UNIVERSIDAD RICARDO PALMA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

Curso

Procesos Afectivos Motivacionales

Docente

Alberto Córdoba Cadillo

Tema

La represión emocional

Integrantes:

202012126 Elguera Espinoza, Alelhi

202110034 Fernandez Trillo, Blanca Alexandra

202110263 Gonzales Morales, Nicole Alexandra

202111088 Quilcahuanca Huanacuni, Karen Norma

202120258 Reyes Angeles, Maria Fernanda

Lima - Perú

2022
 Dedicatoria

A nuestros padres,
que hicieron todo lo posible para que estemos en dónde estamos ahora.
 Agradecimientos

En el proceso de realización de esta monografía, hemos recurrido a diversos artículos

científicos; por lo que, creemos necesario mencionar el trabajo arduo de los científicos en el
ámbito de la Psicología.

También, nos gustaría dar los agradecimientos respectivos a los profesores, que nos
enseñaron desde el 1er hasta el 4to ciclo, sobre todo al profesor Alberto Córdoba Cadillo,
pues sin los conocimientos adquiridos no tendríamos la base para realizar este trabajo.

Por último, queremos dar un agradecimiento a cada uno de nosotros que formamos parte en
este trabajo de investigación.
 Índice

Carátula 1
Dedicatoria 2
Agradecimientos 3
Índice 4
Introducción 6
Capítulo I: Delimitación del Problema de Investigación 7
1.Problema de Investigación 7
1.1 Problema Principal 7
1.2 Problema Secundario 7
1.3 Objetivos de la Investigación 7
Capítulo II: Marco Teórico 8
2. Conceptos Generales 8
2.1 ¿Qué son las emociones? 8
2.2 ¿Qué emociones suelen reprimirse? 10
2.3 ¿Qué es la Represión Emocional? 11
2.4 Represión y Supresión Emocional 12
2.5 Cierre Emocional, Represión y su vínculo con el Trauma Infantil 13
Capítulo III: Análisis de la Represión Emocional 14
3. Análisis 14
3.1 Tipos de Represión Emocional 14
3.2 ¿Cómo afecta la Represión Emocional? 14
3.3 Consecuencias de la Represión Emocional 15
3.4 Riesgo 17
3.5 Tratamiento 18
Conclusiones 19
Webgrafía 20
 Introducción

La razón que nos ha motivado a realizar el desarrollo y análisis del presente tema de la
monografía, es porque creemos importante analizar los conceptos, causas y consecuencias
de la represión emocional. Es vital aprender y comprender el concepto y aspectos
correspondientes a este término de carácter psicológico, estudiarlo e identificar la
correlación entre la represión y el trauma infantil, el papel que desarrolla el manejo de
emociones y los tratamientos disponibles que existen para tratarlo.

Se decidió delimitar el trabajo monográfico en tres partes. En el primer capítulo se aborda el

problema de investigación, en este capítulo se detalla el problema principal, los problemas
secundarios y los objetivos a lograr con esta investigación. En el segundo capítulo
abordaremos el marco teórico, dentro de este se explican los conceptos necesarios, como la
definición del concepto de emoción, represión emocional y la diferencia entre represión y
supresión emocional. En el tercer capítulo se aborda el análisis de la represión emocional,
aquí se analiza con detenimiento diversos aspectos de este concepto Y en último lugar, se
exponen las conclusiones y la webgrafía.

Para concluir, nos gustaría expresar nuestro deseo sobre el desarrollo de este trabajo, creemos
que este trabajo será capaz de permitir que nuestros compañeros, amigos y personas, en
general, puedan saber más acerca de este tema.
 Capítulo I: Delimitación del Problema de Investigación

1.Problema de Investigación

1.1 Problema Principal

1.2 Problema Secundario

1.3 Objetivos de la Investigación

 Capítulo II: Marco Teórico

2. Conceptos Generales

2.1 ¿Qué son las emociones?

Las emociones son reacciones que todos los seres humanos experimentamos, las más
conocidas son alegría, tristeza, ira y miedo. A pesar de que todos hemos sentido ansiedad o
nerviosismo, no todos son conscientes de que un mal manejo de dichas emociones puede
acarrear una enfermedad.

Reacciones y situaciones identificables que se producen en los seres humanos:

· Celebración de un éxito o enamoramiento.

· Miedo a perder la vida o amenazas de un resultado negativo.

· Pérdida de un ser querido.

En lo que concierne a nuestra capacidad de comprensión el miedo puede hacernos

perder la capacidad de controlar nuestra conducta haciendo que reaccionemos de una manera
similar a otras especies menos evolucionadas. Es decir, reaccionamos tratando de decidir si
tenemos más posibilidades de sobrevivir luchando, huyendo o quedando paralizados, esta
manera de reaccionar reside en la amígdala en la parte más profunda del cerebro, dentro de
este órgano emocional no tenemos conciencia ni capacidad de decisión y además en el que
quedan registrados los sucesos vividos.

El nivel fisiológico que desarrollamos ante la situación se activa mediante una serie
de respuestas procedentes de distintos sistemas como ritmo cardíaco, presión arterial, y
tensión muscular.

A nivel subjetivo experimentamos una serie de sensaciones intensas descontroladas,

físicas y desagradables que junto con los cambios cognitivos hará que tengamos una
experiencia de terror imborrable.

La suma de todas estas respuestas se encarga de provocar nuestro comportamiento, ya

sea la paralización, huida o lucha para salvar la vida y tratar de no vernos en una situación
similar de peligro.
 Por otro lado hay reacciones que se producen a causa de situaciones no vividas, es
decir, cuando la imaginamos. Un ejemplo de esto es lo que sentimos cuando vemos alguna
escena de alguna película.

El placer que experimentamos o la sensación agradable o desagradable son ¨La sal de

la vida¨ que es algo esencial para la toma de decisiones, memoria y nuestros juicios y
razonamientos debido a que:

· Las emociones nos motivan y preparan

· Necesitamos tensión emocional

· Las experiencias emocionales son mejor valoradas

Existe otra serie de términos y conceptos muy relacionados con este tema, como lo
son los sentimientos, estos duran mucho más que las emociones las cuales son temporales y
están más vinculadas a la reflexión. Estos sentimientos no suelen estar relacionados con
sensaciones físicas intensas físicamente intensas las que no ponen en marcha los
comportamientos de una manera inmediata. Quiere decir que podemos hablar de la misma
reacción emocional de miedo ante una tarántula que vimos en el campo en el momento en
que hablamos de sentimiento de miedo hacia las tarántulas.

Otro concepto de esto es el estado de ánimo, un sinónimo de esto puede ser la

vivencia emocional y de cómo los sentimientos pueden ser más intensos y más prolongados
que las emociones, en estos casos suele usarse mucho la expresión al momento de hablar de
una persona que luego de una pérdida se encuentra deprimido y tiene episodios frecuentes de
tristeza.

Para concluir debemos distinguir entre un estado emocional y una característica a un

individuo, no es lo mismo estar nervioso por un examen que vamos a tener hoy, el primer
caso es una situación temporal que finaliza cuando se hace el examen y sin embargo en el
segundo se habla de un rasgo de personalidad que acompaña al individuo en diferentes
situaciones y a lo largo de su vida.
2.2 ¿Qué emociones suelen reprimirse?

Conocer nuestras emociones reprimidas serán arma poderosas para entender y

conocer emociones reprimidas, al igual que conocer lo que ocurre con nosotros mismos, las
emociones reprimidas son aquellas de las que no queremos escuchar y no les damos
importancia, sin embargo, son las que más fuerza toman y las que acaban liderando nuestros
pensamientos y comportamientos.

Al conocer nuestras emociones nos damos la oportunidad de saber por qué actuamos
de una forma u otra, cada una de ellas actúa de una forma especial y diferente. Cada situación
genera en nosotros una emoción distinta y es por ello que conocernos nos lleva a comprender
nuestra manera de actuar.

Las principales emociones reprimidas son:

1. IRA: La ira, enfado o enojo es una reacción emocional que es producida en cuanto
una persona considera que existe o se va a producir un resultado negativo, esta
emoción no debe ser reprimida ya que al guardar tanta frustración dentro la persona
puede llegar a explotar a la mas minima provocacion.

2. CULPA: El sentimiento de culpa es la sensación interna permanente de haber hecho

algo malo o de ser mala persona se presenta tanto en situaciones reales como en
situaciones imaginarias, esta emoción no debe ser reprimida debido a que podemos
enfermarnos y lastimar a nuestro cuerpo.

3. TRISTEZA: La tristeza es una reacción emocional que surge cuando perdemos algo
importante, como un objeto muy preciado o un objeto de gran valor para uno.

4. CELOS: Los celos son una emoción intensa que es experimentada cuando hay un
deseo exagerado de poseer de forma exclusiva a su pareja, son considerados como
casos patológicos cuando una persona invierte más del 30% de su actividad diaria en
encontrar ¨Pruebas¨ que justifiquen su comportamiento.
2.3 ¿Qué es la Represión Emocional?

En primer lugar, debemos definir qué es la represión emocional, el concepto más

apropiado para describir este término sería el bloqueo inconsciente de emociones, impulsos,
recuerdos y pensamientos desagradables de la mente consciente. Descrito por primera vez por
Sigmund Freud, ‘represión freudiana’, el propósito de este mecanismo de defensa es tratar de
minimizar los sentimientos de culpa y ansiedad.

La idea freudiana de represión sigue siendo vital para comprender el comportamiento

humano. Sin embargo, justo en el centro de la idea central de Freud hay una brecha: Freud no
dice exactamente cómo tiene lugar la represión. Es como si la teoría freudiana, que promete
revelar lo que se ha ocultado, en sí misma, tiene secretos ocultos. Por eso, si queremos
entender la represión, debemos tratar de inferir sobre lo que Freud dejó sin decir. (Biling,
1999)

Es necesario, tratar a la represión como un concepto psicológico, después de todo,

Freud, trataba de construir una teoría psicológica. Por eso, para entender cómo funciona la
represión, debemos entender cómo Freud veía la mente. Él veía a la mente como un iceberg,
en el cual, la punta que sobresale del agua representa la mente consciente, mientras tanto, la
parte cubierta por el agua, pero aún visible, representa el preconsciente. Y, por último, la
parte restante y no visible cubierta por el agua, representa la mente inconsciente.

Puede que no sepamos que reside en el inconsciente, pero, de todas formas, su

contenido puede tener un impacto en nuestra conducta. Freud creía fervientemente que la
mente inconsciente tenía una gran influencia en la personalidad y que era potencialmente
capaz de crear estrés emocional. Entonces, mientras Freud ayudaba a sus pacientes a revelar
sus sentimientos escondidos, empezó a notar que existía un cierto mecanismo que
activamente ocultaba los pensamientos inadecuados.

De esta forma, la represión es el primer mecanismo de defensa emocional que Freud

identifica, y, de la misma manera, lo cree ser el más importante de todos los mecanismos de
defensa. (Cherry, 2022)

Sin embargo, si bien la represión puede ser efectiva inicialmente para calmar estas
emociones difíciles, puede conducir a una mayor ansiedad en el futuro. Sigmund Freud creía
que la represión podía conducir a la angustia psicológica.
 Una investigación hecha a 107 pacientes con cáncer pulmonar (Praserstri et al., 2011)
ha demostrado que el estilo de afrontamiento está relacionado con el dolor y la adaptación en
personas con enfermedades crónicas. Este estudio fue el primero en examinar cómo el estilo
de afrontamiento se relaciona con el dolor, las estrategias de afrontamiento del dolor y la
depresión en pacientes ambulatorios con cáncer de pulmón. Se concluyó que distorsionar la
realidad a través de la represión generalmente ayuda a mejorar el funcionamiento psicológico
y social. Las personas que tienen lo que se conoce como un estilo de afrontamiento represivo
tienden a experimentar menos depresión y a sobrellevar mejor el dolor.

Otra investigación sobre el afrontamiento represivo mostró que es más común en

personas mayores, lo que sugiere que es algo que se desarrolla con el tiempo. Sin embargo, la
represión también puede usarse para evitar confrontar experiencias y sentimientos difíciles, y
esto puede tener consecuencias significativas.

2.4 Represión y Supresión Emocional

La represión a menudo se confunde con la represión, otro tipo de mecanismo de

defensa. Por un lado, tenemos a la represión que implica el bloqueo inconsciente de
pensamientos o impulsos no deseados, por otro lado, la supresión es un proceso totalmente
voluntario. Se dice que tanto la "represión" como la "supresión" implica eliminar el contenido
mental no placentero de la conciencia. Específicamente, la supresión es tratar
deliberadamente de olvidar o no pensar en pensamientos dolorosos o no deseados. (Cherry,
2022)

Sin embargo, esto no quiere decir que no haya relación entre represión y supresión.
Tanto la represión como la supresión implican retirar la atención del contenido mental (dar la
espalda), y Freud, a veces, usa la represión y la supresión indistintamente en sus primeros
trabajos, y escritos posteriores. Sin embargo, con la represión se dice que se conocen tanto el
objetivo como el proceso supresor, mientras que con la represión se desconocen tanto el
objetivo (es decir, el impulso objetable) como el proceso represivo, y, de manera similar, la
existencia de las propias fuerzas “represoras” también son inconscientes, por lo que
normalmente uno no tiene sospecha de lo que está “reprimido” o incluso de que algo está
“reprimido”.
2.5 Cierre Emocional, Represión y su vínculo con el Trauma Infantil
 Capítulo III: Análisis de la Represión Emocional

3. Análisis

3.1 Tipos de Represión Emocional

3.2 ¿Cómo afecta la Represión Emocional?

Nuestra mente puede jugarnos grandes malas pasadas. La represión emocional a

menudo se enmascara como un comportamiento, palabras o gestos inapropiados, pero
también; puede estar enmascarada por molestias físicas que se repiten en nosotros sin motivo
aparente, como:
● Ataques de ansiedad: Una de las consecuencias más conocidas de reprimir las
emociones son los ataques de ansiedad. Ritmo cardíaco rápido repentino y dificultad
para respirar que no se puede explicar por una enfermedad física, así como baja
producción de adrenalina y bajo gasto de energía.

Cuando hay represión emocional, nuestro cuerpo puede reaccionar como si estuviera
en peligro y mantenernos tensos, con insomnio y pensamientos excesivos sobre lo
que nos puede pasar, y en lugar de hablar en el momento, nos quedamos callados.

● Migraña y dolores de cabeza: Aunque la represión emocional es mucho más común

en los hombres, cualquier persona que carezca de un control emocional adecuado
puede sufrirla. Esto tensa los músculos del cuello y la cara, lo que puede causar un
fuerte dolor de cabeza.

● Problemas del sistema digestivo: Esta es una de las formas más comunes en que la
represión emocional se transmite al cuerpo porque el estómago está conectado al
nervio vago. Estas dolencias incluyen acidez estomacal, vómitos, estreñimiento y
más.

● Disminución del sistema inmune: Sin duda, reprimir las emociones no sirve de
nada, todo lo contrario. Es uno de nuestros comportamientos más autodestructivos,
 aunque no seamos conscientes de ello, porque el estrés aumenta nuestros niveles de
cortisol, lo que baja nuestras defensas.

● Rigidez corporal: Antes de ser esclavos de nuestras emociones, siempre es mejor

sentirnos a nosotros mismos. Otro beneficio de este problema es que la tensión
corporal puede estar en cualquier parte del cuerpo, incluyendo mandíbulas, hombros,
tendinitis y neuralgia intercostal.

● Presión arterial: Otro malestar causado por la supresión de emociones está

profundamente relacionado con el sistema cardíaco. Cuando evitamos mostrar
nuestras emociones, el corazón puede pagar graves consecuencias, porque al contener
tus emociones, le pones esfuerzo, lo que también aumenta tu presión.

Cuando nos damos cuenta de lo que nos está pasando, lo mejor es buscar ayuda. Por
lo general, debido a que produce síntomas físicos, la supresión emocional puede
confundirse con cualquier otra enfermedad y las personas terminan tomando
medicamentos que realmente no necesitan.

● Diversos tipos de enfermedades sin causas aparentes: Debido a que la represión

emocional baja nuestras defensas, también nos abre a una mayor susceptibilidad a
virus y bacterias, pero también podemos desarrollar diversas dolencias físicas que
hacen que los enfermos enfrenten una enfermedad que en realidad es el resultado de
algo intratable.(Cabrera, 2021)

3.3 Consecuencias de la Represión Emocional

Como explicamos antes, las emociones son pura energía y si no las soltamos y
aprendemos a controlarlas, se acumularán o se convertirán en algún tipo de enfermedad.
Podemos sentir diferentes emociones en un mismo día. Podemos pasar de la alegría al enfado
o la tristeza, entre otras cosas. Aunque no podemos controlar directamente nuestras
emociones, podemos reconocerlas, saber qué nos intentan decir (escucharlas) y por tanto
expresarlas de forma adecuada.

¿Qué ocurre cuando no hacemos este proceso y las reprimimos?

● Podemos acabar explotando: Como en cualquier situación en la que construyes pero

no eliminas, llega un punto en el que no tomo nada más y finalmente explotó. Piense
 en una cafetera espresso, si no tuviera ese respiradero de vapor, explotaría sin
importar quién salga lastimado.

Lo mismo sucede con las emociones, cuando acumulamos emociones reprimidas,

llega un momento en que no aguantamos más y explotamos, normalmente de forma
agresiva o con un ataque de ansiedad. Y podemos lastimarnos a nosotros mismos oa
otros en esa explosión.

● Somatizar: Somatiza significa que uno o más sentimientos reprimidos y no

expresados ​se convierten en dolor o enfermedad, tu cuerpo expresa en forma de dolor
lo que no te atreves a expresar emocionalmente. Nuestro cuerpo realmente nos habla,
el problema muchas veces es que no sabemos escucharlo.

Algunas somatizaciones comunes incluyen dolor de cabeza, dolor de espalda, dolor

abdominal o fatiga. Es importante tener en cuenta que las quejas físicas de otras
fuentes deben descartarse antes de considerar la somatización. Y siempre por un
profesional.

● Posibilidad de depresión o ansiedad: Cuando las emociones no se liberan, expresan

o utilizan, se crea una gran cantidad de energía que se transforma y causa daño
internamente. No solo para nuestro cuerpo, sino también para nuestro estado mental.

El hecho de no saber lo que nos está pasando es preocupante, nervioso y la

incapacidad de tomar las decisiones correctas puede conducir a la depresión o la
ansiedad.

● Dependencia a los medicamentos: Cuando vemos que nos suele doler la cabeza o la
espalda, e incluso cuando estamos ansiosos o deprimidos, lo más habitual es acudir al
médico para ver qué nos está pasando. Es probable que le recete medicamentos para
aliviar el dolor o el estado de ánimo.

Si nuestro malestar se debe realmente a la represión emocional, ninguna medicina lo

curará. Por muchas pastillas que tomemos, nuestros dolores y problemas no
desaparecerán hasta que dejemos de reprimir nuestras emociones y purguemos las que
ya hemos acumulado.( Honrubia, 2020)
3.4 Riesgo

Generalmente las personas no prestan atención a las consecuencias que pueden

generar en nuestra salud, como a nivel físico y mental este comportamiento, hábito o
condición que se le conoce como la represión emocional. Este tipo de actitud invalida, ignora
o disimula las emociones que se presentan en nuestra vida cotidiana y natural del día a día.

Si bien es cierto los individuos reprimen lo que sienten para evitar tener una apariencia
vulnerable; sin embargo, es inevitable ocultar las emociones, ya que el cuerpo sigue
experimentandolas a tal punto que se muestran físicamente mediante enfermedades.

Nuestro cuerpo manifiesta estas reacciones que tienen una función preparatoria para que los
individuos puedan dar una respuesta adecuada a las demandas del entorno, por lo que se
consideran respuestas eminentemente adaptativas para las personas. Sin embargo, en
diferentes ocasiones podemos encontrar que algunas de ellas se transforman en patológicas,
debido a un desajuste en la frecuencia, intensidad, adecuación al contexto, etc. Cuando tal
desajuste se presenta y se mantiene en un cierto periodo, puede sobrevenir un trastorno de la
salud, tanto mental como física.

Se ha verificado que reprimir nuestras emociones durante mucho tiempo puede llevar a
dificultades posteriores en reconocer tales emociones y saber gestionarlas adecuadamente.
Inclusive, cuanto más tiempo llevamos reprimiendo, más difícil será sacarlas a la superficie.
Estos problemas de gestión emocional suelen provocar malentendidos con personas cercanas
a nosotros, aislamiento, conductas no deseadas o incluso relaciones sociales más
superficiales, sentimientos de soledad y el típico efecto rebote.

Dentro de este orden de ideas, el efecto rebote es uno de los más frecuentes que implica estar
enfadada, me lo guardo y lo reprimo, es así como da lugar a otro tipo de síntomas, ya sea
contracturas, dolor de cabeza, problemas de concentración, o conductas más obvias como
contestarle de mala manera a una persona, llorar sin saber por qué, tener ansiedad repentina
ante situaciones que no deberían provocarla, etc.

Ignorar algo no lo hace desaparecer, en caso fuera así, sólo es efectivo a corto plazo. El
origen de la represión emocional depende de cada persona y suele estar relacionado con
experiencias tempranas y aprendizajes, pero también se asocia con las relaciones sociales, la
personalidad, la educación que hemos recibido, entre otros factores.
3.5 Tratamiento

El bienestar tiene que ver con saber afrontar las emociones, tanto las positivas como
las negativas. Negar las emociones o sentimientos que manifestamos es una forma de pasar
por alto la gestión de emociones que realizamos actualmente y que tiene como resultado esta
tristeza o este miedo que nos hace sentir mal. En este sentido, se debe trabajar en afirmar las
emociones para que podamos tener consciencia y tener control sobre el modo de gestión de
las emociones.

Una de las mejores maneras de lidiar con nuestras emociones negativas es a través de la
aceptación y la afirmación, ya que nos permitirá avanzar y desarrollar habilidades de
comprensión y empatía de las emociones. En vez de “normalizar” que las emociones
negativas tienen que evitarse y que son incorrectas, tenemos que aprender a aceptarlas como
parte natural de nuestra personalidad. Una vez logrado, tendremos mejores oportunidades de
responder con una actitud apropiada frente a las situaciones y desarrollar conductas más
satisfactorias que proveen valor a la forma en que nos expresamos y nos relacionamos con
otros.
Conclusiones
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