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Neurocosmética, transhumanismo y materialismo eliminativo: hacia nuevas


formas de eugenesia

Article  in  Cuadernos de bioetica: revista oficial de la Asociacion Espanola de Bioetica y Etica Medica · January 2012

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Luis Echarte
Universidad de Navarra
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Cuadernos de Bioética
ISSN: 1132-1989
bioética@um.es
Asociación Española de Bioética y Ética
Médica
España

Echarte Alonso, Luis E.


NEUROCOSMÉTICA, TRANSHUMANISMO Y MATERIALISMO ELIMINATIVO: HACIA NUEVAS
FORMAS DE EUGENESIA
Cuadernos de Bioética, vol. XXIII, núm. 1, enero-abril, 2012, pp. 37-51
Asociación Española de Bioética y Ética Médica
Murcia, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87524465003

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Neurocosmética, transhumanismo y materialismo eliminativo: hacia nuevas formas de eugenesia

NEUROCOSMÉTICA, TRANSHUMANISMO Y
MATERIALISMO ELIMINATIVO:
HACIA NUEVAS FORMAS DE EUGENESIA

NEUROCOSMETICS, TRANSHUMANISM AND


ELIMINATIVE MATERIALISM:
TOWARD NEW WAYS OF EUGENICS

Luis E. Echarte Alonso


Instituto Cultura y Sociedad /Departamento de Humanidades Biomédicas.
Facultad de Medicina.
Universidad de Navarra (España)
lecharte@unav.es

Resumen

En este artículo presento similitudes y conexiones entre el Transhumanismo y


el Materialismo Eliminativo. Concretamente, estudio los argumentos con los que
ambas posiciones defienden una idea de cuerpo humano meramente instrumental
y, por tanto, infinitamente moldeable. En primer lugar, muestro la relevancia social
que está teniendo dicha idea y su proyección en fenómenos como el de la medicali-
zación de la normalidad y, especialmente, en el de la psicofarmacología cosmética.
Denuncio además que dicha influencia está causada por una transferencia ilegítima
de autoridad entre foros filosóficos y científicos. En segundo lugar y de acuerdo con
mi análisis, estas nuevas modas posmodernas de sentimentalismo químico (relacionadas
con cambios radicales en la identidad personal y en la naturaleza humana) conducen
hacia nuevas formas de eugenesia que denomino auto-eugenesias. Por último, destaco
el importante papel que juegan los discursos utópicos sobre la ciencia del mañana y
la civilización del superhombre para una sociedad del carpe diem. En mis conclusiones
mantengo que ni los razonamientos históricos ni las llamadas a la prudencia sobre
lo que está por venir son estrategias realmente eficaces para controlar los nuevos
hábitos psicofarmacológicos de consumo y la pasividad social que éstas generan.

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Luis E. Echarte Alonso

Devolver la confianza social sobre el poder de la razón para alcanzar la realidad (y a


los otros) es, en mi opinión, la mejor manera de rehabilitar una acción humana más
y más devaluada.
Palabras clave: neurocosmética, transhumanismo, psicofarmacología cosmética,
eugenesia

Abstract

In this paper I present similarities and connections between Transhumanism


and Eliminative Materialism. Concretely, I study the arguments with which in both
positions it is defended a merely instrumental idea of human body and, because of
that, one infinitely mouldable. First, I show the social relevance of this idea and its
projections in phenomena as medicalization of human condition and, especially,
cosmetic psychopharmacology. Besides, I denounce that such influences are caused
by illegitimate transference of authority between philosophical and scientific forums.
Second, according to my analysis, these new postmodern fashions of chemical
sentimentalism (related with radical changes on personal identity and human nature)
drive to new eugenic forms what I name autoeugenics. Finally, I call attention to the
important role of utopian speeches about the science of tomorrow and super-human
civilization in a Carpe Diem society. In my conclusions, I claim that historical reasoning
or warnings about what is coming are not efficient strategies to control neither new
psychopharmacological habits nor passivity generated by them. Returning social
confidence in the power of reason to achieve reality (and other human beings) is, in
my opinion, the best way to rehabilitate a more and more devalued human action.
Key words: neurocosmetics, Transhumanism, cosmetic psychopharmacology,
eugenics.

«It is not the present which influences the future, thou fool, but the future
which forms the present.»
[Children of Dune, Frank Herbert]

1. Tecnosoma y la paradoja naturalista pretende expresar con este neologismo


es que, en último término, el hombre es
El término «tecnosoma» (somatech- tecnología encarnada. Acostumbrarnos a
nics) es la respuesta transhumanista a usar este concepto, sugiere el bioeticista
los actuales miedos sociales que hoy británico Andy Miah, ayudaría a evitar
evocan ciertas aplicaciones médicas y el error dualista de considerarnos como
proyectos en bioingeniería. Lo que se cuerpos (soma) que hacen uso de instru-

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Neurocosmética, transhumanismo y materialismo eliminativo: hacia nuevas formas de eugenesia

mentos1. La tecnología es, según Miah, como es la de mejoramiento cosmético.


aquello que sostiene nuestra peculiar Algo de razón lleva Miah. El cuerpo
dinámica de seres vivientes racionales, humano contiene rastros biológicos que
aquello en lo que el cuerpo humano ha reflejan la historia de su especie, una afec-
ido constituyéndose, generación tras ción que no es pasiva, regida solamente
generación. No tiene sentido afirmar, por mecanismos de selección natural.
por tanto, que la modificación tecnoló- Nuestro cuerpo participa activamente
gica del cuerpo, por sí misma, pueda en dicha recepción de modificaciones,
afectar negativamente la identidad o la capacidad que le hace merecedor del ape-
naturaleza humana. lativo de animal cultural. Las propiedades
Al identificar al hombre con su natu- plásticas del sistema nervioso central son
raleza (esto es, con lo que se manifiesta a posiblemente la mejor manifestación de
nuestros sentidos y puede explicarse por dichas capacidades. Hoy conocemos me-
estrictas leyes de causa y efecto), el enfo- jor que nunca, por ejemplo, que el cerebro
que tecnosómico abre las puertas a la ma- de un taxista no es el mismo que el de un
nipulación ilimitada del cuerpo, al mismo contable o el de un artista. ¿Quiere decir
tiempo que devalúa toda definición no esto que el hombre sea verdaderamente
provisional de ser humano, reduciéndola una tabla rasa donde, como defiende
a su mínima expresión: el hombre es el Miah, poder escribir a discreción? Esta
agente capaz de operar sobre sí mismo2. cuestión puede abordarse desde muchos
Si se piensa bien, esta identificación ne- flancos: un primer tipo de problemas de-
tamente naturalista convierte el concepto viene de la existencia de desaprensivos,
naturaleza en un cheque en blanco con el buhoneros, que venden lo que no todavía
que poder justificar toda decisión tomada existe, o peor, lo que pone en grave riesgo
en nombre del mejoramiento. Nada es la salud; otro segundo es el que engloba
natural o, mejor, natural es lo que yo de- el conjunto de dificultades inherentes a
cido que sea. La misma fórmula es válida la aparición de nuevas tecnologías: segu-
para el mejoramiento corporal, que lo es ridad, desigualdades sociales, coerción,
en tanto que así el agente lo disponga. No etc.; y un tercer tipo de cuestiones están
es de extrañar que, desde esta perspectiva vinculadas a la pérdida de identidad
autonomista, muchos especialistas (entre personal (Pedro ya no es Pedro) o a las
los que me encuentro) prefieran sustituir llamadas vidas inauténticas o desnaturali-
la expresión de mejoramiento médico zadas (Pedro ya no es humano). El debate
por otra, de índole mucho más subjetiva, de fondo del transhumanismo versa sobre
esta última cuestión y en torno a ella
1 Una conferencia de Miah sobre el enfoque
tecnosomático puede encontrarse en la siguiente estableceré la discusión3.
dirección de internet: http://www.somatechnics.
org/conference. 3 Greely H, Sahakian B, Harris J, Kessler RC,
2 Miah, A. Posthumanism: A critical history. In Gazzaniga M, Campbell P, Farah MJ. «Towards
Gordijn B & Chadwick R (eds.). Medical Enhance- responsible use of cognitive-enhancing drugs by
ment & Posthumanism. New York: Routledge, 2007. the Healthy». Nature 2008, 456: p. 702-705.

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Formularé de manera sencilla una de camino entre la negativa y la positiva,


las principales objeciones que sirve tanto que podría también denominarse como
para criticar la libre manipulación de la auto-eugenesia. Es eugenesia negativa
identidad como de la naturaleza humana: porque causa la destrucción de quien se
los fines y objetivos que los humanos considera a sí mismo como menos apto, y
crean, escogen y ejecutan no están fun- es positiva porque, a la vez, produce la
dados en la pura racionalidad, en meros aparición de quien se considera más apto.
cálculos objetivos de la realidad sino en En todo caso, desde el planteamiento
quienes son aquí y ahora, es decir, en naturalista o tecnosómico, hay verdadera
eso que comúnmente es definido como eugenesia puesto que hay desaparición
la identidad personal y, en términos más de los individuos adscritos a los rasgos
generales, como naturaleza humana. Ima- negativos (con los que se los identifica)
ginemos una persona a la que se le ofrece y creación de sujetos con identidades
cinco millones de euros con la condición más perfectas. Auto-eugenesia comete
de que, olvidando quien fue, adopte una quien gratuitamente se destruye para
nueva personalidad, una nueva familia, favorecer el advenimiento de alguien
unos nuevos hábitos. ¿Quién aceptaría mejor, que todavía no existe y al que
el trato? La oferta puede ser aún más nunca se conocerá. No hay cumplimiento
radical: ¿y si el dinero es a cambio de más claro y terrible del proyecto nihilista
una transformación que borre los límites que Friedrich Nietzsche aventuró en el
que nos hacen pertenecer a la especie prólogo de Así habló Zaratrustra: «yo amo
humana? Con la conducta se pretende a quienes, para hundirse en su ocaso y
satisfacer las expectativas de quien las sacrificarse, no buscan una razón detrás
planificó, pero si las consecuencias de de las estrellas; sino que se sacrifican a
la conducta cambian al agente, entonces la tierra para que ésta llegue alguna vez
¿qué valor moral tiene dicho plan? ¿Me a ser del superhombre». Son palabras de
benefició o perjudicó? Es una pregunta amor envenenadas. Si amar es afirmar en
que no puede responder quien identifica la existencia a un tú (como escribe Joseph
el binomio personalidad- sujeto o el de Pieper, decir a alguien con veracidad que
naturaleza-sujeto. En definitiva, desta- «es bueno que existas»), los proyectos eu-
pamos así un primer tipo de de falacia genésicos representan todo lo contrario,
naturalista: antes que su dimensión ética ya enmascarados bajo el patetismo del
-sobre lo bueno o malo de la acción-, lo formato nihilista o ya como utopías tran-
que olvidan los defensores de la libre shumanistas, ya aplicándose sobre otros
manipulación de la personalidad o de la o ya sobre uno mismo, ya habiendo con-
naturaleza es su carácter lógico —si tiene sentimiento o no. En definitiva, desde el
sentido o no dicho propósito—. enfoque naturalista, las transformaciones
Desde el enfoque arriba expuesto, radicales no puede ser vistas sino como
manipulación de la naturaleza no es sino otra forma de eugenesia, la más perversa
una nueva forma de eugenesia, a medio expresión del racismo humano, aquella

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capaz de atentar contra la vida de quien en palabras de Peter Kramer, al futuro


es diferente o débil. humano: «drogas que intrínsecamente
hagan feliz a la persona5.
2. Sentimentalismo psicofarmacológico La progresiva medicalización de la
normalidad, especialmente en el ámbito
No toda manipulación corporal es de la salud mental, representa la susti-
manipulación de la identidad o de la na- tución del modo natural en el que el ser
turaleza humana. Los dos últimos tipos humano se relaciona con la realidad, por
tienen que ver con cambios radicales que otro de carácter químico y sentimental. En
modifican los esquemas vitales hasta tal este nuevo modelo, la acción teleológica
punto que resulta imposible reconocer como medio relacional queda obsoleta,
al sujeto en su antiguo modo de pensar, pasando a ser las causas eficientes y,
sentir y actuar. Huelga decir que la ma- principalmente, las de tipo afectivo, el
yor parte de la actual biotecnología no principal criterio moral utilizado por el
es de esa índole4. De hecho, hay pocos agente. En otras palabras, los juicios sobre
tratamientos que puedan causar de ma- la bondad o maldad de las cosas o de la
nera inmediata y visible tales fenómenos. conducta van a hacerse depender de los
Uno de ellos es la estimulación cerebral sentimientos que estos evoquen y no de
profunda y otro la castración química. la bondad o belleza intrínseca de eso ex-
Mucho más preocupante es la tecnología terno a mí y a lo que puedo aspirar. Ya no
que incide en la naturaleza humana, por te quiero porque (tú) seas hermosa sino porque
las consecuencias pero, sobre todo, por induces (en mí) sentimientos agradables.
su fácil accesibilidad. Los psicofármacos Lo bueno es lo que siento como bueno.
—antidepresivos, ansiolíticos, metanfe- Cobran protagonismo, en este contexto,
taminas, etc.— son aquí los principales una tecnología que facilita la aparición
protagonistas con su forma insidiosa, de las emociones positivas o, al menos,
inadvertida, de provocar profundos cam- la desaparición de las negativas6. Lo que
bios en lo más íntimo, humano, del ser. yo realmente quiero es ese frasco de pastillas
No estoy aquí haciendo referencia a sus de la felicidad.
indicaciones terapéuticas sino a un con- El futuro posthumano que la psi-
sumo cosmético cuya actual socialización cofarmacología pone al alcance de la
(en la Prozac Nation) viene a discutirse mano conlleva la disolución de los más
bajo el nombre de la medicalización de importantes misterios y conflictos que
la normalidad. Es la respuesta científica, acompañan nuestra existencia. Disolución
que no solución puesto que su estrategia
4 Hago un más detenido análisis sobre los
criterios para distinguir entre cambios corporales 5 Kramer P. Escuchando al Prozac. Barcelona:
moderados y radicales en mi artículo «Soft and Seix Barral. 1994, p. 306.
hard mind-brain enhancement and the problem 6 Chatterjee A. «Cosmetic neurology: the
of human nature», publicado en Imago Hominis controversy over enhancing movement, mentation,
(2010;17(3):217-229). and mood». Neurology 63(6): pp. 968-974.

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es romper la baraja, esto es, abandonar las razones porque le es incomprensible. De


reglas de verdad y coherencia con que los hecho, el horror que provoca el futuro
seres humanos habitualmente afrontába- psicofarmacológico (por ejemplo, saberse
mos la realidad. Estableciendo un símil, presa impertérrita de un maltratador)
es como tratar de evitar un jaque mate en es un motivo, secundario si, pero que
el ajedrez sobornando al contrincante, o refuerza enormemente dicha dinámica
como resolver una ecuación utilizando de consumo. Lo mismo puede decirse del
una goma de borrar. Imagine las aplica- síndrome adictivo que muchas de estas
ciones tecnológicas más fantasiosas: pro- sustancias causan8. No obstante, estos dos
yectores a chorro en la espalda, sistema motivos, que perpetúan el fenómeno me-
de rayos x intraoculares, microchips que dicalizante, no se entienden ni resultarían
aceleran el procesamiento de información verdaderamente determinantes, esclavi-
nerviosa a velocidades extraordinarias… zantes, sin los factores desencadenantes
Nada de esto tiene porqué suponer un que inician la cascada psicofarmacológica.
cambio radical en el modo en el que el También son dos. En primer lugar, el
ser humano tiene de comprenderse a sí relacionado con la economía de medios.
mismo o de interaccionar con el mundo. Es más fácil tomarse una pastilla que
Son solo modos eficaces de llegar más dejar un trabajo denigrante o un hábito
lejos, más rápido en sus aspiraciones. En nocivo para uno mismo o para los demás.
contraste, hacer depender las acciones Porque ¿quién considera que el esfuerzo
de las emociones y no a la inversa, esto sea, por sí mismo, un valor? En efecto,
es, dejar de preguntar por la verdad o (casi) nadie elige el camino más largo sin
falsedad, bondad o maldad, belleza o una buena razón. Para muchos, yo mis-
fealdad de un afecto, sí que supone un mo entre otros, las vías del esfuerzo, del
giro radical hacia modos inhumanos o, si sufrimiento, incluso del sacrificio, no son
se prefiere, no-humanos de manifestación ni irracionales ni masoquistas, es decir,
del ser. Fíjese que ese cambio es mucho no son tomadas como fines en sí mismos.
más importante que el de la transforma- sino fundadas en un sentido último de la
ción de Juan en Pedro ya que, al menos, realidad y abierta a una esperanza que la
ambos individuos pueden ser etiqueta- hace medio.
dos como humanos, no así el post-Juan El segundo factor es el relacionado con
sentimental, despreocupado, pasivo ante el pesimismo con el que en ciertas influen-
un mundo que empieza y termina en la tes corrientes posmodernas conciben el
consulta médica7. papel de lo racional. El transhumanismo
Es interesante hacer notar que el nue- es un buen ejemplo: la persecución de la
vo escenario que los psicofármacos abren verdad, el bien o la belleza son tomadas
al agente no es nada atrayente, entre otras como absurdos o imposibles para una ra-

7 Cerullo M. «Cosmetic psychopharmacology 8 Stein DJ. «Cosmetic psychopharmacology


and the President’s Council on Bioethics». Perspect of anxiety: bioethical considerations». Current Psy-
Biol Med, 2006; 49(4): 515-523. chiatry Reports, 2005; 7(4): 237-238.

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Neurocosmética, transhumanismo y materialismo eliminativo: hacia nuevas formas de eugenesia

zón instrumental que únicamente puede como dicha tecnología ha sido creada en
establecer convenciones. En la práctica, laboratorios, ésta debe ser gestionada por
esto se traduce en la primacía de una los que allí trabajan o, al menos, por los
autonomía abandonada a los valores mo- que la prescriben. En efecto, hasta hace
mentáneos. Pocos dudarán que, en este muy poco ni siquiera existía la preocu-
reino, los de tipo afectivo sean los más pación gubernamental por un fenómeno
sugerentes. Pero el transhumanismo no había cuajado hace décadas. El monopolio
es el único ni más importante caso. Preci- médico en el control de los psicofármacos
samente, en el ámbito de la Neurociencia contrasta, por ejemplo, con el de la física.
está germinando con bastante éxito el Nadie discute hoy que la energía nuclear
materialismo eliminativo, una postura deba ser gestionada exclusivamente por
neuro-reudiccionista que defiende una físicos. Varias causas explicarían que no
idea muy similar a la de la tecnosómica. haya ocurrido igual con la neuro-tecnolo-
Dedicaré la segunda parte de este artículo gía: riesgos infravalorados; fuertes intere-
a explicar los mecanismos por los que ha ses económicos; excesiva confianza social
logrado penetrar dicho discurso filosófico en el gremio médico; celo profesional; y
en el ámbito experimental. por último, exitosas campañas neuro-
reduccionistas9. Respecto a esta última
3. Monopolio tecnológico y la falacia de cuestión, tal publicidad se hace respaldar
la revolución científica en el progreso neuro-científico. Este aval
es socialmente persuasivo pero, ¿es tam-
El materialismo eliminativo (ME) de- bién sólido? En primer lugar, un avance
fiende que es el cerebro lo que diferencia tecnológico puede introducir grandes
al ser humano del resto de realidades cambios sociales sin que ello implique,
naturales. Este neuro-esencialismo está necesariamente, una transformación real
fundado en dos pilares: por un lado, las en los esquemas manejados por la comu-
nacientes promesas de la llamada revo- nidad científica o por la sociedad. Si este
lución neurocientífica y, por el otro, la fuera el caso de la Neurociencia, entonces
autoridad de la que actualmente goza el el monopolio tecnológico perdería toda
científico experimental y, especialmente, justificación. Pero además, aunque se hu-
el médico. Descubramos qué hay debajo biese producido una auténtica revolución
de ambas retóricas. científica, esto no tendría porqué implicar
Desde hace treinta años estamos sien- que la revolución social por ella inducida
do testigos de enormes avances científicos tuviera que estar también completamente
y técnicos en el área de las Neurociencias. gestionada por los científicos. En todo
Las nuevas baterías de psicofármacos, caso, y ya que el argumento del progre-
más potentes y seguros, son buenos so en Neurociencia es socialmente tan
ejemplos. Sin embargo, varios errores
9 Racine E, Waldman S, Rosenberg J, Illes J.
han surgido en esta época de hitos. Uno «Contemporary neuroscience in the media». Social
de ellos es el relacionado con pensar que, Science & Medicine, 2010, 71: 725-733.

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Luis E. Echarte Alonso

convincente, propondré a continuación que versan sobre lo neuronal y lo men-


algunas tesis en su contra. tal gozan de un mismo paradigma. La
El neuro-esencialismo supone un giro segunda si los actuales progresos en
copernicano en la manera de entender al neurociencias han implicado un cambio
hombre. Sin embargo, no puede decirse significativo en el modo convencional de
con propiedad que este devenga de un pensar el cerebro y lo mental. El primer
auténtico cambio de paradigma, de una asunto tiene que ver sobre uno de los
revolución en el modo de conocer, por lo grandes debates filosóficos de todos los
menos en el sentido más filosófico del tér- tiempos. Un problema que no se reduce
mino. Veamos, por ejemplo, el utilizado únicamente a la controversia sobre si la
Thomas Kuhn para explicar el dinamismo mente es el cerebro (material) o algo más,
de las transformaciones científicas. Para sino también con nuestra capacidad para
Kuhn, un paradigma es lo que provee conocer ciertos eventos materiales. Como
a los científicos no solo de un mapa apunta Donald Davidson, aún aceptando
general, significativo y coherente de las que lo mental sea expresión de lo mate-
ciencias que se ocupan de un mismo un rial, existen grandes dificultades lógicas
objeto, sino también el trasfondo del que para establecer estrictas leyes psicofísi-
emergen las nuevas hipótesis con las que cas. En primer lugar, porque lo mental,
el científico tratará de aumentar el poder por definición, es aquello que identifica-
explicativo de las teorías que lo constitu- mos como lo gobernado por principios
yen. Ahora bien, si aceptamos, con Kuhn, racionales y normativos, mientras que
que la ciencia juzga sus modelos, primero, los estados neuronales son aquellos que
por la coherencia de sus postulados y, se- tienen en común estar regulados por las
gundo, en cuanto a su poder explicativo, reglas que constituyen la física teórica.
entonces habremos de concluir también Pero entonces, también según Davidson
con él que una revolución científica no es «no podemos hablar de la existencia de
el acontecer de una nueva teoría que eleve estrictas leyes psicofísicas a causa de
a la enésima potencia el poder explicativo los dispares compromisos a que están
del paradigma en el que está inserta, sino sujetos los esquemas mentales y físicos.
la aparición de un nuevo modelo que Es una característica de la realidad física
logre dicho objetivo a costa de cuestionar que lo físico pueda ser explicado por
y reinterpretar los presupuestos de dicho leyes que lo conecten con otros cambios
paradigma10. y condiciones físicamente descritos.
Examinando las neurociencias bajo la Es una característica de lo mental que
luz que proporciona el enfoque de Kuhn, la atribución del fenómeno mental sea
dos grandes cuestiones salen a relucir. responsabilidad del background de
La primera es si realmente las ciencias razones, creencias e intenciones del
individuo». No puede haber estrechas
10 Kuhn T. The Structure of Scientific Revolu- conexiones entre las dos realidades si
tions. Chicago: University of Chicago Press; 1962. cada una guarda fidelidad a sus propias

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fuentes de evidencia.»11 Es decir, a pesar que la mayor parte de los avances estén
de que todos los eventos naturales pue- relacionados con las nuevas técnicas de
dan ser relacionados con eventos físicos, neuroimagen, que permiten estudiar in
no es posible reducir una descripción vivo el sistema nervioso central. En fin,
psíquica, que surge y tiene solo sentido ¿en qué se basa la afirmación de que por
en el contexto mental, a teorías sobre fin hoy sabemos que somos cerebro? Y
interacciones neuronales. Igualmente si esto es solo una presunción, habrá que
absurdo sería lo contrario: intentar for- ser cautos con una moda que reduce, y
mular un fenómeno físico a través de hace muy difícil la marcha atrás, nuestra
enunciados intencionales, afectivos, etc. existencia a leyes de causa y efecto, a
Este argumento conduce a Davidson a emociones y, en definitiva, al consumo
defender una tesis que se encuentra en psicofarmacológicos.
las antípodas del reduccionismo: la utili-
dad y autonomía de las ciencias sociales, 4. Falacias de autoridad
incluyendo la psicología, respecto de las
ciencias naturales12. Que no exista una revolución científica
En conclusión, existe un paradigma en en nuestro modo actual de entender la
el ámbito de las ciencias experimentales relación mente-cerebro no significa que
que es el mismo que utilizan los investi- las teorías vigentes no deban ser tenidas
gadores del sistema nervioso central. Pero en consideración, sino simplemente que,
si por Neurociencias estamos haciendo del lado experimental, no más que antes.
referencia también a las disciplinas que Sin novedad en el frente, podríamos decir.
consideran entre sus objetos de estudio Pero además, habría que cuestionarse
los eventos psíquicos y mentales, enton- si, de hecho, el método científico puede
ces hemos de negar la existencia de pa- llegar a decir algo significativo sobre una
radigma alguno. Y si no hay paradigma, cuestión que parece trascender sus límites
por ende, tampoco revolución neurocien- porque, en primera instancia, la hipótesis
tífica. Por otro lado, y ahora refiriéndome de que seamos solo animales con un cerebro
únicamente al abordaje experimental del muy evolucionado pertenece al discurso
cerebro, los extraordinarios avances en filosófico que no científico.
dicho campo no se deben a una nueva for- Son pocos los filósofos que pierden de
ma de entender dicho órgano sino al gran vista lo acabado de decir sobre el límite
potencial predictivo, todavía por explotar, científico, incluidos los de talante más
de los modelos vigentes. Prueba de ello es materialista. Entre estos últimos están
los que sostienen distintas versiones de
11 Davidson D. «Actions, Reasons and
Causes». Journal of Philosophy 1963; 60: 685-700. la hoy llamada Teoría de la Identidad
12 Davidson D. The Irreducibility of Psychological de lo mental, Identity Theory of Mind
and Physiological Description, and of Social to Physical (ITM), también denominada Teoría de la
Sciences. In Stevenson L (ed). The Study of Human
Nature. New York: Oxford University Press 1981;
Identidad mente-cerebro. Puede decirse,
pp. 318-324. simplificadamente, que para sus defen-

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Luis E. Echarte Alonso

sores los eventos mentales son idénti- gar, porque la angustia parece ser el modo
cos a los correlatos físicos que de ellos habitual de estar en el mundo de los seres
observamos en el cerebro. Por ejemplo, humanos que viven una existencia sin
vendrían a afirmar que los enunciados sentido14. ¿Y no es justamente ese el reto
sobre el dolor y sobre la activación de de la posmodernidad, la construcción de
las fibras c nerviosas hacen referencia a realidades que, ajenas a viejos plantea-
la misma realidad13. Sin embargo, esta mientos metafísicos, resulten confortables
hipótesis conduce a un muy serio pro- o, al menos, soportables15?
blema epistemológico: ¿qué significa que Una versión de la ITM permanece in-
un enunciado sea susceptible de verdad o diferente a la actitud relativista, el citado
falsedad? ¿Cómo justificar la ciencia y la ME, que es, no casualmente, la propuesta
filosofía a partir de un cerebro entendido filosófica más popular en Neurociencia.
como una máquina sofisticadísima? Es Los eliminativistas critican todo lengua-
comprensible que la Teoría de la Identi- je científico que haga uso de conceptos
dad quede ligada frecuentemente al fun- mentales. En las explicaciones de la rea-
cionalismo epistemológico: según éste, los lidad mente-cerebro conceden primacía
llamados enunciados verdaderos no son a las descripciones neurológicas sobre
sino respuestas más o menos útiles en la las psicológicas. Términos como creen-
adaptación al medio y, por tanto, con un cia, deseo o intención (pertenecientes a
valor práctico que depende a las caracte- la denominada psicología popular) son,
rísticas del entorno. Esta tesis conduce a según el ME, modos ilusorios, míticos, de
una segunda paradoja naturalista: el uso
de la razón conduce a su conculcación, 14 Es habitual al ser humano perseguir estilos
pensar sobre el conocimiento (o sobre de vida coherentes con su sistema axiológico de
su supuesto órgano) lleva a negar que creencias y solo cuando el asunto es trivial o in-
evitable parecemos dispuestos a poner en práctica,
podamos alcanzar conclusión alguna, utilizando la expresión de Orwell en su anti-utopía
ni científica ni filosófica. Pero entonces, 1984, ese «doble-pensar» (double-thinking) de
tampoco puede darse por cierta dicha índole relativista, esto es, asumir que algo puede
ser creído como verdadero en unas circunstancias
conclusión. El pragmatismo relativista y falso en otras. No obstante, la tendencia a la
parece entonces la única alternativa: tener coherencia no parece ser una conducta convencio-
las creencias por ciertas o falsas según nal fruto de un determinado contexto cultural ni
actuar contra-natura resulta gratuito. Las actuales
conveniencia, incluida la propia actitud
investigaciones en neurobiología de la afectividad
relativista. Este planteamiento es cohe- parecen confirmar las tesis de Eric Erikson sobre
rente con la escalada psicofarmacológica las causas de uno de los más primitivos terrores
por dos razones: en primer lugar porque humanos, el de la existencia desestructurada. Véase,
por ejemplo, el trabajo de revisión de J.A. Teske
como lo real me es ajeno, solo me queda «Cognitive Neuroscience, Temporal Ordering, and
centrarme en mis afectos; en segundo lu- the Human Spirit», publicado en la revista Zigon
en 2001.
13 Feigl H. The «Mental» and the «Physical», 15 En estas claves podrían explicarse también
The Essay and a Postscript, Minneapolis, University el éxito de los tele-realities y de los populismos
of Minnesota Press, 1967. políticos.

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Neurocosmética, transhumanismo y materialismo eliminativo: hacia nuevas formas de eugenesia

conocer la realidad. Si esto es así, es pre- da cuenta, por un lado, del monopolio
decible que, a medida que progresen las ideológico del ME en Neurociencia y, por
ciencias cognitivas, éstos vayan pudiendo el otro, del monopolio tecnológico de la
ser eliminados16. Tres motivos son los que Neurociencia sobre la psicofarmacología.
hacen a este planteamiento tan sugerente Ciertamente, es lamentable que un campo
a la Neurociencia: primero, no socava el de la ciencia con un origen netamente
ideal científico (a veces incluso dogmáti- interdisciplinar haya caído en los solilo-
co) de búsqueda de conocimientos ciertos, quios más evidentes y sofistas, pero aún
tan común en el ámbito experimental ni, más preocupante son las consecuencias
por tanto, su autoridad; segundo, concede sociales de un reduccionismo, nada teó-
a la Neurociencia el poder hegemónico rico, que alcanza las televisiones de todo
de ofrecer respuestas últimas sobre lo el mundo… y las consultas médicas.
humano; y tercero, desestima los even-
tos psíquicos, verdadero quebradero de 5. Conclusiones sobre el futuro
cabeza de la Neurociencia en la tarea de
unificar las distintas teorías psico-fisicas Terminamos donde empezamos. El
en un mismo paradigma. Ya no necesita transhumanismo defiende el enfoque
tal paradigma, le basta ajustarse al expe- tecnosómico «en nombre del progreso» de
rimental. similar manera a como el ME justifica sus
Probablemente sea el hecho de no propuestas neuro-esencialistas en base a
fundamentar la autoridad concedida a lo que la ciencia será capaz de descubrir
la Neurociencia, lo que explica la poca mañana. Igualmente, ambos proponen un
credibilidad del ME dentro de la ITM. autonomismo moral y sentimentalista que
Lo extraordinario del asunto es que esta no tiene reparos en sustituir lo que clási-
falta de respaldo en su legítimo foro de camente causaba emociones positivas (un
discusión, el filosófico, no ha impedido rostro bonito, una botella de buen vino, la
el gran recibimiento que le ha brindado conquista de una cima…) por un frasco
el foro experimental. En efecto, hay moti- de pastillas17. No obstante esta conclusión
vos sobrados para sospechar intenciones parece contradictoria con la mencionada
tendenciosas que son, por otra parte, recí- acerca del desinterés del hombre pos-
procas. Si la Neurociencia ha encontrado moderno por el futuro. Sin embargo, la
quien le imponga la corona de Ciencia de oposición es solo aparente. El futuro sirve
ciencias, el ME logra una difusión y un aquí como concepto regulador, es decir,
respaldo que hoy solo es posible obtener como modo de justificar e impulsar las
con el sello de calidad de la investigación acciones presentes. Porque, ¿no es más
experimental. Esta ilegítima transferencia
de autoridad de la ciencia a la filosofía 17 Buena muestra de ello es el hecho de que
en Neurociencia, influida por eliminativistas como
16 Churchland PM. «Eliminative Materialism Patricia Churchland, se utilice preferentemente la
and the Propositional Attitudes». Journal of Philoso- teoría ética de Spinoza como marco teórico a sus
phy, 1981: 78(2): 67-90. hipótesis sobre la conducta moral.

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dulce la auto-eugenesia cuando la víctima lo desconocido. Si algo enseña la historia


se piensa a sí misma (o, sacrificadamente, de la medicina sobre las promesas es que
de otros) con la posibilidad de vivir en un la virtud de la cautela suele acompañar a
mañana idílico? De hecho, podría decirse los verdaderos pioneros en investigación,
que estos futuros imaginarios cumplen por lo menos a aquellos que no anteponen
un papel similar al de los propios psi- el progreso científico a la confianza y,
cofármacos, solo que en vez de evocar sobre todo, a la salud de los voluntarios
emociones a través de la estimulación de investigación19.
química de receptores de membrana, lo Un caso de falsas promesas que tra-
hacen por medio de eso que eufemística- jeron como consecuencia algo más que
mente suele denominarse mentira piadosa. ilusiones rotas, cercano a la Neurociencia,
En esta línea de pensamiento formula lo encontramos en el campo de la Inteli-
Nick Bostrom la hipótesis de la simulación gencia Artificial (I.A.). Las creencias en
(simulation hipothesis) donde valora los años sesenta sobre la prácticamente
la vida humana de pura vitualidad, un inminente producción de máquinas ra-
rasgo que, según él, podemos aprovechar cionales provocaron, además de cierta
de manera positiva18. alarma social y cientos de ensayos mo-
Criticar las actuales promesas científi- rales sobre máquinas humanas, inversiones
cas es compatible con seguir sosteniendo multimillonarias. Tras dos décadas de
que la esperanza es uno de los grandes expectativas y falta de resultados propor-
motores de la ciencia. En efecto, visiona- cionales al dinero gastado, la financiación
rios como Julio Verne han inspirado la fue redirigida drásticamente a nuevos
iniciativa de varias generaciones de cientí- proyectos más prometedores, entre otros,
ficos, pero su situación es muy diferente a los de las neurociencias. No pocos intelec-
la de un investigador que, desde la autori- tuales fueron críticos con esta focalización
dad que le confiere su cargo, aventura un computacional del fenómeno mental. En-
futurible que está fundado únicamente en tre los más conocidos, el filósofo Hubert
anhelos o en su fe sobre el poder infinito Dreyfus, tachado de retrógrado e intrusis-
de la ciencia. Con éste y no con escritores ta por el simple hecho de denunciar esa
de ciencia ficción, es con quien corremos mal llamada actitud práctica con la que
el riesgo de ser embaucados. Las prome- se pretende resolver un problema a ras
sas, lógicamente, caben en la ciencia, pero de suelo, esto es, a base de marginar las
quienes las formulan responsablemente opiniones «no autorizadas» y de excluir
no lo hacen nunca mucho más allá de todo análisis sobre el marco teórico de
esa tierra fronteriza entren lo conocido y partida20. Paradójicamente y pese a su

18 Bostrom N. «Are you living a computer 19 Rothman SM, Rothman DJ. The Pursuit of
simulation?». Philosophical Quartely, 2003, 53(211), Perfection: The Promise and Perils of Medical Enhance-
pp. 243-255; ment. New York, Random House, 2003.
Bostrom N, Kulczycki M. «A Patch for the Simu- 20 Dreyfus H. Alchemy and AI. Rand Corpora-
lation Argument». Analysis, 2011, 71(1): pp. 54-61. tion, 1965.

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Neurocosmética, transhumanismo y materialismo eliminativo: hacia nuevas formas de eugenesia

demonización, Dreyfus nunca llegó a tes a las de un creyente inseguro cuando


afirmar que el proyecto de la I.A. fuera su fe se pone en duda.»23 No importa si su
imposible sino simplemente complejo21. cariz es científico, las religiones seculares
El tiempo le dio la razón. también son susceptibles de mostrar las
Volvamos al futuro. Los entornos más intolerantes de las conductas.
mediáticos que creamos, avisa Thomas El segundo problema para desen-
Metzinger desde una perspectiva neta- cantar la Neurociencia es inherente al
mente materialista, pueden representar relativismo científico. El potencial arraigo
mayor amenaza a la humanidad que las de las creencias transhumanistas y elimi-
propias intervenciones químicas sobre el nativistas suscita un futuro inquietante.
sistema nervioso central22. Sus sospechas ¿Cómo recibirá la ciudadanía la idea de
están bien fundadas. Sostenida por una que la esencia de la libertad, la raciona-
autoridad prestada y con un sentido vi- lidad, del amor o la búsqueda de Dios
sionario de la ciencia, el poder mediático puedan reducirse a teorías neuronales?
de los profetas posmodernos no tiene Esta natural preocupación, sin embargo,
parangón en la historia de la ciencia mo- suele ser desatendida en nombre de lo
derna. Obviamente, no se puede negar a que llamo la falacia de la normalidad.
nadie el derecho a poner sus esperanzas Muy ligada con la hipótesis de la simula-
en el poder de la ciencia positiva, como ción, la formularé de la siguiente manera:
tampoco se pueden desautorizar, en sí la realidad no importa tanto al hombre
mismas, las promesas de la ciencia (que como las ficciones en las que desea vivir.
no científicas). Lo que sí es legítimo es Daniel Dennett, uno de los filósofos más
tratar de desenmascarar, en estas nuevas prominentes en Filosofía de lo mental,
religiones seculares, las extrapolaciones, defiende dicha creencia que, según él, no
los pseudo argumentos y los abusos es extraña a nuestros modos habituales
de autoridad que no solo engañan a la de conducta. Para explicarse utiliza la
sociedad sino que también entorpecen el figura navideña de Santa Claus: muchos
buen desarrollo científico. No obstante, padres prefieren mantener la ficción de
la tarea de desencantar la Neurociencia no los regalos en el día de Navidad, afirma,
es sencilla por dos razones. La primera que arruinar ese hermoso día con una
está relacionada con los fanáticos. Sobre poco rentable verdad sobre la inexis-
éstos escribió Dreyfus, desde su particular tencia de tan entrañable personaje. Los
cruzada contra la ciencia institucional: «Sé más afortunados, según él, consiguen
por experiencia que poner en duda sus incluso meterse completamente en dicha
supuestos producirá reacciones semejan- neurosis colectiva, lo menos, se hacen
cómplices benévolos por el bien de su
21 Dreyfus H, What Computers Can’t Do, New
York: MIT Press, 1979.
22 La visión materialista de la Neuroética. 23 Dreyfus H, What Computers Still Can’t Do. A
Entrevista a Wolf Singer y a Thomas Metzinger. Critique of Artificial Reason. Washington DC: Library
Mente y Cerebro 2003, Vol.4 of congress, 1992; p. 86.

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disfrute24. Análogamente, Steven Pinker, crítica al neuro-esencialismo no tiene


bien conocida figura tanto en ámbitos fuerza persuasiva. Para frenar la cultura
científicos como mediáticos, dedica una de la muerte a la que conducen las pro-
entera monografía (más de quinientas puestas posmodernas mencionadas y los
páginas) a exorcizar los que considera hábitos psicofarmacológicos que éstas
los cuatro principales miedos asociados promueven, resulta poco eficaz apelar a
a la aceptación del hombre como puro la historia o a la lógica. La mayor parte
fenómeno neuronal: los relacionados con de sus seguidores no ignoran lo irracional
la inequidad, con la imperfección, con el de su actitud, todo lo contrario, la toman
determinismo y con el nihilismo25. Según como baluarte. Más conveniente es, a mi
Pinker, sería ridículo querer renunciar a parecer, el proponer alternativas que,
ficciones evolutivamente tan beneficiosas con mensajes positivos, logren devolver
en nombre de una verdad que, en sí mis- la confianza en el poder de la razón, una
ma, es también una ficción. Manejamos idea que va inextricablemente unida a
conceptos como el de responsabilidad, la de la inviolabilidad del cuerpo y a
justicia o bien, concluye, porque facilitan distinguir entre sujeto y naturaleza. Sin
la convivencia social y no porque posean esto no cabe hacer de la belleza, del en-
referente ontológico. cuentro con el otro y, en último término,
Sin embargo, la tesis de que el neuro- de la felicidad, fines plausibles que hagan
esencialismo no va a afectar sustancial- verdadera competencia al instante efíme-
mente nuestras vidas, parece contradecir ro por el que cada vez son más los que se
justamente eso que predica, la más nor- sienten atraídos.
mal de nuestras conductas. Si el hombre Con unas breves reflexiones sobre
es el animal racional es porque actúa en la relación entre individuo y el cuerpo
función de lo que conoce, pero eso no cierro el artículo. Si el individuo no es
significa que dicha fórmula funcione tam- mera naturaleza, esto es, si hay un quien,
bién a la inversa. Como ya se mencionó, un sujeto (subjectus), que trascienda o
es muy cuestionable que el hombre esté subyazga su dimensión física, entonces,
preparado biológica y psicológicamente ¿quedan motivos para preocuparse por
para actitudes de double-thinking. No solo el fenómeno de la psicofarmacología
la logoterapia contemporánea, también cosmética? Después de todo, lo más im-
la sabiduría popular, con su refranero, portante, la identidad personal, estaría a
parecen negar tal posibilidad. Si no vi- salvo, sería inviolable. La tecnología nada
ves como piensas, acabarás pensando como podría para alterar nuestra condición de
vives. Lamentablemente, la fuerza de personas. Sin embargo, y aunque creo que
este argumento, como de cualquier otra esto es cierto, no me parece que debamos
considerar como triviales las pretensiones
24 Dennett D. Breaking the Spell: Religion as a tecnológicas y los nuevos estilos de vida
Natural Phenomenon. London: Allen Lane, 2006.
25 Pinker S. The Blank Slate. The Modern Denial
psicofarmacológicos. El cuerpo es mani-
of Human Nature. New York: Viking, 2002. festación de nuestra identidad personal y

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de nuestra naturaleza, de lo que somos y Primero, que es desde el trasfondo na-


de lo que debiéramos ser, como Pedro y turalista, y por causa de los argumentos
como hombre. Modificar (radicalmente) auto-eugenésicos, donde surgen las más
el cuerpo supondría artefactar dichos serias objeciones respecto al uso biotec-
signos y, con ello, entorpecer y confundir nológico. Y segundo, que es también allí
la búsqueda de nuestro auténtico lugar donde se defienden las posiciones más
en un universo armónico. Las modifica- permisivistas, un contrasentido que se
ciones radicales del cuerpo no atentan resuelve en la medida que entendamos
contra la vida pero sí contra un tipo de que la vida humana, no importa si en
vida auténtica. El segundo problema es la mejor de sus formas, adolece de ver-
menor que el primero, en efecto, pero no dadera dignidad cuando es reducida a
por ello pequeño. naturaleza.
En síntesis, he pretendido mostrar en
Recibido: 17.10.2011
este artículo dos principales cuestiones. Aceptado: 25.11.2011

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