Está en la página 1de 4

“PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIO CAMINO DE SEVILLA”

A Margarita Xirgu

Antonio Torres Heredia,


hijo y nieto de Camborios,
con una vara de mimbre
va a Sevilla a ver los toros.
Moreno de verde luna
anda despacio y garboso.
Sus empavonados bucles
le brillan entre los ojos.

A la mitad del camino


cortó limones redondos,
y los fue tirando al agua
hasta que la puso de oro.
Y a la mitad del camino,
bajo las ramas de un olmo,
guardia civil caminera
lo llevó codo con codo.

El día se va despacio,
la tarde colgada a un hombro,
dando una larga torera
sobre el mar y los arroyos.
Las aceitunas aguardan
la noche de Capricornio,
y una corta brisa, ecuestre,
salta los montes de plomo.
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
viene sin vara de mimbre
entre los cinco tricornios.

Antonio, ¿quién eres tú ?


Si te llamaras Camborio,
hubieras hecho una fuente
de sangre con cinco chorros.
Ni tú eres hijo de nadie,
ni legítimo Camborio.
¡Se acabaron los gitanos
que iban por el monte solos!
Está n los viejos cuchillos
tiritando bajo el polvo.

A las nueve de la noche


lo llevan al calabozo,
mientras los guardias civiles
beben limonada todos.
Y a las nueve de la noche
le cierran el calabozo,
mientras el cielo reluce
como la grupa de un potro.

https://youtu.be/1EnOIH4lhSA

Este poema pertenece a las primera etapa de la poesía de García Lorca, que abarca desde
1916 a 1928, con obras tan importantes como, El Poema de cante jondo (1921), Canciones ( 1924) o
el Romancero gitano (1928). La segunda de sus etapas se desarrollará entre 1928 y 1936 ( añ o en el
que fue fusilado) y deja poemarios de gran calado y relevancia como Poeta en Nueva York o el Llanto
por Ignacio Sánchez Mejías.
El prendimiento de Antoñ ito el Camborio se incluye en el Romancero Gitano, publicado en
1928 y es la principal obra de esta etapa. En ella confluyen la tradició n y la innovació n, lo culto y lo
popular, a través del gitano que queda mitificado. Formalmente utiliza el romance y combina el
aspecto narrativo, el dramá tico y el lírico con metá foras visionarias en los que se contraponen la
realidad e irrealidad, la sentimentalidad y están marcadas por el colorismo y la musicalidad. Sus
romances tienen como precedentes a los romances épico narrativos de autores romá nticos como
Zorrilla o el Duque de Rivas, pero él hace que el hilo narrativo se diluya y las escenas se carguen de
gran lirismo. García Lorca recupera esta figura del gitano para convertirlo en un símbolo de
elementos antagó nicos: la libertad frente a la coacció n, y lo rodea de la presencia omnipresente de
la muerte, de distintos có digos raciales, etc.
Los temas recurrentes son la libertad, el amor, el sueñ o, la violencia y la muerte y así lo
refleja a través de personajes como, las persecuciones de la Guardia Civil, el contrabandista del
Romance del sonámbulo o como en este caso con la figura de Antoñ ito el Camborio.
El libro reivindica la tradició n popular pero también tiene rasgos de la tradició n culta
como el hermetismo y complejidad de imá genes de Gó ngora, o temas de Lope y Cervantes. Estamos
en una etapa neopopularista pero marcada por una metá fora de rasgos vanguardistas, de ahí el
ambiente onírico que vertebra el poemario.
La composició n del poema es un romance, es decir, sus versos son octosílabos y riman en
asonante los pares, quedando libres los impares. La rima se repite a lo largo de todo el poema o-o.
La estructura formal de esta composició n entronca la poesía de Lorca con el neopopularismo ya que
el poeta hace uso del molde del romance ( propio de la lírica popular ya desde el siglo XV) y lo
reinventa a través de su leguaje. Si bien es cierto que gran parte de los romances apuntan un
cará cter narrativo, Lorca fragmenta la linealidad de esa narració n.
El poema comienza con la descripció n del personaje principal en sus ocho primeros versos:
“Antonio Torres Heredia/ hijo y nieto de Camborios”, por lo que queda remarcado el linaje
ancestral y mítico del gitano, de alguna manera su sangre le avala. La vara de mimbre se presentará
como un símbolo de poder y de su cará cter, ese poder que le será arrebatado versos má s tarde
cuando la Guardia Civil le aprese. Físicamente Antoñ ito es gallardo, “Moreno de verde luna”,
metá fora utilizada por Lorca para resaltar el tono brillante de su piel, siendo el verde un símbolo de
la naturaleza que rodea la escena, los olivos de Andalucía, pero también predice esa muerte
inminente que se materializará en La muerte de Antoñito el Camborio. Su cabello, rizado que cae
sobre su cara también ayuda a concretar a ese hombre de porte incluso chulesco.
A partir del verso nueve comienza la secuencia narrativa. Antonio va de camino a Sevilla a
una tarde de toros y corta limones por el camino, que va echando al agua de un río, hasta que para a
descansar bajo un olmo y es allí donde se encuentra con la Guardia Civil. Lorca ubica esa escena en
el atardecer del día de enero, que sabemos por la menció n a “la noche de Capricornio” y es entonces
cuando los tricornios, metonimia utilizada para describir a los Guardias Civiles que lo apresan, lo
encuentran “ viene ya sin vara de mimbre/entre los cinco tricornios”, por lo tanto ha perdido su
poder.
En la cuarta estrofa, verso 29, comienza un diá logo retó rico, ya que los guardias le
preguntan pero no tienen ninguna intenció n de escucharlo, ellos ya lo han prendido y juzgado, por
el simple hecho de ser gitano “ Antonio, ¿quién eres tú ?”, y ellos mismo se contestan, agrediéndolo y
humillá ndolo ya que cuestionan su origen, su sangre, “ Si te llamaras Camborio/hubieras hecho una
fuente de sangre con cinco chorros”, por tanto lo deslegitiman “ ni tú eres hijo de nadie/ni legítimo
Camborio” y de alguna manera Antoñ ito se convierte en un símbolo por sí mismo, representa la
injusticia, la coacció n, el triunfo á rido del poder institucionalizado. En los versos 35 y 36 esa voz
tajante anuncia entre exclamaciones que Antonio solo es un símbolo del pueblo gitano con el que
quieren acabar “Se acabaron los gitanos/que iban por el monte solos”
En la ú ltima estrofa el eje temporal es concreto “ A las nueve de la noche”, cuando ya todo el
proceso se ha materializado y el protagonista no tiene escapatoria, “ lo llevan al calabozo” “
mientras los guardias civiles/beben limonada todos”. En este ú ltimo verso el poeta hace referencia
a los limones que Antonio había tirado al río el principio de la secuencia narrativa, pero de alguna
manera también quiere resaltar la falta de sensibilidad de los opresores. El poema finaliza con una
imagen onírica “ le cierran el calabozo/mientras el cielo reluce/como la grupa de un potro”, la
soledad es engullida por esa noche que presagia la muerte pero que deja el proceso de lo relatado
inconcluso.
En cuanto a las figuras retó ricas que hilvanan el poema observamos la metá fora visionaria,
propia de la vanguardia, como eje vertebrador, que ya hemos ido comentado a lo largo de nuestro
comentario. Pero también apreciamos la presencia de personificaciones como “ Está n los viejos
cuchillos/tiritando bajo el polvo”, “el día se va despacio, la tarde colgada al hombro/dando una
larga torera”. En este ú ltimo ejemplo encontramos có mo Lorca vuelve a dotar a la naturaleza de
vida propia, no solo como paisaje, sino como agente y có mplice de la acció n, siendo este un rasgo de
este poemario, ademá s de construir una imagen taurina como fondo de esta escena.
Gramaticalmente observamos versos anafó ricos como “ A las nueve de la noche “ ( vs39/43). El
encabalgamiento construye la mayoría de las estrofas, abundando las secuencias de cuatro versos.
Con este recurso el poema queda dotado de mayor ritmo e intensidad. Y sobre todo el poema viene
marcado por una muerte que no ha ocurrido pero que parece inminente e inevitable.

También podría gustarte