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La historia
Nathan Verhelst había nacido mujer en un hogar con otros dos hermanos varones, en la
pequeña ciudad de Sint-Niklaas de la región flamenca de Bélgica.
En 2009 comenzó su terapia hormonal para el cambio de sexo y finalmente se sometió a
dos cirugías en 2012: una mastectomía y una reconstrucción genital para tener un pene.
En una entrevista que Verhelst concedió al periódico belga Het Laatste
Nieuwshoras antes de morir, dijo que se sentía "asqueado" con los cambios en su cuerpo,
que lo hacían sentirse un "monstruo".
Contó, además, que nació como "la niña a la que nadie quería", que sus hermanos fueron
bien aceptados por su madre, pero que a Nancy solo "la toleraba" y la hacía dormir en un
cuarto de almacenaje sobre el garaje de su casa.
Tras la eutanasia, la madre de Verhelst, que no fue identificada con su nombre, dijo al
mismo diario que el nacimiento de Nancy como niña la decepcionó. "Era tan fea…Tuve
un parto fantasma. Su muerte no me molesta. No siento tristeza, ni dudas ni
remordimiento. Nunca tuvimos un vínculo".
Citado por el diario británico The Telegraph, el médico a quien se atribuye haber
ejecutado la eutanasia, Wim Distelmans, explicó que "el insoportable e incurable
sufrimiento" llevó a su paciente a hacer esta elección.
"Para la eutanasia, un sufrimiento insoportable puede ser físico y psicológico. Este caso
claramente cumplía con las condiciones que exige la ley. Nathan se sometió a tratamiento
psicológico por seis meses", señaló.
Distelmans no respondió a la solicitud de una entrevista con BBC Mundo. En su despacho
comentaron que no estaba disponible para dar más contestación a "los numerosos
mensajes y llamadas que ha recibido".
Jacqueline Herremans, del Comité Federal de Evaluación y Control de la Eutanasia de
Bélgica, le dijo a BBC Mundo que la noticia del caso Verhelst la tomó por sorpresa. Por
mandato legal, para que la eutanasia sea aplicable en Bélgica, debe haber una
enfermedad o una condición que produzca un daño físico o mental, explicó.
Herremans decidió averiguar de primera mano con el propio Distelmans, y supo por el
médico que las operaciones de cambio de sexo habían dejado también a Nathan
secuelas físicas que impedían a su cuerpo cumplir funciones fisiológicas básicas.
"La cirugía (de reconstrucción de los genitales) fue un desastre y afectó funciones vitales.
Su calidad de vida mermó considerablemente. Se trata de una operación muy delicada
con la que tienes que ser muy preciso, o puede ser más dañina que beneficiosa", comentó
con cautela a BBC Mundo.
Según el procedimiento, una vez que el médico aceptó aplicar la eutansia, debió consultar
la opinión de un segundo médico y, dado que la muerte no se daría inmediatamente,
también la de un tercero.
El segundo y el tercero son psiquiatras, según Herremans.
El caso de Tine Nys
La joven, que en ese entonces tenía 17 años, se encontraba en la sala de salidas del
aeropuerto belga de Zaventem el 22 de marzo de 2016 con sus compañeros de colegio
para viajar a Italia cuando los terroristas detonaron una bomba. Logró escapar de la
explosión, a la que siguieron otras dos detonaciones.
Pese a haber sobrevivido y a salir físicamente ilesa, Shanti sufrió constantes ataques
de pánico y síntomas de depresión por las consecuencias psicológicas del episodio.
Su madre, Marielle, describió el dolor de su hija al medio belga VRT: “Ese día (el de los
atentados) la destrozó de verdad, nunca se sintió segura después de aquello. No
quería ir a ningún sitio donde hubiera otras personas, por miedo. También tenía
frecuentes ataques de pánico y nunca se libró de ellos”, precisó.
Shanti detalló sus experiencias después del atentado en las redes sociales y habló con
franqueza sobre sus luchas de salud mental. “Tomo algunos medicamentos en el
desayuno. Y hasta 11 antidepresivos al día. No podría vivir sin ellos. Con todos los
medicamentos que tomo, me siento como un fantasma que ya no puede sentir nada.
Quizá haya otras soluciones además de los medicamentos”, escribió.
“Hay algunos estudiantes que reaccionan peor que otros a los acontecimientos
traumáticos. Y después de haberla entrevistado dos veces, puedo decir que Shanti De
Corte era una de esas estudiantes frágiles”, dijo su psicóloga escolar en declaraciones
a RTBF.
Los abogados de defensa alegaron que no podían consultar libremente con sus clientes
y pidieron que se retiraran los cubículos blindados. Un juez lo autorizó, al considerar que
vulneraban el derecho a un juicio justo y el derecho europeo.
Entre los nueve yihadistas acusados por los ataques de marzo de 2016 en la capital belga
se encuentra el francés Salah Abdeslam, y un décimo, presuntamente muerto en Siria,
será procesado en ausencia
Así quedó una sala del aeropuerto de Bruselas tras los atentados (Reuters)
El 22 de marzo de 2016 dos yihadistas se inmolaron con explosivos en el aeropuerto de
Zaventem y un tercero lo hizo en una estación del tren subterráneo de la capital belga,
en ataques coordinados que dejaron 32 personas muertas y 340 heridos.
Los ataques fueron organizados por la misma célula (que revindicó los atentados a
nombre del grupo Estado Islámico) responsable por los atentados en París en
noviembre de 2015, que provocaron la muerte a más de 130 personas.
https://www.infobae.com/america/mundo/2022/10/08/en-belgica-practicaron-eutanasia-
a-una-joven-de-23-anos-por-sufrimiento-psiquico-irreparable/