Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
Las emociones son fenómenos complejos, de difícil definición, pero sobre las
que actualmente existe un amplio consenso. Son reconocibles y medibles en los tres
sistemas que activan: el neurofisiológico-bioquímico, el conductual-expresivo y el
cognitivo-subjetivo. En lo concerniente a la naturaleza de la emoción, tradicional-
mente se ha venido manteniendo una polémica, inaugurada a finales del siglo XIX
y que ha seguido explícita o implícitamente presente hasta la actualidad (Bradley,
2000; Reisenzein, 1983; Schachter y Singer, 1962), que está representada por los
modelos de James (1884, 1894, 1890/1909) y de Cannon (1914, 1927/1968, 1929),
respectivamente. El primer modelo defiende que la emoción se debe a la percep-
ción de los cambios fisiológicos corporales que se producen ante distintas situacio-
nes o estímulos externos y que constituyen un patrón de respuesta distinto para
cada una de las emociones. Esta perspectiva da origen a las llamadas teorías perife-
ralistas, las cuales defienden, en cuanto a su estructura, la especificidad de las
emociones. El modelo de Cannon, por el contrario, defiende que son las interaccio-
nes córtico-talámicas las responsables de las distintas emociones y que las reaccio-
nes fisiológicas periféricas que acompañan a las mismas son generales e inespecífi-
cas, no contribuyendo en nada a la cualidad emocional. Esta perspectiva da lugar a
Hasta la fecha, los estudios que se han llevado a cabo sobre las emociones en
sujetos con lesión medular se han basado casi exclusivamente en autoinformes. Los
trabajos más representativos podrían agruparse en dos categorías extremas: la pri-
mera, la forma dura representada por Hohmann (1966), autor que defiende que el
arousal autonómico es un componente necesario en la experiencia emocional y,
por tanto, si éste está disminuido las emociones también (apoyaría la teoría de
James) y la segunda, la forma débil, representada por Bermond, Nieuwenhuyse,
Fasotti y Schuerman (1991), Chwalisz, Diener y Gallagher (1988), Dana (1921),
Lowe y Carroll (1985), Montoya y Schandry (1994) y Richards, Hirt y Melamed
(1982), autores que defienden la posición contraria. Es decir, que el feedback del
arousal autonómico no es necesario ni suficiente y, por tanto, el sentimiento inter-
no de la emoción no se altera con la lesión medular (apoyarían la teoría de
Cannon), aunque reconozcan que dicho feedback autonómico puede incrementar la
intensidad de la experiencia emocional. Los resultados de estos estudios, sin em-
bargo, no han llegado a conclusiones unívocas, criticándose unos a otros por diver-
sas razones: problemas metodológicos (Chwalisz et al., 1988; Reisenzein, 1983;
Richards et al., 1982; Trieschmann, 1980; Tucker, 1980), no utilizar en todos los
casos sujetos con lesión completa (Ferh y Stern, 1970), problemas en el control de
la medicación o no considerar las diferencias en los estilos de afrontamiento a la
lesión (Chwalisz et al., 1988).
Tal vez, el principal problema metodológico de estos estudios sea el basarse ex-
clusivamente en autoinformes, dada la dificultad de controlar los sesgos inherentes
a este tipo de instrumento (efectos del experimentador, deseabilidad social, distor-
siones de la memoria, etc.). Por estas razones, decidimos realizar un estudio que,
además de investigar el componente experiencial subjetivo de las emociones, si-
guiendo la metodología tradicional, investigara dicho componente en el contexto
del paradigma de visualización de imágenes afectivas de Lang. Dicho paradigma,
además de proporcionar información subjetiva, permite tomar medidas objetivas no
sujetas a control voluntario -reflejo motor de sobresalto, respuesta cardiaca de
defensa, respuesta electrodérmica de orientación, etc.-, complementando con ello
los datos proporcionados por los autoinformes. Esperábamos encontrar, en cuanto a
los datos subjetivos, resultados que desconfirmaran bien la hipótesis de James -dis-
minuciones significativas de la experiencia emocional en el grupo de pacientes
medulares- bien la hipótesis de Cannon -ausencia de cambios emocionales en el
grupo de lesionados-, pero que, en combinación con los datos psicofisiológicos,
apuntaran a la necesidad de un planteamiento teórico integrador en la línea del
modelo propuesto por Lang. El presente trabajo está centrado en los datos subjeti-
vos.
METODO
Sujetos
Los sujetos de esta investigación fueron 19 pacientes con Lesión Medular (LM)
-7 mujeres (de entre 21 y 53 años) y 12 hombres (de 24 a 57 años)- y 19 sujetos
controles igualados en sexo, edad y nivel educativo. Las condiciones físicas y de
salud de los pacientes eran buenas con los límites impuestos por la lesión. Tampoco
tenían problemas psiquiátricos ni dependencia de drogas o alcohol. Ninguno de los
sujetos había recibido tratamiento psicológico ni psiquiátrico después de la lesión.
La duración de la misma oscilaba entre 2 y 28 años.
De los 12 hombres 4 realizaban o habían realizado un trabajo remunerado des-
pués de la lesión y 4 no remunerado. Un sujeto continuaba estudios universitarios y
el resto no realizaba trabajo alguno. Dos de las siete mujeres de la muestra trabaja-
ban o habían trabajado a tiempo parcial y remunerado, dos lo hacían esporádica-
mente en una tienda de su propiedad y una continuaba estudios universitarios. El
resto contribuía a las tareas domésticas pero no realizaba trabajos fuera del hogar.
Las características de la lesión así como las variables demográficas de edad, se-
xo, duración de la lesión, estado civil y nivel de estudios viene expresados en la
Tabla 1.
Como puede verse en la Tabla 1, la muestra contaba con 12 sujetos con lesión
completa (4 mujeres y 8 hombres) y 7 con lesión incompleta (3 mujeres y 4 hom-
bres). El nivel de lesión abarcaba prácticamente todos los niveles desde C1-2 hasta
L1-4. Las etiologías dominantes fueron los accidentes de tráfico (42.1%), seguidos
de los laborales y deportivos (21.1% respectivamente), intervenciones quirúrgicas
(10.5%) y otros (5.2%).
Diseño
Para las comparaciones entre Lesionados y No Lesionados se utilizó un diseño
de dos grupos independientes: el Grupo experimental (LM) y el Grupo Control.
Para las comparaciones dentro del grupo experimental se subdividieron los 19
pacientes en tres grupos según el nivel de la lesión: Lesionados “Altos” (los seis de
lesión más alta), Lesionados “Medios” (los siete de lesión intermedia) y Lesionados
“Bajos” (los seis de lesión más baja). Por último, para las comparaciones, dentro
del grupo experimental, según la extensión de la lesión, se subdividieron los 19
pacientes en dos grupos: grupo de lesión Completa (formado por los 12 sujetos
Procedimiento
Para reclutar la muestra de lesionados medulares se entró en contacto con el
Centro Base de Minusválidos y con Asociaciones de Minusválidos de la provincia
de Málaga. Una vez seleccionados los posibles sujetos en función de las caracterís-
ticas de la patología y con el fin de mantener la confidencialidad de los datos per-
sonales, se les envió una carta a través de las citadas entidades, invitándoles a una
reunión en la que se presentaría la investigación con todo detalle y al equipo que la
llevaría a cabo. Dicha carta iba firmada por la investigadora principal de la misma
y por el Centro Base de Minusválidos. En ella se hacía constar que el equipo de
investigación pertenecía a la Universidad de Málaga. Otros sujetos del grupo de
lesionados fueron reclutados directamente a través de conocidos. La muestra del
grupo control fue seleccionada entre el personal de la Facultad de Psicología y a
través de conocidos que reunían los requisitos necesarios.
Los sujetos eran recibidos a la entrada del centro y acompañados al laboratorio
por la investigadora principal quien actuó en todos los casos como única experi-
mentadora y entrevistadora, evitando con ello el sesgo que pudieran introducir
diferentes experimentadores/entrevistadores. La secuencia fue la misma para todos
los sujetos. En primer lugar, se pasaba el test psicofisiológico. En segundo lugar, se
realizaba la evaluación de las imágenes afectivas. En tercer lugar, se completaba la
entrevista estructurada. Y en cuarto lugar, se rellenaba el Cuestionario de Salud
General. El ambiente de la entrevista fue relajado y distendido sin que nadie pusie-
ra reparo en ningún apartado de la misma. Por el contrario, los comentarios a las
preguntas eran amplios, dirigiendo su interés hacia aspectos concretos que a ellos
les preocupaba en ese momento, aunque no estuviera relacionado directamente con
lo preguntado. Se observó una gran colaboración y una gran disponibilidad de
tiempo.
RESULTADOS
Control LM
8
Puntuaciones 6
medias
4
Valencia
2
0
Agradab. Ne utral De sagrad.
Control LM
8
Puntuaciones 6
medias
4
Activación
2
0
Agradabl. Ne utral De sagrad.
Emociones Autoinformadas.
Los principales resultados con respecto a las evaluaciones de los cambios emo-
cionales en el grupo de lesionados medulares se resumen en las Tablas 2 y 3.
Respecto a la alegría se puede observar que son 5 los sujetos que informan que
sienten más alegría en la actualidad que antes de la lesión, 8 los que informan que
no han experimentado cambios y 5 los que reconocen que sienten menos alegría en
el presente. A un sujeto le resulta imposible establecer la comparación.
Respecto al amor, son 7 los sujetos que informan respectivamente que sienten
lo mismo o más que antes de la lesión y 4 los que informan que sienten menos en el
presente. A un sujeto le resulta imposible establecer la comparación.
Respecto al sentimentalismo, 7 sujetos informan que sienten el mismo que antes
de la lesión mientras que son 9 los que comunican que se les ha incrementado. Un
sujeto reconoce que siente menos en la actualidad y a 2 les resulta imposible esta-
blecer la comparación.
Salud Mental.
La evaluación de los grupos LM y Control mediante el Cuestionario GHQ–28
items no mostró diferencias significativas entre ambos grupos. Tampoco se encon-
traron diferencias cuando el grupo LM se comparó en función del nivel y extensión
de la lesión.
DISCUSIÓN
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Hohmann, G.W. (1966). Some effects of spinal cord lesion on experienced emo-
tional feelings. Psychophysiology, 3, 526-534.
James, W. (1884). What is an emotion? Mind, 9, 188-205. (Traducción de E. Gavi-
ria (1985). Estudios de Psicología, 21, 57-73).
James, W. (1894). The physical basis of emotion. Psychological Review, I, 516-
529.
James, W. (1890/1909) The principles of Psychology (Vols. 1-2). New York: Holt.
(Principios de psicología (2 vols.). Madrid: Daniel Jorro).
Lang, P.J. (1979). Presidential address, 1978: A bio-informational theory of emo-
tional imagery. Psychophysiology, 16, 495-512.
Lang, P.J. (1985). The cognitive psychophysiology of emotion: fear and anxiety.
En A.H. Tuma y J. Maser (Eds), Anxiety and the Anxiety Disorders. Hillsdale,
N.Y.: Lawrence Erlbaum Ass.
Lang, P.J. (1993). The Network Model of Emotion: Motivational Connections. En
R. Wyer y T. Srull, Perspectives on Anger and Emotion: Advances in Social
Cognition, Vol. VI, (pp. 109-133). New Jersey: Lawrence Erbaum Associates,
Publishers.
Lang, P.J. (1994a). The Varieties of Emotional Experience: A Meditation on
James-Lange Theory. Psychological Review, 101 (2), 211-221.
Lang, P.J. (1994b). The motivacional organization of emotion: Affect-reflex con-
nections. En S.H.M. Van Goozen, N. Van de Poll y J.A. Sergeant (Eds), Emo-
tions. Essays on emotion theory (pp. 61-93). Hillsdale, N.Y: Lawrence Erl-
baum.
Lang, P.J. (1995). The emotion Probe. Studies of Motivación and Attention.
American Psychologist, 50 (5), 372-385.
Lang, P.J., Öhman, A. y Vaitl, D. (1988). The international affective picture system
[Photographic slides]. Gainesville, FL: University of Florida, Center for Re-
search in Psychophysiology.
Lawson, N.C. (1978). Significant events in the rehabiltation process: The spinal
cord patient´s point of view. Archives of Physical Medicine and Rehabilitation,
59, 573-579.
Lowe, J. y Carrol, D. (1985). The effects of spinal injury on the intensity of emo-
tional experience. British Journal of Clinical Psychology, 24, 135-136.
Lobo, A., Perez-Echeverria, M.J. y Artal, J. (1986). Validity of the scaled version
of the General Health Questionnaire (GHQ-28) in a Spanish population. Psy-
chological Medicine, 16 (1), 135-140.
Agradecimiento
La presente investigación fue financiada parcialmente por el Ministerio Español de
Educación (Proyecto PB97-0841) y la Junta de Andalucía (Grupo HUM-388).
Correspondencia:
Pilar Cobos Álvarez
Dpto. Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos
Facultad de Psicología
Universidad de Málaga
Campus de Teatinos s/n
29071 - Málaga