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ARAGÓN PANIAGUA,
Tatiana: Imágenes de la
modernidad y la vanguar-
dia en el cine de Jacques
Tati. Málaga, Universidad,
Colección ‘Textos
Mínimos’, 2006.

Juan Antonio Sánchez López


Universidad de Málaga

Pocos conceptos han sido tan ran. Por fortuna, nadie cuestiona el
intensa y apasionadamente debatidos, sugestivo experimentalismo desarrolla-
dentro y fuera del Arte, como los de do por la fotografía y el cine en este
‘modernidad’ y ‘vanguardia’. En efecto el terreno, pero, por si acaso, nunca viene
‘ser’ moderno, el ‘estar’ en vanguardia o mal que alguien no lo recuerde de vez
‘sintonizar’ con la modernidad ha hecho en cuando.
correr ríos de tinta en torno a las reac- Tremendamente oportuno en
ciones, actitudes o ‘compromisos’ que semejante tesitura se nos muestra este
rigen o ‘deben’ regir los comportamien- libro de Tatiana Aragón Paniagua.
tos, pautas y líneas de actuación de Aplicando un dominio profundo del
quienes, desde siempre, desean seguir bagaje conceptual, que se desliza sigilo-
mirando hacia delante sin perder nunca samente por los resquicios de la filmo-
la vista de lo que se deja atrás; pues, de grafía de Jacques Tati, esta joven –al
lo contrario, la conquista de lo realmen- mismo tiempo que muy sabia- investiga-
te ‘moderno’ habría sido una empresa dora preconiza, de manera muy oportu-
más ilusamente absurda que realmente na, un diálogo y, a la postre, una recon-
factible. Si, de entrada, esta afirmación ciliación entre la teoría del Arte, el incon-
desenmascara más de un tópico a pro- formismo que anima, y constantemente
pósito del sentido de la ‘modernidad’ y la inquieta los impulsos creativos del artis-
‘vangurdia’, otro tanto sucede cuando se ta y el debate de fondo que confiere un
pretende convertir en exclusivas de las aroma permanentemente fresco a los
artes plásticas las transformaciones posicionamientos de vanguardia y su
experimentadas por el mundo de las proyección ‘militante’. En líneas genera-
imágenes y los sistemas que las gene- les, podría afirmarse que Tatiana

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Aragón Paniagua adopta como fasci- viéndose empujado, consecuentemente,


nante ‘pretexto’ el cine de Tati para por el reto de simultanear, yuxtaponer,
construir un discurso contenidamente conjugar lenguajes, iconos y poéticas;
dialéctico, en virtud del cual los presu- en definitiva, por la opción de elegir la
puestos artísticos, ideológicos y, sobre vía que juzga más adecuada para exte-
todo, estéticos que animaron las van- riorizar sus emociones, sin dejar indife-
guardias históricas se ven inteligente- rente al usuario y, por ende, en aras de
mente reflejados, aunque ‘inevitable- involucrarlo y hacerlo partícipe de sus
mente’ subjetivizados, en la obra del expectativas y deseos.
cineasta.
De ahí, que se haya procurado En un primer bloque, la autora se
establecer la conexión y la ‘comunión’ sumerge en las profundidades abisales
de su filmografía con el ideario estético del pensamiento y la teoría artística para
e ideológico de los movimientos artísti- elaborar una apretada, certera y acerta-
cos contemporáneos, planteando una da síntesis de lo que la vanguardia es,
visión poliédrica donde lo formal, lo representa, supone y significa como
temático, lo iconográfico e, incluso, lo actitud que despierta en el artista el
técnico juegan un papel decisivo en la deseo interior de estimular y desarrollar
impresión de conjunto del resultado aquellas capacidades que, desde la
final. Planteamiento poliédrico para una mirada crítica hacia lo ‘políticamente
personalidad con varias ‘caras’, en su correcto’, le arrastran a la conquista de
versátil condición de actor de teatro y la modernidad y consagran su propia
cine, mimo, cantante y artista de music- metamorfosis en el ‘ser’ moderno.
hall, cómico televisivo, guionista y, por Desde Baudelaire -como no podía ser
supuesto, realizador cinematográfico menos- a la cabeza, pasando por
que encarrila el género cómico hasta las Worringer, Simmel, Ortega, Bürguer,
más altas cotas de la historia del ‘sépti- Rubert de Ventos, Benjamin, Sedlmayr,
mo arte’ en la vecina Francia. Qué duda Horkheimer, Adorno, Le Corbusier,
cabe que, de entrada, este planteamien- Jencks, Lyotard o Baudrillard, entre
to metodológico resulta, cuanto menos, otras ‘testas coronadas’, Tatiana Aragón
novedoso además de muy esclarecedor construye una auténtica antología histo-
para comprender la producción artística riográfica en torno a los conceptos de
del siglo XX como un continuum, donde ‘modernidad’, ‘vanguardia’ y ‘posmoder-
más que el ‘formato’, el ‘medio’, el ‘acci- nidad’ que, lejos de poder ser entendida
dente’ transmisor, en suma, importa como ‘superflua’, se antoja sumamente
más el propósito creativo, el impulso útil a la hora de captar las verdaderas
comunicativo y la reflexión conceptual. intenciones del libro. No en balde, y ade-
Semejante abanico de posibilidades más de refrescar la memoria del lector
insta al creador a construir un discurso, especializado, la acertada inclusión de
a dejarse seducir por él, sin dejarse este corpus instruye al neófito en estos
constreñir por el marcaje implacable y temas e introduce al mero cinéfilo en el
unívoco de una determinada senda, campo de una propuesta de análisis fíl-

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mico que trasciende la pura visualidad y Tatiana Aragón al legado de un cineasta


reivindica para el director de cine y su que –en complicidad con el señor Hulot,
obra –al igual que para un pintor y su su alter ego- supo entender y hacer
cuadro de caballete, desde una pers- suya la idea de rentabilizar magistral-
pectiva clásica- un tratamiento totaliza- mente el gag más allá de su primaria y
dor que nos descubre sus inquietudes ¿frívola? misión de procurar, a través de
intelectuales como creador, sus pulsos la risa, un elemento tonificante que con-
frecuentes frente a la fenomenología tribuye a aligerar la rutina de nuestro
artística y la demostración fehaciente de devenir existencial, merced a la disten-
una ‘modernidad’ cinematográfica en sión psicológica del espíritu. Podría
diálogo e intercambio constante con su haberlo hecho e, indudablemente, con
homóloga estética y, particularmente, no menos habilidad y éxito; pero enton-
‘plástica’. ces habría traicionado el compromiso
esencial de todo artista ‘moderno’ que -
Por su parte, el segundo bloque no lo olvidemos- ,según Baudelaire, no
del libro permite a la autora ‘aterrizar’ de sería otro que el comprometido con los
lleno en la cuestión de fondo: el cómo, nuevos tiempos, que asume el cambio,
cuándo, dónde y porqué se manifiesta la la novedad y lo insólito que aparece en
vanguardia en complicidad con la el vivir cotidiano. Es independiente,
modernidad del cine de Jacques Tati. defensor de su propia subjetividad, se
No podía haber calificado la autora de enfrenta claramente a la tradición esta-
mejor modo esta labor introspectiva que blecida de un arte vuelto al pasado y
con el término de ‘visiones’. Porque, en trata de reproducir ideales de equilibrio y
definitiva, visiones son y seguirán sien- estabilidad con validez general.
do siempre las perspectivas que un rea- Inspirado y ‘arrebatado’ por tales moti-
lizador como Tati nos viene dejando vaciones, Tati convierte su arte en
acerca de su modus intelligendi el herramienta y agente transformador de
mundo, sus miserias y resplandores, la realidad, mediante la ironía, la crítica
sus protagonistas y situaciones, partici- y la visión desacralizadora de las reali-
pando –podemos llamarlo así- de un dades cotidianas en su caso, recordán-
‘espíritu de época’ que, gracias a su donos cómo la ‘necesidad’ de reír no
intuición, receptividad y vocación de hace sino satisfacer valores innatos y
uomo universalis, le permitió demostrar consustanciales del ser humano como la
que su sensibilidad estética caminaba al burla del decoro, el afán de cuestionar y
mismo ritmo que la de los intelectuales criticar lo establecido para procurar y
que imprimieron forma teórica a la provocar mejoras sociales y la tendencia
modernidad y ulterior posmodernidad. a estilizar y transformar en un pasto sin-
tetizado y presto para el consumo la
Seis largometrajes –Jour de esencia de nuestras situaciones diarias.
Fête, Les Vacances de Monsieur Hulot, Y, lo más meritorio, sin amedrentarse
Mon Ocle, Playtime, Trafic y Parade- por los ‘riesgos’ y ‘audacias’ que hicie-
jalonan el ejercicio de aproximación de ron suyas los cineastas de los ‘nuevos

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cines’, ni cohibirse tampoco por la since- menoscabo de su rigor científico e impe-


ridad de quien exterioriza y comparte en cable calidad literaria, el libro consigue
sus películas el triunfo de una sensibili- implicarnos de lleno en el hermoso pro-
dad artística e ideológica, peculiar, yecto de Tati de hacer reinar la belleza
inconfundible y concreta que coquetea de la risa y el carácter liberador de lo
con lo pop y lo kitsch, al tiempo que des- lúdico que –recordando a Adolf Loos-
nuda sin pudor las ‘perversiones’ y vuelve a sacar a la palestra la magia del
‘rituales’ consumistas. ‘arte como juego’, en cuanto a cataliza-
dor de caprichosas metamorfosis inte-
En definitiva, ‘solo ante el peligro’ riores que, desde luego, tendrán benefi-
e irreductible en su empeño de propiciar ciosos y ‘saludables’ efectos en todos
una unión certera y verdadera entre el nosotros. Y es que, ya no será tan fácil
arte y la vida, Jacques Tati experimenta, avergonzarnos ni ruborizarnos cuando
de la mano y de la exquisita precocidad algún quisquilloso malhumorado quiera
intelectual de Tatiana Aragón Paniagua, ‘reprocharnos’ y echarnos en cara nues-
una feliz ‘puesta en valor’. A lo largo de tra falta de ‘seriedad’, haciendo resonar
las páginas de este libro, ella nos invita en nuestros oídos aquellas palabras tan
-como lectores primero y espectadores ‘solemnes’ de Horacio: Spectatum admis-
después- a romper nuestra pasividad y si risum teneatis amici (‘Contemplado
eliminar distancias y susceptibilidades esto, ¿podéis, amigos, contener la
respecto al cómico y cineasta galo. Sin risa?’). ¡Por supuesto que no…!

LÓPEZ-GUADALUPE
MUÑOZ, Juan Jesús:
Imágenes elocuentes.
Estudios sobre patrimonio
escultórico. Granada,
Editorial Atrio, 2009.

Juan Antonio Sánchez López


Universidad de Málaga

Decía Federico García Lorca que rín y el mirador, de bellas y reducidas


la estética genuinamente ‘granadina’ era proporciones, así como la del jardín
la del diminutivo, la de la cosa minúscu- pequeño y la estatua chica. Esa misma
la, y sus creaciones justas, la del cama- estatua chica -que, sin discusión, perso-

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