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Obra de Cristo

Jesús el que fue anunciado por Jua el bautista, el cual venía a preparar camino para

el salvador prometido, Cuando Dios padre envió a Jesús para que hiciera la obra redentora,

él mismo lo presento como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (aunque fue

tentado en todo no se hayo falta alguna) haciendo referencia al cordero que tomaba el lugar

de la persona para llevar su culpa y morir por su pecado, llegando solamente a cubrir su

falta. Jesús se mostró como un maestro, llamando a varios a seguirle, aunque la multitud

siempre iba con él. Durante un tiempo les enseño a hombres que recibieron el mensaje y

que decidieron dejarlo todo para seguirle. Les enseño las verdades del reino de Dios, les

mostro al Padre de una forma que no lo conocían, cambiándoles la imagen a un Dios de

amor y misericordia. Les mostro su poder y les dio la promesa de que cosas mayores

pueden hacer siempre y cuando estén pegados a él y sin apartarse.

En su ministerio lo vemos obrar a favor de las personas más vulnerables, trayendo

una palabra de consolación para el triste, de esperanza para angustiado y de libertad para el

cautivo, en conclusión, para salvar a los pecadores (1 Ti. 1:15). A la vez que predicaba en

contra de las costumbres de los sabios de la época, los cuales no aceptaron las profecías

escritas en el antiguo testamento y que se revelaban en Jesús, porque a los suyos vino y los

suyos no le recibieron.

Como cordero fue llevado al matadero, sin culpa alguna, sin un justo juicio, no se

defendió ni apelo a su inocencia. Fue obligado a llevar la cruz donde fue crucificado

recibiendo injurias y acusaciones, nadie lo ayudo ni lo defendió pero donde sí se cumplió la

profecía de lo que le iba a suceder, Durante su crucifixión después de padecer y salvar,

perdonar y cuidar de los demás entrego su espíritu, el cielo se oscureció, la tierra tembló y
el velo se partió en dos. Después de ver lo sucedido y reconocer lo que siempre había

dicho, alguien exclamó “verdaderamente era el hijo de Dios”.

Pero tenemos la palabra fiel y verdadera donde podemos leer que la muerte no lo

pudo vencer, la tumba no lo pudo retener, la muerte fue sorbida en victoria (1 cor.15:54),

donde los mensajeros dijeron las palabras más gratificantes y alentadoras a aquellas que

llegaron a la tumba ¿porque buscan entre los muertos al que vive? Después apareció a los

apóstoles para ratificar lo que les había dicho, de que iba a morir pero que al tercer día iba a

resucitar, hablo con ellos, comió con ellos y les dio palabras de esperanza, de que no

estarían solos, de que iba a estar con ellos todos los días hasta el fin de los tiempos. Fue

recibido en las nubes de donde dijo que volvería con poder y con gloria, dándonos la

promesa que iría a preparar lugar para nosotros y que volvería por segunda vez para estar

en su presencia por toda la eternidad. Y entonces le podremos ver, gozaremos de toda su

plenitud porque ya no tendremos falta de ningún bien ya que él es suficiente en su

revelación, sacrificio y gobierno.

Jesús es el profeta que trae la revelación de Dios, el verbo que fue desde la creación

y que se hizo carne para hablarnos a través de la Palabra, mediante el cual podemos ver la

imagen del Dios viviente y por el cual podemos conocerlo (hebreos 1:1-2).

Jesús también es el sumo sacerdote por el cual tenemos libre acceso, haciendo un nuevo

pacto entre Dios y la raza humana, siendo reconciliados con Dios por medio de la obra de

Cristo. (hebreos 7:26), apaciguando su ira que era contra nosotros. Jesús es el Rey que

gobierna toda la creación con justicia, dándonos el privilegio de ser ciudadanos del reino de

Dios a través de él. Y la obra que inicio en nosotros, la culminara cuando lo perfecto

regrese (apocalipsis 19:11,16)