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Experiencias y

propuestas de
instituciones y
autores
Metodología para elaborar proyectos de
retención
Esta lectura es un extracto de la Metodología para elaborar Proyectos de Retención en Programas Educativos de Licenciatura
del Departamento de Evaluación Educativa de la UAEM

En este impulso de atender la problemática de la retención, tanto en el contexto


internacional como en el nacional han surgido en las IES diversas propuestas y modelos de
intervención.
De acuerdo con la OCDE (2019, citando a Lowe and Cook, 2003) una estrategia
primordial radica en los niveles previos a la Educación Superior: “El fortalecimiento de la
calidad de los niveles educativos inferiores es crucial para garantizar que los estudiantes han
adquirido las competencias necesarias para lograr el éxito en la educación superior. La
preparación de los egresados de la educación media superior para la educación superior es
un factor clave que determinará su éxito académico y la deserción en el primer año”.

La ANUIES (2018) plantea algunas líneas de acción que las IES podrían implementar para
fomentar la retención:
Diseñar instrumentos para identificar tempranamente el riesgo de abandono escolar y
emprender acciones remediales de manera oportuna.
Promover programas de inducción e integración de los estudiantes de nuevo ingreso.
Fortalecer las modalidades de becas y los programas de apoyo académico dirigidos a
favorecer el ingreso y la retención de los estudiantes, principalmente los que se
encuentran en condiciones de riesgo de abandono escolar.

Tinto, Swail, Redd y Perna (2003) citado en Pineda y Pedraza (2009) proponen que un
programa de retención debe contemplar contar o reforzar las acciones que se desarrollan
desde estos programas institucionales:
Programas de ayuda financiera.
Programa de Reclutamiento (admisión).
Servicios Académicos.
Programas relacionados con el curriculum y la instrucción.
Programas de servicio estudiantil.

De acuerdo a West (1991), existen cinco estrategias principales que se deben considerar
para prevenir la deserción escolar: de los mentores, de los tutores, de los consejeros y guías,
de los padres, y del currículum alternativo. De acuerdo con este autor, en la estrategia del
currículum alternativo con apoyo de actividades extracurriculares se previene el abandono
de los estudios. Este autor propone que se debe de pensar en fomentar el compromiso con
la institución donde se están cursando los estudios, generar interacciones que se vuelvan
fundamentales en la vida de los estudiantes, crear lazos entre el plan de estudios y los
alumnos, así como desarrollar empatía hacia la comunidad en general.

En este sentido, desde la perspectiva del acompañamiento Lobato (2004) señala como
una de las estrategias de la tutoría la importancia de fomentar una adecuada inmersión a la
vida universitaria tomando como base la interacción: la relación educativa que se establezca
entre el estudiante y los docentes en el primer año en la universidad generará efectos
especialmente importantes toda vez que, de acuerdo a la calidad de esta relación y la
satisfacción personal que resulte de estas primeras interacciones con sus profesores,
depende en gran medida el número de interacciones que buscará el estudiante con sus
profesores posteriormente. Dicha interacción debe tener entre sus objetivos:
Establecer una relación humana de acogida y receptividad.
Mantener una comunicación directa, dialogante y de escucha activa.
Propiciar la toma de conciencia y la actitud reflexiva.
Desarrollar perspectivas de futuro, afrontamiento de las situaciones, confianza en sí
mismo y con espíritu de superación.
Confrontar al sujeto consigo mismo y sus circunstancias de modo que pueda irse auto-
determinando de modo realista.

De acuerdo a Lobato (2004) “ayudar” desde el ámbito del acompañamiento educativo es


el acto de promover en una persona un cambio constructivo en su comportamiento,
orientándolo a descubrir nuevos aspectos y posibilidades en sí mismo, estimulándolo a
utilizar sus propios recursos y a hacer posible un mayor grado de control personal, es decir,
la relación de ayuda consiste en el proceso de aprendizaje promovido por la relación
interpersonal, una relación, en definitiva, educativa.”

En un estudio realizado con universitarios al borde del fracaso académico (Pineda, 2010)
se identificó que después de participar en programas de acompañamiento y retención, los
estudiantes, al reconocer la existencia de un problema y sus posibles consecuencias, es más
probable que el malestar que padecen se convierta en el motor que los impulsa a tomar la
decisión de replantear sus comportamientos y generar planes de acción frente a su
situación.
En un primer momento de la confrontación de su realidad, los estudiantes reconocen la
existencia de un problema. El acompañamiento al estudiante y la preocupación de los
agentes educativos por su bienestar y su desarrollo integral es una de las experiencias más
significativas, ya que se genera en ellos un fuerte sentido de compromiso consigo mismo.
Los estudiantes manifestaron que después de participar en un programa de retención,
experimentaron cambios en cuatro aspectos: la utilización del tiempo libre, la distribución
de horarios, la aplicación de estrategias de estudio, y el desarrollo de competencias básicas
(Pineda, 2010).

En este mismo orden de ideas, Mendoza (2015) menciona que una de las estrategias de
impulso para la retención es: “que los alumnos adopten a la escuela como parte de su vida
cotidiana y que no busquen en otro espacio un lugar donde desarrollarse. Es decir, hay que
propiciar y fortalecer un compromiso con el recinto educativo” lo cual fomentará el sentido
de pertenencia, que como sabemos es necesario para la permanencia.

Otra estrategia de acompañamiento académico (tutoría) que ha resultado exitosa,


además de factible y pertinente, es la tutoría de pares: la generación de espacios
académicos de interacción entre estudiantes resulta motivador y generador de relaciones
educativas y sinérgicas para la creación de ideas, soluciones, actividades. Es decir, que se
generen vínculos en donde se puedan permear los compromisos y las metas trazadas por la
institución (Mendoza, 2015).

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