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Emmanuel Orosco B.

Mauricio L Montes.

CONDICIONES MATERIALES Y DETERMINACIONES FORMALES


Objetivo: comprender en qué consisten las condiciones materiales y
determinaciones formales.
Los conceptos de materia y forma han sido empleados desde la antigüedad, sobre
todo por Aristóteles, para expresar el modo de ser lo natural.
14.1. Dimensiones De Tipo Material En La Naturaleza
Consideremos, en primer lugar, las dimensiones de tipo material, el concepto de
materia y las características de lo material.
a) Extensión, duración y mutabilidad
Son dimensiones materiales las propias de la estructuración espacio-temporal; por
tanto, la extensión, que constituye la base de la estructuración espacial; la
duración, que constituye la base de la estructuración temporal; y el movimiento
que relaciona lo espacial y lo temporal.
Todo lo material posee una extensión y, por tanto, una magnitud, pero en la
naturaleza no existen puntos inextensos: todos los seres materiales poseen una
extensión y una magnitud. En consecuencia, lo material es divisible, puede ser
dividido indefinidamente, y las partes que se obtengan nunca serán inextensas.
Es importante señalar que los diferentes modos del ser de lo natural se
encuentran asociados a magnitudes típicas: los átomos, las moléculas, las
macromoeculas biológicas, las células y los organismos poseen una magnitud
determinada o, al menos, su magnitud se encuentra dentro de ciertos límites fuera
de los cuales no pueden existir las respectivas entidades.
Además, en los sistemas unitarios existe una continuidad entre sus partes: aunque
puedan contener «incrustaciones», existe una continuidad mínima que es
necesaria para la existencia del sistema.
Lo material implica duración, o sea, una extensión o dispersión temporal. Los
procesos naturales tienen una duración y, por tanto, una magnitud temporal. Son
divisibles en partes, aunque los procesos unitarios se encuentran asociados a
duraciones típicas, y en ellos existe una continuidad: son procesos que se
desarrollan desde un término inicial a uno final de acuerdo con tendencias
naturales, y dependen de pautas naturales definidas.
Lo material implica movimiento. Cualquier ser material puede cambiar y
ordinariamente, se encuentra sometido a continuos cambios, aunque a veces
resulten casi imperceptibles; y no sólo puede cambiar en aspectos accidentales:
puede cambiar substancialmente, si desaparecen las condiciones necesarias para
su existencia.
Emmanuel Orosco B.
Mauricio L Montes.

Todo lo material está sometido al devenir, por este motivo, siempre se ha


considerado la mutabilidad como característica fundamental de los seres vivos.
b) El concepto de materia
Muchas dificultades en torno al concepto de materia pueden evitarse distinguiendo
dos sentidos diferentes, que responden a su uso adjetivo y substantivo.
En sentido adjetivo, algo es «material», si posee dimensiones materiales:
extensión duración y mutabilidad. A un modo de ser de ese tipo se le puede
designar como «material», y el conjunto de las condiciones que lo constituyen es
la «materialidad».
Tanto en la vida ordinaria como en la filosofía es frecuente hablar de materia
como substantivo, pero ese modo de hablar fácilmente induce a confusiones, pues
son dimensiones materiales de sujetos que poseen modos de ser específicos, que
no se reducen a esas condiciones.
Cuando se habla de «la materia» parece indicarse, en cambio, que se trata de un
ser o varios seres concretos; pero esos seres son aquéllos de los que puede
predicarse el adjetivo «material»: son los seres materiales.
La materialidad no posee un ser propio dicho. Dicho con otras palabras: no existe
ningún ser puramente material. Cuando hablamos de seres materiales, no
deberíamos pensar que se reducen completamente a las condiciones materiales:
esa reducción es imposible, porque esas condiciones no pueden
substancializarse, no pueden existir de modo independiente.
La extensión, la duración, la mutabilidad y las demás condiciones que se
relacionan con ellas, solo pueden existir como aspectos del modo de ser.
Equívocos que provoca el concepto de materia en las ciencias y en la filosofía.
En las ciencias, la materia designa, en ocasiones, el conjunto de los seres que
estudian las ciencias físico-químicas; se exceptúan entonces los vivientes que, no
obstante, son seres materiales. Cuando los físicos hablan de materia se refieren,
por lo general, a las partículas subatómicas: se opone materia a energía; se habla
de la materialización de la energía para designar procesos relacionados con la
equivalencia entre masa y energía, dando la impresión de que la energía es no
algo material.
En el ámbito filosófico, el concepto de materia conduce, con frecuencia, a
equívocos aún mayores, se identifica la materia, por una parte, con las
condiciones materiales y, además, con las substancias naturales; se despoja, por
tanto, a lo natural de su dinamismo propio.
c) Materia prima y segunda
Emmanuel Orosco B.
Mauricio L Montes.

El término «materia» se relaciona en su etimología latina con la madre «mater»,


que proporciona los elementos a partir de los cuales se forma un nuevo ser. En la
filosofía aristotélica, el concepto de materia significa, aquello de lo cual algo está
hecho. Corresponde a la idea del material o los componentes de los cuales algo
está fabricado. Y se suelen distinguir la «materia primera» y la «materia segunda».
Se habla de materia primera para designar un substracto común a todos los
cuerpos, que permanece incluso en los cambios substanciales; y de materia
segunda para designar las substancias naturales, que vienen a ser el substrato
que permanece a través de los cambios accidentales.
El concepto de materia prima es difícil, citaremos tres lugares donde Aristóteles lo
precisa.
“Llamo, en efecto, materia al primer sujeto de cada cosa y cada ser, a partir del
cual, como de un elemento constitutivo, se hace o viene a ser algo, y no de
manera accidental”1. Se trata de un factor esencial de la constitución de las
substancias. Esta definición resulta del análisis del cambio; en este contexto, la
materia es el sustrato ultimo del cambio.
Aristóteles se refiere a ellas cuando dice: “entiendo por materia lo que de suyo no
es ni algo ni cantidad ni ninguna otra cosa de la que determinan el ente. Pues es
algo de lo que se predica cada una de estas cosas, y cuyo ser es diverso del de
cada una de las categorías, de suerte que lo último no es, de suyo, ni algo ni
cuanto ni ninguna otra cosa, ni tampoco sus negaciones, pues también éstas
serán accidentales”2. Esta definición se refiere a la radicación, y advierte que la
materia es un sujeto indeterminado al que no pueden atribuirse determinaciones
concretas.
La materia prima aristotélica se presenta como un substrato último relacionado
con la composición de los cuerpos y con el cambio substancial. La materia prima
designa las «condiciones materiales» en las cuales existen los seres naturales. Al
hablar de materia prima nos referimos a un modo de ser común a todos los entes
naturales.
La nación de «materia segunda» se refiere al substrato de los cambios
accidentales, o sea, la substancia. La materia segunda es una substancia natural,
una entidad que posee un modo de ser y unas virtualidades específicas que no se
reducen a las condiciones materiales.
d) Características de lo material
Nos referimos ahora a algunas características de la naturaleza y de nuestro
conocimiento de ella que se encuentran estrechamente relacionadas con la
materialidad.
1
Cfr. Aristóteles, Física, I, 7.
2
Aristóteles, Metafísica, VII, 3, 1029 a 20-26.
Emmanuel Orosco B.
Mauricio L Montes.

Las condiciones materiales se relacionan con la potencialidad, porque todo lo


material es mutable: puede transformarse no sólo accidentalmente sino también
substancialmente. En este sentido se afirma que la materia es principio de
pasividad, porque implica la posibilidad de recibir determinaciones nuevas.
Aristóteles afirma que la “materia en cuanto materia es pasiva” 3, y que las cosas
materiales “si tienen un principio de movimiento, es un principio no de moverse o
actuar, sino de pasividad”4.
En segundo lugar, suele afirmarse que la materia es el principio de individuación
en las substancias naturales. Esto parece problemático porque la individualidad es
determinación y concreción; por tanto, parece oponerse a la indeterminación y a la
potencialidad. Cuando se habla de materia como «principio de individuación», se
habla de la individualidad numérica de los seres naturales. Al hablar de materia
como principio de individuación, suele añadirse que se trata de la «materia
señalada por la cantidad».
En tercer lugar, se dice y se comprende fácilmente, que la materialidad implica
contingencia, o sea, falta de necesidad, porque lo material es cambiante y, de
hecho, está sometido a circunstancias que pueden provocar cambios. Y por otra,
porque esa mutabilidad se extiende incluso a la esencia de los seres materiales,
que pueden dejar de ser lo que son y transformarse en otros seres diferentes.
En otra perspectiva se suele afirmar que la materia implica necesidad; pero esta
necesidad no se opone a la contingencia que acabamos de examinar. Significa
determinación en el modo de obrar, ausencia de libertad.
En cuarto lugar, la materialidad se relaciona con la existencia del azar en la
naturaleza. En efecto, fácilmente se dan cambios en las condiciones materiales, y
así se introduce un cierto azar que se opone a la regularidad perfecta.
En quinto lugar, la materialidad implica, de una parte, la existencia de límites en
nuestro conocimiento, y de otra, la posibilidad de un conocimiento mensurable y
controlado. Aristóteles afirma que “la materia en cuanto tal es incognoscible” 5. La
materialidad expresa unas condiciones exteriores, prescindiendo del dinamismo y
de la actividad; esas condiciones no se conocen por sí mismas, sino mediante la
actividad que se despliega a través de ellas.
La materialidad tiene también un sentido positivo en nuestro conocimiento de la
naturaleza, porque hace posible el estudio cuantitativo y experimental que se
encuentra en la base de las ciencias, además hace posible la experimentación,
porque su comportamiento se manifiesta a través de una actividad regular, no
libre.

3
Aristóteles, Acerca de la generación y la corrupción, I, 7, 324 b 18.
4
Aristóteles, Física, VIII, 4, 255 b 30-31.
5
Aristóteles, Metafísica, VII, , 1036 a 8-9
Emmanuel Orosco B.
Mauricio L Montes.

Teniendo en cuenta la estrecha relación que existe entre lo material y lo formal,


este análisis corresponderá en gran parte al realizado a propósito de lo material y
lo completará: materia y forma son, en los entes materiales, como dos caras de la
misma moneda.
a) Configuración, Consistencia Y Sinergia
La extensión espacial, la duración temporal y el movimiento son dimensiones
materiales que se refieren a la distensión exterior, a la multiplicidad de
componentes. Las dimensiones formales, en cambio, se refieren a la coherencia
interior, a la unidad: la configuración refleja la unidad espacial de los
componentes, la consistencia se relaciona con el mantenimiento de la unidad a
través de los procesos temporales, y la sinergia expresa la cooperatividad de los
diferentes componentes y procesos.
La configuración es estructuración espacial; se define como la disposición de las
partes que componen una cosa y le dan su figura propia. Los entes naturales son
extensos, pero sus partes no se distribuyen al azar: se disponen en
configuraciones características. En los sistemas unitarios, la configuración
responde a pautas espaciales típicas que se repiten en los diferentes sistemas
individuales.
Nuestro conocimiento visual depende completamente del reconocimiento de esas
pautas; la ciencia experimental supone su existencia y la confirma: busca conocer
pautas espaciales inaccesibles a la experiencia ordinaria, y en muchos casos lo
consigue.
La consistencia se relaciona con la duración temporal; se define como duración
estable. La estabilidad de los sistemas naturales depende de la conexión entre sus
partes: si esa conexión es débil, la estabilidad será efímera. La consistencia
(dimensión formal) corresponde a la duración (dimensión material). En la
naturaleza no existe una consistencia absoluta: todo está sometido al desgaste, a
interacciones, a división. Los vivientes poseen una organización que les capacita
para provocar activamente las condiciones que favorecen su estabilidad.
La sinergia se refiere a la organización espacio-temporal. Significa cooperación.
La organización de los sistemas naturales depende de la cooperación de los
componentes en una unidad funcional. La sinergia (dimensión formal) corresponde
al movimiento (dimensión material); expresa la unidad de los diferentes
movimientos que tienen lugar en un sistema. La unidad de los sistemas es tanto
más fuerte cuanto mayor es la cooperatividad de sus partes componentes y de los
procesos que en ellos se despliegan.
b) Significados Del Concepto De Forma
Emmanuel Orosco B.
Mauricio L Montes.

Lo formal y lo material son correlativos; por este motivo podemos distinguir el uso
adjetivo y el substantivo de la forma, al igual que lo hicimos en el caso de la
materia, y en el mismo sentido. Una diferencia importante: en el ámbito de la
naturaleza material, lo formal siempre existe en condiciones materiales, pero nada
impide que puedan existir seres que carezcan de materia, o sea, seres
espirituales.
Evidentemente, no nos ocuparemos de esos seres, porque lo natural es material;
pero deberemos referirnos a la espiritualidad humana: la persona humana
pertenece a la naturaleza pero, al mismo tiempo, la trasciende.
Así como la «materialidad» expresa que algo existe en condiciones materiales, o
sea, que es algo «material» (uso adjetivo del concepto de «materia»), de modo
semejante la «formalidad» se refiere a las determinaciones peculiares del modo de
ser: ser átomo, proteína, planta, animal, blanco y buen conductor eléctrico.
En los entes naturales, esas determinaciones no existen fuera de las condiciones
materiales. No subsisten de modo independiente, ni se unen a la materialidad de
modo exterior: lo formal y lo material se encuentran interpenetrados, entrelazados,
formando una realidad unitaria. No se trata de una simple yuxtaposición de dos
realidades completas y diferentes. Sólo existe una realidad completa que subsiste
con un ser propio: la substancia individual, que posee determinaciones formales
que existen en condiciones materiales.
Las formas substanciales y accidentales de los entes materiales no son entes
completos, no poseen una subsistencia propia, no son sujetos en sentido estricto;
si se tiene esto presente, no hay inconveniente en hablar de «la forma» o «las
formas» en sentido substantivo. Pero conviene no olvidar que el lenguaje
substantivo fácilmente conduce a olvidar el verdadero significado de las formas.
Por estos motivos, parece preferible utilizar, siempre que sea posible, un lenguaje
que evite el peligro de substancializar las formas.
C) Forma Substancial Y Accidental
El concepto de forma ocupa un lugar central en la filosofía aristotélica. El término
«forma» suele referirse a la apariencia exterior de una cosa, y se relaciona con su
«figura»; este sentido de la forma corresponde a una de las especies del accidente
«cualidad». Pero tiene también un sentido mucho más amplio, ya que designa
cualquier determinación de los modos de ser: si se trata de un modo de ser
substancial, se habla de «forma substancial», y si se trata de accidentes, de
«forma accidental».
En el nivel físico, la forma es correlativa a la materia, ya que es lo que la
determina; por consiguiente, a los diferentes tipos de materia corresponden
diferentes tipos de forma.
Emmanuel Orosco B.
Mauricio L Montes.

Las substancias materiales poseen una esencia o modo de ser fundamental que
diferencia los distintos tipos de substancias (perro, acacia, agua, etc.).
Esas esencias no son simples, sino compuestas: existen en condiciones
materiales (materia primera), e incluyen las perfecciones que determinan el modo
de ser específico (forma substancial). Materia y forma no son entes completos ni
partes físicas; son principios, que se comportan como potencia y acto: la materia
prima es el principio potencial e indeterminado, y la forma substancial es el
principio actual y determinante.
La forma substancial se refiere al modo de ser unitario de la substancia y al
conjunto de posibilidades de actuar que corresponden al modo de ser. Es acto,
energía, naturaleza activa.
Es importante advertir que la forma substancial sólo se da en los entes naturales
(que son substancias). Una agregación no posee una unidad esencial, un modo de
ser unitario, y por tanto no posee forma substancial.

La expresión «forma accidental» se utiliza para designar cualquier determinación


accidental. Por tanto, todo accidente puede ser denominado «forma accidental 6».
En este caso, también existe el peligro de «cosificar» los accidentes, y ese peligro
se encuentra relacionado, de nuevo, con el uso substantivo de los términos
respectivos, cuando se habla de «la cantidad», «las cualidades», etc., como si
fuesen sujetos o entidades.
D) Características De Las Formas
La forma se relaciona con el ser. En la terminología clásica se habla de un ens
quod o ente que (en plural, entia quibus) para designar a los entes o sujetos
propiamente dichos, y de ens quo o ente por el cual (en plural, entia quibus) para
designar los principios del ente, que no son entes ni sujetos.
Esta terminología sigue siendo substantiva, ya que se habla de las formas como
«entes»; pero subraya expresamente que se trata de entes en un sentido especial:
no son entes completos, sino determinaciones del ente.
En cuanto las formas son determinaciones del modo de ser, se puede decir que
los entes tienen ser «a través de» las formas. El dicho clásico «la forma da el ser»
(forma dat esse) no puede entenderse como si la forma tuviese un ser propio
previamente a su existencia material y, en un cierto momento, lo «comunicase» a
la materia o al ente.

6
Las formas accidentales se comportan como acto con relación a la substancia, que está en potencia
respecto a ellas. Son determinaciones, modos accidentales de ser, y por tanto, se refieren a ser en acto.
Emmanuel Orosco B.
Mauricio L Montes.

En esta misma línea, debe advertirse que, cuando se afirma que la forma es causa
(la «causa formal»), esto no significa que la forma cause al modo de la causa
eficiente o agente. 7La causa formal es la determinación del modo de ser.
La forma existe cuando comienza a existir el ente al que corresponde, y deja de
existir cuando ese ente se transforma en otro diferente. Se dice que las formas
materiales se «educen» de la potencialidad de la materia; esto significa que no
poseen un ser propio independiente: se «producen» a partir de las
transformaciones que tienen como substrato la materia, son el resultado de esas
transformaciones.
Cuando consideramos el caso del alma humana espiritual, deben añadirse nuevas
consideraciones que reflejen las dimensiones espirituales y sus implicaciones. En
segundo lugar, la forma se relaciona con la estructura. La estructura se relaciona
con el modo de ser de los entes naturales, y es un factor en cierto modo
«inmaterial», porque se refiere a la organización de los componentes.
En tercer lugar, las formas se relacionan con los fines. En la generación de los
vivientes, la forma del generante es el principio de la generación, de acuerdo con
pautas determinadas, y a la vez es el fin de la generación, porque se produce un
ser que posee la misma forma específica del generante. En la producción de
substancias no vivientes, la forma del producto es también el fin, el término hacia
el cual tiende el proceso.

En cuarto lugar, nos preguntamos qué tipo de necesidad corresponde a las


formas. En la filosofía aristotélica, se atribuye a las esencias y, por tanto, a las
formas, una cierta necesidad e inmutabilidad.
Pero los mismos motivos que condujeron hace siglos a afirmar la contingencia del
mundo podrían aducirse ahora para afirmar la contingencia de las formas. En
efecto, desde la perspectiva metafísica creacionista, no sólo el mundo en su
conjunto, sino las entidades naturales concretas son contingentes.

7
se trata de una determinación real, de un modo de ser real.

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