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Fue escrito en el prerrenacimiento, entre los siglos XIII y XIV, periodo en el que se gestó en Italia

una renovación del mundo cultural gracias a lo que sería la llegada del Humanismo en la época del
Renacimiento; este periodo fue la transición entre la mentalidad medieval y el anuncio de un
espíritu renacentista.
Dante Alighieri, cuyo nombre real era Durante di Alighiero degli Alighieri, también llamado «el
Poeta Supremo» (en italiano «il Sommo Poeta»), nació en Florencia, Italia, en el año de 1265.
Dante tenía formación en literatura, filosofía, astrología, historia, teología, ética y política, y su
libro más famoso es el de la Divina Comedia, considerada una obra maestra de la literatura
italiana y uno de los textos cumbres de la literatura universal.

El poema está escrito en primera persona y narra la historia de un


hombre (el mismo Dante) al cual se le permite viajar al Paraíso, pero
antes debe pasar por el Infierno y el Purgatorio.
El poema está escrito en primera persona y narra la historia de un
hombre (el mismo Dante) al cual se le permite viajar al Paraíso, pero
antes debe pasar por el Infierno y el Purgatorio.
Vita Nuova (Vida Nueva), 1292-1293
De vulgari eloquentia (Acerca del habla
popular), 1303-1305
Il Convivio (El Banquete), 1303-1309
Monarchia (Sobre la monarquía universal), 1313
La divina comedia, 1303-1321

Aproximadamente en el año 1307, empezó Dante a componer la Commedia, más tarde calificada
por Giovanni Boccaccio como Divina, para llamarse entonces la Divina Comedia. Dante la llamó
también poema sacro, como alusión al peregrinaje por el “otro mundo” que se describe en el texto:
es el viaje de las tinieblas a la luz.
El poema está escrito en primera persona y narra la historia de un hombre (el mismo Dante) al
cual se le permite viajar al Paraíso, pero antes debe pasar por el Infierno y el Purgatorio.
Cuenta en este viaje con dos guías: Virgilio, en primera instancia, y después Beatriz. Estos tres son
pues los personajes principales del poema: Dante como autor y protagonista, personifica la
humanidad y la caída ante el pecado; Virgilio -poeta que Dante admiraba y autor de la Eneida-
representa la razón y es quien guía a Dante por el infierno y el Purgatorio; y Beatriz, el amor del
poeta, personifica la fe y la pureza, por lo que será quien le guie por el Paraíso.
La Divina Comedia sigue el camino desde el centro de la Tierra, donde se halla Lucifer, hasta el
dominio de Dios. El tema de la obra es el recorrido del poeta a través del más allá. En su obra se
encuentra gran capacidad para describir el infierno, los círculos, los sufrimientos y los pecadores
La primera parte de la Divina comedia es el infierno. Dante y Virgilio pasan primero donde se
encuentran los cobardes, a los que el escritor tilda de inútiles. Al llegar al río Aqueronte, los poetas
se encuentran al barquero infernal, Caronte, que lleva las almas hasta la puerta del infierno. Sobre
la puerta se lee la siguiente inscripción: ¡Oh, vosotros los que entráis, abandonad toda
esperanza! El infierno está estructurado por nueve círculos, donde los condenados se encuentran
distribuidos según sus culpas.

Primer círculo (no bautizados)


El primer círculo es el limbo o anteinfierno. En él se encuentran las almas que, aunque virtuosas,
no conocieron a Cristo o no fueron bautizadas, incluido el propio Virgilio. Su pena es no poder
gozar de los dones de la vida eterna. De él, sólo han sido liberados los patriarcas de Israel.
Segundo círculo del infierno (lujuria)
Reservado a los culpables de lujuria, uno de los pecados capitales. Desde la entrada, Minos
examina a las almas y determina el castigo. Allí se encuentra Francesca Rímini, una mujer noble de
Italia que se hizo símbolo del adulterio y la lujuria tras su trágico final.
Tercer círculo (gula)
Reservado al pecado de la gula. Las almas sufren en un pantano infectado con lluvia helada. En
este círculo se encuentra el can Cerbero y Ciacco.
Cuarto círculo del infierno (avaricia y prodigalidad)
Reservado al pecado de la avaricia. Los despilfarradores también tienen un lugar en él. El lugar
está presidido por Pluto, a quien el poeta representa como un demonio de la riqueza.
Quinto círculo (ira y pereza)
Reservado a los pecados de la pereza y la ira. Flegias, hijo del dios Ares y rey de los lápitas, es el
barquero que lleva las almas por la laguna Estigia hasta la ciudad infernal de Dite. Los poetas se
encuentran a Felipe Argenti, enemigo de Dante. Al verlos, los demonios se encolerizan.
Sexto círculo (herejía)
Se manifiestan las Furias de la torre de Dite y Medusa. Un ángel los socorre abriendo las puertas
de la ciudad para avanzar al círculo de los incrédulos y heresiarcas, condenados a los sepulcros
ardientes. Se encuentran a los nobles epicúreos Farinata degli Uberti, gibelino y adversario de
Dante, y Cavalcante Cavalcanti, de la casa güelfa. Virgilio le explica al poeta los pecados según la
escolástica.
Séptimo círculo del infierno (violencia)
Reservado a los violentos, entre quienes se cuenta a los tiranos. El guardián es el Minotauro de
Creta. Los poetas son llevados por el centauro Neso a través de un río de sangre. El círculo se
divide en tres aros o girones, según la gravedad del pecado: violentos contra el prójimo; violentos
contra sí mismos (suicidas incluidos); y violentos contra Dios, la ley natural y el arte.
Octavo círculo (fraude)
Reservado a los fraudulentos y seductores. Se divide en diez fosos circulares y concéntricos. Aquí
se castiga a los rufianes, aduladores, cortesanas, practicantes de la simonía, adivinos e impostores,
barateros (corruptos), hipócritas, ladrones, consejeros del fraude, cismáticos y promotores de
discordia y, finalmente, falsificadores y alquimistas.
Noveno círculo (traición)
Reservado a los traidores. Los poetas se encuentran con los titanes y el gigante Anteo los lleva en
brazos al último abismo. Está dividido en cuatro fosas distribuidas de la siguiente manera:
traidores a los parientes, a la patria, a sus comensales y a sus benefactores. En el centro se
encuentra el mismo Lucifer. Desde allí, salen al otro hemisferio.
El purgatorio es el lugar del trasmundo donde las almas purifican sus pecados para poder aspirar al
cielo. Esta idea, muy anclada en el imaginario medieval, es la que toma Dante.
Por invocación de las Musas, el poeta llega a las orillas de la isla del purgatorio, ubicada en el
hemisferio austral. Allí se encuentran a Catón de Útica, a quien Dante representa como el guardián
de las aguas. Catón los prepara para el tránsito por el purgatorio.
Antepurgatorio
Los poetas llegan al antepurgatorio en la barca impulsada por un ángel. Se encuentran el músico
Casella y otras almas. Casella canta una canción del poeta. Al llegar, Catón les reprende y el grupo
se dispersa. Los poetas notan la presencia de los conversos tardíos y de los excolmulgados por su
contumacia (negligentes procrastinadores de la conversión, los muertos repentinamente y los
muertos violentamente).
Más adelante, el trovador italiano, Sordello da Goito, los guía a la presencia de los monarcas que
deben purgar su ambición de poder. Entre ellos se cuentan las casas reales de Bohemia, Francia,
Aragón, Provenza, Sicilia y de la Pulla.
En la noche, mientras Dante duerme, Lucía lo transporta hasta la puerta del purgatorio. Al
despertar, el custodio graba en su frente siete "P" en alusión a los pecados capitales, marcas que
desaparecerán en la medida en que ascienda al cielo. El ángel abre las puertas con las llaves
místicas del arrepentimiento y la conversión.
Primera grada (soberbia)
El aro primero o primer círculo del purgatorio está reservado al pecado de la soberbia. Allí
contemplan ejemplos escultóricos de humildad, como el pasaje de la Anunciación. Más adelante
también contemplan imágenes del orgullo en sí, como los pasajes de la Torre de Babel. Dante
pierde la primera letra "P".
Segunda grada (envidia)
Está reservado a los que purgan la envidia. Nuevamente, contemplas escenas ejemplares de virtud
encarnadas en la Virgen María, el propio Jesús predicando el amor al prójimo o pasajes de la
antigüedad.
Tercera grada (ira)
El círculo tercero está destinado al pecado de la ira. Virgilio explica a Dante el sistema moral del
purgatorio y se reflexiona sobre el amor mal conducido. El punto central es afirmar el amor como
principio de todo bien.
Cuarta grada (pereza)
Está reservado al pecado de la pereza. Tiene lugar una importante discusión sobre el libre albedrío
y su relación con las acciones humanas que surgen del amor, tanto para el bien como para el mal.
También se recuerdan los efectos de la pereza.
Quinta grada (avaricia)
En el quinto círculo se purga la avaricia. En un rellano del purgatorio, los poetas contemplan
ejemplos de la virtud de la generosidad. El purgatorio tiembla a causa de la liberación del alma de
Estacio, un maestro y poeta latino que le rinde honores a Virgilio.
Sexta grada (gula)
En este aro se purga el pecado de la gula. Estacio cuenta que, gracias a las profecías de la IV
Égloga de Virgilio, se libró de la avaricia y acogió el cristianismo en secreto. Sin embargo, fue este
silencio lo que le valió la condena. Se encuentran los penitentes sometidos a hambre y sed. Dante
se sorprende de ver a Foresto Donati, salvado por las oraciones de su esposa.
Séptima grada (lujuria)
Reservado a los lujuriosos. Virgilio explica la generación del cuerpo y la infusión del alma. Desde un
círculo en llamas, los lujuriosos cantan loas a la castidad. Se encuentran con los poetas Guido
Guinizelli y Arnaut Daniel. Este último le pide oración. Un ángel anuncia que Dante debe atravesar
las llamas para llegar al paraíso terrenal. Virgilio lo encomienda a su libre albedrío.

El paraíso

El paraíso de la Divina comedia está estructurado en nueve esferas, y las almas están distribuidas
según la gracia alcanzada. Virgilio y Dante se separan. El poeta inicia con Beatriz el viaje hacia el
empíreo, donde Dios habita.
Primera esfera, la Luna (espíritus que quebrantaron el voto de castidad)
La primera esfera es la Luna, cuyas manchas representan a aquellos que faltaron a los votos de
castidad. Beatriz explica el valor de los votos ante Dios y qué puede hacer el alma para compensar
su falta. Inicia el camino al segundo cielo donde, al llegar, lo alcanzan varios espíritus activos y
benéficos.
Segunda esfera, Mercurio (espíritus activos y benéficos)
El espíritu del emperador Justiniano le informa a Dante que en Mercurio están aquellos que
dejaron grandes obras de acción o pensamiento para la posteridad. El poeta pregunta por qué
Cristo decidió el destino de la cruz como salvación. Beatriz le expone la doctrina de la inmortalidad
del alma y la resurrección.
Tercera esfera, Venus (espíritus amantes)
La esfera tercera es Venus, destino de los amantes que lograron dominar su pasión. El poeta se
encuentra a Carlos Martel, heredero del trono húngaro, quien expone dos casos contrarios en su
propia familia. Luego, Fulco de Marsella que señala los pecados de Florencia, especialmente la
avaricia del clero.
Cuarta esfera, el Sol (doctores en filosofía y teología)
La cuarta esfera es el Sol, donde se encuentran los doctores en teología y filosofía. Ante las dudas
que Dante manifiesta, los sabios responden y enseñan. Santo Tomás de Aquino aclara la
superioridad de Adán y de Jesucristo respecto a la sabiduría de Salomón. Le habla también de san
Francisco de Asís. San Buenaventura elogia a Santo Domingo.
Quinta esfera, Marte (mártires)
La quinta esfera es Marte. Está dedicada a los mártires de la cristiandad, tomados como guerreros
de la fe. Las almas de los mártires son luces que se aglomeran formando una cruz. Beatriz elogia a
los caídos en las cruzadas, y Dante se encuentra con su antepasado Cacciaguida, quien fue
cruzado. Este predice el exilio de Dante.
Sexta esfera, Júpiter (gobernantes justos)
Es la esfera dedicada a los buenos gobernantes, donde Júpiter funciona como alegoría (como dios
de los dioses griegos). Allí, Dante se encuentra con los grandes jerarcas de la historia considerados
justos, como Trajano, de quien una leyenda dice haberse convertido al cristianismo.
Séptima esfera, Saturno (espíritus contemplativos)
Saturno, la séptima esfera, es donde reposan los que hicieron vida contemplativa en la tierra. Allí
conversan Dante y San Damián sobre la doctrina de la predestinación, el monacato y los malos
religiosos. San Benedicto le expresa también su decepción frente al destino de su orden. Dante y
Beatriz inician el paso a la octava esfera.
Octava esfera, estrellas (espíritus triunfantes)
La octava esfera corresponde a las estrellas de la constelación de géminis, que simbolizan a la
Iglesia militante. Allí, aparecen Jesucristo y la Virgen María, a cuya coronación asiste. Beatriz pide
para Dante el don del entendimiento. San Pedro lo interroga sobre la fe; Santiago, sobre la
esperanza, y San Juan evangelista sobre el amor. Dante sale victorioso.
Novena esfera, cristalino (jerarquías angélicas)
El poeta atisba la luz de Dios, rodeado por nueve anillos de cortes celestiales. Beatriz le explica a
Dante la correspondencia entre la creación y el mundo celeste, y son descritos los ángeles
siguiendo las enseñanzas de San Dionisio.
El Empíreo (Dios, ángeles y beatos)
Dante asciende, finalmente, al empíreo, un lugar más allá del mundo físico conocido, la verdadera
morada de Dios. El poeta es envuelto en la luz y Beatriz se revestida de inusual belleza. Dante
distingue una gran rosa mística, símbolo del amor divino, en la que las almas santas hallan su
trono. Beatriz obtiene su lugar junto a Raquel. Dante será conducido en su tramo final por San
Bernardo. La Santísima Trinidad se manifiesta a Dante en forma de tres círculos idénticos. Tras ser
iluminado, Dante abre su entendimiento y comprende el misterio del amor divino.

Dante Alighieri (1265-1321) fue un poeta de origen florentino,


representante del llamado Dolce stil nuovo (Dulce estilo nuevo). Su
nombre completo fue Durante di Alighiero degli Alighieri. Estaba casado
con Gemma Donati desde 1285. Su primera obra literaria fue Vida
nueva (1293), que fue inspirada en sus sentimientos amorosos por Beatriz
Portinari, fallecida en 1290.

Dante incursionó en la vida política de Florencia desde 1295. Participó con


los güelfos en la confrontación contra los gibelinos. Fue embajador en San
Gimignano, alto magistrado de Florencia y miembro del Consejo Especial
del Pueblo y del Consejo de los Ciento. Sufrió el exilio tras ser acusado de
oposición al papa, corrupción e improbidad administrativa. Murió en la
ciudad de Ravenna a los 56 años de edad.

Entre sus obras destacan: Vita nuova; De vulgari eloquentia (reflexiones


sobre el habla popular); Divina Comedia y Il convivio.

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