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una renovación del mundo cultural gracias a lo que sería la llegada del Humanismo en la época del
Renacimiento; este periodo fue la transición entre la mentalidad medieval y el anuncio de un
espíritu renacentista.
Dante Alighieri, cuyo nombre real era Durante di Alighiero degli Alighieri, también llamado «el
Poeta Supremo» (en italiano «il Sommo Poeta»), nació en Florencia, Italia, en el año de 1265.
Dante tenía formación en literatura, filosofía, astrología, historia, teología, ética y política, y su
libro más famoso es el de la Divina Comedia, considerada una obra maestra de la literatura
italiana y uno de los textos cumbres de la literatura universal.
Aproximadamente en el año 1307, empezó Dante a componer la Commedia, más tarde calificada
por Giovanni Boccaccio como Divina, para llamarse entonces la Divina Comedia. Dante la llamó
también poema sacro, como alusión al peregrinaje por el “otro mundo” que se describe en el texto:
es el viaje de las tinieblas a la luz.
El poema está escrito en primera persona y narra la historia de un hombre (el mismo Dante) al
cual se le permite viajar al Paraíso, pero antes debe pasar por el Infierno y el Purgatorio.
Cuenta en este viaje con dos guías: Virgilio, en primera instancia, y después Beatriz. Estos tres son
pues los personajes principales del poema: Dante como autor y protagonista, personifica la
humanidad y la caída ante el pecado; Virgilio -poeta que Dante admiraba y autor de la Eneida-
representa la razón y es quien guía a Dante por el infierno y el Purgatorio; y Beatriz, el amor del
poeta, personifica la fe y la pureza, por lo que será quien le guie por el Paraíso.
La Divina Comedia sigue el camino desde el centro de la Tierra, donde se halla Lucifer, hasta el
dominio de Dios. El tema de la obra es el recorrido del poeta a través del más allá. En su obra se
encuentra gran capacidad para describir el infierno, los círculos, los sufrimientos y los pecadores
La primera parte de la Divina comedia es el infierno. Dante y Virgilio pasan primero donde se
encuentran los cobardes, a los que el escritor tilda de inútiles. Al llegar al río Aqueronte, los poetas
se encuentran al barquero infernal, Caronte, que lleva las almas hasta la puerta del infierno. Sobre
la puerta se lee la siguiente inscripción: ¡Oh, vosotros los que entráis, abandonad toda
esperanza! El infierno está estructurado por nueve círculos, donde los condenados se encuentran
distribuidos según sus culpas.
El paraíso
El paraíso de la Divina comedia está estructurado en nueve esferas, y las almas están distribuidas
según la gracia alcanzada. Virgilio y Dante se separan. El poeta inicia con Beatriz el viaje hacia el
empíreo, donde Dios habita.
Primera esfera, la Luna (espíritus que quebrantaron el voto de castidad)
La primera esfera es la Luna, cuyas manchas representan a aquellos que faltaron a los votos de
castidad. Beatriz explica el valor de los votos ante Dios y qué puede hacer el alma para compensar
su falta. Inicia el camino al segundo cielo donde, al llegar, lo alcanzan varios espíritus activos y
benéficos.
Segunda esfera, Mercurio (espíritus activos y benéficos)
El espíritu del emperador Justiniano le informa a Dante que en Mercurio están aquellos que
dejaron grandes obras de acción o pensamiento para la posteridad. El poeta pregunta por qué
Cristo decidió el destino de la cruz como salvación. Beatriz le expone la doctrina de la inmortalidad
del alma y la resurrección.
Tercera esfera, Venus (espíritus amantes)
La esfera tercera es Venus, destino de los amantes que lograron dominar su pasión. El poeta se
encuentra a Carlos Martel, heredero del trono húngaro, quien expone dos casos contrarios en su
propia familia. Luego, Fulco de Marsella que señala los pecados de Florencia, especialmente la
avaricia del clero.
Cuarta esfera, el Sol (doctores en filosofía y teología)
La cuarta esfera es el Sol, donde se encuentran los doctores en teología y filosofía. Ante las dudas
que Dante manifiesta, los sabios responden y enseñan. Santo Tomás de Aquino aclara la
superioridad de Adán y de Jesucristo respecto a la sabiduría de Salomón. Le habla también de san
Francisco de Asís. San Buenaventura elogia a Santo Domingo.
Quinta esfera, Marte (mártires)
La quinta esfera es Marte. Está dedicada a los mártires de la cristiandad, tomados como guerreros
de la fe. Las almas de los mártires son luces que se aglomeran formando una cruz. Beatriz elogia a
los caídos en las cruzadas, y Dante se encuentra con su antepasado Cacciaguida, quien fue
cruzado. Este predice el exilio de Dante.
Sexta esfera, Júpiter (gobernantes justos)
Es la esfera dedicada a los buenos gobernantes, donde Júpiter funciona como alegoría (como dios
de los dioses griegos). Allí, Dante se encuentra con los grandes jerarcas de la historia considerados
justos, como Trajano, de quien una leyenda dice haberse convertido al cristianismo.
Séptima esfera, Saturno (espíritus contemplativos)
Saturno, la séptima esfera, es donde reposan los que hicieron vida contemplativa en la tierra. Allí
conversan Dante y San Damián sobre la doctrina de la predestinación, el monacato y los malos
religiosos. San Benedicto le expresa también su decepción frente al destino de su orden. Dante y
Beatriz inician el paso a la octava esfera.
Octava esfera, estrellas (espíritus triunfantes)
La octava esfera corresponde a las estrellas de la constelación de géminis, que simbolizan a la
Iglesia militante. Allí, aparecen Jesucristo y la Virgen María, a cuya coronación asiste. Beatriz pide
para Dante el don del entendimiento. San Pedro lo interroga sobre la fe; Santiago, sobre la
esperanza, y San Juan evangelista sobre el amor. Dante sale victorioso.
Novena esfera, cristalino (jerarquías angélicas)
El poeta atisba la luz de Dios, rodeado por nueve anillos de cortes celestiales. Beatriz le explica a
Dante la correspondencia entre la creación y el mundo celeste, y son descritos los ángeles
siguiendo las enseñanzas de San Dionisio.
El Empíreo (Dios, ángeles y beatos)
Dante asciende, finalmente, al empíreo, un lugar más allá del mundo físico conocido, la verdadera
morada de Dios. El poeta es envuelto en la luz y Beatriz se revestida de inusual belleza. Dante
distingue una gran rosa mística, símbolo del amor divino, en la que las almas santas hallan su
trono. Beatriz obtiene su lugar junto a Raquel. Dante será conducido en su tramo final por San
Bernardo. La Santísima Trinidad se manifiesta a Dante en forma de tres círculos idénticos. Tras ser
iluminado, Dante abre su entendimiento y comprende el misterio del amor divino.