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El documento describe cómo la predicación del evangelio generó un cambio en las costumbres y actitudes de las personas, haciéndolas ver que algunas de sus antiguas prácticas no estaban bien. Aunque el cambio no fue fácil y generó conflictos con el entorno, ciertos rasgos culturales positivos se mantuvieron para poder abrazar la nueva fe. La iglesia continúa enseñando sobre cosas desconocidas y por conocer en un proceso de aprendizaje permanente.
El documento describe cómo la predicación del evangelio generó un cambio en las costumbres y actitudes de las personas, haciéndolas ver que algunas de sus antiguas prácticas no estaban bien. Aunque el cambio no fue fácil y generó conflictos con el entorno, ciertos rasgos culturales positivos se mantuvieron para poder abrazar la nueva fe. La iglesia continúa enseñando sobre cosas desconocidas y por conocer en un proceso de aprendizaje permanente.
El documento describe cómo la predicación del evangelio generó un cambio en las costumbres y actitudes de las personas, haciéndolas ver que algunas de sus antiguas prácticas no estaban bien. Aunque el cambio no fue fácil y generó conflictos con el entorno, ciertos rasgos culturales positivos se mantuvieron para poder abrazar la nueva fe. La iglesia continúa enseñando sobre cosas desconocidas y por conocer en un proceso de aprendizaje permanente.
Antes de conocer de Dios, teníamos unas costumbres que habían estado
arraigadas en nosotros, nos parecía que estaba bien. Cuando el evangelio nos fue predicado por alguien, empezó en nosotros un cambio, ya veíamos las cosas de manera diferente y nos dimos cuenta que lo que hacíamos no estaba del todo bien. En la encuesta se ve claramente que la iglesia si genera un cambio en nosotros, empezamos a cambiar actitudes, formas de pensar, de comportarnos, el cambio era evidente en lo exterior. Como a muchos, no nos fue muy fácil, ya que ese cambio genero un giro en nuestro entorno, pero ciertos rasgos característicos aun prevalecieron, como si fuera para mantener algo de nuestra cultura y aun así poder abrazar la fe, a la que estábamos empezando a conocer. ” El fin de la inculturación es mostrar a los hombres de una época y un lugar determinados que para abrazar la fe no necesitan renunciar a ningún rasgo positivo de su cultura”. (“El cristiano ante la cultura” de Luis González Carvajal, pp.30) La iglesia nos ha mostrado muchas cosas que desconocíamos y nos esta enseñando otras que debemos conocer, en un largo camino de aprendizaje, y ese aprendizaje nunca va a terminar mientras estemos en esta tierra.