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ESPERANZA

EN EL PROCESO

DE DUELO

BRAD HAMBRICK
ESPERANZA EN EL
PROCESO DE DUELO
presentación por:
Brad Hambrick, M.Div., Th.M.
Pastor de Consejería, The Summit Church

Traducido con permiso del Autor por


www.proyectocoramdeo.com
Instragram @alesura

Agradecimientos especiales a los colaboradores de traducción:


Alejandra Sura, Ligia Chang, Edith Flores, Susan Zúñiga, Vania Verboonen, Elizabeth Lara,
Jackeline Chavarría , Andres Porras, Maria Atiaga, María Pedriel, Diana Barrios, Dominique
Barros, Yeraldine Gil, Ana Ortiz Elsarboukh, Lizzie Murillo, Yerania Poliné,
Karen Durán, Dominique Barros.

1
TABLA DE CONTENIDOS
Capítulo 1 ............................................................................................................................... 4
“Preparándote para tu proceso de duelo” ............................................................................... 4
Capítulo 2 ............................................................................................................................. 16
“Identificando las piezas de mi historia” ............................................................................... 16
Capítulo 3 ............................................................................................................................. 28
¿Cómo ha cambiado mi vida/historia? .................................................................................. 28
Capítulo 4. ............................................................................................................................ 40
"La parte más oscura de mi viaje" ......................................................................................... 40
Capítulo 5 ............................................................................................................................. 52
«El viaje se trata de algo más que el destino» ....................................................................... 52
Capítulo 6. ............................................................................................................................ 62
“Mi historia de pérdida en Su historia”. ................................................................................ 62
Capítulo 7 ............................................................................................................................. 72
“¿Cuándo llegaré a un ‘mejor lugar’ en este proceso?” ......................................................... 72
Capítulo 8 ............................................................................................................................. 86
“Comenzando a vivir el resto de mi historia” ......................................................................... 86
Capítulo 9 ............................................................................................................................. 99
“Cómo vivir el resto de tu historia” ....................................................................................... 99
Apéndice A ......................................................................................................................... 106
Ceremonia conmemorativa para un bebé no nacido. .......................................................... 106
Apéndice B.......................................................................................................................... 110
Aplicando el seminario del duelo en pérdidas no ocasionadas por la muerte....................... 110
Apéndice C .......................................................................................................................... 114
Plan de cuidados para equipar a grupos pequeños durante todo el proceso. ....................... 114
Apéndice D ......................................................................................................................... 120
Formas saludables de capturar memorias. .......................................................................... 120
Apéndice E .......................................................................................................................... 122
Lecturas bíblicas sobre el duelo. .......................................................................................... 122
Apéndice F .......................................................................................................................... 125
Lecturas Recomendadas ..................................................................................................... 125

2
Apéndice G ......................................................................................................................... 127
Consejos de crianza y devocionales en familia..................................................................... 127
Apéndice H ......................................................................................................................... 137
Descripción de trabajo: acompañamiento para mamás en duelo por la pérdida de un bebé 137
APENDICE I ......................................................................................................................... 139
¿Qué hago ahora? .............................................................................................................. 139

3
Capítulo 1
“Preparándote para tu proceso de duelo”
PREPÁRATE física, emocional y espiritualmente para afrontar tu sufrimiento.

"Vivir en negación sobre tu pérdida sería más costoso que cualquier cosa.
Dios te llevará a través del proceso de duelo.
Dios es bueno por traerte al punto de abordar tu sufrimiento.
Por lo tanto, te pondrás en la mejor posición posible; física, emocional,
relacional y espiritual para enfrentar tu sufrimiento."

Memoriza: Mateo 11:28-30 (NTV): “Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas
pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde
y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la
carga que les doy es liviana. Conforme memorizas este pasaje medita en los siguientes puntos
clave:

• “Vengan a mi”: Jesús quiere darte más que solo una respuesta o un proceso. Se
ofrece a sí mismo.

• “Llevan cargas pesadas”: Los tiempos de pérdidas significativas son intensos. Dios
reconoce el peso de esta temporada en tu vida.

• “Yo les daré descanso… para sus almas”: Dios quiere dar a tus hijos descanso en lo
más profundo de nuestro ser.

• “Déjenme enseñarles”: Jesús está bien familiarizado con el viaje que tienes por
delante (Isaías 53:3). Él conoce el camino.

• “Soy humilde”: Jesús estará contigo en este viaje a un paso que puedas soportar. Su
preocupación es por ti, su compañero, más que el destino (las lecciones que puedas
aprender o el ministerio para el que estás preparado).

Notas de enseñanza

“La muerte es tan profundamente emocional e increíblemente final que no hay nada que puedas
hacer antes de tiempo para navegar a través de tu momento de pérdida... No te sientas culpable
o avergonzado si no te sientes preparado para enfrentarlo. No hay manera de prepararte para lo
que estás pasando. Pero sólo el saber eso puede ayudarte.” (p. 3-4). Paul Tripp, en El dolor de la
pérdida: Cómo recuperar la esperanza.

4
"El duelo no lo puedes completar en una lección, una conferencia o una cita. Tales compromisos
estructurados pueden ser parte útil dentro de una relación completa de tu ayuda, pero el duelo
lo llevas a cabo durante un largo período de tiempo, y ayudar también debe ser un proceso a lo
largo del tiempo. Por lo general, el duelo no ocurre en un horario.” (p. 29). Judy Blore, en How
to Help a Grieving Child, de The Journal of Biblical Counseling (Winter 1998).

"No necesitas ser arreglado (p. 1)... Los coches y los refrigeradores se descomponen; la gente
no. Derramas lágrimas o lloras. Fuiste creado para llorar. Es una respuesta adecuada a tu
sufrimiento (p. 32)... El duelo te lleva al mundo de lo desconocido (p. 4)... El duelo es un proceso
desordenado. No lo controlarás, ni podrás programar su expresión.” (p. 12). H. Norman Wright,
en Experiencing Grief.

"Todos los que aman experimentarán [el duelo] tarde o temprano, y cuanto más grande sea el
amor, mayor será tu duelo cuando llegue el tiempo de la pérdida (p. 143)... La soledad del duelo
es una de las cosas peores y más agotadoras sobre ello, y, dicho esto, también una de las más
peligrosas.” (p. 145). J.I. Packer, en A Grief Sanctified.

"Muchas personas encuentran que la parte más difícil del viaje del duelo es simplemente
comenzar.” (p. 31). Bob Kellemen, en God’s Healing for Life’s Losses.

"Entre el mundo y tú se interpone algo así como una manta invisible. Se te hace difícil entender
lo que se te dice. O tal vez resulte que no quieres entenderlo. ¡Es tan poco interesante! Y sin
embargo encuentras que necesitas compañía. Te aterran los momentos en que la casa queda
vacía. Con tal de que los demás hablen entre ellos y no se dirijan a ti [p. 1]… Es que con [el duelo]
nada te queda ‘te quedas allí, quieto’. Recurrentemente sales de una fase y luego
inevitablemente recaes en ella de nuevo. Dando vueltas sobre lo mismo. Todo se repite. ¿Estás
girando en círculos o te permitirás abrigar la esperanza de que estás en una espiral?” (p. 67).
C.S. Lewis, en Una Pena en Observación.

Aplicación personal

A pesar de que es sólo el comienzo de este estudio, gracias por llegar hasta aquí. Es un
testimonio de tu fuerza y valor que en medio de tu pérdida y dolor no has abandonado la
búsqueda por la esperanza. Es posible que no te sientas fuerte o valiente en este momento. En
realidad, probablemente te sientas adormecido, débil, asustado, intimidado o abrumado. Pero
la marca del valor no es la ausencia de miedo, sino continuar a pesar del miedo. Eso es lo que
estás haciendo. Es encomiable y bueno. Estamos orando por ti y confiamos en que Dios
bendecirá este paso valiente de fe con la esperanza y paz que deseas.

El hecho de que estés en este punto también es un testimonio de la fidelidad y presencia de


Dios. Sientes que tu pérdida y tus circunstancias podrían aplastarte, y tienes razón. Es un estudio
interesante, considerar cómo la frase "mi fuerza" se utiliza en los Salmos (18:1, 22:15, 28:7,

5
31:10, 32:4, 38:10, 59:9, 59:17, 71:9, 102:23, 118:14, 138:3). Es como si se alternara entre gritos
de desesperación y pronunciaciones de alabanza. El duelo es una experiencia que te hace
encontrar el fin de tu fuerza (tus habilidades o recursos emocionales) y darte cuenta de que es
sólo Tu Fuerza (Dios) la que puede sostenerte en los momentos dolorosos en que la muerte toca
tu vida.

El objetivo de este estudio (y las relaciones en las que pasarás por este estudio) es ayudarte a
acceder a Tu Fuerza (el único Dios verdadero) en medio de tu duelo. Dios te ama (1 Juan 4:19).
Dios anhela cuidarte y no sólo está esperando a que "te repongas” (Salmos 147:3)". Dios no se
ofende por tus lágrimas, sino que las valora (Salmos 56:8). Dios no se siente rechazado por tus
preguntas, aunque sean preguntas con enojo (Salmos 44:23-26). Dios no tiene la intención de
dejarte solo en tu dolor (Josué 1:9). Dios será paciente mientras estás en tu duelo (2 Pedro 3:9).

¿Dónde empiezo?

Es fácil pensar en esta pregunta como: "¿Qué debo hacer?" Pero eso no es lo que Dios pide de ti.
Tu primer paso no es uno de superación, sino de preparación. Esto significa que Dios quiere que
te pongas en la mejor posición física, emocional y relacional posible, para el camino que tienes por
delante. Dios está más preocupado por ti, como Su hijo, que por el destino de un duelo
completamente procesado. Si vas a completar el viaje, tendrás que permitirte ser cuidado por Dios
y otros. Todos debemos de llevar el duelo como niños. La muerte te recuerda que no eres tan
independiente y autónomo como te gusta creer.

Lee 1 Reyes 19:1-8. Elías se enfrenta al sufrimiento de ser perseguido y lo está enfrentando solo
(al menos según su conocimiento). Nota lo primero que Dios hace por Su hijo desanimado: Dios
lo deja dormir y lo alimenta (v. 5), entonces Dios reconoce que el "viaje es demasiado grande para
ti (v. 7)" como una manera de alentar a Elías. Ya no necesitaba Elías sentir que debía ser capaz de
hacer esto por su cuenta. Ya no tenía Elías que expresar sus pensamientos como si Dios no
entendiera (como en v. 3-4). Al permitir que Elías se preparara físicamente, Dios demostró que
entendía las limitaciones de Elías.

Lee Salmos 3:3-5. En este Salmo David está huyendo por su vida (v. 1-2). Nota lo primero que Dios
hace por Su hijo: Dios levanta su cabeza en alto fuera de la vergüenza (v. 3), escucha su clamor (v.
4) y da sueño a David (v. 5). David sabe que no dormiría en un momento como éste si no fuera
porque Dios le da descanso. La participación de Dios no se limitó al acercamiento del ejército. Dios
comenzó preparando a Su hijo para lo que estaba por venir dando descanso a David.

Entonces, ¿qué significa esto para ti? Significa que el lugar donde Dios quiere que comiences es
cuidándote física, emocional y espiritualmente. Al hacer esto, no estás siendo egoísta. En realidad,
estás experimentando el amor de Dios por ti y cooperando con Su voluntad para tu vida en este
momento.

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No te sientas culpable por cuidar y permitirte ser cuidado de esta manera. Parte de lo que lo
sientes hace tan difícil es cuando comienzas a multiplicar las experiencias con otras emociones.
Con frecuencia, en esta etapa del proceso, las personas permiten que su dolor se multiplique con
la culpabilidad de ser un inconveniente para otros o se resisten al cuidado de Dios a través de los
demás como una manera de evitar la culpa. Ahora es el momento de que recibas atención sin
culpabilidad.

Reflexión: Al tratar de aplicar los objetos de la lista de abajo, regularmente recuerda en tu mente
que Dios te ama y quiere este tiempo de restauración para ti. Dios no te está apresurando
impacientemente a ser productivo para Él de nuevo (como si apreciara tus actividades más que tu
persona). Dios se complace en limpiar cada una de tus lágrimas y consolar cada carga que tienes
ahora como anticipo de lo que Él tiene reservado para Sus hijos más tarde (Apocalipsis 21:4). Dios
quiere que le conozcas ahora como le conocerás cuando entres en Su perfecto descanso.

Pregunta: ¿Cómo respondes cuando escuchas que Dios quiere que te prepares para el camino de
duelo que te espera, más de lo que quiere que seas "productivo"? ¿Puedes recibir esto como una
indicación de Su amor y compasión por ti?

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Áreas de preparación

Te estás preparando para un viaje; un viaje para el cual ninguno de nosotros está
completamente preparado. Dicho esto, hay seis áreas de la vida que es importante considerar
al tratar de mantenerte con la resistencia física y emocional que requiere el duelo. No debes
sentirse presionado a hacerlas todos o a hacerlas bien para acelerar el proceso del duelo, sino
que recíbelas como un regalo de Dios que te ama y está cuidando de ti en esta época difícil.

Algunos de estas áreas serán más fáciles de aplicar inmediatamente. Otras serán más relevantes
una vez que hayas completado los pasos dos y tres de este viaje. Asegúrate de mantener estas
áreas de preparación lo suficientemente importantes como para que le pidas a tu compañero
de aliento que revise estos materiales contigo al final de cada capítulo.

1. Dormir

Las primeras tres áreas de preparación se concentran principalmente en tu salud física y, por lo
tanto, tienen un grado significativo de interdependencia. Jesús dijo a sus discípulos en
Getsemaní que "el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil (Mateo 26:41)." La forma en
que el duelo interrumpe nuestros patrones de sueño, apetito y ejercicio puede tener el mismo

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efecto sobre nosotros. El duelo físico puede traer tal tensión que se vuelve difícil enfrentar el
viaje emocional y espiritual que se avecina. Considera los siguientes hallazgos:

"Un estudio a largo plazo indicó que la tasa de mortalidad de viudas y viudos es de dos a
diecisiete veces más alto durante el primer año después de la muerte de un cónyuge. El
Dr. Glen Davidson ha descubierto que alrededor del 25% de los que sufren tales perdidas
experimentan una dramática disminución en el sistema inmunológico de su cuerpo, seis
a nueve meses después de su pérdida. Esta es una de las razones por las que las personas
afligidas son más susceptibles a las enfermedades.” (p. 381). Sharon Hart May, en "Loss
and Grief Work", de Caring for People God's Way editada por Tim Clinton, Archibald Hart
y George Ohlschlager.

El duelo interrumpe el sueño. Para algunas personas, es el número de cosas que hay que hacer
lo que crea una ansiedad que impide el sueño. Para otras personas, es la quietud y el tiempo de
pensar que viene junto al intentar dormir que hace que eviten el sueño. Para otros, no hay nada
intencional o emocional en la lucha por dormir. El shock de la pérdida hace que sencillamente
sea difícil que “ocurra” el sueño. Pero darte tiempo para dormir es una parte importante para
llevar tu duelo bien y restaurar tu mente y tu cuerpo.

Si tienes problemas para dormir, considera las siguientes sugerencias para ayudarte a dormir en
este momento.

• Cree que el propósito del sueño es un regalo bueno de Dios y no te sientas culpable
por descansar.

• Ora para que Dios te dé un sueño reparador y cree en que Él quiere que lo tengas.

• Memoriza un pasaje de las Escrituras relacionado con tu duelo y repítelo lentamente


mientras te acuesta a dormir.

• Reproduce música suave o sonidos de la naturaleza para ayudar a evitar que tu mente
piense mientras intentas dormir.

• Reduce el nivel de cafeína y azúcar en tu dieta.

• Evita las siestas de día para que tu sueño esté en bloques concentrados.

• Establece una rutina de acostarte. Esto puede estar íntimamente relacionado con el
proceso de duelo si perdiste a un cónyuge o hijo pequeño. Si es así, entonces el capítulo
7 tendrá materiales para ayudarte a aclimatarte a estos cambios.

• Toma un baño caliente para relajar tu cuerpo.

• Prueba la relajación muscular o ejercicios de estiramiento antes de ir a la cama.

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• Establece un patrón de respiración lento y profundo que simule la respiración del
sueño.

• Habla con un profesional médico sobre la posibilidad de una ayuda para dormir.

2. Dieta

El duelo puede afectar el apetito de maneras similares a la depresión; lo que significa que puedes
desear comer como una manera de sentirte confortado o puedes perder el interés por completo
en comer. Tu objetivo en este momento no es convertirte en una persona que súper saludable,
sino simplemente ponerte en una condición física que impida que te enfermes o cambies de
peso complicando tu proceso de duelo.

Considera lo siguiente para ayudar con tu dieta en este momento.

• Consume varias comidas pequeñas durante el día.


• Toma una multivitamina.
• Considera un refuerzo de Vitamina C para tu sistema inmunológico.
• Evita el exceso de dulces o cafeína. Estos afectan tus niveles de azúcar
en la sangre e impactan tu ciclo de sueño.
• Come las frutas y vegetales que te sea posible.

3. Ejercicio

El ejercicio cardiovascular es particularmente beneficioso: caminar, trotar ligeramente, andar


en bicicleta, nadar, o levantar pesas ligeras repetitivamente. Este tipo de ejercicio contrarresta
muchos de los efectos fisiológicos del estrés que acompañan al duelo. Además, la fatiga natural
del ejercicio te ayuda a mantener un ciclo de sueño saludable durante el proceso de duelo.

Con este énfasis en la protección de la salud durante esta temporada de duelo, es importante
que recuerdes que el duelo en sí no es insano.

“Si bien el duelo es doloroso, debes verlo como una respuesta saludable, ya que sin él no
es posible una recuperación emocional completa (p. 519). J.A. Larsen, en “Grief”, de Baker
Encyclopedia of Psychology & Counseling editado por David Benner y Peter C. Hill.

Es el estrés del duelo lo que no es saludable, no el proceso en sí. Sin embargo, a menos de que
prestes atención a nuestro ciclo de sueño, dieta y nivel de actividad, entonces el estrés del duelo
puede impactar negativamente tu salud y tus patrones de vida. Son estas influencias las que
agotan tu energía, fomentan la depresión, crean enfermedades y hacen que te parezca que el
dolor nunca terminará.

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4. Comunidad

El impacto que el duelo y la pérdida pueden tener en tus relaciones es tan grande como los
efectos que tienen en tu cuerpo. A menudo comienzas a sentir como una carga para los demás
y que tu presencia puede ser un obstáculo para que los demás puedan pasar un buen rato. A la
luz de esto, Paul Tripp ofrece una advertencia:

“Dentro del proceso de duelo, es tentador volverte hacia ti mismo y evitar la comunidad
que te rodea.” (p. 11). Paul Tripp, en Grief: Finding Hope Again.

Lee Gálatas 6:2. Nota la implicación: Si no llevamos las cargas unos de los otros, entonces no
estamos cumpliendo la ley de Cristo. Al apartarnos de nuestros amigos durante una temporada
de duelo, les evitamos obedecer a Dios. Te conviertes literalmente en una piedra de tropiezo en
su caminar con Dios y hasta simplemente amargar sus planes sociales. Permite que las personas
honren a Dios en la forma en que te aman, al compartir tus cargas con ellos.

Lista: Escribe los nombres de las personas que te aprecian: familia, amigos, miembros de
pequeños grupos, etc… Ellos no pueden soportar una carga que desconocen. Cuéntales de tu
duelo. El resto de este estudio te ayudará a discernir qué debes compartir con ellos y cómo
podrían involucrarse en tu proceso.

Lista: También debes estar preparado para responder la pregunta “¿Cómo puedo ayudarte?
¿Qué puedo hacer?” Puedes no recibir apoyo porque al no dar respuestas, rechazas a los amigos
que están dispuestos a ello. Considera la siguiente lista de formas en la que la gente podría
estarte amando durante esta temporada de duelo. Marca lo que encaje contigo y tu situación.
Prepárate para dar una repuesta a un amigo que esté con la disposición de servirte.

o Traer comida, y quedarse a cenar conmigo.


o Preguntarme cómo estoy y no permitir que me las arregle con un “estoy bien”.
o Ofrecerse a hacer algunas tareas del hogar y permitirme ayudar para poder
conversar.
o Mandar un correo electrónico acerca de tus oraciones sobre las cosas que has
compartido.
o Comunicarte contigo durante los días festivos, cumpleaños, y aniversarios.
o Darme un abrazo y estar alegre de verme.
o No dejar de contarme sobre tu vida y permitirme servirte también.
o Compartir buenos recuerdos o fotografías que tengas de mi ser querido.
o Ser paciente conmigo si comparto la misma historia más de una vez.

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o Recordarme las fechas de mis citas médicas (especialmente si son aplicables a el
evento de duelo}.
o Recordar mis entrevistas y citas (especialmente si el duelo resulta
en cambios de trabajo o situaciones legales).
o Ir a caminar conmigo para que pueda ejercitarme y podamos
hablar.
o Recogerme para ir a grupos pequeños o para ir a la iglesia.
o Dejar que mis hijos jueguen con los tuyos o en tu casa.
o Otro: _________________________________________________________
o Otro: _________________________________________________________
o Otro: _________________________________________________________

Tener esta red de amigos es importante al proceso de duelo. A menudo, tú (y ellos) hacen el
ofrecimiento de apoyo más complicado de lo que es. Ten en cuenta que el consuelo se
encuentra primordialmente en tener personas que se preocupan por ti lo suficiente para estar
presentes. El saber que sin importar lo que sea, por emoción o situación, no lo tienes que
enfrentar solo, es una de las mayores partes del consuelo.

“Somos consolados, pero no por saber las etapas predecibles de un proceso. Somos
consolados por una persona: Jesús. Y por esto, Podemos consolarnos unos a otros… Lo que
significó más para las personas pasando su proceso de duelo no fueron las palabras que dije,
sino darle frente y estar presente en su sufrimiento con ellos.” (p. 16). Paul Randolph, en
“Grief: It’s Not About a Process; It’s About the Person” from The Journal of Biblical
Counseling (Winter 2005).

Al interactuar con estos amigos, aquí hay algunas cosas que es importante que evites.

1. Evita decir “estoy bien”. Si esto no es cierto, afectará su capacidad de cuidar de ti. Si es
cierto, dales más información sobre lo que va mejorando para poder unirse a tu aliento.

2. No sientas que tus respuestas tienen que ir mejorando cada que vez que los veas. El
cambio no ocurre en una inclinación sin interrupción. No cedas a la tentación de pensar
que los vas a decepcionar si no admites que no estás tan bien como la última vez que
los vistes.

3. Ora honestamente: no “espiritualmente”. La oración es un momento facial para ser


falso y cliché. Puede ser refrescante y fortalecedor hacer oraciones honestas a Dios en
presencia de otra persona. Eso es lo que muchos de los Salmos son, oraciones publicas
honestas durante temporadas de sufrimiento.

4. Evita a aquellos que creen que te pueden animar. El proceso de duelo es mucho más
que volver a ser feliz. Si ese es el enfoque principal de alguien en esta etapa, es probable
que no sea tu mejor compañero durante este proceso.

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5. No te apresures. Esperamos que este estudio tenga la estructura necesaria para que
sepas lo que sigue, pero no contiene una guía de ritmo. Tratar de medir tú el proceso,
es usualmente contra-productivo. ¿Si te das dos meses para procesar tu duelo, cómo
sabrás si has llegado a medio proceso en un mes? Lo más probable es que enfocarte en
el ritmo te distraiga del proceso.

5. Ceremonia

Los funerales son más que una norma cultural. Juegan un papel muy importante para prepararte
en el proceso de duelo que te espera. Al entrar al funeral, no lo veas como una molestia que
tienes que soportar, sino como una parte importante del proceso.

“Debes recordar que los rituales de funeral cumplen funciones muy útiles como ayudar
a los sobrevivientes a aceptar la realidad de la muerte, recibir el apoyo de amigos, recibir
ayuda práctica durante un tiempo de ajuste, y experimentar la paz y la presencia de
Dios…Un funeral con servicio de adoración que es cuidadosamente planeado puede
facilitarte el proceso de duelo,” (p. 358). Gary Collins, en Christian Counseling: A
Comprehensive Guide.

Hay muchas pérdidas para las cuales no hay ceremonias: aborto espontáneo, infertilidad,
pérdida de trabajo, de salud, la inocencia en manos de abuso, o divorcio. Puedes ver la
importancia de un funeral bien planeado, al ver cómo la falta de una ceremonia formal se
agrega a la dificultad del proceso de duelo.

• Tus amigos preguntan sobre el bebé o el trabajo frecuentemente, y el proceso


de duelo se ve forzado a recontarse esporádicamente.

• No sabes cómo prepararte para no ver a amigos que no sabes si tal vez
desconocen lo que sucede o lo que puedan preguntar.

• La realidad de tu abuso parece fácil de cuestionar porque hay mucha gente que
vive como si nada hubiese pasado.

• Tus amigos comparten noticias relacionadas con niños, salud, abuso, o trabajo
sin tener idea de que es difícil para ti escuchar.

• Es fácil cuestionar la calidad de amistades porque tú estás sufriendo y nadie está


haciendo nada.

• Sientes como si nadie más ha experimentado lo que estás pasando, porque


experiencias tan grandes como esta, tienen eventos.

• Te sientes más solo cuando estás solo porque incluso las amistades cercanas se
convierten inadvertidamente en una forma de escapar de la realidad.

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• Tus amigos comienzan a explicar tus cambios de humor basándose en otras
causas, lo cual hace que sea más difícil estar cerca.

• Cuando nadie a quien puedes ver, puede entenderte, se vuelve más difícil creer
que Dios, a quien no puedes ver, entiende.

• Puedes empezar a resentir o sentirte distante de la iglesia, porque allí no están


satisfaciendo tus necesidades.

Ojalá los beneficios que surgen de un funeral sean cada vez mas evidentes. Esto puede hacer
algunas pérdidas más dolorosas porque carecen de un evento o ceremonia. El Apéndice A está
diseñado para ayudar a proveer una ceremonia de duelo por la pérdida de un hijo no nacido.
Pero no todos los duelos son conducentes a una ceremonia. El Apéndice B está hecho para
ayudarte a pensar en cómo aplicar estos materiales a las pérdidas que no están directamente
relacionadas con la muerte física: la pérdida de la inocencia, la perdida de un sueño, la pérdida
de estabilidad, o la muerte en vida de un divorcio.

6. Tomar decisiones

El duelo no ocurre en el vacío. Nunca llegas a lidiar con solo el duelo. Debido al grado de cambio
que trae consigo el duelo, siempre habrá otras cosas por hacer, por las cuales prepararte, o
planear. Esto quiere decir que prepararte para el duelo requiere pensar en cómo y cuándo las
decisiones importantes serán tomadas.

“En un momento donde la persona que está atravesando el duelo se siente lo menos
capaz de manejar la presión adicional, usualmente hay un aumento de cosas por hacer,
incluyendo la entrega de reclamos de seguros de vida, consolidaciones y cambios de
nombre en cuentas bancarias, pagar vales extra conectados con el funeral o costos
médicos, reuniones con abogados en relación con el testamento de la persona fallecida,
cambiar nombres en documentos legales como la hipoteca o el título del carro,
informarle a los proveedores su pensión o al departamento del Servicio de Impuestos
Internos (IRS), y hasta manejar molestias cotidianas como arreglar la gotera del grifo, o
podar el césped que ha dejado de ser cortado. Todo esto puede causar una frustración
considerable y agregar estrés a la persona que está pasando por su proceso de duelo.”
(p. 351). Gary Collins, en Christian Counseling: A Comprehensive Guide.

Reflexiona: ¿Qué más está pasando ahora en tu vida? ¿Qué retos estabas enfrentando antes
de esta temporada de duelo? ¿Qué nuevos retos o decisiones ha traído consigo esta
experiencia de duelo a tu vida?

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Evalúa: Repasa tu lista de arriba y usando la gráfica a continuación, divide los elementos en cinco
categorías según cuando se debe abordar el tema: (1) esta semana, (2) este mes, (3) en los
próximos tres meses, (4) en los próximos seis meses, y (5) en un año o más. Si es posible, pídele
a un amigo de confianza que te ayude a pensar en esta evaluación. Como regla, mientras más
tiempo puedas demorar una decisión durante el proceso de luto, más claro serán tus
pensamientos. Es bueno darte espacio/tiempo para recuperarte sin tener que tomar decisiones
que serán detonadores de memorias durante esta temporada difícil en tu vida.

Periodo de tiempo Decisión por tomar

Esta semana

Este mes

Los próximos tres meses

Los próximos seis meses

Un año o más

Sería una noción falsa creer que, si te preparas en estas seis formas y eres una persona lo
suficientemente fuerte, el duelo será fácil o menos difícil. Dios te da más gracia que eso. Dios no
te esta evaluando para ver que tal te desempeñas durante esta temporada. Dios quiere consolar
a sus hijos preparándolos para el proceso que les espera. Déjalo.

“El duelo es una agonía para cualquier persona, de cualquier edad, madurez, y fe. El
duelo toma tiempo. Es el proceso de soltar algo familiar y tomarte de algo en el futuro.”
(p. 26). Judy Blore, en “How to Help a Grieving Child”, The Journal of Biblical Counseling
(Winter 1998).

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Estrategia de apoyo (PREPARA):

Con cada paso, proveeremos preguntas que deberás invitar a otra persona a que te
haga abiertamente para que sepan y te apoyen durante tu proceso de duelo sobre
perdida y dolor.

• ¿Te estas cuidando físicamente?


• ¿Estas permitiendo que otros te ayuden con tus cargas durante esta temporada
de duelo?

Con cada paso, te recomendamos que confíes por lo menos un elemento nuevo sobre tu
duelo a tu pareja de apoyo.
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• _____________________________________________________

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Capítulo 2
“Identificando las piezas de mi historia”
RECONOZCO la historia específica y la realidad de mi sufrimiento.

“Veré mi vida y reconoceré lo que ha sucedido como mi historia.


No intentaré salir adelante de una historia falsa o sin historia.
Confío en que Dios puede y redimirá lo que es y lo que fue.
Como prueba de mi fe en Dios, reconozco mi historia específica [nombre].
Esto me trajo mucho miedo [describir] y luego alivio [describir]."

Memoriza: Salmo 31: 9-10,14-15 (RVR1960) 9. “Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en
angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo.10 Porque mi vida
se va gastando de dolor, y mis años de suspirar. Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y
mis huesos se han consumido. 14 Mas yo en ti confío, oh Jehová. Digo: Tú eres mi Dios.15 En tu
mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.”

Mientras memorizas este pasaje, reflexiona sobre estos puntos clave:

• Salmo: Estas palabras te fueron dadas por Dios para responderle porque sabía que las
necesitarías.

• “Porque mi vida se va gastando de dolor”: Dios no espera que seas “lo suficientemente
fuerte” para manejar esto solo.

• “mi alma también y mi cuerpo”: El duelo es más que una experiencia emocional. El dolor
físico y espiritual es agotador.

• “Mas yo en ti confío”: “Mas” implica que la confianza del salmista está emergiendo incluso
cuando existen hechos que lo tentarían a dudar.

• “En tu mano están mis tiempos”: El salmista comienza volviéndose hacia una verdad que
está más allá de toda duda; los asuntos que lo bombardean están fuera de su control y
finalmente influenciados por la mano de Dios.

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Notas de enseñanza

“La besamos en la mejilla y arreglamos su sábana como si estuviera allí. Simplemente no sabíamos
de qué otra manera actuar.” (p. 2). Paul Tripp, en Grief: Finding Hope Again.

“La negación la usas para bloquear lo impensable, pero trae consigo el miedo a lo desconocido, ya
que estás negando la realidad de lo que sucedió. A medida que la negación disminuye, el dolor
comienza a asentarse; y mientras lo hace, tu miedo a lo desconocido disminuye.” (p. 10).
H. Norman Wright. en Experiencing Grief. “La negación es una respuesta inicial común
al duelo. Creo que esta respuesta inicial puede ser una gracia de Dios, permitiendo que tu cuerpo
y cerebro físico se pongan al día, se adapten.” (p. 24). Bob Kellemen, en God`s Healing for Life`s
Losses.

“Parte del proceso de duelo es poner en palabras tu pérdida. Habla con un amigo o familiar sobre
tu dolor. Si no estás listo para hablar con alguien, haz una lista de las diferentes formas en que
estás sufriendo. Anímate y recuerda los buenos tiempos... Llora por los sueños que nunca se
hicieron realidad... Permítete sentir las emociones y la tristeza y ponerlas en palabras. Al hacer
esto, recuerda que Dios te está escuchando.” (p. 6). Winston Smith, en Divorce Recovery: Growing
and Healing God`s Way.

“Pero cuando Jesús llora, vemos que no cree que el ministerio de la verdad (decirle a la gente
cómo deben creer y volverse a Dios) o el ministerio de arreglar las cosas son suficientes, ¿Él? Él
también es un defensor del ministerio de las lágrimas.” (p. 4). Tim Keller, en "Truth, Tears, Anger
and Grace” de The Journal of Biblical Counseling (Otoño 2001).

“La muerte no espera hasta el final de tu vida para encontrarte y poner fin. En cambio, mueres
cien veces antes de morir; y todos los pequeños finales en el camino son como un eco que crece
lentamente del Bang final antes de que suceda.” (p. 26). Walter Wangerin, en Mourning into
Dancing .

Aplicación Personal

Con demasiada frecuencia escuchas la palabra “negación” y piensas que significa simplemente la
resistencia voluntaria a reconocer un hecho obvio. Cuando estás en medio de
la negación, desearías que fuera así de simple y abierto. La pregunta: "¿Cómo vivo como si
realmente se hubieran ido?" no es una pregunta sencilla.

Superar la negación implica más que admitir que ciertos hechos son ciertos. Requiere vivir
sabiamente a la luz de la realidad que reconoces. A menudo, esta es la razón por la que
permaneces en la negación incluso después de admitir los hechos: no sabes cómo es vivir
sabiamente en tu nuevo mundo después de tu pérdida.

17
Incluso cuando es destructivo, no debes pensar en la negación como algo que estás "haciendo
mal", como si simplemente debieras "detenerlo". La negación es no incorporar eventos dolorosos
en la historia de tu vida. Dicho esto, mira varias expresiones que puede tomar la negación. Las que
se enumeran en la parte superior de la página crean poca interrupción en tu vida. A medida que
avanzan en la página, las formas de negación se vuelven más problemáticas.

• El uso continuado de los verbos en tiempo presente. Hablas de lo que "les gusta" en lugar
de "me gusta". Te agarras y te sonrojas. Esto simplemente revela que tu pérdida no se ha
hundido en tu vocabulario natural.

• Despertar y luego recordar que se han ido. Comienzas tu día y llegas a un punto en el que
interactúas con tu ser querido. Puede ser tan simple como dar la vuelta, y que luego te
sorprende la realidad de que no está allí. Otro ejemplo de este estilo de negación podría
ser poner la mesa para una persona más de la que ahora se necesita.

Una de las formas en que progresas a través de estas dos primeras características de la
negación es la repetición. Con demasiada frecuencia te avergüenzas o te disculpas porque
a menudo cuentas las mismas historias durante el duelo. Pero así es simplemente cómo
incorporas estos nuevos hechos a tu historia. Judy Blore hace un excelente trabajo al
describir esto en el dolor de los niños, pero es igualmente aplicable al dolor de los adultos.

“Entender que alguien a quien amas ha muerto, requiere una gran cantidad de
repetición antes de entender esta verdad (p. 27)... Una de las mayores necesidades
del niño es sellar a la persona en sus recuerdos para que no la olvide. Esto se logra
contando y volviendo a contar historias sobre él.” (p. 29). Judy Blore, en "How to
Help a Grieving Child", de The Journal of Biblical Counseling (invierno de 1998).

• Resistir la tristeza que vendría con su pérdida. Al principio, es posible que no sientas el
peso de la tristeza que considerarías apropiado. Joseph Lehmann explica por qué es así. El
punto de preocupación es cuando la sensación de tristeza no regresa después del
momento inicial del shock.

"Como en el caso de una herida física, el impacto de la herida en sí mismo, a


menudo proporciona cierta inmunidad al dolor.” (p. 18). Joseph Lehmann, en
"Believing in Hope" de The Journal of Biblical Counseling (invierno de 1998).

Pero tu entumecimiento pasa de natural a intencional. Te niegas a sentir. Dejas de


responder a los estímulos emocionales de la vida. Comienzas a cambiar el alivio a corto
plazo por una interrupción a largo plazo. ¿Cómo es eso? Las emociones no pueden
colocarse en compartimentos. No puedes apagar una emoción (dolor) sin interrumpir las
demás (alegría, amor, paz, ansiedad, esperanza, ira) porque las emociones están
interconectadas.

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Es durante la transición del entumecimiento natural que surge esta tentación. El shock te
ha protegido durante un tiempo. Cuando los sentimientos (emociones) comienzan a
regresar, la transición de la no sensación a la sensación te abruma y tratas de apagar las
emociones. Este tipo de lucha es más frecuente entre aquellos que por lo general viven
vidas muy compartimentadas.

• Centrarte exclusivamente en cuidar a otros que están en duelo. Ésta es la forma más
práctica de negación. Te conviertes en médico en lugar de pacientes. Es una doble victoria:
obtienes la satisfacción de ayudar a los demás (tal vez incluso su agradecimiento) y no
tienes que enfrentar tu dolor. O, al menos, es una victoria hasta que la realidad choca y
nadie entiende por qué estás luchando, porque tu pérdida fue "hace mucho tiempo".

Es natural querer controlar una experiencia desagradable, especialmente una como el


duelo que tan fácilmente impregna todas las áreas de la vida y las relaciones. El camino del
duelo hacia cada área de tu vida es el amor. ¿Qué partes de tu vida toca el amor? Tiene
sentido (de una manera poco saludable) tratar de bendecir a los demás sin permitir que te
impacten; el servicio se convierte en una distracción que te protege de la vulnerabilidad
con los demás o con Dios. Es más seguro. Bob Kellemen advierte sobre este tipo
de conducta que busca controlar la vida.

“Cuando enfrentamos honestamente nuestro dolor, puede resultar abrumador. Y cuando


estamos abrumados por la vida, independientemente de nuestra personalidad,
básicamente tenemos dos opciones. Podemos tratar de manejar la vida por nuestra
cuenta… O podemos entregar el control de nuestra vida a Dios.” (p. 41). Bob Kellemen, en
God`s Healing for Life`s Losses.

• Usar el sueño, la comida, las drogas, el trabajo o las actividades para distraerte del
duelo. En esta forma de negación, es fácil que desarrolles importantes desequilibrios en la
vida o una adicción. La negación se convierte en algo más que no permitir que la verdad se
profundice, o en un afecto emocional entumecido. La negación se transforma en un estilo
de vida basado en escapar de lo desagradable. Cuando esto ocurre, el efecto dominó
puede volverse severo.

Para evitar esta tentación debes ver que el dolor es bueno y enriquece la vida. Al evitar
el dolor, disminuyes la vida. Robert Veninga, Gerald Sittser y CS Lewis dan testimonio de
esta verdad.

“Hay una buena razón para entrar de lleno en tu dolor. Una vez que hayas
experimentado la gravedad de tu pérdida, podrás experimentar la maravilla de
estar vivo.” (p. 19). Robert Veninga, en A Gift of Hope.

19
"En última instancia, [la falta de voluntad para enfrentar tu dolor] disminuye la
capacidad de tu alma para crecer en respuesta al dolor.” (p. 47). Gerald Sittser, en
A Grace Disguised.

“Un cuerpo vivo no es uno que nunca se lastima, sino uno que hasta cierto punto
puede repararse a sí mismo. De la misma manera, un cristiano no es un hombre que
nunca se equivoca, sino un hombre que está capacitado para arrepentirse y
levantarse y comenzar de nuevo después de cada tropiezo, porque la vida de Cristo
está dentro de él, reparándolo todo el tiempo, permitiéndole repetir (en cierto
grado) el tipo de muerte voluntaria que Cristo mismo llevó a cabo.” (p. 63). Mere
Christianity, por CS Lewis.

Habiendo dicho estas cosas, es importante recordar que la negación no es algo malo (al menos no
al principio y en sus formas más suaves). Es natural e, incluso, parte de la gracia de Dios. Dios creó
tu mente de tal manera que asimile naturalmente los cambios que alteran la vida a un ritmo que
puedes soportar. La negación se vuelve malsana cuando pasa de ser natural a ser obstinada; de
ser una reacción a ser un estilo de vida.

¿Cómo lo reconoces?

Hemos establecido que la negación no siempre es intencionada y puede ser buena. Pero la
negación no es el lugar donde debas quedarte. Entonces, la pregunta es: "¿Cómo comienzas a
reconocer la historia específica y la realidad de tu pérdida de una manera saludable?" Una buena
forma de empezar es escribiendo en papel lo que has perdido.

Al reconocer tu pérdida, debes empezar a darte cuenta de que la muerte no desencadena todo el
dolor. Y la ausencia física no es lo único que se lamenta cuando tu pérdida es provocada por la
muerte. Gary Collins hace un buen trabajo al delinear la variedad de experiencias que pueden
comenzar un viaje de duelo.

“El duelo es una respuesta normal a la pérdida de cualquier persona, objeto


u oportunidad importante. Es una experiencia de privación y ansiedad que puede
manifestarse en el comportamiento, las emociones, el pensamiento, la fisiología, las
relaciones interpersonales y la espiritualidad. Cualquier pérdida puede traer dolor: divorcio,
jubilación del trabajo, amputación, la partida de un hijo a la universidad o de un pastor a
otra iglesia, mudarse de un vecindario amigable (o ver a un buen vecino mudarse), vender
el auto, perder un hogar o posesión valiosa, la muerte de una mascota o planta, la pérdida
de una competencia o un juego atlético, problemas de salud e incluso la pérdida de la
apariencia juvenil, la confianza o el entusiasmo.” (p.345). Gary Collins, en Christian
Counseling: A Comprehensive Guide.

A partir de este punto del estudio, se te harán muchas preguntas reflexivas. Estas están destinadas

20
a ayudarte a reconstruir tu historia y recuperar un sentido de significado y dirección en la vida. Es
posible que las primeras preguntas no se sientan así. Preguntas como las que aparecen a
continuación solo pueden ayudarte a expresar tu dolor en palabras y ver nuevas dimensiones de
este. Pero es una parte importante del viaje. Tomarte el tiempo para responder cada grupo de
preguntas te ayudará a transformar este material de “otro estudio bíblico” en tus crónicas
personales de un viaje a través del dolor hacia la esperanza.

Pregunta: ¿A quién o qué has perdido?


______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

_____ Persona_____ Salud ____ Inocencia _____ Confianza _____ Finanzas ______ Otro:______

Pregunta: ¿Qué papel jugó esta persona o cosa en tu vida? Tómate el tiempo para considerar
cómo una pérdida puede expresarse en varias formas de duelo. A medida que avanzas en este
estudio, la intención es que veas que el consuelo de Dios adquiere tantas expresiones únicas como
tu dolor.

Relación (padre, cónyuge, amigo, hijo):______________________________________________


Apoyo (emocional, financiero): ____________________________________________________
Parte de la identidad: ____________________________________________________________
Parte de los planes futuros: _______________________________________________________
Parte de la vida diaria: ____________________________________________________________
Elemento de las relaciones: _______________________________________________________
Otro : _________________________________________________________________________
Otro: _________________________________________________________________________
Otro: _________________________________________________________________________

El reconocimiento de una pérdida va más allá del nivel de los hechos. A menudo se habla de saber
que los eventos dolorosos son reales, pero no se sienten como si sucedieran "en tu mundo" o
"para ti". Estos eventos se experimentan más como algo que lees en un libro o ves en la televisión,
que como algo que experimentas en primera persona. El dolor lo sientes como algo que pertenece
a un libro de historia más que a tu biografía. Experimentas el dolor a esta distancia, lo que te
impide acceder a la gracia de Dios que está disponible por tu pérdida.

Ejercicio: A este ejercicio te referirás varias veces durante el resto de este estudio. Por lo tanto,
querrás tomarte el tiempo para hacerlo bien y puedes agregar más a medida que avances en los
capítulos futuros. Esto puede tardar varias páginas. Escribe los hechos de tu pérdida
cronológicamente (en el orden en que ocurrieron esos hechos). Puedes hacer esto como puntos,
utilizando viñetas. Esta lista de hechos debe comenzar con el inicio de tu relación con tu ser
querido. El dolor es una respuesta a la pérdida de algo bueno, por lo que el dolor suele tener un

21
comienzo feliz. Continúa con tus circunstancias actuales y agrega eventos importantes a medida
que ocurren en tu viaje de duelo.

Si tienes problemas para experimentar tu duelo como algo que realmente te sucedió, esta lista
será útil. Revisa tu lista desde el principio y observa cuando llegue a un punto en el que los eventos
que estás registrando ya no se sientan como “tu historia” sino simplemente como hechos en la
página. Esto te alertará sobre cuándo y cómo el reconocimiento de hechos debe convertirse en
parte de tu historia personal. Ser consciente de este punto y de los eventos que estás
incorporando a tu historia te ayudará a hacer una mejor aplicación de los materiales por venir.

Miedos comunes: Ejercicios como el anterior a menudo pueden desencadenar dos miedos
comunes. Primero, puedes comenzar a temer perder un recuerdo de tu ser querido; H. Norman
Wright habla de cuándo y cómo comienza a surgir este miedo.

"Muchos de los que sufren se molestan aún más cuando descubren que algunos de los
recuerdos de su ser querido comienzan a desvanecerse... Uno de los nuevos roles que
asumes después de la pérdida de tu ser querido es convertirte en su historiador.” (p. 66). H.
Norman Wright, en Experiencing Grief.

Este material no está escrito simplemente para ayudarte a procesar tu dolor, sino para ayudarte a
capturar lo bueno de quién o qué perdiste. Este estudio está diseñado para ayudarte a encontrar
descanso de ese miedo (tanto en el consuelo de Dios como en la comprensión de las experiencias
comúnmente asociadas con el duelo), en lugar de simplemente superarlo.

En segundo lugar, si nuestra pérdida fue traumática (esto se definirá mejor en el capítulo 3),
podemos temer ser dominados por nuestros recuerdos. Si este eres tú, entonces debes saber que
es aconsejable trabajar con estos materiales lentamente. La “magia” no son los estudios bíblicos,
las preguntas reflexivas y los ejercicios, sino encontrar tu seguridad e identidad en el Único Dios
Verdadero que te ama y se preocupa por ti en medio de tu dolor. Dios es paciente contigo en este
viaje. Cuando olvidas esto, nuestro dolor se multiplica por la experiencia de la culpa y la presión.

Evaluación del duelo.

A continuación, se muestra una evaluación para ayudarte a ver (reconocer) cómo te está yendo
con las diferentes experiencias desafiantes que trae el duelo. En esta etapa del viaje, es tentador
comenzar a comparar tu pérdida con la de otros. Inevitablemente, comenzamos a
pensar: “Otros lo tienen mucho peor que yo. ¿Por qué estoy deprimido?

Resiste la tentación de comparar tu pérdida con la pérdida de otros. El hecho de que la Persona A
fuera atropellada por un camión no significa que la cirugía de rodilla de la Persona B duela
menos. El propósito de reconocer la historia y la realidad de tu dolor no es darte una herramienta
para restar importancia a tu pérdida (esa sería otra forma de negación). El propósito es ayudarte
a identificar el terreno por el que caminarás con el Buen Pastor (Salmo 23; Juan 10: 1-21).

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Instrucciones: Lee las siguientes afirmaciones descriptivas. A medida que las lees, considera tu
respuesta a tu reciente pérdida o pérdidas. Si tu duelo no es por una muerte física, algunas de
estas preguntas podrían no aplicar directamente y esto afectará la puntuación al final de esta
evaluación. Marca la respuesta que mejor corresponda contigo:

(N) casi nunca (R) rara vez (A) algunas veces (F) frecuentemente (S) casi siempre

Para resultados más exactos, pídele a una persona de las principales esferas de tu vida (por
ejemplo: hogar, ambiente social, iglesia, pequeño grupo, etc. que complete esta encuesta en tu
lugar y compara los resultados.

1.He tenido un tiempo difícil aceptando que mi pérdida realmente ocurrió. NRAFS
2.Accidentalmente uso verbos en tiempo presente para hablar de quien o qué perdí. NRAFS
3.Al recordar mi pérdida, siento que está fresca como si recién hubiera ocurrido. NRAFS
4.Trato de no estar triste. NRAFS
5. Trato de distraerme de mi duelo, al cuidar de otros. NRAFS
6.Tengo partes de mi vida u hogar, que me rehúso a cambiar. NRAFS
7.Cuando pienso acerca de mi pérdida, me enojo. NRAFS
8. Ahora tengo menos tolerancia con las personas que antes de mi pérdida. NRAFS
9. Soy cínico o ambivalente acerca de cosas que disfrutaba antes de mi pérdida. NRAFS
10. Mi relación con Dios se ha vuelto más fría o distante. NRAFS
11. Adopto un enfoque “funcional” de la vida con las cosas que disfrutaba NRAFS
antes de mi pérdida.
12. Me encuentro preparándome contra la vida o contra la gente que me defrauda. NRAFS
13. Es más difícil confiar en las personas porque podría perderlas. NRAFS
14. Evito hacer planes porque la vida ahora se siente incierta. NRAFS
15. Mi nivel general de ansiedad es más alto de lo normal para mí. NRAFS
16. Intento evitar estar solo. NRAFS
17. Estoy cuestionando las decisiones más de lo que es normal para mí. NRAFS
18. Le temo a la mañana porque tengo que pasar todo el día. NRAFS
19. Temo estar solo y siento que mis amistades son diferentes ahora. NRAFS
20. Me siento "roto" y como si nadie quisiera estar conmigo. NRAFS
21. Creo que al divertirme con los demás traicionaría al que perdí. NRAFS
22. Ahora mi vida se siente vacía y sin sentido. NRAFS
23. Temo volver a acercarme a alguien porque no quiero perderlo. NRAFS
24. Me estoy acercando demasiado, demasiado rápido en las relaciones para NRAFS
contrarrestar mi dolor.
25. Mis días, semanas y meses han perdido todo sentido del ritmo. NRAFS
26. La planificación es algo que dejé o ya no sé cómo hacer. NRAFS
27. Ya no tengo sueños, esperanzas o ambiciones para el futuro. NRAFS
28. Dejé de llevar un presupuesto y las facturas son abrumadoras. NRAFS
29. Me enfrento a decisiones importantes que no sé cómo tomar. NRAFS
30. Ya no disfruto de las cosas que hacía antes de mi pérdida. NRAFS
31. No estoy durmiendo bien o en un ciclo de sueño normal desde mi pérdida. NRAFS

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32. Tengo dolores de cabeza frecuentes. NRAFS
33. Mis hábitos alimenticios se han vuelto menos saludables o mi apetito ha cambiado. NRAFS
34. He estado enfermo con más frecuencia desde mi pérdida. NRAFS
35. Estoy fatigado incluso cuando duermo la cantidad normal de sueño. NRAFS
36. Frecuentemente tengo malestar estomacal o estreñimiento. NRAFS
37. No estoy seguro de cómo presentarme o hablar con gente nueva. NRAFS
38. Siento que ya no sé quién soy. NRAFS
39. Las decisiones que antes parecían obvias ahora son difíciles de tomar. NRAFS
40. No sé a qué "grupo" de personas pertenezco ahora. NRAFS
41. Estoy cuestionando creencias que he mantenido durante mucho tiempo. NRAFS
42. No sé cómo definir qué me hace productivo o útil ahora. NRAFS
43. He comenzado a usar la comida, el trabajo o los pasatiempos de manera NRAFS
poco saludable.
44. Cuando me siento deprimido por el dolor, uso alcohol o drogas. NRAFS
45. Me he vuelto (más) evitando emociones desagradables o conflictos. NRAFS
46. He permitido que una nueva relación sustituya al dolor. NRAFS
47. Me mantengo tan ocupado que no tengo tiempo para pensar en el dolor. NRAFS
48. Todo lo que quiero hacer es dormir. NRAFS
49. Fantaseo con estar con mi ser querido en el cielo. NRAFS
50. Ojalá pudiera morir. NRAFS
51. He hecho planes sobre cómo me suicidaría. NRAFS
52. Tengo un plan específico sobre cómo me suicidaría. NRAFS
53. Tengo las cosas necesarias para suicidarme. NRAFS
54. Estoy planeando quitarme la vida. NRAFS

Clave de la NRAFS para la puntuación de la encuesta: Anota un punto por una respuesta "A", dos
puntos por una respuesta "F" y tres puntos por una respuesta "S". Si tu puntaje total coincide con
el número total de preguntas, esa es un área de preocupación. Si tu puntaje total excede o duplica
el número total de preguntas, es una preocupación importante. Si tu puntaje total es más del
doble del número total de preguntas, debe considerarse una lucha que domina tu vida.

Duelo y depresión: La depresión no es una de las nueve expresiones de dolor que se enumeran a
continuación, debido a la superposición significativa de las dos experiencias. La depresión también
contiene elementos de ira, miedo, soledad y transición de identidad. Una forma (útil, aunque
incompleta) de pensar en el duelo es como "depresión desencadenada por una pérdida".

Ø Preguntas 1-6: (Total: _____ en 6 preguntas)

Este conjunto de preguntas describe el dolor que está interrumpiendo tu vida a través de la
negación. Esto significa que la realidad de tu pérdida no ha sido reconocida de una manera que te
permita emprender el resto del viaje del duelo de una manera saludable. Si tu pérdida fue hace
más de uno o dos meses, este es un motivo de preocupación.

24
Ø Preguntas 7-12: (Total: _____ en 6 preguntas)

Este conjunto de preguntas describe el dolor que está alterando tu vida a través del enojo. El dolor
es una respuesta a algo que estaba mal. La gente no fue hecha para morir, la salud no fue hecha
para romperse, las relaciones no fueron hechas para ser abusadas; estos son productos de la
caída. La ira es una respuesta apropiada. La ira como una respuesta dentro del dolor (Juan 11:38,
el griego para Jesús "profundamente conmovido” (ESV) se refiere a la ira) no debes confundirla
con la ira pecaminosa en respuesta a un deseo que no se ha cumplido (Santiago 4: 1- 3).

Ø Preguntas 13-18: (Total: _____ en 6 preguntas)

Este conjunto de preguntas describe el dolor que está alterando tu vida a través del miedo. El
duelo trae muchos tipos de incertidumbre. También te recuerda la brevedad de la vida. Ante
el duelo, hacemos muchas preguntas sobre el propósito de la vida y si nuestra vida está logrando
algo de importancia eterna. Estas son realidades y reflejos intimidantes. A menos que este miedo
comience a afectar tu capacidad para vivir de manera eficaz, entonces debes considerarla una
respuesta natural a la magnitud del dolor.

Ø Preguntas 19-24: (Total: _____ en 6 preguntas)

Este conjunto de preguntas describe el dolor que está alterando tu vida a través de la soledad. El
dolor a menudo se debe a la pérdida de una relación importante y el dolor siempre cambia las
relaciones, al cambiar al doliente. La pérdida a menudo afecta tu voluntad de confiar o amar a los
demás. Entonces, por razones obvias y menos obvias, una lucha que a menudo acompaña al dolor
es la soledad.

Ø Preguntas 25-30: (Total: _____ en 6 preguntas)

Este conjunto de preguntas describe el dolor que está alterando tu vida a través de cambios en tu
vida. El duelo cambia (directa e indirectamente) las finanzas, horario, relaciones sociales, proceso
de toma de decisiones y muchas otras facetas de tu vida. Te ves obligado a adaptarte a estos
cambios mientras cargas con las emociones pesadas. Para muchas personas, este caos personal
dentro de una tormenta de fuego emocional es abrumador.

25
Ø Preguntas 31 a 36: (Total: _____ en 6 preguntas)

Este conjunto de preguntas describe el dolor que está alterando tu vida a través del impacto en la
salud. El duelo es un proceso y una etapa de la vida extremadamente estresante. Uno de los
efectos importantes del estrés es que inhibe tu sistema inmunológico. El cuerpo
no puede dar más energía al duelo sin tomar esos recursos de otra parte. A menos que se entienda
esto, una persona afligida puede sentir que está bajo una severa opresión cuando sigue
enfermándose en medio de su dolor.

Ø Preguntas 37 a 42: (Total: ______ en 6 preguntas)

Este conjunto de preguntas describe el dolor que está interrumpiendo tu vida a través de la
transición de identidad. Tendemos a definirnos por las personas y las cosas que amamos. A
menudo, estas cosas vienen con “títulos”: padre, cónyuge, pastor, banquero, atleta, triunfador,
exitoso, etc. Cuando estos se pierden o se redefinen, puedes luchar con tu sentido de
identidad. Esto no significa que todo lo que amas sea un ídolo. Significa que debes aprender a
amar y servir a Dios de maneras o roles que son nuevos para ti.

Ø Preguntas 43-48: (Total: ______ en 6 preguntas)

Este conjunto de preguntas describe el dolor que está alterando tu vida a través del escapismo. No
está mal evitar el dolor. Es malo evitar el dolor de una manera que crea mayor dolor o perturba
la vida. Está mal evitar las experiencias desagradables si las lecciones que debemos aprender a
través de ellas son esenciales para una vida saludable que honre a Dios. Si obtuviste un puntaje
alto en escapismo, entonces debes observar cuidadosamente hacia dónde te diriges mientras
huyes del dolor.

Ø Preguntas 49-54: (Total: ______ en 6 preguntas)

Este conjunto de preguntas describe el dolor que está alterando tu vida a través de pensamientos
suicidas. El dolor trae naturalmente la muerte a nuestra mente. Alguien o algo que amamos
mucho está ahora al otro lado de la eternidad y nos gustaría estar con ellos. Eso no es
irracional. Sin embargo, si obtienes un puntaje alto en esta escala, debes hablar con un pastor o
un consejero de inmediato. Hasta que puedas hacerlo, comunícate con familiares o amigos para
que se queden contigo, no consumas alcohol ni drogas, y aléjate de los objetos con los que podrías
lastimarte. Si bien tus sentimientos son comprensibles, tu solución no lo es. Hay esperanza incluso
si no puedes encontrarla ahora.

26
Estrés postraumático: muchas formas de duelo pueden superponerse con el estrés
postraumático. Si experimentas alguno de los siguientes síntomas tres meses o más después de
tu pérdida, es posible que desees buscar asesoramiento para el Desorden de Estrés
Postraumático, mientras procesas el dolor de tu pérdida.

_____ Recuerdos intrusivos de los eventos que rodearon tu pérdida.


_____ Sueños recurrentes asociados con tu pérdida.
_____ Flashbacks donde sientes que estás volviendo a experimentar los eventos que rodearon tu
pérdida.
_____ Angustia intensa cuando experimentas cosas que te recuerdan tu pérdida.
_____ Sentimientos de desapego a los demás.
_____ Dificultad para concentrarte en tus niveles normales.
_____ Hipervigilancia: siempre buscando lo que está a punto de salir mal

Enfoque de estímulo (RECONOCIMIENTO):

Con cada paso, te proporcionaremos preguntas que debe hacerte otra persona abiertamente
para que pueda conocerte y alentarte en el proceso de duelo por tu pérdida.

· ¿Estoy evitando el dolor de enfrentar mi duelo de una manera que creará más dolor?
· ¿He logrado compartir contigo el peso de esta pérdida, es decir, los detalles del ser que perdí y
el rol que jugaba en mi vida?
· Prepararse: ¿Estoy manteniendo el equilibrio en las seis áreas de preparación del capítulo uno?

Con cada paso, te recomendamos que confíes al menos un elemento nuevo de tu dolor a tu
compañero de ánimo.

·__________________________________________________________________________
· __________________________________________________________________________

27
Capítulo 3
¿Cómo ha cambiado mi vida/historia?
COMPRENDER el impacto de mi sufrimiento.

“Solía temerle a mi duelo y no quería mirarlo, así que esperaba vivir como si mi pérdida
nunca hubiera sucedido [describe]. Puedo ver como mi pérdida me ha afectado [describe].
Fue incorrecto interpretar el impacto de mi sufrimiento como pecado o debilidad.
Dios es más misericordioso que eso y debo estar de acuerdo con Él y no con mis temores.
El impacto está comenzando a tener sentido y ayudándome a ver la vida diferente
[describe].”

Memoriza: Salmo 102:2-7 (RV60), “No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina
a mí tu oído; apresúrate a responderme el día que te invocare. Porque mis días se han consumido
como humo, y mis huesos cual tizón están quemados. Mi corazón está herido, y seco como la
hierba, por lo cual me olvido de comer mi pan. Por la voz de mi gemido mis huesos se han pegado
a mi carne. Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el búho de las soledades; Velo, y
soy como el pájaro solitario sobre el tejado.”
A medida que memorizas este pasaje reflexiona en los siguientes puntos clave:

• Salmo ̶ Dios te ha dado estas palabras para hablarle a Él. Él sabía que las necesitarías y
quiere cuidar de ti.
• “No te escondas” – El sufrimiento hace sentir a Dios lejos y como si a Él no le importara.
El salmista lo sintió también.
• “Mi corazón ha sido herido”– Sufrir la pérdida no significa que no somos movidos a lo
largo de nuestra experiencia.
• “Soy… Soy…” El proceso de duelo es más que una lucha emocional. Es una crisis de
identidad. ¿Quién soy ahora?
• “Velo”- La hora nocturna era difícil para el salmista también. Dios le escuchó en la
oscuridad y Él también te escucha a ti.

Notas de Enseñanza

“No es solo la pérdida de tu ser amado lo que es doloroso. Son todas las pérdidas que vienen
como consecuencia de ésta en particular. La forma en que vives tu vida, amas, duermes, comes,
trabajas, y adoras, son todas afectadas. A menudo la pérdida no solo trae el dolor por lo que
perdiste pero también por lo que nunca tuviste o nunca tendrás. Hay una pérdida de lo presente
tanto como de lo futuro (pág. 24)”. H. Norman Wright en Experiencing Grief (Traducido como:
«Experimentando el duelo»).

“Creo que estoy empezando a entender porqué el duelo se siente como suspenso. Proviene de
la frustración de tantos momentos que se habían convertido habituales. Pensamiento tras

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pensamiento, sentimiento tras sentimiento, acción tras acción, tenía [a mi esposa] como su
objetivo. Ahora su motivo se ha ido... Tantos caminos guiaban mis pensamientos hacia [mi
esposa]. Me enfoqué en uno de ellos. Pero ahora hay un puesto fronterizo infranqueable que lo
cruza. Alguna vez hubo muchos caminos; ahora tantos callejones sin salida (pág. 55)”. C.S. Lewis
en Una pena en observación.

“La muerte de un niño es probablemente la más trágica de las pérdidas, ya que se ve fuera de lo
natural en el ciclo de la vida. El impacto de la enfermedad prolongada y muerte de un niño tiene
un profundo impacto en la relación matrimonial. Estudios encontraron que en casos donde los
niños eran hospitalizados, 70 a 90% de esos matrimonios resultaban en separación o divorcio
(pág. 370)”. Sharon Hart May en “Loss and Grief Work” In Caring for people God’s way, editado
por Tim Clinton, Archibald Hart, and George Ohlschlager. (Traducido como: «Trabajo en Pérdida
y Duelo» en Cuidando de las personas a la manera de Dios).

“Un niño también volverá a visitar el evento de la muerte y el dolor resultante a medida que
madura. En cada etapa de su desarrollo emocional y cognitivo, entiende el universo con más
madurez. Mientras lo hace, también tratará de entender mejor este evento importante. Esto
significa que dos cosas son ciertas acerca de ayudar a un niño en duelo. Primero, la tarea nunca
está terminada hasta que el niño alcanza la edad adulta. Segundo, todo lo que tú dices ahora es
un componente básico para una comprensión más madura más adelante (pág. 27)”. Judy Blore
en “How to Help a Grieving Child” de The Journal of Biblical Counseling (Invierno 1998).
(Traducido como: «Cómo ayudar a un niño en duelo»).

Aplicación Personal

La manera más común de comprender el duelo es pensar respecto a él en términos de etapas


(negación, ira, negociación, depresión, y aceptación) desarrolladas a partir de la investigación de
Elizabeth Kubler-Ross. Aunque son útiles, las etapas pierden mucho del significado personal que
está presente en el duelo. Las etapas pueden prepararnos para aquello que es probable (lo que
significa que no todos seguirán el mismo camino), pero estas etapas no te ayudan a entender o
procesar el dolor de tu pérdida.

En este estudio nos enfocaremos más en la historia y el viaje, que en las etapas. Estos conceptos
están destinados a captar más lo personal, lo desordenado, y la naturaleza no secuencial del
duelo. El lamento cambia la manera en que vemos la vida, la manera en que interactuamos con
las personas, el significado que le damos a las cosas, nuestros niveles de confianza o seguridad,
y nuestro sentido de identidad. Cuando la gente o cosas que amamos y de las cuales
dependemos, son removidas de nuestra vida, empezamos a cuestionarlo todo.

Esto cambia la manera en que comúnmente clasificamos el lamento. Un duelo es más que una
lucha emocional (como depresión, ansiedad, culpa, etc…). El duelo contiene tantas emociones
cambiantes que la experiencia misma tiene que ser más que una emoción. El duelo es
fundamentalmente una lucha de identidad. ¿Quién soy ahora? ¿Cómo me ha cambiado mi
pérdida? ¿Cómo me relacionaré con otras personas? ¿Qué es diferente acerca de mí y que

29
permanece igual? Nota como Winston Smith describe un elemento de cambio en la historia que
ocurre durante el duelo de un divorcio.

“Tu matrimonio te dio un mapa vial para el futuro. Tu vida parecía predecible (pág. 6)”.
Winston Smith in Divorce Recovery: Growing and Healing God’s Way. (Traducido como:
«Recuperación de Divorcio: Creciendo y Sanando a la manera de Dios»).

El objetivo de este capítulo es que comprendas el impacto de tu dolor, la discusión se enfocará


en cómo diferentes factores pueden influenciar el significado que tú le das a tu dolor. En el
capítulo cuatro examinaremos las formas comunes en que estos factores pueden convertirse en
una historia destructiva, emocional o relacionalmente paralizante y en la que Dios puede parecer
malo, impotente o irrelevante. En el capítulo seis examinaremos cómo el evangelio le da un
significado saludable a tu duelo sin minimizar tu dolor.

Es aquí donde comenzaremos a introducir una frase que resumirá gran parte de nuestro objetivo
en este estudio: duelo saludable. Con este lenguaje, estamos comparando el duelo con una lesión
física, como una cortada. No podemos hacer que una herida sane, pero podemos evitar que se
infecte y, por lo tanto, ayudar al proceso de curación natural ordenado por Dios. Las "infecciones"
que pueden venir con el dolor son las interpretaciones destructivas que le damos a la experiencia.
En este capítulo comenzaremos a hacer el tipo de preguntas a partir de las cuales podemos hacer
estas interpretaciones.

“Comprender”: En este punto, es importante aclarar qué significa y qué no significa “comprender
el impacto de mi sufrimiento”. Comprender no significa saber "porqué" experimentaste esta
pérdida. Pero sí significa que puedes ver las diferentes formas en que esta pérdida te está
afectando, comprender cómo esas influencias están conectadas con tu pérdida y continuar
confiando en Dios mientras ves cómo Él trae consuelo y redención en medio de tu dolor.

¿Qué Determina el Impacto?

El lugar para comenzar es que comprendas los factores que determinan cómo te impactará una
pérdida en particular. Utiliza la lista a continuación para comenzar a reconstruir los aspectos que
influyen en tu pérdida. Considera estas reflexiones como la recopilación de las materias primas
que necesitarás para los capítulos cuatro y seis. Las explicaciones dadas a cada pregunta no
pretenden ser exhaustivas, pero te capacitarán para reflexionar más eficazmente sobre cada
pregunta.

1. ¿Tuviste tiempo o motivos para anticipar tu pérdida? La consecuencia del dolor es bastante
sorprendente aun sin que nos tome desprevenidos. Si no tuvimos tiempo para anticipar la
pérdida, podemos sentir que incluso la paz que percibimos no es segura. Entonces comenzamos
a prepararnos para otra pérdida inminente, tratando de protegernos para que así no nos tome
desprevenidos nuevamente. Cuando hay tiempo para anticipar nuestra pérdida, es más fácil
asimilarla en nuestra historia de vida.

30
2. ¿Qué tipo de pérdida experimentaste? ¿Fue tu pérdida personal (una relación) o material (un
trabajo); tangible (un hogar) o simbólica (respeto de los compañeros)? Experimentar diferentes
tipos de pérdidas no significa que algunas sean más reales que otras. La misma pérdida puede
tener cualquier combinación de aspectos. Por ejemplo, la pérdida de un cónyuge sería personal
(es decir, un compañero de vida, amante, amigo), material (un salario), tangible (una cama vacía)
y simbólico (ciertas tradiciones navideñas que ya no se pueden practicar). Es útil clasificar tu
pérdida, ya que pensar atentamente en estas categorías, te ayuda a ver las diversas dimensiones
de la pérdida por la que estás atravesando.

3. ¿Qué tipo de sistema de apoyo tienes? La pérdida puede resaltar la calidad de tu círculo de
amigos y familiares. ¿Puedes hablar de tu pérdida? Quizá puedas hablar de ciertas pérdidas, o
aspectos de la pérdida, porque son "aceptables", pero otras no. ¿Estás dispuesto a hablar de tu
pérdida con tus amigos? ¿Tu inseguridad o tu miedo son reflejo de que tus amigos no tienen
voluntad para escucharte? ¿Crees que buscar ayuda significa ser una carga y, por lo tanto, sientes
culpa, te aíslas y el dolor de tu duelo se multiplica?
Si estás casado, ¿cómo ha afectado esta pérdida la comunicación dentro de tu matrimonio? ¿Su
dolor los ha hecho acercarse o se están aislando? ¿La falta de comunicación se ha vuelto
incomoda y alimenta el dolor o la amargura? Los momentos de duelo son importantes en un
matrimonio. Estas serán temporadas en las que el matrimonio se fortalezca o se debilite
significativamente.

4. ¿Qué edad tenía la persona que perdiste? ¿Era "demasiado joven para morir" o "estaba en la
flor de la juventud"? ¿“La vida no había comenzado realmente” o fue la muerte “un alivio de su
sufrimiento”? ¿Era mayor, más joven o casi de la misma edad que tú o era alguien a quien amas?
Estas cosas afectan la forma en que incorporamos una pérdida en la historia de nuestra vida.
Ninguna pérdida es fácil de aceptar, pero algunas perturban la narrativa de nuestras expectativas
más que otras. La muerte de personas más jóvenes que nosotros erosionan nuestro sentido de
control y seguridad en la previsibilidad de la vida. Las muertes cercanas a nuestra edad nos hacen
prestar más atención al fin de la vida.

5. ¿Qué edad tenías al momento de tu pérdida? Los niños tienen dificultad para comprender lo
irrevocable de la muerte. A medida que envejecemos, comenzamos a ver la muerte no sólo como
una tragedia sino también como una posibilidad personal. Esto cambia la experiencia emocional.
A menudo es en momentos de dolor cuando nos vemos obligados a considerar la etapa de la vida
en la que nos encontramos y si estamos donde pensamos que estaríamos. Nuestro nivel de logros
en la vida puede convertirse en una variable significante en la forma en que interpretamos
nuestra experiencia de culpa.

“El niño expresará su angustia de manera apropiada a su edad y personalidad. Por


ejemplo, la capacidad de atención de un niño es corta: cuanto más joven es el niño,
más corta es la duración. Esto significa que un niño no llorará durante un periodo
prolongado de tiempo. En cambio, se lamentará, jugará, volverá a llorar y volverá a
jugar (pág. 27)". Judy Blore en “How to Help a Grieving Child” de The Journal of Biblical
Counseling (Invierno de 1998). (Traducido como: «Cómo ayudar a un niño en duelo»).

31
6. ¿Cómo manejas generalmente las emociones dolorosas? Retirándote. Con temor.
Distracción. Negación. Ira. Cualesquiera que sean nuestras tendencias generales, es probable que
éstas reaparezcan durante el duelo. El dolor agrava muchos de nuestros males emocionales y los
malos hábitos en nuestras relaciones. Es posible que supiéramos que debíamos abordar las
emociones dolorosas de manera diferente, pero en trastornos emocionales menores, podíamos
evitar el cambio. Si buscamos atravesar por el duelo de una mejor manera, tendremos que
permitir que Dios nos haga crecer en estas áreas. Este crecimiento no explica porqué perdiste a
tu ser querido, eso haría a Dios cruel. Pero también es importante recordar que no atravesarás
un duelo saludable a menos que permitas que Dios elimine estas respuestas infecciosas a
emociones dolorosas.

7. ¿Qué otras pérdidas has experimentado y cuánto tiempo ha pasado? El duelo tiene una
especie de fuerza de atracción emocional; atrae el recuerdo y la sensación de pérdidas anteriores.
Tu experiencia actual será mejor si procesaste y sufriste correctamente en pérdidas pasadas. Si
no, tendrás que desaprender las mentiras que fueron reforzadas con las experiencias intensas
del pasado.

Tanto el número de pérdidas como la proximidad de las pérdidas afectan el impacto del duelo.
Un niño puede perder a ambos padres en meses o un padre puede perder a su cónyuge casi al
mismo tiempo que su hijo se va a la universidad. También hay momentos cuando una
determinada época del año se asocia con múltiples pérdidas. Por ejemplo, el día de Acción de
Gracias puede estar asociado con un aborto espontáneo, o puede que la muerte de un hermano
y el conocimiento de una infidelidad se dé dentro de un periodo de cinco años. Este tipo de
entrelazamiento en el duelo afecta su impacto y debe tenerse en cuenta.

“Es común que una pérdida grande active los recuerdos de pérdidas anteriores. Y si esas
primeras pérdidas no fueron dolidas, el residuo del dolor acumulado puede volver junto
con su dolor actual (pág. 39)”. H. Norman Wright en Experiencing Grief. (Traducido como:
«Experimentando el duelo»).

“El duelo no resuelto puede causar serios trastornos emocionales, mentales, físicos,
espirituales y sociales. La persona en duelo se vuelve muy sensible a cualquier posible
pérdida, real o imaginaria, mientras intenta seguir funcionando en la superficie (pág.
523)”. N. Abi-Hashem en “Grief Therapy” (Traducido como: «Terapia del duelo») de Baker
Encyclopedia of Psychology & Counseling editado por David Benner y Peter C. Hill.

8. ¿Cómo ha afectado esta pérdida a tu entorno social? Si perdiste a un cónyuge (por


fallecimiento o divorcio), ¿cómo afectará tu interacción con los amigos que son pareja? Si
perdiste a un hijo, ¿cómo afecta esto tu relación con otros padres? Si perdiste un trabajo, ¿cómo
afecta esto tu amistad con personas del trabajo? Cada relación que tenemos influye en otras
relaciones. Ninguna pérdida tira una sola pieza de dominó. La manera en que una pérdida afecta
nuestras relaciones se convierte en un factor importante en la interpretación de la pérdida.

32
“Se siente como si hubiera una casa vacía tanto dentro como fuera de ti ... La soledad
viene en un solo tamaño ... extra grande ... La soledad trae consigo otro sentimiento de
no pertenecer ... Puedes sentirte como una quinta rueda e incluso aislado en ocasiones
(pág. 36)”. H. Norman Wright en Experiencing Grief. (Traducido como: «Experimentando
el duelo»).

9. ¿Qué eventos importantes rodearon tu pérdida? Ya sea que sean relevantes con respecto a
tu pérdida o no, estos eventos probablemente adquirirán significado o aumentarán el significado
de tu pérdida. Normalmente podemos crear un significado entre el dolor y los eventos que lo
rodean de tres maneras: (1) remordimiento, “Si la abuela hubiera vivido dos meses más, ella
habría visto a su primer bisnieto;" (2) asociación, “Se suponía que iríamos a la playa. No creo que
pueda volver a ver la playa sin pensar en papá”; y (3) causa y efecto, “Evadí mis impuestos. Me
pregunto si es por eso que Dios se llevó a mi hermano”.

10. ¿Cuál fue la causa de tu pérdida? Enfermedad. Desastre natural. Conductor ebrio. Suicidio.
Indeterminado. ¿Te sientes impotente ante la causa (por ejemplo, te da miedo conducir
después del anochecer debido a una pérdida relacionada con un conductor ebrio) o lo
suficientemente enojado para atacar la causa (como el grupo Madres Contra Conductores
Ebrios, M. A. D. D. por sus siglas en inglés)? ¿La ausencia te hace sentir como si a tu historia de
vida le faltara una página (la falta de una explicación)? ¿La persona que perdiste jugó un papel
en su muerte (suicidio o irresponsabilidad) y por lo tanto tu dolor se mezcla con enojo hacia
ella?

11. ¿Cuál era su nivel de estabilidad emocional antes de tu pérdida? ¿La vida era frenética y
esto es "lo último que necesitabas"? ¿La vida estaba empezando a estar en orden y “ahora
perdiste todas las ganas”? ¿La vida era estable y “al menos puedes centrarte bien en el duelo”?
El dolor acentuará las emociones y actitudes en la vida de cada persona. Es importante evaluar
“qué tan bien estás atravesando tu duelo”, pensando más en el lugar en que empezaste el
proceso, en vez de basarte en una expectativa ideal.

“Manejar el duelo también puede ser más difícil para las personas inseguras,
dependientes, ansiosas, incapaces de controlar o expresar sentimientos, propensos a la
depresión o que viven bajo estrés”. Gary Collins en Consejería Cristiana Efectiva

12. ¿Cómo descubriste la pérdida y cómo te informaron de ella? Hay una gran diferencia entre
encontrar a alguien muerto y enterarse de su muerte indirectamente tres semanas después del
funeral. ¿La persona que te dijo fue compasiva, insensible o grosera? ¿Recibiste la noticia de un
extraño o de un amigo? La manera en que recibes la noticia de una pérdida, determina si es fácil
asimilar esa información y el significado que se le da.

13. ¿Hubo un cuerpo que permitió el cierre? Las pérdidas en las que no hay un cuerpo suelen
ser más difíciles de sobrellevar. Es más probable preguntarse si todavía podrían estar vivos o, en
el caso de muertes prenatales, se truncan los rituales de duelo. En los casos en que los cuerpos

33
están desfigurados (por un accidente automovilístico), la presencia del cuerpo puede hacer el
proceso de duelo más difícil. Esta es también la razón por la que el dolor no desencadeno por la
muerte (es decir, divorcio, abuso o dolor crónico) presenta desafíos de duelo únicos.

14. ¿Los involucrados estaban en paz con Dios, con ellos mismos, con la familia y con los demás?
El costo emocional puede ser más intenso cuando la muerte encuentra a los que amamos con
asuntos pendientes. El pensamiento “si tan sólo” se vuelve más intenso y entonces la culpa, el
remordimiento y el temor dominan nuestra pérdida. Estos conducen a una sensación de
impotencia que puede llevarnos a ser pasivos o híper correctivos en otras áreas de la vida.

“La auto recriminación es una actividad improductiva: mantiene nuestro enfoque en


nosotros mismos para que no podamos enfocarnos en Cristo (pág. 24)”. Judy Blore en
“How to Help a Grieving Child” de The Journal of Biblical Counseling (Invierno de 1998).
(Traducido como: «Cómo ayudar a un niño en duelo»).

15. ¿Cuáles son tus creencias sobre la muerte, el sufrimiento y la eternidad? Muchos de
nosotros no definimos nuestras creencias sobre la muerte o la eternidad hasta que estamos cara
a cara con el dolor. Cuando tratamos de interpretar una experiencia con la experiencia misma, le
damos enorme poder a las emociones del momento. ¿Podías hablar de tus creencias sobre la
muerte antes de tu pérdida? ¿Tomando como referencia tu pérdida, qué crees ahora de la
muerte? Durante la primera parte del duelo, es mejor expresar tus pensamientos sobre estas
cosas en forma de preguntas, para que tu dolor no se convierta en lo que crees. Estas preguntas
se examinarán con más profundidad en los capítulos cuatro y seis.

Lee Números 20:1. La pérdida de un ser querido es un evento significativo. Nota que Moisés,
bajo la inspiración del Espíritu Santo, consideró digno mencionar la muerte de su hermana
(Miriam) antes de los trágicos sucesos de Meriba (Números 20: 2-13). Las Escrituras
constantemente muestran y dicen que la muerte de un ser querido es un evento significativo.
Dios no espera de nosotros que “simplemente sigamos adelante”. El Salmo 116: 15 va tan lejos
como para decir: “Preciosa a los ojos del Señor es la muerte de sus santos”. Dios toma en cuenta
estos momentos de pérdida de una manera especial. Podemos sentirnos tentados a pensar que,
dado que el mundo sigue dando vueltas, Dios no se conmueve, pero esto es meramente nuestro
dolor interpretando nuestro luto. Dios a menudo “interrumpe” la narrativa de las Escrituras para
notar el funeral de uno de Su pueblo.

Lee 2 Corintios 1: 8-11. Nota que Pablo no quería que los Corintios ignoraran el impacto que su
sufrimiento personal tuvo en él. Compartió en términos reales que el sufrimiento lo había
“agobiado por completo” hasta el punto en “que perdía la esperanza de salir con vida”. Pablo no
trató de ser fuerte para la iglesia que plantó. Sabía que era mejor para él (y para ellos) si era
honesto acerca del impacto de su sufrimiento. La honestidad de Pablo permitió que sus amigos
corintios oraran honestamente por él (v. 11) y le dio más credibilidad a sus palabras cuando les
habló sobre el sufrimiento (2 Corintios 4: 16-18, 11: 16-33, 12: 1-10). Pablo siempre fue
transparente sobre las luchas de la vida como parte de su ministerio (observa cómo Pablo
concluye su tratamiento de la ansiedad en Filipenses 4:9).

34
Lee Romanos 8: 26-28. En tiempos difíciles, saltamos directamente al versículo 28 para
asegurarnos de que Dios todavía tiene el control. Pero Dios escribió un prefacio a esas palabras
de consuelo. En ese prefacio hay un recordatorio de que el Espíritu Santo pone nuestro
sufrimiento en palabras para que Dios lo entienda, incluso cuando nosotros no podemos
entenderlo. Dios escudriña lo más profundo de nuestro corazón en los momentos más difíciles
porque Él es un Padre amoroso que quiere conocer a Sus hijos (no sólo decirles “todo va a estar
bien”). Si tú estás abrumado por estas 15 preguntas, anímate. Dios está presente y es capaz de
comprender lo que actualmente no puedes poner en palabras. Es este prefacio del versículo 28
el que nos da un precedente para los pasos cuatro al seis de este estudio y nos da esperanza de
que esos pasos son posibles.

Otros impactos del duelo

Hemos hecho muchas preguntas acerca de nuestra pérdida a medida que nos preparamos para
el camino que tenemos por recorrer. Sin embargo, hay otras formas comunes en las que la
pérdida impacta nuestra vida. Esas preguntas se centraron en los hechos que rodean nuestra
pérdida, nuestra situación, nuestras respuestas típicas a eventos dolorosos y nuestras creencias.
Sin embargo, más que entender nuestra pérdida, queremos comprender cómo esa pérdida
puede afectarnos.

A continuación, se muestra una descripción de cinco maneras en las que la presencia del duelo a
menudo afecta nuestras vidas. Si no entendemos nuestra respuesta tendemos a pensar que algo
está mal con nosotros. El miedo a este pensamiento exacerba la experiencia y a menudo nos aleja
de la comunidad cristiana que Dios ha proporcionado para compartir la carga. Sólo señalar esta
página y comentarle a un amigo: “Esta es la parte de mi dolor que más me preocupa ahora”,
debería ayudar a aliviar parte del miedo o el aislamiento.

1. Pérdida del sentido del tiempo. Las relaciones y las rutinas nos ayudan a marcar el
tiempo más que los relojes y los calendarios. La pérdida de relaciones y rutinas se
suman al daño del dolor. Aunque reconocemos nuestro entorno, es difícil saber dónde
estamos. El espacio y el tiempo no tienen sentido o se sienten desajustados sin la
persona que perdiste. Cuando quitas una figura, personaje o papel dominante de tu
vida, se siente como si vivieras en una historia diferente.

Es posible que llegues tarde u olvides cosas que eran parte de tu rutina habitual. Sólo
mantenerse al día con la vida cotidiana puede tomar mucha más energía, porque
tienes que pensar en los detalles por mucho más tiempo que como lo hacías antes de
tu pérdida. Puedes sentirte tonto por preguntar repetidamente la hora, el día de la
semana, o incluso el mes que es. Esto es común y no es algo por lo que deberías
sentirte avergonzado o sentirte incómodo.

2. Pérdida de memoria a corto plazo. El cerebro puede solamente trabajar un tanto a la


vez. Procesar la importancia, permanencia e implicación de tu pérdida está tomando

35
gran parte de tu capacidad cognitiva. De la misma manera que tu computadora trabaja
de manera más lenta cuando se está procesando un análisis del sistema, tu memoria
es más débil cuando la mente está procesando el dolor. Esto puede ser muy
inquietante.

“Una percepción frecuente de un individuo normal afectado por el dolor es: ‘Estoy
perdiendo la cabeza’. Este miedo a la desorganización amenaza la confianza en sí
mismo y es quizá el aspecto más debilitante del dolor (pág. 520)”. J.A. Larsen en
"Grief" (traducido como «Duelo») de Baker Encyclopedia of Psychology &
Counseling editado por David Benner y Peter C. Hill.

Descansa sabiendo que este impacto no es permanente ni prolongado. La ansiedad


respecto a este cambio sólo empeorará el problema. Esta es otra razón por la que es
prudente simplificar tu vida tanto como sea posible y abstenerte de tomar decisiones no
esenciales mientras estás en tu duelo.

3. Cambios en las relaciones. Esto ha sido aludido anteriormente, pero puede ser un
factor de complicación importante en el proceso de duelo. Además de los cambios en
la relación, tu interpretación de esos cambios es muy importante. A menudo la gente
se siente tentada a equiparar la soledad del dolor con ser ahora un “inadaptado
social”. Esto sólo sirve para aumentar el aislamiento social y emocional.

“Los niños a menudo interpretan la muerte, especialmente la muerte de los


padres, como una forma de rechazo... Los niños son sensibles a cualquier signo de
inseguridad adulta y necesitan saber que no serán abandonados”. Gary Collins en
Consejería Cristiana Efectiva

Lista: Haz una lista de las formas en las que has interpretado (de manera correcta e incorrecta)
los cambios sociales resultantes de tu pérdida:
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________
Coloca un asterisco (*) al lado de aquellas interpretaciones que están teniendo el mayor impacto
en tu vida.

4. Culpa. El dolor es el resultado del sufrimiento– los males en el mundo que no causamos,
sin embargo, nos afectan negativamente. A menudo no hay alguien a quien culpar por el
sufrimiento, o si hay, quienes son responsables se resisten a asumir esa responsabilidad.
Esto crea un vacío de responsabilidad y explicación que es difícil de aceptar. Nuestra
tendencia es llenar ese vacío con algún tipo de pensamiento culpable. En su libro
“Experiencing Grief” (Traducido como: «Experimentando el duelo»), H. Norman Wright
describe siete maneras en las que podemos hacer esto (sólo las frases en negrita,
modificado y adaptado de las páginas 40-42).

36
a. Asumiendo la responsabilidad de la pérdida. “Si tan sólo lo hubiera hecho ir al médico,
notar un síntoma o hacer una visita extra para saber que había un problema”. Hay muchas
maneras de cambiar los eventos que preceden a nuestra pérdida. Es un viaje corto de lo
que podría haber pasado (posibilidad) a lo que debía haber pasado (responsabilidad y
culpa), hasta llegar a lo que tendría que haber hecho una diferencia (la historia sería
diferente). Esta es una manera no saludable de llenar el vacío de la explicación que intenta
que nuestras decisiones sean más significativas que la soberanía de Dios sobre la historia.

b. No pasar suficiente tiempo juntos. “Si tan sólo hubiera pasado más tiempo con él,
entonces esta pérdida no sería tan difícil”. La palabra suficiente es una palabra cargada
de culpa. Junta la palabra “suficiente” con cualquier cosa buena (oración, tiempo con los
niños, estudio bíblico, tiempo con el cónyuge, etc...) y te quedarás sintiéndote culpable.
Siempre queremos haber pasado más tiempo haciendo cosas buenas. Dios honra nuestra
finitud más que nosotros. Nos hizo vivir en un mundo de tiempo y recursos limitados. Sus
expectativas de nosotros coinciden con el mundo que creó para que nosotros vivamos en
él.

c. Problemas no resueltos en la relación. “Si tan sólo hubiera abordado nuestras


diferencias, las hubiera perdonado o no hubiera dicho nada”. La muerte tiene una manera
de hacer que el pecado relacional se sienta como una marca permanente. Debemos
recordar que el perdón es algo que recibimos de Dios. En la eternidad, nuestros seres
queridos tienen una perspectiva sobre este tema no resuelto, que ya no representa un
problema para ellos. Debemos aprender de nuestra demora en resolver problemas (si la
posibilidad de cambio estaba en nuestro poder), pero no quedar atrapados
emocionalmente dentro de él a través de la culpa.

d. Culpa del sobreviviente. “Si tan sólo hubiera sido yo en lugar de ellos”. Estas fueron las
mismas palabras de David cuando oyó hablar de la muerte de su hijo rebelde, Absalón,
en 2 Samuel 18:33: “¡Hijo mío Absalón; hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber
muerto yo en tu lugar! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!”. En este deseo encontramos el
corazón de Dios para nosotros (Juan 15:13). Pero su muerte y nuestra vida no es una
decisión que nosotros tomamos y no debemos crear un mundo emocional en el que sea
una decisión que podríamos deshacer.

e. No recuperarse “bien” de la culpa o lo suficientemente rápido. “Si tan sólo no fuera tan
sentimental, débil o estúpido, sería capaz de atravesar bien el duelo y superar esto ya”.
Si no podemos castigarnos de ser responsables, entonces tal vez podamos explicar el
dolor del duelo culpándonos a nosotros mismos por no vivir el duelo correctamente. Al
menos eso nos daría a nosotros algo en lo que estamos fallando y así darle sentido a la
alteración emocional en nuestra vida. Pero esto haría que el duelo fuera incorrecto o una
carrera cronometrada, cuando en realidad, no es ninguno de los dos.

f. Tiempo de reflexión sobre la vida: fracasos y propósito. “Si tan sólo estuviera haciendo
algo más valioso con mi vida”. La muerte nos hace reflexionar sobre la vida. Si no somos

37
parte de un gran propósito en la vida, entonces esa decepción puede convertirse en el
punto focal de la intensa experiencia emocional negativa del duelo. La energía negativa
del dolor se adhiere erróneamente (no están relacionados) a nuestra sensación de fracaso
o falta de propósito y genera una intensa experiencia de culpa. Debemos recordar que los
intentos de motivarnos con la culpa serán efímeros y aplastantes. Es sólo cuando estamos
motivados por la gloria de Dios y cuando nuestro deleite está en Su gracia, que podemos
mantener un sentido de propósito satisfactorio.

g. Una forma de castigarme a mí mismo para demostrar amor por mi ser querido. “Si la
pérdida deja de dolerme, ¿significa que he dejado de amarlo o recordarlo?" Este es un
ciclo sinfín. En la medida en que nuestro duelo se disipa, nuestra culpa crece
proporcionalmente. El duelo es sólo una expresión de amor pero no es la única expresión
de amor que te queda. En última instancia, amamos mejor a nuestros amigos fallecidos
al hacer avanzar el reino del que ahora forman parte plenamente. Haciendo esto
completamos su alegría y deleite en el Deleite que ellos ya gozan.

Pregunta: ¿Cómo estás usando el pensamiento “si tan sólo...” para atravesar el duelo?
¿Esto te hace sentir culpable por el sufrimiento del duelo? ¿Cómo una sensación de
control o explicación hace parecer que vale la pena la culpa?
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______________________________________________________________

5. Alivio. Esta puede ser una respuesta al dolor que es difícil de procesar para las personas.
Como dice H. Norman Wright en Experiencing Grief (traducido como «Experimentando el
duelo»), “Uno de los sentimientos secretos del dolor es el alivio (pág. 58)”. Esto puede ser
cierto cuando la persona que murió estaba experimentando un sufrimiento significativo,
cuando requirió un alto nivel de atención, o si era una persona abusiva. En estos casos, el
alivio que viene con su muerte puede confundirse con haber querido que muriera. Si bien
esto parece tener sentido, no es lógico. El hecho de que alguien sienta alivio después de
vomitar, no significa que quisiera vomitar o que disfrutó hacerlo. El alivio a menudo habla
de la naturaleza de la situación más que del carácter de la persona afligida.

Pregunta: Habiendo revisado los cinco puntos anteriores (y tres capítulos) ¿qué has sentido ante
tu pérdida? La lista de emociones puede parecer demasiado larga para escribir, pero tomar el
tiempo para ponerla en palabras puede ser una manera efectiva de hacer que tu mente llegue al
punto de compartir tu carga con amigos que pueden ayudarte a llevarla.
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Lee Isaías 53: 3-5. Considera todo lo que has aprendido acerca del dolor y tu pérdida en estos
primeros tres capítulos. Mira a Jesús como “varón de dolores, experimentado en aflicción” (v. 3)
y como aquel que “llevó nuestras enfermedades” y “cargó con nuestros dolores” (v. 4). A
menudo, cuando experimentamos emociones intensamente negativas, vemos a Dios lejos y

38
distante de lo que estamos experimentando. Exploraremos esta tendencia con más detalle en el
capítulo cuatro. Por ahora, detente y ve que no estás solo en este viaje. Tu compañero es el Hijo
de Dios mismo. No solo está contigo, sino que conoce este camino personalmente y está
dispuesto a caminarlo de nuevo contigo. Tienes un compañero que te ama y conoce el camino.

Lee Job 3: 11-12, 16, 20, 23; 7: 20-21; 9:29; 10: 2,18; 13:14, 24; 19:22; 21: 4, 7; 24: 1; 27:12. En
estos versículos Job le pregunta a Dios 21 veces "¿por qué?". Muchas de estas preguntas
conllevan un tono de ira, miedo o duda. Con demasiada frecuencia creemos que Dios espera que
comprendamos nuestro sufrimiento y dolor sin experimentar ninguna turbulencia emocional. La
reflexión previa sobre Isaías 53 no significa que deberías silenciar tus emociones y preguntas
durante el proceso de duelo, debido a que tienes un guía experimentado y amoroso. Al igual que
Job, es posible que no obtengas una respuesta a tus preguntas. Pero al seguir clamando a Dios,
permaneces unido a la esperanza. Confía en que, como las preguntas de Job, no importa cuán
crudas sean, no te impiden seguir viviendo en la bendición de Dios (Job 42: 10-17).

“Dios a menudo guarda silencio cuando preferimos que hable; y nos interrumpe cuando
preferimos que se quede callado... significa que adoramos a un Dios que a menudo es
misterioso, demasiado misterioso para ajustarse a nuestras fórmulas para vivir mejor
(pág. 135)”. Craig Barnes en “When God Interrupts” (Traducido como: «Cuando Dios
interrumpe»).

Enfoque de estímulo (COMPRENDER):

En cada paso te proporcionaremos preguntas que debes pedirle a otra persona que te haga abiertamente
para que pueda conocerte y animarte en el proceso de duelo de tu pérdida o dolor.

• ¿He revisado con honestidad los factores que contribuyen a cómo esta pérdida me está
afectando?
• ¿Estoy siendo abierto sobre los cambios relacionales y emocionales que mi dolor está
generando?
• Prepárate: ¿Mantengo el balance en las seis áreas de preparación del capítulo uno?

En cada paso te aconsejamos que confíes al menos un nuevo elemento de tu dolor a tu compañero de
apoyo.

• ___________________________________________________________________
• ___________________________________________________________________

39
Capítulo 4.
"La parte más oscura de mi viaje"
APRENDER MI HISTORIA DE SUFRIMIENTO la cual utilizo para dar sentido a mi experiencia.

“Me formé creencias [definen] sobre mí mismo, la vida y Dios a partir de mi duelo.
Viví de acuerdo con esas creencias [describir] porque eran todo lo que sabía y "funcionaron".
Esas creencias se convirtieron en los temas rectores de la historia de mi vida. Poner esas
creencias en palabras me asusta [describe por qué].
Rechazo esa historia de vida y me comprometo a aprender cómo encaja mi vida en la gran
historia de redención de Dios ".

Memoriza: Salmo 22: 1-2 (RVR60), “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? Dios mío, clamo de
día, y no respondes; y de noche, y no hay para mí reposo.” Mientras memorizas este pasaje,
reflexiona sobre estos puntos clave:

● Mateo 27:46 - Estas palabras también entraron en la historia de Jesús. Son uno de los
temas comunes de un mundo caído.
● “Me has desamparado”: el dolor hace que parezca que Dios nos ha dado la espalda.
● “Tan lejos” - Más que dar la espalda, el dolor hace que parezca que Dios se está
alejando de nosotros.
● “No respondes” - Cuando Dios no termina con el dolor del duelo, es fácil creer que no
está escuchando nuestras oraciones.
● “No hay para mí reposo” - En la tormenta del duelo es fácil pensar que Dios es un
mentiroso por no cumplir Su promesa (Mateo 11:28-30)

Notas de Enseñanza

“Mientras luchamos con el dolor de la pérdida, el dominio de nuestro dolor impone una especie
de parálisis relacional. Quizás el duelo sea un fiel reflejo del infierno, donde el dolor de perder a
Dios y todo lo bueno, incluido el bien de la comunidad, será interminable. Sea como fuere, una
parte más dolorosa del dolor del duelo es la sensación de que nadie, por más comprensiva y
solidaria que sea su intención, puede compartir lo que estamos sintiendo, y sería una traición a

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nuestro amor por el ser perdido, fingir lo contrario. Así que lloramos solos y la agonía es increíble
(p. 144) ". JI. Packer en A Grief Sanctified (Traducido como: «Un dolor santificado»)

“Mientras tanto, ¿dónde está Dios? ... También puedes alejarte. Cuantas más esperes, más
enfático se volverá el silencio ... ¿Por qué es Él un comandante tan presente en nuestro tiempo
de prosperidad y una ayuda tan ausente en tiempos de problemas? ... Poco a poco he ido
sintiendo que la puerta ya no está cerrada con llave ... El momento en que no hay nada en tu
alma excepto un grito de ayuda puede ser el momento en que Dios no puede dártelo: eres como
un hombre que se ahoga y no puede ser ayudado porque aprieta y agarra. Quizás tus propios
gritos reiterados te ensordecen a la voz que esperabas escuchar ... Después de todo, debes tener
la capacidad de recibir, o incluso la omnipotencia no puede dar (p. 53-54) ". C.S. Lewis en Una
pena en observación.

“Numéricamente, hay más salmos de queja y lamento que salmos de alabanza y acción de gracias
... Un estado de ánimo de fe confía en Dios lo suficiente como para traer todo sobre nosotros
ante Él (p. 33)". Bob Kellemen en God’s Healing for Life’s Losses (Traducido como: «La sanidad de
Dios para las pérdidas de la vida»)

“Es un acto de fe presentar ante Él esa queja en el modelo de estos salmos. Tu fe en Dios nunca
debería silenciarte en las oscuras horas del duelo. Más bien, aquí es cuando comenzamos a
comprender cuán profundo, rico y firme es realmente el amor de Dios por nosotros (p. 9) ". Paul
Tripp en Grief: Finding Hope Again (Traducido como: «Duelo: encontrando la esperanza de
nuevo»)

“No eres exactamente quien eras. La persona que perdiste era parte de tu identidad. Eras la
madre, la tía, el cónyuge o el hermano de alguien. Sigues siendo esa persona en tu corazón y en
tu memoria, pero hay un lugar vacío en donde estaba tu ser querido (p. 22) ". H. Norman Wright
en Experiencing Grief (Traducido como: Experimentando el duelo)

Aplicación Personal

En varios puntos del estudio probablemente hayas comenzado a cuestionar a Dios, dudar de Él,
estar enojado con Él o preguntarte si lo que piensas de Él realmente hace alguna diferencia.
Hemos traído a la mente muchas piezas dolorosas del duelo. Cuando lo miramos, naturalmente
preguntamos: "¿Dónde se detiene 'la pelota'?" Se detiene con Dios (o quien sea, lo que sea que
esté en control ... si es que algo lo está).

Se ha dicho que los animales se dividen entre herbívoros (los que comen plantas) y carnívoros
(los que comen carne), pero los humanos son herbívoros: vivimos de las palabras o, más
exactamente, del significado que le damos a la vida a través de las palabras. Es por eso que hemos
enfatizado tanto los temas de la historia, el viaje y la identidad. Son la forma en que "digerimos"
la vida.

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“Nadie es más influyente en tu vida que tú, porque nadie te habla más que tú. Estás en
una conversación interminable contigo mismo. Estás hablando todo el tiempo,
interpretando, organizando y analizando lo que sucede dentro y alrededor de ti (p. 56) ".
Paul Tripp en A Shelter in the Time of Storm (Traducido como: «Un refugio en tiempos de
tormenta.»)

Ahora vamos a explorar cómo damos significado a todos los hechos, experiencias, influencias y
cambios que hemos desempaquetado en los primeros tres capítulos. Al dar significado a estas
cosas, “procesaremos” nuestro duelo, para bien o para mal, de manera saludable o no saludable.
Intentar darle sentido a la muerte requiere que luchemos con cosas que van más allá de esta
vida. Al igual que para entender que un renacuajo se convierta en rana, es necesario considerar
cosas fuera del estanque.

“La vida del hombre más insignificante es un campo de batalla en el que las fuerzas más
poderosas del universo convergen en la guerra, ¡esto eleva el estatus de la persona más
humilde e insignificante de la tierra (p. 108)! ... El sufrimiento no tiene sentido en sí
mismo. Si se deja solo, es una carga frustrante y desconcertante. Pero dado el contexto
de la relación, el sufrimiento de repente tiene significado (p. 127)”. Joni Eareckson Tada
y Steven Estes en When God Weeps (Traducido como: «Cuando Dios llora.»)

Pero no debemos pensar que esto requiere que pensemos sólo pensamientos “agradables” y
teológicamente precisos sobre la vida, la muerte y Dios. No abordamos esta búsqueda de
significado como un ejercicio académico, como un científico que busca la cura para el cáncer,
sino de una manera intensamente personal, como un paciente con cáncer que pregunta: "¿No
hay nada que se pueda hacer?" Para que el significado sea satisfactorio o saludable, debe surgir
de hacer la pregunta mientras vivimos la pregunta: crudo.

Con esto en mente, este capítulo te hará preguntas oscuras; preguntas para las que no hay
respuestas “correctas”, solo respuestas honestas. Reconoce que no es irreverente hacerle a Dios
preguntas dolorosas llenas de emoción sincera cuando una tormenta de sufrimiento nos
envuelve. El hecho de que llevemos a Dios nuestras preguntas lo honra. Dios conoce las
limitaciones de nuestra mente, corazón y cuerpo. Dios las escucha como un padre cuyo hijo está
gritando por la inyección de un médico; aunque el grito puede sonar y parecer un desafío y una
duda, es una expresión de fe en el amor y la disposición de los padres de ayudar si es que algo se
pudiera hacer.

“La ironía de cuestionar a Dios es que lo honra: aleja nuestro corazón de la impía
desesperación hacia un deseo apasionado de comprenderlo (p. 150)”. Tremper Longman
en El grito del alma.

Pregunta: ¿Qué crees que enseña la Biblia sobre expresar nuestro dolor, tristeza, miedo o enojo
a Dios?

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Pregunta: ¿Qué piensas sobre la participación de Dios y Su respuesta en medio de tu pérdida?


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“Nunca debemos distanciar las respuestas de la Biblia de Dios. El problema del
sufrimiento no se trata de algo sino de Alguien. De ello se deduce que la respuesta no
debe ser algo, sino Alguien ... Además, las respuestas son para la cabeza. No siempre
llegan al problema donde duele: en el intestino y en el corazón (p. 124) ". Joni Eareckson
Tada y Steven Estes en When God Weeps (Traducido como: «Cuando Dios llora.»)

Temas de nuestra historia de sufrimiento

¿Cómo pasamos de la experiencia a la historia? Comenzamos a resumir nuestra experiencia en


declaraciones temáticas. Ya sea que verbalicemos estas declaraciones o simplemente las
sintamos ciertas, estos temas se convierten en la base de cómo nos preparamos para el futuro e
interpretamos el presente. Estos temas hacen algunas experiencias muy relevantes y otras
"excepciones a la regla". Estos temas comienzan a definir quiénes somos, quién es Dios y qué
debemos esperar de los demás o de la vida. Veremos este viaje de experiencia a historia
nuevamente al final de este capítulo.

Vamos a ver siete temas no saludables que podemos usar para dar sentido a nuestra pérdida: (1)
Dios no es bueno, (2) a Dios no le importa, (3) Dios no puede ayudar, (4) yo merezco esto, (5) las
relaciones duelen, (6) la vida no tiene sentido y (7) el mal gana. Nuestro objetivo no será refutar
o desacreditar cada tema. En este punto, sólo queremos una comprensión honesta y precisa de
lo que está sucediendo en nuestra mente y corazón. Además, hacer la separación de estos temas,
nos dará la impresión de que podemos razonar una forma para salir del duelo.

En lugar de refutar, nuestro objetivo será examinar qué hace que cada tema sea tan tentador
para creer y mostrar la compasión de Dios al querer liberarte de la atadura de cada tema. Dios
no se acerca a nosotros en nuestro dolor como profesor de teología que califica nuestro sistema
de creencias. Dios se acerca a nosotros como niños desorientados y perdidos que están tratando
de navegar por una realidad que es más compleja de lo que podemos entender. En última
instancia, la muerte requiere una perspectiva eterna para comprender y, como criaturas
limitantes, no tenemos eso.

Mientras estudias estos siete temas, date cuenta de que puedes intercambiarlos o usarlos en
combinaciones. No hay razón para preguntar: "¿Cuál (singular) soy?" Es posible que uno o dos
temas sean los dominantes para ti, pero a medida que lees, intenta ver cuándo puedes usar cada
uno de ellos para darle sentido a tu pérdida. A medida que avanzas en tu viaje de duelo,

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diferentes temas no saludables pueden aparecer en el primer plano de la forma en que cuentas
tu historia.

También puedes encontrar que cada tema puede correlacionarse con las emociones clásicas de
las etapas de duelo (ira, negociación / cuestionamiento, depresión). Es posible que tus emociones
cambien a medida que usas un tema diferente para darle sentido a tu pérdida. En medio de las
emociones, puede ser difícil reconocer cómo tus emociones se correlacionan con tus cambiantes
temas de interpretación. No dejes que eso te haga sentir como si estuvieras fallando. Reconocer
que nuestras emociones responden a nuestras creencias y que el hecho de que las emociones
que sentimos en respuesta a nuestra pérdida sean reales no significa que la interpretación sobre
la que se basan esas emociones sea verdadera.

“A veces puedes sentir enojo contra el que murió. Los sobrevivientes a veces se sienten
abandonados o victimizados ... A menudo, la ira surge porque nos sentimos fuera de control,
impotentes o victimizados (p. 44)”. H. Norman Wright en Experiencing Grief (Traducido como:
Experimentando el duelo)

A medida que avances en esta sección, es particularmente importante contar con el apoyo de un
amigo cristiano, mentor o grupo de apoyo. Si no es así, inadvertidamente refuerza tus creencias
y tus emociones correspondientes en las que realmente no crees. Cuando le dices algo falso en
voz alta a otra persona que se preocupa por ti, es más fácil reconocer la distorsión que cuando el
mismo pensamiento simplemente resuena en tu propia mente. La presencia de un compañero
en esta sección del camino del duelo puede ayudarte a ser honesto (una parte importante del
proceso) sin caer en la desesperación.

1. Dios no es bueno. Miro mi pérdida y concluyo: “Si Dios hizo esto, entonces no es bueno.
No puedo buscar en mi experiencia y encontrar nada bueno, entonces, ¿cómo podría
concluir otra cosa? " Este tema solo trata de conectar los puntos: las malas experiencias
en un mundo malo significan que hay un Dios malo. Pero no podría haber habido algo tan
bueno que lamentáramos su pérdida si Dios no fuera bueno. Nuestro dolor confirma la
bondad de Dios. Como creación de Dios, éramos capaces de amar y en la creación de Dios
había alguien digno de amar. Esto solo sería posible si Dios fuera bueno.

Trata de no sentirte reprendido o debatido con estas palabras. Esa no es la intención.


Estamos tratando de calentarnos ante la posibilidad de que la esperanza en este paso no
haga todo el viaje. En este paso, no estás tratando de convencerte de una nueva
interpretación, sino simplemente comenzando a ver que existe una interpretación más
sana y precisa.

¿Cómo has sido tentado a interpretar tu pérdida como si "Dios no es bueno"?


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2. A Dios no le importa Es un adulto insensible que arranca un peluche de los brazos de un
niño y lo ve llorar. Así es a menudo como se siente el duelo. Algo precioso que
proporcionó seguridad e identidad ha sido arrancado de nuestras manos y sólo nos queda
llorar. ¿Cómo podría Dios interesarse por nosotros y permitir esto?

Si bien el duelo se puede sentir como que el cielo ha tomado despiadadamente como
rehén a alguien o algo que amamos, no debemos olvidar que, en última instancia, no
fuimos hechos para este mundo. La muerte es más como el padre que requiere que el
niño deje su peluche en casa, para que no se pierda en un viaje de muchas tareas
pendientes. Esta imagen implica más propósito en el momento de una muerte de lo que
se pretende, pero su propósito principal es transmitir que el cielo es donde Dios hace que
las cosas buenas sean permanentes en lugar de esconderlas de ti.

A medida que contamos la historia de nuestro sufrimiento, comenzará a revelar lo que


consideramos permanente, seguro y hogareño. La forma en que definimos estas cosas
contribuye en gran medida a determinar si Dios es considerado digno de confianza.
Mientras examinas cómo tu sufrimiento te está tentando a darle sentido a la vida,
reconoce que tus instintos naturales en estos asuntos pueden no servirte de la mejor
manera.

¿Cómo has sido tentado a interpretar tu pérdida como que, "a Dios no le importa"?
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3. Dios no me puede ayudar. Si siento que estoy en peligro y necesito un arma para
protegerme, pero no tienes un arma para ofrecerme, es fácil concluir que no puedes
ayudar. Pero hay muchas otras formas de protección que podrías ofrecer. Sin embargo,
cuanto más convencido estoy de que un arma es mi único medio de protección, menos
rentable veré cualquier interacción adicional contigo.

De manera similar, en nuestro dolor solo queremos que nuestro ser querido regrese o
que el dolor se detenga. Hemos definido "ayuda" (de una manera muy racional, podría
agregar), pero nuestra definición puede cegarnos a otras formas de ayuda que Dios está
proporcionando. Esto no debe interpretarse en el sentido de que la forma de ayuda que
deseamos sea mala, sino que solo nos advierte que no usemos nuestra definición de
ayuda para escribir la historia de nuestra vida como si Dios fuera impotente.

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A medida que contamos la historia de nuestro sufrimiento, también comenzará a revelar
lo que consideramos bueno y beneficioso. La forma en que definamos estas palabras
determinará si vemos a Dios como "por nosotros" y activo en nuestra situación. Resiste
el impulso de reducir esto a una pregunta como "Dios tomó [en blanco], para que yo
aprenda qué..." Eso hace que parezca que la muerte es opcional y que la participación de
Dios se basa en una ecuación matemática que debe equilibrarse. Más bien, comience a
buscar respuestas a una pregunta como: "¿Dónde y cómo puedo encontrar la presencia
de Dios en medio de este sufrimiento?"

¿Cómo has sido tentado a interpretar tu pérdida como: "Dios no puede ayudar"?
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4. Yo merezco esto. Una vez que dejamos de tener a Dios por culpable, intentamos atribuirlo
a nosotros. Podemos hacerlo a través de creencias supersticiosas acerca de que atraemos
las dificultades y es “mala suerte” que nos guste algo o nos acerquemos a alguien. O
podríamos comenzar a establecer conexiones de causa y efecto entre pecados
particulares que hemos cometido y nuestra pérdida.

Este tema es muy tentador porque nos da una sensación de control. Podemos eliminarnos
y eliminar la "mala suerte". Podemos aprender a no pecar de esa manera y, por lo tanto,
no tener que enfrentar el duelo nuevamente. Si bien la carga de la culpa es intensa en
esta historia, el aparente potencial de autoprotección es lo suficientemente grande como
para convertirla en un argumento atractivo.

Sin embargo, no está en nuestro poder cambiar el dolor por la culpa. Uno de los cambios
de tema más destructivos en nuestra historia de sufrimiento es cuando tratamos de
convertirla en una historia de pecado. Cuando hacemos esto, comenzamos a buscar el
perdón de Dios (viéndolo, ahora, en nuestra contra) en lugar del consuelo de Dios. Con el
tiempo, este giro hace que el primer tema (Dios no es bueno) parezca mucho más creíble,
porque nunca podremos agradar a Dios lo suficiente (en este cuarto tema) como para
detener nuestro sufrimiento.

¿Cómo has sido tentado a interpretar tu pérdida como: "Yo merezco esto"?
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5. Las relaciones duelen. Si solo adolezco porque amo, entonces quizás el amor sea el
problema en lugar del dolor. El amor es el caballo de Troya que permite que el dolor entre
en mi mundo, por lo que las relaciones son peligrosas y deben evitarse para evitar que

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este dolor vuelva. Si no logro eliminar el síntoma del dolor, entonces quizás deba atacar
la raíz del amor.

Esta "cura" es realmente peor que la enfermedad. Aunque, esto puede ser difícil de ver
cuando el dolor está impactando tu mundo de todas las formas que hemos discutido en
los primeros tres capítulos. En realidad, las relaciones son parte de la cura. El aislamiento
resulta en más pérdidas que agravarían tu duelo actual. Ese dolor cada vez más intenso,
dentro de este quinto tema, te empujaría aún más hacia el aislamiento. Pronto estarías
viviendo una vida de dolor.

Este tema es probablemente el más verdadero de los siete que examinaremos. Pero toma
una parte de la historia, la parte en la que estás viviendo ahora mismo, y la convierte en
la historia completa. Las relaciones también son sanadoras, enriquecedoras,
santificadoras, agradables y una expresión de la naturaleza de Dios (Trinidad). Cuando
seas propenso a utilizar este tema para interpretar tu historia de sufrimiento, no lo
refutarás, pero puedes colocarlo en contexto.

¿Cómo has sido tentado a interpretar tu pérdida como: "las relaciones duelen"?
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6. La vida no tiene sentido. Si todas las otras formas en las que he pensado están
equivocadas, entonces tal vez no haya una respuesta "correcta". Tal vez me estoy
volviendo loco y alargo mi dolor al perseguir algo que no existe. La gente pasó años
tratando de encontrar la fórmula para crear oro a partir de metales comunes (alquimia)
y eso nunca funcionó. Quizás estoy haciendo lo mismo al tratar de comprender mi
pérdida.

El agotamiento mental y emocional puede hacer que este tema sea muy atractivo. Hay
algo de valor en este tema: nos permite dejar de tratar el dolor como un acertijo que debe
resolverse. El peligro es cuando permitimos que este alivio de resolver un acertijo
introduzca cinismo o desaliento a través del tema "la vida no tiene sentido".

El sufrimiento, por definición, no obedece a la ley de causa y efecto. El sufrimiento


(teológicamente hablando) es cuando experimentamos cosas malas que no son la
consecuencia directa de nuestro pecado. Pero la gran historia de redención de Dios es
más grande que el pecado personal. Toda la creación será redimida y actualmente está
gimiendo por redención (Romanos 8:22). Para evitar los peligros de este tema del
sinsentido, debemos interpretar nuestro sufrimiento en un contexto más amplio que
nuestra vida. Eso es particularmente difícil cuando nuestra vida requiere más de lo que
sentimos que tenemos para dar en el momento.

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¿Cómo has sido tentado a interpretar tu pérdida como: "la vida no tiene sentido"?
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7. El mal gana. Me rindo. El problema es que sigues intentando hacer de esta una historia
con un final feliz, una donde el bien gana. Estaba equivocado. Después de todo, la solución
más simple era la correcta. Había un significado para mi sufrimiento, pero era el
significado que más temía. Toda mi fe y mi esperanza de vida se basaron en la creencia
de que el bien triunfaría sobre el mal. He perdido a más de un ser querido. Me di cuenta
de que estaba viviendo una mentira.

Con este tema pasaríamos del cansancio y el cinismo a la desesperación en toda regla.
Arriba ahora es abajo. Caliente ahora es frío. La esperanza es ahora el fantasma y el miedo
la realidad. Esta es una respuesta común a la muerte. Después de la muerte de Jesús, los
discípulos interpretaron su duelo en la misma historia. Hasta la resurrección de Jesús,
cualquier otra interpretación era solo una promesa y algo que se esperaba que fuera
verdad.

Este tema finalmente nos llevará al corazón mismo de la historia del Evangelio de Dios
por nuestro dolor. Si el mal gana, los otros seis temas son ciertos. Pero Dios no te apresura
a alcanzar esta esperanza. Dios quiere llevarte a él a un ritmo que puedas soportar.
Además de eso, Dios quiere que lamentes tu pérdida sin estos falsos temas, porque Dios
se preocupa por ti y quiere honrar el amor que compartiste con el que perdiste. Por esto
el paso cinco (duelo) precede al paso seis (aprender tu historia del Evangelio).

¿Cómo has sido tentando a interpretar tu pérdida como si "el mal gana"?
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Lee el Salmo 88. Este es el salmo más oscuro de toda la Biblia. Abarca completamente los temas
destructivos descritos anteriormente. Lee las palabras de Paul Tripp mientras describe cómo
podemos encontrar esperanza en el hecho de que Dios inspiró palabras tan oscuras para incluirlas
en las Escrituras.

“El Salmo 88 nos da esperanza en nuestro dolor precisamente porque no tiene esperanza
en él. Significa que Dios comprende la oscuridad que enfrentamos. Él está allí con
nosotros, “una ayuda siempre presente en los problemas” (Salmo 46: 1). El Señor de la
luz es tu amigo en la oscuridad. El Señor de la vida está a tu lado en la muerte. El Señor
de la esperanza es tu compañero en tu desesperación. El Príncipe de Paz te apoya cuando
no se puede encontrar la paz. El Dios de todo consuelo espera fielmente cerca de ti. La

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Fuente de todo gozo está cerca cuando la muerte te ha robado el gozo (p. 5)”. Paul Tripp
en Paul Tripp in Grief: Finding Hope Again (Traducido como: «Duelo: encontrando la
esperanza de nuevo»)

Lee Mateo 15: 32-16: 12. Observa cómo los discípulos interpretan las palabras y acciones de
Jesús (16:7) a la luz de sus experiencias recientes (16:5) en lugar de lo que Jesús estaba haciendo
en sus vidas (15: 32-16: 4). Jesús tuvo que señalar el contexto más amplio de sus vidas para que
pudieran entender sus palabras y acciones (16: 8-11). Sólo entonces pudieron entender (16:12).
El duelo es un momento en que nuestra experiencia reciente domina todo lo demás que Dios ha
estado y está haciendo. Mientras reflexionas sobre cómo estos siete temas distorsionan la
historia mediante la cual le das sentido al sufrimiento, sabes que esta es una experiencia común.
Les sucedió a los doce hombres que pasaron más tiempo con Jesús justo después de que hizo un
milagro. Jesús fue paciente al nutrirlos y Dios será paciente al nutrirte a ti.

Lee Romanos 5: 1-5. Nota que Pablo comienza esta discusión sobre el sufrimiento recordando a
sus lectores la gracia de Dios y las acciones de Dios a través de Cristo para actualizar esa gracia
(refutando los temas 1-3). Luego, Pablo continúa hablando de cómo Dios usa el sufrimiento para
lograr el bien y no debe resultar en vergüenza (refutando los temas 4-7). Pero el hecho de que
Pablo aborde estos temas revela que estas son algunas de las mentiras más comunes que Satanás
usaría para intensificar nuestro sufrimiento. Considere este capítulo como limpiar una herida.
Todavía hay una curación por hacer y eso llevará tiempo. Pero al eliminar estos temas infecciosos
de la herida, estás siguiendo las instrucciones del Gran Médico quien tiene sumo cuidado de
ministrar a sus hijos.

De hechos a temas de la historia

¿Cómo convertimos la experiencia en una historia? La respuesta a esta pregunta es muy personal.
Si bien todos podemos interpretar la vida de acuerdo con temas similares o una combinación de
temas, la forma en que nos movemos de los eventos a la historia puede ser bastante única. Las
historias en sí mismas son tan únicas como nosotros.

En lugar de que yo proponga un modelo de desarrollo de la historia que busque capturar el


proceso de pensamiento de cada persona, sería mejor proporcionar un recorrido guiado e
inductivo de cómo has pasado de la experiencia a la historia. Comienza con el material que
escribiste en el capítulo dos que detalla los hechos cronológicos de tu pérdida.

Marcaste un punto en el que sentiste que los hechos estaban "sin historia". Mira los hechos más
allá de este punto y reflexiona sobre los materiales de este capítulo.

● ¿Cómo has comenzado a darles sentido con los siete temas anteriores?
● ¿Hacia cuál de los siete temas gravitas naturalmente?

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● ¿Esta gravitación es nueva con este dolor o es una tendencia que has tenido durante un
tiempo?
● ¿Cómo han distorsionado estos temas tu interpretación de los nuevos eventos de la vida
que no están directamente relacionados con tu dolor?
● ¿Cómo te han llevado estos temas a reinterpretar eventos pasados a la luz de tu reciente
pérdida?
● ¿Qué frases o pensamientos capturan tus temas preferidos? ¿Con qué frecuencia te las
dices a ti mismo o a los demás?
● ¿Con qué tipo de cosas te encuentras discutiendo naturalmente en las palabras y acciones
de los demás?
● ¿Quién o qué se ha vuelto cada vez menos confiable durante tu duelo?

Al reflexionar sobre estas preguntas, deberías ayudarte a ver cómo te has movido (o te estás
moviendo) de los hechos a la historia. Si no te gusta lo que descubres, no te alarmes. El hecho de
que puedas ver los temas destructivos como "no buenos" significa que los temas destructivos no
tienen lugar de dominio en tu corazón y mente.

Aquí presentamos la lucha del pastor y consejero Bob Kellemen mientras habla sobre la lucha
con los temas de su historia de sufrimiento durante un tiempo de dolor.

“Estaba sobreviviendo de nuevo, sobreviviendo, aunque con cicatrices. Yo no era y nunca volvería
a ser el mismo joven cristiano ingenuo que asumió que si oraba y trabajaba lo suficiente, Dios me
concedería todas mis expectativas. Mi fe no era una fe ingenua; ahora era una fe más profunda,
una fe que podía caminar en la oscuridad (p. 54)”. Bob Kellemen en God’s Healing for Life’s Losses
(Traducido como: «La sanidad de Dios para las pérdidas de la vida»)

Lee Marcos 9: 14-28 (enfoque v. 24). Aquí un padre está luchando con una situación de vida o
muerte para su hijo. En medio de la situación comienza a dudar del poder de Dios (v. 22). El tema
de "Dios no puede ayudar" comienza a interpretar la experiencia del padre. Jesús ve esta
interpretación como el mayor peligro para el padre (v. 23). El padre ora: “Creo, ayuda a mi
incredulidad (v. 24) Esto fue suficiente para desatar el poder de Dios. El padre no podía decir
honestamente que había abandonado por completo el tema destructivo. Jesús no le pidió al
padre que alcanzara este nivel de certeza ni que viviera en negación de su estado emocional. Esto
es todo lo que Dios te pide también. Conoce los temas destructivos que Satanás usaría para
apartarte de pasar tu duelo con esperanza (1 Tesalonicenses 4:13), y cuando sientas que esos
temas emergen, ora: “Creo, ayuda a mi incredulidad ".

Lee Rut 1: 1-22. Este primer capítulo de Rut captura bien lo lejos que hemos llegado en este viaje
de duelo. Noemí ha reconocido los hechos de su pérdida. Ha perdido a su esposo y a sus dos hijos
(v. 1-5). La implicación para ella no fue solo el dolor, sino también la pobreza. Ya sea que su
motivo sea el amor o la autoprotección a través del aislamiento, la respuesta de Noemí es cuidar
de los demás y aislarse (v. 8-9). Empieza a interpretar su experiencia a través del tema de que

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Dios está en su contra (v. 13). Esta interpretación de que incluso quería cambiar su nombre de
Noemí, que significa agradable, a Mara, que significa amargo (v. 20). Si bien no sabe qué ha hecho
mal, cree que esta calamidad debe ser su culpa y que sus circunstancias son el testimonio de Dios
en su contra (v. 21). Vemos que Dios escuchó la historia de sufrimiento de Noemí (o de lo
contrario no estaría registrada en la Palabra de Dios). Podemos ver en el resto de la historia de
Noemí que, si bien sus emociones eran muy reales, las interpretaciones en las que se basaban
eran falsas. Dios no le dio a Noemí otro esposo o hijo, pero Dios trabajó poderosamente para
cuidar a Noemí y Rut, lo que resultaría en la línea familiar del rey David y, en última instancia, de
Jesús.

Estrategia de apoyo (HISTORIA DE SUFRIMIENTO):

Con cada paso, te proporcionaremos preguntas que debes invitar a otra persona para que te haga
abiertamente para que puedan conocerte y alentarte en el proceso de duelo por su pérdida o
dolor.

● ¿Puedo identificar los temas destructivos por los que me siento tentado a dar sentido a
mi pérdida?
● ¿Soy consciente de los tiempos y las formas en que me siento tentado a utilizar esos
temas para distorsionar mis circunstancias?
● Prepárate: ¿Estoy manteniendo el equilibrio en las seis áreas de preparación del capítulo
uno?

Con cada paso, te recomendamos que confíes al menos un elemento nuevo de tu dolor a tu
compañero de apoyo.

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Capítulo 5
«El viaje se trata de algo más que el destino»
Llorar lo doloroso que sucedió y recibir el consuelo de Dios

«Estoy dispuesto a estar de acuerdo con Dios emocionalmente sobre mi pérdida.


Puedo ver que Dios no sólo quiere que lo “supere”
sino que quiere «amarme a través de mi pérdida» (nota la diferencia).
Aceptaré que “Dichosos los que lloran, porque serán consolados”. (Mateo 5:4)
como lo expresó Dios al amarme personalmente a través de este grupo.
Llorar mi sufrimiento con Dios y este grupo me ha cambiado (describe)».

Memoriza: Eclesiastés 7:2-4 (LBLA): «Mejor es ir a una casa de luto que ir a una casa de banquete,
porque aquello es el fin de todo hombre, y al que vive lo hará reflexionar en su corazón. Mejor es
la tristeza que la risa, porque cuando el rostro está triste el corazón puede estar contento. El
corazón de los sabios está en la casa del luto, mientras que el corazón de los necios está en la casa
del placer». Conforme memorizas este pasaje reflexiona sobre estos puntos clave:

• «Mejor»: El luto es mejor porque se ajusta a la ocasión (Eclesiastés 3:1-8) y honra el buen
regalo de Dios que perdiste.
• «Banquete... risa»: Este pasaje no condena el festejo ni la risa (Eclesiastés 7:14).
• «Casa del luto»: El luto siempre golpea la «casa» porque siempre está ligado a las cosas
que amamos.
• «El fin... dilo de corazón»: El luto es un momento en el que recordamos que finalmente
no estamos hechos para este mundo.
• «Por la tristeza... hecha alegría»: La tristeza del luto no se minimiza, sino que se ve como
el camino hacia la alegría honesta y duradera.

Notas de enseñanza

«La muerte es el enemigo de todo lo bueno y bello de la vida. La muerte te hace sentir moralmente
triste y justamente enfadado... Es bíblico tratar la muerte como algo triste y antinatural que es en
realidad... En momentos donde enfrentamos la muerte, los cristianos deberían sentirse más tristes
que cualquier otra persona. Sabemos cómo el pecado trajo la muerte al mundo. No solo lloramos
por el ser querido que hemos perdido, sino que también por el hecho de que la muerte continúa
destruyendo... Dios no te llama a sofocar tu dolor cuando estás destrozado. Él no espera que te
escondas detrás de clichés religiosos y temas teológicos. ¡Dios aprueba tus lágrimas!» Paul Tripp
en Duelo: Encontrando la esperanza de nuevo.

« (En referencia a Juan 11:35) Si supieras que estás a punto de cambiarlo todo, ¿te hundirías en el

52
duelo, trauma y dolor? ¿Por qué Jesús lo haría? Porque es perfecto. Él es perfecto amor. Él no
cerrará su corazón ni siquiera por diez minutos (p. 4)». Tim Keller en «Truth, Tears, Anger, and
Grace» (traducido como «Verdad, lágrimas, enojo y gracia» de El diario de Consejería Bíblica
(Otoño, 2001).

«Todos necesitamos aprender a decir “adiós”, reconocer el dolor que está ahí para poder
eventualmente avanzar a un “hola”. Cuando aprendemos a decir adiós, aprendemos realmente a
decirnos a nosotros mismos y a los demás: Puedes irte. Que Dios esté contigo. Te encomiendo a
Dios. El Dios de fortaleza, valentía, consuelo, esperanza y amor está contigo. El Dios que promete
secar todas las lágrimas te abrazará fuerte y llenará tu vacío. Suéltalo y sé libre para seguir adelante.
No tengas miedo de dar otro paso en tu viaje regreso a casa. Que la bendición de nuestro Dios esté
contigo (p. 7-8)». Joyce Rupp en Praying Our Goodbyes (traducido como «Orando nuestros adiós»).

«Y es así cómo en nuestra tristeza descubrimos un nuevo aspecto del carácter de Dios y llegamos
a una nueva comprensión de quien es Él, que no podríamos haber conocido sin experimentar la
perdida. Dios está familiarizado con el dolor. Él entiende y no está tratando de apresurarnos
durante nuestra tristeza. Él se entristece con nosotros (p. 51)». Nancy Guthrie en Holding on to
Hope (traducido como «Aferrándonos a la esperanza».

Aplicación personal

No importa cuán «limpias» sean nuestras interpretaciones o cuán pura sea nuestra historia, la
tristeza del duelo permanecerá. Dolerá porque alguien preciado ya no está. El duelo (que ha
tomado lugar antes de que lo nombráramos como «paso cinco» y continuará estando hasta el paso
nueve) simplemente reconoce que nunca «dominaremos la tristeza» hasta el punto de que no
duela.

A veces los cristianos creen (o al menos sienten) que cualquier experiencia emocional negativa es
una falta de confianza en Dios o una violación al mandamiento de regocijarse siempre (Filipenses
4:4). Sabemos que esto no es cierto porque el Hijo de Dios libre de pecado, lloró por
la muerte de su buen amigo Lázaro (Juan 11:35). Además del ejemplo de Jesús, tenemos el
mandato de llorar con los que lloran (Romanos 12:15).

En este capítulo, vamos a examinar la tristeza del duelo, la dolorosa sensación de una ausencia
permanente. En este paso, vamos a explorar lo que significa caminar a través de esta tristeza
(Salmo 23:4) en lugar de rodearla o pasar de lejos. De muchas formas, los primeros cuatro capítulos
te han preparado para llorar tu pérdida en su totalidad (tanto los aspectos físicos como simbólicos
de la pérdida) con menos distracciones emocionales de temas poco saludables. Pero incluso el
«duelo limpio» no es un duelo silenciado.

Haz una lista: Desde tu experiencia hasta este punto en tu proceso de duelo, cuáles son los eventos,
personas, sonidos, actividades, escenarios, temas de conversación u otras cosas que han sido
desencadenantes de momentos de tristeza más intensos. Tomarte el tiempo de nombrar estos

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elementos, te ayudarán a prepararte para este capítulo y los materiales para los capítulos siete y
ocho.
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Una celebración a través de las lágrimas

Hay muchas definiciones de duelo, pero aun así añadiré mi propia definición a la lista. El duelo es
la celebración de un buen regalo de parte de Dios expresada por medio de la tristeza, debido a su
ausencia y el dolor que queda por su regreso en el tiempo en que todas las cosas sean restauradas
en la nueva creación.

Pregunta: ¿Qué fue bueno, especial o único en la persona que has perdido y la relación que
compartían?
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Reflexión: ¿Te sientes en la libertad de celebrar esas cosas buenas por medio de las lágrimas? ¿La
tristeza del duelo hace que tu sufrimiento se sienta como algo más que una dolorosa celebración
de lo que Dios te dio por un tiempo? ¿Cómo es que esta mentalidad (celebración a través de la
tristeza) hacia el duelo puede cambiar su perspectiva sobre la experiencia del duelo?
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Pregunta: ¿Qué te impide creer que Dios concuerda contigo y te acompaña en tu duelo?
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Lee Isaías 61:1-4. Israel está de luto por la pérdida de la gran ciudad de Jerusalén y su templo. Nota
que Dios reconoce su dolor como la celebración de algo que fue bueno y está de acuerdo con ellos.
La agenda de Dios incluye restaurarles en el cielo lo que se perdió. Dios no está ofendido por su
duelo. Y envía a Isaías para hacer saber a Israel que los tristes anhelos de sus corazones son buenos
y que Él pretende cumplirlos de tal forma que el duelo no será capaz de volverlos a afectar.
Mientras tanto, las palabras de Dios hacia ellos son palabras de consuelo, no para borrar la
experiencia del duelo, sino para validarla.

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Un retrato similar de este lado del rostro de Dios se puede encontrar en la representación de C.S.
Lewis para Aslan en la serie de las Crónicas de Narnia. En el primer libro de esta serie, El sobrino
del mago, Digory encuentra su camino hacia Narnia en el día que fue creada en busca de la cura
para el cáncer de su madre que estaba a punto de morir. Digory inadvertidamente introduce el
pecado (en forma de bruja) en el nuevo mundo de Narnia y luego se enfrenta a Aslan. La
conversación con el Gran León, que representa a Cristo, pasa de la bruja a la madre agonizante de
Digory.

«”Pero por favor, por favor..., querrás... ¿no puedes darme algo que cure a mi madre?”

Hasta aquel momento sus ojos habían estado puestos en las enormes patas del león y las grandes
zarpas que tenían; pero entonces, en su desesperación, alzó la vista hacia su rostro. Lo que vio lo
sorprendió más que nada en el mundo, pues el rostro leonino estaba inclinado cerca del suyo y -
¡oh, gran maravilla!- había enormes lágrimas brillantes en los ojos del león. Eran tan grandes y
resplandecientes comparadas con las lágrimas de Digory que, por un momento, el niño creyó que
el animal sentía más pena por su madre que él mismo.

“Hijo mío, hijo mío” -dijo Aslan-. “Lo sé. La pena es muy grande. Únicamente tú y yo en este país lo
sabemos por el momento. Vamos a ayudarnos el uno al otro”». C.S. Lewis en El sobrino del mago.

El duelo y el tiempo

El Salmo 13:1 podría ser la oración universal de la gente afligida: « ¿Hasta cuándo, Señor?»
Queremos saber cuánto tiempo tomará o debería tomar. ¿Cuándo terminará? ¿Estoy avanzando?
¿Puedo hacer que esto sea más rápido? ¿Qué pasos tengo que dar para colaborar con el proceso?
Dios, si hay una lección que necesito aprender, por favor dime cuál es para poder terminar con la
tristeza.

Pero entonces podríamos empezar a sentirnos culpables. Puede que no queramos que la tristeza
se vaya porque es todo lo que nos queda de nuestro ser querido. Si nos sintiéramos mejor,
¿significaría que lo amo menos? ¿Deshonraría la relación que compartíamos? ¿La gente pensará
que soy un insensible? ¿Cómo se verá mi vida después de que termine el duelo? Nunca quise ver
mi vida sin mi ser querido. Prefiero no pensar en ello. Tal vez el duelo es mejor que el post duelo.

Es común jugar al ping-pong entre estas dos experiencias. No te estas volviendo loco o perdiendo
la cabeza. Pero por el momento, tu objetivo no es responder a esas preguntas. Tu objetivo es
experimentar honestamente el dolor de esta pérdida y vivir la transición. Involucrarse en la tristeza
de este tiempo sin saber lo que hay al otro lado es una poderosa expresión de fe en el cuidado y
la protección de Dios sobre ti.

Dios no te da una guía de los pasos que debes seguir, Dios se dio a sí mismo. Con esto en mente,
tu objetivo es equilibrar dos cosas mientras estás en duelo: (1) no fijes un tiempo límite para tu
duelo, y (2) date permiso para dejar de llorar sin sentirte culpable.

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Sin límite de tiempo: Si fijas un límite de tiempo para experimentar el duelo, empezarás a hacer
matemáticas emocionales que nunca funcionan. Si me doy dos meses para llorar, entonces debería
estar ¼ terminando en dos semanas, ½ terminando en un mes, y ¾ terminando en seis semanas.
Me gusta eso. Me da algo por lo que trabajar y debería ser capaz de decir dónde estoy en el
proceso. Sin embargo, como verás a continuación, el ir y venir del duelo no cooperará con un
«horario». Si tratas de medir el avance del duelo, el resultado será que siempre sentirás que no lo
estás «haciendo bien» y tu duelo se verá agravado por una sensación de culpa o fracaso.

Permiso para detenerte: Si no te das permiso para detenerte, entonces el alivio desencadenará un
sentimiento de condena. Nunca sentirás como si hubieras estado «lo suficientemente» triste para
honrar a tu ser querido, porque cualquier finalización del duelo se sentirá como una declaración
ofensiva de lo amado o querido que fue. «Suficiente» es una palabra esclavizante cuando se hace
cualquier apelación emocional. Trata de obligarnos a poner un valor finito a un alma eterna.
Además, nos obliga a honrar una relación eterna dentro de los límites de un cuerpo humano finito
que se deteriora por el estrés del dolor.

¿Cuáles son algunas expectativas realistas para el duelo? Siempre y cuando prometas no hacer
ningún cálculo emocional, podemos hablar de eso. El tiempo asignado a continuación viene de la
experiencia en consejería de H. Norman Wright (Experiencing Grief [traducido como
«Experimentando el duelo»], páginas 69-70; sólo texto en negrita). Este esquema se centra en los
complejos efectos emocionales o físicos del duelo.

3 meses - El entumecimiento desaparece: toma un tiempo para que una pérdida importante
se sienta real. Durante este tiempo, el dolor probablemente se sienta fresco al hundirse... de
nuevo. A medida que la realidad se establece en tus emociones puede sentirse muy cíclica o
repetitiva.

6-9 meses - El estrés impacta al sistema inmunológico: El cuerpo aguantará un poco antes de
empezar a mostrar los signos de estrés adicional que soportó durante el tiempo de duelo. El
letargo físico y los descensos emocionales, que vienen con un sistema inmunológico
deprimido, podrían sentirse como un retroceso para cualquier progreso emocional que haya
sido logrado. Este rango de tiempo se verá afectado por tu nivel de salud antes del duelo y
el cuidado de tu cuerpo durante el mismo.

Primer aniversario - La tristeza a menudo regresa al nivel inicial: Habrá muchos


desencadenantes emocionales que traerán de vuelta recuerdos de tu pérdida en esta fecha
del calendario. La magnitud de ser bombardeado por estos detonadores toma a mucha
gente por sorpresa. Si este es un momento intenso para ti, no debería ser considerado un
«retroceso».

18 meses – Episodios de «Baches de duelo»: Durante este tiempo es común que los tiempos
de paz se vean interrumpidos por episodios de dolor. A menudo estos baches tienen claros
desencadenantes (una fecha especial, alguien cuenta una historia sobre su ser querido, etc…)

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pero también pueden incluir recuerdos no provocados acompañados de tristeza. Siempre y
cuando no te aísles socialmente, no experimentes problemas de sueño, ni evites
responsabilidades, estos «baches» deben ser considerados como normales y como parte de
un duelo saludable.

2 años - Recuperación total de una muerte natural: Una muerte natural es el fallecimiento de
alguien que se encontraba en un punto esperado del ciclo de vida de manera que se
considera común (un niño que pierde a un abuelo, un adulto que pierde a un padre, o una
persona mayor que pierde a un hermano o amigo). La «recuperación total» no es la ausencia
de tristeza, sino la capacidad de controlar tus emociones (en lugar de que tus emociones te
controlen a ti) y disfrutar de los recuerdos de tu ser querido. Esto se definirá mejor en los
capítulos siete y ocho.

3 años - Recuperación total por una muerte traumática o atípica: Una muerte atípica implica
la muerte de alguien en un punto inesperado del ciclo de vida (un niño [nacido o no nacido]
o un adulto «en la flor de la vida»). La muerte traumática implica una manera de morir que
podría incluir un accidente de automóvil, un asesinato, un suicidio, un accidente extraño y
causas de muerte similares. El plazo para la recuperación de una muerte traumática o atípica
puede variar ampliamente y la orientación adicional de un consejero o un grupo de apoyo
suele ser beneficiosa.

Al reflexionar sobre estas directrices generales sobre el duelo, no caigas en la tentación de pensar
que puedes «esperar» o dejar que «el dolor se desvanezca» por sí solo. Aislarse durante este
tiempo sólo alargaría y exacerbaría la experiencia. Tu grupo pequeño de la iglesia debería ser un
lugar donde puedes encontrar aliento y apoyo durante este tiempo. Hemos incluido el Apéndice C
para orientar a los grupos pequeños sobre cómo cuidarse unos a otros durante todo el proceso del
duelo.

Lee Eclesiastés 3:1-8. Toma nota de la cantidad de cosas que hay en «un tiempo para» en este
pasaje que se relaciona con este tiempo o con el luto en tu vida: morir (v. 2), sanar (v. 3), llorar (v.
4), lamentarse (v. 4), abrazar (v. 5), perder (v. 6) y amar (v. 8). Las Escrituras no buscan apresurar
ninguna de estas experiencias, sino que dicen que cada uno tiene y - por inferencia - debería tener
su tiempo. Mientras lloras, incluso cuando miras este proceso que puede ser más largo de lo que
esperabas, debes saber que tu Padre es paciente contigo en este viaje. Nota también que las cosas
nombradas arriba no excluyen otras (aparentemente contrarias) de la lista: plantar (v. 2), construir
(v. 3), reír (v. 4) y bailar (v. 4). El luto puede ser largo, pero no necesariamente crónico.

El duelo y la despedida

Queremos tener un cierre, pero no queremos decir adiós. Este es otro aspecto del «estira y afloja»
emocional que se da comúnmente en el proceso del duelo. Esta tensión a menudo se agrava por
las palabras que solemos usar para describir el «progreso» en el proceso de duelo. Estas frases con
demasiada frecuencia pueden parecer irrespetuosas con nuestro ser querido o condescendientes
con nuestra experiencia: «seguir adelante», «superarlo» o «dejar el pasado atrás».

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Si el lenguaje que usamos para describir el «progreso» en el duelo no honra a nuestro ser querido,
entonces resistiremos el duelo o nos sentiremos culpables por el mismo. El lenguaje histórico que
hemos usado para describir el duelo permite una palabrería más honrosa para describir el
progreso. A medida que progresamos, estamos simplemente escribiendo el siguiente capítulo de
nuestras vidas. Estos nuevos capítulos serán más enriquecedores y significativos como resultado
de la presencia de nuestro ser querido en nuestra vida. Nadie ha sido borrado de la historia, pero
hay «páginas» y propósitos aún que necesitan ser cumplidos.

Puede que todavía sea difícil hacer esta transición. Algo que mucha gente ha encontrado útil es
escribir una carta de despedida. Una carta pueda capturar muchos de los matices de
conversaciones que disfrutaste en la relación y permitirte hablar del pasado, presente y futuro. La
siguiente carta es una versión extendida de un ejemplo de carta escrita por H. Norman Wright en
Experiencing Grief (páginas 73-74).

Querido (a) (nombre),

Esta es una carta extraña. Nunca planeé escribirte después de tu muerte. Nunca pensé
que te irías. Hay muchas cosas que nunca planeé hacer, y que ahora estoy aprendiendo a
hacer. Estoy seguro de que estás orgulloso (a). Pero tu partida ha dejado un doloroso
hueco en mi vida. No me gusta el sentimiento vacío del duelo que tengo dentro.

Te extraño. Extraño todo, tu voz, tu presencia, tu risa, la forma en que levantabas las cejas,
tu terquedad. ¿Sabes qué extraño también? Tus sueños en voz alta. Extraño nuestros
sueños y el futuro que ya no tendremos juntos. Me siento engañado (a). No era tu tiempo
para morir o no era el momento en que pensé que debías hacerlo. Estoy teniendo que
aprender a mirar el calendario de nuevo. Es difícil mirar hacia adelante y no sólo contar
cuántos días o meses han pasado.

He llorado baldes de lágrimas por ti. Lloré por mí y me enfurecí contigo y con Dios,
conmigo y con todos los que aún tienen a alguien. He querido que vengas conmigo y me
gustaría poder ir contigo. No me gusta estar solo (a). Ay, sé que hay otros alrededor, ¡pero
ellos no son tú! Todavía estoy aceptando que disfrutar de los demás no te reemplaza. Casi
me siento culpable por los momentos en que no te extraño activamente y sé que no es lo
que te gustaría.

Han pasado meses, ya me he estabilizado. Estoy aprendiendo a descansar con la


esperanza de que algún día nos volveremos a ver. Estoy dando un gran paso ahora, dando
pasos de bebé para abrazar el siguiente capítulo de mi vida. Me siento extraño (a)
diciéndote esto, pero te fuiste, te separaron de mí, pero me he estado aferrando a ti.
Ahora te dejo ir para comenzar a vivir de nuevo.

Me queda nuestra historia, recuerdos juntos y una vida increíble gracias a ti. Me
bendijiste, tan bien que de hecho es difícil disfrutar de esas bendiciones sin ti. Gracias. Te

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estoy dejando ir, pero nunca te dejaré. Eres una parte de mí. Tendré que dejarte ir muchas
veces más. Lo sé. Te extraño. Te amo. Nunca te olvidaré.

Con amor,
(Nombre)

Notas sobre las cartas de despedida: Es importante no perder tu voz cuando se escribe una carta
de este tipo. El ejemplo anterior se da sólo como una muestra de algo que pocos de nosotros
hemos leído o escrito. Mientras escribes una carta de despedida (si decides que es beneficioso
para tu proceso de duelo), piensa en los tres tiempos siguientes. Cada tiempo viene con preguntas
que no pretenden ser exhaustivas.

• Pasado: ¿Qué es lo que no pudiste decir o conversar que quieras poner en palabras? ¿Qué
es lo que extrañas y quieres ser capaz de afirmar una última vez? ¿De qué te das cuenta
sobre el pasado que no te ha «cuadrado» completamente hasta ahora?

• Presente: ¿Cuáles son los desafíos que estás enfrentando? ¿Qué tienes que aprender a
hacer? ¿Qué partes de la vida estás viendo de manera diferente en su ausencia? ¿En qué
forma es diferente la vida?

• Futuro: ¿Qué sueños a futuro estás lamentando? ¿Qué emociones, aparte de la tristeza,
experimentas cuando planeas algo sin esa persona en tu vida? ¿Cómo el tiempo que
pasaron juntos hace que tu futuro sea más enriquecedor y una vida más agradable?

Lee Hechos 20:36-38. Pablo era particularmente cercano a la iglesia de Éfeso. En estos versículos
vemos la despedida con lágrimas cuando todos los involucrados asumieron que Pablo se iba para
luego ser martirizado. Vemos que las Escrituras hablan de la profunda tristeza que viene con la
partida terrenal, «Y comenzaron a llorar desconsoladamente, y abrazando a Pablo, lo besaban,
afligidos especialmente por la palabra que había dicho de que ya no volverían a ver su rostro. Y lo
acompañaron hasta el barco. (vs. 37-38 LBLA)». Nadie en esta interacción trató de contener la
tristeza «porque las almas perdidas de los hombres y el cielo valen cualquier sacrificio». No
dudaron de esta verdad. Pero estaban perdiendo la dulzura de una querida y profunda amistad.
Duele. Las lágrimas fueron la mejor manera de celebrar la abundante bendición de Dios que estaba
a punto de ser disfrutada por última vez a este lado de la eternidad.

«El principio es simple; cuando las palabras son por demás vacías, las lágrimas son más
oportunas» Max Lucado en Con razón lo llaman el Salvador.

El duelo y el consuelo

Mucha gente se resiste al luto porque se preguntan: « ¿Qué sentido tiene? ¿De qué servirá? No
me devolverá a mi ser querido y es doloroso. ¿Por qué tendría que hacerlo?» Estas son preguntas

59
honestas y si no las respondemos, el duelo puede parecer un ejercicio sádico (tratando de obtener
placer o alivio a través de la imposición del dolor).

Cualquier evaluación honesta del duelo reconocerá que el consuelo del luto no resulta en la
eliminación del dolor o la pena. El consuelo en medio del duelo no significa sacarnos del contexto
de nuestro dolor. Nuestro ser querido se ha ido y nosotros aún deseamos que no lo hubiera hecho.
Más bien el consuelo implica que Dios se planta en medio del contexto de nuestro dolor para
darnos esperanza y para una completa redención de todas las cosas, como lo ha prometido.

«El consuelo experimenta la presencia de Dios en medio del sufrimiento, una presencia que
me da poder para sobrevivir a las cicatrices y planta la semilla de la esperanza de que aún
puedo salir adelante (p. 53)». Bob Kellemen en God’s Healing for Life’s Losses (traducido
como «La sanidad de Dios en las pérdidas»).

El duelo es una transición y un amortiguador necesarios entre (A) entender nuestra pérdida en
términos de un sufrimiento exclusivo en la historia de una tragedia y (B) comenzar a entender
nuestra pérdida a través de la historia redentora de Dios. Si tratamos de hacer esta transición sin
permitir que nuestras emociones resuenen con la pérdida real, sería una forma espiritualizada de
negación o el cambio se produciría a un ritmo en el que la recuperación haría tanto daño como la
pérdida. El tiempo en sí no cura todas las heridas, sin embargo, es un elemento importante en la
recuperación de cualquier pérdida significativa.

Es a través de la experiencia del duelo que podemos ver cómo Dios se preocupa por nosotros. Sin
este paso sería fácil pensar que Dios sólo le importa que mejoremos en lugar de darnos cuenta de
que Dios se preocupa por nosotros personalmente. Un entrenador quiere que un atleta lesionado
«mejore» para que pueda volver al campo de juego y así ayudar al equipo. Un padre quiere que su
hijo mejore porque lo ama. Para el entrenador, la velocidad es esencial. Para el padre, lo mejor
para su hijo es su principal preocupación. Dios es un Padre amoroso que concede el tiempo
necesario para que nuestro proceso de dolor se complete.

Por lo tanto, el duelo no es principalmente una actividad que trae consuelo (como si el duelo fuera
una habilidad que se pueda dominar o un paso a cumplir), sino más bien la libertad de llorar es la
que trae consuelo. En esta libertad de llorar, llegamos a un punto en el que estamos dispuestos a
liberar a nuestro ser querido, así como a nosotros mismos, al cuidado de nuestro Padre que ha
demostrado su fiabilidad en la forma en que respondió (y está respondiendo) a nuestro dolor.

Bob Kellemen nos ayuda a entender mejor esta idea de consuelo al examinar la historia de la
palabra «consuelo». Al leer «otro», primero piensa en Dios y luego en las personas de tu grupo
pequeño, iglesia y otros amigos.

«Consuelo» significaba originalmente co-fortaleza, ser fortalecido por la fuerza de otro. Ser
animado, ánimo vertido en ti desde una fuente externa. Esa fuente externa es Cristo y el
Cuerpo de Cristo (p. 53)». Bob Kellemen en God's Healing for Life's Losses.

60
Las citas a continuación muestran más aspectos del duelo, sus beneficios y cómo la participación
de otros es importante para experimentar los efectos restauradores del duelo. Úsalas para
reflexionar más sobre la importancia del luto en tu proceso de duelo y te ayudarán a identificar a
otras personas que sería bueno involucrar en esta parte de tu proceso.

«Una de las cosas más importantes que podemos hacer es simplemente estar allí. Nuestra
presencia habla más fuerte que las palabras. Hay dos cosas que necesitamos llevar con
nosotros cada vez que vayamos: esperanza y un corazón tierno y atento. Sentarse en silencio
con ellos es más reconfortante que predicarles sermones (p. 43)». Deborah Howard en
Sunsets (traducido como «Ocasos»)

«El silencio cubre las heridas antes de que se haya producido la limpieza (p. 14)». H. Norman
Wright en Experiencing Grief.

«Debido a que el duelo es un evento social, no puede ser resuelto de forma aislada. Los que
sufren deben estar dispuestos a arriesgarse a compartir su dolor y los que ministran deben
estar dispuestos a arriesgarse a la incomodidad de estar presentes en esos momentos (pág.
520)». J.A. Larsen en «duelo» de Baker Encyclopedia of Psychology & Counseling (traducido
como «Enciclopledia de la psicología y consejería Backer») editada por David Benner y Peter
C. Hill.

«Estamos aquí no sólo para llorar, sino para restregar esperanza y amor en nuestras lágrimas
(p. 2)». Tim Keller en «Truth, Tears, Anger, and Grace» de El diario de la Consejería Bíblica
(otoño 2001).

Enfoque de ánimo (DUELO):

En cada paso tendrás preguntas y debes invitar a otra persona para que te las haga abiertamente
así pueda estar en conocimiento y te anime en el proceso de duelo por tu pérdida o tristeza.

• ¿He resistido el impulso de ver el duelo negativamente como un signo de debilidad o falta de
confianza en Dios?
• ¿Tengo expectativas realistas para el duelo: evito la presión del tiempo o la culpa por el alivio del
duelo?
• Prepárate: ¿Mantengo el equilibrio en las seis áreas de preparación del capítulo uno?

Te aconsejamos que en cada paso confíes al menos un nuevo elemento de tu duelo a tu


compañero de ánimo.

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• _______________________________________________________________________

61
Capítulo 6.
“Mi historia de pérdida en Su historia”.

Conoce mi historia de Evangelio, mediante la cual Dios da significado a mi


experiencia.

“Ya les he contado como la pérdida dio forma a mi vida [revisa el paso 4].
Dejar ir esa historia, identidad y creencias me dejó solamente a Dios.
Fue algo bueno el empezar a reconstruir mi vida desde esta base sólida.
Ahora estoy comenzando a entender mi vida con Dios y El Evangelio en el centro
[ejemplos de la lista anterior reinterpretados].”

Memoriza: Juan 11:23-27 (RVR), “Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que
resucitará en la resurrección, en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el
que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá
eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios,
que has venido al mundo.” En tanto memorices este pasaje reflexiona en los siguientes puntos
clave:

• “Yo sé…día postrero” – Lo que Marta creía acerca de Jesús parecía muy lejano de donde
ella estaba en ese momento.
• “Yo soy” – Lo que Jesús ofrecía a Marta era a Sí mismo. No había respuesta fuera de Él para
dar significado al sufrimiento.
• “¿Crees esto?” – Nuestra historia de sufrimiento empieza a ser reinterpretada en cuanto
comprendemos a Jesús más profundamente.
• “Yo he creído” – Marta no se resistía a creer, sin embargo, su experiencia de duelo
continuaba… pero con esperanza.
• “Que has venido” – Aún en la primera venida de Jesús su solución para el duelo fue sólo
“asegurada” pero aún no llevada a cabo.

Notas de Enseñanza
“Al punto que este registro fue una defensa contra el colapso total, una válvula de seguridad ha
hecho algo de bien… Pensé que podía describir un estado; hacer un mapa del lamento. Sin
embargo, el lamento resulta ser no un estado sino un proceso. No necesita un mapa sino una
historia (p. 68-69).” C.S. Lewis en Una pena en observación.
“Cada vez que alguien muere, me recuerda a esos observando que el trabajo de Dios aún no está
completo. Debido al pecado, la muerte entró en el mundo. Solo cuando el pecado sea derrotado
la muerte dejará de ser parte de la ecuación… Mientras te lamentas, conoce esto: El que se
lamenta contigo no está contento con que las cosas se queden como están. Su muerte fue un
llanto y Su resurrección una promesa. El Cristo viviente continuará ejerciendo Su poder y no te
lamentarás más.” Paul Tripp en El dolor de la pérdida: Cómo recuperar la esperanza.

62
“La muerte es, de hecho, lo que algunas personas modernas llaman ‘ambivalente’. Es la mayor
arma de Satanás y también de Dios: es santa y no santa; nuestra desgracia suprema y nuestra
única esperanza; lo que Cristo vino a conquistar y el medio por el cual Él conquistó (p.125).” C.S.
Lewis en Miracles («traducido como Milagros»).
“Esto es lo que amo de los Salmos. Ponen la dificultad y la esperanza juntas en la tensión de
sufrimiento y gracia que es la vida de todos de este lado de la eternidad. No es difícil reconocer la
atmosfera de los Salmos. Los Salmos viven en tu ciudad, en tu calle, en tu familia. Los Salmos
cuentan tu historia. Es una historia de esperanza y desilusión, de necesidad y providencia, de
miedo y misterio, de lucha y descanso, y el amor ilimitado de Dios y sublime gracia (p.7).”. Paul
Tripp en A Shelter in the Time of Storm («traducido como Un refugio en el tiempo de tormenta»).
“¿Por qué Dios no nos dice más sobre el cielo? Los niños en el taller concluyeron, ‘¡Es una
sorpresa!’. Entonces conversamos sobre la fiesta sorpresa que Él está preparando para quienes Lo
aman. Jason recibió su invitación antes que nosotros. Pero estamos invitados siempre que
tengamos a Jesús en nuestros corazones. Él nos dirá cuando sea nuestro turno de venir a la fiesta.”.
Judy Blore en “How to Help a Grieving Child (p.30)” de The Journal of Biblical Counseling, (Winter
1998). («traducido como El diario de consejería bíblica»).

Aplicación Personal
Hay dos narrativas compitiendo para nuestro duelo: la de Dios y la de Satanás. Cada experiencia
se somete a una interpretación. Nuestra interpretación del duelo influenciará cómo entendemos
los eventos pasados, presentes y futuros. Se reinterpreta el pasado cuando pensamos cosas como,
“Tal vez Dios no es quien pensé que era. Tal vez la vida no funciona de la forma como pensé. Si
tuviera [espacio] para repetirlo, lo haría diferente”. Reinterpreta el futuro en cuanto aplicamos lo
que aprendemos (con precisión o no) de nuestra experiencia de duelo para tomar decisiones
“sabias” o “con sentido común”.
Sin embargo, mientras entramos en este capítulo, debemos tener el cuidado de entender lo que
estamos buscando lograr. Cuestionar interpretaciones erróneas del duelo no hará que termine o
que pierda fuerza. En este caso las “respuestas” correctas no necesariamente resultarán en
emociones placenteras de liberación y gozo. Permitirá que un duelo apropiado previniendo así
que tu pérdida se vuelva un punto de entrada para mentiras fundamentales que cambien tu
identidad, definición de seguridad o sentido de propósito en formas no saludables. Estos son
cambios que resultarían en una disrupción residual de la vida después que el lamento del duelo
haya pasado.
En este capítulo veremos cinco preguntas que forman nuestra historia de sufrimiento: ¿quién
soy?, ¿quién es Dios?, ¿qué es la muerte?, ¿vale la pena el duelo por el amor? y ¿para qué estoy
viviendo? Las veremos a la luz del duelo. Nuestro objetivo no es proveer una detallada respuesta
teológica sino un marco de trabajo fundamental para una compresión saludable del duelo.

¿Quién soy?
La unión entre el duelo y la identidad ya ha sido referida muchas veces en este estudio. En este
punto, apenas hemos establecido que nuestro sentido de identidad cambia durante el proceso de
duelo. Estos tres puntos son una continuación de las reflexiones sobre la identidad de capítulos

63
anteriores. Aquí deberías empezar a entender estos cambios en identidad como una parte del
propósito redentor de Dios en tu vida (Filipenses 1:6).
Temporal
Somos criaturas eternas en un mundo temporal. Fuimos hechos para el Cielo y para vivir en la
tierra. Por esto, nuestra vida en la tierra va a concluir. Dedicamos tanto a vivir (literalmente, todo
lo que tenemos) que es fácil olvidar esto. La muerte capta nuestra atención y causa que la miremos
desde nuestros afanes. Cuando el hecho de que la vida tiene un fin se vuelve una realidad para
nosotros, esto cambia la forma en que interpretamos el punto medio (donde estamos ahora). Este
sobresalto no es malo, pero puede inquietarnos.
Lee el Salmo 39:4-7. Nota que David está preguntando por la perspectiva que el duelo impone.
David quiere la sabiduría que viene con darse cuenta de que las cargas y presiones del mundo no
son su realidad última o lugar de descanso final. Podemos ver en los versículos 2-3 que el saber
esto le dio una perspectiva más saludable del enojo e igualmente en el versículo 6 para el dinero.
Pero lo principal que esta perspectiva hizo para David fue recordarle que las personas eternas en
un mundo temporal deben poner su esperanza en un Dios eterno (v. 7).
Pregunta: ¿Cómo la experiencia del duelo te forzó a enfrentar la naturaleza temporal de la vida y
qué cambios está provocando en tus decisiones de vida o valores?
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Cambiando Relacionalmente
Las relaciones vienen con roles. Los roles impactan la identidad, dan forma a las decisiones,
afectan otras relaciones e influencian los ritmos de la vida. La muerte interrumpe todo esto. Aún
tenemos la misma misión general de vida (conocer a Dios y deleitarnos en Él, amar a Dios y a otros,
etc.) pero uno o más de los receptores o contextos más frecuentes de esa misión están ausentes.
Cómo respondemos a estos cambios será uno de los impactos más constantes en nuestro duelo.
Lea 1 Corintios 12:12-26. Este pasaje soporta la idea que las relaciones forman nuestra identidad.
Indirectamente, este pasaje también cuestiona una tendencia que todos tenemos – esperar que
una persona sea todo el Cuerpo de Cristo para nosotros. Esto es especialmente tentador con los
cónyuges, padres o hijos. No es acertado pensar que Dios se lleva a alguien porque tal vez hemos
dependido más de ellos. Sin embargo, aún sin una sobre dependencia en alguien para nuestra
identidad y soporte emocional, cuando perdemos una figura importante en nuestra vida, la
necesidad de tener una relación con el mayor Cuerpo de Cristo es importante para poder
mantenernos estables.
Pregunta: ¿Cómo ha cambiado tu pérdida tus relaciones? ¿De qué forma estás buscando el Cuerpo
de Cristo como el lugar que Dios designa para ministrarte y eventualmente sanar el vacío?
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Bajo la maldición del pecado
La consecuencia del pecado es la muerte (Génesis 3:3, Romanos. 6:23). Pero el impacto de esta
verdad va más allá de la muerte personal por el pecado personal. Mientras que esta verdad
técnicamente contesta la pregunta “¿Por qué me sucede esto?”, sólo reforma la pregunta a “¿Por
qué nos sucede esto?”. El duelo es una experiencia intensamente personal en todas las formas

64
que hemos explorado. Sin embargo, la muerte no es personal en el sentido de que selecciona
favoritos o ciertos individuos. Cuando personalizamos la muerte se vuelve un dilema intelectual y
emocional por resolver, en lugar del enemigo que Dios conquista por nosotros.
Cuando consideramos los efectos del pecado en el mundo durante un tiempo de duelo, es fácil
percibir un sentido de condenación. Pero sin una comprensión de la Caída, la muerte no hace
sentido. No habría ninguna razón por la que la gente debería morir. Mientras consideras esta parte
de cómo el evangelio hace sentido del duelo, permite que las palabras de james Petty te protejan
de personalizar esta verdad (duelo como un efecto secundario de la maldición del pecado) en una
forma destructiva.
“Si bien puede ser difícil asimilar esta fuerte medicina para el orgullo humano, no debe ser
abrumador cuando usamos la doctrina dentro del propósito pastoral para el que fue
revelada. Debo decir nuevamente que las verdades teológicas, sin importar cuán bíblicas,
deben ser usadas de una forma bíblica. No hay balas que podamos disparar en cualquier
dirección sino sólo en la dirección revelada por la Escritura (p.69).”. James C. Petty en Step
by Step («traducido como Paso a Paso»).
Lee Romanos 8:18.25. Al estar en duelo experimentamos la maldición del pecado, no como un
pecador experimentando consecuencias personales, sino como la creación protestando contra los
efectos de la Caída. ¡Nuestras protestas están de acuerdo con Dios de que la muerte está mal!
Nuestro duelo es un “anhelo” de la redención de Dios de todas las cosas (v. 19). Sentimos la
sujeción involuntaria a lo inútil (v. 20). Sentimos los dolores intensos de anticipar la nueva vida por
venir (v. 22). En el duelo, vemos que la vida presenta un problema que más de lo que podemos
resolver por nuestra cuenta.
Pregunta: ¿Cómo el dolerte frente al duelo te ha llevado a ver la necesidad de una solución del
tamaño de la muerte de Jesús en una cruz, para resolver el predicamento de un mundo marcado
por el pecado?
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¿Quién es Dios?
El duelo levanta muchas preguntas sobre Dios. Vemos nuestra necesidad de Dios y aspectos de
la relevancia de Dios en nuestra vida en formas únicas cuando la muerte ingresa a nuestro
mundo. Simples verdades como “Dios es amor” toman un más profundo, aunque también más
doloroso, significado cuando consideramos a la muerte. También llegamos a ver la relevancia
práctica de la trascendencia de Dios (siendo único entre nosotros) y la encarnación mientras
buscamos un sentido al duelo.
Amoroso
Es importante recordar que somos hijos de Dios (1 Juan 3:1-2), y nosotros, como todos los hijos,
estamos madurando hacia lo que fuimos hechos para ser. A los hijos no les gusta soltar cosas a
las que le han tomado cariño (una cobija, un peluche, una prenda especial). Pero debido al amor,
los padres están dispuestos a sobrellevar el duelo de sus hijos y requieren que suelten estas
cosas. Particularmente las cosas especiales se colocan en una posición de honor, por ej.
enmarcadas. Similarmente, no fuimos hechos para este mundo, así que en amor Dios coloca a
nuestros seres amados en el lugar de nuestra total madurez y residencia eterna – el Cielo.

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“Nuestro llamado al sufrimiento viene de un Dios tierno más allá de lo que se pueda
describir. Si no nos aferramos a esto durante los peores momentos, interpretaremos
todo de forma incorrecta y llegaremos a odiarlo… Dios debe estar en centro de todo.
Debe estar en el centro de nuestro sufrimiento. Lo que, es más, debe ser nuestro Papito.
Personal y compasivo. Este es nuestro llanto. Dios, como un padre, no sólo da consejo. Él
se da a Sí mismo… Conocer a Dios es ser libre de la incesante necesidad de entender
exactamente lo que está haciendo antes de poner nuestra confianza en Él… Yo Lo
encontré después de dejar ir lo que pensé que debería ser.”. Joni Eareckson Tada &
Steven Estes en Cuando Dios llora.
Lee 1 Tesalonicenses 4:13-18. Pablo está animando a los que están en duelo (v. 18). Él lo hace
demostrando que el último acto de amor de Jesús es el medio por el cual Dios restaura lo que
está roto (v. 14). El intervalo entre la partida de nuestro ser querido y nuestra futura reunión no
niega el amor de Dios. Es doloroso y es por eso que Pablo usa la palabra “animar” en el tiempo
presente (representando acción continua) imperativo (una orden representando necesidad).
Dios sabía que el intervalo iba a ser doloroso y proveyó Su Cuerpo – la iglesia – para dar amor
durante ese tiempo. De la misma forma que un padre sabe lo que es renunciar a una cobija
especial será duro, buscará formas de consolar a su hijo en el proceso.
Pregunta: La iglesia (ni nadie más) reemplazará jamás tu ser amado, pero ¿cómo has visto el
amor de Dios mostrado a ti a través de Su iglesia o de otras maneras?
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Fuera del tiempo


A menudo luchamos en comprender a Dios como un pescado lucha en comprender un pájaro. El
pescado existe dentro del agua y es limitado por esta. Un pájaro no conoce estos límites. Nosotros
existimos dentro del tiempo y estamos limitados por el tiempo. Dios no conoce estos límites. A
veces luchamos en ver a Dios como amoroso porque Él vive libre del tiempo. Vivimos como si este
momento es todo lo que hay. Dios vive en la realidad completa de nuestra reunión con el ser
amado.
Lee Apocalipsis 1:8, 21:6 y 22:13. Nota el mensaje repetido. Dios es el principio y el fin. Él no está
limitado o medido por nada. Esta es la única forma que Dios pudo inspirar la escritura del
Apocalipsis. Hay esperanza en esto. Podemos sentir que nos ahogamos en las aguas del duelo,
pero Dios no es un salvavidas que tiene que nadar a nuestro rescate. Sus pies siempre tocan el
fondo y, por esto, Él puede llevarnos a través de cualquier prueba. Podríamos sentirnos
abrumados por el tiempo sin nuestro ser amado, pero Dios está experimentando la certeza de
nuestra reunión mientras lees estas palabras. Tu historia tiene un final seguro y un Autor fiel.
Pregunta: ¿Cómo traen consuelo estas verdades en medio de tu duelo?
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De encarnación
Cuando Jesús se hizo carne, Él no sólo entró en nuestro mundo, Él también entró en el tiempo.
Jesús une la brecha de todo lo que hacía parecer a Dios distante en la reflexión anterior. Dios no

66
sólo ve tu reunión. Jesús escogió ponerte en tus zapatos. Jesús lloró (Juan 11:35). Jesús pidió un
milagro que no sucedió (Mat. 27:45-46). Jesús no nos redimió manteniéndose distante. Jesús tomó
de lleno la experiencia humana (no sólo el pecado sino el sufrimiento del duelo) para que
supiéramos que Él puede “salvar hasta lo más extremo” y puede interceder por nosotros con
conocimiento exacto de nuestra experiencia (Hebreos 7:25).
“Sólo el Cristianismo nos dice que Dios ha sufrido (p.8)”. Tim Keller en “Truth, Tears, Anger,
and Grace” del Journal of Biblical Counseling (Fall 2001) (bíblica «traducido como El diario
de consejería bíblica»).).
Lee Hebreos 2:14-18. Jesús se hizo carne para batallar con la muerte. Él peleó con la muerte en su
propio territorio. Jesús no sólo conquistó la muerte como castigo por nuestro pecado. Al hacerse
carne Jesús se hizo como nosotros “en cada aspecto (v.17)” que incluiría conocer el “miedo a la
muerte” (v. 15). La angustia que sientes al enfrentar la muerte de un ser amado es una prueba
grande. Jesús se hizo humano para poder empatizar contigo (v. 18). Sólo Dios pudo estar tanto
suficientemente fuera de tu experiencia para dar certeza de su resolución, como lo
suficientemente dentro para ofrecerte compresión y Su presencia personal.
Pregunta: ¿Qué tan frecuente te preguntas si alguien puede simpatizar con tu experiencia de
duelo? ¿Qué consuelo te da el saber que Dios está “dentro tuyo” en tu experiencia y ha pasado
por toda la experiencia humana de sufrimiento, incluyendo el duelo?
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¿Qué es la muerte?
Hasta que enfrentamos el duelo, la muerte puede ser un pensamiento como “el fin” o lo que queda
después que todo se acabe. Podemos tener contentamiento en entender la muerte como
entendemos la plomería interna (asumiendo que no eres plomero). Pero una vez la muerte causa
que el duelo inunde nuestra sala, tenemos que saber más que sólo “está ahí”. Tenemos que hacer
sentido de ella de manera que nos ayude a aliviar la crisis en la que estamos. En esta etapa de tu
proceso, estas reflexiones deberían ayudarte a empezar a incorporar tu pérdida a tu historia de
una forma saludable y que honre a Dios.
Real
Las películas transaccionan lentamente a una pantalla negra con música suave cuando se acaban.
La mayoría de ellas (las buenas al menos) llegan a un clímax y luego a un final con todas las tramas
resueltas. La muerte es más real que esto. A menudo no hay una transición sino una intrusión
abrupta. Antes del duelo, la muerte parecía una realidad hipotética distante y mansa. Después del
duelo, la muerte parece salvaje, cercana y posible.
Después del duelo nuestra visión del mundo es más real. En lo que debemos aprender a descansar
es que nuestra protección se encuentra en Dios y el Evangelio más que en un futuro predecible.
Para alguien en apuros financieros, un problema con el automóvil puede parecer el borde de la
bancarrota. Después del duelo la vida se puede sentir igualmente fuera de control debido a la
inminente realidad de la muerte. A la luz de esto debemos aprender a apoyarnos en la protección
de Dios en una forma en la que en nuestra inocencia nunca lo habíamos hecho (lo cual no es algo
malo).

67
Lee Hechos 17:24-28. Nota como Pablo articula la realidad y cercanía de Dios en este pasaje como
contraste a nuestra experiencia frecuente – buscando nuestro camino hacia Dios en la oscuridad
tratando de encontrarlo (v. 26). A pesar de nuestra experiencia, nos movemos, vivimos y tenemos
nuestro ser en Dios (v. 27). Es Dios quien nos da aliento (v. 25) y la muerte no es más fuerte que
Él para quitarnos este aliento ni lo escurridiza para quitarlo sin que Dios sepa. Dios es más real que
la muerte de la misma forma que los diamantes son más reales que la tiza. Cuando la muerte no
sea más, Dios aún será. Durante nuestro duelo la tentación es pensar lo contrario – que la muerte
es más real que Dios.
Pregunta: ¿Cómo el duelo ha hecho a la muerte más real y ha hecho más necesaria la dependencia
en Dios en tu vida diaria?
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Una puerta
Desde nuestra perspectiva actual, la muerte se siente más como una pared que una puerta; una
barrera más que un camino. Cuando vemos a la muerte como una barrera, interpretamos el duelo
como que Dios esconde algo de nosotros. La imagen de la barrera también conlleva el sentido de
que la muerte es “el fin”. Cuando vemos correctamente a la muerte como un camino vemos la
partida de nuestro ser querido como Dios invitándolo a un mejor lugar y conlleva un sentido de
“graduación”.
En este sentido, nos volvemos como padres enviando a sus hijos a la universidad, a casarse o ser
misioneros. Sabemos que esta transición significa que no los disfrutaremos como antes, pero este
cambio es un punto de inicio a una nueva y emocionante etapa en sus vidas. Los padres están
genuinamente tristes por la ausencia de sus hijos, pero el mismo sentido de finalidad no se hace
presente. Por esto, en el duelo estamos forzados a creer en la realidad del Cielo tanto como
creemos en la de la tierra.
Lee Lucas 16:22. Nota que Jesús dice cuando el hombre pobre murió fue llevado al cielo por
ángeles. En esta parábola, tanto el Cristiano pobre como el rico no Cristiano continúan existiendo,
tienen conversaciones, muestran preocupación por sus seres amados y muestran todas las
funciones de una persona. La muerte no fue el fin de la vida sino una transición a una vida
diferente. Debemos entender que hablamos de la muerte de la misma forma que hablamos de la
salida y la puesta del sol. Estamos describiendo la experiencia desde nuestra perspectiva aun
cuando lo que es real (la tierra orbita al sol; en el Cielo estamos más vivos que en la tierra) es
diferente de nuestras palabras.
Pregunta: ¿Cómo la imagen de la muerte como una puerta te permite sentir tristeza, mientras te
da un sentido de esperanza?
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Un enemigo derrotado
Durante el duelo nos damos cuenta de que la muerte, el resultado de la presencia del pecado en
el mundo, es un enemigo que nunca podríamos derrotar. Su mera presencia en nuestra vida nos
causa que decaigamos emocionalmente. ¿Cuánto más indefensos estaríamos cuando la muerte
nos toque personalmente? La muerte no sólo es triste. Es un recordatorio de miedo de nuestro

68
futuro sin Cristo. Mientras que la muerte es una puerta, sería seguida por un precipicio sin fondo
a menos que este enemigo sea quitado por nosotros.
Esto es precisamente de lo que se trata la fe Cristiana. En la cruz Jesús conquistó la muerte. Ahora
la muerte puede ser la puerta al Cielo en lugar del agujero negro del Infierno. Los restos de la
muerte son un recordatorio (y una precaución) de la severidad del pecado y, más enfáticamente,
una demostración de qué tan lejos irá el amor de Dios para redimir a Sus hijos. Al traer redención,
Jesús se sumergió en la muerte y el Padre experimentó el duelo. El duelo se volvió parte de la
historia de Dios para que pudiera tener otro significado en nuestra historia.
“La gran historia de la redención de Dios tiene mucho que decir sobre tu historia de duelo”.
Paul Tripp en El dolor de la pérdida: Cómo recuperar la esperanza.
“Jesucristo lo sabía e hizo una elección deliberada. Él sabía que la única forma de
interrumpir el funeral de Lázaro era causar el propio. La única forma de traer a Lázaro fuera
de la tumba era enterrarse a sí mismo. La única forma que podía librar a Lázaro de la
muerte era que lo mataran (p.8)”. Tim Keller en “Truth, Tears, Anger, and Grace” del
Journal of Biblical Counseling (Fall 2001) («traducido como El diario de consejería
bíblica»).).
Lee 1 Corintios 15:24-26 y 53-57. La muerte es un enemigo (v. 26) y tenemos razón en odiarla. Fue
desatada por el pecado, pero conquistada por el amor. Vivimos en el tiempo entre el que la muerte
es redefinida por la victoria de Dios en el Calvario, y la muerta erradicada por el regreso de Cristo.
El daño que hace la muerte es la actividad de un enemigo rencoroso en retirada. El daño es real y
doloroso, pero a pesar de ello podemos cantar las canciones de victoria (v. 53-54); nuestro
Conquistador ha sido victorioso (v. 56).
Pregunta: ¿De qué forma tu experiencia de duelo expandió tu entendimiento de la magnitud de
lo que Cristo logró en la cruz?
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¿Vale la pena el duelo por el amor?


Esta es una de las grandes preguntas de narrativa del duelo. Si el amor puede causar tal dolor,
¿vale la pena el amor? En el duelo vemos que el amor no es sólo una experiencia placentera, sino
un sacrificio personal. El amor puede darnos una tarifa que no esperábamos pagar. Empezamos a
preguntarnos si la auto protección es mejor que una relación que inevitablemente requerirá
vulnerabilidad. Aun cuando sólo hay una respuesta saludable a esta pregunta, durante el duelo es
normal considerar escribir el resto de nuestra historia de vida sin tal vulnerabilidad.
¡Sí!
El amor lo vale. Sin embargo, el proceso en el que hemos estado debería hacer esas palabras más
que sólo un decir. Ahora sabemos el costo de lo que decimos. “El amor vale la pena el duelo” es
el grito de batalla para quien luche por ser como Jesús. Sin embargo, después del duelo, la
aceptación es más sobria que sentimental. Ahora sabemos que amar a alguien significa más que
sólo disfrutar su presencia, también significa aceptar el dolor de su ausencia.
Cuando estamos tentados a rendirnos a la línea negativa de historia (el amor no vale la pena el
duelo) debemos ver como eso nos atrapa en nosotros mismos. La seguridad por el asilamiento es
una cárcel propia con el cruel guardián del miedo. La voluntad (riesgo) de amar es la llave de la

69
celda y un poder que el guardia no puede resistir. Es un imán que llama a otros a tu lado para no
tener que luchar en soledad. El amor provee la seguridad que no cargarás solo con el costo del
amor cuando el duelo regrese. El amor lo vale.
Lee Hebreos 12:1-3. ¿Cómo se mantuvo convencido Jesús que el amor valía la pena? ¿Cuál fue el
“gozo puesto delante Suyo” (v. 2) que le permitió soportar el costo de amar? Fue la plena
comunidad del cielo trayendo mayor gloria a Dios. Podemos ver esto en parte por el hecho que
Jesús no dejó de relacionarse con la gente después de su resurrección (1 Corintios. 15:5-8). Vemos
esto en la escena culminante de la redención ya que la salvación resulta en más relaciones y no
menos (Apocalipsis 7:9). Vemos esto en el resumen de la vida de Cristo (“la ley de Cristo”) en la
continua voluntad para uno llevar las cargas de otros (Gálatas 6:2).
Pregunta: ¿Cómo el experimentar el duelo ha hecho tus relaciones más reales, ricas o plenas?
¿Cómo ha causado que puedas ver el sacrificio inherente de la amistad? ¿Cómo la necesidad de
depender de Cristo para poder ser un amigo se vuelve más real para ti?
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¿Para qué estoy viviendo?
La muerte nos da una mejor perspectiva de la vida. Cambia las preguntas que hacemos y los
objetivos por los que luchamos. La muerte pone nuestros éxitos y fracasos en un contexto
diferente. Altera el significado que le damos a un “buen día” o un “mal día”. Son estos tipos de
cambios que podrían tener el mayor impacto en nuestra historia de vida. Cómo damos sentido a
estos cambios, los asimilamos y perseveramos a la luz de sus implicaciones será un factor
determinante para que nuestro duelo sea saludable y honorable a Dios.
Propósito más que idolatría
Este es otro punto en el que es tentador interpretar cada cambio que hacemos a la luz del duelo
como una razón para la culpa. Debido a la intensidad emocional que rodea todo lo asociado con
el duelo, el duelo experimentado como culpa se vuelve también muy intenso. Puede ser fácil
asumir que cada punto de claridad o duelo purificado traído a nuestro sentido de propósito es
evidencia de cuán “apagada” estaba nuestra vida antes. Podemos iniciar a identificar todo lo que
hemos amado como un “ídolo”.
Si bien podemos encontrar cosas que fueron muy importantes para nosotros, la idolatría no es
necesariamente la única explicación para cambios en nuestro sentido de propósito. Los cambios
después del duelo pueden ser como otras áreas de madurez espiritual. Si has sido Cristiano por
un tiempo, es posible que hayas experimentado el tiempo cuando conocías un nuevo aspecto
del Evangelio. Esto no significa que hayas sido un hereje antes, sino que el milagro de la gracia de
Dios era más relevante de lo que te habías dado cuenta. Más que un error corregido es una
brecha que se ha cerrado. Esta nueva perspectiva puede cambiar partes en tu vida y decisiones
sin necesidad de arrepentimiento. Experimentas más de lo que Dios tiene para ti sin un sentido
de condenación por previo desconocimiento. Así son a menudo las lecciones que aprendemos
con el duelo.
El capítulo 9 de este estudio será el lugar donde intentaremos articular y aplicar muchas de estas
lecciones. Antes de esto, sin embargo, hay varios pasos en el proceso de duelo por delante. El
objetivo de esta reflexión consiste en prevenir que interpretes los cambios positivos que pasen
en tu vida como un resultado del duelo como razón para la culpa.

70
Lee Juan 9:1-7. Aquí encontramos a los discípulos tratando de sacar significado del sufrimiento.
Su instinto es hacer una pregunta de culpa – ¿quién pecó? Jesús señala que el sufrimiento no
necesariamente es resultado del pecado (v. 3). Pero ese sufrimiento siempre nos dirige y aclara
nuestra necesidad de Jesús (v. 5). Esperamos que la primera parte de este estudio te haya
ayudado a evitar multiplicar el duelo por culpa de las primeras fases del proceso. El objetivo aquí
es recordarte que el crecimiento en tu caminar con Dios como un resultado del duelo, no
debería interpretarse como “lo que Dios estaba tratando de enseñarte” como si esa fuera Su
“razón” para el duelo. Esa interpretación de tu historia sólo movería la culpa que evitamos en las
primeras fases del proceso hacia el final. La razón por la que hemos hecho énfasis en que el
duelo es una forma de sufrimiento es para decir que no debe haber culpa de por medio.
Pregunta: ¿Cómo has empezado a ver cambios en tu propósito de vida? ¿Qué cosas se vuelven
más o menos importantes? ¿Cómo Dios ya está usando estos cambios para traer mayor libertad
a tu vida?
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Resumen de Reflexión: Mientras trabajas en este capítulo, ¿cuáles dirías que son los aspectos
más importantes de tu historia que estás empezando a ver diferente? Cuando inicias a adoptar
esas cosas como una interpretación precisa de tu pérdida, ¿cómo anticipas que cambiara tu
experiencia de duelo?
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Enfoque de responsabilidad (HISTORIA DEL EVANGELIO)

En cada paso, se darán preguntas para que invites a otra persona a que te las haga de forma
abierta para que ellos conozcan y te animen en el proceso de duelo:

• ¿He podido evitar sentirme culpable cuando he permitido a Dios reinterpretar


elementos clave de mi duelo?
• ¿Puedo identificar los tiempos específicos en mi vida cuando más necesito permitir que
estas interpretaciones penetren mi pensamiento y emociones?
• Prepara: ¿Estoy manteniendo un balance entre las seis áreas de preparación desde el
capítulo uno?

Con cada paso, te aconsejamos confiar al menos un nuevo elemento de tu duelo a tu


compañero de apoyo:

• _____________________________________________________________________
• _____________________________________________________________________

71
Capítulo 7
“¿Cuándo llegaré a un ‘mejor lugar’ en este proceso?”
IDENTIFICO LAS METAS que me permiten combatir el impacto de mi sufrimiento.

“Ahora puedo ver que la inocencia y la impotencia no son lo mismo.


Solía pensar que ‘no es mi culpa’ era lo mismo que ‘no hay nada que pueda hacer al
respecto’. Mi antigua historia de sufrimiento era parte del estilo de vida que tenía.
El evangelio viene con una nueva historia, una nueva identidad y nuevas creencias
que me permiten vivir de un modo diferente, sin caer en la antigua falsa vergüenza o
en remordimiento. Puedo cambiar [describe cómo] sin tener una sensación de
condenación [describe por qué]”.

Memoriza: Lamentaciones 3:20-24 (NBLA) “Ciertamente mi alma lo recuerda y se abate mi alma


dentro de mí. Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza: Que las misericordias del
Señor jamás terminan, pues nunca fallan Sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es Tu
fidelidad! ‘El Señor es mi porción’, dice mi alma, ‘por tanto en Él espero’.” Mientras memorizas
este pasaje, reflexiona en los siguientes puntos clave:

• “Mi alma lo recuerda” – Es normal recordar. La expectativa de vivir como si nada hubiera
pasado no es humana.
• “Se abate” – Una pérdida se acompaña con tristeza, incluso cuando el proceso de luto sea
saludable y ordenado.
• “Traigo a mi corazón” – Aun Jeremías tenía que recordarse a sí mismo los aspectos del
carácter de Dios, pues estaba tentado a dudar.
• “Nuevas cada mañana” – Ese “llamado al corazón” era algo que Jeremías tenía que hacer
regularmente, incluso diariamente.
• “Tu fidelidad” – Esta es la primera vez en el pasaje que Jeremías se dirige directamente a
Dios. Jeremías pudo recobrar una conexión más personal con Dios al interactuar con las
interpretaciones falsas de sus sufrimientos

Notas de enseñanza

“Es totalmente diferente decir que Su gracia es suficiente para hoy cuando el mañana no ofrece
ninguna esperanza de algún cambio significativo (pág. 21)”. Joseph Lehmann en “Believing in
Hope” de The Journal of Biblical Counseling (Winter 1998). (Traducido como «Creyendo en
esperanza»).

72
“Una de las cosas que puedes hacer es demostrar cómo estar triste mientras esperas y confías al
mismo tiempo (pág. 29)”. Judy Blore en «How to Help a Grieving Child» de The Journal of Biblical
Counseling (Winter 1998). (Traducido como «Cómo ayudar a un niño en duelo»).

“Los tiempos de escasez, enfermedad e incluso la guerra no anulan la necesidad de placer; al


contrario, dichas temporadas acentúan la necesidad de encontrar y, quizá, redescubrir los
placeres más simples.” Gary Thomas en Placer puro

“El doliente se encuentra con cuatro tareas frecuentes que consumen mucho de su tiempo:
aceptar la realidad de la pérdida, sentir y admitir conscientemente el dolor de la pérdida (esto
incluye desenredarse uno mismo de las ataduras que lo amarran al fallecido), ajustarse a un
entorno en que el difunto ya no está, y formar nuevas relaciones. Esta última etapa parecería
ser la más difícil porque las personas se sienten tanto culpables como inseguras al momento de
volver a invertir sus energías en nuevas relaciones”. Gary Collins en Consejería cristiana efectiva

“Los dolientes buscan consuelo. Pero ¿dónde lo encuentran? La Biblia nos recuerda que todo
verdadero consuelo tiene su fuente en el Señor (2 Corintios 1:3-4). En el duelo, con frecuencia
buscamos otros cosas que nos consuelen: recuerdos, cosas materiales, distracciones (televisión,
reproductor de CD, ejercicios, lectura, manualidades, trabajo, comida, personas). Éstas proveen
cierta medida de consuelo, pero ninguna puede llenar ese lugar donde el dolor nos hace sentir
tan vacíos: nuestros corazones… Cuando estás de luto, eres vulnerable a las tentaciones que
normalmente podrías resistir. El enemigo de tu alma ataca en tus momentos de mayor
debilidad.” Paul Tripp en El dolor de la pérdida: cómo recuperar la esperanza

Aplicación personal

Metas y duelo son conceptos difíciles de entrelazar. Quisiéramos que se llevaran mejor.
Desearíamos decir: “No tengo nada que hacer el sábado, así que mi plan es eliminar la mitad de
mi dolor escribiendo en mi diario, viendo fotografías, teniendo un tiempo extenso de oración
genuina, llorando varias veces y luego actualizando mi carta de despedida para asimilar el
progreso que he hecho durante el día”. Pero pensar en fijarse metas, como un cronograma o un
horario, podría llegar a ser extremadamente frustrante e inefectivo.

Además, si pensamos en el establecimiento de metas como la “superación” del duelo, entonces


tendremos una sensación de fracaso cada vez que el dolor regrese en las ocasiones especiales,
cuando sea provocado por alguna canción o frase, o si de la nada interrumpe nuestro día. Esta
es la razón porque decimos que identificamos metas para combatir el impacto del sufrimiento.
El duelo es algo que experimentamos, no algo que conquistamos. Por lo tanto, creceremos a
través del dolor, en vez de eliminarlo.

Nosotros no causamos el dolor, así que no podemos “descausarlo”. El luto no es un defecto de


carácter ni un pecado, por tanto, no podemos despojarnos del dolor. El luto es parte de nuestra

73
historia y, por ese motivo, habrá veces en que su trascendencia siga impactando nuestra vida.
Nuestro objetivo en este capítulo es entender más profundamente qué es un luto saludable,
cómo se ve en la práctica y qué podemos hacer para “guardar bien el luto” durante algunos de
los momentos difíciles que tenemos por delante.

El material de este capítulo estará dividido en tres secciones: (1) ¿Cómo se mide el progreso? (2)
¿Cómo puedes prepararte para los momentos difíciles predecibles? (3) ¿Cómo puedes
responder a los momentos difíciles impredecibles?

¿Cómo se mide el progreso?

Hemos hablado sobre cómo llegar “a ese punto” sin definir cuál es “ese punto”. Esto ha sido
intencional. Para poder guardar el luto de una manera saludable, tanto la travesía como el
destino deben ser igualmente valorados. Esto es lo opuesto a decir: “vamos a fingirlo hasta que
lo alcancemos”. Hemos tratado de proteger el valor de la travesía esperando hasta este paso
para dialogar específicamente acerca de cómo se evidencia este progreso.

Los puntos que se encuentran a continuación pretenden crear una descripción del luto
saludable. No lo leas como si fuera un examen que tienes que aprobar o que quizá reprobarás,
sino como una serie de indicadores para tu travesía. No es la intención ubicarlos en un orden
secuencial de cómo podrían surgir en el proceso del duelo. Por cada punto que ya puedas
marcar, alaba a Dios y compártelo para animar a quienes han caminado contigo. Cada punto
que no puedas marcar, agrégalo a las metas que te has fijado para el camino que todavía tienes
por delante. Muchos de estos elementos han sido modificados y adaptados de los materiales
Grief Share (traducido como «Compartir el dolor») acerca de lo que significa “pasar la página”
(solo el texto en negritas, página 79).

o Progresar no significa que puedes o deberías olvidar. “Sólo tienes que pasar la página” es
un mal consejo (si es que se lo puede considerar un consejo). Mientras avanzas en tu
progreso, deberías descubrir que cuando recuerdas a tu ser querido, tienes más control
de tus emociones. Tienes la capacidad de respirar profundamente y decidir si éste es el
mejor momento para recordar.

o Progresar significa que tienes la capacidad de disfrutar de los buenos recuerdos. El


Apéndice D que trata sobre las “Maneras saludables para asimilar los recuerdos”, te
ayudará a encontrar las maneras en que sea más fácil acceder a estos buenos recuerdos.
Una vez que tengas la confianza de que cada recuerdo que posees puede estar disponible
permanentemente (gran parte de la falta de tranquilidad emocional del duelo es el miedo
a perder estos recuerdos) tendrás una ganancia significativa en el control emocional.

74
o Progresar no significa que dejas de sentir el dolor causado por tu pérdida. Si tratamos el
duelo como una adicción, entonces equiparamos el dolor o la tristeza a una recaída. Ésta
es una comparación errónea. Aunque el dolor después de una pérdida puede percibirse
como algo que domina tu vida, no es algo malo. El elemento clave en el progreso
relacionado con el dolor emocional, es que cuando éste llegue, empiezas a sentirte menos
desamparado o solo.

o Progresar significa que experimentas una disminución en el dolor. Deberías identificar una
disminución en la intensidad, duración y/o frecuencia del dolor asociado con tu pérdida.
El lamento por el duelo que permanece en su intensidad original por más de tres a seis
meses, frecuentemente está asociado a interpretaciones destructivas de la pérdida o tiene
cualidades postraumáticas. Si el dolor no disminuye, sería recomendable revisar los
materiales de los capítulos cuatro y seis con un amigo maduro, un grupo pequeño o un
consejero.

o Progresar no significa que creas que la vida es justa o que entiendas el “porqué”. El
sufrimiento, en general, no es justo y no ofrece respuestas satisfactorias a la pregunta
“¿por qué?”. Si estás obstinado en querer saber el “porqué” o en hacer que la vida parezca
justa, te quedarás atrapado en tu dolor. Cualquier respuesta que produzca culpa,
convertirá a Dios en un villano o distorsionará la definición saludable de lo que es “justo”.
Aun la muerte natural a una edad avanzada puede parecer injusta según la forma en que
planteemos las preguntas ̶ “¿Por qué los hijos de otras personas sí pueden seguir teniendo
una abuelita, y sin embargo, mi madre tuvo que morir?” Cualquier respuesta que
comience con “por qué” tratará de imponer orden e igualdad donde no los hay. Para
progresar se requiere aceptar que nuestro mundo caído no funciona de ese modo. Puedes
continuar con tu travesía en esta área volviéndote más consciente de las veces en que
haces preguntas rotas. Una pregunta rota es la que te lleva a una respuesta no saludable
(p. ej. “¿Cómo puedo alejarme de todos los que me recuerdan o me preguntan acerca de
mi pérdida?”). Una pregunta rota busca una respuesta que no existe (p. ej. “¿Qué hice que
fuera tan malo para que Dios tuviera que castigarme llevándose a mi ser querido?”), o
contiene una contradicción inherente (p. ej. “¿Puedo llorar hasta quedarme dormido y
despertar pensando que esto sólo fue un mal sueño?”)

o Progresar significa que puedes aceptar los diferentes aspectos de tu pérdida. Padre o
madre soltera. Huérfano. Padre o madre sin hijos. Volver al trabajo. Seguir adelante con
los hijos. Ser viudo o viuda. Cambios en el círculo social. Sueños imposibles de cumplir.
El progreso en el duelo puede ser asfixiado cuando nos rehusamos a aceptar (emocional
o voluntariamente) los cambios que acompañan a nuestra pérdida. Luchamos con la
realidad, y aunque no hay forma en que podamos ganar, seguimos peleando de todas
maneras. La ira y el agotamiento amplifican nuestro dolor.

75
Haz una lista: Enumera las cosas que no quieres aceptar. El simple hecho de ponerlas
por escrito las hace un poquito más reales. El siguiente paso para aceptar estas
realidades, es compartir tu lista con amigos de confianza que puedan retroalimentarte y
orar por ti.

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_______________________________________________________________________

o Progresar significa recordar a tu ser querido de forma realista. Todos tenemos rasgos
buenos y malos. Pero después de que alguien fallece, tendemos a “canonizarlo”, a hacerlo
perfectos en nuestra memoria. Cuando lo hacemos, podríamos detonar muchas
emociones que no son saludables y que nos mantienen encerrados en nuestro luto. Si te
afecta que alguien insinúe sus equivocaciones, tiendes a crear una explicación alternativa
(que no es verdadera) de qué y por qué eso salió mal. Si alguien realiza un comentario
negativo de esa persona, te enojarás. O puede que te midas a ti mismo de acuerdo a lo
que recuerdas de la otra persona y te sentirás consistentemente deficiente. Moldeas tus
categorías de lo que es bueno y sabio de acuerdo al carácter “canonizado” de la persona,
en vez de hacerlo de acuerdo a quién es Cristo. Sólo cuando recuerdas a esa persona con
precisión puedes amarla de verdad (en contraste con amar a un producto de tu
imaginación) y extraer de su vida las lecciones que Dios podría usar para enseñarte.

o Progresar significa que te sientes libre y tienes un deseo cada vez mayor de formar nuevas
amistades. Tanto la culpa como el miedo pueden inhibir la formación de nuevas relaciones
durante el duelo. Es importante que veas esto como la búsqueda de una vida saludable
en lugar de verlo como un reemplazo de tu ser querido. Esto último distorsiona en muchas
maneras la creación de nuevas relaciones. Si esto es difícil para ti, comienza haciendo
una lista de entornos sociales saludables que te interesen. Reconoce que puede pasar un
tiempo antes de que estas relaciones sean cómodas. Si estás luchando en esta área,
inevitablemente vas a comparar estas relaciones con la que tenías anteriormente.
Tendrás que estar dispuesto a permitir que cada relación tenga su propia identidad en
lugar de decir: “No es igual a lo que tenía con [nombre de la persona que ya no está].”

Es importante notar que esta recomendación de formar nuevas relaciones no incluye


salir en citas amorosas después de la pérdida de un cónyuge. Si perdiste a tu cónyuge,
es sabio que permitas que el proceso de luto alcance una resolución saludable (por lo
menos un año o dos, de acuerdo con nuestro diálogo sobre “el duelo y el tiempo” en el
capítulo cinco) antes de empezar una relación romántica.

76
o Progresar significa que te sientes libre y tienes un deseo cada vez mayor de intentar cosas
nuevas. Aquí es donde continúas siendo una persona que crece. La historia de la persona
que perdiste fue parte de tu historia. Su ausencia puede hacer que tu crecimiento
continuo (expandirte y profundizar tu comprensión y uso de las destrezas y pasiones que
Dios te ha dado) parezca menos placentero. Sin embargo, mientras más se atrofie tu vida,
menos influencia positiva y significativa tendrá la vida de tu ser querido en el mundo.
Hebreos 11:39-40 indica que parte de nuestra recompensa en el cielo será determinada
por el impacto residual que tenga nuestra vida a través de aquellos para quienes fuimos
de bendición. Al seguir apasionado, viviendo y esforzándote en las cosas que Dios te ha
dado para avanzar Su Reino, añades al legado de tu ser querido.

o Progresar significa que estás creciendo en tu caminar con Dios. El luto es un tiempo
extenso en el que miras al pasado. El progreso durante el duelo significa que empiezas a
voltear hacia aquellas cosas que Dios todavía tiene puestas delante de ti. Abrazar la misión
que Dios tiene que cumplir en lo que queda de tu historia, es lo que aviva las acciones que
alimentan tu caminar con Él: oración, estudio bíblico, ministerio, etc. Ves que Dios nunca
te dejó, incluso cuando tu enfoque principal estaba en tu ser querido. Cuando tu enfoque
está primordialmente en la persona que perdiste, es fácil pensar que también has perdido
a Dios (y a tus amigos). No ves a Dios porque tienes la mirada fija en tu vacío. Si esta parte
del progreso es difícil para ti, empieza dándole gracias a Dios por escuchar todas tus
oraciones dolorosas y por darte Salmos como los que hemos estudiado, para ayudarte a
poner tu experiencia en palabras.

Lee 1 Pedro 1:6-9. Con frecuencia se han referido a la primera carta de Pedro como el Job del
Nuevo Testamento. Es un libro cuyo tema principal es el sufrimiento y busca ofrecer esperanza
y aliento a sus lectores. En este pasaje, Pedro afirma que somos “afligidos con diversas
pruebas” (v. 6) y habla de tu relación con Cristo de maneras que ahora se igualan a tu relación
con tu ser querido, “a quien ahora no ven, pero creen en Él” (v. 8). Mientras progresas en la
vida (envejecimiento) y en tu vida cristiana (madurez), las cosas que amas, cumplirán cada vez
más con esta descripción. Para que esta vida temporal tenga un significado y la esperanza sea
más que una mentalidad positiva, debe existir una eternidad. En esta carta, el apóstol, en varias
ocasiones y de diversas maneras, recuerda esta verdad a sus lectores. “Progresar”, como se
describe anteriormente, requerirá que abraces tus creencias cristianas de maneras en que no
era posible hacerlo antes de tu pérdida.

Momentos difíciles predecibles

Pavor es la palabra que más comúnmente se asocia al tiempo en el que nos preparamos para los
momentos difíciles predecibles. Aunque pavor es una palabra negativa, y con razón, hay un lado
positivo en ese pavor. Aquello que te causa pavor no te toma desprevenido y tienes la
oportunidad de pensar detenidamente en cómo vas a responder. Es cierto que esta copa tal vez
puede estar llena a sólo un cuarto de su capacidad, pero cuando se trata de identificar metas

77
saludables en el camino del luto, es un punto importante que debemos recordar. No se
pretende minimizar el lado oscuro del pavor; la anticipación de un evento doloroso incrementa
la cantidad de alteración que ese evento trae a la vida. Sin embargo, si aprovechas la
oportunidad para prepararte para los momentos difíciles predecibles en la travesía del duelo, no
sólo aliviarás el dolor de un evento en particular, sino que también disminuirá la alteración que
pueda provenir de ese pavor en tu vida.

Es importante que recuerdes que, independientemente de qué tan bien te prepares, no podrás
controlar esos momentos difíciles predecibles. Si tu objetivo es controlar estas ocasiones,
entonces tu “fracaso” para lograrlo solo se añadirá a la sensación de que tu vida está fuera de
control y empeorará los mensajes negativos de tu historia con el sufrimiento. En estas
ocasiones, tu objetivo debe ser continuar con tu proceso de duelo mientras celebras las cosas
buenas, aunque sea en medio de las lágrimas, y reforzar la historia del evangelio, que es la que
le da significado a tu sufrimiento.

Si te cuesta pensar en cuáles podrían ser estas fechas, observa la sección “Registrar fechas
importantes” del Apéndice C. Estas fechas o temporadas te ayudan a identificar los momentos
que pueden ser predeciblemente difíciles. Dependiendo de tu pérdida, algunas fechas pueden
ser más duras que otras, y no hay nada malo con eso. A continuación encontrarás algunas
maneras en que puedes prepararte para estas fechas. No pienses en estos puntos como una
receta que debes seguir (excepto los primeros tres), sino considéralos un bufet. Toma lo que
sea más útil para un momento difícil en particular y la trascendencia única que éste traiga
consigo.

• Arma un plan para el día. Despertarse sin saber cómo superar un día difícil es una
experiencia miserable que te pone al borde de ahogarte en la desesperación desde el
momento en que abres los ojos. La miseria de un día así te hará cuestionar cuántos días
parecidos podrás soportar. La vida se reduce a simplemente sobrevivir. Tener un plan
para el día te permitirá ver el progreso o el movimiento en una dirección determinada, en
medio de una experiencia dolorosa. De esta manera refuerzas el mensaje de que sí tienes
una voz y una influencia en tu propia vida. Te darás cuenta de que puedes hacerlo por la
gracia de Dios, a pesar de que sea doloroso. El plan no debe ser un itinerario detallado
minuto a minuto, pero sí debería incluir lo que harás cada hora, desde que te despiertes
hasta que te acuestes.

• Empieza el día. Si la idea es dormir hasta que tengas que despertarte, comenzarás el día
con una mentalidad derrotada. No tiene nada de malo dormir hasta tarde, pero evita
empezar el día con una mentalidad evasora. Come un desayuno saludable para prevenir
que un metabolismo lento se añada a las dificultades del día. Si el clima y el entorno lo
permiten, sal desde temprano. Evita quedarte adentro, lo cual puede promover una
sensación de encierro.

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• Comienza y termina con Dios. Acudir a Dios de inmediato cuando más necesitamos de
fortaleza, debería ser un principio sencillo en nuestra vida. Cuando descuidamos la oración
durante el tiempo de duelo, reforzamos la mentira de que Dios está cansado de oírnos
hablar acerca de nuestra pérdida. Si sales a caminar por las mañanas, aprovecha para orar
mientras lo haces. Un buen lugar para enfocar tu estudio bíblico, es en la lectura de uno
o más salmos, o en los textos en negrita enumerados en el Apéndice E, “Lecturas bíblicas
sobre el duelo”. Mientras menos ores, más tratarás de manejar el dolor por tu cuenta.
Dirígete a Dios como Aquel que nunca te dejará ni te abandonará (Josué 1:5). La oración
es la manera en que podemos interpretar nuestra pérdida a la luz del cuidado de Dios, en
lugar de interpretar la presencia de Dios (o nuestra percepción de su ausencia) con base
en el dolor asociado con nuestra pérdida.

• Toma un tiempo para recordar. Todavía estás de luto y el duelo es un proceso altamente
repetitivo (como la mayoría de las cosas relacionadas con nuestras emociones). Cuando
leas los Salmos, que es la literatura más cargada de emociones en la Escritura, te darás
cuenta de que son repetitivos. La meta de los Salmos no es simplemente documentar una
verdad, sino ayudarte a asimilar y experimentar la realidad de la verdad en medio de los
diversos contextos de la vida. Esta es la razón por la que utilizan tantas repeticiones.
Puedes apartar un tiempo durante este día para leer en tu diario algunas de tus historias
favoritas sobre tu ser querido. Leer recuerdos positivos permite que exista ligereza y
dulzura en tus memorias. Apartar un tiempo con la finalidad de recordar, te ayuda a
contener (de algún modo) los recuerdos.

• Planifica una actividad para celebrar el día y honrar a tu ser querido. Puedes preparar o
pedir la comida que esta persona disfrutaría más en esa fecha en particular. Tal vez
puedes invertir tiempo en servir a una organización importante para tu ser querido.
Puedes regalar algo que esa persona hubiera regalado (un regalo sentimental o gracioso)
o participar en algo con lo que él o ella hubiera interactuado en ese día. Esta es una forma
de resaltar que tu vida es más rica y el mundo es un mejor lugar, por la gracia de Dios y a
causa de la vida de tu ser querido.

• No trates de hacer muchas cosas. Esta lista en sí misma podría convertirse en una carga.
Cada punto se puede expresar de una docena de maneras diferentes y en vez de encontrar
consuelo puedes terminar agotado. Es importante recordar que cada punto tiene el
propósito de facilitar tu travesía, pero completar una lista de “cosas por hacer” no es parte
de tu proceso. Como ya hemos indicado, el duelo tiende a agobiarte físicamente, así que
tomar tiempo para descansar es parte del proceso de luto, especialmente en los días que
son predeciblemente difíciles.

• Asegúrate de dedicar tiempo para estar con otras personas. El duelo te hace sentir
soledad. Estar solo aumenta esta sensación, incluso cuando estar con personas no anula

79
la aflicción. Piensa en términos de una escala del 1 al 10, siendo 1 el dolor más leve y 10
el dolor más severo. 10 x 10 = 100. En esta ecuación, el primer 10 representa el dolor del
luto y el segundo 10 representa el dolor del aislamiento. Juntos agotan tu tolerancia al
dolor emocional. Sin embargo, 10 x 1 = 10. En esta ecuación, el dolor todavía es un 10,
pero el dolor es compartido con alguien más. Aunque todavía se siente como un 10, es
menos devastador de lo que sería con el aislamiento. Puedes hacer una llamada telefónica
o reunirte con alguien para almorzar, salir a caminar o algún otro tipo de interacción. Es
sabio que en un día que predeciblemente será difícil, te reúnas con los amigos que Dios
ha puesto en tu vida.

• Aprovecha este tiempo para reflexionar en el “progreso”. Recuerda con precisión y


saborea esos buenos recuerdos. Tu respuesta a los días difíciles predecibles muestra tu
progreso tanto (o más) como tu habilidad de enlazar una serie de “días buenos”. Es fácil
pensar que el desasosiego emocional de un aniversario o un cumpleaños es un “fracaso”
o un “retroceso”, sin embargo, ese no es el caso. La medida que deberíamos utilizar para
determinar el progreso en el duelo no es cuán tristes nos sintamos (lo cual fluctuará en
días significativos y escenarios memorables), sino en (1) el nivel de esperanza que somos
capaces de mantener cuando afrontamos días buenos y malos, y (2) cómo se compara
este día difícil con otros días difíciles parecidos. El primer año es tan difícil porque
carecemos de un punto de referencia para la comparación, por lo que todas las
dificultades se sienten como un desastre total.

• Comienza a pensar en tener nuevas tradiciones o modificar las anteriores. Las tradiciones
poseen mucho poder en las ocasiones especiales. Estas ocasiones son buenas por las
imágenes que guardamos de ellas en nuestra mente. Con frecuencia, una pérdida cambia
las tradiciones y sientes que sin esas tradiciones, el día se arruina. Honra las tradiciones
anteriores en tus conversaciones, pero abraza los nuevos roles relacionados con las
antiguas o nuevas tradiciones, sin que sientas que estos cambios deshonran las tradiciones
originales. Debido a que una “nueva tradición” es una contradicción de términos, el
desarrollar afecto hacia las mismas puede tomar tiempo, así que no permitas que la
demora en el entusiasmo o apego te hagan pensar: “supongo que no lo hicimos bien”, o
“esto no fue una buena idea”.

Los momentos difíciles predecibles no tienen que ser una fecha en el calendario. También
pueden ser una actividad o tarea: cambiar una habitación, vender un automóvil o revisar las
cosas que él o ella coleccionaba. Si no tienes cuidado, el dolor de este tipo de actividades puede
dejarte congelado en el tiempo. El mundo exterior y la historia continúan, pero este pedazo de
tu vida se queda atorado en el día anterior a tu pérdida. Las sugerencias descritas a
continuación tienen el propósito de proveer cierta dirección a los momentos difíciles
predecibles basados en las actividades.

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Haz una lista: ¿Qué actividades o tareas predictivamente difíciles estás afrontando o has estado
evitando actualmente?
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__________________
• Identifica los elementos de tu historia de sufrimiento que estén apegados a la actividad.
Con frecuencia, cuando te involucras en estas tareas, oyes fuertes ecos de las mentiras
que identificamos en el capítulo cuatro y que buscamos reemplazar en el capítulo seis.
Por esta razón, es sabio reflexionar en cómo esta tarea te puede tentar a abrazar otra vez
algunas falsas interpretaciones. Si no reflexionas, será mucho más fácil aceptar esas líneas
de la historia alterna como si fueran “la realidad” de esta actividad. En ese estado
emocional, debido a que la actividad es necesaria y el dolor es real, se hace mucho más
fácil dar por sentado que los viejos mensajes son verdaderos.

• Medita en 2 Corintios 10:4-5. A la luz del punto anterior, este pasaje se aplica a la forma
en que respondes ante el sufrimiento, pero no a cómo batallas contra el pecado. Cuando
resistes los temas de la historia de tu sufrimiento en los momentos en que eres más
propenso a estas interpretaciones, estás llevando todo pensamiento cautivo y sigues
conociendo a Dios como realmente es (v. 4). Conocer a Dios como Él es realmente es la
única manera de “sufrir como alguien que tiene esperanza”. Cuando te metas en estas
actividades predeciblemente difíciles, reconoce que hay un adversario que se deleita al
usar estos momentos para reintroducir los temas destructivos de tu historia de
sufrimiento (v. 5).

• Decide primero cuáles serán tus planes a largo plazo en relación con tus recuerdos. Antes
de empacar, regalar o redecorar, decide cómo guardarás tus recuerdos: en un diario, en
un álbum de fotografías, en un libro de recortes, en una caja de recuerdos, etc. (en el
Apéndice D encontrarás una descripción de posibilidades). Esto te ayudará a decidir qué
guardar. Guardar en un álbum una fotografía de su automóvil y un par de historias de
cuánto esa persona amaba su auto, te ayudará a vender el vehículo sin sentir que estás
entregando una pieza esencial de tu ser querido. Guardar su cuchara favorita en una caja
de recuerdos, puede ayudarte a que regalar los demás artículos de cocina sea más
tolerable emocionalmente. Saber cómo recordarás a esa persona hace que estas
decisiones se sientan menos arbitrarias o irrespetuosas.

• Decide si deseas completar esa tarea solo o con otras personas. Esto podría variar de una
tarea a otra. Revisa la lista que hiciste arriba y marca con un asterisco (*) todos los puntos
en los que sería sabio que otras personas caminen a tu lado. Ha habido familiares, amigos
o miembros de tu grupo pequeño que te han dicho: “Avísame si necesitas algo”. Este es

81
el momento de llamarlos y decir: “Me pediste que te llamara cuando considerara que
podrías ayudarme con mi duelo”. Voy a [nombre de la tarea] y sería bueno tener a alguien
a mi lado mientras lo hago. ¿Puedes venir?” Si alguien está contigo mientras completas la
tarea, podrás compartir las historias que vengan a tu mente, y podrá animarte si los temas
de tu historia de sufrimiento salen a relucir otra vez.

• Considera esta actividad como una transformación, no como una tarea rutinaria. Una
tarea rutinaria (como la limpieza general) desvaloriza la trascendencia de la labor que
estás completando en tu proceso de luto. Esta actividad es parte de una transición crucial
en tu vida. Aunque la tarea podría ser algo que has hecho y volverás a hacer muchas
veces, este acontecimiento debe tener un significado distinto. A menos que reconozcas
esta distinción, te sentirás tonto, débil o demasiado sentimental cuando esa tarea te
descomponga emocionalmente. Puedes evitar la actividad hasta que estés “listo” para
hacerla, y por “listo” nos referimos a que tengas la capacidad de completar la tarea sin
alterarte.

• Comienza con cambios pequeños. Esto puede ser particularmente importante cuando el
luto es por la pérdida de alguien que vivía en tu hogar. Cambiar sus espacios podría dar la
sensación de que lo estás borrando de la familia. Antes de cambiar la función del cuarto
de tu ser querido, puedes hacer cambios que ya habías planeado en otras habitaciones
(como cambiar la posición de los muebles, reemplazar una alfombra o pintar las paredes).
Puedes actualizar la foto familiar antes de quitar de la pared las fotografías existentes para
guardarlas en tu caja de recuerdos. Estos pasos previos revelan el tipo de cambios que
hubieran tenido lugar en tu familia de manera inevitable y demuestran que los cambios
más grandes no son una afrenta a la memoria de tu ser querido.

• Dona las cosas que ya no necesitas para apoyar una causa importante para tu ser querido.
Esta es una manera de continuar los sueños y pasiones de tu ser querido. Puedes agregar
a tu caja de recuerdos, diario o libro de recortes, fotografías, cartas e historias de cómo
estas contribuciones bendijeron a otros y ayudaron con el avance de la causa. Esto te
permitirá ver que el impacto de tu ser querido continúa. Su ejemplo e influencia debería
animarte a seguir causando un impacto en las áreas en las que Dios te ha llamado y te
apasionan.

• Para disminuir tu repetitiva conversación interna, escribe una carta sobre lo que estás
haciendo y por qué. Es probable que cuando te involucras en una actividad
predeciblemente difícil, te des cuenta de que estás diciéndote a ti mismo o a tu ser querido
las mismas cosas repetitivamente. Esto es común. Escribir es una manera efectiva de
liberarte de la tendencia de repetir algo mentalmente. Cuando vuelvas a leer estas cartas,

82
podrás ver tu progreso de manera tangible, notando el cambio en el tono, el contenido de
las preguntas y los focos de atención de tus pensamientos.

• Date permiso de disfrutar los cambios sin culpa. Durante el luto, las alegrías pueden
sentirse como algo malo. Cuando validamos este sentimiento de culpa como si fuera
correcto, abrazamos el argumento de culpabilidad: “yo lo merecía”. Así transformamos el
luto en una especie de penitencia o autodegradación. Con frecuencia decimos: “[Nombre
del ser querido] no hubiera querido que te sientas así”, y creemos que estamos en lo
correcto y tenemos la razón al decirlo. Pero hay más. La culpa por el deleite no es
solamente una historia con la que nuestro ser amado no estaría de acuerdo, sino que es
una historia falsa. Es una historia (versión o interpretación de tu vida) que no es la que
Dios está escribiendo. Parte del proceso del luto implica que tu ser querido deje de ser el
foco de atención y el centro interpretativo de la vida, y que Dios vuelva a tomar ese lugar.

Momentos difíciles impredecibles

Si tan sólo todos nuestros momentos difíciles fueran predecibles, sentiríamos menos locura.
Nos sentiríamos más preparados para volver a interactuar con la vida. El mundo volvería a
sentirse como un lugar seguro para vivir. Pero hay veces en que el dolor aparece de la nada.
Hemos tenido momentos difíciles en los que, incluso después de reflexionar, no podemos
explicar el porqué.

“El problema es que mientras más tiempo vivamos, más sabremos que hay muy poco a
nuestro alrededor, en este mundo caído, que en verdad es estable… En nuestra
búsqueda de estabilidad, tratamos de pararnos en un interminable catálogo de
reemplazos para Dios que terminan hundiéndonos (pág. 33).” Paul Tripp en A Shelter in
the Time of Storm. (Traducido como «Un refugio en tiempo de tormenta»).

Tu respuesta a estos momentos impredeciblemente difíciles es la que te puede llevar a algunas


de las decisiones más destructivas y menos saludables del duelo. Intentas crear estabilidad y
alivio por ti mismo. Crees que todo lo que está fuera de tu control es peligroso y es una
potencial amenaza. Comienzas a vivir de manera que no vuelvas a ser herido. Buscas o creas tu
propia roca, refugio o escondite, en lugar de buscarlo en Dios.

“La espera rechaza el auto rescate (pág. 65)… Lo opuesto de esperar es suplir las
‘necesidades’ ahora, tomar las riendas de mi vida ahora y actuar como si yo fuera mi
única esperanza (pág. 66)... Adoración es anhelar a Dios más de lo que se anhela el alivio.
Adoración es encontrar a Dios aun cuando no encuentres respuestas. Adoración es
caminar con Dios en la oscuridad y tenerlo como la luz de tu alma (pág. 99)”. Bob

83
Kellemen en God’s Healing for Life’s Losses (traducido como «La sanidad de Dios para las
pérdidas de la vida»).

Salmos para leer: Salmos 2, 5, 7, 11, 14, 16, 17, 18, 19, 25, 27, 28, 31, 32, 34, 36, 37, 40, 42, 43,
46, 52, 57, 59, 61, 62, 64, 71, 72, 89, 91, 92, 94, 95, 118, 119, 141, 142, 143 y 144. Todos estos
salmos hablan acerca de cómo Dios es nuestra fuerza, nuestro refugio o nuestro escondite.
Cuando leas estos Salmos, no los tomes como una simple reprensión: “Es así como deberías
pensar”. Al leer cada salmo, reflexiona en el contexto que hace que el salmista clame a Dios y lo
llame su roca, refugio y escondite, y busca paralelos con tu experiencia durante estos momentos
difíciles impredecibles. Recuerda que Dios puso estos Salmos en Su Palabra porque nos ama y
sabía que los necesitaríamos. Recíbelos como cartas de Dios para ti en estos momentos
aterradores de lamento impredecible. Ve y escucha cómo Dios quiere ser tu roca, refugio y
escondite durante estos momentos (40 de los 150 salmos contienen al menos una de estas
imágenes de Dios).

Pregunta: ¿Cómo has intentado rescatarte a ti mismo durante tu duelo?

o Renuencia para hablar de mi ser querido o del dolor de mi pérdida


o Indiferencia emocional o estoica ante los tiempos difíciles
o Profunda depresión como una barrera emocional contra la vida y las
relaciones
o Culpa para proveer una sensación de control en los momentos difíciles
o Comportamiento antisocial para rebelarse o castigar a la vida por cuanto
ésta fue injusta
o Mal humor cuando sucumbo a cada tema de la historia del sufrimiento que
me viene a la mente
o Aislamiento para protegerme a mí mismo y/o a otros de mi dolor
o Acercarse mucho y muy rápido en otras relaciones, para distraerme o llenar
el vacío
o Estar siempre ocupado para no tener que afrontar mi dolor
o Impulsividad porque la relación que traía orden a mi vida ya no está
o Demostración falsa de felicidad para satisfacer las expectativas percibidas
de otras personas y/o de Dios
o Alcohol o drogas para amortiguar el dolor o pensamientos suicidas
o Otro: ____________________________________________
o Otro: _____________________________________________

Reflexión: ¿De qué manera esos intentos de auto rescate refuerzan o responden a los temas en
tu historia de sufrimiento?

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______________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________

Debido a que los momentos difíciles impredecibles no se pueden anticipar, no es posible que
nos preparemos, ni armemos una estrategia para estos, como para los otros retos que tenemos
en este capítulo. Sin embargo, hay dos cosas que podemos hacer. En primer lugar, podemos
decidir no afrontar solos estos tiempos difíciles impredecibles. Cuando lleguen estos
momentos, compártelos con tu consejero, mentor o grupo pequeño. En segundo lugar,
podemos identificar los temas detonantes de nuestra historia de sufrimiento y que son los que
vuelven a surgir durante estos momentos difíciles impredecibles. Aunque no puedes controlar
directamente la frecuencia o intensidad de estas luchas, este ejercicio te ayudará a mantener
“limpio” tu duelo. Al mantener lo más “limpio posible” estos tiempos impredeciblemente
difíciles, la frecuencia y la intensidad de tales luchas disminuirá.

Estrategia de apoyo (IDENTIFICA LAS METAS):

Con cada paso, encontrarás algunas preguntas. Pídele a otra persona que te las haga abiertamente,
para que sepa cómo conocerte y animarte en el proceso de luto, por tu pérdida o tu dolor.

• ¿Estoy pensando en el progreso de mi proceso de luto de una manera saludable y realista?


• ¿Estoy afrontando mis momentos difíciles predecibles de una manera sabia y proactiva?
• ¿Mi respuesta a los momentos difíciles impredecibles promueven el progreso continuo?
• Me preparo: ¿Estoy manteniendo el equilibrio en las seis áreas de preparación del primer
capítulo?

Con cada paso, te aconsejamos que compartas al menos un nuevo elemento de tu sufrimiento con tu
compañero de apoyo.

• __________________________________________________________________________
• __________________________________________________________________________

85
Capítulo 8
“Comenzando a vivir el resto de mi historia”

PERSEVERO en la nueva vida e identidad a las que Dios me ha llamado.

“Parte del dolor relacionado con mi pérdida sigue siendo [describe], pero cada vez me
define menos.
Pero también experimento más de lo que Dios tiene para mí.
No sabía que la vida podría incluir [lista de experiencias] otra vez.
Ahora veo que Dios no me estaba reteniendo estas cosas, ni yo había renunciado a
ellas.
Estoy aprendiendo a disfrutarlas sin culpa, sin temor o sin reservas.
He llegado a darme cuenta de que ser ‘saludable’ significa más que la simple ausencia
de dolor.
Estoy aprendiendo a confiar y disfrutar de Dios en medio de los altibajos de mis
circunstancias.”

Memoriza: 2 Tesalonicenses 2:16-17 (NBLA): “Y que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios
nuestro Padre, que nos amó y nos dio consuelo eterno y buena esperanza por gracia, consuele
sus corazones y los afirme en toda obra y palabra buena.” Mientras memorizas el pasaje,
reflexiona en estos puntos clave:

• “Que nos amó” – Responder al amor de Dios es el combustible de la perseverancia, y es la


razón porque Satanás hace que cuestionemos ese amor.
• “Consuelo eterno… consuele” – Dios entiende que aun el consuelo eterno se debe aplicar
reiteradamente.
• “Buena esperanza” – Durante este paso, volvemos a convencernos de que nuestra
esperanza es más que una simple ilusión.
• “Obra y palabra” – Cuando entras en esta etapa del luto, debería haber un equilibrio
renovado entre tu servicio a los demás y recibir cuidado de ellos.

Notas de enseñanza

“A veces el duelo es tan poderoso que sientes como si tú también hubieras muerto… Pero
recuerda que, a pesar de que estás rodeado por la muerte, sigues vivo. Tu alma necesita
alimentarse. Tu corazón necesita ser alentado. No te rindas. No te des por vencido. No
abandones los buenos hábitos de fe que moldearon y fortalecieron tu relación con Cristo antes
de tu pérdida.” Paul Tripp en El dolor de la pérdida: cómo recuperar la esperanza.

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“Pero esto equivale a argumentar que Dios es como el marido que le da a su esposa una nueva
tostadora para su aniversario, cuando ella esperaba un viaje para dos a un hotel romántico.
Independientemente de cuánto ella necesite una tostadora, es poco probable que lo vea como
una expresión profunda del amor de su esposo… Dios me ha ofrecido consuelo genuino de
buena fe, pero no lo aprecié como tal. Si esto es verdad, entonces el consuelo de Dios no es
relativo, sino absoluto, con características discretas que podemos aprender a reconocer (pág.
23).” Joseph Lehmann en “Believing in Hope” (traducido como «Creyendo en esperanza») de
The Journal of Biblical Counseling (Invierno 1998).

“El sufrimiento siempre es una oportunidad para que te enfoques en el único tesoro que durará
para siempre y nunca te decepcionará ni se extinguirá (pág. 8).” Winston Smith en Divorce
Recovery: Growing and Healing God’s Way (traducido como «Sobreponerte al Divorcio: el
Método de Dios para Crecer y Sanarte»)

“Al alabar todavía puedo, hasta cierto grado, disfrutar de ella y, hasta cierto grado, disfrutar ya
de Él.” C.S. Lewis en Una pena en observación.

“Estás a salvo, no porque tengas control o entendimiento. Estás a salvo, a pesar de que eres
débil, imperfecto y corto de vista. Estás a salvo por una sola razón: Dios existe y es tu Padre
(pág. 31)… La tentación, en los tiempos de espera, es enfocarnos en las cosas que estamos
esperando, en todos los obstáculos que hay en el camino, en nuestra incapacidad de hacer que
las cosas sucedan, y en todas las demás personas que, al parecer, no han tenido que esperar…
Todo esto aumenta nuestro sentimiento de indefensión, nuestra tendencia a creer que nuestra
situación no tiene esperanza y nuestro juicio de que la espera es inútil (pág. 48).” Paul Tripp en A
Shelter in the Time of Storm (traducido como «Un refugio en tiempo de tormenta»).

Aplicación personal

“Nuevo” y “normalidad” son palabras que no tienen que ver una con la otra. Pero de eso
precisamente trata el paso ocho, de establecer una nueva normalidad. En esta etapa de nuestra
travesía, la mayoría de nosotros todavía no queremos una nueva normalidad. El dolor que
queda en nuestro corazón todavía anhela la antigua normalidad. Si existe este conflicto en tu
interior, no permitas que éste te atrase en tu travesía. No es hipócrita buscar una nueva
normalidad que vaya en contra del deseo de tu corazón cuando la realidad insiste en que debes
hacerlo.

Aun siendo optimista ante una nueva normalidad, ésta es atemorizante. Es desconocida. Es
relativamente permanente. Pronto será la vida que ocurre sin que lo pienses o lo reflexiones.
La alteración de esta nueva normalidad será lo que detone tu próximo peregrinaje a través del
duelo. Si sientes que este paso te intimida, no permitas que eso te convenza de que no has
completado adecuadamente los pasos anteriores.

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La frase “nueva normalidad” parece insinuar una mayor intencionalidad de la que en realidad
requiere. No necesitas una hoja de cálculo con siete columnas y 24 filas para enlistar y codificar
por colores cuáles serán tus expectativas según las actividades, las relaciones y las etapas de la
vida. Cuando vives un proceso de luto saludable y ordenado, la nueva normalidad ocurrirá.
Gran parte de este capítulo está dedicada a identificar las características que definen esta nueva
normalidad, para que puedas ser consolado mientras estas cosas suceden.

El capítulo también incluye dos secciones más. Primero, veremos cómo esta nueva normalidad
se asimila en la historia de tu vida. Este será el lugar en que podrás resumir lo que has
aprendido y cómo has crecido durante el transcurso de este estudio.

Segundo, proveeremos una guía que te ayudará a pensar detenidamente en cómo puedes
prepararte para la transición de tu relación de consejería o mentoría, a un grupo pequeño de la
iglesia para que seas alentado y sigas creciendo. Estás a punto de entrar en una nueva
temporada de transición: de la sanidad hacia la vida. Estos materiales tienen el propósito de
proveer una guía sobre cómo se ve en la práctica una vida saludable después del duelo.

Las características de una nueva normalidad

Las características descritas a continuación no son retratos de cómo se verá tu nueva


normalidad. Cada vida es única, así que sería imposible crear una lista que capte la nueva
normalidad de cada persona. Más bien, las características siguientes captan el desarrollo
emocional, relacional y espiritual que debería ocurrir mientras se da una nueva normalidad
saludable. Muchos de estos puntos han sido modificados y adaptados del libro Experiencing
Grief (traducido como «Experimentando el duelo»; solo el texto en negrita, págs. 79-80) de H.
Norman Wright.

No veas los siguientes puntos como una lista de obligaciones por cumplir. Sería como si un
adolescente leyera acerca de la pubertad como algo que él o ella tuviera que lograr por sí
mismo(a). Cuando tienes un buen proceso de luto, te darás cuenta de que estas situaciones
fluyen en tu vida. Comienza marcando con un asterisco (*) los puntos que has visto que ya han
ocurrido en tu travesía. Esto debería ser un testimonio alentador de la gracia de Dios en tu vida
y te dará confianza de que las cosas que todavía no han salido a la superficie, lo harán a su
tiempo.

1. El dolor deja de ser una carga y se convierte en un tesoro: Parte de la dificultad del
duelo, es que provoca que no quieras pensar en tu ser querido, porque esos pensamientos
te producen dolor. Esto puede parecerte ofensivo. Te ofende sentirte reticente hacia
alguien a quien anteriormente te sentías atraído. Sin embargo, cuando llegas a esta etapa
en tu proceso de luto, pensar en tu ser querido puede ser, nuevamente, una fuente de
gozo. Los recuerdos ya no son tan dolorosos. A pesar de que pueden producir tristeza, la
satisfacción o el aliento que ahora provocan, la sobrepasan.

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Lee Santiago 1:2-4. Esta temporada de lamento definitivamente ha sido una de las
“diversas pruebas” (v. 2) de las que habla Santiago. ¿Cómo puedes tenerlas por gozo?
No porque estés feliz por tu pérdida, sino porque te regocijas por haber tenido el
privilegio de amar a alguien tan especial y porque tu vida fue enriquecida por esa
persona. Las lecciones que aprendiste de él o de ella, así como el carácter que
desarrollaste con esa persona es parte de lo que Dios usa para llevarte a ese punto de
estar “completo” (v. 4). Una vida sin dolor sería una vida sin amor.

2. El nivel de energía regresa a la normalidad: Por mucho tiempo, sentiste la vida como algo
que no te pertenecía. Todo requería esfuerzo, pensamiento e intencionalidad. Las
decisiones eran grandes, inmediatas o muy memorables. Las conversaciones eran
pesadas, serias o incómodas. Dormir era difícil, con interrupciones o evasiones. Es muy
cansado vivir así, pero al establecer una nueva normalidad, puedes salir de ese estilo de
vida. El descanso puede volver a ser descanso. Volver a tener una vida descansada es un
indicador de la fidelidad de Dios durante este proceso tan difícil y te puedes regocijar en
ello.

Lee Isaías 40:27-31. Al sentirte fatigado (v.30), es probable que también te hayas sentido
ignorado por Dios (v. 27), sin embargo has esperado fielmente en Él y ahora
experimentas Su renovación (v. 31). Es después de las travesías como el duelo que nos
damos cuenta de hasta qué grado nuestro nivel de energía es un don de Dios. Con
frecuencia lo damos por sentado, como algo que es nuestro, pero incluso cuando somos
jóvenes (v. 30) podemos quedar consumidos por una vida sin Dios.

3. La toma de decisiones se vuelve más fácil: Las decisiones no se toman simplemente con
base en los principios. Están influenciadas por las relaciones y la dirección que toma la
vida. Durante el luto, tanto las relaciones como la dirección se alteran. Sin embargo, estos
elementos regresan junto con la nueva normalidad, aunque es probable que regresen de
maneras distintas. Esto es parte de la sabiduría que adquieres por medio de las
experiencias difíciles. No sólo ganas mejores principios para la toma de decisiones, sino
que aprendes el valor real de las personas y de las cosas que contribuyen a tomar
decisiones piadosas, de modo que el mal funcionamiento de las cosas menos importantes,
ya no te distrae tanto.

Lee Isaías 46:3-4. La toma de decisiones clara y sabia existe en la realidad de este pasaje.
Durante el duelo adquieres una experiencia propia de las promesas de Dios. “Yo los
cargaré… Yo los sostendré… Yo los libraré” (v. 4) y te das cuenta de cómo esto ha estado
sucediendo desde tu nacimiento (v. 3). Esta realidad provee la estabilidad del cuidado
de Dios y la dirección de Su gloria para tomar buenas decisiones. Es más, al haber
llegado a este conocimiento a través del sufrimiento, te conoces mejor a ti mismo y
puedes tomar decisiones más claramente en lo que tiene que ver con las pasiones con
las que Dios te ha creado (Salmo 34:7).

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4. Los ciclos de apetito y sueño regresan a la normalidad: Cuando pierdes a un ser querido,
pierdes a alguien en quien te deleitabas, y cuando esto sucede, es difícil encontrar deleite
en otras cosas. A veces durante el luto, usas la comida para consolarte, así que ya no
disfrutas un buen platillo. De la misma manera, dormir puede ser un escape o una
necesidad, en vez de ser una bendición que te llene de energía. La vida se reduce a la
supervivencia, por tanto, las tareas esenciales se convierten simplemente en una manera
de darle mantenimiento a tu vida. Mientras se vaya estableciendo la nueva normalidad,
podrás apreciar con una nueva mirada que Dios ha diseñado las partes esenciales de la
vida para que las disfrutes.

Lee el Salmo 4:6-8. Durante el duelo, tú eras quien hacías la pregunta del versículo 6.
Ahora cuentas el testimonio de los versículos 7 y 8. Notas que disfrutar una buena
comida y la capacidad de disfrutar el sueño, son bendiciones que dependen
grandemente de Dios. Ahora puedes saborearlas consciente del propósito que siempre
han tenido. Los versículos 7 y 8 son buenos pasajes para memorizar y usar en tus
oraciones por los alimentos y antes de dormir.

5. Puedes disfrutar el tiempo a solas: La soledad ha sido reconocida por mucho tiempo como
una disciplina importante en la vida de un cristiano (ver el capítulo 7 del libro de Richard
Foster, Alabanza a la disciplina). Durante el luto, este ejercicio restaurador se convierte
en un recordatorio doloroso de que ya no estás con tu ser querido. En esta etapa, el don
de la soledad regresa como una bendición y puedes atesorarlo como el regalo que es. Si
te cuesta estar solo, entonces considera leer el capítulo de Richard Foster acerca de la
soledad. Contiene varias páginas de reflexión acerca de los beneficios de estar solo
durante “la noche oscura del alma”.

Lee pasajes sobre Jesús y la soledad: Mateo 4:1-11, 14:13 y 23, 17:1-9, 26:36-46; Marcos
1:35, 6:31; Lucas 5:16, 6:12. Jesús, en la plenitud de Su humanidad, buscaba la soledad
como una fuente de fortaleza, y lo hacía con regularidad. ¿Cuánto más necesitaremos
nosotros hacer lo mismo? Es durante este tiempo de establecer una nueva normalidad
que sería sabio evaluar cuán saludable y balanceada es tu práctica de las disciplinas
espirituales. Puede tomar un tiempo antes de que la vida sea moldeable otra vez. Si no
estás seguro de cómo se ve esto en la práctica, entonces sería muy útil que leas el libro
de Foster o el de Donald Whitney, Disciplinas espirituales para la vida cristiana.

6. Comienzas a desear que lleguen ciertos eventos: El duelo es un tiempo en el que enfocas
gran parte de tu atención en el pasado. Parecería que las fechas importantes se te
escapan (las olvidas) o te amenazan (te causan pavor). Por un tiempo, el presente y el
futuro se sienten como obstáculos. Cuando se va estableciendo la nueva normalidad, la
planificación puede volver a ser una actividad placentera (al menos hasta el punto en que
lo era antes de tu pérdida). Este es un indicador primordial de que has aceptado tu

90
pérdida y estás comenzando a vivir otra vez. No significa que hayas dejado de recordar a
tu ser querido, pero sí que puedes mirar hacia el futuro con anticipación y gozo.

Lee Filipenses 3:12-16. Este pasaje con frecuencia se aplica incorrectamente durante el
luto. Pablo no está exponiendo un principio para olvidar el pasado ni vivir en negación
de los eventos dolorosos. En Filipenses 4:9 Pablo pide a esta iglesia que recuerden cómo
él trató sus experiencias desagradables de ansiedad cuando estaba con ellos. En
Filipenses 4:12 Pablo recuerda que ha pasado por pobreza, por hambre y necesidad. El
principio es simplemente que el dolor de nuestro pasado no debería convertirse en un
bloqueo mental para ir en pos de la misión de nuestro futuro. En esta etapa del
proceso, deberías empezar a sentir ese cambio de perspectiva en tu propio corazón.

7. Tienes la capacidad de usar tu experiencia para consolar a otros: Inicialmente, acercarte


al duelo de otra persona podría haber servido solamente para agrandar el tuyo. En las
primeras etapas del luto, puedes llegar a estar saturado con el dolor o la aflicción. Estás
procesando frenéticamente tu propia experiencia para tratar de salir a la superficie. Ahora
has experimentado el consuelo de Dios y percibes el duelo de otros como una experiencia
menos amenazante. Puedes identificarte con su dolor y tener un sentido real de empatía
para comunicarles que Dios no permitirá que se ahoguen en su dolor. No tienes las
respuestas a todas sus preguntas; puede que su proceso de luto tenga características que
el tuyo no tuvo, pero sí tienes un testimonio sobre el Pastor de su travesía y cómo fue para
ti la experiencia de andar con Él a través de tu valle de sombra de muerte.

Lee 2 Corintios 1:3-5. Fíjate en el tiempo transcurrido implícito en este pasaje. Dios te
consuela. Él es tu Padre de misericordias y Dios de toda consolación en cualquier
aflicción que afrontes. Aquí hay una pausa, sin que haya un programa de cuánto tiempo
durará esta parte del proceso. Entonces puedes dar testimonio a otros del consuelo de
Dios en cualquier aflicción que afronten. La pausa es esencial para el consuelo. Si crees
que Dios te tiene en una carrera contra el reloj para obtener una devolución del
consuelo que invirtió en ti, entonces sentirás que no tienes mucho consuelo para
ofrecer. Una vez que experimentes la paciencia de Dios antes del “para que” (v. 4),
empezarás a compartir abundantemente el consuelo de Cristo (v. 5).

8. Regresa la libertad para adorar a Dios: Durante el luto, el cielo puede sentirse como una
barrera entre tú y tu ser amado, en vez de ser el destino de su reunión. Esto puede
convertirse en un bloqueo mental y emocional para tu adoración. Levantar tu voz hacia
el cielo se convierte en un recordatorio doloroso de la distancia que la muerte creó
recientemente. Mientras la historia del evangelio se va convirtiendo en el fundamento de
tu nueva normalidad, te das cuenta de que tu duelo sólo ha servido para atraer tu atención
a esta distancia de una manera más personal. En la adoración celebras la esperanza de
que este abismo se cerrará, porque sin el evangelio estarías a esa misma distancia de Dios
y de cada ser querido, sin ninguna esperanza de reunión, pero ahora tu afecto por tu ser
querido es absorbido por tu aprecio hacia el evangelio.

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Lee el Salmo 13. Este Salmo traza el camino de muchos en el duelo, desde el momento
en que la adoración es difícil y dolorosa (v. 1-4) hasta el punto en que se convierte en
una fuente de gozo y fuerza (v. 5-6). Recuerda que Dios puso este salmo en Su Palabra
para consolarte mientras avanzas por esta travesía. Es la reflexión del salmista en su
salvación (v. 5), la cual le permite cantar y ver que Dios lo ha llenado de bienes (v. 6).
Esto se debe a que es en el evangelio donde vemos a Dios estar de acuerdo con nuestro
desdén por la distancia que crea la muerte y donde se ofrece el remedio definitivo a la
misma.

9. Regresa el sentido del humor: Proverbios 14:13 puede ser el testimonio de muchos que
atraviesan por el duelo: «Aun en la risa, el corazón puede tener dolor, y el final de la alegría
puede ser tristeza». Sientes que la tristeza le da fin a tu alegría y a tu risa. Pero sirves a
un Dios cuya motivación para conquistar a la muerte, fue el gozo (Hebreos 12:2). Tu Dios,
es en verdad el que ríe al último (Salmo 2:4) y tu risa puede ser un eco de Su victoria. Sin
el evangelio, cualquier risa después del dolor es una forma de negación. A la luz del
evangelio, tu dolor se convierte en algo temporal (2 Corintios 3:16-18) y tu gozo es eterno.
El regreso de tu sentido del humor, por tanto, se convierte en una expresión de fe
saludable, en vez de ser una distracción no saludable.

Lee el Salmo 30:5. Dios no usa Su victoria sobre la muerte como una razón para prohibir
tu dolor. Dios no es un rey temperamental e inseguro que sólo permite que en Su
presencia haya gente feliz. Dios te permite madurar, no sólo en tu carácter e integridad,
sino también en tus emociones para que llegues a ser lo que Él tenía en mente cuando
te creó. En la Escritura encuentras en repetidas ocasiones que Dios conquistó la muerte,
pero no por ello, pierde la paciencia con tu duelo.

10. Se crean nuevas relaciones: Que algo sea nuevo no significa que vaya a ser mejor o que se
convertirá en un reemplazo de tu ser querido. Durante las primeras etapas del duelo, es
probable que interactúes con otras personas sin desarrollar relaciones. De esas
interacciones, pueden surgir amistades, pero inicialmente sólo estás sobreviviendo. Esta
es la razón porque no es sabio entablar nuevas relaciones románticas durante el primer
año de una pérdida significativa. Cuando se establece la nueva normalidad, puedes
conocer personas y permitir que ellas te conozcan, y disfrutarlo. En esta etapa de la
jornada, deberías darte cuenta de que te relacionas con los demás con base en tu persona
y no con base en tu pérdida.

Lee Proverbios 27:9. Este proverbio conecta las nuevas amistades con la presencia del
gozo (que es una de las características anteriores de la perseverancia durante el luto).
Conecta la dulzura de la amistad con el consejo. Deberías desarrollar amistades con las
personas que estuvieron dispuestas a caminar contigo durante tu tiempo de duelo y
llegaron a conocerte tan bien como para hablar a tu vida palabras oportunas de aliento,

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basadas en la verdad de Dios. El periodo del duelo es duro, y por eso provee un
contexto en el que pueden surgir amistades significativas y auténticas.

11. Experimentas paz, incluso durante un “arranque de dolor”: Cuando te das cuenta de que
la travesía no ha llegado a su fin o cuando tienes miedo de estar llevando tu luto de una
manera incorrecta, puedes sentirte impaciente y extraviado. Con frecuencia, esto sucede
después de un “arranque de dolor”. La paciencia y la confianza de que estás haciendo lo
que puedes hacer (capítulo 7) son factores importantes para experimentar la paz durante
estos momentos. Esta etapa en el proceso no significa que el dolor terminó. Debería
significar que ya no experimentas esta pérdida como una amenaza a tu bienestar
emocional.

Lee Job 42:7-17. En Job 1:1-5, ves cómo Dios le devolvió a Job el doble de todo lo que
tenía, excepto la cantidad de hijos. Si Job hubiera hecho cuentas, seguro hubiera tenido
algunos “arranques de dolor”. Cada uno de sus hijos fallecidos tenía una fecha de
nacimiento. Quizá sus nuevos hijos tenían gestos que le recordaban a sus primeros
hijos. Pero Job ya había caminado con Dios a través de una larga travesía de dolor, lo
que le permitió experimentar estos momentos con una actitud diferente, de modo que
pudo decirse de él que murió anciano y lleno de días (v. 17).

12. Aprecias el crecimiento que te ha dado el dolor: Una cosa es reconocer el crecimiento,
pero apreciarlo es algo totalmente diferente. Nuestro objetivo es que puedas decir: “Dios
ha sido bueno conmigo en mi duelo y ha hecho cosas buenas en mí a través de mi dolor”.
Vincular tu sufrimiento a tu crecimiento con la palabra “porque”, es un gran obstáculo
para poder dar ese testimonio. Se oye así: “Dios me mandó este dolor porque necesitaba
crecer”. Esto presupone que Dios detonó la pérdida con el propósito de producir un
resultado. Aunque Dios sí tiene el control de todas las cosas, la Escritura no respalda esta
lógica. Dios promete que traerá algo bueno del sufrimiento, pero con demasiada
frecuencia interpretamos esto como el “porqué” de nuestro sufrimiento. Aguanta las
ganas de buscar una interpretación del bien que Dios puede producir a través del dolor,
pues estarás menospreciando Su bondad hacia ti.

Lee Job 42:1-6. Al final del libro, Job no sabe el “porqué”. Sin embargo, puede ver que
Dios es y ha sido bueno con Él, a pesar de sus grandes pérdidas. El versículo 5 resume
bien la travesía de Job. Él quería respuestas que pudiera escuchar con sus oídos para
que su sufrimiento tuviera sentido. Job tuvo la oportunidad de observar el carácter y la
redención de Dios, y recibió una paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7).
Al final de tu travesía de duelo, es probable que no tengas las respuestas que querías
para todas tus preguntas. Job no las tuvo. Pero sí habrás llegado al lugar en que las
respuestas que sí tengas contesten a las preguntas: quién soy, quién es Dios y qué hace
que valga la pena vivir. Estas respuestas son suficientes para sustentar tu esperanza.

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Escribe tu nueva narrativa

En este punto de tu travesía, asentada ya tu nueva normalidad, estás en el lugar en que puedes
ver que tu historia se incorpora otra vez en una narrativa única y significativa. Esto no significa
que descifras la razón de tu pérdida, sino que entiendes que las piezas de tu vida son parte de
una historia más grande.

Para ayudarte con esta asimilación, regresa al ejercicio que hiciste en el capítulo 2, donde
enlistaste cronológicamente los datos de tu pérdida. Amplía esta lista de dos maneras. En
primer lugar, enumera los eventos significativos de tu vida que ocurrieron antes de esta pérdida.
En segundo lugar, agrega aquellos eventos que han acontecido en tu vida desde que
completaste el capítulo 2. Una vez que hayas terminado con esta tarea, lee detenidamente la
travesía de tu vida como una historia global.

Con esto en mente, regresa a las cinco preguntas que te hicimos en el capítulo 6 y resume lo
que has llegado a conocer en el transcurso de este estudio.

¿Quién soy yo?


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_____________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________
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¿Quién es Dios?
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______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

¿Qué es la muerte?
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______________________________________________________________________________

¿El amor hace que ese dolor valga la pena?


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______________________________________________________________________________

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______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

¿Para qué vivo?

Esta pregunta será el foco de atención del capítulo 9. Por tanto, aunque puedes comenzar a
meditar en eso ahora, recibirás más dirección sobre cómo pensar detenidamente en esta
pregunta.

Prepárate para la transición

En esta tercera sección del capítulo ocho es probable que sientas un cambio en el ritmo. Eso se
debe a que el duelo ya no será el foco de atención. En esta sección la pregunta es: “¿Cómo
debe verse mi vida ahora que ya no está enfocada en recuperarme del dolor?”

Asegúrate de pertenecer a un grupo pequeño. La confianza toma tiempo. Tu grupo pequeño o


tu mentor te darán la confianza para que avances a un ministerio más regular en el cuerpo de
Cristo. El primer lugar donde esto ocurre es en grupos pequeños en la iglesia. Las lecciones
(cognitivas y emocionales) que Dios te ha enseñado en el transcurso de este estudio se han
mejorado, protegido y aplicado, en gran parte, a causa de las relaciones a través de las cuales
aprendiste. Lo mismo sucede con las lecciones siguientes (y todas las demás) que Dios tenga
para ti.

Por esta razón, si todavía no lo has hecho, es sabio que empieces a conectarte con un grupo
pequeño. Si necesitas ayuda para identificar cuál grupo pequeño sería adecuado para ti,
convérsalo con tu mentor o con el pastor de tu iglesia. Queda completamente a tu discreción si
deseas compartir con el líder de tu nuevo grupo pequeño por qué elegiste el suyo.

Aprender sobre rendición de cuentas y exhortación en una escala más amplia. Probablemente,
estudiar este material con otra persona, fue tu primera oportunidad de experimentar una
continua rendición de cuentas y exhortación dentro de un ambiente cristiano. La rendición de
cuentas no es sólo para las luchas que dominan nuestra vida. Es parte de cómo Dios define lo
que es saludable. Las personas menos saludables son las que no tienen relaciones donde
pueden ser honestas acerca de sus luchas, las que no buscan rendir cuentas, ni ser exhortadas.

Hasta ahora estabas en un grupo o en una relación de mentoría que se enfocaba


primordialmente en el duelo. Quizá pasarás a un grupo pequeño en tu iglesia y te preguntas
cómo será ahora esa rendición de cuentas y exhortación. Los siete puntos que se encuentran a
continuación tienen el propósito de guiarte para que sepas el tipo de relaciones que buscas
formar con tu grupo pequeño.

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1. Voluntaria – La rendición de cuentas no es algo que tienes, es algo que haces. Debes
exponerte para que puedas beneficiarte de la relación. Lo que se espera es que la
experiencia positiva que has tenido al estudiar este material te anime a seguir siendo
transparente y vulnerable.

2. En confianza – La(s) otra(s) persona(s) es(son) alguien en quien(es) confías, admiras la


integridad de su carácter y crees que tiene(n) buen criterio. Unirte a un grupo pequeño
lo más pronto posible, te permitirá desarrollar esta confianza o una relación de mentoría.

3. Mutua – Las relaciones que son de una sola vía no suelen durar mucho. En el grupo
pequeño oirás sobre las debilidades y luchas de otras personas, al mismo tiempo que
compartes las tuyas. Ayudarás a llevar sus cargas al mismo tiempo que ellos te ayudan a
llevar las tuyas (Gálatas 6:1-2).

4. Planificada – La rendición de cuentas que no es planificada tiende a extinguirse. Por este


motivo los grupos pequeños que se reúnen semanalmente son el lugar ideal para que se
lleve a cabo la rendición de cuentas. Todos saben cuándo será la reunión y tienen la
expectativa compartida de cómo empezarán las conversaciones en las que se rendirán
cuentas.

5. Relacional – Queremos que el crecimiento espiritual se convierta en un estilo de vida, no


en un evento. Esto significa que la rendición de cuentas es parte de nuestras
conversaciones cotidianas, no sólo como algo que hacemos en una reunión semanal. Eso
implica que habrá veces en que rendimos cuentas sin siquiera darnos cuenta.

6. Completa – La rendición de cuentas que se enfoca exclusivamente en un tema tiende a


volverse repetitiva y se extingue. También tiende a reducir el “éxito” de confiar en Dios
en una sola área de la vida.

7. Alentadora – Con demasiada frecuencia la expresión “rendición de cuentas” lleva la


connotación de “cacería de pecados”. Cuando ese es el caso, se percibe como si la
rendición de cuentas sólo funcionara cuando es negativa. Sin embargo, una rendición de
cuentas que perdura celebra el crecimiento en el carácter con el mismo fervor con el que
trabaja en las fallas del carácter. Esto significa que nos hacemos preguntas unos a otros
acerca del desaliento y de nuestras tentaciones.

Arma un plan para un estudio en el futuro. Caminamos hacia adelante. Caemos hacia atrás.
Por algún tiempo has sido parte de un proceso intencional y estructurado. Si antes de salir de
esa estructura, no tienes un plan para profundizar continuamente en tu entendimiento de la

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Escritura y aplicarla a las dificultades de la vida, tendrás un retroceso. Efesios 5:15-16 nos llama
a la intencionalidad porque reconoce que tiempo menos dirección es igual a deterioro, no a
sanidad.

Los Apéndices E y F están diseñados para proveerte materiales que te ayudarán a desarrollar un
plan futuro de estudio. El Apéndice E contiene una lista de textos bíblicos que tratan el tema del
duelo. Probablemente querrás dedicar tu tiempo diario de lectura bíblica y reflexión para
estudiar estos pasajes en los próximos meses.

El Apéndice F provee una bibliografía comentada (una lista de libros con el resumen de su
contenido) de recursos que son un buen complemento de este material. Estos recursos
abordan temas como el duelo, el duelo en los niños, aborto espontáneo, infertilidad,
sufrimiento en general, recuperación después del divorcio, depresión y el cielo. Puedes confiar
en que todos estos materiales tienen la misma comprensión exhaustiva de la condición humana
y el mismo compromiso con la Biblia, el evangelio, la iglesia y con la gracia, que has encontrado
en este estudio.

Haz un plan formal de transición. Pon por escrito tu plan de transición. Enumera las prácticas
importantes que hayas iniciado en este estudio y que necesitas mantener. Escribe cuáles son las
posibles “banderas amarillas” de advertencia (no esperes llegar a las rojas) que necesitas tratar
con seriedad, si llegaran a aparecer.

Revisa tu plan con tu grupo pequeño o tu mentor. Recibe sus sugerencias acerca de lo que
deberías agregar al plan. Consulta con ellos para decidir cuáles aspectos de esa lista deberías
incluir en la conversación de rendición de cuentas con tu nuevo grupo pequeño.

Estrategia de apoyo (PERSEVERA):

Con cada paso, proveeremos preguntas que deberías utilizar para invitar a otra persona a que te las
haga abiertamente, para que sepa cómo conocerte y animarte en el proceso de luto por tu pérdida o
tu dolor.

• ¿Tengo una evaluación correcta de cuáles características de una “nueva normalidad” están
presentes y ausentes en mi vida?
• ¿He pensado detenidamente y empezado a llevar a cabo un plan de transición efectivo?
• Me preparo: ¿Estoy manteniendo el equilibrio en las seis áreas de preparación del primer
capítulo?

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Con cada paso, te aconsejamos que confíes al menos un nuevo elemento de tu sufrimiento con tu
compañero de apoyo.

• __________________________________________________________________________
• __________________________________________________________________________

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Capítulo 9
“Cómo vivir el resto de tu historia”
SOY MAYORDOMO de toda mi vida para la gloria de Dios.

“Dios me ha mostrado mucha gracia; una gracia mayor que mi dolor.


Estoy aprendiendo lo que significa vivir de manera práctica mi nueva identidad en
Cristo.
Esto me ha empujado a hacer la pregunta:
‘¿Cómo puedo ser un canal de la gracia de Dios para los demás?’
Después de este tiempo en que he buscado a Dios, examinado mi vida y consultado
con otros creyentes,
creo que esto [descríbelo] es lo que implica para mí ser ahora un mayordomo de la
gracia de Dios.”

Memoriza: 1 Pedro 4:19 (NBLA): “Así que los que sufren conforme a la voluntad de Dios,
encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien”. Mientras memorizas el pasaje,
reflexiona en estos puntos claves:

• “Los que sufren” – Este pasaje se aplicará a toda persona en diversas ocasiones a lo largo
de su vida.
• “Voluntad de Dios” – La esperanza es que en esta etapa de tu travesía puedas leer estas
palabras sin oír que se trata de un castigo de Dios.
• “Encomienden sus almas” – La vida es una decisión entre encomendar nuestras almas a
Dios o buscar el protegernos a nosotros mismos.
• “Al fiel creador” – Si llegaste hasta este punto del estudio, probablemente tengas muchas
evidencias de la fidelidad de Dios.
• “Haciendo el bien” – Si no regresa ese sentido de misión, el sufrimiento drenaría nuestra
vitalidad para enfrentarnos a la vida.

Notas de enseñanza

“Mi pena ahora se siente menos como un peso opresivo y más como una posesión atesorada.
Puedo sacarla y sopesarla, y luego guardarla a salvo y con cuidado (pág. 79)”. Testimonio de
una mujer anónima en Experiencing Grief por H. Norman Wright. (Traducido como:
Experimentando el duelo)

“Después de una complicidad íntima y un matrimonio de 27 años, aprender a caminar sola


otra vez no fue tarea fácil… Me tomó muchos años aprender que ningún hombre en esta tierra
puede satisfacer los anhelos más profundos del corazón de una mujer. Solo hay Uno que puede

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hacerlo. Él es, además, el único que puede ayudarme a vivir con ese hoyo profundo, ese dolor
profundo en mi corazón… El dolor sigue ahí. Él todavía no lo ha llenado, pero ha construido un
puente sobre él. Ahora puedo vivir con mi dolor, pararme sobre este puente y ofrecer mi mano
a otros (pág. 43-45)”. Ingrid Trobisch en “Let the Deep Pain Hurt” Partnership (Traducido como:
Dejar que el dolor profundo duela).

“¡No hay duda en mi mente que Dios está en este momento equipándote para oportunidades
futuras, cuando otros estén afligidos de esta manera! Todos somos “consoladores en
entrenamiento (pág. 64)”. Paul Tautges en Comfort Those Who Grieve. (Traducido como:
Consuelo a los que lloran).

“El sufrimiento nos reduce a nada y, como observó Soren Kierkegaard: “Dios crea todo de la
nada. Y todo aquello que Dios quiere usar, primero lo reduce a nada”. Ser reducidos a nada es
ser arrastrados al pie de la cruz (pág. 136)… Creer en Dios en medio del sufrimiento es
vaciarme a mí misma; y vaciarme a mí misma es aumentar la capacidad… para Dios. El mayor
bien que el sufrimiento puede hacer por mí es aumentar mi capacidad para Dios (pág. 137)”.
Joni Eareckson Tada & Steven Estes en When God Weeps (Traducido como: Cuando Dios llora).

Aplicación personal

Al final del capítulo 8 empezamos a analizar la interrogante: “¿Para qué vivo?” Esta es una
pregunta esencial en nuestro proceso de duelo. A menos que la respondamos, nuestro pasado
seguirá brillando más que nuestro futuro, nos predisponemos para la desesperación. Con una
pregunta de este tipo, sin embargo, tú serás quien más escriba en este capítulo.

La meta es que encuentres cosas en las que puedas involucrarte con la misma pasión con la
que te involucraste con tu ser querido. Esta no es una forma de reemplazo, sino la necesidad
de disfrutar de la vida. Tener pasión por algo en este tiempo no disminuye de ninguna manera
tu amor por esa persona. De hecho, darás rienda suelta a aquello que él o ella amaba en ti.
Podrías imaginarte a tu ser querido en el cielo con Dios, diciendo: “Mira, eso es lo que siempre
me encantó de él o de ella. Ahora tiene una mayor oportunidad de impactar al mundo con los
dones y pasiones que Tú le pusiste. Me encanta tener el privilegio de ver cómo Te sirve en Tu
presencia. ¡Es glorioso!”

Lee Lucas 11:24-26. Esta es una advertencia aterradora sobre consolar en el sufrimiento sin ese
consuelo que tiene como resultado servir a los propósitos de Dios en tu vida. El consuelo por sí
solo no satisface el corazón humano. Ante la ausencia de misión, la vida pierde su propósito.
Esta carencia de propósito con frecuencia se experimenta como una forma de depresión.
Cuando la depresión se incrusta después de haber hecho todo lo que sabemos que hay que
hacer para tener un buen proceso de luto, entonces comenzamos a creer que en verdad no hay

100
esperanza. Si perdemos la esperanza, entonces el estado posterior es en verdad peor que el
anterior.

Lee Efesios 2:8-10. En este estudio hemos viajado desde el evangelio (v. 8-9) hacia las buenas
obras (v. 10). Los nueve pasos simplemente son el evangelio en cámara lenta. Los nueve pasos
nos muestran el patrón general de Dios para redimir y restaurar nuestro sufrimiento. No es
que ahora salgamos del evangelio para hacer buenas obras, sino que cultivamos el fruto del
evangelio. El apóstol Pablo dice que hay “buenas obras” que “Dios preparó” para todo
creyente y que estas deberían definir nuestra vida cotidiana (“para que anduviéramos en
ellas”) (v.10). Sí hay respuestas a las preguntas que te haremos a continuación. Tienes la
confianza que viene de las promesas de la Escritura de que Dios tiene un diseño para tu vida y
quiere que sepas cuál es.

Mientras lees cuidadosamente y contestas las siguientes nueve preguntas, recuerda la


paciencia y el tiempo de Dios. Habrá algunos aspectos del diseño de Dios con los que podrás
involucrarte inmediatamente. Pero también podría haber áreas en las que quieras servir a Dios
que requerirán que madures más o te prepares más antes que estés listo para llevarlas a cabo.
Lo principal es que empieces a tener una visión para la vida que tenga que ver con servir a Dios
e involucrarte activamente en esa visión en un área en la que actualmente estés equipado.

1. ¿Estoy dispuesto a comprometer mi vida con cualquier cosa que Dios me pida? Esta es
una pregunta ineludible. Si tu respuesta es “no”, eso influirá sobre las respuestas que des a cada
una de las preguntas que siguen. No te pierdas en la culpa ni finjas que es un “sí”. Más bien,
identifica el obstáculo. ¿Qué aspecto de tu historia de sufrimiento (capítulo 4) causa que este
sacrificio parezca demasiado arriesgado?

¿Hay cosas específicas que crees que Dios te está pidiendo? Asegúrate de registrar lo que
piensas en esta pregunta, antes de reflexionar en las preguntas siguientes.

101
2. ¿En qué roles me ha puesto Dios? La primera parte de ser un buen mayordomo de tu
vida es cumplir tus roles principales con excelencia. Cuando Pablo dice en Efesios 5:17 que
debemos “entender cuál es la voluntad del Señor”, enseguida describe el diseño de Dios para
cada uno de nuestros roles más importantes en la vida (cónyuge, padre o madre, hijo y
trabajador en 5:22-6:9).

3. ¿Cuáles son mis dones espirituales? Ser mayordomo de tu vida para la gloria de Dios
incluye utilizar los dones espirituales que Dios te ha dado. El Señor da dones espirituales que
coinciden con el llamado que Él pone en la vida de cada persona. Lee Romanos 12:1-8 y 1
Corintios 12:1-30. Si necesitas más asesoramiento para discernir tus dones, conversa con un
pastor para ver si haces un inventario de dones espirituales.

4. ¿Por cuál grupo de personas (edad, lucha, carrera, etnicidad, etcétera) siento una
carga? Desde el primer pacto de Dios con las personas, Su intención ha sido bendecirnos para
que podamos ser una bendición para otros (Génesis 12:2). Cuando inviertes tu vida en aquellos
por los que sientes una carga eso te permite enfocarte en otros en lugar de encerrarte en el
egocentrismo y, de ese modo, encontrar gozo.

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5. ¿Qué es lo que me apasiona? En este punto de la evaluación de mayordomía, puedes
comenzar a ver cómo se cumple el Salmo 37:4 en tu vida. Hay cierto nivel de vulnerabilidad
involucrado en volver a sentir esa pasión, pero date permiso de expresar la fe en Dios a través
de esta vulnerabilidad y procura seguir adelante con la vida que Él tiene para ti.

6. ¿Con qué talentos o habilidades me ha bendecido Dios? Estos no tienen que ser los
dones espirituales. Lee la asombrosa descripción de las habilidades que Dios le dio a Bezalel y
cómo este utilizó esas habilidades para servir al Señor (Éxodo 31:1-11). Piensa detenidamente
en las destrezas y la experiencia que has acumulado en tu vida.

103
7. ¿Cuáles experiencias de vida son únicas para mí? Debes enumerar tanto las experiencias
agradables como las desagradables. A veces sentimos la tentación de creer que Dios solo puede
usar las experiencias buenas o espirituales de nuestras vidas. Dios se complace en utilizar
nuestro éxito (Mateo 5:16), pero también se deleita al demostrar Su gracia por medio de la
transformación de nuestro sufrimiento y convertir los dardos de fuego con los que Satanás
quería destruirnos en puentes de ministerio que llevan a muchas personas a una vida en Cristo
(2 Corintios 1:3-5).

8. ¿En qué punto mis talentos y pasiones encajan con las necesidades de mi iglesia y mi
comunidad? Deberíamos procurar llevar a cabo nuestra labor de mayordomos en cooperación
con nuestra iglesia local. La manera en que Dios bendice y madura a aquellos a los que servimos
es a través del cuerpo de Cristo, la iglesia. Al identificar dónde encajan tus dones, cargas,
pasiones y habilidades dentro de los ministerios de la iglesia, o para expandirlos, estarás
maximizando el impacto que tu servicio puede tener en las personas a las que quieres bendecir
y te protegerás del desaliento que viene como producto del aislamiento.

104
9. ¿De qué manera quisiera Dios que yo reúna estos factores para darle gloria a Él? Esta
no es una nueva pregunta, sino un resumen a todas las preguntas. Regresa y lee lo que ya has
escrito. Conversa del tema con otros cristianos: amigos, familia, tu mentor o pastores. Dedica
tiempo para pedirle a Dios en oración que te dé un sentido de dirección. Después comienza a
servir como una forma de ser mayordomo de tu vida para la gloria de Dios.

“Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados”. Mateo 5:4

Estrategia de apoyo (SÉ MAYORDOMO):

Con cada paso, proveeremos preguntas que deberías utilizar para invitar a la otra persona a que te
las haga abiertamente, para que sepa cómo conocerte y animarte en el proceso de luto por tu
pérdida o tu dolor.

• ¿Hay cambios necesarios que he omitido, lo cual evitaría que pueda graduarme de este grupo
G4 o relación de mentoría?
• ¿Hay algún consejo, exhortación o capacitación que debería buscar antes de procurar volver a
involucrarme en las cosas que creo que Dios me está llamando a hacer?
• Me preparo: ¿Estoy manteniendo el equilibrio en las seis áreas de preparación del primer
capítulo?

105
Apéndice A
Ceremonia conmemorativa para un bebé no nacido.
El duelo por la pérdida de un niño no nacido puede ser particularmente difícil. Nadie más tuvo el
privilegio de conocer a tu bebé y, por lo tanto, muchos de los rituales del duelo (como compartir
imágenes o historias de cómo el ser querido perdido tocó la vida de otros) no se pueden realizar.
Como nadie más conocía a su bebé, los padres a menudo intentan emprender solos este proceso
de duelo.
A continuación exponemos algunas sugerencias sobre cómo honrar al hijo que perdiste y así
facilitar tu propio proceso de duelo. No consideres este apéndice como una receta que tiene que
seguirse con exactitud, sino como una serie de ideas de las cuales puedes tomar la(s) que mejor
se aplique(n) a tu situación. Algunas familias que pierden a su bebé pueden optar por no hacer un
servicio como éste, y tanto el grupo pequeño como cualquier familia de la iglesia que se hayan
ofrecido a ayudar de esta manera, deben ser considerados y respetar los deseos de la familia.
Las sugerencias recomendadas a continuación se incorporarán en el servicio conmemorativo que
se describe al final de este apéndice.
Nombra a tu bebé: Esto será importante no sólo para el memorial, sino también para el proceso
de duelo en curso. Esto te permitirá hacer referencia a tu hijo en futuras conversaciones (lo cual
es saludable). Sin un nombre, es más probable que, en cuestión de semanas, tú y los demás
comiencen a vivir como si la pérdida nunca hubiera ocurrido. Los padres pueden cambiar el
nombre con el que pretendían llamar a su bebé sin sentir que lo están deshonrando. El objetivo al
nombrar al bebé es aceptar la pérdida como real, no decir que nada ha cambiado o puede cambiar.
Escribe una carta de despedida: Muchas pérdidas son previsibles y podemos decir adiós, pero el
aborto espontáneo es diferente, es sorpresivo, y además tu hijo no habría podido escuchar tus
palabras. Una carta te permite procesar estas primeras experiencias de tu dolor y sentirte más
comprendido, asimismo, te permite expresar tu sufrimiento en palabras, las cuales podrán ser
escuchadas por familiares y amigos en el memorial.
Caja conmemorativa: No es un ataúd, sino un espacio para guardar algunas cosas valiosas como
cobijas, ropita, juguetes pequeños, certificados de nacimiento/defunción, imágenes de
ultrasonido, carta de despedida, notas de amigos, tu diario de duelo, etc. Una caja conmemorativa
ayuda a que tengas en tu hogar algo tangible para recordar a tu hijo, sin el efecto de consagración
que conlleva tener una habitación dedicada al hijo que perdiste.
Obtén un diario de duelo: Tendrás muchos pensamientos y experimentarás muchas emociones en
los próximos meses. Puedes tener miedo de olvidar lo que estás pensando y sintiendo, porque es
todo lo que te queda de tu bebé. Un diario es un sitio saludable en el cual captar esos
pensamientos y emociones. Una opción que muchas madres han encontrado útil es Mommy,
Please Don’t Cry (traducido como «Mami, por favor, no llores») de Linda DeYmaz.
Este diario también sirve como un lugar para recopilar tus pensamientos de modo que tengas una
respuesta cuando tus amigos, familiares o miembros de un grupo pequeño pregunten: ¿Cómo
estás?
No apresures esta celebración conmemorativa: La planificación y realización del memorial es una
parte importante del proceso de duelo. Un memorial confirma que la pérdida es real, no sólo para

106
ti, sino también para aquellos que te aman, quienes podrán reconocer que hay un proceso de
duelo por delante. La negación puede desaparecer durante la planificación y realización de un
memorial, y también se puede establecer una red de amigos que te apoye en las próximas
semanas y meses.
Planta un árbol/jardín: Una de las dificultades en el proceso de duelo de un aborto espontáneo,
es que no hay ningún lugar al cual ir a llorar o colocar flores en el cumpleaños de tu hijo o en otras
ocasiones especiales. Plantar un árbol te proporciona un lugar al cual ir y recordar. También es un
recordatorio visual del paso del tiempo, ya que al ver crecer el árbol, también puedes reflexionar
acerca de tu crecimiento y madurez personal. El lugar en que la familia decida plantar el árbol o el
jardín, determinará el lugar de la ceremonia. Es importante considerar que sea un lugar que no se
venderá en el futuro, ni tampoco un lugar que la familia dejará (por una mudanza, por ejemplo);
si es así, será preferible buscar un espacio fuera de casa.
Crea una cápsula del tiempo: Puedes hacer que el memorial parezca más un funeral si hay algo
que enterrar. Al sembrar el árbol, también puedes enterrar una cápsula del tiempo con una copia
de tu carta de despedida, juguetes que habías comprado, los papeles del hospital o consultorio
donde se realizó el legrado uterino (LUI), una lista de los sueños que tenías para este bebé al que
estás entregando a Dios u otro elemento memorable.
Planeando el memorial
Mientras planificas el memorial, recuerda que éste no es un medio para llegar a un fin, sino una
parte del proceso de duelo. Tomarte el tiempo para planificar un memorial confirma la realidad
de tu dolor. No sólo te sometiste a un procedimiento médico, perdiste a un hijo y está bien llorar.
La planificación de la ceremonia es un momento de conversación muy beneficioso con tu cónyuge
e hijos. A menudo, las familias no están seguras de cómo hablar entre sí, qué es aceptable decir o
sentir, o cuándo mencionar el tema. Si este hielo no se rompe, todos se sentirán ahogados en el
dolor. Planificar una ceremonia es una buena forma de abrir las líneas de comunicación. El
esquema a continuación debería facilitar estas conversaciones. Cada miembro de la familia puede
sentirse libre de decir lo que le gusta y lo que no le gusta, sin temer que pueda estar insultando la
idea de otro miembro de la familia.
La lista de invitados también es importante. Es aconsejable invitar a más personas de las que crees
que vendrán. El memorial es una forma de anunciar tu pérdida y de esa manera no tendrás que
enfrentarte a tantas preguntas de “cómo está el bebé” en las próximas semanas. Además, al hacer
invitaciones para un memorial, te sentirás menos presionado para actuar con normalidad. Al tener
una ceremonia aceptas que lo normal se ha interrumpido de manera significativa y que pasará un
tiempo antes de que esa normalidad regrese.
Una ceremonia conmemorativa
Nota: Utiliza esta sección como sugerencia y no como una plantilla. Hazlo tuyo. En un momento
en el que es difícil concentrarse porque hay muchas otras cosas en tu mente, este material te
brindará un cimiento sobre el cual construir.
Oficiar: Pídele a un pastor o líder de un grupo pequeño que dirija la ceremonia. Tu papel debe ser
participar en el memorial; no guiarlo.
Preparación: Dependiendo de los elementos del servicio que utilices, es posible que necesites
cierta preparación. Está bien pedirles a tus amigos y familiares que te ayuden a cavar el agujero
para la cápsula del tiempo, a preparar la comida para compartir después del servicio o hacerse
cargo del cuidado de los niños que asistan.

107
Escritura inicial y oración:
Salmo 139: 13-18 (RVR1960) “Porque tú formaste mis entrañas [pueden usar el nombre del bebé
al leer el salmo]; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables,
maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti
mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi
embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego
formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande
es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy
contigo.”

Señor, aunque tenemos el corazón roto, venimos a ti sabiendo que tu Palabra es verdad. [Nombre]
fue hecho de una manera maravillosa. Tus obras son maravillosas y anhelábamos conocerlas en la
vida de [nombre]. Tu conociste a [nombre] íntimamente desde la concepción y lo conoces incluso
ahora. Venimos porque no tendremos el privilegio de conocer a [nombre] de este lado del cielo y
eso nos duele.
• Palabras de oración para la familia
• Palabras de oración para la mamá
• Palabras de oración para el papá
• Palabras de oración para los hermanos
• Palabras de oración para los abuelos y la familia extendida presentes.

Señor, tus pensamientos son preciosos, incluso cuando no los entendemos. Admitimos que no
podemos entender esto y nos duele. Te pedimos que nos consueles, sabiendo que cuando
estamos despiertos pensando en [nombre], [nombre] está despierto contigo. Amén.
Leyendo la carta de despedida de los padres:
Esto puede hacerlo la familia unida, un miembro de la familia o el oficiante de la ceremonia en
nombre de la familia. Después de leer la carta, la familia puede colocarla (y cualquier elemento de
importancia mencionado en ella) en la cápsula del tiempo.
Leyendo las palabras de otras personas:
La familia puede pedir a otras personas que escriban sus pensamientos y reflexiones para leerlos
en este momento. Si es así, sería prudente que el oficiante tenga estas palabras por escrito antes
de la ceremonia, para asegurarse de que sean adecuadas para un servicio conmemorativo. Las
personas que participen en este momento de la ceremonia, deberán tener dos copias de sus
palabras, para que al concluir su lectura, se acerquen a los padres/hermanos y les entreguen una
de las copias; luego se dirigirán a la cápsula del tiempo y colocarán allí la segunda copia.
Plantando el árbol y enterrando la cápsula del tiempo:
Oficiar: A lo largo de las Escrituras encontramos que Dios anima a su pueblo a crear lugares
memorables para el entierro de sus seres queridos. En esto encontramos la ternura y la
misericordia de nuestro Dios. Él no se contentó con simplemente traer a [nombre] a sí mismo en
el cielo, sino que también se preocupa por cuidar a [nombre de la mamá, nombre del papá,
nombre del (los) hermano(s)] hasta que se reúnan con [nombre] en la presencia de Jesús.
Cuando perdemos a un niño por nacer, las familias a menudo no reciben la gracia que Dios nos da
al tener un lugar al cual acudir para recordar. Como aquellos que amamos y nos preocupamos por

108
[nombre de la mamá, nombre del papá, nombre(s) del (los) hermano(s)], quisimos asegurarnos de
que ese no fuera el caso para ellos. Plantaremos un árbol en memoria de [nombre] (se pueden
añadir algunas palabras acerca del tipo de árbol o la ubicación donde éste planta, si es que alguno
tiene un significado particular).
[Mirando a la familia] Dios quiere que tengan un lugar para recordar. Él se preocupa por ustedes.
Y nosotros, como su familia y amigos, queremos ser una extensión de Su cuidado para ustedes en
las próximas semanas y meses. Tener un lugar para llorar no es todo lo que necesitan. Necesitarán
saber que no tienen que llorar solos o en silencio. En este proceso, queremos ser el Cuerpo de
Cristo para ustedes y compartir sus lágrimas será nuestro privilegio.
[Mirando a los asistentes] La familia [apellido] guardará una caja de recuerdos con objetos valiosos
de la vida de [nombre]. Te animo a que en los próximos días y semanas, escribas cómo Dios ha
usado a [nombre]; la alegría al enterarte del embarazo y el dolor al saber del aborto espontáneo,
y cómo el ejemplo de la familia [apellido] ha fortalecido tu caminar con el Señor. Estas cartas serán
recordatorios preciosos del impacto que tuvo [nombre] y una confirmación de que él/ella era tan
real como testifica su dolor. Estas cartas se convertirán en las historias entrañables a las que ellos
acudirán, así como solemos acudir a las historias que contamos una y otra vez acerca de los seres
queridos que ya no están con nosotros.
Planta el árbol y la cápsula del tiempo. [Para este momento, escoge una canción, ya sea que se
toque/cante en vivo o en CD, para permitir un tiempo de adoración y evitar que el silencio sea una
distracción incómoda antes del final del servicio].
Escritura y oraciones finales:

Marcos 10: 13-16 (RVR1960) “Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos
reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir
a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no
reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las
manos sobre ellos, los bendecía.”

Señor, aquí reunidos, estamos agradecidos por esta imagen de lo que [nombre] está
experimentando. Nuestra pérdida y dolor se hacen soportables y aun en medio de ellos tenemos
esperanza, debido a tu amor por los niños. También venimos a ti como niños. En momentos como
estos, nuestro mundo parece más grande de lo que podemos manejar y necesitamos ávidamente
la protección de nuestro Padre. Hay cosas que no podemos explicarles a nuestros hijos y les
pedimos que confíen en nosotros. Esta es una experiencia que no podemos entender y por eso,
como niños, expresamos nuestra fe en ti, aunque esté llena de preguntas y emociones.
Oramos por una protección especial para los corazones y las mentes de [nombre de la mamá,
nombre del papá, nombre(s) del (los) hermanos]. Dales una conciencia especial de tu presencia y
cuidado en los próximos días. Amén
[Oficiar: Dar instrucciones sobre cómo concluirá el memorial.]

109
Apéndice B
Aplicando el seminario del duelo en pérdidas no
ocasionadas por la muerte

A menudo, puede ser difícil reconocer el duelo como duelo debido a la ausencia de una muerte.
Las pérdidas importantes pueden ser causadas por muchos otros cambios, independientemente
de la muerte de alguien. Pero esta dificultad va mucho más allá del desafío de etiquetar
correctamente una experiencia. Cuando no reconocemos el elemento de duelo en una pérdida
importante o en una transición de vida, comenzamos a tratar de encontrarle sentido a esa
experiencia y a superar sus consecuencias de maneras que no se adaptan a las dificultades que se
avecinan.

Ese es el propósito de este apéndice: prepararte para aplicar los materiales contenidos en este
estudio a las experiencias de duelo que no son el resultado de la muerte de un ser querido. A lo
largo de este estudio encontrarás un lenguaje que se refiere a la pérdida de una persona (es decir,
un ser querido, cónyuge, hijo, padre, etc.). Si tu pérdida no involucra a una persona, por lo que
puedes pensar que estos materiales no se aplican a ti.

Sin embargo, las principales experiencias, cambios y desafíos del duelo son lo suficientemente
similares como para que, una vez que comiences a ver cómo el duelo interrumpe tu identidad e
historia, puedas aplicar este material a pérdidas que no impliquen la pérdida de una persona. Lo
importante al leer estos materiales es (1) que reconozcas tu pérdida como un evento de duelo y
(2) que puedas identificar lo que has perdido para que cuando leas el lenguaje personal en esta
guía, naturalmente pienses en tu pérdida.

Este apéndice examinará el dolor no provocado por la muerte en cuatro categorías: la pérdida de
la inocencia, la pérdida de un sueño, la pérdida de estabilidad y el divorcio, que se considera una
muerte en vida. Estas categorías no se excluyen mutuamente, pero deberían ayudarte a pensar a
través de diferentes aspectos de las dificultades del duelo que no es provocado por la muerte de
alguien.

El duelo y la pérdida de la inocencia

Este duelo suele relacionarse con alguna forma de abuso. En el abuso, la confianza (un elemento
clave de la inocencia) es redefinida, y pasa de ser una cualidad positiva que bendice una relación,
a una actividad peligrosa, por ser ahora más parecida a la ingenuidad. Cuando esto sucede, algo
precioso se pierde, pero solemos ver esta experiencia exclusivamente como una herida que sanar
y pasamos por alto que también es un duelo que lamentar.

Mientras lees y buscas aplicar estos materiales a la pérdida de la inocencia (o a las otras tres
categorías), puede ser útil encontrar un objeto físico que represente la inocencia que perdiste.

110
Puede ser una foto tuya justo a la edad que tenías antes de que ocurriera el abuso. Quizá es la foto
de tu padre o tu madre, lo importante es que represente seguridad. Tal vez elijas algo más
simbólico, como una almohada que represente dormir sin pesadillas.

Independientemente del objeto, úsalo para recordarte que estás lamentando la ausencia de algo
bueno. En el duelo por la pérdida de la inocencia, es fácil extraviarte en las memorias y las
emociones poderosas alrededor de la violación que ocurrió, y olvidarte de sufrir la pérdida de la
persona inocente a quien le ocurrió. Al hacer esto, silencias tu duelo y amplificas tu dolor; te
distraes del duelo (tu tarea actual) y te obsesionas con la violación (una experiencia pasada que
no puedes cambiar). Esto te deja atrapado en un periodo de tiempo que no puedes cambiar, en
lugar de embarcarte en un proceso de duelo, a través del cual, Dios puede dar un nuevo significado
a tu pérdida.

Mientras te embarcas en este proceso de duelo, reconoce que la confianza sana puede ser el
aspecto más difícil y confuso. La interacción que tienes con tu mentor, consejero o compañero
puede ser la parte del proceso más incómoda, pero la más beneficiosa también. La redención de
la inocencia perdida requiere la voluntad de volver a abrazar la confianza como una bendición.

Uno de los temas principales en el proceso que viene por delante es ver que la rectitud de Cristo
te permite experimentar el sentido de limpieza e inocencia que te fue quitado. Como cristiano,
Dios no te ve deshonrado, y Él te invita a que te veas a través de Sus ojos. Rendirte a Cristo como
Señor, no sólo significa hacer lo que sea que Dios diga, también significa permitir que Su
perspectiva tenga la palabra final en tu vida.

No te sientas apresurado por ese último párrafo. Puedes sentirlo como algo muy lejano. Pero ese
es el motivo por el que estás tomando el proceso de duelo con esperanza. El propósito de esta
sección es meramente ayudarte a adaptar este estudio a tu pérdida y así seas capaz de ver cómo
el duelo aplica al dolor de tu pasado.

El duelo y la pérdida de un sueño

La pérdida de un sueño puede surgir de una variedad de experiencias: infertilidad, divorcio,


pérdida de un trabajo, dolor crónico, un hijo rebelde, crisis de la mediana edad, o cualquier otra
cosa que te impide hacer o tener algo muy importante para ti. En medio de este tipo de
situaciones, a menudo te obsesionas tanto con la gestión de los detalles de la vida que olvidas que
hay una pérdida que llorar.

Cuando te olvidas de lamentar la pérdida de un sueño, te queda la sensación de que la experiencia


quedó incompleta, pero no tienes idea de lo que queda por hacer. Después de todo, administraste
todos los detalles lo mejor que pudiste. ¿Qué más podría querer la vida de ti? Pero todavía no
parece que haya un "cierre" (sea lo que sea que esa palabra signifique).

En la pérdida de un sueño, el cierre suele significar el duelo. En estas situaciones, el tema de la


historia, incluido en estos materiales sobre el duelo, puede ser particularmente útil para el proceso

111
de duelo. Tu pérdida afectó tu futuro más que tu pasado. Es posible que tengas sueños dolorosos
no cumplidos más que recuerdos dolorosos que inundan tu mente. Te sientes como si estuvieras
caminando en el dolor más de lo que te alejas de él.

Tu pérdida fue parte de cómo construiste el futuro en tu mente. Ahora te sientes más como un
personaje sin historia que como una historia en la que falta un personaje (es decir, un ser querido).
Lo más probable es que te resistas e incluso resientas tener que escribir una nueva historia. Esta
es la pérdida que estás sufriendo: la pérdida de una buena historia (es decir, un sueño) que tiene
que ser reescrita.

Un tema importante en el proceso que te espera será la confianza en Dios como el Autor supremo
de la historia. Si sólo te basas en tu sueño, y piensas que era algo bueno, terminarás pensando que
Dios ha fallado y perdido el derecho a Su papel. Ahora tener sueños, metas o ambiciones puede
parecer imposible o dolorosamente vulnerable. Sin embargo, es a través del proceso del duelo por
la pérdida, que adquieres el valor para abrazar nuevamente una historia. Involucrarte
honestamente con estos miedos, decepciones, heridas e ira en el proceso de duelo, te permitirá
comenzar a ver de nuevo a Dios como quien realmente es.

El duelo y la pérdida de la estabilidad

Si la pérdida de la inocencia es un dolor en tiempo pasado y la pérdida de un sueño es un dolor en


tiempo futuro, entonces la pérdida de estabilidad es un duelo del tiempo presente. Este dolor
puede incluir a un padre anciano que renuncia a su independencia para vivir con sus hijos, un
incendio que destruye tu casa, un desastre natural que azota tu ciudad o una intrusión criminal en
tu vida. En estas experiencias, el miedo y la ira por la violación o interrupción, a menudo nos hacen
pasar por alto la experiencia de duelo.

Frecuentemente, el dolor por la pérdida de estabilidad (presente) está estrechamente relacionado


con el dolor por la pérdida de un sueño (futuro). Te duele más el impacto del divorcio en el
rendimiento escolar de tu hijo, más que el dolor relacionado con la posibilidad de envejecer solo.
Es el dolor de luchar para pagar las facturas de este mes, más que el sueño inalcanzable de ser
vicepresidente de esta empresa. Es el dolor que agota la motivación para continuar en
rehabilitación, más que el dolor de entender la historia de tu vida como una que incluirá dolor
crónico.

Con la pérdida de la estabilidad, el tema de la identidad, incluido en estos materiales sobre el


duelo, puede ser particularmente útil. Reconocer mi pérdida de estabilidad a menudo requiere un
cambio significativo en la percepción de mí mismo. Sin embargo, a menos que seamos cuidadosos,
este cambio puede ser un momento en el que muchas mentiras y conceptos autocríticos entren
en nuestro sentido de identidad.

Una vez que superas el impacto inicial de la pérdida de estabilidad, este proceso de duelo
comienza a parecerse mucho al duelo por la pérdida de un sueño. Es importante recordar, al lidiar
con las consecuencias logísticas y emocionales de tu pérdida de estabilidad, que esta es una

112
pérdida que se tiene que lamentar, y que el proceso de este evento probablemente se sentirá
incompleto hasta que lo hayas lamentado.

El duelo y la muerte en vida

Una de las descripciones comunes de la experiencia del divorcio es "muerte en vida". Hay una
unión y una familia que muere, pero cada miembro de esa familia (cónyuges, hijos y abuelos)
permanece con vida para observar la muerte lenta y dolorosa y tratar de averiguar cómo deben
relacionarse entre sí. En muchos sentidos, el duelo es más fácil cuando la persona o cosa que
perdiste no está entrando y saliendo constantemente de tu vida o enviando mensajes que tienen
que ser interpretados.

A medida que leas estos materiales sobre el duelo, es posible que debas prestar más atención a
las secciones sobre los desencadenantes del duelo o tiempos impredeciblemente difíciles, y
depender menos de las pautas generales dadas sobre el marco de tiempo para el duelo. Tener un
proceso de duelo por un divorcio es menos ordenado que otras experiencias de duelo.

También puedes darte cuenta de que las experiencias de ira y culpa son más pronunciadas en el
duelo por un divorcio que en otras experiencias de duelo. En tu historia de sufrimiento (capítulo
cuatro), puede ser más difícil entretejer los temas de "me merezco esto", "las relaciones duelen"
o "el mal gana" de tu dolor. El hecho de que rara vez haya una "parte inocente" en un divorcio
hará que el discernimiento entre el pecado y el sufrimiento sea una tarea más necesaria que en
otras formas de dolor.

Pensar en los cambios en las relaciones requerirá más de ti que en otras formas de duelo. Existirán
las mismas dinámicas que se discuten en este material, pero con un nivel adicional de complejidad.
Por ejemplo, relacionarte con amigos que son pareja, ahora siendo tú una persona soltera, será
diferente e incómodo, y es que, después del divorcio, tus amigos pueden sentir que al mantener
tu amistad o la de tu ex cónyuge, están eligiendo un bando. Es prudente tener conversaciones
abiertas sobre estos cambios.

Un tema importante en tu proceso a través del duelo será la paciencia y la confianza en Dios.
Regresar a los mismos desafíos una y otra vez (por ejemplo: el dolor de un horario semanal de
visitas, tener que decidir sobre las vacaciones, escuchar a tus amigos "actualizándote" acerca de
tu ex-cónyuge, etc.) desencadenará el duelo con regularidad. Puedes pedir a varias personas clave
que oren Colosenses 1:9-14 en tu representación con regularidad, especialmente el versículo 11
donde Pablo pide “toda perseverancia y paciencia con gozo” para sus amigos colosenses.

Otro tema en tu trayecto será la resistencia a asumir tu identidad como “divorciado”. Siempre que
luchamos con una cosa durante un período de tiempo prolongado, tendemos a aceptar que eso
es lo que somos. A medida que avanzas por la sección acerca de aprender tu historia en el
evangelio, asegúrate de ver que el divorcio no es el capítulo que define tu vida.

113
Apéndice C
Plan de cuidados para equipar a grupos pequeños
durante todo el proceso.
Cuidar de un amigo que enfrenta una pérdida importante es algo que, como amigos y miembros
de la iglesia, a menudo lo comenzamos bien. Le llevamos comida y nos encargarnos de las cosas
cotidianas, como cortar el césped. Sin embargo, con demasiada frecuencia, esto termina después
de un par de semanas, y cuando la atención termina, la persona en duelo a menudo siente que ya
no es aceptable hablar de su pérdida. La duración de nuestro cuidado muchas veces se convierte
en el calendario tácito de cuánto tiempo es socialmente aceptable hablar del dolor que causa la
pérdida.
Tus cuidados pueden ser una inmensa bendición cuando te preocupas de buena forma durante el
proceso de duelo. El propósito de este apéndice es equipar a un grupo pequeño para que cuide a
sus miembros después de una pérdida significativa de una manera que facilite un duelo saludable
y demuestre el amor presente y paciente de Cristo a través de Su cuerpo, la iglesia. Nuestro
objetivo sería asegurarnos de que cuando llegue el tiempo de duelo, todos los miembros de un
grupo pequeño puedan hacer eco de este testimonio:

«Al leer las anotaciones en el diario hechas una década antes… me di cuenta de que había
enfrentado mi mayor miedo en la vida: amar y luego perder a ese ser amado, pero
permaneciendo con mi fe intacta. La muerte de mi esposa más que desafiar mi fe la
confirmó porque todo lo que ocurrió después, reafirmó lo que me habían enseñado a
esperar. Mi iglesia se unió en mi ayuda, inundándome de amor y cuidado; mis compañeros
de trabajo expresaron profunda solidaridad y cargaron con mis responsabilidades hasta
que pude regresar al trabajo y, sobre todo, Dios dio a conocer su presencia y su consuelo
de maneras especiales». Joseph Lehmann en "Believing in Hope" (traducido como «Creer
en la esperanza») de The Journal of Biblical Counseling (Revista de Consejería Bíblica)
(invierno de 1998).

Un estándar para comenzar.

Durante las primeras semanas, el objetivo es simplemente que seas una presencia compasiva y
sirvas a tu amigo brindándole el espacio mental y emocional para procesar todos los cambios en
su vida. Tu participación en esta etapa es muy práctica, pero debes considerar que esto
probablemente creará la oportunidad de escuchar cómo se siente en ese momento.
El grupo pequeño deberá:

o Crear un plan sobre quién puede llevar las comidas durante las primeras 12 semanas.
o Averiguar si hay quehaceres domésticos o trabajos de jardinería de los que puedan
encargarse.
o Asistir al funeral.

114
o Estar al tanto de las citas (médicas, legales, etc.) y brindar apoyo para estas, según
sea necesario.

Registro de fechas importantes.

Una pérdida significativa tiene más de una fecha importante. Por ejemplo, al cuidar a alguien que
perdió a su cónyuge, necesitarás saber más que solo la fecha en que murió. Además, necesitarás
saber la fecha de cumpleaños, aniversario, cuándo pueden haber estado planeando una salida o
viaje especial, que hacía el día del padre o de la madre, etc. Durante el primer año habrá más de
estas fechas, por lo tanto, en ese tiempo deberás añadir una forma especial de interacción al plan
de cuidados que se mencionará más abajo.
En el segundo y tercer año, le harás saber a la persona que recuerdas tales fechas. El tono de
estas conversaciones no tiene que ser necesariamente triste. A menudo, es alentador y liberador
para alguien saber que su ser querido no ha sido olvidado (se siente un gran peso ser el único que
lo recuerda).
Como parte del grupo pequeño deberás conseguir las fechas para las siguientes ocasiones y
compartirlas con el grupo según sea necesario o apropiado. Al tomar nota sobre lo que la persona
recuerda o lo que más le gustó de estas ocasiones con su ser querido, estás promoviendo una
forma eficaz de preocuparte de manera más significativa en el futuro.
o Cumpleaños del fallecido:_______________________________________________
o Fecha de parto para un bebé no nacido: ___________________________________
o Fecha del fallecimiento: ________________________________________________
o Aniversario: _________________________________________________________
o Celebraciones favoritas o relevantes: _____________________________________
o Viajes o eventos anuales o planificados: ___________________________________
o Período especial para el ser querido (por ejemplo: temporada de cacería):
____________________________________________________________________
o Hito importante en la vida del ser querido (por ejemplo: comienzo del período escolar):
_____________________________________________________________
o Otro: _______________________________________________________________
o Otro: _______________________________________________________________
o Otro: ____________________________________________________________________________

Consejos para el acompañante en el proceso de duelo.

El plan de cuidados a continuación se enfoca en quien sirve como «acompañante en el proceso de


duelo» (APD). Como miembro del grupo asignado al acompañamiento, te tomarás tiempo para
estudiar el seminario «Viviendo el proceso de duelo con esperanza» con la persona que está
pasando por el proceso de duelo. Como APD no necesitas verte a ti mismo como un consejero,
sino como un compañero que se asegura de que su amigo no tenga que viajar solo por este difícil
terreno.
Se recomienda que al ser APD te reúnas cada dos semanas durante los primeros cinco a seis meses
de duelo. Para cada sesión, ambos deben ver los videos y estudiar este material. En el tiempo

115
entre las sesiones, enviarás a tu amigo mensajes de aliento u oraciones con respecto al material
que se está estudiando.
Además, como APD deberás:
• Estar disponible para recibir llamadas telefónicas cuando la tristeza sea particularmente
intensa en el que está pasando por el proceso de duelo.
• Ayudarlo a decidir qué compartir con el grupo pequeño durante los tiempos de oración.
• Comunicar las necesidades al grupo pequeño.

Creando un plan de cuidados de 12 meses.

El concepto y algunos puntos de este plan de cuidados fueron adaptados del libro de Paul Tautges,
Comfort Those Who Grieve (traducido como «Consuelo a los afligidos»).

Asegúrate de agregar a este plan de cuidados la interacción en las fechas especiales registradas
anteriormente. Si bien completar un cuadro como el que viene a continuación puede parecer un
poco formal, sin él, el cuidado durante el duelo tiende a durar un tiempo relativamente corto o se
convierte en responsabilidad de una sola persona dentro del grupo.

Escribe la fecha de la pérdida ____ /_____ /_____

¿Cuándo? Fecha ¿Qué? ¿Quién?

Llevar comida.
Semana de Varios de los miembros
Semana 1 Ayudar con los quehaceres domésticos.
_____/_____ del grupo pequeño
Asistir al funeral.

Semana de Llevar comida. Varios de los miembros


Semana 2
_____/_____ Ayudar con los quehaceres domésticos. del grupo pequeño

Dos llamadas telefónicas con


Semana de ____________________
Semana 3 preguntas específicas* acerca del
____ /_____ ____________________
duelo.

Almuerzo o cena. El acompañante en el proceso de


Semana de duelo (APD) se compromete a
Semana 4 Estudiar el material «Viviendo el proceso
____ /_____ una interacción de dos veces al
de duelo con esperanza» juntos.
mes por los siguientes seis
meses.

116
Semana de Dos correos electrónicos que contengan ______________________
Semana 5
____ /_____ oraciones o palabras de aliento. ______________________

Semana de Discutir el Paso 1 del material, en


Semana 6 APD
____ /_____ persona, o por llamada telefónica.
Semana de Una llamada telefónica con preguntas
Semana 7 ______________________
_____/_____ específicas* acerca del duelo.
Semana de Discutir el Paso 2 del material, en persona
Semana 8 APD
____ /_____ o por llamada telefónica.
Semana de Enviar una lista con pasajes bíblicos para
Semana 9 Líder del grupo pequeño
____ /_____ animarlo y una oración.
Semana de Discutir el Paso 3 del material, en persona
Semana 10 APD
____ /_____ o por llamada telefónica.
Semana de Discutir el Paso 4 del material, en persona
Semana 12 APD
____ /_____ o por llamada telefónica.
Semana de Discutir el Paso 5 del material, en persona
Semana 14 APD
____ /_____ o por llamada telefónica.
Semana de Discutir el Paso 6 del material, en persona
Semana 16 APD
____ /_____ o por llamada telefónica.
Semana de Discutir el Paso 7 del material, en persona
Semana 18 APD
____ /_____ o por llamada telefónica.
Semana de Discutir el Paso 8 del material, en persona
Semana 20 APD
____ /_____ o por llamada telefónica.
Semana de Discutir el Paso 9 del material, en persona
Semana 22 APD
____ /_____ o por llamada telefónica.

Llamar para hacer saber que el grupo


Semana de pequeño quiere orar por el amigo que
Semana 24 Líder del grupo pequeño
____ /_____ pasa por el proceso de duelo, en el sexto
mes después de su pérdida.

En el tiempo de oración del grupo, pedir


Semana de un reporte de cómo han sido los últimos
Semana 26 Grupo completo
____ /_____ seis meses y orar específicamente por
ellos.

117
Una ocasión en la que, ya sea en persona
o por vía telefónica, se harán al menos
Mes 7 ___________ ______________________
dos preguntas específicas* acerca del
proceso de duelo.

Una ocasión en la que, ya sea en persona


o por vía telefónica, se hacen al menos
Mes 8 ___________ ______________________
dos preguntas específicas* acerca del
proceso de duelo.

Una ocasión en la que, ya sea en persona


o por vía telefónica, se hacen al menos
Mes 9 ___________ ______________________
dos preguntas específicas* acerca del
proceso de duelo.

Una ocasión en la que, ya sea en persona


o por vía telefónica, se hacen al menos
Mes 10 ___________ ______________________
dos preguntas específicas* acerca del
proceso de duelo.

Una ocasión en la que, ya sea en persona


o por vía telefónica, se hacen al menos
Mes 11 ___________ ______________________
dos preguntas específicas* acerca del
proceso de duelo.

En tiempo de oración del grupo, pedir un


reporte de cómo ha sido el último año del
Mes 12 __/ ___/ ___ doliente y orar específicamente por él. El Grupo completo
líder del grupo pequeño debería hablar él
previamente.

118
El grupo deberá continuar recordando las
fechas claves (cumpleaños, aniversario,
etc.) relacionadas con la persona fallecida
Cuando
Después en el segundo y tercer año después de la Grupo completo
corresponda pérdida. Una tarjeta o un llamado en esas
ocasiones le recordarán a la persona que
no está sola.

*Preguntas específicas: A lo largo del plan de cuidados, se le harán regularmente llamadas


telefónicas con «preguntas específicas» sobre cómo le está yendo a la persona en el proceso de
duelo. Es importante hacer preguntas que le den la libertad de hablar acerca de lo que siente. De
lo contrario, puede sentirse incómodo al responder una pregunta tan general como un "¿cómo te
ha ido?" con una reflexión profunda de su duelo. Si simplemente dice que está bien, no tienes que
presionarlo para que dé una respuesta más compleja, pero sí es bueno continuar con un: "Quiero
que sepas que, si tienes un día difícil, tienes a alguien con quien hablar".
Las siguientes preguntas se pueden hacer durante estas conversaciones:
• Sé que ha pasado [cantidad de tiempo] desde que [nombre] falleció, ¿cómo has
estado? ¿Qué tan diferente es a cómo esperabas estar en este punto?
• ¿Ha habido algo que te haya recordado a [nombre] recientemente? ¿Cómo manejas la
situación cuando esto ocurre?
• La última vez que hablamos sobre tu duelo me pediste que orara por [...], ¿cómo va
eso? ¿Hay algo más por lo que debería orar ahora?
• ¿Has recordado alguna historia sobre [nombre] que hayas querido compartir con
alguien últimamente? ¿Qué cosas te han hecho pensar más en él/ella últimamente?
• ¿Qué emociones ha expresado tu duelo últimamente? ¿A qué lo atribuyes?
• Sé que [nombre] disfrutaba mucho [fecha importante] en esta época del año y lo he
tenido presente. ¿Y tú? ¿Cómo lo has sobrellevado?

119
Apéndice D
Formas saludables de capturar memorias.

Al final, el duelo se trata de cómo recuerdas. La memoria es poderosa. Da forma a tu vida de


muchas maneras. La memoria impacta tus emociones. La memoria da forma al significado que le
das al evento actual. La memoria influye en lo que esperas del futuro. Por lo tanto, tu esfuerzo de
hacer el duelo, podría reformularse en como aprendes a recordar de manera saludable.
Muy a menudo, intentas definir “superar el duelo” como “dejar atrás” tu pérdida, lo cual implica
olvidar o no pensar en tu ser querido. Resistes, con razón, esta concepción del duelo. Pero a menos
que tengas una alternativa saludable, evitas un error y quedas atrapado en el recuerdo doloroso.
En este apéndice, encontrarás una lista de formas de recordar a tu ser querido de una forma
saludable. No lo leas como una lista de cosas por hacer, sino como un intercambio de ideas, para
encontrar algunas que coincidan con tus preferencias y situación. Con cada sugerencia, es
importante que recuerdes que estás creando algo especial en lugar de sagrado. Si veneras tu
método de recuerdo, te añadirá presión de hacerlo perfectamente y transferirá el apego
emocional de tu ser querido a un objeto.
Cuando pierdes a alguien querido, te conviertes, en cierto sentido, en su historiador. Tú llevas su
historia, valores y logros para continuar la bendición que Dios te trajo a través de su vida. Pero es
importante recordar que Dios promete capacitarte para esta tarea de la misma manera que lo
hace para cualquier otra tarea.
Lee Lucas 12:11-12. El contexto de este pasaje es diferente al duelo, pero la promesa de Jesús
todavía se aplica. Los discípulos tenían miedo de no saber qué decir cuando enfrentaran la
persecución. Después de todo, Jesús dijo las cosas muy bien y siempre fue capaz de responder las
preguntas capciosas de sus enemigos. Pero temían paralizarse y olvidar todo lo que habían
aprendido de Jesús. Pero la promesa a sus temores era que el Espíritu Santo les recordaría qué
decir en los momentos necesarios. Esa misma promesa aplica al miedo que podrías sentir al olvidar
partes de tu ser querido. Tu ser querido está con Dios y Dios está contigo. Es una conexión segura
entre tú y cualquier recuerdo que te beneficiaría en un momento dado.
Con estas cosas en mente, considera las siguientes sugerencias, a medida que desarrollas un
enfoque para recordar a tu ser querido y, por lo tanto, continúa en tu proceso del duelo con
esperanza.
Diario personal: Un diario personal implica simplemente registrar tus recuerdos en un cuaderno,
en una computadora o con la grabadora de voz de tu teléfono cuando surjan los recuerdos. No te
preocupes por tratar de desarrollar un orden cronológico o un orden temático. Esto puede hacer
que tu diario personal se sienta forzado o como una carga. No es una biografía pero sí una serie
de capturas instantáneas de tu memoria. Este tipo de herramientas te permite sentir menos que
tus recuerdos te atacarán de la nada y luego se escaparán para esconderse. Cada recuerdo,
incluso si es doloroso o triste, se convierte en parte de un banco permanente de memorias. No
tienes que temer perderlos (Ya hemos hablado de cómo el miedo aumenta el dolor) porque están
registrados. Ahora, cada recuerdo puede ser tu invitado bienvenido en lugar de un intruso
doloroso.

120
Diario estructurado: Existen diferentes diarios estructurados. Algunos están destinados a ayudarte
a registrar tu experiencia con el duelo. Otros te hacen preguntas sobre tu ser querido para que
escribas. Si pierdes a un padre, debes obtener A Father´s Legacy o A Mother´s Legacy Journal
(traducido como Diario del legado de un padre/madre) (el cual usualmente está completado por
los padres como regalo para sus hijos) y llena las partes que conoces. Este tipo de ejercicios no se
basa en la memoria espontánea o desencadenada por situaciones. Estos diarios pueden brindarte
una agradable sorpresa de cuánto recuerdas y darte preguntas para que tus amigos y familiares
aprendan más.
Álbum de recortes: Parte del proceso del duelo, generalmente pasa por los objetos de tu ser
querido. En este proceso probablemente encontrarás imágenes, cartas, diplomas, certificados y
otras cosas que capturen la historia de vida de tu ser querido. Poner todo esto junto, en un álbum
de recortes, puede ser una forma efectiva de revisar tu vida de una manera interactiva, que facilite
el proceso de duelo. El producto terminado será algo que puedas compartir con aquellos a los que
les beneficiará escucharte contar la historia de tu ser querido (niños a medida que crecen, nietos
u otras personas que atraviesan un duelo).
Caja de memoria: Mientras revisas las cosas de tu ser querido, habrá algunas cosas valiosas que
no cabrían en un álbum de recortes. Si no eres cuidadoso, puede haber varias cosas que no quepan
en el espacio o que la permanencia en tu hogar se convierta en un recuerdo perpetuamente
doloroso. Tener una caja donde guardes estas cosas, te ayudará a limitar la colección a una
cantidad saludable y te dará algo para salir y hacer una pausa en las ocasiones en que quieras
reflexionar sobre tu vida. A algunas personas les gusta tener una caja especial hecha por ellos
mismos, para sentir que están dando un honor adicional a su ser querido y creando una reliquia
familiar.
Reunión familiar: Si tu pérdida fue un amigo, entonces la reunión debería ser con otros amigos. El
objetivo sería el mismo; recordar a tu ser querido de una forma saludable a través de compartir
recuerdos. En conjunto con alguna de las ideas mencionadas anteriormente, puede ser un tiempo
agradable de consuelo para todos los involucrados. Las personas pueden leer de tu diario sobre
experiencias únicas, compartir imágenes o hablar sobre temas que tienen importancia para el ser
querido compartido.

121
Apéndice E
Lecturas bíblicas sobre el duelo.

Escrito por David McKnight

Los siguientes pasajes fueron seleccionados basándose en dos búsquedas de concordancia. La


primera fue para palabras que podrían capturar la experiencia del duelo: duelo, afligirse, apenado,
dolor, gemido, gimiendo, aflicción, llorar, lágrimas, muerte, soledad, lamentar, dolientes, luto,
angustia, agonía, desesperación. La segunda fue para palabras que ofrecieran esperanza para el
duelo (estos pasajes estarán en negrita): esperanza, resurrección, cielo, consuelo, escuchó mi
clamor y escuchó a mi pueblo.
Puedes usar tu concordancia para buscar otras palabras en la “familia del duelo”. Estos pasajes
deberán proveerte un camino cronológico a través de representaciones del duelo en la Biblia. Será
útil que tengas un marcador y subrayes las palabras y representaciones sobre el duelo.
Estos pasajes no están destinados a capturar todo lo que la Biblia dice sobre el duelo. Eso sería
tratar la Biblia como una enciclopedia en lugar de una historia de redención. Pero el objetivo es
brindarte pasajes en los que la discusión sobre el duelo sea más claras. Mientras estudias estos
pasajes, reflexiona en las siguientes preguntas:
• ¿Cuáles principios de este estudio sobre “Tomando el proceso de duelo con esperanza” te fueron
revelados? Una parte clave de la esperanza y el cambio sostenido es que recuerdes lo que has
aprendido y esta repetición te ayudará con la retención.
• ¿Qué expresiones del duelo en estos pasajes se asemejan al tuyo?
• ¿Dónde encuentras una expresión del duelo piadoso y cómo se ve?
• ¿Dónde encuentras una expresión del duelo pecaminoso y que aprendes sobre él?
• ¿Qué aprendes sobre como Dios usa a las personas en duelo y el proceso de redención por el que
las lleva?

122
Génesis 1:1-8 1 Crónicas 10:1-14 Salmos 35
Génesis 16 2 Crónicas 2:1-12 Salmos 38
Génesis 21:8-20 2 Crónicas 6 Salmos 39:1-8
Génesis 23:1-9 2 Crónicas 20:1-12 Salmos 40:1-3
Génesis 24:1-9 2 Crónicas 35:20-27 Salmos 42
Génesis 24:67 2 Crónicas 36:22-23 Salmos 43
Génesis 27:1-41 Esdras10:1-8 Salmos 55:1-5
Génesis 28:1-17 Nehemías 1 Salmos 62
Génesis 29:31-35 Nehemías 8:1-12 Salmos 65:1-8
Génesis 37:12-35 Nehemías 9:1-31 Salmos 68:1-20
Génesis 38:1-11 Ester 4:1-17 Salmos 69
Génesis 42: 35-38 Ester 9:1-22 Salmos 71
Génesis 48:1-7 Job 2:1-13 Salmos 77
Génesis 50:1-21 Job 3:1-10 Salmos 78:1-41
Éxodo 12:21-30 Job 4:1-6 Salmos 86
Éxodo 16:1-21 Job 5:1-20 Salmos 88
Éxodo 20:1-20 Job 6:1-10 Salmos 119:28-168
Éxodo 33:1-7 Job 7:1-21 Salmos 130:1-7
Números 14:39-45 Job 8:1-13 Salmos 146:1-10
Deuteronomio 4:1-40 Job 9:1-24 Salmos 147:1-11
Deuteronomio 31:11-19 Job 13:1-15 Proverbios 10:27-28
Deuteronomio 34:1-8 Job 14 Proverbios 14:1-32
Rut 1:1-14 Job 16:1-22 Proverbios 23:17-18
Rut 2:8-13 Job 19:1-7 Eclesiastés 3: 1-8
1 Samuel 6:17-21 Job 21 Eclesiastés 7:2-4
1 Samuel 15:34-35 Job 23:1-7 Eclesiastés 12
1 Samuel 16:1-16 Job 24:12-23 Isaías 12:1-2
1 Samuel 20:30-34 Job 27:1-11 Isaías 24:1-16
1 Samuel 25:1-31 Job 29 Isaías 25:1-8
1 Samuel 28:1-4 Job 30 Isaías 33:1-9
2 Samuel 1:1-16 Job 35 Isaías 40:1-5
2 Samuel 3:26-31 Job 36 Isaías 49:1-16
2 Samuel 11 Job 38 Isaías 51
2 Samuel 12:7-25 Job 41:1-9 Isaías 52:1-12
2 Samuel 13:34-38 Salmos 5:1-2 Isaías 53
2 Samuel 19:1-8 Salmos 6:1-7 Isaías 57:14-21
2 Samuel 22 Salmos 9:1-16 Isaías 60
1 Reyes 8:1-49 Salmos 13 Isaías 61:1-3
1 Reyes 13:1-32 Salmos 18:1-20 Isaías 63:7-14
1 Reyes 14:1-27 Salmos 22 Isaías 66:1-14
2 Reyes 19:14-19 Salmos 23 Jeremías 6:22-30
2 Reyes 20:1-11 Salmos 30:8-12 Jeremías 8
1 Crónicas 2:1-4 Salmos 31 Jeremías 12:1-12
1 Crónicas 7:20-29 Salmos 33:13-22 Jeremías 14:17-22

123
Jeremías 16:1-20 Juan 8:30-52 Efesios 1:11-23
Jeremías 29:10-14 Juan 11:17-27 Efesios 2:11-22
Jeremías 31:1-14 Juan 16:1-22 Efesios 4:25-32
Lamentaciones 3 Juan 21:1-19 Filipenses 2:1-11
Lamentaciones 5:1-5 Hechos 1:6-11 Filipenses 3:1-21
Ezequiel 18:25-32 Hechos 2:1-36 Colosenses 1:3-27
Daniel 4:34-37 Hechos 4:1-12 1 Tesalonicenses 1:1-10
Daniel 10:1-3 Hechos 9:26-31 1 Tesalonicenses 3:7-18
Oseas 4:1-3 Hechos 10:20-39 I Tesalonicenses 4:13-18
Joel 2:1-12 Hechos 13:1-28 2 Tesalonicenses 2:13-17
Amós 8:1-10 Hechos 17:16-34 1 Timoteo 1:1-2
Habacuc 1:1-4 Hechos 24:1-21 1 Timoteo 4:6-10
Sofonías 3:14-18 Hechos 26:4-11 1 Timoteo 5:1-8
Zacarías 1:1-17 Romanos 1:1-7 2 Timoteo 1:1-12
Zacarías 12:10-14 Romanos 5:1-27 2 Timoteo 2:11-14
Mateo 5:1-45 Romanos 6:1-23 Filemón 1:1-7
Mateo 6:1-21 Romanos 8 Hebreos 2:1-15
Mateo 9:35-38 Romanos 12:1-13 Hebreos 6:9-20
Mateo 28:16-20 Romanos 15:1-13 Hebreos 10:19-25
Marcos 3:1-6 1 Corintios 15 Santiago 4:1-10
Marcos 16:9-11 2 Corintios 1:1-14 I Pedro 1:3-21
Lucas 8:25-52 2 Corintios 2:1-17 I Pedro 3:13-22
Lucas 23:1-27 2 Corintios 4:7-12 Apocalipsis 1:1-20
Juan 3:1-15 2 Corintios 5:1-4 Apocalipsis 21:1-8
Juan 4:40-47 2 Corintios 7:1-15
Juan 6:25-59 2 Corintios 13:11-14

124
Apéndice F
Lecturas Recomendadas

God’s Healing for Life’s Losses (traducido como <<La sanidad de Dios para las pérdidas de la
vida>>), de Bob Kellemen: Este libro proporciona una guía bíblica sólida para el proceso de
entrar y salir del duelo, utilizando un modelo de ocho etapas. En él, encontrarás ejercicios para
llevar un diario y preguntas de reflexión para ayudarte a procesar y a hacer una crónica de tu
viaje a través del duelo.

Grief: Finding Hope Again (cuadernillo; traducido como <<Duelo: Encontrando la esperanza
nuevamente>>), de Paul David Tripp: Este breve cuadernillo busca empatizar con la ruptura de
vida que conlleva el duelo y al mismo tiempo ofrece una perspectiva del duelo fundamentada
en la realidad transformadora del evangelio.
Experiencing Grief (traducido como <<Experimentando el duelo>>), de H. Norman Wright: Un
libro muy corto con muchos capítulos, este libro ofrece excelentes fotografías de las diversas
experiencias y desafíos que son comunes dentro del duelo.
Mommy, Please Don't Cry (traducido como <<Mami, por favor no llores>>), de Linda Deymaz:
Un libro escrito para padres que perdieron a un hijo antes de que naciera. Ofrece una imagen
del cielo desde la perspectiva de un niño y ofrece oportunidades para que mamá y papá
registren sus pensamientos y emociones durante su viaje a través del duelo.
Una pena en observación, de C.S. Lewis: Este libro fue escrito por C.S. Lewis mientras él luchaba
con su propio duelo después de la pérdida de su esposa. Él escribió este libro no como un
ejercicio académico, sino para ayudarse a procesar estas experiencias. Aunque lleva las marcas
de un libro de C.S. Lewis, también revela la sinceridad que requiere el duelo.
Brazos vacíos, de Pam Vredevelt: Este libro ofrece la experiencia de Pam como una madre que
perdió un hijo por aborto espontáneo y la perspectiva de Pam como consejera que ha caminado
con muchas familias que luchan por mantener su fe y encontrar esperanza después de recibir la
noticia de que su bebé ha muerto antes de nacer.
Poniendo el pasado en su lugar, de Stephen Viars: El duelo no solo se desencadena por la muerte.
Muchas formas de pérdida pueden iniciar el proceso del duelo. Stephen Viars ofrece a sus
lectores un buen conjunto de categorías para pensar en temas de responsabilidad y de respuesta
a aquellas experiencias de duelo no causadas por la muerte.
A Shelter in the Time of Storm (traducido como <<Un refugio en el tiempo de la tormenta>>), de
Paul David Tripp: Con la sagaz visión de Paul Tripp, este libro tiene 52 devocionales basados en
el Salmo 27 que examinan el cuidado de Dios por Sus hijos en medio del sufrimiento.
Cuando Dios llora, de Joni Eareckson Tada y Steven Estes: El duelo plantea algunas de las
preguntas más difíciles de responder sobre el amor y el poder de Dios y la presencia del

125
sufrimiento en nuestro mundo. En este libro, esas preguntas se analizan desde la perspectiva
de alguien que ha sufrido mucho en su vida.
Un dolor santificado, de J.I. Packer: La sección central de este libro es una historia de cómo
Richard Baxter, pastor y autor puritano, manejó el dolor de perder a su esposa. El libro comienza
y termina con reflexiones de J.I. Packer sobre el proceso del duelo.
Recuperación del divorcio (cuadernillo), de Winston Smith: A menudo al divorcio se le llama la
"muerte en vida". En este breve libro, Winston Smith ofrece una aguda percepción sobre la
experiencia del divorcio que te ayudará a aplicar este material específicamente para el dolor de
perder a tu cónyuge por divorcio.
Depresión: una oscuridad obstinada, de Ed Welch: Hay muchas similitudes entre la depresión y
el duelo. Ed Welch aborda muy bien el tema de la depresión en este libro y en los primeros
capítulos ofrece excelentes reflexiones sobre la experiencia de la depresión como una forma de
sufrimiento.
El cielo, de Randy Alcorn: El duelo hace que se cuestione al cielo. Cuando extrañamos a nuestro
ser querido, puede ser saludable y espiritualmente alentador pensar en el lugar de nuestra
reunión. En este libro, Randy Alcorn responde muchas preguntas sobre el cielo mientras pinta
un retrato de nuestro hogar eterno.
“La Biblia y el dolor de la infertilidad” (artículo), de Kimberly y Philip Monroe: Este artículo
se puede encontrar en http://www.ccef.org/sites/default/files/pdf/monroes-infertility.pdf. Está
escrito a partir de la experiencia personal de Phil y Kim. Phil también es un consejero quien
agrega su perspectiva como consejero al testimonio de alguien que anhela ser un padre.

Recursos para niños


Cuando alguien muy especial muere, de Marge Heegard: Este recurso se utiliza como una ayuda
visual para que los niños ilustren su dolor. Les enseña sobre los posibles sentimientos y etapas
que puedan experimentar. Será importante que quien cuida al niño le refuerce el evangelio
mientras hablen sobre las diferentes ilustraciones y sentimientos que el niño exprese.
Cuando mueren los dinosaurios: una guía para entender la muerte, de Laurie Krasny Brown y
Marc Brown: Este recurso es informativo por naturaleza. Explica las diferentes experiencias que
pueden acompañar al duelo desde un punto de vista factual. Quien cuida del niño deberá
presentar el marco bíblico mientras lee el libro junto al niño.

126
Apéndice G
Consejos de crianza y devocionales en familia

Escrito por Caroline Von Helm, M.A. and Brad Hambrick, Th.M.

Cosas para los padres recordar


Cuando las familias pierden a un ser querido, es difícil para todos, incluyendo a los hijos. Muchas
veces, los padres y cuidadores de los niños se quedan atrapados en su propio luto, y como
resultado, tienen poca energía o tiempo para los niños que han sido impactados por la pérdida.
En momentos así, es importante que aquellas personas cercanas a la familia den su apoyo y
ayuden al cuidador en el proceso de luto recordándoles sobre sus hijos y las necesidades que
pueden estar siendo pasadas por alto.
Si eres un padre o una madre en luto, puedes pedirle a alguien que conozca bien a tu hijo o hija
que te ayude a ser objetivo con los comportamientos y acciones de tu hijo o hija. El luto
distorsiona nuestra visión de la realidad, y, por lo tanto, puede distorsionar la óptica acerca de
nuestros hijos. Puede ser que quieras atribuirle todo comportamiento y emoción negativa al
evento que ocasionó el luto y puede ser que si sea así o no. También puede suceder que te vayas
al otro extremo y no veas ninguna conexión entre los comportamientos y emociones de luto.
Tu hijo o hija caminara por el proceso de luto de una manera diferente a ti. Su ritmo, modo y
tiempo de luto se puede ver diferente. Estar preparado para reconocer estas diferencias y saber
cómo diferenciarlas será clave para ayudar a tu hijo o hija a desarrollar habilidades para enfrentar
problemas y procesar el luto de una manera adecuada. Algunos puntos para tener en mente:

v Recuerda dónde está tu hijo (física, emocional, social y espiritualmente). El


cerebro de un niño no se termina de desarrollar hasta después del colegio, así que,
solo por esta razón, su entendimiento de lo que sucedió será diferente al tuyo y
se desarrollará conforme vaya madurando. La mayoría de los niños piensan en
blanco y negro. Toman el lenguaje metafórico o pictórico literalmente. Si dices,
“Dios se los llevó para que estuvieran con Él en el cielo”, la mayoría dirán: “¿Por
qué Dios es tan malo? ¿Por qué se llevaría a alguien que amo?” Declaraciones que
tienen la intención de suavizar el impacto de explicar una muerte pueden crear
falsas creencias que se quieren evitar.

v Está bien no tener todas las respuestas. Puede ser que lo tengas que volver a leer:
“Está bien no tener todas las respuestas”. Recuerda, tú mismo no tienes todas las
respuestas. Los hijos necesitan verdad y autenticidad sobre explicaciones.
Compartir tu proceso de luto con ellos es importante para que ellos aprendan a
estar de luto de una manera correcta. Debes tener cuidado al compartir con ellos,
no sea que empieces a recaer en ellos. No son tu confidente ni tu soporte
emocional. Algunos niños querrán asumir el rol de cuidador para aquellos que

127
estén en proceso de luto. Es importante no dejarlos asumir ese rol y es importante
dejarlos hacer su proceso de luto sin que escapen a través de una madurez falsa.

v Abstente de compartir detalles que no son apropiados para su edad. Si la


persona que falleció vivía en circunstancias extenuantes que eran inmorales o
gráficas, encuentra la manera de ser honesto, pero protegiendo los detalles de lo
que le dices. Dale al niño una historia general y después deja que aclare sus dudas.
Cuando hagan las preguntas, está bien decirles que no tienes la respuesta y está
bien responder sin dar los detalles. Algunos niños preguntan lo mismo varias
veces. Esto es normal y es tu trabajo como cuidador proveer respuestas
consistentes cada vez que respondes. Para los niños, esta es la manera en la que
ellos tratan de entender lo que sucedió y lo que podría suceder en el futuro.

v Algunos niños pueden empezar a tener un temor de que ahora todas las
personas a su alrededor podrían morir. Como adultos, podemos entender que
esto puede ser una exageración poco posible. Es como cuando un niño se lastima
jugando béisbol y no quiere volver a jugar porque tiene temor de lastimarse cada
vez que juegue. Basado en la experiencia de vida del niño, este patrón de
pensamiento es muy lógico para un infante y no debe ser descartado como un
pensamiento “tonto”. Preguntarles acerca de lo que están pensando, validar el
hecho que la incertidumbre puede generar miedo y reasegurarles que Dios
entiende, son prácticas esenciales para ayudar a los niños a superar este miedo.

v Los niños llevan el proceso de luto en secciones. Los más pequeños (de 12 años
hacia abajo) pueden estar procesando el dolor en un momento y de pronto estarse
riendo. Esto es normal para su capacidad de atención y estilo de procesamiento
de la información de los niños. Como todas las personas (independientemente de
su edad), los niños solo pueden manejar cierta cantidad de emociones al mismo
tiempo, no los empuje en el proceso de luto, déjelos que lo hagan a su propio
ritmo. El día del funeral puede ser que los niños se vean increíblemente bien y
compuestos y puede ser que tres semanas estando en el supermercado, se
derrumben de un pronto a otro. Debes estar preparado para su duelo porque es
probable que vaya a aparecer en momentos inesperados. Los niños tienden a
sentir el duelo en momentos que son conocidos para ellos y aunque el ambiente
de ceremonias formales de duelo puede funcionarles a los adultos, normalmente
no son los mejores ambientes para los duelos de los niños.

128
v Busca señales físicas del duelo. Muchos niños tendrán un incremento de
enfermedades durante su proceso de duelo. Los patrones de sueño e ingesta de
comida pueden cambiar, así como también se puede ver afectada su habilidad
para pensar con claridad y concentrarse. Todo lo que un adulto pueda
experimentar físicamente en un duelo, también pueden experimentarlo los niños.

v Busca señales de comportamiento de luto. Algunos comportamientos comunes


de duelo en los niños son: agresión, apego, estar llorosos por cosas que
normalmente no les afectan, problemas de separación, regresiones (en la
madurez, en habilidad como ir al baño solos, o hábitos como chuparse su pulgar),
reclusión de cosas que normalmente les gusta hacer, convertirse en un niño super
responsable. Este último comportamiento es uno de los que más pasan por alto
los padres y cuidadores. A veces es un comportamiento que se recibe con brazos
abiertos, especialmente cuando los padres o cuidadores están teniendo
problemas siendo responsables. Es importante no dejar que los niños asuman más
de lo que normalmente hacían. Anímalos a ser niños.
“Los niños normalmente exhibirán una de tres respuestas de
comportamiento a los cambios en sus vidas: van a comportarse mal, puede
ser que se aíslen o puede ser que se conviertan en el administrador
responsable de la familia. Muchos, incluyéndome a mí mismo, creemos
que la tercera opción es la más peligrosa. El niño que este comportándose
mal obtendrá la atención que necesita, aunque sea solo una reprimenda.
El niño que se aísla probablemente obtendrá atención de alguien que se
preocupe por él. Pero, el tercer niño probablemente recibirá elogios por
tomar responsabilidades adultas o por sobresalir en la escuela. En algún
momento luego en la vida, este castillo de naipes puede ser un colapso con
su propio peso. Un niño así necesita que alguien aparezca en el camino y
le devuelva su niñez para que pueda crecer en madurez, siendo fortalecido
de adentro hacia afuera” Judy Blore en “How to Help a Grieving Child
(p.25)” de The Journal of Biblical Counseling, (Winter 1998). («traducido
como El diario de consejería bíblica»).

v Ayude a su hijo a ponerle nombre a sus sentimientos. Los niños no tienen


el vocabulario para vocalizar su duelo. Ellos no pueden conectar la
experiencia de entumecimiento, negación, tristeza, enojo, soledad, duda,
temor, preocupación o culpa con palabras que puedan comunicar su
experiencia. Esto puede sumarle a su sentido de soledad e inseguridad en
el proceso de duelo. Compartir con los niños sus propios sentimientos y
proceso los ayudará y reducirá la probabilidad de que se queden pegados
en el proceso de duelo. Aunque es importante ayudar a los niños a ponerle

129
nombre a sus sentimientos, ten cuidado de no decirles cómo se deben
sentir o que están mal por sentirse de una cierta manera.

v Debes saber dónde está el niño a nivel espiritual. Si un niño ha aceptado


a Cristo como su Señor y Salvador, este será un momento importante para
enseñarles de la esperanza que trae el evangelio acerca de la muerte. Sin
embargo, esto debe ser hecho solamente si la persona que falleció era
cristiana. Si es incierto si la persona que murió era salva, entonces sé
honesto acerca de la incertidumbre, pero guíalos a confiar que Dios es un
Dios amoroso y justo.

v Crea una caja de memorias de la persona que murió. Es muy importante


que conforme un niño progresa en la vida que tengan algo tangible a lo
que puedan volver para recordar a la persona que falleció. Aparta cosas
especiales, fotos y narrativas para que pueda tener acceso a estas en
cualquier momento. Graba recuerdos para que no se les olvide.

v Los niños tendrán su proceso de duelo en diferentes etapas conforme


van creciendo. Si un niño pierde a alguien significativo en su vida (como un
padre o madre), vivirán su proceso de duelo en varias etapas. Conforme
un niño crece emocional, mental, física y espiritualmente, revisitarán la
muerte de la persona para obtener más entendimiento. Como padre de
familia o cuidador, debes estar disponible para responder preguntas de
nuevo, escuchar y compartir tu proceso con ellos. Solo porque tu como
adulto has seguido adelante, puede ser que tengas que revisitar el
momento de vez en cuando para el proceso del niño o niña. Esto no
significa que el niño no está llevando el proceso de duelo bien,
simplemente puede ser que dure más dependiendo de cuando ocurrió la
pérdida en su desarrollo. Por eso es que la caja de memorias y el diario son
importantes de mantener para que el niño o niña pueda leer, recordar y
ver cómo alguien más procesó la pérdida.

Devocionales familiares y consejos de crianza

Capítulo 1
PREPÁRATE física, emocional y espiritualmente para enfrentar tu sufrimiento .

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Devocional para Marcos 10:13-16 (Este pasaje lo puedes encontrar en The Jesus Story Book Bible
escrito por Sallie Lloyd-Jones empezando en la página 256.)
Cuando te estás preparando para el camino del duelo lo más importante por recordar es que
puedes correr a Jesús. El duelo nos hace sentir solos físicamente (alguien no está) y
emocionalmente (nadie entiende). La verdad del evangelio es que Jesús conoce íntimamente de
muerte y duelo. Él entiende el dolor, la soledad, la tristeza y la interrupción de vida como nadie
más.
Dios quiere que vayamos a Él como niños. Los niños son honestos, cándidos, aceptan la verdad y
nunca tienen temor de pedir ayuda. Así debemos ser en nuestro camino. En esta historia, Jesús
invitó a los niños a que fueran a Él. Ellos no tenían que verse de cierta manera o hacer nada para
poder verlo. Conforme tú y tu familia llevan el proceso de luto, recuerda que Jesús llamó a los
niños hacia Él y hace lo mismo hoy. No sólo llama a los niños sino también nos llama a ser como
niños.
Actividad: Afirma las preguntas de tu niño o niña. Haz una lista de cosas que te han preguntado.
Diles: “Dios se contenta cuando le hacemos preguntas. Aun cuando nuestras preguntas son
tristes, confundidas o enojadas, Dios quiere escuchar nuestras preguntas”. Abraza a tus niños y
haz contacto visual conforme les dices esto. Hazlos entender que requiere valentía preguntar en
momentos de dolor y que, aunque se pueden sentir débiles, admiras la fortaleza que han
mostrado en hacer preguntas honestas. Después recuérdales: “No tienes que ser fuerte para ser
amado por mi o por Dios, pero Dios es fiel en estar con nosotros y darnos fortaleza en Su
presencia en momentos como este.”
Pregúntale a tu familia:
• ¿Qué te gustó de esta historia?
• ¿Qué te gustaría decirle a Jesús hoy acerca de cómo te sientes?
• ¿Qué te gustaría hacer con Jesús si lo pudieras ver?
• ¿Hay algo que quieras preguntarle?

Capítulo 2
RECONOCER la historia específica y la realidad de mi sufrimiento
Evaluar y examinar la realidad de tu sufrimiento es un paso difícil de tomar. Para los niños, este
paso es cumplido más efectivamente por medio de conversaciones o expresión por medio de
juegos. “Reconocer” es un concepto muy abstracto para la mayoría de los niños. Se pueden
hablarlo o actuarlo, es real y la historia está siendo asimilada en su historia.
Devocional para Mateo 6:5-15. (Este pasaje puede ser encontrado The Jesus Story Book Bible
por Sallie Lloyd-Jones empezando en la página 222.)
Una de las cosas más importantes que se pueden perder en el luto es la oración. Es importante
permitir que los niños te escuchen orar acerca de tu pérdida y cómo te está afectando. Esto les
recuerda a tus hijos que siempre pueden hablar con Dios acerca de estas personas. Aún oraciones
simples como “Dios, por favor dile a [insertar nombre] que los amo y que los extraño”, puede
ayudarle al niño a reconocer la realidad de su pérdida dentro del contexto del cuidado de Dios.
Actividad: Estudiar la oración del Señor como ejemplo. Puede ser de ayuda para tu familia escribir
una oración familiar en ese tiempo de duelo. Conforme escribas la oración familia, ten en mente:

131
1. A quién le estás escribiendo (v.9) (Padre, Dios, Creador, Proveedor, Sustentador, El
Dios que ve)
2. Por lo que lo puedes alabarlo (v.10)
3. Lo que quieres de Él (v.11-12)
4. De qué tienes temor (v.13)
5. Cómo puedes terminar con alabanza
Sé honesto y real en tu oración, deja que sea para toda tu familia, agrega cosas conforme tu
familia puede poner el duelo en más palabras y lleva un récord de como Dios responde tus
oraciones o cosas que están aprendiendo de Él. Mantén una copia de esta oración para la caja de
la memoria para que los niños puedan recordar como oraron durante ese tiempo.

Capítulo 3
ENTIENDE el impacto de mi sufrimiento
Actividad: Ensucia los pies lo más que puedas. Encuentra una razón para jugar en el barro
descalzos. Tener momentos ligeros de diversión pueden recordarles a los niños que el impacto
del sufrimiento no va a borrar todo el gozo, risas y color de sus vidas. Después pregunta, “¿Quién
quiere lavar los pies de todos?”. Conforme se vuelve obvio que esta actividad se está convirtiendo
en una lección, haz un seguimiento con las preguntas: “¿Por qué no? Y ¿Qué podría ser difícil o
desagradable de lavarlos?”.
Devocional para Juan 13:1-20 (Este pasaje puede ser encontrado The Jesus Story Book Bible por
Sallie Lloyd-Jones empezando en la página 286).
El duelo se puede sentir tan sucio y desagradable como pies sucios. Es un proceso que nadie que
hacer porque es difícil. Atravesar un duelo se siente muy crudo, sucio y da miedo. Nadie escogería
el camino del duelo. Jesús no solo lavó pies sucios, sino que también caminó el camino del duelo.
En esta historia, Jesús, antes de su muerte, lava los pies de Sus discípulos. Interesante escogencia
de actividad para compartir con sus amigos, pero el mensaje es grande en muchos sentidos. Sí,
es un ejemplo de servicio y de cómo debemos caminar dispuestos a servir, pero también es una
declaración de que él quiere que seamos limpios.
Las personas no lo entendieron o vieron lo que Él estaba haciendo, pero Él estaba proveyendo
un camino de esperanza. Conforme caminas en este viaje, el deseo es que lo hagas lo más
limpiamente posible. En la historia pareciera que los discípulos estaban dispuestos a ignorar la
suciedad en sus pies. A menudo, queremos ignorar el “impacto de nuestro sufrimiento”. Los
niños se pueden identificar con querer ignorar las cosas sucias, especialmente algo tan
abrumador y desagradable como el duelo. Jesús llama nuestra atención al impacto del
sufrimiento para limpiarlos no para avergonzarnos.
Haz las siguientes preguntas a tu familia (haz que cada persona de al menos una respuesta):
1. ¿Qué has estado sintiendo recientemente?
2. ¿Cuándo lo sientes más?
3. ¿Qué es lo peor que tu familia está atravesando?
Deja que cada persona responda, valídalos, no los minimices o trates de decirles que no deben
sentirse así. Cierra con la oración que tú y tu familia escribieron juntos.
Capítulo 4

132
APRENDE mi historia de sufrimiento la cual utilicé para darle sentido a mi experiencia
Actividad: Toma tiempo para evaluar los siete temas como familia, dale una oportunidad a cada
persona para que hablen de lo que están sintiendo y creyendo acerca de la pérdida. Pregunta:
“¿Alguna vez te sientes como [insertar uno de los siete temas]?”. Las respuestas a estas
preguntas se pueden sentir muy crudas, pero estas emociones honestas y crudas preparan el
devocional familiar.
Devocional para Lucas 22:39-46 (Este pasaje puede ser encontrado The Jesus Story Book Bible
por Sallie Lloyd-Jones empezando en la página 294).
La historia de Jesús en el jardín es uno de los momentos más claros de la humanidad de Jesús
grabados en las Escrituras. Vemos a Jesús luchando con ponderosas emociones que causaron
impactos físicos significativos (por ejemplo, sudar gotas de sangre, v.44). Jesús está batallando
por entender el sentido de su sufrimiento conforme pregunta repetidamente si no hay alguna
otra manera.
Jesús confía en sus discípulos al decirles que su “alma estaba muy afligida, hasta el punto de la
muerte (Marcos 14:34)”, esto es dolor extremo – Él entiende nuestro dolor, temor y querer un
camino diferente. Jesús muestra su sentido de sufrimiento al decir “Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has desamparado? (Marcos 15:34) para que este tema no tenga que ser verdadero en nuestra
historia. Jesús cargo con todo lo que tememos sea verdad, así que Él nos entiende
completamente y es capaz de (con gran compasión reasegurarnos que nuestros temores no son
verdad.
Capítulo 5
LLORA la maldad de lo que sucedió y recibe el consuelo de Dios
Actividad: Consigue una botella de vidrio de algún tipo y llénala con agua. En el tiempo de
devocional, pregúntale a tu familia cuántas lágrimas creen que se necesitarían para llenar la
botella. Si tu(s) hijo(s) son participativos, puedes conseguir un gotero y contar cuántas gotas se
necesitan para llenar la botella.
Pregúntale a tu hijo: “¿Sientes que has llorado esa cantidad de lágrimas? ¿Hay momentos en los
que has llorado solo, tal vez estás tratando de dormir? ¿El duelo se siente más fuerte cuando
estás solo? ¿Por qué?”. Es bueno que los niños hablen de estas cosas si no lo han hecho ya.
Después de esta conversación, usa el devocional para traer consuelo.
Devocional para Salmo 56:8 (NBLA), “Tú has tomado en cuenta mi vida errante; pon mis
lágrimas en tu redoma; ¿acaso no están en tu libro?” Dios colecciona nuestras lágrimas, así
como nosotros guardamos cosas que son preciadas. Cada lágrima representa un momento
tierno en el que Dios está con nosotros. Dios cuenta cada vez que nos movemos en la noche
como nosotros contamos las cosas que coleccionamos. Él es un Padre que se sienta en la cama
a la par de sus hijos cuando tienen una noche turbada.
En Juan 11:1-36 encontramos la historia de la muerta del buen amigo de Jesús, Lázaro. Cuenta
como sus amigos le dijeron a Jesús que Lázaro estaba enfermo, como Él se retrasó para ir a verlo
y su dolor cuando llegó a donde estaba su amigo y experimentó su muerte. Jesús lloró. Nos trae
consuelo saber que Jesús experimentó la pérdida de alguien cercano y que escogió llorar por Él.
El ejemplo de Jesús nos da libertad de llorar y el Salmo 56:8 nos deja saber que a Él le importamos.
Compartan como familia cuáles son los momentos en los que más quieren llorar.
Capítulo 6
APRENDER mi historia del evangelio por la cual Dios le da significado a mi experiencia.

133
Actividad: Haz una lista de personas que han estado involucradas en tu duelo (ejemplo: doctores,
amigos, familiares, etc.). Habla de lo que cada persona hizo y si crees que su intervención ayudó
o lastimó. Pregunta, ¿Cómo ha estado Dios involucrado en tu luto? Cuando piensas en Dios en tu
proceso de luto - ¿Ayuda o duele?
Devocional para Marcos 15:16-41. (Este pasaje puede ser encontrado The Jesus Story Book Bible
por Sallie Lloyd-Jones empezando en la página 303). Esta es la historia de la crucifixión de Jesús.
Ya que estás viendo el evangelio a través de tu experiencia con el duelo, es importante que te
devuelvas al Evangelio para recordar dónde empezó todo. Hay varios participantes en la
crucifixión que son importantes de denotar.
Primero, están los soldados; ellos mataron a Jesús sin saber que Él era el Hijo de Dios,
confundieron al público llamándolo criminal. Jesús le pidió al Padre que los perdonara porque no
sabían lo que estaban haciendo. Habrá personas y circunstancias así en nuestra historia de duelo.
Cosas que no entendemos, sentimientos que experimentamos y personas que dicen cosas que
no ayudan. No dejes que estas cosas cambien quién ha sido Jesús para ti en tu vida. No dejes que
estas personas o eventos definan a Dios, deja la Palabra de Dios lo describa y que enseñe acerca
de Dios.
Segundo, está Jesús. No pareciera ser el mismo hombre que sanó y alimentó a tantos. Hizo tantas
grandes cosas, ¿por qué no detuvo lo que estaba sucediendo? Él dijo que él podía llamar a todos
los ángeles, ¿por qué no lo hizo? ¿Qué significa todo esto? Está bien hacer preguntas. Las
preguntas son una parte normal de un duelo. El mismo Dios que tuvo un plan para la muerte de
Jesús en la cruz tiene un plan para tu duelo también. Parte de aprender el evangelio en tu
experiencia es ver la cruz de una manera diferente. La cruz es una historia de duelo. La diferencia
está en que conocemos el final de la historia de la cruz.
Tercero, está Dios el Padre. ¿Dónde estaba? ¿Realmente dejó que simplemente mataran a Su
Hijo? ¿Realmente planeó para que todo esto sucediera? ¿Sintió algo el Padre ese día? Hay varias
cosas físicas que sucedieron que muestra que el Padre estaba conmovido. En Mateo 27:51-52, la
cortina del templo se rasgó en dos, la tierra tembló, las rocas se dividieron, tumbas fueron
abiertas, el cielo estaba oscuro, todo evidencia que Dios estaba conmovido por lo que estaba
sucediendo. Dios el Padre no estaba estoico. En tu duelo, ¿cuánto quisieras rasgar la barrera de
la muerte, sacudir el mundo, romper cosas o esconderte en la oscuridad? Dios el Padre estaba
derrotando a la muerte (1 Corintios 15:26). Dios le hizo a la muerte lo que nos gustaría hacerle
nosotros (que no podemos) para que pueda haber esperanza en nuestro duelo.
En tu tiempo devocional, habla de las personas en tu historia de luto. ¿Cómo han ayudado u
obstaculizado el proceso? ¿Cómo puedes obtener ánimo de la cruz? ¿Adónde ves a Dios en tu
historia? ¿Adónde te gustaría velo en tu historia?

Capítulo 7
IDENTIFICA OBJETIVOS que te permitan combatir el impacto del sufrimiento
Actividad: Como familia, haz una lista de los días en los próximos seis a doce meses que crees
que serán particularmente difíciles de enfrentar (ejemplo: vacaciones, temporadas, cumpleaños,
aniversarios, eventos deportivos o hasta horas específicas del día). Habla sobre maneras en las
que estos tiempos podrían ser más fáciles junto. Usa las herramientas en el capítulo siete para
decidir cómo enfrentarán esos días. Es importante que los hijos sepan que está bien estar tristes
en esos días en los que normalmente estarían felices. Por ejemplo, los niños pueden sentir que

134
están haciendo algo mal si les hace mucha falta un miembro de la familia en el día de Navidad.
Hablar de estas cosas de antemano, elimina la culpa de hablar cuando un día específico es difícil.
Devocional para Mateo 28:1-10 (Este pasaje puede ser encontrado The Jesus Story Book Bible
por Sallie Lloyd-Jones empezando en la página 310). La historia de la resurrección no es solo la
historia más maravillosa en las Escrituras, es la historia en la Escrituras. Es esperanza, paz y
seguridad. La resurrección nos asegura que cuando las cosas pueden parecer poco claras, hay
una red de seguridad – el hecho que Jesús está vivo.
Cuando pensamos en nuestra vida después de un duelo, es bueno recordar esto porque es donde
encontraremos refugio en los días difíciles y celebración de lo bueno. El hecho que Jesús está vivo
nos da lo que necesitamos para enfrentar nuestros mejores y peores días. Porque Jesús resucitó
de los muertos, tenemos esperanza de que nuestro ser querido también lo hará. Por qué Jesús
resucitó de los muertos, nuestras pérdidas pueden parecer livianas y momentarias por la
esperanza que hay en Él. Podemos estar de luto, pero con esperanza.
Revisa la lista de los días difíciles y reflexiona en esos planes que hiciste para sobrellevar esos días
a la luz de la resurrección. Es probable que esos planes no contengan una celebración de vida de
como la personas que amas ahora está viviendo. Debemos hacer el duelo de nuestra pérdida,
pero con el reconocimiento de que nuestro amado o amada ahora está más viva que cuando lo
o la conociste. Nuestro luto tan solo está esperando por la resurrección. Esperar es difícil pero no
es final.
Capítulo 8
PERSEVERA en la nueva vida e identidad que Dios te ha dado

Actividad: Revisa un álbum de fotos viejo. Observa un tiempo de vacaciones favorito o tal vez
fotos de una mascota amada. Conversa sobre como estos recuerdos te pueden hacer sentir
felices y tristes al mismo tiempo. Te hace feliz tener esos recuerdos, tu vida es mucho más rica y
plena por ellos. Pero también te hacen falta esos momentos. Esta es una buena representación
de como un duelo bien procesado se ve.
Devocional para Lucas 24:50-53 (Este pasaje puede ser encontrado The Jesus Story Book Bible
por Sallie Lloyd-Jones empezando en la página 318). Al final de la historia del Evangelio, algo muy
confuso y triste les sucede a los discípulos. Ellos tenían conocimiento de que Jesús estaba vivo,
pero tuvieron que vivir sin Él. Es igual para nosotros en nuestro duelo. Puede ser que sepamos
que la persona ahora está viva, pero tenemos que vivir sin él o ella.
Jesús fue específico en decirles qué quería que hicieran – decirles a todos acerca de Él, de Su
amor y del Evangelio. A través de tu experiencia con el duelo, has podido conocer a Dios de una
manera diferente. Ahora esto es parte de tu historia y Dios quiere que lo compartas. Así como Él
quería que los discípulos compartieran su experiencia, Él quiere que compartamos la nuestra.
Como familia hablen acerca de lo siguiente:
• ¿Qué has aprendido acerca de Dios a través de este estudio?
• ¿Cuáles son algunos temas con los que aún luchas?
• ¿Cómo ha cambiado la historia del Evangelio tu perspectiva de la muerte y tu
propósito ahora?
• ¿Qué es algo nuevo que te gustaría hacer?

135
Capítulo 9
ADMINISTRAR toda mi vida para la gloria de Dios
Devocional para 1 Pedro 4:19 (NBLA), “De modo que, si sufren de la manera que agrada a Dios,
sigan haciendo lo correcto y confíenle su vida a Dios, quien los creó, pues él nunca les fallará.”
Porque fuimos hechos para el Cielo, el duelo no es algo que podamos evitar en la Tierra.
Sufrimos en parte porque Dios tiene algo mejor para nosotros. Como niños que lloran
cuando tienen que dejar el patio de recreo para irse a la playa, no entendemos lo que nos
depara y lo que está sucediendo. Pero debemos aprender a confiar en nuestro Padre a lo
largo del camino (vida) a la playa (el cielo).
Actividad: Haz una lista de las lecciones que cada miembro de la familia aprendió de la pérdida
de su ser querido y de la travesía del dolor. Siéntete libre de reír y llorar mientras haces la lista.
Habla sobre cómo cada vez que te beneficias de una de estas lecciones o se las transmites a otra
persona, estás extendiendo el impacto de la vida de su ser querido y "entregando su alma a su
fiel Creador mientras haces el bien". Comprométete a compartir estos momentos unos con otros
para que la familia pueda regocijarse en lo que Dios está siendo fiel en hacer.
Cuando buscar ayuda profesional para tu hijo o hija:
Si alguno de los siguientes comportamientos ha continuado por más de seis meses, contacta tu
iglesia o proveedor médico para una apropiada referencia:
v Los patrones alimenticios no han vuelto a la normalidad
v Los patrones de sueño no han vuelto a la normalidad
v Los comportamientos agresivos no se han reducido
v La ansiedad de separación sigue en pie
v Los patrones regresivos no han disminuido
v No hay señales de duelo
Hay otros momentos en los que puede ser apropiado buscar ayudar para tu hijo. Por ejemplo,
cuando el proceso de duelo es abrumador para ti. Si como cuidador estás teniendo dificultad
para procesar el duelo, puede tornarse difícil lidiar con el duelo del niño por lo que se debe
proveer a alguien que pueda ayudarte en el proceso es esencial. No esperes estar “compuesto”
para después atender a tu hijo.

136
Apéndice H
Descripción de trabajo: acompañamiento para mamás en
duelo por la pérdida de un bebé

El duelo a causa de perder un bebé durante el embarazo o por haber nacido sin vida, no solo es
dolorosamente particular, sino que también es solitariamente particular. En la iglesia The Summit
queremos ayudarte a atravesar esa soledad con esperanza al estar personalmente disponibles
para ti. Este es el propósito del programa de acompañamiento para mamás en duelo.
Requisitos para el acompañante:
• Ser un miembro comprometido de la iglesia The Summit.
• Haber experimentado la pérdida de un bebé.
• Ser capaz de hablar de su pérdida abiertamente y exponiéndolo sin sentirse abrumada
emocionalmente.
• Haber escuchado en vivo o por video, el seminario «Tomando el proceso de duelo con
esperanza».
• Leer el cuadernillo del seminario «Tomando el proceso de duelo con esperanza».
• Entender qué significa permitir que el evangelio nos hable de las emociones de duelo como
sufrimiento y no como pecado.

Lo que se espera del acompañante:


• Entrevistarse con nuestros coordinadores de ministerio (las preguntas principales se
encuentran más abajo).
• Tratar con la mamá, que esté pasando por un duelo reciente, dentro de 24 a 48 horas de
haber sido designada.
• Reunirse personalmente con ella por lo menos cada 15 días por los próximos seis meses.
• Avanzar en el seminario «Tomando el proceso de duelo con esperanza» a su ritmo.
• Compartir tu testimonio de tu proceso de duelo aplicándolo al material del seminario y a
la experiencia de la mamá.
• Estar disponible para comunicarse por teléfono o correo electrónico entre las citas en
persona.
• Ayudarle a decidir cómo y cuándo compartir su experiencia con su grupo pequeño (fuente
de apoyo a largo plazo).
• Contactar al coordinador del ministerio cuando la relación de ayuda haya finalizado.
Preguntas para ayudar a la compatibilidad
Queremos hacer el mayor esfuerzo posible parar conectar acompañantes que tengan elementos
comunes en su experiencia con mamás que estén recientemente procesando su duelo. Aunque
reconocemos que no hay dos situaciones que sean exactamente iguales y que incluso en los
detalles comunes no siempre se creará la misma experiencia, creemos que es importante hacer

137
dicho esfuerzo. Las preguntas a continuación representan el tipo de pregunta que serán hechas
durante la entrevista.
• ¿Cuánto tiempo llevabas de embarazo cuando perdiste a tu bebé? ¿Sabías su sexo?
• ¿Fue este tu primer embarazo? ¿Segundo? ¿El último?
• El haber perdido a tu bebé ¿fue una alerta de problemas de infertilidad?
• ¿Hubo complicaciones médicas que se causaron o sucedieron a raíz de la pérdida?
• ¿Cuál fue la respuesta a tu perdida de las personas importantes en tu vida?
• ¿Has experimentado la pérdida de múltiples bebés nacidos sin vida?
• ¿Tenías un cuarto preparado para tu bebé y has lidiado con darle un nuevo propósito a la
habitación?
• ¿Tuviste que compartir tu pérdida con un grupo de personas (por ejemplo: trabajo, iglesia)
y experimentar un cambio en tu vida social?
Si hay algunos otros aspectos singulares de tu pérdida que crees que deberíamos saber, por favor
comunícanoslo durante la entrevista. Gracias por tu voluntad de querer participar en este
ministerio y personificar el amor de Cristo a quien se siente muy sola en medio de su pérdida.

138
APENDICE I
¿Qué hago ahora?
Una de las consignas de este ministerio de consejería es: “No hacemos eventos; creamos
recursos." Eso significa que deberías estar preguntándote: "¿Qué puedo o debo hacer con esta
información ahora?"

Hemos creado una serie de videos cortos que responden a la pregunta de y ahora qué, desde
diferentes perspectivas. Cada uno de ellos los puedes encontrar en:

www.bradhambrick.com/whatnow

Estudio personal o en grupo pequeño.

Pregunta: Estuviste en varios seminarios de consejería y te diste cuenta de que al parecer


hay una variedad. Con frecuencia recomiendan estudiarlos en grupos pequeños o con un
amigo. Te parece una gran idea, pero como no lo has hecho antes, no estás muy seguro de
cómo empezar algo así. ¿Te podríamos orientar?

Buscar consejería personal.

Pregunta: Después de asistir a este seminario, te das cuenta que te gustaría recibir
consejería para ayudarte a crecer en esta área. Al parecer hay disponibles varias opciones.
¿Cuáles son y cómo podrías conectarte con la que mejor se ajuste a tu necesidad?

Aprovechando al máximo tu lugar de trabajo.

Pregunta: Escuchaste rumores de que se supone que puedes usar los seminarios de
consejería para aprovechar tu lugar de trabajo para la influencia del evangelio. Tu primera
impresión es que suena fuera de lugar e intrusivo; cómo le dices a la gente que tienen
"problemas" o "necesitan ayuda". Pero también te preocupa mostrar material cristiano
que pueda ser ofensivo para algunas personas que visitan tu lugar de trabajo. Al menos te
gustaría escuchar lo que tienen que decir. ¿Cómo funcionaría esto?

Como consejero profesional.

Pregunta: Soy un consejero autorizado y me encontré con estos seminarios de consejería.


Estoy emocionado de ver la iglesia abordando este tipo de temas, y tengo curiosidad por
saber cómo podrían ver a alguien en mi posición utilizando los materiales. Puedo verme
recomendar estos seminarios a mis pacientes que están dispuestos a escuchar un punto
de vista cristiano en ese aspecto de su consejería, pero parece que podría haber más usos

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que simplemente aconsejar las tareas. ¿Podrías compartir tus pensamientos sobre cómo
los que trabajan en la práctica privada podrían utilizar estos recursos?

Nuestro objetivo en la consejería es (1) equipar a la iglesia para que se cuiden unos a otros y a
nuestra comunidad con excelencia; (2) brindar servicios de asesoramiento de calidad que te
permitan involucrarse en la vida de los demás con confianza; saber que hay atención adicional y
experimentada disponible para acompañarlos si es necesario; y (3) crear espacios que permitan a
ti y a otros cristianos de nuestra comunidad, aprovechar su lugar de trabajo y carreras para un
mayor impacto del evangelio en sus esferas de influencia.

Esperamos que este seminario y estos videos te brinden una visión de cómo esto puede suceder
y despierte la pasión en ti, para ser parte de La obra de Dios de redimir y restaurar a las personas
y familias heridas.

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