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Presentación
Diversos trabajos -entre los que se destaca el pionero de Ariés (1975)- han
presentado una diferenciación entre niñez e infancia. Mientras la primera se inscribe en lo
biológico, y hace referencia al período temprano en la vida de los individuos, el concepto de
infancia se inscribe en el discurso social y busca dar cuenta de cómo la niñez se ubica en
éste. La infancia es comprendida entonces como una construcción social, y, como tal,
variable y ubicable históricamente. El tiempo de infancia es un tiempo construido por
adultos, un tiempo histórico y cultural 1 . Por eso, nociones como “primera infancia” o
adolescencia, tan comunes actualmente, no existían en épocas anteriores.
1
Carli, 2002
1
de los casos-, los niños eran criados allí y recibían el apellido “Expósito” como marca
indeleble en su origen.
En 1822, Rivadavia llevó a cabo una reforma del clero que disolvió a la
“Hermandad de la Santa Caridad”, encargada de la institución desde 1784. Un año más
tarde, en 1823, se fundó la “Sociedad de Damas de Beneficencia” para poner bajo su
dirección e inspección a las escuelas de niñas, la casa de Expósitos, la Casa de partos
públicos y ocultos, el Hospital de Mujeres y otras instituciones similares. De esta forma, la
atención de la infancia abandonada dejó de estar asociada a la Caridad –acto privado y
voluntario, de matriz religiosa- para dar lugar a la Beneficencia, en tanto problema público
con mayor ingerencia de agentes laicos. La Sociedad de Beneficencia estuvo a cargo de
las damas de la elite porteña inspiradas –como otras medidas llevadas a cabo por
Rivadavia- en el modelo elitista francés de sociedad y educación. Su primer presidenta
fue María Sanchez de Mendeville viuda de Thompson, quien tuvo a su cargo una escuela
infantil.
En febrero de 1870, Juana Manso (Juana Manso fue una colaboradora muy
cercana y amiga de Sarmiento, a quien este confió la dirección de la primera escuela
2
Sarmiento, 1848.
3
Velleman, 2005.
4
Ibíd.
2
mixta del país la dirección de los Anales de la Educación Común, entre otras funciones
públicas) impulsó la creación del primer jardín de infantes subvencionado por el Estado
en la Ciudad de Buenos Aires, en el que se introdujo el método froebeliano bajo la
dirección de Fanny Word. Comentando las “Guías para Jardines de Infantes” 5 , decía
Juana Manso: “a la inversa de nuestras escuelas que comienzan por la lectura, como si
fuera ésta el único desiderátum de la educación, y como si el solo medio de llegar a
alcanzarlo fuese el prematuro conocimiento de la cartilla, las Escuelas Jardines
recomiendan la música; la voz de la melodía, dice, penetra en el alma del niño,
dulcificando su índole, desarma el capricho que es el desorden y da natural expansión a
la alegría de que rebosa educándole la voz, que adquiere, a la vez del destemplado
chillido tan propenso en los niños. El piano debe ejecutar marchas para la entrada y
salida de clase, porque la primera ley de la creación es orden y la música, es voz del
Cielo que ordena la regularidad del movimiento”6. Así sentó las bases de la educación
infantil enfatizando, al igual que Sarmiento, la importancia de que el Estado asumiera la
responsabilidad de la educación desde la más temprana edad, como modo para
transformar las costumbres y los hábitos familiares, para lo cual nada mejor que la
Escuela o Escuela Jardín.
Juana Manso fue una mujer de fuertes convicciones que planteó a sus
contemporáneos la importancia de temas como la co-educación entre hombres y mujeres
y la importancia de los jardines de infantes. Por sostener estas ideas fue desprestigiada
por la sociedad y sufrió acusaciones y persecuciones de todo tipo. Sarmiento la apoyaba
incondicionalmente y la alentaba a seguir con su utopía, admirando en ella su espíritu
emprendedor y su capacidad para enfrentarse a hombres y mujeres en la defensa de los
ideales de igualdad. Luchó y ejerció ella personalmente distintos derechos para la mujer:
la libertad de expresarse –fue una escritora prolífica-, de actuar en política –fue la primer
mujer que asumió un cargo público en la Argentina, como Vocal del Departamento de
Escuelas en 1869-, y de debatir en público. No creía que la mujer debía callarse ante
ninguna autoridad, y no consideraba al silencio como una virtud.. Planteaba la necesidad
de la lectura para las mujeres –decía que los libros eran “sus cómplices”-, e impulsaba la
fundación de Bibliotecas Populares. Sostenía hacia 1870 que el principio que guía la vida
es la búsqueda del placer y el alejamiento del dolor, y que ésas eran las bases sobre las
que debía organizarse la educación, por lo que sus posturas pedagógicas eran
consideradas amorales y pecaminosas. Bregaba por un cuerpo libre, y estimulaba los
recreos, las clases de gimnasia, los patios de juego y las aulas abiertas y aireadas, todos
estos elementos inexistentes en las escuelas de entonces.
¿Pero que se enseñaba entonces, quiénes lo hacían?, ¿cuáles eran los planes
para esos niños, que por aquel entonces no eran concebidos como totalmente diferentes
de los adultos? Juana Manso respondía: “A la verdad que es imposible plantear sistema
alguno de educación sin el concurso de los padres y las madres de familia, pero muy
especialmente carecen del concurso de las madres las Escuelas Infantiles y con doble
razón el Kindergarten, (Froebel crea en Alemania los Kindergarten como “invernáculos”
en los que se cultivara con especial cuidado la naturaleza delicada y movediza del niño,
promoviendo el cultivo de su alma asemejándola a plantas que requieren de cuidados
diarios y especiales) cuyo secreto está en poner en actividad las fuerzas mentales del
niño por juegos ingeniosos que ejercitan hábilmente sus facultades, proporcionándoles
ejecutar lo que concibe, sobrexcitando en él el sentimiento de lo bello, tan noble palanca
del alma humana. La escuela mixta o de ambos sexos responde a la continuidad de la
5
Cabe señalar que en las fuentes primarias desde los orígenes hasta el presente se mantiene el uso de
mayúsculas al nominar kindergarten, jardín de infantes y nivel inicial resaltando su singularidad por sobre la
escuela elemental, estilo que se mantiene como parte de un sello distintivo entre los docentes del mismo hasta
el presente.
6
Citado en Mira López y Homar de Aller, Op. cit.
3
familia”. El currículum de estas primeras Escuelas Jardines, como ella los llamaba,
estaba orientado hacia las actividades musicales, los juegos gimnásticos, el baile y todas
las propuestas que fortifiquen el cuerpo según las leyes de la salud; así, como la
preparación de la mente para comprender las relaciones de la sociedad7.
Hacia fines del siglo XIX terminaron de consolidarse los sistemas educativos a
nivel provincial y nacional que se venían proyectando desde décadas anteriores, en la
que el nivel inicial era una pieza integrante pero no principal destinado originariamente a
los sectores medios urbanos. Por ejemplo, la constitución de la Provincia de Buenos
Aires, promulgada en 1873 prescribía que dentro de los Deberes de los Consejos
Escolares del Distrito: “Establecer, también, Escuelas Nocturnas, denominadas para
Adultos, e Infantiles de las denominadas Jardines de Infantes”. En 1875, se sancionó la
Ley de educación de la provincia de Buenos Aires, que estipulaba como función de los
Consejos Escolares de Distrito la creación de escuelas y de jardines de infantes. Luego
en 1885, se funda en la ciudad de La Plata el primero de ellos. Esta señal de un Estado
presente se constituye en punta de lanza para el crecimiento del nivel.
7
Mira López Op. cit.
8
Ibíd.
9
Ibíd.
10
Ibíd.
4
le objeto de vuestras aspiraciones, realizadlo y ayudad en todo lo posible a la elevación
de vuestros semejantes, y donde quiera que desempeñéis vuestra profesión, vuestros
esfuerzo serán bendecidos y vuestro premio lo tendréis en un a conciencia tranquila y
estad seguras que cumpliendo fielmente vuestro deber habéis desempeñado la parte que
os corresponde en la gran obra a la cual Froebel dedicó su vida a la generación de la
humanidad”11. La marca distintiva ilustrada por este comienzo, signó la diferenciación en
la formación de los/as docentes para la educación de los más chicos impriéndole una
tendencia moral y religiosa que fuera años más tarde el principal argumento de ataque al
jardín por parte del normalismo positivista.
En este sentido, Sara Eccleston se convirtió en una figura clave para la formación
de las maestras para jardín y la defensa del kindergarten en Argentina, fundando en 1893
la Union Froebeliana y luego, en 1899, la Asociación Internacional del kindergarten con la
que intentaban difundir los principios foebelianos. Sus colaboradoras fueron las
graduadas Custodia Zuloaga, Rita Batallada, Pía Doménico, Rosario Vera Peñaloza, Yole
Zolezzi, Justa Gómez entre otras12. En 1897, asumió la organización de los cursos de en
la recién creada Escuela Normal de Kindergarten en la Capital. La Srta. Macedonia
Amavet, una de las tres primeras egresadas, fue quien la suplantó en el Jardín de la
Normal de Paraná introduciendo cambios adaptando los principios froebelianos a la
realidad argentina. Según consta en una Memoria elevada por el Director de la Escuela
Normal, Prof. Herrera en 1899: “el Kindergarten ha evolucionado adaptándose a las
exigencias del tiempo y del medio ambiente para llegar a lo que debe ser: un sistema
genuinamente argentino y no alemán o norteamericano. Tratando de interpretar el
espíritu del maestro que establece como principio de su doctrina que todas las
actividades del niño deben marchar juntas, que el maestro debe esforzarse por penetrar
la individualidad de cada discípulo y promover luego el desarrollo de esa individualidad
invitándola a la acción, a la creación personal, hemos procurado formar en el Jardín de
Infantes el ambiente que cuadra mejor al temperamento de nuestros niños y a la época
presente. De esta manera, se ha despojado a los ejercicios froebelianos dejando intacta
su índole pedagógica, de ese espíritu insustancial que establecía un círculo estrechísimo
a la inteligencia y a los efectos del corazón, sin que esto signifique el olvido o abandono
del sentimiento religioso, cultivado siempre en la medida y con el carácter que
corresponde a la educación laica. No debe ser el Jardín de Infantes hermosa jaula
colocada con mimo en rincón aparatado de la escuela, donde no puedan penetrar los
ruidos del mundo; queremos para el Jardín el ambiente moral que necesita el niño para
formar y fortalecer su sentimiento a la vez que la vida real, potente y vigorosa, penetre
por los poros de su pequeño ser. No es la atmósfera poblada de hadas y ficciones
engañosas lo que ha de dar fortaleza a sus instintos latentes, ni es por el simbolismo
exagerado de las cosas que ha de llegar al conocimiento de la verdad y de sí mismo.
Que sea el Jardín de Infantes el reflejo natural de un hogar sabio y el principio de la
escuela que ha de conducir al hombre por la senda de la vida. (…) Los ya trilladísimos
juegos traducidos del Mutter und Koselieder 13 , han sido sustituidos por juegos y
canciones esencialmente originales. Las poesías y las músicas productos de la tierra,
tienen necesariamente que adaptarse más a los gustos de nuestros niñitos y es por esto
que ya no es frecuente oír en el Kindergarten somnolientas y melancólicas melodías
extranjeras imitativas de salmos religiosos, cortos y de letra adecuada. Tienen además el
mérito de ser obra de los alumnos de curso normal””14. Este testimonio da cuenta de las
primeras tensiones al interior de lo que podríamos llamar los planes de enseñanza o
currículo para la educación inicial. La disputa no era por las tareas que debían cumplirse
en los jardines sino, como ocurre en la arena de la discusión curricular por cuestiones
11
Ibíd
12
Ibíd.
13
El destacado es de las autoras.
14
Ibíd.
5
ideológicas, provocando el enojo de los pedagogos positivistas que defendían las tesis
acerca de la autoridad familiar, que se vería debilitada con la permanencia de los más
chicos fuera del hogar y lejos de las madres; y, por su desconfianza acerca de la bondad
infantil que pregonaban los espiritualistas15.
Los defensores de la Ley 1420 celebraron que, sin alejarse totalmente del espíritu
froebeliano, los jardines dejaran de ser espacios impregnados de un “misticismo
insubstancial” y asumieran el carácter que corresponde a una educación laica. El
normalismo que se nutría del saber de las ciencias encontraba en el jardín de infantes
los orígenes una excesiva infantilización y falta de sustento teórico en las prácticas, algo
que el positivismo argentino siempre le cuestionó16. En los albores de la creación de los
jardines argentinos se hicieron los primeros cambios en las canciones, los juegos y las
poesías que se enseñaban; dejando atrás la mera adaptación del modelo alemán y
abandonando el espíritu religioso que tenían aquellos cantos froebelianos.
. Lo que permaneció intacto fue el uso de los conocidos como Dones de Froebel,
los que no eran sino materiales especialmente diseñados para que los niños por medio
de la ejercitación manual aprendan distintas nociones. Podemos señalar que estos
primeros lineamientos para la establecieron el trabajo manual, el trabajo artístico y la
incorporación de hábitos y normas de convivencia como ejes para estructurar la tarea.
15
Carli. Op. cit.
16
Así lo señala Puiggrós cuando afirma que en práctica de los/as docentes de jardín, ganan los principios de
los normalistas normalizadores por sobre los de los democráticos radicalizado, influidos por el
espiritualismo kruasista. Cabe señalar que Froebel mismo, fue un discípulo de Krausse (Puiggrós, 2003)
17
Mira López. Op. cit.
18
El 15 de septiembre de 1971 en Santa Fe, durante el “Séptimo Encuentro Nacional de Maestras
Jardineras”, su nombre saltó a la historia, pasando a ser patrimonio del nivel inicial al decretarse el 28 de
Mayo, día de su fallecimiento en 1950, el “Día Nacional de los Jardines de Infantes”.
6
escolar debía empezar a los siete años. De este modo, el jardín quedaba por fuera de la
órbita de la educación formal. Este es el inicio de uno de las luchas que ha caracterizado
a la educación inicial a lo largo del tiempo.
Durante la década del 30, la creación de jardines en el interior del país trajo
vientos de cambio. En 1935 se creó la Asociación Pro-Difusión del Kindergarten, por
medio de la cual se formaliza ante el Estado el pedido de creación de instituciones
educativas para la primera infancia. Consiguen entonces que se creen el jardín de
infantes Mitre y el del Instituto Bernasconi. En forma simultánea, la Asociación comenzó a
dictar cursos para formar maestras, contando con el trabajo ad honores de los docentes a
cargo de los mismos. En 1936, editaron una colección de manuales cuya autoría
pertenece a Rosario Vera Peñaloza, Custodia Zuloaga y Rita Batallada de Victoria
llamado “El kindergarten en la Argentina”. Satisfechas con los logros obtenidos en las tres
últimas décadas, llaman al año 1939 “el año feliz de los jardines de infantes”21. Estos
hechos dan cuenta de una identificación de las docentes con lo infantil, por un lado; y,
una actitud adulta, responsable y comprometida social y políticamente, por el otro.
Con la llegada del peronismo al poder, la niñez comenzó a ser interpretada como
una nueva generación que habilitaría el debate acerca del lugar que le tocaba al Estado
en su constitución 22 . En 1944, la Asociación Pro-Difusión del Kindergarten obtuvo el
apoyo del entonces Secretario de Trabajo y Previsión Juan D. Perón para la creación de
jardines de infantes en las fábricas23. Según Carli, en el discurso del peronismo acerca de
la infancia, hubo una articulación entre los enunciados liberales, socialistas y
nacionalistas. La niñez fue concebida como depositaria de la acción social del Estado. La
política social llevada a cabo desde la Fundación de Ayuda Social presidida por Eva
Perón se distinguía de la beneficencia para dar lugar a la “justicia social” 24 . Así los
“pequeños descamisados” del interior del país fueron los destinatarios de una estrategia
política. En la trama de discursos peronistas se distinguen la apelación al niño pobre de
Evita y de la apelación al niño universal de Perón. A su vez, convivían los postulados de
la Iglesia católica crítica del naturalismo de Rousseau y las ideas de la escolanovistas25.
19
Ibíd.
20
Ibíd.
21
Ponce 2006
22
Por ejemplo, en 1944, la Asociación Pro-Difusión del Kindergarten obtuvo el apoyo del
entonces Secretario de Trabajo y Previsión Juan D. Perón para la creación de jardines de
infantes en las fábricas.
23
Ibíd
24
Ibíd.
25
Ibíd..
7
Como parte de las acciones directas realizadas para materializar estas propuestas
se crearon jardines de infantes, y se fundaron la Ciudad Infantil, la Ciudad Estudiantil, los
Hogares Escuela y la República de los Niños. Para esta clase, cabe destacar la Ciudad
Infantil, institución destinada a los niños huérfanos entre los dos y los seis años a cargo
de maestras especializadas en jardín de infantes. En el marco de una estética más ligada
a los sectores medios que a las clases populares, los niños recibían alimentación,
vestimenta, juguetes26, control médico y educación. Las filmaciones de la época muestran
a los niños con grandes juguetes, acceso a juegos a su medida, platos suculentos y
amplias sonrisas.
26
Pelegrinelli, en Ponce. Op. cit.
27
Ponce Op. cit.
28
Ibíd.
29
Ibíd.
8
necesario, quienes gozarán de la remuneración que se fije en el Presupuesto: además un
médico y un odontólogo”. De este modo resultaba muy oneroso poner en funcionamiento
los jardines razón por la cual varios Diputados solicitaban se deje la potestad del
nombramiento a la Inspección creada para tal fin en función de poder garantizar las
futuras creaciones de jardines con el personal necesario para cada caso. La Ley fue
sancionada con la especificación de los cargos entrando en vigencia hasta 1951, año en
que fue derogada y reemplazada por la Ley 5650 que estipulaba que la asistencia al
jardín de infantes tenía carácter voluntario.
9
Modernización y masificación
30
Duprat, 1995
31
Fritzsche, 1968
32
Ibíd..
10
Las experiencias directas ocuparon un lugar muy importante en la renovación del
jardín. Sin embargo, mientras Fritzsche y Duprat la incorporan en su obra, Lydia Bosch,
Lilia Menegazzo y Amanda Galli en el “El jardín de infantes hoy”, cuya primera edición es
de 1969, no la mencionan. Ambos textos integraron la teoría y la práctica de modo tal que
quienes lo consultaban encontraban las respuestas para la reflexión y para la tarea. A su
vez, dan cuenta de los espacios transitados por las autoras, Fritzsche y Duprat viviendo
la experiencia en las salas y Bosch más atenta a los postulados científicos desde la
Cátedra de la UBA. Así el primer texto dio cuenta de actividades ya puestas en práctica
por primera vez, y, el segundo, acercó a las maestras la teoría desarrollada por Piaget en
Ginebra. Ambos se constituyeron en bibliografía obligada en los albores de los años
setenta.
33
A través de la Circular Técnica Nº 7, del 29 de agosto de 1979, dirigida a Sras. y Srtas. Inspectora Jefe de
Región, Inspectora de Área, Directora de Jardín de Infantes y docentes, la Dirección de Enseñanza Preescolar
en adhesión a Documento enviado por el Comando en Jefe del Ejército, ha iniciado una campaña de
comunicación en las que se revitalizan los valores de la “Autoridad”. La misma debe ser tratada en reuniones
técnicas; con el fin de ayudar a reflexionar sobre la importancia de la figura docente como autoridad, que no
ejerce autoritarismo y que respeta la autoridad superior.
11
por imágenes y sin letras ya que se afirmaba que los/as niños/as debían estar en
contacto con ellas cuando su nivel evolutivo se los permitiera. Las posiciones
supuestamente renovadoras en la enseñanza de la lectoescritura implicaban una vuelta a
posiciones decodificadoras e instrumentales en detrimento de las posiciones que se
basaban en la comprensión y el aprendizaje social34. La lectura de autores como Piaget y
Freud que eran condenadas de modo categórico35 en las aulas universitarias formaba
parte de la bibliografía de muchos de los Diseños Curriculares implementados en la
época. La transmisión de contenidos estaba emparentada directamente con un modelo
de sociedad y familia única36, acorde a los principios de una moral católica excluyente. La
circulación de algunos libros para los niños/as y la prohibición de otros dan cuenta de las
prácticas de censura de la época. En 1977, el Ministerio de Educación publicó un boletín
llamado “Subversión en el ámbito educativo. Conozcamos a nuestro enemigo” en el que
se alertaba a los directivos y docentes acerca de cómo conocer a “los enemigos de la
Nación” allí se advertía sobre los peligros de la literatura para niños que provocara el
exceso de imaginación. Se prohibieron entre otros: “Un elefante ocupa mucho espacio”
de Elsa Bonermann, “La torre de cubos” de Laura Devetach, “El principito” de Antoine de
Saint Exupery.
34
Pineau, 2007
35
Puiggrós, 2003
36
Kauffman, 2007
37
Carli, 2006
38
Canciani, 2007
39
Ibíd.
40
Ibíd.
12
particulares que la diferenciaron notablemente de otros períodos históricos41. El jardín de
infantes o maternal iniciaron en la vuelta a la democracia la transmisión de la memoria de
lo nuevo y lo conocido del nivel. En este sentido si bien en la formación se siguieron
usando hasta el ‘89 textos que respetan los lineamientos coincidentes con las políticas
tecnocráticas, en la práctica se inician modificaciones concretas. Un ejemplo de ello, es el
cambio de concepción en relación al período de adaptación. La experiencia de Alicia
Esparza y Amalia Petroli42 promovió a partir de su obra “La adaptación en el jardín de
infantes” una mirada renovada para la época, sobre la necesidad de reconsiderar que son
los/as niños/as quienes deben adaptarse a la institución y no éstas a ellos. De este modo
el primer encuentro entre educandos y educadores se vio cuestionado, invitando a la
institución a abrirse a las familias y a los pequeños. El texto invitaba a dejar de lado las
certezas, promoviendo que se preste especial atención a las sugerencias de los más
chicos, lo que hasta el momento resultaba impensado, ya que el Jardín siempre trabajó
con la seguridad de que sus estrategias para “adaptar” al pequeño resultarían
adecuadas, más allá del contexto de la institución, la realidad de los grupos o de los
docentes a cargo.
Existe una visión generalizada en concebir al nivel inicial como ámbito de libertad
y creatividad en donde el autoritarismo parece no figurar como problema acuciante. Sin
embargo, prácticas cotidianas del nivel revelaron lo contrario43. Recursos pedagógicos de
uso frecuente como cantos, rimas y adivinanzas constituyen prácticas de imposición de
fuerte contenido autoritario que impactan en el desarrollo de los niños. Sin embargo,
estas prácticas fueron cuestionadas en una fuerte tensión entre lo heredado y lo que se
intentó instaurar. Así se inició un muy lento pero claro camino de búsqueda de prácticas
alternativas. Se trabajó valorando el juego como “expresión cognitiva y social de
exploración, lectura y comprensión de la realidad física y social, así como en su
dimensión expresiva-creativa de reelaboración y transfiguración del universo de
experiencias del niño; tanto de la experiencia subjetiva, como la experiencia objetiva
recogida en su contacto con el ambiente doméstico y social”44.
41
Carli, 2006
42
Esparza, A. y Petroli, A. ,1983
43
Kantor, 1989
44
Frabboni, 1984
45
Creada como consecuencia de la primera transferencia de escuelas a las jurisdicciones en 1978.
13
en su conjunto. Esta Ley sitúa la educación inicial como el primer nivel del sistema
educativo argentino; y al mismo tiempo, que luego de largas luchas define el derecho a la
educación desde los cuarenta y cinco días. Sin embargo, no la asume como su
responsabilidad dejando a las jurisdicciones la potestad de garantizarla o no, en un doble
juego fuertemente cuestionado por el colectivo docente. Sitúa además la obligatoriedad
de la sala de cinco años produciendo un quiebre en el nivel sin precedentes. Provincias
como Córdoba, por ejemplo, transfirió las salas de tres y cuatro años a las
municipalidades quedando sólo las de cinco en la órbita provincial46. El país hereda hoy
la mayor desigualdad en educación inicial, existiendo jurisdicciones en las que las salas
de tres años no están bajo la órbita del gobierno provincial. Así la educación de los más
chicos quedó en manos de las organizaciones sociales y de la gestión privada en casi
todo el país.
46
Fuente: Informes y estudios sobre la situación educativa Nº 8. CTERA, diciembre 2008
14
∞ En 1913 funcionaban 16 jardines con un total de 1249 niños y niñas
matriculados. Fuente: Salotti, 1969.
∞ En 1923 funcionaban 14 jardines con un total de 1255 niños y niñas
matriculados. Ibíd.
∞ En 1933 funcionaban 15 jardines con un total de 1528 niños y niñas
matriculados. Ibid.
∞ En 1943 funcionaban 99 jardines con un total de 7569 niños y niñas
matriculados. Ibid.
∞ En 1953 funcionaban 1618 jardines oficiales y privados con un total de 64632
niños y niñas matriculados. Ibid.
∞ En 1962 funcionaban 1759 jardines oficiales y privados con un total de 100392
niños y niñas matriculados. Ibíd.
∞ Entre 1935 y 1955 la matrícula creció en un porcentaje que osciló entre le 15%
y 30% anual. Fuente: Fuentes, Lemos y Wiñar 1997
∞ Entre 1980 y 1990 la matrícula de niños y niñas de 5 años creció un 3,9%
anual. Ibíd
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16
consultado 27-02-09
http://www. diniece.me.gov.ar.
consultado 03-03-09
17
CONTINUIDAD Y COMPLENTARIEDAD
ENTRE LA EDUCACIÓN FORMAL Y NO FORMAL
(*) Universidad de las Islas Baleares y miembro académico de l’Institut d’Estudis Catalans.
10
al mencionado congreso no se publicaron se llevan a cabo en instituciones educati-
hasta algunos años más tarde (Ph. vas oficiales como puedan ser las propias
Coombs, 1971) el uso de la expresión universidades, su marco legal no viene
«educación no formal» siguió postergada. definido por la legislación ministerial sino
I. Pastor que recientemente ha estudiado por la Universidad misma.
la cuestión (2001) y afirma que no fue Tener en cuenta cualquier otra varia-
hasta 1975, con la publicación del libro de ble creo que nos lleva a la confusión, pues
Ph. Coombs y M. Ahmed (1975), cuando la educación formal o no formal aceptan
se comenzó a deslindar los sentidos y sig- múltiples aspectos comunes como pueda
nificaciones de lo que se entendería por ser el espacial (que ya hemos analizado
educación formal, no formal e informal. someramente), el profesional, el sistemá-
tico o por el contrario la flexibilidad, la
racionalidad, la planificación, lo evaluati-
LA NECESIDAD DE UNA REITERACIÓN vo, etc. Efectivamente, ambos tipos de
educación pueden tener finalidades pro-
Personalmente he venido defendiendo fesionales, ser racionales –estar pre-pen-
que la diferencia más determinante que sadas– ser sistemáticas y ordenadas, con
se da entre educación formal y no formal objetivos por conseguir, ser flexibles y
es, sorprendentemente, de carácter jurí- basarse, por ejemplo en climas no autori-
dico y no pedagógico (Colom et al., tarios o en metodologías agradables, ser
2001); es decir, entiendo la educación objeto de evaluación y de planificación,
formal como aquella que concluye con etc. Es decir, y de ahí la confusión de sig-
titulaciones reconocidas y otorgadas nificados de tales terminologías, la forma-
según las leyes educativas promulgadas lidad o no formalidad educativa no se
por los Estados, desde los diplomas de refieren a características de índole peda-
enseñanza primaria o básica hasta la titu- gógica ya que si intentásemos a partir de
lación de doctor. Es pues la propia de los las Ciencias de la Educación distinguir lo
sistemas educativos reglados jurídicamen- que significa una «pedagogía formal» de
te por el Estado y en consecuencia la que otra «pedagogía no formal», no llegaría-
mayoritariamente se imparte en centros o mos a conclusión alguna.
instituciones docentes, aunque esta últi- Como muestra un botón, puede
ma característica espacial, no puede ser, haber procesos educativos no formales
hoy en día, tomada como un elemento que son mucho más rígidos o sistematiza-
definidor o de distinción en relación con dos que las prácticas escolares más al uso;
la educación no formal, pues se dan casos por ejemplo, lo que sucede con las acade-
de enseñanzas regladas que se imparten a mias que ayudan a superar los exámenes
distancia desde los niveles primarios suspendidos o los múltiples programas
hasta los universitarios. de formación en la empresa (por ejem-
En consecuencia la educación no for- plo, la formación de cajeros o cajeras), o
mal sería, por el contrario, la que no la mera aplicación del «método del caso»
viene contemplada en las legislaciones que obedece a unas reglas y tiempos pre-
estatales de educación; es decir, que su establecidos. Son éstos ejemplos pedagó-
responsabilidad no recae directamente en gicamente muy formalizados pero que,
los ordenamientos jurídicos del Estado. paradójicamente, son propios de la edu-
Es, por ejemplo, el caso de los postgrados cación no formal. En cambio, la aplica-
o maestrías universitarias que son ejem- ción en una escuela del método de
plo de educación no formal, pues si bien proyectos o la práctica del método
11
Freinet –ambos de carácter cooperativo– informal, creemos que es hora de denun-
o la práctica institucional francesa –auto- ciar un hecho que ahora, mirando biblio-
gestionada– nos propician ejemplos de gráficamente hacia atrás, no nos deja de
no formalidad pedagógica en procesos sorprender. Me refiero a que los autores
educativos formales. que, principalmente, hemos tratado estas
La concepción formal o no formal no cuestiones, como podamos ser J.M.
depende pues de ninguna variable peda- Touriñán (1983), J. Mª Quintana (1989), J.
gógica siendo en todo caso el argumento Sarramona (1992), J. Trilla (1993a,
jurídico el que más claramente sirve para 1993b), J. Sarramona, G. Vázquez y A.J.
discriminar ambos tipos de educación. Colom (1998), I. Pastor (2001), en gran
Asimismo la denominada educación infor- medida hemos intentado siempre un ejer-
mal, tampoco atiende a ningún tipo de cicio diferenciador, discriminativo, entre
proceso o regla pedagógica ya que se con- los tres universos de la educación, de-
cibe como la educación que el individuo sarrollando en todo caso, algunas de sus
recibe sin depender para nada de ninguna parcelas o campos de aplicación.
opción o característica educativo-pedagó- Ahora bien, si tenemos en cuenta sus
gica; es por tanto un tipo de educación en inicios históricos, tanto la educación no
la que no interviene ninguno de los aspec- formal como las metáforas educativas más
tos que abrazan las ciencias de la educa- allá de la escuela, no surgen en oposición
ción. Diríamos que es una educación eté- a, sino por la perentoria necesidad de que
rea, con influencias desconocidas pero la labor de la escuela se desarrolle fuera de
que el propio ambiente, el vivir cotidiano, ella, en otros ámbitos sociales o cívicos,
el contacto con la gente, o el desarrollo de pues la necesidad de la educación se ve, a
actividades que nada tienen que ver con la partir de los años setenta, como una nece-
educación, aportan sin embargo, procesos sidad plural y permanente. La complejidad
de aprendizaje útiles para desarrollar con social, el desarrollo incesante de la innova-
mayor eficacia nuestra vida. Podríamos ción tecnológica, la necesidad de nuevos
decir pues que la «educación informal» es conocimientos que a su vez pronto que-
lo «desconocido pedagógico», de tal dan obsoletos ha hecho que la sociedad
manera que si llegáramos a saber como se actual requiera de formas más flexibles y
influye informalmente en la formación de constantes de educación: requiere de
las personas, dejaría de existir la educa- escuelas para después de la escuela. Ésta
ción informal pues al conocer su forma de es la razón de la educación no formal. Su
actuación podría aplicarse en los ámbitos surgimiento pues, no requería de análisis
formales y no formales de la educación. discriminativos, sino poner en evidencia la
Hace años intenté un ejercicio clarificador necesidad de una continuidad y perma-
a través del turismo, de cómo poder acce- nencia estable entre la educación formal y
der al conocimiento de lo informal en la educación no formal. Un estudio ade-
educación (Colom; Brown, 1993). cuado del fenómeno de la no formalidad
educativa tendría que basarse entonces en
la continuidad y complementariedad entre
LA NECESIDAD DE UNA (AUTO)CRÍTICA la escuela oficial –educación no formal– y
los procesos educativos que se dan en los
Tras haber revisado someramente el con- ámbitos más diversos de la sociedad. Y
texto histórico de su implantación así efectivamente, al menos entre nosotros
como el significado de lo que se entien- nos ha faltado esta perspectiva longitudi-
de por educación formal, no formal e nal de análisis.
12
La educación no formal nace por nece- cionalizadas, son racionales, están
sidades perentorias marcadas por las inno- planificadas, poseen objetivos, uti-
vaciones sociales que se producen en el lizan técnicas y materiales que tam-
mercado laboral, en el tiempo libre o de bién son propios de las escuelas;
ocio, en la necesidad de crear nuevas pro- además, son evaluables, el profeso-
fesiones para nuevas necesidades, en la rado, docente u orientador, actúa
continuidad de reciclajes o actualizaciones de forma parecida… Con ello no
de conocimientos, o simplemente, como negaré algunas diferencias –funda-
formas de desarrollo o crecimiento perso- mentalmente en el plano de las
nal. En cualquiera de estas circunstancias metodologías, horarios, institucio-
se atisba una necesidad de continuidad en
nes, etc.<– pero de lo que no hay
la formación, en el aprendizaje, en la cultu-
duda es que, en gran parte, la edu-
ralización y, en definitiva, en la educación
humana. Reiteramos pues que la adecuada cación no formal está, pedagógica-
ubicación de la educación no formal se mente, tan formalizada como la
encuentra en ser considerada como un educación formal.
continuum de la educación formal. Así, si • La educación formal se contamina
ésta es la encargada de aportar los funda- de materias y contenidos que hasta
mentos del conocimiento y de las aptitu- hace sólo unas décadas eran pro-
des necesarias para que el hombre pueda pios de la educación no formal. Me
encauzar su vida, la educación no formal, a refiero por ejemplo a una gran
modo de segunda etapa, presupone apor- parte de las materias transversales
tar las herramientas para capacitarlo ante que han inundado, obligatoriamen-
los cambios e innovaciones a los que se te, el sistema educativo. La educa-
tendrá que someter en las múltiples face- ción para la salud, la educación
tas que a buen seguro le aportará la vida. ambiental, la educación para el
Ni tan siquiera hay entre la educación consumo, para la igualdad de sexos
formal y no formal diferencias significati- y tantas otras, eran hasta antes de la
vas de objetivos. Ambas están para facili- LOGSE competencia casi absoluta
tar la vida personal, social y cultural del de los diversos modos de desarro-
hombre en todas sus dimensiones y a lo llo de la educación no formal, pero
largo de su vida. Por tanto, ambas forman que, sin embargo y como decía-
un todo diferenciado pero, al mismo
mos, forman parte ahora del acervo
tiempo, unitario que se conformaría
escolar formal.
como el sistema educativo idóneo para el
• La educación formal, al menos en
hombre de nuestro tiempo. Además, la
educación formal y no formal, a pesar de lo que se refiere a sus instituciones,
su disyuntiva jurídica, pedagógicamente ha invadido los ámbitos de la edu-
tienden, cada día más, a entremezclarse y cación no formal; es el caso ya rese-
a confabularse mutuamente, de tal mane- ñado de las universidades que
ra que ni tan siquiera la edad de los edu- publicitan y desarrollan maestrías y
candos es un argumento distintivo entre postgrados, o las universidades
ambas. Veamos sus mutuas interferencias: para mayores, así como la forma-
ción continuada de los docentes de
• La educación no formal se estructu- la educación formal que se desarro-
ra de forma paralela a la educación lla en ámbitos no formales (el caso
formal, ya que ambas están institu- de los CEP o de los ICE).
13
• Por el contrario la educación no primaria y en los centros de secun-
formal se ha apoderado de las insti- daria.
tuciones formales de educación, tal
como sucede con las actividades Abundando en este último caso, una
denominadas extraescolares que se investigación llevada a cabo en las Islas
realizan en escuelas de enseñanza Baleares sobre este tema (Colom;
TABLA I
Número de actividades diferentes, según centro y territorio
Palma de Mallorca 39 25 36
Resto de Mallorca 46 22 20
Menorca 25 10 6
Ibiza/Formentera 29 3 13
TABLA II
Las actividades más solicitadas
PALMA RESTO de
MALLORCA MENORCA IBIZA/FORMENTERA
Inglés Inglés Informática Informática
Teatro Informática Inglés Inglés
Baloncesto Manualidades Teatro Fútbol
Manualidades Baloncesto Baloncesto Baloncesto
Judo Voleibol Manualidades Cerámica
Música Teatro Dibujo Psicomotricidad
Informática Psicomotricidad Fútbol Manualidades
Tecn. Estudio Cerámica Cerámica Judo
Gimn. Rítmica Dibujo Ajedrez Tenis
Aula juegos Fútbol Música/ Voleibol/
Psicomotricidad Fútbol-Ajedrez
14
Vilanova, 2002) dejaba bien patente esta y, como estamos viendo, es muy difícil,
no formalización de la educación formal. por no decir imposible, realizar una dife-
De este trabajo queremos extraer al renciación de su utilización, bien sea por
menos los siguientes datos que creemos centros o por espacios (centros de educa-
son determinantes de lo que venimos ción formal realizan educación no for-
diciendo. mal), o por edades (niños se matriculan
La cifra que aportamos corresponde en actividades extraescolares y adultos en
al número de actividades diferentes que centros tanto formales –universidades–
se realizan en los centros indicados y en como no formales de educación).
los territorios en los que dividimos nues- Estamos, en la actualidad, ante una ósmo-
tro estudio. sis pedagógica entre ambos tipos de edu-
En consecuencia podemos afirmar, cación que desde la perspectiva de la
paradójicamente, que una de las fuentes edad y de los espacios no nos es posible
más significativas de educación no formal diferenciarlas.
son los centros propios de la educación El estudio de la educación formal y no
formal, hasta tal punto que en el sistema formal requiere, fundamentalmente, una
público de enseñanza las actividades dife- síntesis, ya que ambas no sólo establecen
rentes que se desarrollan de educación relaciones de continuidad sino más bien
no formal –o actividades extraescolares– de algo más profundo e interesante,
va de las 25 de Menorca hasta las 46 que como pueda ser la complementariedad.
se imparten en Mallorca (sin contar la Ya sabemos que, desde el principio, la
capital). Por otra parte, y si nos fijamos en cuestión de la continuidad es evidente; se
el tipo de actividades más solicitadas por trataría de una continuidad de edades y
los alumnos (o sus padres), nos encontra- que grosso modo se correspondería con
mos con un alto índice de diversificación el consabido cliché de la educación for-
y con alguna sorpresa ya que por grupos mal para niños y adolescentes (y algunos
las que más éxito tienen, de mayor a jóvenes), y la educación no formal para
menor, son las siguientes: los adultos (y algunos jóvenes). De todas
formas y como hemos visto, la realidad no
• Culturales: Informática e Inglés está tan clarificada, ya que en los mismos
• Deportivas: Baloncesto y Fútbol grupos de edad se superponen las posibi-
• Artísticas: Teatro y Cerámica lidades formales y no formales de educa-
• Psicomotrices: Manualidades ción.
De ahí que abogue por la comple-
Es decir, los centros formales de edu- mentariedad como el contexto más idó-
cación ofertan –no formalmente– con el neo para analizar los efectos de ambos
mayor de los éxitos, materias que pertene- universos educativos; la complejidad
cen a sus propios currículos y que son, social es tal que aquellas metáforas de las
además, de carácter instrumental, si- que hablábamos en las primeras líneas
guiendo después las deportivas y las más superan el criterio evolutivo –de continui-
propias de la educación para el ocio y dad– para darse al unísono en cualquier
tiempo libre, que no dejan de ser por otra circunstancia de la vida del hombre.
parte, óptimas para el desarrollo personal. Tanto el niño como el adulto necesitan
Creemos pues que no ha sido perti- formalidad y no formalidad educativa al
nente el enfoque con el que se ha analiza- mismo tiempo, porque no existe ya nin-
do la educación no formal en nuestro país guna institución que por sí sola sea capaz
15
de dar la formación pertinente que nues- – Área de la ejecución:
tra realidad social demanda de sus miem- métodos y estrategias
bros. No nos extrañe que la comprensión procedimientos
sistémica de la educación sea cada día medios
más útil ya que nos explica meridiana- evaluación
mente la relación que se da entre la edu-
cación formal y no formal, al constatar • Ámbito del alumnado
que es una relación permanente entre – Área de conocimientos:
dos elementos presentes y constantes en contenidos de aprendizaje
los sistemas educativos actuales. Es decir, resultados del aprendizaje
no puede entenderse la educación actual acciones y ejecuciones aprendidas
sin el aporte formal o no formal que, al
unísono, la propia pedagogía nos ofrece – Área del desarrollo personal:
de tal manera que su continuidad entre comportamiento
una y otra se ha resuelto en una verdade- convivencia
ra y necesaria complementariedad. valores
maduración
LA NECESIDAD DE
• Ámbito de la institución
UN NUEVO ABORDAJE
– Área de la administración:
economía
Tras este ejercicio sumario de contextuali-
administración interna
zación histórica, definidora y crítica,
utilización de otros servicios
intentaremos poner en evidencia la nece-
sidad de contar con una nueva perspecti-
va para abordar las relaciones entre la – Área de la organización:
educación formal y no formal, basada, sistemas, formas
fundamentalmente, en la complementa- comunicación
riedad que se dan entre ambos formatos cohesión
educativos. Con ello nos aproximaremos
a un modelo completo y sistémico de los – Área mediacional:
aportes de cada una de estas educaciones. imagen exterior
Para ello someteremos a análisis las tutorías
cuestiones básicas que entran en juego en relación padres
el proceso educativo. En concreto serán relación con otras instituciones
las siguientes: sociales
16
aportes de complementariedad que nos evaluación. En cambio, vemos que algu-
ofrecen la educación formal y la no nos profesores de educación no formal
formal. dominan estrategias metodológicas espe-
cíficas muy interesantes, como es el caso
por ejemplo de los educadores ambienta-
ÁMBITO DEL PROFESORADO les y la toma de decisiones, o las múltiples
estrategias, interesantes y creativas, que
En cuanto a la formación de los docentes, se utilizan en la educación del consumi-
y a pesar de los evidentes esfuerzos que dor, así como otras propias de la forma-
muchos desarrollos educativos no forma- ción empresarial, de la educación patri-
les han realizado en los últimos años en monial, hospitalaria, etc. Por lo general,
este terreno (caso de la educación para el estas metodologías aportan flexibilidad,
ocio, o de la formación en la empresa), activismo y participación así como nove-
tanto por lo que se refiere a la formación dad. Asimismo consideramos que, en tér-
inicial como a la formación en ejercicio, la minos generales, es en el universo de la
educación formal, sin género de dudas, y educación no formal en donde se dan
a pesar de sus defectos, posee mayor tra- mayores grados de innovación en el uso
dición y sistematismo tanto en la forma- de los medios educativos y de entre ellos,
ción inicial como en la continua de su especialmente, las nuevas tecnologías.
propio profesorado. Además, la duración
de sus estudios, el nivel de los mismos y
la formación de sus formadores hace que, ÁMBITO DEL ALUMNADO
sin duda, la balanza de la calidad se
decante en tales aspectos hacia la educa- Siguiendo de forma paralela, tal como
ción formal. Claro que también debemos hemos ido desarrollando la cuestión en
tener en cuenta que en muchas ocasiones referencia al profesorado, podemos decir
y circunstancias ambas educaciones com- que respecto del alumnado la educación
parten el mismo profesorado. formal, por su tradición, por ser en gene-
Por lo que se refiere a la profesionali- ral un sistema más cerrado que el propio
zación, y como consecuencia directa de lo de la educación no formal, alcanza mayo-
mencionado, consideramos mejor la pre- res niveles en el aprendizaje de conteni-
paración de los profesores del sistema dos, por lo que podemos extender este
formal de educación, con mayor dominio grado cualitativo a los resultados del
entonces de las diversas técnicas de plani- aprendizaje, sobre todo, como decíamos,
ficación y programación de los aprendiza- en el aspecto cultural. Visiones curricula-
jes y de los ejercicios de enseñanza. Sólo res más completas, mayor ejercitación
advertir que, en contrapartida, en algunos profesional del profesorado, así como
casos, los profesores de educación no for- mayor dominio de las técnicas de evalua-
mal pueden poseer mayores niveles de ción y control hacen que el aprendizaje
especialización. escolar sea más eficiente –excepciones
En cuanto a la ejecución de la activi- aparte– que el propio de los ámbitos no
dad docente, y también debido a su formales de educación.
mayor preparación, el profesorado de la En cambio, y en contrapartida, la edu-
educación formal está más capacitado en cación no formal oferta mayores cotas y
métodos, estrategias y procedimientos de niveles en el aprendizaje procedimental,
aprendizaje así como en los sistemas de es decir, en el campo de las acciones y
17
ejecuciones aprendidas. La flexibilidad impregnación axiológica se encuentra
metodológica, más participativa y activa, más presente en el seno de la educación
así como un aprendizaje más enfocado a formal que en la educación no formal, sal-
la resolución de problemas y situaciones, vando acaso, excepcionalmente, aquellos
junto con una mayor presencia de apren- ámbitos de la educación no formal cuya
dizajes prácticos, hacen que en este propia razón de ser se encuentra centrada
campo la balanza se decante por la educa- en la comunicación e impregnación axio-
ción no formal. lógica, como pueda ser el caso de la edu-
Si aplicamos nuestro análisis bifronte cación ambiental, de la educación del
al área del desarrollo personal de los consumidor y de la educación patrimo-
alumnos no hay duda que en el campo nial, y también, en todo caso, en la educa-
del comportamiento y del orden, se ción para la salud, aunque también debe-
encuentra mucho más distendido en la mos decir que este tipo de intervención
educación no formal, por la mera razón está, hoy en día, contemplada en el siste-
de que generalmente está dirigida a adul- ma formal de educación a través de las
tos. No obstante en el caso de niños, materias transversales. En todo caso diría-
acaso por la flexibilidad, y por no proce- mos que la integración en valores es más
sarse en su seno el clima o ambiente esco- efectiva en la escuela, o sea, en el seno de
lar, también se dan menos problemas la educación formal, presentando en todo
comportamentales. Lo mismo podríamos caso la educación no formal alguna pers-
decir de los patrones convivenciales aun- pectiva axiológica de mayor especializa-
que aquí cabría matizar nuestra afirma- ción y concreción.
ción. Muy posiblemente los niveles de
convivencia sean aparentemente más nor-
malizados en la educación no formal, ÁMBITO INSTITUCIONAL
pero muy probablemente nunca son tan
intensos, para bien o para mal, como los En esta parcela de los sistemas educativos
que se dan en el ámbito de la educación no hay duda que los niveles económicos
formal. El ambiente más cerrado y aisla- alcanzan mayores cotas en el campo de la
do, así como el clima continuo de rela- educación no formal, más onerosa econó-
ción a lo largo de tantas horas, influye de micamente hablando que la educación
forma diferente en los niveles conviven- formalizada. En cuanto a la administra-
ciales, de tal manera que podríamos decir ción interna no vemos diferencias entre
que en la educación no formal, la convi- ambos tipos de educación, al menos
vencia está menos problematizada y más desde un nivel general, dependiendo en
equilibrada, mientras que en la educación todo caso su eficacia de causísticas pro-
formal se propician relaciones conviven- pias de algunos centros e instituciones.
ciales más intensas. En todo caso veríamos a la educación no
En cambio, a la hora de juzgar los formal menos burocratizada, y en este
efectos madurativos, no hay duda que la sentido, acaso más ágil, al no depender
educación formal consigue mayores cotas de estructuras organizativas oficiales que
que la educación no formal, aunque sea poseen ya una cultura administrativa pre-
por la cuestión de la edad de los educan- determinada desde hace muchos años. En
dos, por lo general más propicia a la referencia a la utilización de otros servi-
maduración en período escolar. cios es también más probable que se de,
Asimismo, la educación en valores y la con mayor abundancia, en el seno de la
18
educación no formal por la flexibilidad y instituciones para desarrollar programas
apertura que evidencia. no formales de educación, lo que al
En cuanto a los tipos o sistemas de mismo tiempo conlleva la inclusión en
organización, también encontramos estas instituciones de una cultura coope-
modelos más flexibles y adaptados en el rativa de cada día más afianzada.
sistema educativo no formal, acaso por su En cambio, y siguiendo con los aspec-
independencia de estructuras administra- tos mediacionales consideramos que la
tivas oficiales, siempre, como decíamos educación formal desarrolla mayores
más burocratizadas. Por lo que se refiere cotas de corresponsabilidad en la forma-
a los canales de comunicación no vemos ción de los educandos que la educación
mayores diferencias entre la educación no formal. La existencia de las AMPAS (aso-
formal y la no formal, dependiendo tam- ciaciones de madres y padres de familia),
bién de situaciones específicas de cen- el contacto continuado entre los padres y
tros, instituciones y personas. el profesorado, la mayor duración de la
En referencia a la cohesión, en cam- educación formal así como la edad de los
bio, vemos mayores facilidades de logro alumnos, hace que en este sentido de
en los sistemas educativos escolares o for- corresponsabilización se den mayores
males, a pesar de que no siempre se pue- niveles de significación en el entramado
dan formar equipos de profesores dura- formal de la educación. Por lo que se
deros; no obstante, la propia cultura del refiere a las tutorías, también inclinaría-
centro escolar hace necesarios ciertos mos la balanza a favor de la educación for-
niveles de cohesión lo que, acaso por su mal, al menos por el mayor número de
especialización, o por no necesitarse un años de escolarización a que ésta obliga, y
profesorado tan numeroso, no se eviden- por contar, también, con personal y gabi-
cia tanto en las actividades de educación netes especializados, lo que hace que lle-
no formal. gue a ser una actividad más normal y con-
En otro orden de cosas, pero aún tinuada en el seno de la escuela que no
dentro del ámbito institucional, creemos en cursos mucho más limitados en cuan-
que los factores mediacionales alcanzan to a su duración y a la preparación psico-
mayores cotas de utilización en el seno de pedagógica de su profesorado.
la educación no formal, al menos en lo
referente a la imagen externa de sus ense-
ñanzas o actividades; el mero hecho de ÁMBITO FÍSICO
que estén desarrolladas o patrocinadas
por instituciones con implantación social Por lo general, las instalaciones de la edu-
y más abiertas a la publicidad, al marke- cación formal están más capacitadas y más
ting y en general a la venta pública del de acorde con las funciones que de ellas
producto, hace que así sea. Las mismas se esperan ya que no en balde se trata de
razones nos asistirían para decantarnos edificios construidos expresamente para
también en favor de la educación no for- la actividad educativa.
mal en cuanto a los niveles de coopera- En cambio, la diversidad de espacios
ción inter-institucional; una mayor tradi- exteriores a los propios educativos pero
ción y necesidad de esponsorización, así que sin embargo se utilizan para desarro-
como la necesidad de una imagen de llar programas de formación es una ofer-
prestigio de sus actividades, hacen que ta más propia y específica de la educación
sea más común la relación entre diversas no formal, o al menos de alguna de sus
19
actividades. Es el caso por ejemplo, de lo PARA CONCLUIR
que bien podríamos denominar aprendi-
zaje in situ propio de las situaciones en Como hemos ido viendo cada concepto
alternancia –aprender trabajando– que se reseñado tiene su retraducción o conti-
dan con mayor rigor en el seno de las nuidad en el seno de ambos tipos de edu-
empresas que no en la formación profe- caciones; las treinta características que
sional reglada; lo mismo podríamos nos han servido de elementos de análisis
hablar de las posibilidades que oferta la se dan tanto en la educación formal como
educación a distancia, asimismo más de- en la no formal, por lo que conceptual-
sarrollada en el ámbito de la educación mente, las arquitecturas estructurales
no formal. Todo ello sin olvidar que tanto de la una como de la otra son a
muchos ámbitos de la educación no for- todas luces continuistas. En cambio si
mal poseen espacios nuevos, no académi- bajamos a los niveles de la práctica educa-
cos, para desarrollar sus objetivos. Nos tiva encontramos diferencias en muchos
viene a la memoria, por ejemplo, el caso aspectos pero en absoluto contradiccio-
de las granjas-escuela o de los centros de nes por lo que aquí, desde la praxis edu-
interpretación, propias de la educación cativa podemos incluir explicaciones de
ambiental; en cambio, otros utilizan la complementariedad para analizar sus
propia realidad para el aprendizaje, como semejanzas y diferencias.
sería asimismo el caso de la educación Es decir, y para clarificar aún más
ambiental (visita y conocimiento de eco- nuestras conclusiones, las pedagogías de
sistemas), de la educación patrimonial en ambas educaciones –formal y no formal–
relación con los museos, o a las ciudades, nos ofertan continuidad y prolongación
de la educación para la salud en relación de términos, de conceptos y de estructu-
con hospitales o centros de salud, o el de ras, es decir de teoría curricular; en cam-
los supermercados y grandes superficies, bio, las prácticas de ambas educaciones se
por lo que hace a los programas de edu- nos presentan con diverso formato, si bien
cación del consumidor. siempre la una es complementaria de la
Por último, y en cuanto a instalacio- otra, por lo que suscribimos que un verda-
nes y material de corte tecnológico, cree- dero análisis de la educación formal y no
mos que también la educación no formal formal, atendiendo a su situación actual
posee no sólo un mayor acceso, sino que dentro de los sistemas educativos, no
cuenta con instalaciones mejor dotadas ya debe basarse en sus diferenciaciones sino
que para tales instituciones la dotación de en sus relaciones de continuidad y de
equipos forma parte de su estrategia de complementariedad. Atendiendo a este
venta del producto que ofertan, indepen- segundo criterio, un resumen de lo afir-
dientemente de que pueden acceder fácil- mado vendría dado en la tabla III:
mente al alquiler o al lessing, formas de Un formato de educación que en la
operar que como se sabe no están con- práctica pudiese reunir ambas sistemáticas
templadas por la administración pública. lograría unificar en una sola estructura de
Por tanto, y a pesar de los esfuerzos que continuidad una práctica educativa que
realiza el sistema formal de educación por ahora se nos presenta a modo de com-
para no perder el tren de las nuevas tec- plemento entre la educación formal y la
nologías, seguimos creyendo que, hoy no formal. Por tanto, la última conclusión
por hoy, se alcanzan mayores cotas de es clara, de hecho la tenemos a la vista, ya
calidad en la no formalidad educativa. que la complementariedad descubierta va
20
TABLA III
Complementaridad en la educación formal y no formal
de una educación formal más cerrada a sería la estrategia que nos aportaría un
una educación no formal más abierta. Por mestizaje de formación que acaso podría
esto mismo, flexibilizar el sistema formal reunir las mejores estrategias de acción
de educación, cerrar y controlar en mayor que por ahora se alcanzan por separado
nivel el sistema de educación no formal, en ambos universos educativos.
21
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Madrid, Anaya, 1978. vida. Madrid, Complutense, 2001.
22
Situación actual de la familia en América Latina
Revisemos este cambio en forma concreta en América Latina donde se ha vivido esta
transformación en la familia de manera significativa y acelerada en las últimas décadas. No
entraré ni en detalles ni en cifras, basta con señalar las principales tendencias que han
impactado en la familia y que han significado un debilitamiento de los vínculos comunales y de
parentesco, más allá del tránsito de los trabajadores desde empresas familiares a empresas no
familiares.
La urbanización. En las ciudades la mayor parte de la vida de las personas ocurre fuera de la
familia. Los miembros del grupo familiar participan de la vida social y económica como
individuos, desempeñando diferentes roles. De esta manera, se someten individualmente a
una serie de demandas de tiempo y trabajo, muchas de las cuales provienen de las mismas
instituciones sociales que buscan ayudar a la familia, como la escuela, los servicios sociales o la
iglesia. Todas estas organizaciones tienen un horario, un tiempo propio y muchas veces las
personas se sienten comprometidas a cumplir con estas demandas externas más que con las
de la familia. Para ésta, quedan los momentos que sobran. Además, las prolongadas jornadas
de trabajo, las largas distancias a recorrer, los embotellamientos de tráfico, etc. agudizan aún
más el escaso tiempo que se le dedica a la familia.
También en las ciudades tienden a desaparecer las redes de apoyo emocional que era lo
característico de la familia extendida. De este modo, la crianza de los hijos se convierte en
responsabilidad exclusiva de los padres y se hace muy difícil que el colectivo familiar participe
en ella. La solidaridad se debilita.
La incorporación masiva de la mujer al campo laboral. Esta no tendría las consecuencias que
tiene en la familia si estuviera acompañada de los elementos materiales y culturales necesarios
para desempeñar ese nuevo rol. Como el apoyo a la mujer que trabaja fuera del hogar es
precario o inexistente, esta carga se agrega al trabajo dentro del hogar. Esa madre que llega al
hogar a las 7 u 8 de la noche, vive ambivalencias respecto a su trabajo y al hogar, las que se
manifiestan en stress, frustración y fuertes sentimientos de culpa, entre otros. Se tiende a
aliviar estos sentimientos por la vía de la permisividad en la disciplina o por la vía de la compra
de objetos materiales o por la violencia. Se genera un círculo vicioso entre la madre y los niños
que comienzan a tener problemas de disciplina. La madre trata de imponerse en forma poco
cariñosa; los niños se resisten; la madre se frustra y al padre no percibe o no es capaz de
actuar porque está ausente o permanece en su rol tradicional.
La cultura
En la cultura imperante en una economía de mercado cada vez más globalizada, donde
predomina el individualismo y la competitividad, se tiende a considerar al individuo como un
recurso, un medio, un consumidor. Las relaciones son de intercambio, no gratuitas, verticales
y, en general, autoritarias. En este ambiente, el ser humano es concebido en su dimensión más
concreta, es decir, como un ser que para su plenitud requiere satisfacer básicamente sus
necesidades materiales. Queda relegada así su dimensión altruista, su realización más
profunda la que depende de su capacidad para vivir en la aceptación del otro como legítimo
otro en la convivencia con él.
La mayor valoración que se hace del mundo exterior contribuye aún más al poco tiempo quese
le dedica a la familia. Todo lo que proporciona prestigio, status y es rentable, ocurre fuera del
hogar; y, como corolario, en él se da una mayor valoración a los hombres que a las mujeres. En
gran medida, el mundo exterior sigue siendo el mundo del varón. La mujer, al incorporarse a
él, no altera los valores imperantes y tiende más bien a adaptarse a ellos, desconociendo su
propia identidad.
Los medios de comunicación masiva. Otro elemento que amenaza un modo de convivencia
comunicativo y afectivo al interior de la familia lo constituye la influencia de los medios
masivos de comunicación, particularmente la televisión y el cine, cuyos programas retratan
vívidamente el uso de la violencia física y psicológica como medio natural de comunicación. Las
armas, las drogas, la violencia sexual son “fetichizadas”. A la familia hoy se le hace más difícil
contrarrestar este sistema de valores que se le cuela por la pantalla de su televisor, donde el
énfasis de las relaciones humanas está puesto en el temor, el poder, el éxito económico,
acompañadas muchas veces de relaciones sexuales desvinculadas del amor. La familia de
cualquier nivel social se ve psicológicamente presionada por la contradicción flagrante que se
da entre los valores humanistas que han pervivido en la tradición cultural de la sociedad
latinoamericana y aquéllos que emergen en la nueva cultura de la imagen.
Emergen de aquí algunas respuestas a la pregunta de por qué y cómo la familia no ha sido
capaz -en el proceso de separación entre familia y Estado- de convertirse en el centro de la
convivencia social y la educadora del amor, donde la valoración de cada persona, el respeto y
la integración de generaciones, la solidaridad, la confianza, la responsabilidad y el compromiso
deberían gestarse y desarrollarse.
Los desafíos de las políticas públicas frente a los cambios sociales de comienzos de
siglo
Veíamos en “Regreso a Casa” que las políticas públicas de salud, educación, seguridad social
son dirigidas a los individuos, no a la familia en tanto tal. Como el Estado no tiene ingerencia
en el ámbito privado, hay sólo una acción unidireccional del Estado hacia los miembros de la
familia, de manera tal que éste fija las condiciones “externas” en que se desarrolla la vida
familiar. La separación tan tajante entre las responsabilidades de un mundo y otro han
redundado, entre otras cosas, en la indefensión de las familias y miembros más vulnerables.
Surge así una profunda contradicción. Por un lado, la familia es concebida como el espacio
social donde las personas deben ser acogidas en toda su integridad. Pero la posibilidad de
lograrlo se dificulta por las razones que hemos visto y no se asume colectiva y sistémicamente
el apoyo que requeriría la familia para desarrollar ese papel.
Se desprende de aquí que una política familiar o políticas con “visión de familia” no pueden
prescindir de un enfoque integrador entre individuo y familia y familia e instituciones públicas.
No basta, por ejemplo, con querer cambiar las relaciones entre el hombre y la mujer si la
legislación, los medios de comunicación, la escuela, entre otros, no da posibilidades para ello.
Asimismo, el desarrollo de niños sanos física y emocionalmente requiere que la sociedad
posibilite que la familia no sólo acceda a los recursos materiales y a los servicios básicos para
una vida digna, sino que además le permita tener tiempo para convivir.
Es así, por ejemplo, como Montenegro (1992) establece que las depresiones y alteraciones en
la salud mental de las personas y de las familias están fuertemente influidas por factores que
vienen desde fuera del sistema, al mismo tiempo que las personas creen que el sufrimiento,
angustia o depresión de algunos miembros de la familia, o de la familia en su conjunto, se
deben a fallas personales.
El desafío que surge es cómo, a través de políticas públicas, se pueden volver a restablecer
formas armónicas de relación entre los espacios públicos y privados, donde se reconozcan
mutuas dependencias e intereses comunes, y donde se sienten las bases para la construcción
de sociedades abiertas, transparentes y democráticas además de eficientes.
El caso de Chile
Un rápido examen a ciertos programas sociales desarrollados en la última década en Chile da
cuenta de un cambio importante en la dirección de una mirada integral a la familia como
objeto y sujeto de políticas públicas.
Un Barrio para mi Familia está dirigido a los sectores de mayor pobreza priorizados por el
Gobierno y pretende ofrecer una alternativa a los programas tradicionales de “solución
habitacional”. El objetivo del programa se ha definido como: "Contribuir al proceso de
fortalecimiento de la vida en comunidad de las familias beneficiarias de una vivienda social".
Es decir, se busca que las nuevas familias propietarias reciban, junto con la vivienda, algunas
herramientas necesarias para poder insertarse de mejor forma en la nueva comunidad en
formación o integrarse a un barrio que ya existe. Así el programa incluye, por ejemplo, el
acceso a la red socio-asistencial (pública y privada) como los fondos concursables; asesorías y
capacitación en el mejoramiento y mantención de las viviendas y de los espacios de uso
común; y promoción de normas mínimas de convivencia comunitaria a través de nuevas
metodologías como la Mediación Comunitaria y el Trabajo en Redes.
El programa además tiene una visión dinámica de y apoya los procesos por los cuales pasa la
familia en su inserción a una nueva fórmula habitacional. Así divide su estrategia de
intervención en cuatro etapas:
El período previo al traslado hasta la entrega de la vivienda
El traslado (erradicación)
b. Programa “Puente”
El trabajo de cada familia con el Apoyo Familiar se da en seis ámbitos de calidad de vida:
identificación y registro civil, salud, educación, dinámica familiar, habitabilidad, trabajo e
ingresos. Se han definido 53 indicadores o condiciones que son considerados los umbrales
mínimos de satisfacción que el Programa Puente se propone alcanzar con cada una de las
familias participantes. A modo de ejemplo algunos de esas condiciones son: que todos los
miembros de la familia tengan cédula de identidad, que la familia esté inscrita en el Servicio de
Atención Primaria de Salud, que los niños y niñas de hasta 15 años asistan a algún
establecimiento escolar, que exista una distribución equitativa de las tareas del hogar, que
cada miembro de la familia tenga su cama con equipamiento básico y que las personas
desocupadas estén inscritas en la Oficina Municipal de Información Laboral.
Estos son a la vez los criterios de éxito de la intervención: se asume que una familia supera su
condición de extrema pobreza al dar cumplimiento a la totalidad de dichas condiciones.
La sociedad de redes
Los dos ejemplos que hemos descrito brevemente denotan un cambio importante de enfoque
en las políticas sociales dirigidas a la familia. Ya no sólo se busca una acción “integral” con
visión de familia y sus relaciones con el medio, en sí mismo un enfoque innovador y por el cual
abogábamos hasta ahora. Proponemos que el diseño de los programas como los que hemos
visto en Chile comienza a dar cuenta de la transformación que están experimentando las
relaciones sociales e institucionales en el siglo XXI la que podríamos denominar: desde una
sociedad de roles a una sociedad de redes.
Recordemos que la sociedad industrial se caracterizaba por principios de integración jerárquica
y centralizada de sus componentes. La división del trabajo basada en la especialización
funcional de los individuos y la supeditación a las reglas y los valores centrales que la inspiran
significan, entre otros efectos, el tratamiento del trabajador como individuo desprovisto de
familia o comunidad, la inhibición de la innovación, de la asunción de riesgos y de la
cooperación, y el sostenimiento de las organizaciones como un fin en sí mismo.
Si bien es cierto que la organización social basada en redes ha existido en otros tiempos, sobre
todo en sociedades rurales donde las redes suelen emerger espontáneamente alrededor del
mercado y el comercio, la búsqueda y el transporte del agua, las festividades religiosas u otras
actividades, el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación digital (TICs)
proporcionan las bases materiales para que las redes se expandan a la vida familiar, social y
económica.
Si se toma en consideración que entre 1998 y 2004 según CEPAL (2005) el número de
teléfonos fijos casi se duplicó (desde 53 a casi 93 millones), el de celulares aumentó en 8,5
veces (desde 20 a 172 millones) y el número de usuarios de Internet se multiplicó por 12
(desde 6 hasta 72 millones), es posible suponer una transformación vertiginosa de las
relaciones sociales y económicas.
Si a esto se le suman los esfuerzos crecientes por modernizar el Estado con la utilización de las
TICs y los programas para mejorar el acceso público a Internet y las capacidades para su uso
especialmente en establecimientos educacionales aun cuando la cobertura todavía es baja-,
sin duda estamos asistiendo al inicio de una redefinición de las políticas públicas hacia una
sociedad de redes con una articulación diferente del diseño y ejecución de políticas.
Las políticas de la familia no escaparán a esta tendencia y merece la pena ser examinadas en
detalle.
Bibliografía
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sociedad red”. Siglo Veintiuno Editores. CEPAL (2005), Políticas públicas para el desarrollo de
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IIE/2004/PI/H/1
IIPE-BUENOS AIRES
SEDE REGIONAL DEL
INSTITUTO INTERNACIONAL DE
PLANEAMIENTO DE LA EDUCACIÓN
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Notas sobre escuela y comunidad
5. El lector debe recordar que comunidad y sociedad son conceptos que no remiten
directamente a realidades compactas. En verdad debemos decir que ambas
características típicas están siempre están presentes en mayor o menor media en
toda relación social. Por lo tanto, ante una configuración social particular (un pueblo,
una ciudad, una unidad territorial determinada) es preciso determinar cuál es el peso
relativo que tiene una u otra forma para caracterizar al conjunto. De esta manera, la
comunidad y la sociedad serían como dos polos ideales que delimitan un campo
donde se sitúan las unidades sociales realmente existentes. Desde esta perspectiva
es posible observar que en las sociedades contemporáneas el componente afectivo (o
comunitario) está cada vez más presente incluso en sociedades jurídicamente
calificadas como anómimas creadas explícitamente para perseguir un interés
específico. Incluso una relación social de clientela, como el clientelismo político, si se
mantiene en el tiempo tiende a crear lazos de identificación afectiva que trasciende la
simple dimensión instrumental o el interés de alcanzar fines determinados.
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Notas sobre escuela y comunidad
9. ¿De qué manera se realiza esta apertura de la escuela? Para responder en parte
me propongo compartir con ustedes un esquema para distinguir distintas modalidades
de intervención de actores externos a la vida de la escuela. Quizás una revisión de las
distintas acepciones o dimensiones que tiene el concepto de participación puede
ayudarnos en esta tarea. Tengo la esperanza que esta conciencia y respeto por las
diferencias nos ayude a evitar el uso acrítico de este término políticamente correcto
pero muchas veces estéril en el plano estrictamente práctico.
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Notas sobre escuela y comunidad
actividad social o institucional cuando forma parte y por lo tanto interviene en los
procesos decisionales básicos que determinan su orientación y su rumbo. En este
caso participar tiene que ver con no sólo aportar recursos, sino decidir acerca de su
uso. Pero también quiere decir que se participar en el gobierno de una institución tanto
como elector o como representante y de esta manera contribuir a decidir el sentido, las
finalidades y objetivos que vale la pena perseguir. Llamamos política a esta dimensión,
porque tiene que ver con la construcción y el manejo del poder en las instituciones.
12. Mientras en la oferta tradicional "el Estado hace todo" y coloca a niños y familias
en situación de consumidor clásico, la Educación Comunitaria y los Programas
Compensatorios en casi todos los países de América Latina, y en especial en las
áreas rurales tiende a borrar las fronteras entre oferta y demanda escolar en lo que
respecta a la provisión de los insumos básicos de la escuela. Está pendiente hacer un
cálculo acerca del valor de la inversión que hacen las comunidades más pobres (en
las ciudades y sobre todo en las áreas rurales) para sostener la educación pública que
reciben sus hijos y compararla con la que hacen otros usuarios del sistema educativo
público. Podríamos decir que aquí estamos ante una situación de injusticia. Pero
también es cierto que, de no mediar cambios en las relaciones de poder entre los
grupos sociales, ésta es la única chance que tienen los más pobres para satisfacer las
necesidades básicas de aprendizaje de sus hijos.
12. Una segunda y última observación que quiero hacer tiene que ver con el carácter
individual o colectivo de la participación. En verdad esto tiene que ver con la respuesta
que se dé a la pregunta acerca de quiénes son los que participan. En la mayoría de los
casos la escuela tradicional tiende a privilegiar la relación individualizada con los
padres y madres de familia. Las relaciones familia-escuela tienden a desarrollarse
conforme a un modelo que tiene las siguientes características básicas: la participación
que más se favorece es de tipo individual, limitada en cuanto a su esfera, campo y
peso y tiende a manifestarse en una situación de poder asimétrica, donde la institución
escolar ejerce un papel dominante. Esta es la experiencia más frecuente en relación
con las tradicionales cooperadoras escolares.
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Notas sobre escuela y comunidad
El AGE busca "dar voz y voto" en la escuela a las instituciones que representan el
interés colectivo de las familias de una comunidad determinada mediante la asignación
a las mismas de un fondo financiero equivalente en el 2000 a aproximadamente 500
dólares por año. Estos recursos deben ser usados de la siguiente manera: 50% para
materiales didácticos y 50% para gastos de infraestructura (mantenimiento edilicio).
Los recursos se asignan a la Asociación de Padres de Familia, que por lo general se
constituye para tal efecto. La Asociación define, conjuntamente con las autoridades
escolares, el destino de los recursos y se hace responsable de rendir cuentas ante la
administración. Este programa contempla una capacitación a los padres de familia, a
cargo de los supervisores correspondientes.
Otro mecanismo, quizás más poderoso que el anterior es el programa RED (sistema
de reconocimiento al desempeño docente). Este delega a la Asociación de Padres de
Familia la facultad de ejercer un control sobre la asistencia del docente a la escuela.
Su certificación es una condición necesaria para que éste pueda gozar del estímulo
monetario establecido. El maestro rural firma un convenio con la comunidad mediante
el cual asume determinados compromisos que van más allá de la simple asistencia.
En especial, se obliga a realizar actividades de extensión a la comunidad (al menos
una vez por semana) y a prestar servicios de apoyo pedagógico a alumnos con
dificultades, fuera del horario escolar establecido. De esta manera, la comunidad de
alguna manera asume en sus manos funciones de gestión y control del trabajo
docente, que en el sistema urbano "normal" es una tarea asumida por personal
especializado (la supervisión escolar). Habría que ver en qué medida esta capacidad
asignada a la comunidad puede ser utilizado como recurso para incrementar su
influencia en aspectos sustantivos de los procesos escolares.
14. Por otro lado, la existencia misma de “la comunidad” como configuración social y
como unidad de pertenencia relativamente “no electiva” que provee una “identidad” a
las personas que habitan en un determinado territorio, es típica de los contextos de
vida rurales donde actúa el CONAFE. Sin embargo, las evidencias que pudimos reunir
indican que las capacidades que tienen las comunidades para participar en acciones
colectivas no es la misma en todos los contextos, sino que varía en función de
determinadas condiciones sociales, históricas y culturales específicas. Por lo tanto, la
participación real de las familias en programas educativos es siempre el resultado de
un encuentro entre las posibilidades y estímulos ofrecidos desde las políticas públicas
y las características sociales y culturales de las comunidades, las cuales son
extremadamente variables y diferenciadas.
15. Contra los usos y abusos de la participación puede ser útil tener en cuenta algunos
argumentos. El primero puede servir para responder a ciertas expectativas que se
expresan en fórmulas tales como, "tenemos que participar en todo", "todos tienen que
participar y similares. Esta demanda excesiva de participación es materialmente
imposible. En verdad, las democracias modernas funcionan en base al mecanismo de
la representación que organiza la participación en función de un mecanismo de
división del trabajo político. En verdad una sociedad sería ingobernable si todos
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Notas sobre escuela y comunidad
participáramos en todos los ámbitos de la vida política. Por otro lado, sería una
participación imposible. A esto se agrega que la participación, si quiere ser algo más
que una consigna vacía ( y políticamente correcta) tiene que tener en cuenta que
supone la existencia de determinadas condiciones sociales que no están siempre
presentes en todos los actores sociales tales como el recurso tiempo y los recursos
expresivos (para tomar parte en procesos decisionales sobre temas específicos por lo
menos se requiere información, conocimientos y competencias expresivas (muchas
veces se participa opinando, argumentando, razonando, etc.). Por lo general, quienes
son más convocados a "participar" son los grupos sociales más subordinados y por lo
tanto excluidos de estos recursos estratégicos, lo cual no deja de ser paradójico.
Cuando la participación
16. Por último también podrían hacerse algunas reflexiones críticas acerca de un
término que usamos en forma un tanto irreflexiva. Se dice que muchos programas de
desarrollo local, con su correspondiente componente participativa tiene por función
"empoderar" (por lo general traducimos incorrectamente empowerment por
empoderamiento e inventamos el verbo empoderar) a los grupos o comunidades
locales o a determinadas asociaciones que representan intereses locales específicos.
Sólo con fines polémicos me permito hacer formular una adevertencia: deberíamos
sospechar de toda política de empoderamiento.... cuando proviene del polo dominante
de una relación social. Sólo me permito recordar que la historia enseña que cualquier
modificación en el equilibrio de fuerzas, en cualquier campo social es siempre el
resultado de la lucha, es una conquista de los dominandos y nunca una concesión
graciosa de los dominantes. Lo mismo sucede cuando desde el poder se decide
"decretar" la "autonomía" de las instituciones educativas. En la mayoría de los casos,
esta nueva división del trabajo (que muchas veces adquiere las formas de la
descentralización) corresponde a los intereses de los dominantes y no a una demanda
de las instituciones (o de los territorios locales). También esta política es sospechosa,
en especial cuando la autonomía como "autorización" y como asignación de
competencias y responsabilidades no va acompañada de una cesión de recursos de
diverso tipo (financieros, tecnológicos, culturales, etc.). Autonomía sin recursos es
abandono cuando no un puro y simple engaño. Pero esto es harina de otro costal y
merecería otra discusión que no es posible desarrollar en esta ocasión.
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El Nivel Inicial en el Sistema Educativo Argentino - Año 2010
Iniciar un recorrido por la historia del Nivel Inicial argentino, implica bucear en su
razón de ser: la educación y cuidado de la primera infancia. Sabiendo que esta
presentación no deja de ser un recorte arbitrario es que esperamos sea una invitación a
seguir tejiendo los hilos del relato histórico de un nivel con el que la Historia de la
Educación tiene una deuda pendiente. Proponemos un encuentro con algunos hechos
significativos de la historiografía del Nivel a fin de enriquecerlos, situándolos en un
registro narrativo que ayude a descubrir a nuestros y nuestras antecesoras como sujetos
que lucharon por los ideales de la educación de la primera infancia, quizás persiguiendo
los mismos objetivos que nos convocan en el presente del siglo XXI, quizás tras otros
que en su época eran transgresores y hoy ya no lo serían. Pero, sabiendo que en todos
los casos, fueron protagonistas de luchas, debates, triunfos y derrotas de las que somos
herederos/as. Se trata ante todo de tramitar la herencia de saberes que dan sustento a las
prácticas de enseñanza, para afirmarlos, para cuestionarlos, con la única intención de
habilitar otros significados, de habilitar otros discursos. El gran desafío al que invita la
DPEI 2007, es el de poder generar nuevos conocimientos serviles a los sueños de
libertad de una sociedad de iguales.
En febrero de 1870, Juana Manso funda el primer jardín de infantes subvencionado por
el Estado en la Ciudad de Buenos Aires, en el que se introduce el método froebeliano.
Es esta mujer de fuertes convicciones, quien plantea a sus contemporáneos la
importancia de la educación mixta, de los jardines de infantes, del aprendizaje
placentero y el recreo. Juana era educadora, escritora; para la época, una revolucionaria,
una provocadora. Fue desprestigiada por la sociedad y sufrió acusaciones y
persecuciones de todo tipo. Sarmiento la apoyaba incondicionalmente y la alentaba a
seguir con su utopía.
En el Tomo IX de la revista Anales de la Educación Común (creada por Sarmiento en
1858 al frente de la Dirección de Escuelas de la provincia de Buenos Aires), se señala la
existencia de las tres Escuelas Jardines o Jardines de Infantes existentes: "Esta clase de
escuelas ponen la lectura y la escritura en último término porque, estamos hartos de
decirlo, son escuelas para disciplinar las facultades mentales y una vez desarrolladas
éstas, todo puede aprenderse. Lo esencial es encaminar y sostener la atención del niño
dando pábulo a aquella incesante curiosidad que lo instiga a investigar todo cuanto lo
rodea. Fortalecida la atención, por ella se despierta la observación, la distinción ya de
las formas, ya de los colores, de los pesos y dimensiones, de las sensaciones de
temperatura, de placer, de sabor y todo aquello que contribuye a despertar el
pensamiento y las altas facultades del raciocinio". Es en esta matriz fundacional del
Nivel donde podemos encontrar respuestas a muchos de los supuestos que organizan las
prácticas a lo largo de la historia.
La Ley 1420, de 1884, en el art. 11, establece la creación de "uno o más jardines de
infantes en las ciudades donde fuera posible dotarlos suficientemente", quedando de
esta manera en manos de las jurisdicciones la posibilidad y decisión de crearlos. Junto
con la Ley 1420, el Estado nacional impulsa la creación de jardines de infantes, anexos
a las escuelas normales formando parte de su Departamento de Aplicación. El primero
de ellos, fue el de la Escuela Normal de Paraná, creado en 1884 y cuya directora, Sara
Eccleston, fue una de las maestras traídas al país especialmente por Sarmiento desde
Estados Unidos. Con ella se inicia, en 1886, la formación, a través de un curso, para
maestras especializadas en kindergarten. La diferenciación en la formación de los/as
docentes que trabajan en el jardín de infantes es constitutiva del Nivel y su sustento
convertido en bastión de lucha en los distintos períodos históricos.
En la segunda década del siglo XX, con el advenimiento del gobierno de Yrigoyen
llegaron las influencias de la renovación pedagógica llamada Escuela Nueva. Se
caracterizaba por ser respetuosa de las diferencias, de los deseos de los alumnos/as,
atentos al aprendizaje en contacto con la naturaleza, capaces de estimular el placer por
el aprendizaje, por el arte y la libre expresión. Por ese entonces el jardín de infantes se
encontraba ante el reto de la inclusión de los niños/as provenientes de los sectores más
empobrecidos. Es en 1935 que se crea la "Asociación Pro-difusión del Kindergarten"
que de alguna manera es la que continúa la obra de la "Unión Froebeliana”, creada por
Eccleston en 1893.
La Ley Simini, de 1946 plantea la obligatoriedad del jardín de infantes desde los tres
hasta los cinco y organiza la Rama Inicial de la Provincia de Buenos Aires. Si bien esta
Ley es derogada y reemplazada por la Ley 5650, en 1951, pasando el preescolar a ser
voluntario; se crea la Inspección General de los jardines de infantes, siendo su primer
Inspector el Profesor Jaime Glattstein. De esta manera el Nivel es jerarquizado y
comienza a conformar su identidad en suelo bonaerense. Se crea a su vez la Ciudad
Infantil, la que de alguna manera materializa las distintas acciones que con pretensiones
de igualdad lleva adelante la Fundación Eva Perón. El discurso oficial pasa a ser "los
únicos privilegiados son los niños", enunciado que aún hoy no encuentra oposición, más
allá de las banderas políticas.
La circulación de algunos libros para los niños/as, la prohibición de otros, las canciones
que se podía escuchar y las que no, también daban cuenta de la época. Existen muchas
cuestiones que parte de la sociedad argentina hoy reconoce, que desconocía. Sin
embargo, casi todos los niños y niñas de esa época (al menos en las grandes ciudades),
tenían información acerca de las canciones que no se podían cantar en la calle o en el
colectivo. Estuvieron prohibidos, por dar algunos ejemplos El Principito , de Saint
Exupery; La torre de cubos , de Laura Devetach; Un elefante ocupa mucho espacio , de
Elsa Bornermann; las canciones de María Elena Walsh, y los textos pedagógicos por
ejemplo, de Duprat y Friztche.
Si bien el Nivel Inicial fue precisando a lo largo del tiempo su función dentro del
sistema educativo, define sus objetivos y explicita sus contenidos a través de los
Contenidos Básicos Comunes, recién a fines del Siglo XX con la Ley Federal de
Educación (1993). Cabe señalar que esta es la primera ley de educación de carácter
nacional, razón por la cual más allá de sus propuestas controvertidas tienen el mérito de
ser, como señala Adriana Puiggrós, la primera que organiza la educación argentina.
En el año 2005, la Ley 26061 deroga la Ley de Patronato de 1919, dejando atrás un
pasado en el que gran parte de la infancia era candidata a ser tutelada por el Estado ante
condiciones de "riesgo moral o material". De esta manera, se estigmatizaba a los niños
diferenciando a aquellos dignos de sus derechos de los "menores" excluidos, pobres,
con familias peligrosas, que los convertían a ellos también en sujetos peligrosos,
merecedores de caridad o de encierro para su protección, lo que los llevaba a la pronta
judicialización.
Referencias bibliográficas:
La Ley Federal de Educación legitima a la Educación Inicial como el primer nivel del Sistema
Educativo Nacional con identidad propia, estableciendo además la obligatoriedad para el
último año (sección de 5 años), respondiendo de este modo a un criterio para la equidad y
democratización educativa.
Comprende dos ciclos: 'primer ciclo. constituido por el Jardín Maternal, que se ocupa de la
educación de los niños y las niñas desde los 45 días a los 3 años; el Segundo ciclo comprendido
por el Jardín de Infantes, que brinda educación a niñas y niños de 3 a 5 años inclusive'.
Por otra parte, este nivel permite la detección precoz de dificultades de diverso orden que
pueden alterar el desarrollo de los niños y las niñas y su incidencia en el aprendizaje escolar. e
iniciar las acciones pertinentes para disminuir su impacto.
Este nivel cumple objetivos propios y específicos que le confieren su identidad, y otros a través
de los cuales asume una función propedéutica. Por un lado, garantiza el derecho de la niña y el
niño a la socialización, el conocimiento, la creatividad, promoviendo situaciones de aprendizaje
sistemático de saberes vinculados a su entorno social y cotidiano acordes a su edad,
favoreciendo la formación de competencias en relación con el conocimiento y sus formas de
producción, en relación con los otros y en relación consigo mismo. Esto aporta a la
construcción progresiva de la autonomía social e intelectual.
Por el otro lado se articula con el primer ciclo de la EGB para garantizar la continuidad en la
construcción de ciertos conocimientos básicos que requieren aprendizajes sistemáticos.
Para el cumplimiento de los dos tipos de objetivos, el Nivel Inicial privilegiará la formación de
competencias transversales relativas al dominio de la lengua y de la matemática.
El Nivel Inicial apuntará también a formar niños y niñas que puedan construir y explorar
creativamente sus formas de expresión y comunicación; a favorecer el desarrollo de una
adecuada capacidad motora, la formación física y la adquisición de destrezas y habilidades
propias de la edad; y a propiciar aprendizajes vinculados con la convivencia grupal, la
solidaridad y cooperación y el cuidado del ambiente.