (Ibídem)
En este sentido las instituciones, la sociedad y los medios de
comunicación social han sido los entes encargados de ocultar, unos, y de
difundir, otros, las concepciones equivocadas que se han mantenido y
transmitido hasta nuestros días. Es así como desde la iglesia se ha
mantenido una actitud represiva hacia la sexualidad y el disfrute de la función
sexual, ya que ésta prohíbe las relaciones mientras no se haya realizado el
matrimonio, por otro lado en la institución familiar, se trata de ocultar lo
referente al sexo permitiendo la creación de falsos conceptos y errores que
inciden de manera directa en el desenvolvimiento de las personas al
momento de mantener una relación sexual.

Por otro lado, las instituciones educativas no han contribuido de manera


efectiva en la elaboración de políticas que conlleven a erradicar dichos
conceptos, lo cual permite la continuidad de los mismos y la permanencia en
el colectivo; mientras que los medios de comunicación, son tomados para
difundir la figura corporal para ganar dinero y no para la difusión de
conocimientos acerca de la sexualidad humana y la forma de disfrutar de la
misma, por lo que se hace difícil la erradicación de los prejuicios en ese
sentido y la consecuente restricción en favor del disfrute sexual.

Pero, a pesar de todas las deficiencias en la divulgación de conocimientos


de esta índole, existen instituciones dedicadas al estudio de la sexualidad
humana, lo que se puede tomar como una manera de adquirir conocimientos
que contribuyan a un mayor beneficio acerca de dicha materia en particular y
lograr una mayor preparación en beneficio de la salud sexual de la persona,
así como también evitar conceptos y errores que perjudican el desarrollo de
la sexualidad humana.

66
Aun así, se puede apreciar una serie de comportamientos que se
consideran prejuicios de tipo sexual, que son opiniones formadas en
desconocimiento, nacen en la ignorancia, la mayoría de las veces se es
portador de ellos y muchos prejuicios están justamente anclados en estos.
Los prejuicios sexuales se van creando desde el entorno cultural y social; la
educación sexual no sólo sucede en casa o en la escuela, las personas se
llenan de mitos, miedos y prejuicios durante el avance de sus vidas porque
simplemente se dejan llevar y nunca cuestionan lo que ven a su alrededor.

Un modelo socio-cultural
Una conducta anormal puede ser explicada a través de modelos
socioculturales aprendidos por observación o por imposición, ya que los
factores externos ejercen influencia dentro de los límites biológicos y
mediante los procesos psicológicos. Las influencias sociales que se
producen dentro de la familia y que moldean una gran parte de los individuos
en desarrollo, tales como el rechazo o la protección excesiva por parte de los
padres, rivalidades y celos desmesurados, así como las dificultades en la
comunicación pueden conducir más adelante a conductas socialmente
desadaptadas o anormales.
Ya que las pautas de comportamiento se aprenden a través de
observaciones, lecturas y experiencias que no fueron diseñadas para esos
propósitos, pero que sin embargo, pudieron generar conductas no
apropiadas o no deseables respecto a la iniciativa del ejercicio de la función
sexual; lo que indica un patrón de comportamiento inadecuado en ese
sentido, sabiendo que esta actividad constituye una de las más placenteras y
gratificantes del ser humano; lo que quiere decir, que los modelos y actitudes
aprendidos en el entorno, no siempre contribuyen, de manera acorde con el
futuro desempeño del individuo.

67
Enfoques doctrinales de Fernando Bianco
Tomando como referencia algunos de los postulados del Dr. Fernando
Bianco, los cuales pudieran tener relevancia en el presente trabajo de
investigación relacionado con los prejuicios y su incidencia en la iniciativa del
ejercicio de la función sexual por parte de la mujer, se señalan los siguientes:
Enfoque A: “Modelo Fisiológico vs Modelo Sociocultural”, Enfoque B:
“Criterios de Normalidad” y Enfoque E: “Roles”

Enfoque A: “Modelo Fisiológico vs Modelo Sociocultural”


Según Bianco (1992) “las conductas pueden ser fisiológicas si tienen
respuestas determinadas por procesos fisiológicos del organismo,
medicamente hablando, es una conducta sana y puede ser operativa o no;
mientras que las patológicas son respuestas en las cuales los procesos
fisiológicos están alterados, trastornados o interrumpidos, medicamente
hablando, son enfermos y pueden ser operativos o no”. Por lo tanto, se
pueden identificar cada uno de estos componentes, de la siguiente manera:
Modelo Fisiológico: es utilizado para determinar si en una conducta
específica el funcionamiento está preservado o no, mediante la observación
o estudio del Rango de  Variabilidad Fisiológica, el cual posee como
parámetros observables y cuantificables la intensidad, la latencia, la
magnitud y la contiguidad,  ellas pueden darnos indicaciones sobre lo
fisiológico o lo patológico de  una  conducta
Modelo sociocultural: se entiende como “conjunto de creencias,
tradiciones, reglas, leyes y señalamientos que han sido elaborados por el
sujeto social, las cuales tiene por finalidad preservar la identidad de una
sociedad determinada y regir las relaciones Interpersonales”  (BIANCO,

68
1992). Por tanto su objetivo es NORMAR la conducta, o sea, establece
“Cómo debo” funcionar, el “deber ser”.
El rango que establece la Norma Sociocultural posee parámetros bastante
precisos que permiten determinar si una conducta es socialmente aceptada o
socialmente rechazada. Así, la operatividad del enfoque propuesto estará en
la consecución de la habilidad para manejar las diferentes contingencias que
se pueden presentar ante cada conducta a ejecutar. En este caso en
particular, lo fisiológico se relaciona con la sexualidad femenina y la forma de
expresarla durante el ejercicio de la función sexual y su operatividad dentro
de la relación de pareja, desarrollándose de manera efectiva y satisfactoria o
disfuncional, de acuerdo con los conceptos que maneja la mujer, sean estos
errados o no, mostrándose activa para complacer y complacerse durante el
encuentro intimo o pasiva y cohibida, aceptando las imposiciones sociales y
matrimoniales del momento.
En cuanto a lo sociocultural, como creencia, los prejuicios son un conjunto
de conceptos o juicios a priori que se tienen acerca de una persona,
institución, grupo social, entre otros; de manera anticipada, sin evidencias,
sin experiencia directa o real de los hechos, convirtiéndose en una crítica o
distorsión cognitiva que hacen que los seres humanos perciban la realidad
de manera diferente a lo que realmente es. Así, los prejuicios incidirán de
manera directa, positiva o negativamente, de acuerdo con los conceptos que
con respecto a la sexualidad y el goce y disfrute de la misma tenga el varón;
por lo que, de acuerdo con la manera como se comporte la mujer en su
relación de pareja, este tipo de actitudes puede ser vista como satisfactoria
(aceptada) o inadecuada y disfuncional (rechazada) por parte de la pareja.

Enfoque B: “Criterios de normalidad”


Tiene como significado, conocimiento y adaptación a lo usual. Las
desviaciones de lo usual, dentro de los límites impuestos por la sociedad, se

69
consideran variantes normales cuando esos límites, generalmente, no
conllevan a una ruptura o señalamientos por parte del varón hacia la mujer.
Las normalidades tienen unos objetivos que son permitir al individuo conocer
las normas por las cuales se rige su entorno social.

Mantenerse o no, dentro del status, evitando o no el rechazo, defendiendo


una posición, así como también responsabilizándose plenamente por las
conductas que se realizan, recordando que existe una interacción
permanente entre los valores que posee una persona y las normas
socioculturales dentro de las cuales se desenvuelve. Por lo tanto, será
normal para un hombre dejar que la mujer tome la iniciativa si dentro de sus
conceptos mantiene una formación de satisfacción no solo para su persona,
sino también para quien lo acompañe, de lo contrario, mantendrá una
conducta cerrada con respecto a la respuesta sexual que pueda manifestar
su pareja.

Enfoque E: “Roles”
Los roles son las formas de conducta que se espera de cualquier
individuo. El rol asociado con una posición, se refiere a la conducta de los
ocupantes de esa posición, que defienden y mantienen de manera constante,
sin permitir la influencia exterior. Todos los roles se rigen por un conjunto de
expectativas sociales que determinan la forma de cómo el sujeto debe
conducirse o comportarse en determinados momentos.
Es así como los roles manifiestos en los patrones de conducta entre el
hombre y la mujer, en lo relativo a la sexualidad, son completamente
opuestos, ya que, mientras se espera que el hombre sea el que lleve las
riendas en la relación, la mujer debe acatar y aceptar con actitud pasiva los
designios de la pareja, por lo que se le impide, normalmente, manifestar sus
deseos y gustos por el sexo y lo que con ello se puede lograr.

70
Rol del Orientador Cognitivo - Conductual
La Orientación es concebida como un proceso sistemático, continuo e
integral cuyo propósito fundamental es brindar asistencia al individuo para
que pueda adaptarse al ambiente que le rodea y resolver satisfactoriamente
los diversos problemas que debe afrontar. A través de ella se pretende
ayudar al individuo a conocerse a sí mismo y a integrarse como miembro de
una determinada sociedad, a fin de que adquiera conciencia de sus
responsabilidades y sea capaz de tomar decisiones adecuadas para lograr
así un mejor ajuste personal, familiar, escolar y social.
En ese sentido, y tomando como referencia los prejuicios aprendidos y la
incidencia de éstos en el ejercicio de la función sexual de la mujer, los cuales
evitan que la misma actúe de manera no operativa; el orientador debe jugar
papel preponderante en cuanto a asistir al individuo con la aplicación de
técnicas que permitan la erradicación de pensamientos automáticos que
contribuyen con la permanencia de actitudes negativas hacia el disfrute y
goce de las relaciones íntimas, y por lo tanto, ayudar en la adaptación
progresiva y permanente al ambiente de la pareja, correspondiendo
satisfactoriamente y asumiendo una conducta operativa, sin inhibiciones,
actuando de manera activa y acorde con las exigencias del momento.
Según lo planteado por C.I.P.P.S.V (1989), El orientador profesional
operativo es aquel que: “maneje tendencias propias, emita criterios de
manera fisiológica para que afronte la situación del sujeto que consulta
objetivamente, con amplitud y respeto, tomando en consideración las
diferencias individuales, sin caer en estereotipos y generalizaciones
esquematizadas, y que finalmente, conozca sus limitaciones personales y
profesionales de manera asertiva”.
Por otro lado, la Orientación de la Conducta constituye una parte
fundamental en el proceso educativo del individuo, brindándole formación e

71
información, lo cual le va a permitir evaluar su comportamiento, ajustarlo,
asumir sus responsabilidades y tomar sus propias decisiones.
Como cada sociedad, grupo o cultura tiene su propio sistema de valores,
creencias, costumbres, que son transmitidos a sus miembros por un sistema
educativo oficial o formal y también informal y sistemático; el aspecto social
de la conducta cae dentro del campo educativo tanto en el orden formal
como informal.
En definitiva, la Orientación Cognitivo-Conductual en la filosofía del
CIPPSV tiene como fin último la formación de un sujeto operativo, entendido
éste como un ser biopsicosocial que maneja su conducta con libertad y que
posee capacidad de tolerar sus frustraciones. Desde este punto de vista, la
meta de la Orientación Cognitivo-Conductual relacionada con el desarrollo
moral tiene que ver más con la vida moral que con los juicios morales,
proponiendo generar ciudadanos conscientes, responsables, activos y
guiados por principios universales de conducta.

MARCO LEGAL
Hace más de 500 años se conoce que ya la mujer era considerada como
pertenencia personal, destinada a propiciar placer sexual y a funciones de
reproducción, mientras que los hombres tenían derecho a practicar
relaciones sexuales con varias mujeres y el sexo para ellos era considerado
como una realidad más de la vida cotidiana. Con la aparición del judaísmo
(en el antiguo testamento, fuente originaria de la ley judía) se prohíbe el
adulterio, la homosexualidad, etc., aunque en la antigua Grecia había
tolerancia a ciertas formas de homosexualidad, pero las mujeres seguían
siendo consideradas ciudadanas de segunda categoría. En Atenas, por
ejemplo, estas carecían de derechos legales y políticos en la misma medida
que los esclavos, eran consideradas las portadoras de hijos. Con el

72
surgimiento del cristianismo la Iglesia manifiesta también sus negativas
posiciones en torno al sexo.

Con estas raíces como influencia se van formando los géneros


(construcción social que conceptualizaba lo masculino y lo femenino), y a
punto de partida de ello se le asignan roles a cada sexo, que es lo que se
espera socialmente que cada sexo haga. De esta manera empiezan a surgir
los estereotipos sexuales (mandatos de obligatorio cumplimiento en torno a
la sexualidad).

De igual forma, y desde lo social con raíces en el pasado, se empiezan a


formar mitos, fábulas, ficción alegórica a un tema y tabúes -algo que no se
puede hacer o lograr- en torno a la sexualidad y al desempeño sexual de
cada sexo, los cuales llegan aún hoy a nuestros días y mediatizan de forma
negativa el disfrute de la sexualidad y marcan definitivamente el
comportamiento sexual humano.

A las mujeres se les lastra la autoestima y el autoerotismo pues no le es


permitido manifestar sus deseos, pasiones y necesidades sexuales. Se
niegan para ellas los espacios públicos porque es de la casa. Se le prepara
desde niña para la maternidad (su función principal como sexo), y se le
enseña que debe ser buena madre, esposa fiel monogámica, cariñosa,
dulce, comprensiva, no se le estimula el disfrute de la sexualidad, se limita la
expresión de su conducta sexual, en fin, se le prepara para satisfacer y
atender necesidades de otros.

En la actualidad, la existencia de un mayor conocimiento y valoración


de la realidad funciona a modo de principio rector, sustituyendo el clásico
sometimiento a la "norma ética", muchas veces inadecuada a la realidad
humana. Es por ello que en el límite de las formas ampliamente aceptadas
de comportamiento sexual, se encuentran las llamadas perversiones.

73
La evolución en los usos y costumbres y el ensanchamiento del margen
de tolerancia ha hecho que conductas consideradas tradicionalmente
perversas se admitan como válidas en el marco de los derechos a una
sexualidad libre.

Declaración de los Derechos Sexuales


La sexualidad es una parte integral de la personalidad de todo ser
humano. Su desarrollo pleno depende de la satisfacción de necesidades
humanas básicas como el deseo de contacto, intimidad, placer, ternura y
amor. Los derechos sexuales son derechos humanos universales basados
en la libertad, dignidad e igualdad inherentes a todos los seres humanos. Y
dado que la salud es un derecho humano fundamental, la salud sexual debe
ser un derecho humano básico, pues es esencial para el bienestar individual,
interpersonal y social.

Declaración del 13º Congreso Mundial de Sexología, 1997, Valencia,


España. Revisada y aprobada por la Asamblea General de la Asociación
Mundial de Sexología (WAS) el 26 de agosto de 1999 en el XV Congreso
Mundial de Sexología, Hong Kong, República Popular China.

¿Cuál es el alcance de los derechos sexuales?


Puede decirse que son aquellos que permiten regular y tener control
autónomo y responsable sobre todas las cuestiones relativas a la sexualidad
sin ningún tipo de coacción, violencia, discriminación, enfermedad o dolencia.
Para las mujeres los derechos sexuales tienen un especial significado, pues
involucran el derecho a ser tratadas como personas integrales y no como
seres exclusivamente reproductivos y a ejercer la sexualidad de manera
placentera sin que ésta conlleve necesariamente un embarazo.

74
En Venezuela, estos derechos están garantizados en varios instrumentos
legales como son:

CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


(CRBV) (1999)

LEY ORGÁNICA DE PROTECCIÓN AL NIÑO, NIÑA Y ADOLESCENTES

(LOPNA) (1998)

LEY DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES PARA LA MUJER (1993)

Es así como fundamentándose en la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela (CRBV), se tiene lo siguiente:

Artículo 19: “El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de


progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable,
indivisible e interdependiente de los derechos humanos…” (Pág. 5)

Artículo 60: “Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida


privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación. La ley
limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad
personal y familiar de los ciudadanos y ciudadanas y el pleno ejercicio de sus
derechos” (Pág. 15)

Artículo 83: “La salud es un derecho social fundamental, obligación del


Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida…Todas las
personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber de
participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las
medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley…” (Pág. 21)

Artículo 103: “Toda persona tiene derecho a una educación integral, de


calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más

75
limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones…”
(Pág. 26)

Tomando en consideración los anteriores artículos de, es de reconocer


que nuestra carta magna garantiza, de manera particular y colectiva, el
disfrute de los derechos sociales con la finalidad de evitar el señalamiento y
discriminación en nuestra sociedad. Es por ello que una de las formas que
posee el estado para garantizar el derecho a la salud, es construyendo y
dotando establecimientos para cumplir con ese mandato constitucional, para
que la población pueda tener acceso a los servicios de manera digna e
integral.

En ese mismo orden de ideas, la Ley Orgánica para la Protección de


las Niñas, Niños y Adolescentes (LOPNA), refiere lo siguiente:

Artículo 50: “Salud Sexual y Reproductiva. Todos los niños y adolescentes


tienen derecho a ser informados y educados, de acuerdo a su desarrollo, en
salud sexual y reproductiva para una conducta sexual y una maternidad y
paternidad responsable, sana, voluntaria y sin riesgos…Estos servicios y
programas deben…resguardar el derecho a la vida privada de los niños y
adolescentes y respetar su libre consentimiento, basado en una información
oportuna y veraz” (Pág. 13)

Consecuentemente le corresponde al estado diseñar e implementar


programas educativos en pro de una educación sexual responsable, sin
distingos de ningún tipo, además de ser dirigidas al cumplimiento de lo
establecido en la ley para evitar, de esta forma, la continuidad y la
erradicación de tantos tabúes y prejuicios que, aun hoy en día se mantienen
en muchas de nuestras sociedades; por lo que no es extraño que muchos
hombres y mujeres se sigan comportando de manera contraria o muy
reservada en el plano sexual.

76
Por otro lado, existe otra ley con rango y valor jurídico, de relevancia
social para la mujer como lo es la: Ley de Igualdad de Oportunidades para
la Mujer, la cual, en sus artículos 8° y 9°, plantea lo siguiente:

Artículo 8°: “El estado proveerá los instrumentos para garantizar la formación
igualitaria de los ciudadanos, bajo los conceptos de responsabilidad solidaria
de derechos y obligaciones del hombre y la mujer” (Pág. 2)

Artículo 9°: El Ministerio de Educación, en ejecución de este principio,


procederá a:

a) Incorporar nuevos métodos de enseñanza desde el nivel preescolar,


orientados a modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres
y mujeres, eliminando así los prejuicios y prácticas consuetudinarias y de
cualquier otra índole…o en funciones estereotipadas de hombres y
mujeres… (págs. 2 y 3)

Será a través de la educación formal que se dicten y ejecuten normativas


tendientes a corregir y erradicar los conceptos equivocados que se tienen
acerca de la desigualdad social entre el hombre y la mujer, así como
fomentar el respeto y cumplimiento de los derechos sociales que deben
prevalecer en procura de una efectiva y armónica relación de pareja, tratando
de eliminar prácticas que conllevan al deterioro y ruptura de dicha relación.

77
CAPÍTULO III
MARCO METODOLOGICO
En el presente capítulo se define la metodología aplicada a la
investigación atendiendo al tipo y diseño de la misma, la población y muestra
seleccionadas, así como también las técnicas e instrumento empleado en la
recolección de los datos que le dan base y sustento a dicha investigación. En
relación al presente trabajo de investigación se tiene:

Tipo de investigación
La investigación que se presenta a continuación es de tipo explicativa, la
cual es definida como aquella en la cual “…su interés se centra en explicar
por qué ocurre un fenómeno y en qué condiciones se da éste, o por qué dos
o más variables están relacionadas”. Hernández y otros (1997, pág. 84); ya
que la misma tiene como finalidad verificar la incidencia que tienen Los
prejuicios en la iniciativa del ejercicio de la función sexual en mujeres con
edades comprendidas entre 20 y 40 años residenciadas en la urbanización
“Los Cocalitos”, Marigüitar, Municipio Bolívar del estado Sucre.

78
Diseño de la investigación
Para algunos autores, el diseño está relacionado con la estrategia que
emplea el investigador para recopilar los datos requeridos en su
investigación. Es decir: “El diseño de investigación es la estrategia general
que adopta el investigador para responder al problema planteado” (Arias,
2012.Pág. 31).

En este sentido, el diseño de investigación de campo permite la


recolección y posterior análisis de la información recabada directamente en
el lugar donde acontecen. En este caso en particular, la urbanización “Los
Cocalitos” de Marigüitar, Municipio Bolívar del estado Sucre.

Cuadro 1 Operacionalización de variables

Objetivo Variable Definición Dimensió Subdimensione Indicadores Ítems


Específico n s
Indicar los Prejuicios Prejuicio Creencia 1,2,3,4
prejuicios sexuales sexual viene Cognitiva Pensamientos 5,6
sexuales que a ser la automáticos
presentan las actitud Tabú 7,8
mujeres con asumida por
edades una mujer Tristeza 9,10
comprendida respecto a la Amor 11,12
s entre 20 y forma de Afectiva Alegría 13,14
40 años comportarse Rabia 15,16
residenciadas sexualmente Actitud culpa 17,18
en la con cierta
urbanización libertad o comunicación 19,20
“Los resistencia y Conductual rechazo 21,22
Cocalitos”, de forma placer erótico 23,24
Marigüitar, adecuada o
Municipio no con su
Bolívar, pareja de
estado Sucre. convivencia.
(Kolle, 1983.
Pág. 50)

79
adaptado
por (Salazar,
2014)
Fuente: Salazar 2014

Objetivo Variable Definición Dimensión Indicadores Ítems


Específico
Caracterizar Iniciativa que Es la Perfumes 25,26
la iniciativa manifiestan disposición Erótica Mensajes 27,28
que las mujeres que Ropa íntima 29,30
manifiestan en el manifiesta
las mujeres ejercicio de una persona Cena 31,32
en el ejercicio la función hacia su Social Fiesta 33,34
de la función sexual pareja como
sexual con medio de
edades seducción a Diálogo 35,36
comprendidas través de los Informativa Medios 37,38
entre 20 y 40 elementos u audiovisuales
años objetos
residenciadas disponibles
en la para lograr caricias 39,40
urbanización un Conductual susurros 41,42
“Los acercamiento besos 43,44
Cocalitos”, sexual, cuya
Marigüitar, finalidad
Municipio pudiera ser
Bolívar, de placer o
estado Sucre reproductiva.

80
(Salazar,
2014)

Establecer la Nula
relación entre
prejuicios
sexuales e
iniciativa en el Baja
ejercicio de la
función
sexual en
mujeres con
edades Alta
comprendidas
entre 20 y 40
años
residenciadas
en la Perfecta
urbanización
“Los
Cocalitos”,
Marigüitar,
Municipio
Bolívar,
estado Sucre.

81
Fuente: Salazar [2014]

Población
La población es “el conjunto total finito o infinito de elementos o unidades
de observación que se consideran en un estudio, o sea, es el universo de la
investigación sobre la cual se pretende generalizar los resultados” (Rísquez,
Fuenmayor y Pereira, 1999. Pág. 152).

También se tiene que “es un conjunto finito o infinito de elementos con


características comunes para los cuales serán extensivas las conclusiones
de la investigación” (Arias 2012, pág. 81).

Para este caso en particular, la población a considerar son doscientas


cinco (205) mujeres con edades comprendidas entre 20 y 40 años,
residenciadas en la urbanización “Los Cocalitos” de Marigüitar, Municipio
Bolívar del estado Sucre.

Muestra
La muestra es definida como “una parte representativa de una población,
cuyas características deben producirse en ella, lo más exactamente posible”

82
(Balestrini, 2008. Pág. 137); de igual manera se puede decir que “es un
conjunto representativo y finito que se extrae de la población accesible”
(Arias, 2012. Pág. 83).

Para establecer el cálculo de la muestra y determinar el número de


mujeres que cumplen con los parámetros establecidos en esta investigación,
con edades comprendidas entre 20 y 40 años residenciadas en la
urbanización “Los Cocalitos” de Marigüitar, se aplicó la fórmula planteada por
Sierra Bravo (1994): N = Z2. N. (P.Q)/ E2(N-1)+Z2(P.Q)

En donde:

Z2= Nivel de confianza 2.58

E2= 2% equivalente a 0.02

P= 0.5

Q= 0.5

N= Población total: 205

Quedando la muestra constituida por 28 mujeres con edades


comprendidas entre 20 y 40 años residenciadas en la urbanización “Los
Cocalitos” de Marigüitar, luego de ser aplicada la formula anterior.

Técnicas e instrumentos de investigación


Las técnicas de recolección de datos son “la expresión operativa del
diseño de investigación y que se especifica concretamente cómo se hizo la
investigación” Tamayo (1999, pág. 126) cuya modalidad aplicada en este
trabajo de investigación, fue la encuesta, que es definida como “una técnica
que pretende obtener información que suministra un grupo o muestra” (Arias,
2012. Pág. 72).

83
Esta técnica se aplicó mediante un instrumento denominado cuestionario
que, según Arias (2012): “es la modalidad de encuesta que se realiza de
forma escrita mediante un instrumento denominado cuestionario auto
administrativo porque debe ser llenado por el encuestado, sin intervención
del encuestador” (Pág. 74) o también “es un conjunto de preguntas respecto
de una o más variables a medir” (Hernández, 2010. Pág. 217).

Así, el cuestionario utilizado en esta investigación pretende conocer los


prejuicios, la iniciativa, las características y la relación existente entre
prejuicios e iniciativa en el ejercicio de la función sexual
en mujeres con edades comprendidas entre 20 y 40 años, el cual fue
elaborado en base a 45 preguntas tipo Likert y que será aplicado en una
muestra de 28 mujeres escogidas al azar; las cuales serán contestadas
mediante una equis (x) en una opción, de acuerdo con la pregunta
respectiva.

Validez
La validez se define como “el grado en que el instrumento realmente mide
la variable que pretende medir” (Hernández y otros, 2006. Pág. 277).

Tomando en consideración este concepto, en la presente investigación, la


validez de la misma se llevó a cabo a través de tres especialistas en la
materia, a quienes se les entregó un instrumento acompañado por los
objetivos y operacionalización de variables para su revisión y posterior
validación, tomando en cuenta los criterios de pertinencia, redacción y
adecuación de los objetivos propuestos.

Confiabilidad
La confiabilidad de un instrumento de medición se refiere “al grado en que
su aplicación repetida al mismo individuo u objeto produce resultados
iguales” (Hernández y otros, 2010. Pág. 277).

84
Para determinar la confiabilidad de dicho instrumento se aplicó una
prueba piloto a cinco mujeres escogidas al azar con las características
determinadas con anterioridad para luego revisar, evaluar y determinar la
confiabilidad del mismo. Después de ser aplicada la prueba, se comparan
resultados, y si no se observan diferencias, se considera confiable.

Luego de ser aplicada la prueba piloto se calculó la confiabilidad del


instrumento mediante formula digitalizada con método Alfa Cronbach,
arrojando un resultado de 0,89; por lo cual, el mismo se considera confiable.

Técnicas de análisis de datos


Los datos recopilados mediante la aplicación del cuestionario respectivo,
se procesan, comparan y sintetizan para realizar inferencias sobre la realidad
de la población de estudio escogida; luego pasada a cuadros estadísticos de
distribución de frecuencia absoluta y porcentual para después ser
analizados porcentualmente y efectuar inferencias que servirán como
referencia para la elaboración de las conclusiones, recomendaciones y algún
otro detalle relevante en cuanto al tema tratado anteriormente.

85
86
CAPÍTULO IV

PRESENTACIÓN Y ANALISIS DE LOS RESULTADOS

Para la presentación y organización de los datos obtenidos en la


investigación se estructuran cuadros y gráficos que muestran la alternativa
para cada pregunta y la distribución de frecuencias absoluta y relativa
obtenida de cada respuesta. La información que encabeza la tabulación de
los datos es la pregunta, posteriormente el gráfico de distribución porcentual
y después el análisis e interpretación de las respuestas obtenidas de cada
pregunta.
Tal exposición de resultados permitió obtener las conclusiones y
recomendaciones de dicha investigación para ser aplicadas o tomadas en
consideración en futuras investigaciones relacionadas con este tema en
particular o con otro que tenga alguna relación con el mismo, sea a nivel
local, regional, nacional o internacional.
El ámbito y distribución de la población investigada son la Urbanización
“Los Cocalitos” perteneciente al ámbito geográfico de Marigüitar, Municipio
Bolívar del estado Sucre; en donde se aplicó un cuestionario contentivo de
60 preguntas tipo Likert a 23 mujeres con edades comprendidas entre 20 y
40 años para recolectar información relacionada con “Los prejuicios y su
incidencia en la iniciativa del ejercicio de la función sexual” en esta población
estudiada lo cual arrojó los siguientes resultados:

87
Cuadro 2
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra en
relación a “La religión es una forma de restringir el ejercicio de la función
sexual”

FA %
Muy de acuerdo 0 0
De acuerdo 3 11
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 4 14
En desacuerdo 14 50
Muy en desacuerdo 7 25
total 28 100
Fuente: Datos recopilados por el autor (2014)

Gráfico 1

alternativas
de acuerdo
11%

ni de acuerdo, ni en
muy en desacuerdo
de- 14%
sacuerdo
25%

en desacuerdo
50%

Fuente: cuadro 2

88
Con respecto a la restricción que ejerce la religión en el comportamiento
sexual de la mujer, 50% de las encuestadas estuvo “en desacuerdo”, 25% se
inclina por la opción “muy en desacuerdo”, 11% “de acuerdo” y un restante
14% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo”.

En relación a la restricción religiosa que existe en la población femenina,


Moral-de la Rubia, 2010; expresa lo siguiente: …a mayor religiosidad y
práctica religiosa,…mayor culpa y vergüenza ante las conductas sexuales
(pág. 47). Ciertamente la religión ha sido uno de los principales instrumentos
para organizar el control social de los cuerpos y especialmente de los
cuerpos de las mujeres.

El discurso sobre la sexualidad está presente en todas las religiones, pero


casi siempre en forma de tabúes y normalmente la obligatoriedad de su
cumplimiento se refiere, casi exclusivamente, a las mujeres. Es interesante
destacar además el silencio hacia todo lo relacionado con la sexualidad.
Existe una cierta angustia que se traduce a menudo en miedo a abordar el
tema de la sexualidad. En este sentido, las mujeres pueden llegar a tener un
gran desconocimiento de su fisiología sexual, al estar marcadas desde la
niñez para reprimir la expresión de su sexualidad.

Tomando en cuenta lo aportado por el autor en la cita anterior, y de


acuerdo con el porcentaje de mujeres que expresó estar “en desacuerdo” y
“muy en desacuerdo” con que la religión constituya una forma de restringir el
ejercicio de la función sexual, es posible que la mayoría de ellas tenga una
escasa práctica religiosa o son muy desinhibidas al realizar el acto sexual, lo
que las lleva a opinar de esta manera.

89
Cuadro 3
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “las relaciones sexuales solo deben practicarse si se está casada”

FA %
Muy de acuerdo 1 4
De acuerdo 0 0
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 3 11
En desacuerdo 15 53
Muy en desacuerdo 9 32
total 28 100
Fuente: Datos recopilados por el autor (2014)

Gráfico 2

alternativas
muy de acuerdo
4% ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
11%

muy en
de-
sacuerdo
32%

en desacuerdo
54%

Fuente: cuadro 3

90
En cuanto a si se debe estar casada para la práctica de las relaciones
sexuales, 53% de las mujeres están “en desacuerdo”, 32% “muy en
desacuerdo”, 11% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” y 4% “muy de acuerdo”.

Considerando el tema de las relaciones sexuales antes del matrimonio,


Castilla, 2009; opina que:
“En la religión católica ha sido siempre tabú mantener relaciones
sexuales antes del matrimonio, permanecer pura es una premisa
fundamental para ser considerada una "mujer decente". Por otro
lado, refiere la misma autora que: “ha sido tabú hablar sobre ello y
mucho más, manifestar placer durante las relaciones sexuales. (pág.
6)

En este orden de ideas, se puede afirmar que, no solamente la iglesia


cuestiona este tipo de relaciones, sino también la propia familia, los padres,
la sociedad, las instituciones manteniendo un conjunto de creencias y
prejuicios que se han perpetuado a lo largo del tiempo, evitando así, el goce
espontáneo de la sexualidad femenina, permitiendo la autoridad del esposo o
pareja y la permanencia de una moral que conlleva a un comportamiento
restringido en el campo sexual.
Sin embargo, y a pesar de todo lo anterior, actualmente las relaciones de
pareja están siendo llevadas de una manera más abierta y liberal con
respecto a cómo eran asumidas en tiempos pasados, por lo que es mucho
mayor el auge de personas que conviven sin cumplir con el mandato
eclesiástico del matrimonio, lo que implica que no se tome muy en cuenta la
premisa de tener que casarse para mantener relaciones sexuales, pasando
por alto el acto religioso que prohíbe este tipo de relaciones antes del
matrimonio.

91
Cuadro 4
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “El ejercicio de la función sexual debe realizarse en un día
específico”

FA %
Muy de acuerdo 0 0
De acuerdo 0 0
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 0 0
En desacuerdo 16 57
Muy en desacuerdo 12 43
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 3

alternativas

muy en desacuerdo
43%
en desacuerdo
57%

Fuente: cuadro 4

92
De acuerdo con la información suministrada, 57% de las mujeres
encuestadas consideran que no debería existir un día específico para realizar
el ejercicio de la función sexual, manifestando estar “en desacuerdo”;
mientras que el 43% restante comparte la misma tesis, pero añadiendo
mayor énfasis en cuanto a la posición anterior: “muy en desacuerdo”.

La población estudiada, en su totalidad, se muestra inclinada a rechazar


la posibilidad de que para concretar un encuentro sexual y disfrutar de los
placeres que de éste se derivan, no debe existir un solo día para consumarlo,
aun cuando, Monroy, 2002; acote lo siguiente:

Mediante el proceso de socialización, la sociedad presiona para que


los individuos se comporten de una manera determinada, y quienes
no siguen las pautas establecidas sufren una fuerte presión social
encaminada a controlar su conducta. Dependiendo del desarrollo
psicológico de cada quien, así serán las reacciones de cada persona”.
(pág. 79)

Es evidente que las instituciones promueven u ocultan conceptos,


actitudes y formas de actuar que condicionan a la persona para que actúe de
acuerdo con las costumbres y tradiciones del entorno, logrando así,
perpetuar ideas que muchas veces van en contra de lo que realmente aspira
y desea el individuo. Sin embargo, con todos los cambios perpetrados en
las últimas décadas, la mujer ha asumido diferentes roles y actitudes que
promueven una manera distinta de desenvolverse en los campos donde le
toca actuar, y por supuesto, también el ámbito de la sexualidad ha tenido sus
cambios, logrando que ella funcione de manera distinta a lo que
tradicionalmente venía sucediendo.

93
Cuadro 5
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “La mujer que no cumpla con esta normativa será señalada
socialmente”

FA %
Muy de acuerdo 2 7
De acuerdo 0 0
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 8 29
En desacuerdo 9 32
Muy en desacuerdo 9 32
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 4

alternativas
muy de acuerdo
7%

muy en
de-
sacuerdo ni de acuerdo,
32% ni en de-
sacuerdo
29%

en desacuerdo
32%

Fuente: cuadro 5

94
La información recogida dice que 32% de las encuestadas se muestra
“muy en desacuerdo”, 32% “en desacuerdo” y 29% “ni de acuerdo, ni en
desacuerdo” y 7% “muy de acuerdo”; demostrando así que la mayoría de
ellas está en contra de que la mujer deba ser señalada por no cumplir con la
normativa impuesta socialmente en cuanto a restringir los días y momentos
para realizar el acto sexual.

Considerando lo planteado por Escalante, s/f; quien considera que:

…cada sociedad estructura y moldea la conducta sexual y genérica


de sus miembros desde el momento del nacimiento. En el ambiente
social hay una provisión enorme de modelos, reglas, normas,
tabúes, costumbres y sanciones diseñadas para guiar el desarrollo
social de la conducta individual... Dependiendo de la creencia
básica, cada individuo internalizará sentimientos y actitudes
cambiantes en relación con el sexo y sus funciones. (pág. 8)
Es por eso que cada individuo manifiesta o deja de manifestar, de decir o
de presentar una faceta de su ser tal cual como le gustaría hacerlo, ya que
tal vez se sienta presionado por las actitudes aprendidas durante sus etapas
de crecimiento y desarrollo como persona o desmotivado a realizar una
acción que tal vez lo haga ver como infractor o temeroso de ser señalado por
no amoldarse a lo que impone la sociedad.

En este caso particular, un gran porcentaje de las personas consultadas


manifiestan estar en contra de que la mujer deba ser señalada socialmente
por no cumplir con un día específico en el ejercicio de la función sexual, por
lo que es de suponer, lo realizan más de una vez por semana, y en días
diversos.

95
Cuadro 6
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la
muestra respecto a “La presencia de tu pareja te produce ansiedad”.
FA %
Muy de acuerdo 8 29
De acuerdo 11 39
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 2 7
En desacuerdo 5 18
Muy en desacuerdo 2 7
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 5

alternativas
muy en desacuerdo
7%

en desacuerdo muy de acuerdo


18% 29%

ni de acuerdo, ni men
desacuerdo
7%

de acuerdo
39%

Fuente: cuadro 6

96
La información suministrada por la población motivo de estudio, con
relación a la ansiedad que produce la presencia de su pareja, el resultado es
el siguiente: 39% manifiesta estar “de acuerdo”, 29% “muy de acuerdo”; 18%
“en desacuerdo”, 7% “muy en desacuerdo” y 7% “ni de acuerdo, ni en
desacuerdo”

Considerando que una imagen puede permitir la ocurrencia de un hecho o


la desaparición del mismo, para Moles, 2000; esto es: Una cognición
improductiva que aparece disruptivamente en el contenido del pensamiento
provocando un estado emocional de malestar que propicia una manifestación
conductual no operativa. (Pág. 167).

De acuerdo con esta información, un alto porcentaje de las mujeres


encuestadas estaría sufriendo algún tipo de ansiedad con el solo hecho de
pensar o mantener una imagen de su pareja, lo que pudiera influenciar la
realización del ejercicio de la función sexual, así como el goce y disfrute del
mismo; en contraposición con un reducido número de ellas, quienes no
sufren este tipo de presión y por supuesto, disfrutan de manera efectiva
dicha actividad.

97
Cuadro 7
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Evitas pensar en el sexo porque te sientes presionada”.

FA %
Muy de acuerdo 0 0
De acuerdo 0 0
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 4 14
En desacuerdo 18 64
Muy en desacuerdo 6 22
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 6

alternativas
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
14%

muy en
de-
sacuerdo
21%

en desacuerdo
64%

Fuente: cuadro 7

98
Un gran porcentaje de las mujeres encuestadas coinciden en que para
ellas no existe ningún tipo de presión al pensar en el sexo, logrando
acumular un 64% “en desacuerdo”, 22% “muy en desacuerdo” y 14% “ni de
acuerdo, ni en desacuerdo”.

De acuerdo con Carrera Damas, 1999:

El deseo sexual es el mecanismo de la búsqueda del placer


consciente, de la satisfacción o del intercambio sexual plural,
incluyendo el coito. Generalmente corresponde a una fijación en
determinada persona y es producida por estímulos provenientes de
ella, sean estos provocados de manera consciente o inconsciente”
(Pág. 98)
Considerando la aseveración de Carrera Damas, para lograr el disfrute
y goce del encuentro sexual no debería existir ningún estímulo negativo al
momento de pensar en el sexo, ya que esto contribuiría con el rechazo y falta
de deseo hacia el mismo, provocando desajuste y desmotivación respecto a
la pareja y al ejercicio de la función sexual en sí.

Por lo tanto, se puede constatar que un alto porcentaje de mujeres


considera que no se debería sentir presión por el solo hecho de pensar en el
sexo, lo que lleva a pensar que, en este caso en particular, la mayoría de
ellas, realiza el ejercicio de la función sexual sin ninguna restricción por no
sufrir prejuicios de ninguna índole.

99
Cuadro 8
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “La restricción aplicada en el hogar para evitar que te tocaras te
ha producido contrariedad al momento de realizar el ejercicio de la función
sexual”.

FA %
Muy de acuerdo 0 0
De acuerdo 1 4
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 5 18
En desacuerdo 16 57
Muy en desacuerdo 6 21
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 7

alternativas
de acuerdo
4%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
18%
muy en
de-
sacuerdo
21%

en desacuerdo
57%

Fuente: cuadro 8

100
La restricción en el hogar constituye una forma de evitar el conocimiento
del cuerpo de la persona, lo que pudiera formar una manera de inhibirse al
momento de ejercer la función sexual, sin embargo El 57% de las mujeres
está “en desacuerdo”, 21% “muy en desacuerdo”, 18% “ni de acuerdo, ni en
desacuerdo” y solo un 4% “de acuerdo” con que las normas aplicadas en el
hogar para restringir la manipulación y el conocimiento del propio cuerpo,
tengan algún efecto negativo en lo referente al ejercicio de la función sexual.

De acuerdo con Escardo, 1982:

…todo lo referente al sexo ha de ser considerado con respeto y


limpieza; jamás se debe decir al niño que porque se toca o se mira el
sexo es un sucio o un asqueroso o castigar a la niña porque quiera
satisfacer su curiosidad o se toque; ya que tales amenazas tienen
siempre un efecto altamente nocivo sobre la evolución emocional del
niño/a. (Pág. 190)
Normalmente al varón se le acaricia y se le estimula en cuanto a saber
para que será utilizado el miembro, mientras que a la hembra se les restringe
y se le prohíbe tocarse o hablar de esos temas, lo que pudiera contribuir a
crear ciertos conflictos emocionales y posteriores anomalías en cuanto a la
función sexual se refiere. Sin embargo, en el presente trabajo de
investigación, no se observan manifestaciones evidentes de este tipo de
anormalidades, por lo que se pudiera inferir que este grupo de mujeres no
sufrió ningún tipo de restricción o pudieron superar algún trastorno
relacionado con la sexualidad después de tener una relación de pareja.

101
Cuadro 9
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “La mujer no debe mostrarse desnuda delante de su pareja
porque es una conducta inadecuada”.

FA %
Muy de acuerdo 1 3
De acuerdo 0 0
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 1 4
En desacuerdo 10 36
Muy en desacuerdo 16 57
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 8

alternativas
muy de acuerdo ni de acuerdo, ni en desacuerdo
4% 4%

muy en en desacuerdo
de- 36%
sacuerdo
57%

Fuente: cuadro 9

102
La desnudez no debería ser recriminada como algo pecaminoso, ni ser
escondida como si fuera algo sucio; y de acuerdo con la información
recabada, 57% de las mujeres se muestran “muy en desacuerdo”, 36% “en
desacuerdo”, 4% “de acuerdo” y 3% “muy de acuerdo” con la restricción que
muchas veces se impone en el entorno social y que constituye un tabú o
prejuicio con respecto a dicha forma de presentarse ante la pareja.

Tomando como referencia a Ferrer, 1992:

…El efecto que pudiera provocar a un niño la visión provocativa de


su madre, o por el contrario, la visión del padre en la niña; serían
muy diferentes dependiendo de la manera en que estos hayan sido
educados, tomando en consideración un clima de represión y
ocultamiento o uno abierto y natural. (Pág. 64)
Por lo general en el hogar no es una costumbre arraigada el mostrar la
desnudez del adulto delante de los niños o niñas, por lo que se crea un
ambiente de inquietud y suspicacia en la etapa infantil por querer descubrir la
anatomía de los mayores, lo que pudiera crear algún tipo de pudor al
momento de presentarse desnudo/a delante de un desconocido o de la
propia pareja, evitando la visión de su anatomía corporal. Por lo que respecta
a este caso en particular, no se evidencia ninguna conducta que pudiera
llevar a pensar que existe restricción en este grupo de mujeres, con respecto
a la desnudez delante de sus parejas manteniendo una vida sexual
altamente positiva.

103
Cuadro 10
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Los encuentros sexuales son momentos que te ponen
melancólica”.

FA %
Muy de acuerdo 1 3
De acuerdo 2 7
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 1 4
En desacuerdo 19 68
Muy en desacuerdo 5 18
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 9

alternativas
muy de acuerdo
4% de acuerdo
7%
ni de acuerdo, ni en
muy en desacuerdo
de- 4%
sacuerdo
18%

en desacuerdo
68%

Fuente: cuadro 10

104
La tristeza constituye un estado de ánimo que impide actuar de forma
acorde con la situación vivida, por lo que un 68% de las encuestadas
manifiestan estar “en desacuerdo”, 18% “muy en desacuerdo”, 7% “de
acuerdo”, 4% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” y 3% “muy de acuerdo”.

De acuerdo con Chinchilla Moreno, 2008: Para los psicoanalistas, la


melancolía se define como la pérdida del objeto amado. (Pág. 89). Lo que
lleva a pensar que la persona que manifiesta este estado de ánimo presenta
síntomas tan profundos que dan a entender la perdida de algún ser muy
cercano, aun cuando la realidad sea otra; permitiendo el no acercamiento
cariñoso por parte de la pareja.
Continúa el mismo autor diciendo que:
En la melancolía es la propia persona la que se hace vacía, se
empobrece, presentando una disminución de los sentimientos que
conciernen al propio yo. Aparece un descenso en la autoestima,
continuos autoreproches e injurias hacia uno mismo, así como una
necesidad imperiosa de autocastigo, de ser rechazado por los otros,
… (Pág. 90).

Por lo tanto, la actitud asumida de esta manera constituye un fuerte


impedimento para concretar un encuentro sexual agradable y satisfactorio,
logrando ansiedad en quien lo propone y baja autoestima en quien no lo
acepta; pudiendo, de esta manera, desencadenar conflictos en la pareja.
En cuanto a este tipo de estado de ánimo en la población estudiada, la
mayoría de ellas manifiesta no sentirlos; de donde se puede deducir que este
grupo de mujeres participan de manera activa en el ejercicio de la función
sexual, y por consiguiente, manteniendo una vida sexual satisfactoria, sin
prejuicios que conlleven a restringir ni esconder sus deseos.

105
Cuadro 11
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Cumplir con tu pareja es un acto que te hace sentir disgustada”.

FA %
Muy de acuerdo 0 0
De acuerdo 0 0
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 0 0
En desacuerdo 11 39
Muy en desacuerdo 17 61
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 10

alternativas

en desacuerdo
39%
muy en desacuerdo
61%

Fuente: cuadro11

106
La disponibilidad que tenga una mujer, en relación a la función sexual, se
manifestará en razón directa al deseo y estado anímico que posea para
asumir el compromiso, por lo que, de acuerdo con la información
suministrada, 61% de la población se encuentra “muy en desacuerdo” y 39%
“en desacuerdo” con el hecho de sentir disgusto al realizar el ejercicio de la
función sexual.

Según Aceves, 2008: Si la esfera afectiva no está equilibrada, a su vez


altera las demás esferas. Un conflicto afectivo altera la voluntad, la
inteligencia y aun el estado físico. Esto quiere decir, que las cosas negativas
se transmutan. (Pág. 195)

Cuando una persona se siente molesta no actúa de acuerdo con lo que


aspira lograr, por lo tanto, no es efectiva para la relación de pareja, una
actitud inadecuada al momento de efectuar el ejercicio de la función sexual.
Para que dicha relación sea armoniosa y agradable, es necesario que ambos
miembros de la pareja estén dispuestos a dar y recibir sin colocar de por
medio ningún tipo de inconveniente que vaya en detrimento de la
mencionada relación.

Tomando en consideración lo anterior, se puede evidenciar que la


mayoría de las mujeres encuestadas manifiestan no demostrar actitudes
negativas o de disgusto o displacer hacia la pareja al momento de realizar el
acto sexual, lo que puede llevar a inferir, que son mujeres con una salud
sexual operativa.

107
Cuadro 12
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “En las relaciones íntimas no se debe mostrar cariño”.

FA %
Muy de acuerdo 2 7
De acuerdo 1 4
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 0 0
En desacuerdo 6 21
Muy en desacuerdo 19 68
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 11

alternativas
muy de acuerdo
7%
de acuerdo
4%

en desacuerdo
21%

muy en
de-
sacuerdo
68%

Fuente: cuadro 12

108
Al considerar el amor como una actitud positiva que conlleva a un estado
de bienestar por parte de quien lo proporciona y de placer y agrado por parte
de quien lo recibe, se pudiera decir que, sin la presencia de éste, es
imposible una buena relación. Así, 68% de las mujeres se muestran “muy en
desacuerdo”, 21% “en desacuerdo”, 4% “de acuerdo” y 7% restante están
“muy de acuerdo” con que no se debe mostrar cariño durante las relaciones
íntimas.

De acuerdo con Sánchez, 2002; el amor es: la energía que mueve al


mundo, es un sentimiento que contiene emociones que se manifiestan
mediante gestos, acciones y palabras. (Pág. 18)

No siempre un encuentro intimo se realiza por gusto y placer, ya que


muchas veces los mismos van en contra de lo que se desea, asumiendo un
rol de complacencia hacia la otra persona, por necesidad económica, de
manera forzada o de otra índole, donde puede faltar un sentimiento de
cariño, de compenetración entre los miembros de la pareja; lo que se traduce
en obligación que, en lugar de acercar, produce alejamiento y rechazo hacia
el ejercicio de la función sexual.

Para que exista compenetración y satisfacción plena al momento de un


encuentro sexual, es necesario demostrar cariño, amor, disfrute y
complacencia para con la pareja, ya que de no existir este tipo de
manifestaciones de agrado, la relación se retrotrae solo a un encuentro físico
que tal vez no satisfaga las aspiraciones de quien la propone ni de quien la
acepta.

109
Cuadro 13
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Si quieres lograr un excelente encuentro con tu pareja debes
mostrarte amorosa”.

FA %
Muy de acuerdo 21 75
De acuerdo 4 14
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 1 3
En desacuerdo 1 4
Muy en desacuerdo 1 4
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 12

alternativas
en desacuerdo muy en desacuerdo
4%
4%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
4%

de acuerdo
14%

muy de acuerdo
75%

Fuente: cuadro 13

110
Uno de los sentimientos que más acercan a las personas es el amor, por
lo tanto, 75% de las encuestadas demuestran estar “muy de acuerdo”, 14%
“de acuerdo”, 4% “”en desacuerdo”, 4% “muy en desacuerdo” y 3% “ni de
acuerdo, ni en desacuerdo” con la posibilidad de mostrar para lograr un
excelente encuentro sexual.

En todas las épocas, el amor ha sido el sentimiento que ha tendido


puentes para unir, aun cuando en nombre de él se hayan tomado decisiones
que, en lugar de beneficiar, lo que se ha logrado son tribulaciones, disgustos,
sufrimiento, e incluso, llevado a situaciones trágicas a quienes lo han sentido.

Con respecto a este sentimiento, señala Verdú, 2014:

El amor es una condición de la existencia que afecta de un modo


muy profundo la vida de hombres y mujeres. Se relaciona con
experiencias vitales que, tanto por su intensidad emocional, como por
el sufrimiento causado, suelen marcar etapas esenciales de nuestra
biografía, así como afianzar el desarrollo personal, la autoestima o el
progreso en determinados aspectos. (Pág. 10).
Para lograr un excelente encuentro sexual es necesario mostrar una
actitud positiva, amorosa y cariñosa para con la pareja; ya que de lo contrario
se podría incurrir en un desajuste en la relación y por añadidura, en un
alejamiento y ruptura de la misma. En esta ocasión, la información recabada
indica que, para no causar desajustes emocionales en la pareja ni en ellas
mismas, el mayor porcentaje de mujeres concuerda con la tesis de mostrar
amor para lograr un excelente encuentro sexual.

111
Cuadro 14
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Si tu pareja te insinúa un encuentro sexual te sientes poco
animada para realizarlo”.

FA %
Muy de acuerdo 1 3
De acuerdo 1 4
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 3 11
En desacuerdo 13 46
Muy en desacuerdo 10 36
total 23 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 13

alternativas
muy de acuerdo de acuerdo
4% 4%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
11%

muy en
de-
sacuerdo
36%

en desacuerdo
46%

Fuente: cuadro 14

112
Una actitud de negación frente a la pareja puede ser indicio de disgusto,
falta de motivación, padecimiento de alguna enfermedad, infección o
disfunción sexual; lo que afecta la calidad de vida da la pareja. En este caso,
46% de las encuestadas se muestran “en desacuerdo”, 36% “muy en
desacuerdo”, 4% “de acuerdo”, 11% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” y 3%
“muy de acuerdo” con sentirse poco animadas para un encuentro sexual si lo
insinúa la pareja.

Con respecto a la falta de motivación por parte de la mujer, Castelo-


Branco, 2005, refiere lo siguiente:

Entre las causas de insatisfacción sexual en la mujer destacan la


disminución de la libido, la anorgasmia, la Dispareunia y el
vaginismo. Todas ellas pueden tener una base orgánica, pero en la
mayoría de los casos existe un trasfondo psicoemocional. (Pág. 197)
Tomando en cuenta lo anterior, se hace necesario que los encuentros
sexuales deben ser lo más armonioso posible, ya que de lo contrario, la
relación se debilita y los miembros manifiestan estados de ánimo que
perjudican la relación. Es por eso que, para que una relación de pareja se
mantenga en armonía, dentro de los parámetros esperados, es necesario
que haya la suficiente comprensión y entendimiento para lograr la
compenetración necesaria

En este caso particular, un alto porcentaje de mujeres se muestra en


disposición para realizar un encuentro sexual con su pareja, evidenciando
con ello que debe existir también, una correlación muy alta en cuanto a
satisfacción en el ejercicio de la función sexual en este grupo.

113
Cuadro 15
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Es necesario que la mujer se muestre contenta para un
encuentro íntimo con su pareja”.

FA %
Muy de acuerdo 15 53
De acuerdo 8 29
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 1 3
En desacuerdo 3 11
Muy en desacuerdo 1 4
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 14

alternativas
muy en desacuerdo
4%
en desacuerdo
11%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
4%

muy de acuerdo
54%
de acuerdo
29%

Fuente: cuadro 15

114
Mientras que no existan motivos de disgusto, discordia, indisposición por
parte de alguno de los miembros de la pareja, siempre habrá acuerdo y
deseos para un encuentro íntimo, lo que se evidencia en la información
suministrada, donde 53% se muestran “muy de acuerdo”, 29% “de acuerdo”,
11% “en desacuerdo”, 3% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” y 4% “muy en
desacuerdo” con que la mujer debe mostrarse contenta para un encuentro
sexual.

La disposición que muestre la mujer hacia un encuentro sexual, pudiera


ser indicio de una vida sexual sana, sin restricciones, en donde ella
manifiesta los deseos eróticos como consecuencia de satisfacción con su
pareja. En ese sentido, Sanz, 2008; refiriéndose a dichas actitudes antes y
durante un encuentro sexual, dice lo siguiente: Al goce sexual se le conoce
como erotofilia. Se refiere a una valoración positiva a los estímulos eróticos
que hacen que la persona busque los estímulos sexuales. (Pág. 62)

Al efectuar un encuentro sexual, el individuo debe estar en la mayor


disponibilidad posible para hacerlo, porque de lo contrario, el mismo no
funcionaría, logrando con esto, frustración y debilitamiento en la relación, por
lo que, en cuanto a este aspecto, la mayoría de las personas encuestadas
considera que debe haber una actitud positiva en la mujer al momento de
mantener un encuentro íntimo con la pareja.

115
Cuadro 16
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Con el solo hecho de pensar en el acto sexual te sientes
molesta”.

FA %
Muy de acuerdo 0 0
De acuerdo 1 4
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 0 0
En desacuerdo 14 50
Muy en desacuerdo 13 46
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 15

alternativas
de acuerdo
4%

muy en
de-
sacuerdo
46% en desacuerdo
50%

Fuente: cuadro 16

116
En toda relación de pareja surgen acontecimientos que causan molestia y
conllevan al distanciamiento entre ellos, permitiendo que haya resentimientos
entre sí, aunque para poder tener un encuentro sexual satisfactorio, no
debería existir este tipo de actitudes. En ese sentido, 52% de las
encuestadas se muestra “en desacuerdo”, 46% “muy en desacuerdo”,
mientras que sólo un 4% se encuentra “de acuerdo” con la posibilidad de
sentir molestia al momento de pensar en el sexo.

Aarón Beck (1976), citado por Castanyer y Ortega, 2001; denominó


pensamientos automáticos a: Un diálogo interno, no observable desde fuera,
mediante el cual “el sujeto experimenta los pensamientos como si fueran un
reflejo, sin reflexión o razonamiento previo, y se graban como plausibles y
válidos. (Pág. 19).
Por otro lado, afirman las mismas autoras (et al.) que:
Los pensamientos automáticos…impiden a veces actuar…En otras
ocasiones son una invitación franca a huir lo antes posible de la
situación o evitarla sistemáticamente; además de que: tienen
contenidos alarmistas, culpabilizadores, pesimistas o catastróficos,
apoyándose para ello en un tipo de lenguaje formalmente
negativo…, que provocan fuertes sentimientos negativos y estados
de malestar y sufrimiento. (Pág. 21)

Si se toma en consideración que los pensamientos automáticos


predisponen a la persona a actuar de manera poco entusiasta o la inhibe de
realizar alguna actividad placentera originando rechazo y distanciamiento
hacia la pareja, lo que permite que la persona se prive de disfrutar de los
placeres que produce el sexo. Sin embargo, en este caso en particular, el
grupo consultado muestra una disposición emotiva o entusiasta hacia el
ejercicio de la función sexual.

117
Cuadro 17
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Te sientes irritada al momento de un encuentro sexual”.

FA %
Muy de acuerdo 1 3
De acuerdo 1 4
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 4 14
En desacuerdo 12 43
Muy en desacuerdo 10 36
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 16

alternativas
muy de acuerdo de acuerdo
4% 4%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
14%

muy en
de-
sacuerdo
36%

en desacuerdo
43%

Fuente: cuadro 17

118
Ante un estímulo determinado, el organismo responde de una forma
particular que depende tanto del estímulo como del nivel de irritabilidad del
mismo, permitiendo que éste se aleje o permanezca sin alteración en su
estado de ánimo. En ese particular, 43% de las encuestadas estuvo “en
desacuerdo”, 36% “muy en desacuerdo”, 14% “ni de acuerdo, ni en
desacuerdo”, 4% “de acuerdo” y 3% “muy de acuerdo” con sentir irritabilidad
al momento de un encuentro sexual.

Yagosesky, 2010; define la irritabilidad como:

La disposición psicológica a reaccionar de manera automática,


acelerada y excesiva ante un estímulo o un tipo de estímulo
determinado…Esta tenencia mental y emocional, afecta la capacidad
de disfrutar de la vida y de las relaciones, y se extiende a
prácticamente todos los vínculos”. (Gestiopolis.com)
Este tipo de actitud en la persona conlleva a que quienes se encuentran a
su alrededor traten en lo posible de no tener ningún encuentro o
acercamiento con ella, por lo que la misma se aísla y se encierra en su
mundo, logrando agravar o engrandecer la situación. Es por eso que, si la
pareja se encontrara en un estado de ánimo que pudiera incidir de manera
negativa en una relación íntima, la misma no podría ser realizada de manera
efectiva o consumarse satisfactoriamente.

Por lo tanto, tomando en consideración el porcentaje de respuestas


relacionadas con “no sentirse irritadas al momento de un encuentro sexual”,
hace pensar que este grupo de féminas mantiene una relación de pareja
estable y satisfactoria, aun cuando puedan existir momentos de molestia y
discordia entre las partes.

119
Cuadro 18

Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra


respecto a “Sientes remordimiento al momento de tener una relación
amorosa con tu pareja”.

FA %
Muy de acuerdo 0 0
De acuerdo 0 0
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 0 0
En desacuerdo 8 29
Muy en desacuerdo 20 71
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

120
Gráfico 17

alternativas

en desacuerdo
29%

muy en desacuerdo
71%

Fuente: cuadro 18

Si al momento de mantener una relación amorosa, la persona se


mantuviera con la mente fuera de lo que hace, la misma no lograría una
satisfacción a plenitud y por supuesto, dicho encuentro, en lugar de ocurrir
con una frecuencia a corto plazo, se distanciaría en el tiempo. Por eso, 71%
de las mujeres manifestó estar “muy en desacuerdo” y 29% restante se
mostró “en desacuerdo” con la posibilidad de sentir remordimiento al
mantener un encuentro sexual.

De acuerdo con Rojas-Marcos, 2010: El remordimiento es una de las


consecuencias del sentimiento de culpa. (Pág. s/n); lo que pudiera ser

121
indicativo de algún tipo de resentimiento, por lo que la persona estaría
sufriendo algún tipo de anomalía y por consiguiente, evitando el
acercamiento y posterior encuentro sexual con la pareja.

Continúa Rojas-Marcos diciendo que:


Freud sostiene que cuando sentimos remordimientos podemos
diferenciar dos tipos de culpabilidad. Por un lado, está la culpa
social, basada en la vergüenza y el miedo a una autoridad externa a
nosotros…Por otro lado, encontramos una culpa basada en un
malestar interno, cuando la autoridad, muy poderosa, es nuestra
mente”. (Pág. s/n).

Si durante la etapa infantil o adolescente la persona ha sufrido algún


evento negativo respecto a su sexualidad, es probable que durante el curso
de una relación de pareja, estos recuerdos afloren, incidiendo de manera
perturbadora en dicha relación y, por consiguiente, impidiendo que la misma
pueda mantenerse de manera satisfactoria; sin embargo, no ocurre así en
este caso particular, ya que la mayoría de las mujeres consultadas no
muestra ningún tipo de afectación y dice no sentir remordimientos al
momento de mantener un encuentro sexual con su pareja.

Cuadro 19
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “No es difícil para ti complacer a tu pareja”.

FA %
Muy de acuerdo 7 25
De acuerdo 7 25
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 2 7
En desacuerdo 5 18
Muy en desacuerdo 7 25

122
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 18

alternativas

muy en
de-
sacuerdo muy de acuerdo
25% 25%

en desacuerdo
18%
de acuerdo
25%

ni de acuerdo, ni en desacuerdo
7%

Fuente: cuadro 19

Mientras no existan elementos perturbadores dentro de una relación de


pareja, no habrá dificultad para satisfacerse mutuamente; en ese sentido, las
encuestadas informaron de la manera siguiente: 25% están “muy de
acuerdo”, 25% “de acuerdo”, 18% “en desacuerdo”, 25% “muy en
desacuerdo” y 7% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” en coincidir que no
existe en ellas, dificultad para complacer a sus respectivas parejas.

De acuerdo con Hurlbert y Apt (1994) citados por Offman y Matheson


(2005), citados por Rodríguez, 2010; la satisfacción sexual es: La respuesta
afectiva que surge de las evaluaciones del individuo de su relación sexual a

123
partir de la percepción del cumplimiento de las necesidades y expectativas
sexuales, tanto propias como de la pareja”. (Pág. 42)

Lo que implica una forma de conocerse para satisfacerse y poder


satisfacer a la pareja, así como concretar una relación en donde se
pueda dar y recibir sin restricciones, tomando en consideración que la
satisfacción sexual es una respuesta afectiva hacia la pareja y que sin
la existencia de ésta no será posible la complacencia que se espera
durante un encuentro sexual.

En esta ocasión los porcentajes se hallan muy cercanos, lo que pudiera


dar a entender que la mitad de las encuestadas podría estar sufriendo algún
tipo de insatisfacción o mantienen alguna represión que les impide
manifestarse abiertamente a la realización del ejercicio de la función sexual, lo
que a su vez podría estar ocasionando alguna disfunción en estas relaciones.

Cuadro 20
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Siempre le haces saber a tu pareja lo que te gusta del sexo”.

FA %
Muy de acuerdo 9 32
De acuerdo 15 54
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 2 7
En desacuerdo 0 0

124
Muy en desacuerdo 2 7
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 19

alternativas
muy en desacuerdo
7%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
7%

muy de acuerdo
32%

de acuerdo
54%

Fuente: cuadro 20

La comunicación viene a ser la manera de expresar los sentimientos,


ideas y pensamientos de las personas, por lo cual, en esta oportunidad, 54%
se muestra “de acuerdo”, 32% “muy de acuerdo”, 7% “muy en desacuerdo” y
7% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” con hacerle saber a la pareja lo que le
agrada del sexo.

La comunicación constituye una parte importantísima en todo tipo de


relación, tanto así, que cuando ésta no existe o es muy escasa, ocurren
distorsiones o no se cumple con lo que se aspira, pudiendo acarrear ruptura

125
y desavenencias entre las partes. Es por ello que, para que ocurra una
relación de pareja satisfactoria y placentera, es necesario que exista una
buena comunicación para que así, cada uno de los miembros sepa qué,
cuánto y cómo dar, de acuerdo con lo que se aspira lograr, tanto en sí mismo
como de la otra persona.

Para Yepes (1996), citado por Polaino-Lorente y Martinez Cano, 2002: …


La necesidad de desahogar la intimidad y compartir el mundo interior con
alguien que nos comprende es muy fuerte en los hombres y las mujeres…
(Pág. 27). Lo que viene a significar que para la persona es de suma
importancia el poder comunicar y hacer saber acerca de los gustos y los
deseos que le proporcionan satisfacción, no solamente en el plano social,
familiar; sino también en lo referente a la intimidad. Así, en esta oportunidad,
la mayoría de las encuestadas dice hacerle saber a su pareja lo que le
agrada del sexo, pudiendo deducir que, ellas deben mantener una excelente
relación de pareja y, por consiguiente, una satisfacción sexual plena y sin
restricciones.

Cuadro 21
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Te cohíbe mantener una relación sexual abierta y sincera con tu
pareja”.

FA %
Muy de acuerdo 2 7
De acuerdo 4 15
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 4 14

126
En desacuerdo 11 39
Muy en desacuerdo 7 25
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 20

alternativas
muy de acuerdo
7%

muy en
de-
sacuerdo de acuerdo
25% 14%

ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
14%
en desacuerdo
39%

Fuente: cuadro 21

El callar los deseos y sentimientos dentro de una relación de pareja,


puede ser reflejo de desconfianza, sin embargo, las respuestas obtenidas en
esta ocasión reflejan que 39% se muestra “en desacuerdo”, 25% “muy en
desacuerdo”, 14% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo”, 15% “de acuerdo” y un
7% “muy de acuerdo” en mostrarse cohibidas en la relación de pareja.

Si una relación de pareja se basara solamente en cumplir con la


necesidad de satisfacer los impulsos sexuales se podría caer en la rutina y
posterior pérdida de armonía y satisfacción durante el encuentro sexual.

127
Para Towers, 2004: Una baja autoestima nos empuja a buscar situaciones
degradantes y a perpetuarlas sin importar cuánto hayamos de manipular a
los demás o de mentirnos a nosotros mismos para poderlo hacer de ese
modo. Manifestando con esto que, mientras la persona mantenga una baja
autoestima, no le será posible asumir una actitud abierta y sincera con su
pareja, ocultando lo que realmente desea de sí y de la otra persona.

En ese mismo sentido, prosigue Towers:

Por el contrario, las relaciones sanas…permite a los componentes


de la pareja disfrutar de mucha libertad al tiempo que demuestran su
amor por el otro. Los papeles…no se asignan sobre la base de las
traiciones, los estereotipos sexuales o modelos de comportamientos
neuróticos, sino en las necesidades de ambos y en el modo de
satisfacerlas” (Pág. 80)
En cuanto al caso presente, más de la mitad de las consultadas
manifiesta no cohibirse y mantienen una postura abierta y sincera con su
pareja, pudiendo deducir con esto que, en ellas debe haber una excelente
comunicación y posturas abiertas y desinhibidas con sus respectivas parejas.

Cuadro 22
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Mantienes ideas que te conllevan a reusarte frente a un
encuentro sexual con tu pareja”.

FA %
Muy de acuerdo 1 4
De acuerdo 4 14
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 2 7

128
En desacuerdo 9 32
Muy en desacuerdo 12 43
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 21

alternativas
muy de acuerdo
4%
de acuerdo
14%

ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
muy en 7%
de-
sacuerdo
43%

en desacuerdo
32%

Fuente: cuadro 22

Mientras se mantengan ideas contrarias a lo que se aspira lograr, no será


posible alcanzar la meta propuesta, por lo tanto, es necesario desechar las
que impidan actuar de manera positiva, es por esto que, de las mujeres
encuestadas, 43% están “muy en desacuerdo”, 32% “en desacuerdo”, 14%
“de acuerdo”, 4% “muy de acuerdo”, 7% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo”
con tener ideas que les lleven a reusarse en la realización del acto sexual.

Según Leary y Dobbins (1983), citados por Rodríguez, 2010,


señalan que:

129
Las personas ansiosas, quienes subestiman sus capacidades para
tener interacciones sociales, generan con mayor facilidad estados de
autocriticas cuando interactúan con el otro sexo, anticipan como
negativas las consecuencias de una situación, se auto reprochan
con mayor frecuencia por no haber actuado correctamente en una
interacción con alguien del otro sexo” (Pág. 43)
Tomando en consideración la afirmación anterior, se hace evidente que
muchas personas anteponen sus pensamientos antes de realizar cualquier
actividad, logrando con esto que se bloqueen o no puedan ejecutar de
manera efectiva lo pretenden hacer, y por lo tanto, imposibilitando la
armonía que debería existir para llevar a cabo lo previsto, ya sea reusándose
o negando de antemano la acción.

En cuanto a la manifestación de este grupo de mujeres, pareciera no


sufrir de este tipo de trastorno, ya que, en su mayoría, expresan no mantener
ideas que conlleven a reusarse en la realización del ejercicio de la función
sexual, lo que pudiera ser indicio de una relación de calidad con sus
respectivas parejas.

Cuadro 23
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Te agrada el contacto íntimo con tu pareja”.

FA %
Muy de acuerdo 19 68
De acuerdo 9 32
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 0 0
En desacuerdo 0 0

130
Muy en desacuerdo 0 0
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 22

alternativas

de acuerdo
32%

muy de acuerdo
68%

Fuente: cuadro 23

El contacto íntimo con el ser amado hace que la persona manifieste una
serie de sentimientos que conllevan al disfrute de esa cercanía, de tal
manera que la relación se vuelve más estrecha y agradable. En ese sentido,
68% de las mujeres consultadas están “muy de acuerdo” y el 32% restante
“de acuerdo” con lo agradable que les resulta el contacto íntimo con su
pareja.

De acuerdo con Sanz, 2008: A través del contacto podemos experimentar


amor, protección, relajación, deseo, miedo, etc… (Pág. 102)

131
Por lo tanto, el contacto corporal e íntimo es la mejor manera de
demostrar el afecto y cariño existente en la pareja, por lo que también se
considera agradable para ambas partes poder sentir la cercanía del otro;
buscando, de esta manera, lograr una plenitud sexual y el goce y disfrute del
mismo. En relación a este caso, es evidente que todas las mujeres afirman
sentirse agradadas con el contacto íntimo con su pareja, confirmando que,
de esta manera, es mucho mayor la intimidad entre ellos.

Cuadro 24
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Te gustan las sensaciones que sientes durante el acto sexual”.

FA %
Muy de acuerdo 21 75
De acuerdo 7 25
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 0 0
En desacuerdo 0 0

132
Muy en desacuerdo 0 0
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 23

alternativas

de acuerdo
25%

muy de acuerdo
75%

Fuente: cuadro 24

Durante la realización del acto sexual surge una serie de sensaciones


que, de acuerdo con la disposición o la restricción que mantenga la persona,
en esa misma medida se irán manifestando aquellas, de allí el gusto o el
rechazo por las relaciones íntimas que existen dentro de la pareja. En este
particular, 75% de la muestra escogida coincide en estar “muy de acuerdo” y
el 25% restante, “de acuerdo” con el gusto por las sensaciones intimas
durante la relación sexual.
Sanz (et al.), dice lo siguiente:
Cuando la mujer conoce su psicoerotismo, se reconoce en el
derecho a sentirse bien, a aprender de sí misma, se dispone

133
emocional y físicamente para sentir…el ser acariciada, besada,
estimulada por alguien a quien se desea, supone un goce intenso”
(Pág. 62)
El goce y disfrute del ejercicio de la función sexual está acompaña do por
una serie de sensaciones que produce el organismo como consecuencia de
la reacción del mismo ante el estímulo provocado por los diferentes juegos
sexuales, el manoseo, las caricias, entre otros; que se suscitan durante un
encuentro amoroso.
El ser humano posee espacios corporales susceptibles de producir deseo
o placer erótico al ser acariciadas; son las llamadas zonas erógenas, las
cuales, mediante la estimulación y las caricias, producen grandes
sensaciones que la conllevan a la plena satisfacción sexual. En ese sentido,
la actitud asumida por este grupo de mujeres indica que en ellas no existen
restricciones ni prejuicios que incidan de manera negativa en sus relaciones
íntimas, lo que hace pensar que disfrutan a plenitud del ejercicio de la
función sexual.

Cuadro 25
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Deberías mostrar desagrado al momento del ejercicio de la
función sexual”.

FA %
Muy de acuerdo 4 14
De acuerdo 4 14
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 3 11
En desacuerdo 8 29

134
Muy en desacuerdo 9 32
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 24

alternativas
muy de acuerdo
14%

muy en
de-
sacuerdo
32% de acuerdo
14%

en desacuerdo ni de acuerdo, ni en
29% desacuerdo
11%

Fuente: cuadro 25
El desagrado es una actitud que provoca rechazo o disgusto por algo, lo
que conduce a no querer estar cerca de algo o alguien e impide la realización
de alguna actividad por evitar el contacto con lo que provoca dicha reacción.
En este caso, de las respuestas emitidas por las encuestadas se encontró
que 32% está “muy en desacuerdo”, 29% “en desacuerdo”, 14% “muy de
acuerdo”, 14% “de acuerdo” y 11% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” con
que se deba mostrar desagrado al momento de un encuentro sexual.
Para Elías (1987) citado por Scribano, 2013: El desagrado es una
excitación de disgusto o miedo que surge cuando otra persona quiebra o
amenaza con quebrar la escala de las prohibiciones… (Pág. 127). Lo que
conlleva al rechazo y distanciamiento dentro de la relación de pareja,

135
impidiendo así el desarrollo normal de la misma y por consiguiente, no se
concretan o efectúan encuentros íntimos entre los miembros de esta.
Una actitud negativa es impedimento para una efectiva relación de pareja,
por lo tanto, para que se pueda llevar a cabo dicha cantidad de placer, es
preciso que no exista ningún tipo de desagrado al momento de llevar a feliz
término la relación en sí. De acuerdo con la situación planteada, un grupo
muy representativo de las mujeres en estudio, ha manifestado estar en
contra de presentar actitudes de desagrado durante el ejercicio de la función
sexual, infiriendo con esto que, en ellas, no existen actitudes o
comportamientos indicativos de rechazo hacia su pareja.

Cuadro 26
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Te gustan los olores naturales que despide tu pareja”.

FA %
Muy de acuerdo 5 18
De acuerdo 11 39
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 10 36
En desacuerdo 1 3
Muy en desacuerdo 1 4
total 28 100

136
Fuente: Salazar (2014

Gráfico 25

alternativas
en desacuerdo muy en desacuerdo
4% 4% muy de acuerdo
18%

ni de acuerdo, ni
en desacuerdo
36%

de acuerdo
39%

Fuente: cuadro 26

Cuando existe una relación entre personas, las emanaciones de sudor


quedan impregnadas en la “memoria olfativa” de cada uno, por lo que se
puede reconocer a quién pertenece y acostumbrarlas a convivir con dicha
sensación; en ese sentido 39%, de las encuestadas se muestran “de
acuerdo”, 36%, “ni de acuerdo, ni en desacuerdo”, 18% “muy de acuerdo”,
3% “en desacuerdo” y 4% “muy en desacuerdo” en reconocer que les gustan
los olores naturales de sus pareja.
Los olores influyen en el estado de ánimo e incitan a aceptar o rechazar
objetos, comidas y hasta a personas. De acuerdo con Sanz (et al. 2008): El
olor corporal es un factor de estimulación o inhibición del deseo sexual y, por
tanto, de la aproximación (Pág. 98)

137
Ya que los olores corporales son factores de estimulación y, considerando
que un elevado número de mujeres se sienten atraídas por los de su pareja,
se puede deducir que dichos olores no constituyen impedimento para la
práctica recurrente del ejercicio de la función sexual, contribuyendo, de esta
forma, con una efectiva relación de pareja en este grupo en particular.

Cuadro 27
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Es muy desagradable que tu pareja no se asee correctamente ni
use olores agradables”.

FA %
Muy de acuerdo 13 48
De acuerdo 6 22
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 1 4
En desacuerdo 2 7
Muy en desacuerdo 6 19

138
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 26

alternativas

muy en
de-
sacuerdo
en desacuerdo 19%
7%
muy de acuerdo
48%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
4% de acuerdo
22%

Fuente: cuadro 27

A pesar de que muchas personas se acostumbren a los olores corporales


de su pareja, no es menos cierto que es desagradable permanecer junto a
quien no posea hábitos de higiene. En ese sentido, 48% de las encuestadas
están “muy de acuerdo”, 22% “de acuerdo”, 19% “muy en desacuerdo”, 7%
“en desacuerdo” y 4% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” en reconocer lo
desagradable del desaseo de la pareja.
Según Menéndez (2011), citado por Jiménez Arias, 2014; dice que:

139
La percepción de los olores influye decisivamente en el éxito de las
relaciones interpersonales; tanto es así, que el recuerdo de ciertos
aromas (agradables o desagradables) permanece ligado a
sentimientos, sensaciones o imágenes, de modo que al percibirlos
de nuevo, el cuerpo responde inmediatamente con satisfacción o
rechazo (MEDISAN vol.18 no.4)

El aseo personal forma parte de los hábitos familiares así como también
el uso de perfumes y cremas que complementan ésta normativa personal, lo
cual permite cubrir los olores naturales de la persona; que, en muchas
ocasiones son atractivos para unos (as) y para otros (as) no.
En cuanto a este particular se refiere, un alto porcentaje de las
encuestadas considera desagradable el hecho de que la pareja no se asee
correctamente ni utilice productos perfumados, mientras que otro grupo
manifiesta o considera que no es así, lo que pudiera llevar a pensar en el
hecho de que les gusta el olor natural de la pareja como manera de
excitación sexual,, ya que como se sabe, nuestro organismo produce un tipo
de olor que es percibido por estructuras especificas del olfato que inducen a
la excitación o producción de una reacción a favor de la pareja.

Cuadro 28
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Si te sientes motivada al ejercicio de la función sexual lo haces
saber por medio de la coquetería”.

FA %
Muy de acuerdo 5 18

140
De acuerdo 13 46
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 3 11
En desacuerdo 4 14
Muy en desacuerdo 3 11
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 27

alternativas
muy en desacuerdo
11% muy de acuerdo
18%

en desacuerdo
14%

ni de acuerdo, ni en
desacuerdo de acuerdo
11% 46%

Fuente: cuadro 28

La coquetería es una actitud natural en la mujer, mediante la cual busca


atraer la atención del varón empleando distintos medios o elementos
llamativos: perfume, ropa, miradas, galanteo, entre otros; de allí que, un 46%
de las encuestadas dicen estar “de acuerdo”, 18% “muy de acuerdo”, 14%
“en desacuerdo”, 11% “muy en desacuerdo” y 11% “ni de acuerdo, ni en
desacuerdo” con que esta actitud les sirve para motivar a la pareja.

141
Según Greene, 2012: La coquetería se atribuye por tradición a las
mujeres, y ciertamente esta estrategia fue, durante siglos, una de las pocas
armas que ellas tenían para atraer y someter el deseo de un hombre. (Pág.
s/n). Lo que significa una larga trayectoria en la vida de la mujer en el uso y
aprovechamiento de sus atributos femeninos para lograr la conquista y
seducción del varón.
Por otro lado, Castelvi, 2011; expresa que: Las mujeres tienen, de forma
natural, más recursos y habilidades para la seducción, que los que cualquier
hombre pueda llegar a adquirir. (Pág. s/n). La seducción es el verdadero rol
femenino y forma parte del juego amoroso, lo que usa para indicarle al
hombre la intención de vincularse sexualmente, demostrando que su
conducta natural consiste en preparar el terreno para atraer a su pareja. Es
por ello que, en este caso, un gran número de las personas encuestadas
aplican la coquetería para motivar a la pareja en la realización de un
encuentro sexual, pudiendo ser esto, evidencia de la alta incidencia de la
iniciativa de la mujer en el ejercicio de la función sexual.

Cuadro 29
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Te sientes excitada con la presencia de tu pareja pero esperas
que sea él quien te motive”.

FA %
Muy de acuerdo 3 13

142
De acuerdo 3 13
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 5 13
En desacuerdo 12 44
Muy en desacuerdo 5 17
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 28

alternativas
muy de acuerdo
11%

muy en de acuerdo
de- 11%
sacuerdo
18%

en desacuerdo
43% ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
18%

Fuente: cuadro 29

A pesar de que la mujer puede desear, tanto como el hombre, un


encuentro sexual, generalmente es el varón quien inicia este tipo de
encuentros, aunque en esta ocasión, 43% de las encuestadas se encuentran
“en desacuerdo”, 18% “muy en desacuerdo”, 18% “ni de acuerdo, ni en
desacuerdo”, 11% “de acuerdo” y 10% “muy de acuerdo” con el hecho de
esperar la motivación de la pareja en caso de sentirse excitadas, lo que

143
implicaría una acción inicial por parte de la mujer en el ejercicio de la función
sexual.
Según Sánchez y Cols. (2009), citados por Huallpa Chirinos y Soria Juno,
2013:
La disminución de la autoestima es considerada un factor de riesgo
para el deseo sexual hipoactivo...La tendencia a la baja autoestima
es un indicador de riesgo que predispone el desarrollo de
disfunciones sexuales en las mujeres, ya que se compone de
sentimientos de devaluación, desventaja e inutilidad, lo que
determinan sus respuestas que van siempre en sentido
devaluatorio”. (pág. 38)

En ese sentido, pudiera ser que la baja autoestima influya de manera


decisiva en lo referente a la iniciativa que deberían mostrar las mujeres
cuando se sienten excitadas, lo cual les hace inhibirse de presentarse como
quisieran, sea por temor al rechazo o por el tipo de educación recibida.
En esta ocasión un alto porcentaje de las mujeres encuestadas manifiesta
que no esperan a que sea la pareja quien tome la iniciativa en este tema,
evidenciando con esto, que también ellas tienen ocasión de demostrar sus
deseos y aprovechan la oportunidad para disfrutar de dicha actividad, lo que
hace deducir que no existe prejuicio ni restricción en este grupo de mujeres.

Cuadro 30
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Prefieres usar vestidos poco atractivos para estar en el hogar”.

FA %
Muy de acuerdo 2 7

144
De acuerdo 3 11
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 6 22
En desacuerdo 11 39
Muy en desacuerdo 6 21
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 29

alternativas
muy de acuerdo
7%
de acuerdo
11%
muy en
de-
sacuerdo
21%

ni de acuerdo, ni en
en desacuerdo desacuerdo
39% 21%

Fuente: cuadro 30

La vestimenta constituye una de las maneras de atraer a otra persona, a


través de ella se puede decir mucho acerca de la personalidad, de los gustos
y de los deseos, tal vez por esta razón, 39% de las mujeres consultadas
opina estar “en desacuerdo”, 21% “muy en desacuerdo”, 22% “ni de acuerdo,
ni en desacuerdo”, 11% “de acuerdo” y 7% “muy de acuerdo” en la
preferencia del uso de ropa poco atractiva para estar en el hogar.
De acuerdo con lo dicho por Rodríguez y Albamonte (2012):

145
Los seres humanos estamos en constante comunicación…con
nuestros gestos, nuestra manera de hablar o de sentarnos, con el
pelo y con nuestra ropa. Las prendas que llevamos…constituyen una
parte fundamental de nuestra imagen y del lenguaje no verbal” (Pág.
117)
Considerando tal afirmación, es preciso que la persona sea consciente de
la forma de vestir y de que la ropa que usa esté acorde con cada ocasión, aun
cuando sea para estar en el hogar, lo cual no significa que deba usar ropa
que dé una sensación de desidia y descuido personal, ya que sería visto
como señal de evitar cualquier intento de acercamiento por parte de la pareja.
En esta situación, un alto porcentaje de mujeres se muestra contraria al uso
de vestidos poco atractivos en el hogar, indicando con esto que, para ellas es
muy importante mantener una imagen atractiva hacia la pareja, permitiendo
agrado y cercanía por parte de éste.

Cuadro 31
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Provocas a tu compañero usando ropa muy atrevida”.

FA %
Muy de acuerdo 7 25
De acuerdo 8 29

146
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 2 7
En desacuerdo 9 32
Muy en desacuerdo 2 7
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 30

alternativas
muy en desacuerdo
7%

muy de acuerdo
25%
en desacuerdo
32%

de acuerdo
29%

ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
7%

Fuente: cuadro 31

La ropa atrevida constituye un motivo de atención hacia el varón, por lo


que, la mujer, normalmente, utiliza este tipo de prendas de vestir para
insinuarse a la pareja y sobre todo, la utilizada para dormir. Así, en esta
ocasión, 32% se hallan “en desacuerdo”, 29% “de acuerdo”, 25% “muy de
acuerdo”, 7% “muy en desacuerdo” y 7% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo”
en provocar al compañero usando ropa atrevida.
Según Melgar, 2013:
Para el varón, la ropa interior de mujer representa a la imagen
femenina en sus aspectos sexuales. Los corpiños constituyen

147
artículos delicados…porque contienen las glándulas mamarias de la
mujer, parte ocultada en la mayor parte del mundo por considerarlo
un fragmento del aparato erógeno dedicado a la fecundación,
gestación humana y sexualidad. (Suite101.net)
Así, la mujer utiliza este tipo de prendas con la finalidad de resaltar los
atributos físicos, sobre todo, aquellos sitios que le gusta le sean observados:
senos, piernas, espalda; para provocar la reacción del varón hacia un
encuentro íntimo, dejándole saber su disposición para el ejercicio de la
función sexual.

En esta ocasión, un gran porcentaje de mujeres coinciden en usar ropa


atrevida para provocar al compañero en el ejercicio de la función sexual,
manifestando así, su disponibilidad en la iniciativa para un encuentro de esa
índole, lo que en muchas ocasiones no es bien visto por otras mujeres o las
mismas son señaladas por asumir este tipo de conducta.

Cuadro 32
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Te agradaría el romanticismo de comer fuera de tu casa como
preámbulo a un encuentro sexual”.

FA %
Muy de acuerdo 7 25
De acuerdo 13 46
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 3 11

148
En desacuerdo 3 11
Muy en desacuerdo 2 7
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 31

alternativas
muy en desacuerdo
7%
en desacuerdo
11%

ni de acuerdo, ni en muy de acuerdo


desacuerdo 25%
11%

de acuerdo
46%

Fuente: cuadro 32

Las conversaciones alejadas de la rutina del hogar y de la cercanía de los


familiares, sobre todo de los hijos, pueden ser motivo de reencuentros
amorosos entre los miembros de la pareja, por lo que 46% de las
encuestadas ha manifestado estar “de acuerdo”, 25% “muy de acuerdo”,
11% “en desacuerdo”, 7% “muy en desacuerdo” y 11% “ni de acuerdo, ni en
desacuerdo” con la posibilidad de comer fuera del hogar como preámbulo a
un encuentro sexual.

149
Según Sanz, 2010: Los diferentes sabores de los alimentos y de las
bebidas constituyen efectos estimuladores o inhibidores del deseo y del
acercamiento sexual. (Pág. 104). Desde tiempos remotos se han utilizado,
tanto las comidas como las bebidas, como fuentes afrodisiacas del placer
sexual, lo que se puede aprovechar para compartir momentos agradables y
de atractivo entre las personas.
De acuerdo con lo anterior, los alimentos son fuentes estimulantes del
deseo sexual, al igual que las bebidas, sobre todo, las que contienen cierto
grado de alcohol; ya que estas desinhiben a las personas haciendo que las
mismas actúen de manera diferente a como lo hacen de manera cotidiana,
contribuyendo así, al goce y disfrute del ejercicio de la función sexual. Es por
ello que en esta ocasión, un elevado porcentaje de las consultadas
manifiesta su agrado por compartir un momento romántico con su pareja
fuera del hogar, lo que hace pensar en la posibilidad de tener este tipo de
encuentros cada cierto tiempo para evitar la rutina del hogar.

Cuadro 33
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Es un gasto innecesario comer fuera de la casa”.

FA %
Muy de acuerdo 2 7
De acuerdo 3 11

150
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 4 14
En desacuerdo 8 29
Muy en desacuerdo 11 39
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 32

alternativas
muy de acuerdo
7%
de acuerdo
11%

muy en
de-
sacuerdo ni de acuerdo, ni en
39% desacuerdo
14%

en desacuerdo
29%

Fuente: cuadro 33

El hecho de realizar una comida fuera del hogar pudiera ser tomado como
un gasto superfluo que no contribuye a mejorar la calidad de vida de las
parejas, sin embargo, 39% de las mujeres consultadas se mostraron “muy
en desacuerdo”, 29% “en desacuerdo”, 14% “ni de acuerdo, ni en
desacuerdo”, 11% “de acuerdo” y 7% “muy de acuerdo” con la posibilidad de
comer fuera del hogar.
De acuerdo con Misrahi, 2008:

151
La comida aviva los sentidos, produce placer y buen humor, invita a
la conversación, a bromear y relajarse, y predispone el ánimo para la
intimidad. Oler, saborear, escuchar y dejarse llevar por los aromas y
la vistosidad de un buen plato mima y exalta todos los sentidos y
enardece el ánimo hasta conducirlo a la excitación. (Pág. 12)
En ese sentido, la posibilidad de realizar una comida fuera del hogar en
compañía de la persona amada, sería un motivo de relajación, disfrute y
comunicación por parte de los miembros de la pareja, lo que pudiera
contribuir con que afloren en ellos recuerdos de viejos tiempos y así motivar
un encuentro sexual placentero, ya que no deberían existir preocupaciones
que se interpongan en dicho encuentro. Es por ello que en esta ocasión, un
gran porcentaje de las encuestadas considera que no debería considerarse
un gasto innecesario comer fuera del hogar si esto contribuye con la
realización de un encuentro sexual placentero y satisfactorio para la pareja.

Cuadro 34

Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra


respecto a “Los eventos sociales te incitan al ejercicio de la función sexual”.

FA %
Muy de acuerdo 1 3
De acuerdo 5 18
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 10 36

152
En desacuerdo 8 29
Muy en desacuerdo 4 14
total 23 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 33

alternativas
muy de acuerdo
muy en desacuerdo 4%
14%

de acuerdo
18%

en desacuerdo
29%

ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
36%

Fuente: cuadro 34

De acuerdo con los resultados obtenidos: 36% de la muestra consultada


dice estar “ni de acuerdo, ni en desacuerdo”, 29% “en desacuerdo”, 18% “de
acuerdo”, 14% “muy en desacuerdo” y 3% “muy de acuerdo” incitan al
ejercicio de la función sexual.
Los eventos sociales son propiciadores del consumo de alcohol y de la
práctica del baile, donde, normalmente, existe desinhibición por parte de
quienes participan; lo que pudiera generar acercamientos entre los miembros
de la pareja y por supuesto, propiciar los elementos necesarios para un
encuentro sexual.

153
Para Misrahi, 2008: El vino - y todas las bebidas alcohólicas en general –
funcionan como desinhibidores y proporcionan sensación de alegría y de
euforia. (Pág. 61); lo que pudiera ser el punto de partida para el logro de un
encuentro sexual, por el mismo hecho de permitirle a la persona, mostrarse
sin ningún tipo de recato ante los demás.
Continúa la misma autora diciendo que: …el vino, tomado con un aperitivo
o acompañado de una buena cena o una buena comida, es un excelente
complemento de las relaciones, del juego amoroso y de la pasión. (Pág. 63);
corroborando la tesis de que existe la posibilidad de lograr un acercamiento
íntimo cuando se comparte en presencia de esta clase de elementos.
Sin embargo, al observar las respuestas emitidas por las consultadas, un
alto porcentaje de ellas se encuentran en desacuerdo con que, el participar
en los eventos sociales, sea motivo de incitar o propiciar un encuentro
sexual; por lo que se pudiera estar en presencia de un grupo de mujeres que
pocas o ninguna vez son tomadas en cuenta por la pareja para asistir a
eventos sociales o son poco participes de este tipo de actividades.

Cuadro 35
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Es preferible la tranquilidad del hogar y no salir de la rutina”.

FA %
Muy de acuerdo 0 0
De acuerdo 7 25
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 2 7
En desacuerdo 9 32

154
Muy en desacuerdo 10 36
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 34

alternativas

muy en de acuerdo
de- 25%
sacuerdo
36%

ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
7%
en desacuerdo
32%

Fuente: cuadro 35

La rutina es un fuerte indicador de desgano en cualquier tipo de relación,


por lo tanto, es necesario hacer cambios ocasionales dentro de la misma
para variar la cotidianidad, sin embargo, 36% de las consultantes están “muy
en desacuerdo”, 32% “en desacuerdo”, 25% “de acuerdo” y 7% “ni de
acuerdo, ni en desacuerdo” en considerar que es preciso salir de la
tranquilidad del hogar para cambiar la rutina diaria.
las relaciones sexuales son una expresión fundamental de la vida en
pareja, además de proporcionar salud, placer y un gran bienestar físico y
psicológico, sin embargo, muchas veces las distintas obligaciones

155
constituyen focos de debilitamiento en las relaciones de pareja, haciendo que
los deseos sexuales pasen a un segundo plano.
En ese sentido, Méndez, 2001, dice que: La rutina es el enemigo número
uno de las relaciones sexuales…el sexo no está reducido al ámbito del
dormitorio… todo lo que aportes a tu vida sexual, incrementará el entusiasmo
y estimulará tus relaciones. (Pág. 99)
El mantenerse en la tranquilidad del hogar y no buscar nuevas
motivaciones pudiera ser evidencia de falta de atención por parte de la pareja
hacia la mujer o, quizás, la mujer no se sienta con la disponibilidad como
para salir fuera del hogar, y prefiere una vida más hogareña. De acuerdo
con la información suministrada al respecto, un alto porcentaje de
encuestadas considera que se debe salir de la rutina del hogar e
implementar nuevos esquemas de vida, lo que pudiera hacer ver que este
grupo de mujeres no aceptan la monotonía de la vida diaria, indicando con
esto que deberían tener una vida sexual placentera y satisfactoria.

Cuadro 36
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Si compartes tus deseos sexuales con tu pareja es con la
finalidad de motivarlo al ejercicio de la función sexual”.

FA %
Muy de acuerdo 7 25
De acuerdo 15 53
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 2 7

156
En desacuerdo 3 11
Muy en desacuerdo 1 4
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 35

alternativas
muy en desacuerdo
4%
en desacuerdo
11%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
7%
muy de acuerdo
25%

de acuerdo
54%

Fuente: cuadro 36

La capacidad de expresar los deseos sexuales, por parte de la mujer, es


un fuerte indicio de la confianza y calidad de vida sexual en la pareja. En este
caso particular 53% de las respuestas están “de acuerdo”, 25% “muy de
acuerdo”, 11% “en desacuerdo”; 7% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” y 4%
“muy en desacuerdo”; con el hecho de que si la mujer comparte los deseos
sexuales con su pareja, es con la finalidad de motivarlo al ejercicio de la
función sexual.

157
De acuerdo con Méndez (et al.): La sexualidad es una vía de
comunicación entre los seres humanos. (Pág. 105); por lo tanto, a través de
los juegos y mensajes emitidos como preámbulo a un encuentro sexual, las
personas hacen saber a otros o a alguien en particular, la posibilidad de
lograr dicho evento, lo que viene a sustentar la afirmación anterior.
Por lado, prosigue la misma autora diciendo: Para que nos
comuniquemos satisfactoriamente, es necesario que lo que se piensa, se
siente y se expresa mediante el comportamiento, esté en armonía, si no, se
producen mensajes contradictorios… (págs. 106); lo que equivale a decir que
se precisa de una buena estrategia seductora para lograr lo que se desea.
Tomando en consideración la postura asumida por este grupo de mujeres
respecto a expresar a la pareja los deseos sexuales, se pudiera inferir que en
ellas no existen complejos referentes a la sexualidad y el ejercicio de la
función sexual, lo que sería indicio de que son mujeres con una vida sexual
plena y sin inhibiciones.

Cuadro 37
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “La falta de comunicación con tu compañero es motivo para
reusarte a la actividad sexual”.

FA %
Muy de acuerdo 3 11
De acuerdo 8 29

158
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 1 3
En desacuerdo 14 50
Muy en desacuerdo 2 7
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 36

alternativas
muy en desacuerdo muy de acuerdo
7% 11%

de acuerdo
29%
en desacuerdo
50%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
4%

Fuente: cuadro 37
El no comunicar los sentimientos, es motivo para no saber lo que se
quiere para sí mismo o para otros, por lo tanto, es preciso hacer saber lo que
se aspira, para tener una buena relación. En esta ocasión, 50% de las
encuestadas indican estar “en desacuerdo”, 7% “muy en desacuerdo”; 29%
“de acuerdo”, 11% “muy de acuerdo” y 3% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo”
con que la falta de comunicación no es motivo para reusarse al ejercicio de la
función sexual.
Con respecto a esto, Reinisch y Beasley, 1992; establecen que:

159
Estar dispuesto (a) para el sexo, incluye no solamente el
conocimiento de los hechos y la toma de responsabilidades, sino
también el adquirir el compromiso de enviar y recibir mensajes
acerca de lo que es agradable y de lo que no es; los cuales pueden
ser enviados con palabras u otro tipo de señales… (Pág. 124)
A pesar de que la comunicación juega un papel preponderante en la
relación de pareja, pareciera que en esta ocasión no afecta a un porcentaje
importante en este grupo de mujeres, ya que muchas de ellas consideran
que la falta de comunicación con la pareja, no es impedimento para la
realización del ejercicio de la función sexual, lo que pudiera llevar a pensar
que se pudiera estar ante algún tipo de parafilia u obligación a realizar tal
actividad, por parte de sus parejas.

Cuadro 38
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a: “Utilizas cualquier imagen de tipo visual o auditiva para excitar a
tu pareja”.

FA %
Muy de acuerdo 2 7

160
De acuerdo 3 11
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 4 14
En desacuerdo 8 29
Muy en desacuerdo 11 39
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 37

alternativas
muy de acuerdo
7%
de acuerdo
11%

muy en
de-
sacuerdo ni de acuerdo, ni en
39% desacuerdo
14%

en desacuerdo
29%

Fuente: cuadro 38
La excitación sexual puede lograrse a través de cualquier tipo de imagen
o sonido, sin embargo, en esta oportunidad, la mayoría de las respuestas
obtenidas reflejan que 39% están “muy en desacuerdo”, 14% “ni de acuerdo,
ni en desacuerdo”,29% “en desacuerdo”, 11% “de acuerdo” y 7% “muy de
acuerdo” con el uso de imágenes visuales para excitar a la pareja.
Para Reinisch, 1992:
Todas las actividades sexuales placenteras que no sean el acto
sexual mismo, incluye también la excitación psicológica, la cual se

161
produce por mirar cierto tipo de materiales, fantasear, leer ciertas
cosas o escuchar sonidos que un individuo o pareja encuentran
sexualmente estimulantes (Pág. 154)
Las imágenes visuales o auditivas constituyen motivos de excitación
en cualquier persona, sin embargo en esta oportunidad un alto porcentaje de
las encuestadas ha manifestado no utilizar imágenes ni elementos visuales
motivadores para excitar a la pareja y lograr un efectivo encuentro sexual, lo
que indica que la mayoría de estas mujeres no usa ningún tipo de elementos
diferentes a lo normal, o sea: los abrazos, caricias, besos, entre otros; lo que
a lo largo del tiempo, pudiera afectar las relaciones existentes.

Cuadro 39
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Rehúyes al uso de videos, fotografías u otro tipo de motivación
durante el desarrollo de la función sexual”.

FA %
Muy de acuerdo 4 14
De acuerdo 2 9

162
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 6 17
En desacuerdo 5 13
Muy en desacuerdo 11 44
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 38

alternativas
muy de acuerdo
14%

de acuerdo
7%
muy en
de-
sacuerdo
39%

ni de acuerdo, ni en
en desacuerdo desacuerdo
18% 21%

Fuente: cuadro 39

Las imágenes eróticas y pornográficas pueden producir una excitación


sexual de forma rápida, donde los sentidos juegan un papel preponderante,
ya que a través de ellos se perciben distintas imágenes que incitan a la
persona. En la información recabada en esta ocasión se puede apreciar que
de las encuestadas, 39% están “muy en desacuerdo”, 22% “ni de acuerdo, ni
en desacuerdo”, 18% “en desacuerdo”, 14% “muy de acuerdo” y 7% “de
acuerdo”.
Para Palaino-Lorente, 1992:

163
Lo propio de la pornografía es procurar la excitación y el placer
sexual, sirviéndose para ello de cualquier tipo de estímulos,
principalmente visuales y auditivos, que tengan ese poder
evocador…El poder seductor de la pornografía es grande, puesto
que no estimula la voluntad de la persona a querer más al otro, sino
que se complace en sólo estimular su deseo, su apetito sexual”.
(Pág. 205).
Contrariamente a lo que pudiera pensarse, en esta ocasión, un alto
porcentaje de las respuestas dadas se dirigen a estar “muy en desacuerdo”
con rehuir al uso de algún elemento audiovisual para la motivación sexual; ya
que con anterioridad la mayoría de ellas manifestó no hacer uso de este tipo
de elementos; sin embargo esto no es indicativo de que estén en contra de
ellos o que no los conozcan y que por lo tanto, no hagan uso de los mismos.

Cuadro 40
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Es agradable para ti el pasar tus manos por el cuerpo de tu
pareja”.

FA %
Muy de acuerdo 15 53

164
De acuerdo 10 36
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 1 3
En desacuerdo 1 4
Muy en desacuerdo 1 4
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 39

alternativas
en desacuerdo muy en desacuerdo
4% 4%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
4%

muy de acuerdo
de acuerdo 54%
36%

Fuente: cuadro 40

Las caricias demuestran que existe afinidad, complicidad y un nivel íntimo


primordial entre los miembros de la pareja, también es una forma de
divertirse durante el encuentro sexual y, para lo cual no solamente se pueden
usar las manos, sino también los labios, los pechos o cualquier otra zona
erógena del cuerpo, incluso se pueden utilizar objetos con una textura suave
que pueden resultar efectivos. Así, 53% están “muy de acuerdo”, 36% “de

165
acuerdo”, 4% “en desacuerdo”, 4% “muy en desacuerdo” y 3% “ni de
acuerdo, ni en desacuerdo” con lo agradable que resulta acariciar a la pareja.
Según Verdacchia, 2007:
Un instrumento que hace posible nuestra subsistencia y que
responde en gran parte al porqué de nuestro comportamiento es la
caricia…Con la caricia se toma en cuenta a otras personas…Las
caricias, pues, constituyen la base de una relación social y se
transforman en transacciones cuando se efectúa un intercambio
entre ellas. (Pág. 81)
En este particular, un gran porcentaje de las encuestadas dice de lo
agradable que para ellas resulta el hecho de acariciar a sus parejas,
indicando con esta acción la procura de acercamiento y manifestación de
cariño; lo que se puede traducir en satisfacción por parte de ambos al
momento de la realización del ejercicio de la función sexual.

Cuadro 41

Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra


respecto a “Siempre esperas que sea tu compañero quien inicie la rutina de
tocarte”.

FA %
Muy de acuerdo 4 14

166
De acuerdo 2 7
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 5 18
En desacuerdo 10 36
Muy en desacuerdo 7 25
total 23 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 40

alternativas
muy de acuerdo
14%

muy en de acuerdo
de- 7%
sacuerdo
25%

ni de acuerdo, ni en
en desacuerdo desacuerdo
36% 18%

Fuente: cuadro 41

Quizás el mismo hecho de acostumbrar a la niña a no tocarse por


considerarlo pecaminoso o sucio, incida directamente en la actitud asumida
por la mujer en su relación de pareja, por lo que, normalmente, es el hombre
quien recurre a la motivación mediante las caricias. Sin embargo, en esta
ocasión, los resultados indican que 36% se encuentran “en desacuerdo”,
25% “muy en desacuerdo”, 18% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo”, 14%

167
“muy de acuerdo” y 7% “de acuerdo” con esperar a que sea el compañero
quien mantenga ese rol.
De acuerdo con Zimmerman, 1999:
En nuestra cultura, la iniciativa de la relación sexual la ha tenido
tradicionalmente – o al menos así lo aconsejaban las normas - el
varón, de la misma forma que durante el acto sexual se esperaba,
tuviera el papel más activo; relegando a la mujer a un segundo
plano. (Pág. 56)
Los roles sexuales deben ser compartidos entre los miembros de la
pareja, por lo tanto no es necesario que sea el esposo quien inicie la rutina
de acariciar o tocar a la mujer; por eso, como se puede evidenciar, muchas
de las mujeres se muestran en desacuerdo en esperar a que sea la pareja
quien tome la iniciativa en el ejercicio de la función sexual, demostrando con
ello su disponibilidad en el goce y disfrute de la relación sexual.

Cuadro 42

Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra


respecto a “Te gusta hablar con mucha sensualidad cerca del oído de tu
compañero”.

FA %

168
Muy de acuerdo 11 39
De acuerdo 13 47
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 2 7
En desacuerdo 2 7
Muy en desacuerdo 0 0
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 41

alternativas
en desacuerdo
7%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
7%

muy de acuerdo
39%

de acuerdo
46%

Fuente: cuadro 42

Los jadeos, susurros y palabras musitadas, alternados con silencios,


constituyen toda una sinfonía amorosa, distinta siempre y personal en cada
pareja; por lo que en esta ocasión 39% están “muy de acuerdo” con lo
planteado, 47% “de acuerdo”, 7% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” y 7% “en
desacuerdo” con el hecho de propiciar este tipo de acción durante el ejercicio
de la función sexual.

169
Según Ian Kerner, autor del libro “Passionista”, citado en la revista digital
“AztecaTrends.com” afirma: Decir o escuchar palabras cargadas de erotismo
estimula la transmisión de dopamina, que juega un gran rol en la excitación
sexual. Este tipo de palabras pueden realzar la intensidad emocional y física
de la experiencia. (Junio 07, 2013). Es decir, mientras se practica el acto
sexual, las personas dicen palabras que estimulan mucho más el goce y
disfrute del mismo, logrando un mejor desempeño y gratificación de la pareja.
Sin embargo, no siempre se realiza este tipo de intercambio de frases o
palabras que muchas veces son fuertes cuando se aplican de manera
cotidiana, pero que dentro del ejercicio de la función sexual pareciera carecer
de importancia el pronunciarlas e impulsan y estimulan a la pareja a dar y
recibir placer, acentuando que los susurros y palabras al oído de cualquier
persona provocan cierto tipo de incitación sexual que hace placentera la
cercanía de otra persona. En esta ocasión, y de acuerdo con la información
recibida, un gran porcentaje de consultadas considera que es agradable
utilizar este tipo de palabras durante un encuentro sexual para incitar a su
pareja y promover la satisfacción requerida en el momento.

Cuadro 43

Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra


respecto a “Te parece innecesario hablarle con suavidad a tu pareja durante
el acto sexual”.

FA %

170
Muy de acuerdo 0 0
De acuerdo 1 4
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 1 4
En desacuerdo 13 46
Muy en desacuerdo 13 46
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 42

alternativas
de acuerdo ni de acuerdo, ni en desacuerdo
4% 4%

muy en
de-
sacuerdo
46% en desacuerdo
46%

Fuente: cuadro 43

El hablar al oído de la pareja durante el acto sexual es motivo de


excitación y placer, por lo que siempre se debe realizar para mantener un
contacto pleno en ese momento. En cuanto a esa premisa, 46% están “muy
en desacuerdo”, 46% “en desacuerdo”, 4% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo”

171
y 4% “de acuerdo” en reconocer que es necesario utilizar las palabras en el
momento de realizar el acto sexual.
De acuerdo con Sanz, 2008: El sonido es un factor de excitación sexual:
hay personas a las que les gusta escuchar o decir palabras tiernas al hacer
el amor, a otras les excitan “los tacos”, palabras groseras e insultos. (Pág.
101)
La emisión de palabras o sonidos al oído de la pareja es motivo de
excitación, lo que permite mantener por más tiempo de lo esperado o
complacer de forma efectiva a la persona con quien se comparte. En este
caso particular, un gran porcentaje considera necesario el uso de estas
manifestaciones durante el ejercicio de la función sexual, lo que permite una
relación sexual armónica y agradable.

Cuadro 44
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Normalmente recorres el cuerpo de tu pareja, con tus labios”.

172
FA %
Muy de acuerdo 10 36
De acuerdo 12 43
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 4 14
En desacuerdo 1 3
Muy en desacuerdo 1 4
total 28 100
Fuente: Salazar (2014)

Gráfico 43

alternativas
en desacuerdo muy en desacuerdo
4% 4%
ni de acuerdo, ni en
desacuerdo
14%

muy de acuerdo
36%

de acuerdo
43%

Fuente: cuadro 44

El beso es una de las manifestaciones de carácter afectivo que realiza la


persona, sean intensos o sutiles, en un área específica o en distintas partes
del cuerpo; logrando excitar a la pareja. Tomando en cuenta esta premisa, la
información suministrada por las encuestadas, fue la siguiente: 43% está “de

173
acuerdo”, 36% “muy de acuerdo”,14% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” y
4% “muy en desacuerdo” y 3% “en desacuerdo”.
Con respecto a este tipo de manifestación de cariño, Sanz, 2008; dice
que: Los besos son otra forma importante de contacto afectivo y erótico.
(Pág. 104).
Es decir, no solamente las caricias u otros elementos son utilizados como
formas de acercamiento entre los miembros de la pareja, sino que el beso
constituye una de las manifestaciones más efectivas para demostrar el deseo
de compartir o demostrar cariño y afecto entre las partes. En esta ocasión,
un gran porcentaje de las encuestadas se encuentran inclinadas a reconocer
que utilizan el beso durante el ejercicio de la función sexual.

Cuadro 45
Distribución absoluta y porcentual de las respuestas dadas por la muestra
respecto a “Consideras que es algo indebido el acariciar a tu pareja con tus
labios”.

174
FA %
Muy de acuerdo 0 0
De acuerdo 1 4
Ni de acuerdo, ni en desacuerdo 3 11
En desacuerdo 9 32
Muy en desacuerdo 15 53
total 28 100
Fuente: datos recopilados por el autor (2014)

Gráfico 44

alternativas
de acuerdo
4% ni de acuerdo , ni en
desacuerdo
11%

muy en
de-
sacuerdo en desacuerdo
54% 32%

Fuente: cuadro 45

Dentro del juego erótico se utilizan muchos elementos que conllevan a la


excitación como preámbulo a un encuentro sexual. Tomando en cuenta lo
anterior, 53% de las encuestadas estuvo “Muy en desacuerdo”, 32% “en

175
desacuerdo”, 11% “ni de acuerdo, ni en desacuerdo” y 4% “de acuerdo” en
considerar algo indebido el besar a la pareja.
Zimmermam, 1999; dice que el beso:
Es la más conocida manifestación afectiva de una persona, el cual
puede ser realizado de manera intensa o sutil y en diferentes partes
del cuerpo, dependiendo del momento y de las circunstancias, con la
finalidad de incentivar a la pareja en el encuentro sexual o la
continuación del mismo. (Pág. 9)
En este particular la mayoría de las participantes considera que el
acariciar a la pareja con los labios no debe considerarse como algo indebido,
sabiendo que esto constituye una de las manifestaciones más prácticas y
espontáneas de manifestar el cariño y amor hacia otra persona, indicando
que este tipo de acción debe ser mantenido en toda relación íntima.

Análisis e interpretación del coeficiente de Correlación de Pearson

Cuadro 46

176
La religión es Si te sientes motivada
una forma de al ejercicio de la función
restringir el sexual lo haces saber
ejercicio de la por medio de la
función sexual. coquetería.

MDA DA NDA,NED ED MED

Fa % Fa % Fa % Fa % Fa % TOTAL

MDA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
DA 2 0,53 0 1,39 0 0,32 0 0,42 1 0,32 3
NDA,NED 0 0,71 2 1,85 2 0,42 0 0,57 0 0,42 4
ED 3 2,5 8 6,5 1 1,5 2 2 0 1,5 14
MED 0 1,25 3 3,25 0 0,75 2 1 2 0,75 7
TOTAL 5 13 3 4 3 28
X2 23.85
P 0,67

El cuadro 46 representa la relación existente entre los ítems: “La religión


es una forma de restringir el ejercicio de la función sexual”, correspondiente a
la dimensión: actitud, subdimensión: cognitiva, tomando como referencia el
indicador: creencias “Si te sientes motivada al ejercicio de la función sexual
lo haces saber por medio de la coquetería” de la dimensión: erótica, con el
indicador: mensajes; donde, después de aplicar chi cuadrado, el resultado
fue de 23.85; mientras que en la correlación de Pearson el resultado fue:
0,67; indicando con esto que la relación existente entre estos dos ítems se
puede tomar como significativa.
Dicha relación pudiera tomarse como inversamente proporcional ya que
en la medida en que el factor religioso aumenta, en esa misma medida la
coquetería disminuye en la mujer y viceversa, pudiendo influir esta actitud, ya
como incentivo o motivación para el ejercicio de la función sexual o como
elemento desmotivador de la misma.

Según Rojas – Marcos, 2010:

177
Las religiones han sido a lo largo de la historia de la humanidad, y
siguen siendo, un punto de referencia individual y social de
principios, normas de conductas y valores éticos y morales. En
general la religión sea cristiana, judía o musulmana, entre otras…
relacionan algunos de sus valores y conductas sexuales con
sentimientos de culpa, vergüenza y repugnancia…en algunos casos
el sexo es percibido como conducta indecente y obscena… (pág. s/n)
Es decir, cada una de las manifestaciones religiosa considera a la
sexualidad como algo inapropiado, pecaminoso; lo que a pesar de no
impactar de manera importante en el comportamiento de la mujer actual,
continua siendo una forma de restringir el ejercicio de la función sexual y por
lo tanto, pudiera condicionar a la mujer a mostrar patrones de
comportamiento relacionados con el poco uso de ropa y prendas que puedan
insinuar algún esbozo de coquetería hacia su pareja, ya que tomando en
cuenta a:
Beriaín, 200, quien refiere lo siguiente:
La coquetería se divide en la dedicación a un objeto alternando con
la dedicación a todo lo contrario. El uso de determinados vestidos,
generalmente más llamativos en la mujer, y la ocultación de
determinadas partes del cuerpo femenino, ponen de manifiesto la
indudable intención hacia esas partes. (pág. 170)
O sea, tal vez la mujer quiera mostrarse complaciente con su pareja, pero
existen valores y sentimientos contrarios a este tipo de insinuaciones que le
impiden presentarse como quisiera, constituyendo con ello un tipo de
restricción respecto a la sexualidad impidiendo el acercamiento y gusto por el
sexo.

Cuadro 47

178
La presencia de tu pareja Te gusta hablar con
te produce ansiedad mucha sensualidad
al oído de tu compañero

MDA DA NDA,NED ED MED

Fa % Fa % Fa % Fa % Fa % TOTAL

MDA 5 3,42 0 3,42 1 0,57 2 0,57 0 0 8


DA 2 4,71 9 4,71 0 0,78 0 0,78 0 0 11
NDA,NED 2 0,85 0 0,85 0 0,14 0 0,14 0 0 2
ED 2 2,14 2 2,14 1 0,35 0 0,35 0 0 5
MED 1 0,85 1 0,85 0 0,14 0 0,14 0 0 2
TOTAL 12 12 2 2 0 28
X2 34.78
P 0,74

El cuadro 47 representa la relación existente entre los ítems: “La


presencia de tu pareja te produce ansiedad”, correspondiente a la dimensión:
actitud, subdimensión: cognitiva, tomando como referencia el indicador:
pensamientos automáticos y “Te gusta hablar con mucha sensualidad al oído
de tu compañero” de la dimensión: conductual, con el indicador: susurros;
donde, después de aplicar chi cuadrado, el resultado fue de 34.78; mientras
que al aplicar Correlación de Pearson, el resultado fue 0,74; lo que puede
entenderse como una relación significativa.
Este resultado puede ser tomado como indicativo de que en la medida en
que la persona no posea o manifieste etapas de ansiedad a causa de la
imagen o presencia de la pareja, en esa misma medida la mujer podría
acompañar los momentos de pasión con halagos y susurros al oído del
compañero.

Según Casassus, 2007: La ansiedad es definida como miedo sin objeto


claro, un temor más difuso y sostenido…estar deprimido y ansioso. (110). Lo

179
que, en el caso de la presencia de la pareja para la mujer, no debería
constituir un temor o ansiedad de tal magnitud como para deprimirse y evitar
el acercamiento de la misma, por el rechazo a un encuentro intimo entre
ambos.
Por su parte, Nader y Polanía, 2014; dicen:
La sensualidad es el conjunto de las expresiones de los órganos de
los sentidos y del sistema sensorial, puestos al servicio del sexo y la
sexualidad. Se encuentra relacionado con las sensaciones y con la
disposición de disfrutar a plenitud los placeres de los sentidos, a
través de los objetos y de los sujetos que los incitan o satisfacen;
dicho conjunto está relacionado con el deseo sexual” (pág. s/n)
Por lo tanto, en la medida en que la mujer deje aflorar todas las
sensaciones que le permitan disfrutar los placeres del amor, en esa misma
medida podrá incentivar a la pareja para lograr un encuentro sexual
placentero y gratificante para ambos; de lo contrario, estará
desaprovechando la oportunidad de conocerse y conocer lo agradable del
deseo sexual; dejándose llevar por las ideas y pensamientos negativos
relacionados con la sexualidad.

Cuadro 48

180
Evitas pensar en el sexo Provocas a tu compañero
porque te sientes presionada. usando ropa muy atrevida.

MDA DA NDA,NED ED MED

Fa % Fa % Fa % Fa % Fa % TOTAL

MDA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
0
DA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
NDA,NED 0 1 1 1,14 0 0,28 3 1,28 0 0,28 4
ED 5 4,5 6 5,14 2 1,28 4 5,78 1 1,28 18
MED 2 1,5 1 1,71 0 0,42 2 1,92 1 0,42 6
TOTAL 7 8 2 9 2 28
X2 10.73
P 0,52

El cuadro 48 representa la relación existente entre los ítems: “Evitas


pensar en el sexo porque te sientes presionada”, correspondiente a la
dimensión: actitud, subdimensión: cognitiva, tomando como referencia el
indicador: pensamientos automáticos y “Provocas a tu compañero usando
ropa muy atrevida” de la dimensión: erótica, con el indicador: ropa íntima;
donde, después de aplicar chi cuadrado, el resultado fue de 10.73
Luego, al aplicar Correlación de Pearson, el resultado fue de 0,52; o sea,
una correlación considerada como significativa; lo que pudiera hacer pensar
que los pensamientos negativos referentes al sexo tienen mucha influencia
en el uso de ropa atrevida por parte de la mujer como medio de provocar el
apetito sexual en la pareja.
Para Calveta y Connor – Smith, 2005; Fehm y Hoyer, 2004; Najavits y
colaboradores, 2004 y Coles y Heimberg, 2005; citados por Riso, 2006
plantean que:
El efecto de los pensamientos automáticos y las distorsiones
cognitivas (su falta de identidad y control) se ha reconocido
prácticamente en todos los desórdenes mentales: por ejemplo: fobia
social, ansiedad generalizada…y desórdenes de la personalidad,
entre otros. (pág. 61)

181
Sabiendo que los pensamientos automáticos constituyen elementos
perturbadores o distractores en cualquier persona, además de la variedad de
los mismos, es preciso acotar que ellos fácilmente pueden contribuir en la
manera de actuar de una persona, logrando apartar de una línea normal o
cotidiana a quien permanece con ellos, es decir, impide que el individuo
actúe de manera adecuada a lo que se espera.
Alberoni, 1998; citado por Caudillo Herrera y Cerna, 2007, dice que:
…el interés de las mujeres por las cremas y perfumes, las sedas y
las pieles, así como las telas y encajes tienen significado más erótico
que social, ya que se da un contacto constante con la piel y las zonas
erógenas… (pág. 234)
O sea, mientras se posean prejuicios o pensamientos negativos hacia la
sexualidad, en esa misma medida actuará la mujer, evitando el uso de ropa
atractiva para no contribuir con el entusiasmo de la pareja en el acercamiento
y galanteo necesario para lograr un encuentro sexual, caso contrario, si no
existiera este tipo de ideas, sería una estrategia provechosa, ya que la pareja
se sentiría atraído hacia la otra persona.

Cuadro 49

182
La restricción aplicada en el Prefieres usar vestidos poco
hogar para evitar que te tocaras atractivos para estar en el
te ha producido contrariedad hogar.
al momento de realizar el
ejercicio de la función sexual.

MDA DA NDA,NED ED MED

Fa % Fa % Fa % Fa % Fa % TOTAL

MDA 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
DA 0 0,07 0 0,08 0 0,21 1 0,39 1 0,21 1
NDA,NED 0 0,35 1 0,17 1 1,07 2 1,96 1 1,07 5
ED 0 1,14 1 1,30 5 3,42 7 6,28 3 3,42 16
MED 2 0,42 1 0,43 0 1,28 1 2,35 1 1,28 6
TOTAL 2 3 6 11 6 28
X2 30.47
P 0,72

El cuadro 49 representa la relación existente entre los ítems: “La


restricción aplicada en el hogar para evitar que te tocaras te ha producido
contrariedad al momento de realizar el ejercicio de la función sexual”,
correspondiente a la dimensión: actitud, subdimensión: cognitiva, tomando
como referencia el indicador: tabú y “Prefieres usar vestidos poco atractivos
para estar en el hogar” de la dimensión: erótica, con el indicador: ropa
íntima; donde, después de aplicar chi cuadrado, el resultado fue de 30.47.

En cuanto a la Correlación de Pearson, el resultado obtenido: 0,72 es de


una tendencia fuerte, lo que pudiera ser indicativo de que a mayor restricción
aplicada en el hogar, mayor será la incidencia de la misma en las actitudes y
normas comportamentales de la mujer en aquellos aspectos que tienen
relación directa con los eventos sexuales.

De acuerdo con Nader y Polanía, 2014:

183
Cuando hay represión; hay un gran desconocimiento de la
corporalidad y, en el caso de las mujeres, hay mayor incapacidad
para reconocer sus sistemas de preferencias sexuales, que son los
códigos particulares que funcionan como disparadores del deseo
sexual. (pág. s/n)
Es decir, cuando la mujer ha recibido influencias muy fuertes en la
restricción hacia la sexualidad, ésta contribuye, de manera decisiva, en el
comportamiento adulto.
Por otro lado, Polaino – Lorente, 1998, refiere lo siguiente: Para que el
varón funcione…el comportamiento de la mujer ha de ser complementario…
De aquí que sea típicamente femenino llamar la atención, cuidar la imagen,
cambiar de ropa con mucha frecuencia, adornarse… (pág. 63)
Así que, el uso de ropa o vestidos poco atractivos o atrevidos para estar
en el hogar, constituyen una forma de evitar la visión corporal y por supuesto,
el acercamiento por parte de otra persona. En ese sentido, mientras menos
atractiva se muestre la mujer, menor será el entusiasmo y predisposición del
hombre por lograr un encuentro íntimo.

Cuadro 50

184
Los encuentros sexuales Si compartes tus deseos
son momentos que te ponen sexuales con tu pareja
melancólica . es con la finalidad de
motivarlo al ejercicio
de la función sexual.

MDA DA NDA,NED ED MED

Fa % Fa % Fa % Fa % Fa % TOTAL

MDA 0 0,25 1 0,53 0 0,07 0 0,10 0 0,03 1


DA 0 0,5 1 1,07 0 0,14 0 0,21 0 0,07 2
NDA,NED 1 0,25 1 0,53 0 0,07 0 0,10 0 0,03 1
ED 3 4,75 12 10,17 2 1,35 2 2,03 0 0,67 19
MED 3 1,25 0 2,67 0 0,35 1 0,53 1 0,17 5
TOTAL 7 15 2 3 1 28
X2 23.51
P 0,67

El cuadro 50 representa la relación existente entre los ítems: “Los


encuentros sexuales son momentos que te ponen melancólica”,
correspondiente a la dimensión: actitud, subdimensión: afectiva, tomando
como referencia el indicador: tristeza y “Si compartes tus deseos sexuales
con tu pareja es con la finalidad de motivarlo al ejercicio de la función sexual”
de la dimensión: informativa, con el indicador: diálogo; donde, después de
aplicar chi cuadrado, el resultado fue de 23.51.

En referencia a la aplicación de Correlación de Pearson, el resultado


obtenido fue: 0,67; o sea, una relación significativa que pudiera indicar una
tendencia directamente proporcional en ambos sentidos, ya que en la
medida de no asumir el ejercicio de la función sexual con actitudes
negativas, la mujer motivara a la pareja provocándolo y motivándolo al goce
y disfrute de la relación íntima, mientras que de asumir una actitud negativa,
de igual manera se desmotivará y por supuesto, lo hará con la pareja; ya
que, Según Otelo, 2014:

185
La persona que sufre de vacío existencial, si no logra sobreponerse
interrumpirá totalmente la captación de valores de responsabilidad,
transformara la tristeza en melancolía, entrara en un lamento
continuo y por último se deprimirá…la melancolía, manejada por la
indolencia genera quejas, desvaloración y parálisis. (pág. 296)
Lo que indica que, en la medida de lo posible, la mujer debe estar
dispuesta a mostrarse provocativa e insinuante, deseosa y atractiva;
tomando en consideración lo siguiente:
Para Wiemann, 2011: Una comunicación efectiva significa externalizar lo
que deseamos a fin de obtenerlo. La forma como enviamos el mensaje
configura el aspecto sensible de la relación o del proceso de comunicación.
(pág. 19)
Así, en la medida de lo posible, la mujer debe comunicar a la pareja lo
que le place y lo que no para lograr un encuentro sexual óptimo y
satisfactorio, aun cuando no sea de manera verbal, ya que puede hacerlo
guiándolo hacia los sitios o lugares más excitantes de su cuerpo mientras se
realiza dicho encuentro.

Cuadro 51
En las relaciones íntimas Es agradable para ti

186
no se debe mostrar cariño. pasar tus manos por
el cuerpo de tu pareja.

MDA DA NDA,NED ED MED

Fa % Fa % Fa % Fa % Fa % TOTAL

MDA 0 1,07 1 0,71 0 0,07 0 0,07 1 0,07 2


DA 0 0,53 1 0,35 0 0,03 0 0,03 0 0,03 1
NDA,NED 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
ED 1 3,21 3 2,14 1 0,21 1 0,21 0 0,21 6
MED 14 10,17 5 5,17 0 0,67 0 0,67 0 0,67 19
TOTAL 15 10 1 1 1 28
X2 27.41
P 0,70

El cuadro 51 representa la relación existente entre los ítems: “En las


relaciones íntimas no se debe mostrar cariño”, correspondiente a la
dimensión: actitud, subdimensión: afectiva, tomando como referencia el
indicador: amor y “Es agradable para ti pasar tus manos por el cuerpo de tu
pareja” de la dimensión: conductual y el indicador: caricias; donde, después
de aplicar chi cuadrado, el resultado fue de 27.41.
Con referencia a la aplicación de Correlación de Pearson, el resultado fue:
0,70 con tendencia fuerte entre éstas dos variables, lo que indica que son
inversamente proporcionales ya que en la medida que disminuya la
demostración de cariño en las relaciones íntimas, disminuirán las caricias
proporcionadas durante la misma.
Según refiere López Quintás, 2004:
Cuando uno quiere a otra persona, tiende a mostrarle sensiblemente
su afecto mediante la realización graduada de los diferentes gestos
que lo expresan: tomar la mano, abrazar, besar la mejilla, besar en
los labios, unirse sexualmente…Al hacerlo siete agrado, no solo por
manifestar el cariño que se siente, sino porque el tacto suele resultar
placentero en una u otra medida” (pág. 233)
Considerando lo importante que resulta para ambas partes, manifestar las
acciones de cariño y afecto que debe existir en una relación sentimental y

187
especialmente durante la realización del ejercicio de la función sexual. Por lo
tanto, en ese sentido también se puede tomar en consideración lo afirmado
por:
Alfonso Bartolomé, 2009:
La caricia constituye, además de un placer, un lenguaje…Sólo el
contacto aporta la prueba tangible, palpable de que el otro se halla
cerca…, dejarse acariciar significa solicitar y ofrecer placer, pues el
tacto permite recibir y proporcionar a un tiempo, sensaciones
agradable” (44)
Es decir, mientras exista demostración de cariño en las relaciones
íntimas, mayor será la entrega en dicha relación, logrando la cohesión que
debe existir en la pareja, así como también la puesta en práctica de los
juegos eróticos, caricias y palabras que se suscitan como preámbulo al
ejercicio de la función sexual.

Cuadro 52

Si quieres lograr un excelente Te parece innecesario

188
encuentro con tu pareja debes hablarle con suavidad
mostrarte amorosa. a tu pareja durante el
acto sexual.

MDA DA NDA,NED ED MED

Fa % Fa % Fa % Fa % Fa % TOTAL

MDA 0 0 0 0,75 0 0,75 12 9,75 9 9,75 21


DA 0 1 0,14 0 0,14 1 1,85 1 1,85 4
0
NDA,NED 0 0 0 0,03 0 0,03 0 0,46 1 0,46 1
ED 0 0 0 0,03 0 0,03 0 0,46 1 1,46 1
MED 0 0 0 0,03 0 0,03 0 0,46 1 0,46 1
TOTAL 0 1 1 13 13 28
X2 16.85
P 0,61

El cuadro 52 representa la relación existente entre los ítems: “Si quieres


lograr un excelente encuentro con tu pareja debes mostrarte amorosa”,
correspondiente a la dimensión: actitud, subdimensión: afectiva, tomando
como referencia el indicador: amor y “Te parece innecesario hablarle con
suavidad a tu pareja durante el acto sexual” de la dimensión: conductual y el
indicador: caricias; donde, después de aplicar chi cuadrado, el resultado fue
de 16.85.
Al aplicar la Correlación de Pearson, el resultado obtenido fue: 0,61;
tendencia de orden significativa entre ambos ítems que pudiera ser indicio de
una relación directamente proporcional, ya que a mayores deseos
demostrados en un encuentro sexual, mayor debería ser la sutileza aplicada
en el mismo, mientras que por el contrario, en la medida en que disminuya el
cariño hacia la otra persona en esa misma medida disminuirán las caricias y
sutilezas del momento; lo que conlleva a inferir que, en la medida en que se
demuestre el cariño y deseo hacia el acompañante; en esa misma medida
deberían aplicarse todos los juegos y sutilezas que se requieren para lograr

189
un encuentro sexual satisfactorio y placentero. De allí que Ellemberg y Bell,
1997; solicitan del participante en el juego sexual:
Permite que los instintos naturales, la intuición y la imaginación
guíen tu expresión…puedes mostrar cariño, compasión, ternura,
fuerza, intensidad, pasión, candidez…No dejes que los viejos
patrones masculinos y femeninos controlen tu libertad y expresión
personal. Si te limitas a adoptar roles rígidos tu relación se
estancará…” (pág. 344).

Buscando con ello una mayor compenetración y resultados más óptimos


en lo que aspira cada uno de los amantes, sin restricciones, sin penas, sin
impedimentos morales que eviten mostrarse abiertamente ante el compañero
(a); propiciando el gusto por la sexualidad de cada uno. Entre los detallas
íntimos de la pareja existen muchos elementos que pueden jugar papel
importante y, para Sanna, 2004: El susurro implica una intimidad especial…
aunque simplemente sea para decir: “gracias…, puede sonar provocativo. Y,
un beso en el cuello, la lengua en la oreja o una caricia suave añade todavía
una provocación. (pág. 54)
Ya que este tipo de caricia aplicada con la voz, produce un efecto tan sutil
en la persona que le provoca arrullar y compenetrarse íntimamente con su
pareja, debe ser aplicado en la medida de lo posible para así, contribuir con
la excitación previa y el incentivo deseado por parte de la mujer para
concretar un goce sexual placentero.

Cuadro 53

190
Si tu pareja te insinúa Siempre esperas que sea
un encuentro sexual tu compañero quien inicie
te sientes poco animada la rutina de tocarte.
para realizarlo.

MDA DA NDA,NED ED MED

Fa % Fa % Fa % Fa % Fa % TOTAL

MDA 0 0,14 0 0,07 1 0,17 0 0,35 0 0,25 1


DA 0 0,14 1 0,07 0 0,17 0 0,35 0 0,25 1
NDA,NED 1 0,42 0 0,21 1 0,53 1 1,07 0 0,75 3
ED 2 1,85 1 0,92 3 2,32 5 4,64 2 3,25 13
MED 1 1,42 0 0,71 0 1,78 4 3,57 5 2,5 10
TOTAL 4 2 5 10 7 28
X2 36.67
P 0,72

El cuadro 53 representa la relación existente entre los ítems: “Si tu pareja


te insinúa un encuentro sexual te sientes poco animada para realizarlo”,
correspondiente a la dimensión: actitud, subdimensión: afectiva, tomando
como referencia el indicador: alegría y “Siempre esperas que sea tu
compañero quien inicie la rutina de tocarte” de la dimensión: conductual y el
indicador: susurros, donde, después de aplicar chi cuadrado, el resultado fue
de 36.67
Con referencia a la aplicación de Correlación de Pearson, dicho resultado
fue: 0,72 con tendencia a una relación fuerte entre ambos ítems, ya que con
las muestras de desánimo en la mujer a las insinuaciones de la pareja,
menor la cantidad de esfuerzo de aquel en conquistarla; mientras que de
ocurrir lo contrario, mas disposición mostrará la pareja hacia la mujer. En ese
sentido, Soler y Conangla, 2005; definen el desánimo como la: Falta de
energía emocional… (hace) difícil enfrentar las dificultades y frustraciones…
todo se vuelve arduo y pesado y…cuesta hallar alicientes…el otro ya no es
tan atractivo…es un contaminador emocional que aspira la energía que
encuentra. (pág. 161)

191
Estableciendo así que la mujer debería mostrarse participe de los halagos
e insinuaciones de la pareja para evitar constantes altercados y
desencuentros que inciden de manera negativa en la relación de pareja, así
como evitar las muestras de desapego y desánimos en los momentos de
acercamiento entre ambos. Por lo tanto sería recomendable tomar actitudes
que vayan en sintonía con el disfrute del ejercicio de la función sexual, ya
que, de acuerdo con Zweig y Wolf, 2008 quienes refieren que:
El lastre de los estereotipos…lleva a esperar que los hombres sean
valerosos, racionales y competentes, y las mujeres, solícitas,
emocionalmente disponibles y sumisas…relegando a la sombra las
necesidades de ternura, melancolía e impotencia de los hombres y la
competencia, la autoridad y agresividad de las mujeres. (pág. 252)
Considerando así que no es necesario que sea el hombre quien inicie el
preámbulo de un encuentro sexual mientras la mujer se muestra receptiva y
complaciente sin intervenir en el mismo, ya que, si la mujer se encuentra en
la mayor disposición para ello y desea disfrutar de una relación de esta
naturaleza, debería poner en practica todos los elementos conocidos por ella,
en cuanto a técnicas amorosas se refiere, porque mientras se sigan
manteniendo los estereotipos aprendidos en el entorno social, continuarán
imperando las costumbres de las mujeres en esperar que sea el hombre
quien se motive a iniciar un encuentro sexual.

CAPITULO V

192
Conclusiones y Recomendaciones

Conclusiones

El presente trabajo de investigación tuvo como propósito comprobar la


relación existente entre los prejuicios sexuales y la iniciativa en el ejercicio de
la función sexual en un grupo de mujeres con edades comprendidas entre 20
y 40 años residenciadas en la urbanización “Los Cocalitos”, Marigüitar,
Municipio Bolívar, estado Sucre; para lo cual se aplicó un cuestionario
conformado por 44 preguntas tipo Likert con las opciones: muy de acuerdo,
de acuerdo, ni de acuerdo ni en desacuerdo, en desacuerdo y muy en
desacuerdo; diseñado para ser aplicado en esta ocasión con la finalidad de
recabar la información necesaria relacionada con el tema en particular.

El mencionado cuestionario estuvo conformado por ítems referidos a la


dimensión: Actitud, la cual incluye las Subdimensiones: Cognitiva, Afectiva y
Conductual del 1° objetivo específico propuesto; así como también las
dimensiones: Erótica, Social, Informativa y Conductual del 2° objetivo
específico propuesto; lo que se puede resumir de la siguiente manera:

En concordancia con los análisis de los resultados obtenidos en la


investigación y en función de los objetivos preestablecidos, se presentan las
siguientes conclusiones y recomendaciones. En correspondencia con el
primer objetivo, donde se planteó Indicar los prejuicios sexuales que
presentan las mujeres de la población estudiada, se toma como referencia la
dimensión: actitud, la cual está dividida en las Subdimensiones: Cognitiva,
Afectiva y Conductual; se puede apreciar lo siguiente:

En la dimensión cognitiva, compuesta por aspectos relacionados con:


creencia, pensamientos automáticos y tabú; no se evidencian rasgos que
condicionen a la mujer a rechazar o actuar de forma no operativa frente a la

193
posibilidad de un encuentro sexual. En cuanto a la dimensión afectiva
relacionada con: tristeza, amor, alegría, rabia y culpa; se evidencia la
presencia o aplicación de aquellos que estimulan el acercamiento con la
pareja y la ausencia de los que pudieran interceder en una relación poco
apropiada con respecto a la sexualidad. Con relación a la dimensión
conductual relacionada con: comunicación, rechazo y placer erótico; puede
observarse una efectiva comunicación por parte de las mujeres, con lo cual
se evita el rechazo y se estimula el logro del placer erótico en ellas.

Es decir, no se evidencia la presencia de prejuicios o tabúes que


conlleven a manifestar una actitud de rechazo, inhibición o culpa en este
grupo de mujeres con respecto al ejercicio de la función sexual, o sea, una
actitud no operativa que indique la presencia de este tipo de elementos
distractores en una relación de pareja.

En relación, al segundo objetivo donde se plantea caracterizar la


iniciativa que manifiestan las mujeres en el ejercicio de la función sexual de
la población encuestada y tomando como base las dimensiones: erótica,
social, informativa y conductual, se evidenció lo siguiente: en la dimensión
erótica, compuesta por aspectos relacionados con: perfumes, mensajes y
ropa íntima; se puede apreciar el uso de este tipo de elementos para
incentivar el acercamiento de la pareja. En cuanto a la dimensión social,
relacionada con: cena y fiesta; son aspectos que se ponen de manifiesto
para evitar la rutina del hogar y procurar el despertar de sentimientos
adormecidos en el tiempo. Con relación a la dimensión informativa, se puede
evidenciar la falta de utilización de los estímulos visuales y auditivos en la
motivación al ejercicio de la función sexual, sin embargo, esto no es
impedimento para cumplir con tal realidad. En cuanto a la dimensión
conductual relacionada con caricias, susurros y besos; estos conforman una
parte esencial en los preámbulos y esencia del ejercicio de la función sexual.

194
Por lo tanto, la iniciativa en el ejercicio de la función sexual en este grupo
de mujeres, constituye parte fundamental en su relación de pareja, lo que
indica que muchas veces son ellas quienes asumen el rol protagónico en el
desarrollo y consumación de dicho evento.

En lo que respecta al tercer objetivo, se concluyó que existe una relación


directa entre los prejuicios sexuales y la iniciativa en el ejercicio de la función
sexual en mujeres con edades comprendidas entre 20 y 40 años
residenciadas en la urbanización “Los Cocalitos” de Marigüitar, Municipio
Bolívar del estado Sucre, ya que en la medida que este tipo de elementos
formen parte esencial en los pensamientos y comportamientos de dichas
mujeres, en esa misma medida existirá la restricción respecto a la relación de
la pareja y, por el contrario, mientras no haya este tipo de pensamientos,
existirá mayor libertad de actuar y asumir el rol protagónico en cada relación.

Recomendaciones
Las conclusiones planteadas anteriormente permiten hacer las siguientes
recomendaciones con la finalidad de promover y mantener una actitud
positiva hacia el ejercicio de la función sexual en mujeres de edad adulta
joven.
A los y las jóvenes:
.- Estudiar la religión para conocer sus lineamientos y evitar conceptos
errados acerca de la sexualidad.

.- Buscar la cercanía de los padres para conversar acerca de la sexualidad y


sus consecuencias.

.- Evitar la búsqueda de la realidad sexual a través de vehículos equivocados


(revistas, grupos etarios, internet, entre otros)

A los padres y educadores:

195
.- Conversar con los hijos (as) acerca de la sexualidad y la mejor manera de
asumirla.

.- Evitar la imposición de modelos anticuados referentes a la sexualidad.

.- Estudiar los programas de educación sexual existentes.

A las jóvenes parejas:

.- Estudiar los mandatos religiosos para evitar su influencia en la sexualidad y


mantener una actitud abierta y sincera con relación al ejercicio de la función
sexual para su goce y disfrute.

.- Crear un ambiente armónico donde el amor y el cariño se circunscriban


alrededor de la relación para evitar desavenencias en los miembros de la
pareja.

.- Promover una comunicación efectiva y afectiva constante entre los


miembros de la pareja como medio de saber y conocer los gustos e
insatisfacciones de cada uno.

.- Incluir en la indumentaria femenina, además de ropa seductora, perfumes


que proyecten un ambiente con aromas agradables al igual que mensajes
románticos en la promoción de un atrayente y placentero encuentro sexual.

.- Propiciar los encuentros, sólo de la pareja, así como asistir a eventos


sociales de manera temporal para evitar la rutina y lograr un mayor
entendimiento en la relación de pareja.

.- Mantener un diálogo abierto y sincero en la consecución de un


entendimiento mayor como miembros de una pareja.

A las instituciones:

196
.- Promover los programas de educación sexual existentes.

.- Contribuir con la difusión de talleres y jornadas referentes a la sexualidad y


la forma de asumirla con responsabilidad.

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Videos:

 Teoría de la represión. Sigmund Freud


 Función y consecuencia de la represión sexual en el siglo XXI
 Evolución de los tabúes sexuales en la cultura
 Tabúes sexuales
 La mujer toma la iniciativa sexual. ¿Es fácil o promiscua?

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ANEXOS

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