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Nathan Verhelst, el transexual con

"angustia extrema" que optó por la


eutanasia
No quería ser un monstruo. Esa fue la razón que llevó
a Nathan Verhelst, un transexual de 44 años nacido
como Nancy, a solicitar que los médicos le quitaran la
vida en Bélgica, por no haber podido cristalizar su
deseo de cambiar de sexo a pesar de haberse
sometido a dos operaciones de reconstrucción de sus
genitales.
Y eso fue lo que le concedió un juez, bajo el
argumento de "un sufrimiento físico insoportable",
amparado en la legislación que permite la eutanasia
en ese país.
La inyección letal se le administró el 30 de septiembre
pasado.
Hacía más de un año que la había solicitado. Aunque
los detalles son escasos -en parte debido a los
acuerdos de confidencialidad entre doctores y pacientes- el origen de tal sufrimiento
fueron los profundos efectos físicos y psicológicos que le dejaron las cirugías, según
conoció BBC Mundo.
Sin embargo, es la primera vez que se aplica en el caso de una persona transexual por los efectos
derivados de intervenciones quirúrgicas para obtener una nueva identidad sexual, según le dijo a
BBC Mundo Jacqueline Herremans, miembro del Comité Federal de Evaluación y Control de
Eutanasia de Bélgica.

La historia
Nathan Verhelst había nacido mujer en un hogar con otros dos hermanos varones, en la
pequeña ciudad de Sint-Niklaas de la región flamenca de Bélgica.
En 2009 comenzó su terapia hormonal para el cambio de sexo y finalmente se sometió a
dos cirugías en 2012: una mastectomía y una reconstrucción genital para tener un pene.
En una entrevista que Verhelst concedió al periódico belga Het Laatste
Nieuwshoras antes de morir, dijo que se sentía "asqueado" con los cambios en su cuerpo,
que lo hacían sentirse un "monstruo".
Contó, además, que nació como "la niña a la que nadie quería", que sus hermanos fueron
bien aceptados por su madre, pero que a Nancy solo "la toleraba" y la hacía dormir en un
cuarto de almacenaje sobre el garaje de su casa.
Tras la eutanasia, la madre de Verhelst, que no fue identificada con su nombre, dijo al
mismo diario que el nacimiento de Nancy como niña la decepcionó. "Era tan fea…Tuve
un parto fantasma. Su muerte no me molesta. No siento tristeza, ni dudas ni
remordimiento. Nunca tuvimos un vínculo".
Citado por el diario británico The Telegraph, el médico a quien se atribuye haber
ejecutado la eutanasia, Wim Distelmans, explicó que "el insoportable e incurable
sufrimiento" llevó a su paciente a hacer esta elección.
"Para la eutanasia, un sufrimiento insoportable puede ser físico y psicológico. Este caso
claramente cumplía con las condiciones que exige la ley. Nathan se sometió a tratamiento
psicológico por seis meses", señaló.
Distelmans no respondió a la solicitud de una entrevista con BBC Mundo. En su despacho
comentaron que no estaba disponible para dar más contestación a "los numerosos
mensajes y llamadas que ha recibido".
Jacqueline Herremans, del Comité Federal de Evaluación y Control de la Eutanasia de
Bélgica, le dijo a BBC Mundo que la noticia del caso Verhelst la tomó por sorpresa. Por
mandato legal, para que la eutanasia sea aplicable en Bélgica, debe haber una
enfermedad o una condición que produzca un daño físico o mental, explicó.
Herremans decidió averiguar de primera mano con el propio Distelmans, y supo por el
médico que las operaciones de cambio de sexo habían dejado también a Nathan
secuelas físicas que impedían a su cuerpo cumplir funciones fisiológicas básicas.
"La cirugía (de reconstrucción de los genitales) fue un desastre y afectó funciones vitales.
Su calidad de vida mermó considerablemente. Se trata de una operación muy delicada
con la que tienes que ser muy preciso, o puede ser más dañina que beneficiosa", comentó
con cautela a BBC Mundo.
Según el procedimiento, una vez que el médico aceptó aplicar la eutansia, debió consultar
la opinión de un segundo médico y, dado que la muerte no se daría inmediatamente,
también la de un tercero.
El segundo y el tercero son psiquiatras, según Herremans.
El caso de Tine Nys

Los médicos de la muerte de Bélgica

Maravilla de las maravillas: en Bélgica, tres


médicos acusados de eutanasia
ilegal han sido llevados a juicio. Después
de que Tine Nys, de 38 años de edad,
recibiera la inyección letal, miembros de su
familia denunciaron a los médicos, uno de
ellos psiquiatra, ante las autoridades.
Afirman que la inyección letal administrada
a Tine violaba las directrices establecidas
por la ley belga sobre la eutanasia, y que
los médicos, supuestamente, deben
respetar.

Sus acusaciones son inquietantes. A Nys le habían diagnosticado autismo


unos meses antes de su muerte. Cuando era más joven sufría de trastorno
depresivo e intentó suicidarse. Pero los miembros de su familia han
informado de que durante años no necesitó tratamiento, y que el motivo por
el que deseaba morir era el final de una relación sentimental. Los cuerpos
de seguridad están de acuerdo en que Nys no sufría un trastorno "serio e
incurable", que es lo que se exige para que un paciente sea legalmente
idóneo para la eutanasia.

Tine Nys pidió morir, pero no padecía ninguna enfermedad o circunstancia


de las previstas en la ley. Sin embargo, la mataron, y su familia ha
conseguido llegar a los tribunales lo que considera un asesinato.

Según los medios de comunicación, este caso demuestra que Bélgica es


seria cuando se trata de mantener los límites estrictos de la eutanasia. Pero
"estrictos" y "límites" es un oxímoron conceptual cuando se trata de los
médicos belgas matando a sus pacientes. Debería ser motivo de alarma
que este sea uno de los pocos casos que se llevan a juicio para
responsabilizar a los médicos, cuando hay tantos otros, igual de atroces,
que han sido obviados por las autoridades, que no han tomado ningún
tipo de medida criminal o administrativa.

La eutanasia se legalizó en Bélgica en 2002, entre las habituales y


despreocupadas garantías de que unos límites sólidos prevendrían del
abuso. Promesas que han demostrado ser falsas. Desde que la ley entró en
vigor, los médicos no sólo han acabado con la vida de pacientes físicamente
enfermos, sino también con la vida de personas con discapacidad, de
ancianos sin esperanza y de enfermos mentales. Se ha practicado la
eutanasia incluso a niños de nueve años. Los cuerpos de los enfermos
mentales y de las personas con discapacidad física progresiva han sido
utilizados para recolectar órganos. Muchos de los que han sido asesinados
podrían haber vivido años si no hubieran recibido la eutanasia. Se han
denunciado casos de abuso a los medios de comunicación y a las
autoridades belgas responsables de vigilar sobre los casos de eutanasia,
pero ninguno ha sido llevado a juicio
En Bélgica practicaron eutanasia a una joven
de 23 años por sufrimiento psíquico
irreparable

Una joven que


sobrevivió a
los atentados
terroristas en el
aeropuerto de Bruselas
en marzo de 2016
murió tras solicitar que
le apliquen la eutanasia.

El caso reción se hizo


público días atrás
y causó gran
controversia por tratarse de una persona tan joven que no padecía ninguna
patología física. Expertos apuntaron que el entorno médico de la joven debió ofrecerle
otras opciones antes de la eutanasia.

Shanti De Corte, de 23 años, sufría de depresión severa y trastorno de estrés


postraumático tras el atentado del ISIS en 2016 que mató a 32 personas e hirió a más
de 300.

La joven, que en ese entonces tenía 17 años, se encontraba en la sala de salidas del
aeropuerto belga de Zaventem el 22 de marzo de 2016 con sus compañeros de colegio
para viajar a Italia cuando los terroristas detonaron una bomba. Logró escapar de la
explosión, a la que siguieron otras dos detonaciones.

Pese a haber sobrevivido y a salir físicamente ilesa, Shanti sufrió constantes ataques
de pánico y síntomas de depresión por las consecuencias psicológicas del episodio.

Fue internada en un hospital psiquiátrico en su ciudad natal, Amberes, para comenzar


una rehabilitación mediante medicamentos antidepresivos. Sin embargo, intentó
suicidarse en dos ocasiones, en 2018 y 2020.

Su madre, Marielle, describió el dolor de su hija al medio belga VRT: “Ese día (el de los
atentados) la destrozó de verdad, nunca se sintió segura después de aquello. No
quería ir a ningún sitio donde hubiera otras personas, por miedo. También tenía
frecuentes ataques de pánico y nunca se libró de ellos”, precisó.

Shanti detalló sus experiencias después del atentado en las redes sociales y habló con
franqueza sobre sus luchas de salud mental. “Tomo algunos medicamentos en el
desayuno. Y hasta 11 antidepresivos al día. No podría vivir sin ellos. Con todos los
medicamentos que tomo, me siento como un fantasma que ya no puede sentir nada.
Quizá haya otras soluciones además de los medicamentos”, escribió.

“Hay algunos estudiantes que reaccionan peor que otros a los acontecimientos
traumáticos. Y después de haberla entrevistado dos veces, puedo decir que Shanti De
Corte era una de esas estudiantes frágiles”, dijo su psicóloga escolar en declaraciones
a RTBF.

Shanti pidió la eutanasia por “sufrimiento psiquiátrico insoportable”.

La eutanasia se define como la práctica de acabar intencionalmente con la vida de una


persona para aliviar su dolor y sufrimiento. Es legal en Bélgica para una persona que se
encuentra en “una condición médicamente inútil de sufrimiento físico o mental constante
e insoportable que no puede ser aliviado, resultante de un trastorno grave e incurable
causado por una enfermedad o accidente”.

La solicitud formal para que se le practicara la eutanasia fue aprobada a principios de


este año por dos psiquiatras, según la RTBF.

La fiscalía de Amberes inició una investigación tras recibir quejas de un neurólogo


del hospital clínico académico UZC Brugman de Bruselas, pero finalmente
desestimó el caso.

El juicio por los atentados en Bruselas se reanudará el 30 de noviembre

El juicio contra los acusados de los atentados yihadistas de Bruselas en 2016 se


reanudará el 30 de noviembre, informó un tribunal belga tras haber sido postergado para
reemplazar los controvertidos cubículos transparentes de los procesados.

Los abogados de defensa alegaron que no podían consultar libremente con sus clientes
y pidieron que se retiraran los cubículos blindados. Un juez lo autorizó, al considerar que
vulneraban el derecho a un juicio justo y el derecho europeo.
Entre los nueve yihadistas acusados por los ataques de marzo de 2016 en la capital belga
se encuentra el francés Salah Abdeslam, y un décimo, presuntamente muerto en Siria,
será procesado en ausencia

Así quedó una sala del aeropuerto de Bruselas tras los atentados (Reuters)
El 22 de marzo de 2016 dos yihadistas se inmolaron con explosivos en el aeropuerto de
Zaventem y un tercero lo hizo en una estación del tren subterráneo de la capital belga,
en ataques coordinados que dejaron 32 personas muertas y 340 heridos.

Los ataques fueron organizados por la misma célula (que revindicó los atentados a
nombre del grupo Estado Islámico) responsable por los atentados en París en
noviembre de 2015, que provocaron la muerte a más de 130 personas.

https://www.infobae.com/america/mundo/2022/10/08/en-belgica-practicaron-eutanasia-
a-una-joven-de-23-anos-por-sufrimiento-psiquico-irreparable/

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