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DERECHO DEL TRABAJO – CORTE SUPREMA

DESPIDO INJUSTIFICADO

I. FINIQUITO, CONCEPTO Y REQUISITOS. PODER LIBERATORIO DEL


FINIQUITO ALCANZA ÚNICAMENTE A TODO AQUELLO EN QUE LAS
PARTES CONCORDARON EXPRESAMENTE. RESERVA DE DERECHOS
FORMULADA EN TÉRMINOS GENÉRICOS O IMPRECISOS CARECE DE
EFICACIA. RESERVA DEL DERECHO DE RECLAMAR POR LA CAUSAL
DE DESPIDO INVOCADA. EXCEPCIÓN DE FINIQUITO, RECHAZADA. II.
CAUSAL DE DESPIDO DE NECESIDADES DE LA EMPRESA. CAUSAL DE
CARÁCTER OBJETIVO, AJENA A LA CONDUCTA DEL TRABAJADOR Y
QUE EXCEDE LA VOLUNTAD DEL EMPLEADOR. LEGITIMIDAD DEL
DESPIDO DECIDIDO EN BUSCA DE OPTIMIZAR LOS RECURSOS, PERO
QUE CONLLEVA UNA CONSECUENCIA PECUNIARIA PARA EL
EMPLEADOR.

Hechos

Trabajadores demandan por despido injustificado a su ex empleador, persiguiendo el


incremento de la indemnización por años de servicio y la indemnización sustitutiva del
aviso previo. El empleador se defiende señalando que celebró finiquitos con ellos que lo
exonerarían de responsabilidad. El juzgado del trabajo acoge la referida excepción y
rechaza la demanda. Los actores interponen recurso de nulidad, el que es rechazado por
la Corte de Apelaciones. Esta sentencia es impugnada por ellos mediante recurso de
unificación de jurisprudencia, el que será acogido en decisión dividida –3 a 2–,
dictándose fallo de reemplazo en el que se rechaza la excepción de finiquito y se acoge
la demanda en lo tocante al incremento de la indemnización por años de servicio, al
considerar indebido el despido por la causal de necesidades de la empresa.

Antecedentes del fallo

Tipo: Recurso de unificación de jurisprudencia (acogido).


Rol: 5.000–2014, de 8 de enero de 2015, Corte Suprema.
Partes: María Palomo Fuentes y otros con Fundación Nacional del Comercio para la
Educación.
Ministros: Sr. Carlos Aránguiz Zúñiga, Sra. Andrea Muñoz Sánchez, Sr. Carlos Cerda
Fernández y Abogados Integrantes Sr. Ricardo Peralta Valenzuela y Sr. Arturo Prado
Puga.

Voces

Derecho del Trabajo – Terminación del contrato de trabajo – Finiquito


Derecho del Trabajo – Terminación del contrato de trabajo – Necesidades de la empresa

Doctrina
I. El finiquito es el instrumento emanado y suscrito por las partes del contrato de
trabajo, empleador y trabajador, con el motivo de la terminación de la relación de
trabajo, en el que dejan constancia del cabal cumplimiento que cada una de ellas ha
dado a las obligaciones emanadas del contrato, sin perjuicio de las acciones o reservas
con que alguna de las partes lo hubiere suscrito, con conocimiento de la otra. El
finiquito, en cuanto acto jurídico, representa una convención y, frecuentemente, es de
carácter transaccional. El finiquito legalmente celebrado constituye un equivalente
jurisdiccional que tiene la misma fuerza que una sentencia firme o ejecutoriada y da
cuenta del término de la relación en las condiciones que en él se consignan. Tal
instrumento debe reunir, conforme al artículo 177 del Código del Trabajo, ciertos
requisitos: debe constar por escrito y, para ser invocado por el empleador, debe haber
sido firmado por el interesado y alguno de los ministros de fe que indica la norma.
Además, desde el punto de vista sustantivo, en el finiquito debe constar el cabal
cumplimiento que cada una de las partes ha dado a las obligaciones emanadas del
contrato laboral o la forma en que se dará cumplimiento a ellas, en caso que alguna o
algunas permanezcan pendientes. Tratándose de una convención, el finiquito es
vinculante para quienes concurrieron a otorgarlo dando cuenta de la terminación de la
relación laboral, esto es, a aquellos que consintieron en finalizarla en determinadas
condiciones y expresaron ese asentimiento libre de todo vicio y sólo en lo tocante a ese
acuerdo. Es factible, entonces, que una de las partes manifieste discordancia en algún
rubro, respecto al cual no puede considerarse que el finiquito tenga carácter
transaccional ni poder liberatorio. Dicho de otro modo, el poder liberatorio se restringe
a todo aquello en que las partes han concordado expresamente y no se extiende a los
aspectos en que el consentimiento no se formó, sea porque una de las partes formula la
reserva correspondiente, sea porque se trate de derechos u obligaciones no especificados
por los comparecientes, sea por cualesquiera otras razones que el entendimiento humano
pudiera abarcar (considerandos 9º a 11º de la sentencia que acoge el recurso de
unificación de jurisprudencia).

El finiquito es una transacción en la que se ajustan cuentas pendientes, por lo que es


dable exigirle la especificidad necesaria, en atención no sólo a los bienes jurídicos en
juego, esto es, derechos laborales de orden público, sino también porque se trata de
evitar o eludir un pleito, una controversia, entre quienes comparecen a dicho ajuste de
cuentas. De ahí que es necesario requerir la máxima nitidez en cuanto a las materias,
derechos, obligaciones, prestaciones e indemnizaciones sobre los cuales se ha formado
el consentimiento, con el objeto de impedir discusiones en que una parte entiende que
no ha transado y la otra, supone el acuerdo. Con la nitidez sobre los temas que versa el
acuerdo podrá exigírsele a cada parte que cumpla con lo acordado, desde que constituye
una ley para los contratantes y en el que debe concurrir la buena fe. Por su parte, la
reserva de derechos consignada en un finiquito firmado por ambas partes carece de
eficacia si es genérica e imprecisa, lo que no se produce en el caso de autos, donde los
actores formularon reserva en relación con la improcedencia de la causal de necesidades
de la empresa, habiendo, por tanto, consentimiento y poder liberatorio en los restantes
aspectos que forman parte de la relación laboral extinguida (considerando 14º de la
sentencia que acoge el recurso de unificación de jurisprudencia).

En efecto, en los finiquitos se consignó expresamente por cada trabajador que se reserva
el derecho de reclamar por la causal de despido invocada, comprendiendo los
respectivos finiquitos el pago de la indemnización por años de servicio propia de la
causal en cuestión, a saber, el incremento del 30% previsto en el artículo 168 letra a) del
Código del Trabajo y la indemnización sustitutiva del aviso previo. En definitiva, la
cláusula en que se exonera de responsabilidad al empleador no puede abarcar la acción
de despido injustificado, puesto que los trabajadores se reservaron el derecho a ejercerla
(considerandos 13º y 14º de la sentencia que acoge el recurso de unificación de
jurisprudencia).

II. El artículo 161 del Código del Trabajo prevé que el empleador puede poner término
al contrato invocando la causal de necesidades de la empresa, establecimiento o
servicio, tales como las derivadas de la racionalización o modernización de los mismos,
bajas en la productividad, cambio en las condiciones del mercado o de la economía, que
hagan necesaria la separación de uno o de más trabajadores, hipótesis que en ningún
caso son de carácter taxativo. En efecto, si bien la norma puede alcanzar a situaciones
análogas, todas ellas siempre deben decir relación con aspectos de carácter técnico o de
orden económico: los primeros aluden a rasgos estructurales de instalación de la
empresa, que provocan cambios en la mecánica funcional de la misma; mientras que los
segundos importan, en general, la existencia de un deterioro en las condiciones
económicas de aquélla que haga inseguro su funcionamiento. Por otro lado, tratándose
de una causal de despido objetiva, ajena a la conducta contractual o personal del
dependiente y que excede la mera voluntad del empleador, requiere, en todo caso, la
concurrencia de hechos o circunstancias que la hagan procedente. De esta manera, sea
que se trate de situaciones que fuercen procesos de modernización o racionalización –
derivados ambos del funcionamiento de la empresa– o de acontecimientos de tipo
económico, como son las bajas en la productividad o cambios en las condiciones del
mercado, deben todos ellos ser acreditados por el empleador, en virtud de la carga
procesal que la invocación del motivo de exoneración conlleva. En definitiva, el
empleador está autorizado para despedir al dependiente por esta causal cuando la
mantención de los puestos de trabajo no sea viable por motivos ajenos a su voluntad
(considerandos 6º a 8º de la sentencia de reemplazo).

El costo de la decisión de modificar la modalidad de prestación de los servicios de los


trabajadores, cuando ella no ha sido ocasionada por razones de bajas de productividad o
que involucren en sí merma en las condiciones económicas del empleador, no puede ser
traspasado al dependiente, por cuanto el legislador laboral protege la estabilidad en el
empleo y la mantención de las fuentes laborales, siendo de carga del empleador la
indemnización de sus trabajadores con los incrementos que al efecto dispone la ley,
siempre que la empresa no se encuentre en la necesidad de prescindir de sus empleados
por una situación externa e independiente de ella, sino la misma ha sido generada por su
decisión libre, en pro de la optimización de sus recursos y funcionamiento, decisión
legítima, que la ley no objeta, pero cuyas consecuencias deben ser asumidas por el
titular de la misma. Y si la prueba rendida por la demandada resulta insuficiente para
acreditar, por una parte, los hechos expuestos en las comunicaciones de despido y, por
otra, que la mantención de los puestos de trabajo de los actores no sea viable por
motivos ajenos a la voluntad del empleador, corresponde declarar injustificada la
invocación de la causal de necesidades de la empresa, siendo procedente condenarlo al
pago del incremento legal sobre la indemnización por años de servicios (considerandos
9º y 10º de la sentencia de reemplazo).

Normativa relevante citada


Arts. 161, 168 letra a) y 177 del CTRAB; 2446 del CC.

I. Sentencia que acoge el recurso de unificación de jurisprudencia

Santiago, ocho de enero de dos mil quince.

Vistos:

En estos autos RUC Nº 1340017363–4 y RIT O–89–2013 (y acumulada RIT O–91–


2013), del Juzgado de Letras de Trabajo de Curicó, doña María Ángeles Palomo
Fuentes, don Víctor Hugo Labra Albornoz, don Samuel Armando Olmedo Ramírez y
doña Ema Soledad Ramírez Fuentes, dedujeron demanda de despido injustificado en
contra de Comeduc, Fundación Nacional del Comercio para la Educación, representada
por don Julio Durán Muñoz, a fin que se declare que el despido fundado en la causal de
necesidades de la empresa es improcedente y se condene al pago de indemnización
sustitutiva del aviso previo e incremento del treinta por ciento sobre la indemnización
por años de servicio, más reajustes e intereses, con costas.

La demandada, al contestar, solicitó el rechazo del libelo, argumentando, en primer


término, que los despidos se efectuaron conforme a derecho. En subsidio, alegó
excepción de finiquito por ineficacia de la reserva de derechos formulada por los
demandantes.

En la sentencia definitiva, de veintitrés de agosto del año dos mil trece, se consideró que
la reserva de derechos expresada en los finiquitos fue hecha en forma genérica, vaga e
imprecisa, y que no se ha hecho reserva del o los derechos que puedan hacerse valer en
esta sede. En consecuencia, se acogió la excepción de finiquito y se rechazó la acción de
despido injustificado.

En contra de la referida sentencia, la parte demandante interpuso recurso de nulidad,


alegando la causal de infracción de ley establecida en el artículo 477 del Código
Laboral, en relación con el artículo 177 del referido Código.

La Corte de Apelaciones de Talca, conociendo del recurso de nulidad reseñado, por


resolución de cuatro de noviembre del año dos mil trece, escrita a fojas 27 y siguiente
de estos antecedentes, lo rechazó.

En contra de la resolución que falló el recurso de nulidad, la parte demandante dedujo


recurso de unificación de jurisprudencia solicitando que esta Corte lo acoja, y dicte la
correspondiente sentencia de reemplazo que decida que hace lugar a la demanda, con
costas, toda vez que se acreditó, a la luz de la correcta interpretación de los artículos 168
inciso 1º y 177 del Código del Trabajo, que el despido de los actores es improcedente.

A fojas 68, la demandada compareció ante esta Corte y formuló observaciones al


recurso de unificación de jurisprudencia interpuesto.

Se ordenó traer estos autos en relación.


Considerando:

Primero: Que de conformidad con lo dispuesto en los artículos 483 y 483 A del Código
del Trabajo, el recurso de unificación de jurisprudencia procede cuando, respecto de la
materia de derecho objeto del juicio, existieren distintas interpretaciones sostenidas en
uno o más fallos firmes emanados de tribunales superiores de justicia. La presentación
respectiva debe ser fundada, incluir una relación precisa y circunstanciada de las
distintas interpretaciones respecto del asunto de que se trate sostenidas en las
mencionadas resoluciones y que haya sido objeto de la sentencia contra la que se recurre
y, por último, se debe acompañar copia fidedigna del o de los fallos que se invocan
como fundamento.

Segundo: Que la parte demandante hizo alusión a los antecedentes de la causa y planteó
que la materia de derecho objeto del presente recurso se refiere a la correcta
interpretación y aplicación del artículo 177 del Código del Trabajo, en relación con la
reserva efectuada en el finiquito con anterioridad a ser ratificado ante el notario público,
para reclamar de la causal de despido invocada.

Tercero: Que la parte recurrente sustentó su arbitrio en que la interpretación efectuada


por los Ministros de la Corte de Apelaciones de Talca ha sido errada, en cuanto
estimaron que la reserva de derechos se realizó en términos genéricos e involucra todos
los aspectos de la relación laboral y su término, por lo que se opone al poder liberatorio
propio del finiquito laboral.

Afirma la impugnante que dicha interpretación se aparta de la que ha sostenido la Corte


de Apelaciones de Concepción en el ingreso Nº 539–2007 caratulado “Rojas González
Juan Pablo con Colegio de la Santísima Trinidad S.A.”, en sentencia de 8 de noviembre
de 2007, en la que, de acuerdo a su concepto, en un caso similar, se ha sentado la
correcta doctrina en el sentido que la reserva al finiquito estampada antes de ratificarlo,
es un acto unilateral que el legislador ha establecido como un derecho irrenunciable del
trabajador, y el empleador al efectuar el pago de las sumas de que da cuenta el finiquito
acepta también la reserva señalada.

Asevera, que si la empleadora hubiere estado en desacuerdo con la reserva de derechos


efectuada por los actores de autos, no debió pagar las cifras que se indican en cada uno
de los finiquitos, ni reclamar de dicha reserva recién al contestar la demanda, sin
perjuicio de que tal reserva no es vaga ni imprecisa. Agrega que la interpretación que
debió realizarse en la especie, es que la demandada, si tenía algún reparo o desacuerdo
con la reserva de derechos que consta en cada uno de los finiquitos, no debió objetarla
como imprecisa recién al contestar la demanda, toda vez que ha sido definida por la
doctrina como un acto unilateral no recepticio que el legislador ha establecido como un
derecho irrenunciable del trabajador y que lo habilita para interponer las acciones
legales para reclamar por la vía judicial respecto del derecho reservado.

Cuarto: Que de la lectura del fallo dictado por la Corte de Apelaciones de Concepción
en el ingreso Nº 539–2007, de 8 de noviembre de 2007, que está agregado a fojas 33 y
siguientes, mediante el cual se confirmó la sentencia apelada, se desprende que se trata
de la demanda de despido injustificado interpuesta por un trabajador quien suscribió
finiquito con reserva de derechos. En la referida sentencia se estableció que el finiquito
de contrato de trabajo suscrito por las partes cumple con las formalidades exigidas por
el artículo 177 del Código laboral, puesto que consta por escrito, está firmado por el
trabajador y fue ratificado por éste ante la Notario Público Suplente de San Pedro de la
Paz, el 28 de diciembre de 2006. Asimismo, se asentó que antes de que la Notario
Público dejara constancia de la ratificación, el demandante de su puño y letra estampó
“De acuerdo al artículo 168 letra a) realizaré la denuncia a la Inspección del Trabajo,
por el derecho del 30% del total de la indemnización, porque la causal del despido no
me satisface”. A continuación, en el motivo cuarto, la Corte aludida razonó de la
siguiente manera: “Que, en consecuencia, la reserva que el trabajador puede efectuar en
un finiquito antes de ratificarlo o, si se quiere, la ratificación del mismo bajo reserva de
limitación en cuanto a su poder liberatorio es un acto unilateral que el legislador ha
establecido como un derecho irrenunciable del trabajador. Por lo mismo, si el empleador
hubiere estado en desacuerdo con tal reserva, no debió haber pagado las sumas de que
da cuenta el finiquito, como ocurrió en la especie, con lo cual al haber efectuado el
pago, aceptó también la reserva señalada”. Enseguida, en el considerando quinto
discurrió: “Que la reserva de un derecho formulada por el trabajador lo habilita para
interponer las acciones legales para reclamar por la vía judicial el derecho reservado. En
la situación en estudio el trabajador se reservó el derecho de discutir el “30% del total
de la indemnización, porque la causal de despido no me satisface”, de manera que sólo
podrá interponer la acción por despido injustificado a fin de que se condene a la
demandada a pagar la indemnización por años de servicios con el incremento del 30%,
conforme lo previsto en el artículo 168 del Código del Trabajo, si efectivamente tuviere
tal derecho”. Luego, en el fundamento sexto, tuvo presente que hasta las modificaciones
introducidas por la Ley 19.759, el artículo 169 del Código laboral, que regula el pago de
la indemnización por años de servicio cuando se ha invocado la causal de necesidades
de la empresa, disponía expresamente que “El hecho de que el trabajador reciba parcial
o totalmente este pago importará la aceptación de la causal”, norma que fue derogada
por la ley citada, determinando que, sin perjuicio de recibir las sumas que el empleador
considere procedente, conserva su derecho a discutir la configuración de la causal y,
consecuencialmente, a demandar el pago de los respectivos recargos y ello,
independientemente de la formulación expresa de la referida reserva. Después, en el
considerando séptimo estableció: “Que concluir lo contrario, llevaría a dejar sin
aplicación la norma del artículo 168 inciso 1º letra a) del Código del Trabajo, que
ordena el recargo del treinta por ciento de la indemnización por años de servicios,
cuando se hubiere hecho aplicación improcedente de la causal del artículo 161 del
Código citado, ya que ello sólo puede ocurrir cuando, habiéndose pagado la
indemnización por el empleador, el trabajador controvierte sus fundamentos, pues si
ésta no ha sido pagada, debe estarse a lo dispuesto en el artículo 169 y disponerse su
pago con un recargo que puede llegar al ciento cincuenta por ciento”. Por todo lo
anterior, coligió que la reserva efectuada en el finiquito por el trabajador goza de
validez. Por otro lado, analizó la prueba rendida por las partes y concluyó que el
despido del actor fue improcedente, por lo que corresponde incrementar la
indemnización por años de servicio en un treinta por ciento.

Quinto: Que, al contrario del fallo indicado, la sentencia recurrida en la presente causa,
interpretando la normativa contenida en el artículo 177 del Código del Trabajo, decidió
que la de la instancia no incurrió en el vicio denunciado al rechazar la excepción de
finiquito. Al efecto, en su considerando cuarto, señaló: “Que esta Corte, analizando los
antecedentes es de opinión que la reserva de derechos es perfectamente posible en un
finiquito, pero debe estar referida a materias específicas como por ejemplo la causal de
despido aplicada, o el período trabajado; sin embargo una reserva en términos
genéricos, como la que se realizó, que involucra todos los aspectos de la relación laboral
y su término, resulta ser opuesta al poder liberatorio propio del finiquito laboral ya que
precisamente el objeto de éste, es que una vez suscrito, con los requisitos legales, libera
a las partes del contrato de trabajo de nuevos conflictos sobre esas materias, las que se
dan por terminadas, no obstante cuestiones puntuales, de la relación laboral o de su
término que pueden ser objeto de controversia”. Por su parte, en el razonamiento
duodécimo de la sentencia recurrida de nulidad, el juez de la instancia consideró que en
el caso sublite, las reservas de derechos expresadas en los finiquitos firmados por cada
uno de los actores y ratificados ante notario público, fueron hechas en forma genérica,
vaga e imprecisa, es decir, no se hicieron reservas del o los derechos que puedan
hacerse valer en sede judicial.

Sexto: Que de lo expuesto se infiere que concurre en el caso la similitud fáctica


necesaria entre la sentencia impugnada y la resolución del ingreso Nº 539–2007 de la
Corte de Apelaciones de Concepción, tenida a la vista, y queda de manifiesto la
existencia de distintas interpretaciones de Tribunales Superiores de Justicia sobre una
misma materia de derecho, a saber, el alcance del poder liberatorio de un finiquito de
contrato de trabajo suscrito con las formalidades establecidas en el artículo 177 del
estatuto laboral, en caso que el trabajador formule reserva de derechos. En otras
palabras, si la reserva de derechos efectuada por los trabajadores en los finiquitos, con
anterioridad a su ratificación ante el notario público, tiene o no validez que habilite a los
dependientes a reclamar la improcedencia de la causal invocada por la empleadora para
poner término a la relación laboral, contemplada en el inciso 1º del artículo 161 del
Código del Trabajo.

Séptimo: Que, ante la contradicción constatada y para una apropiada solución de la


controversia, resulta necesario determinar y aplicar la correcta doctrina sobre la materia.

Por consiguiente, el conflicto se circunscribe a analizar los hechos establecidos en la


sentencia de que se trata, para los efectos de calificar la reserva efectuada por los
trabajadores demandantes y, de esta manera, precisar la correcta exégesis del artículo
177 del Código del Trabajo, en orden a determinar el alcance del poder liberatorio de un
finiquito suscrito con las formalidades establecidas por el legislador, pero con reserva
de derechos, en relación con la acción de despido injustificado derivada de la causal de
necesidades de la empresa, para reclamar respecto del incremento legal sobre la
indemnización por años de servicio.

Octavo: Que, en primer lugar, es necesario tener presente lo dispuesto en el artículo 177
del Texto Laboral, que prescribe en sus incisos 1º y 2º: “El finiquito, la renuncia y el
mutuo acuerdo deberán constar por escrito. El instrumento respectivo que no fuere
firmado por el interesado y por el presidente del sindicato o el delegado del personal o
sindical respectivos, o que no fuere ratificado por el trabajador ante el Inspector del
Trabajo no podrá ser invocado por el empleador.

Para estos efectos, podrán actuar también como ministros de fe, un notario público de la
localidad, el oficial del registro civil de la respectiva comuna o sección de comuna o el
secretario municipal correspondiente”.

Noveno: Que esta Corte ha considerado con anterioridad que al finiquito se le


conceptualiza formalmente como “el instrumento emanado y suscrito por las partes del
contrato de trabajo, empleador y trabajador, con motivo de la terminación de la relación
de trabajo, en el que dejan constancia del cabal cumplimiento que cada una de ellas ha
dado a las obligaciones emanadas del contrato, sin perjuicio de las acciones o reservas
con que alguna de las partes lo hubiere suscrito, con conocimiento de la otra. El
finiquito en cuanto acto jurídico representa una convención y, frecuentemente, es de
carácter transaccional”. (Manual de Derecho del Trabajo, William Thayer Arteaga y
Patricio Novoa Fuenzalida, Tomo IV, quinta edición actualizada, pág. 60).

Décimo: Que, asimismo, este Tribunal ha señalado que el finiquito legalmente


celebrado constituye un equivalente jurisdiccional que tiene la misma fuerza que una
sentencia firme o ejecutoriada y da cuenta del término de la relación en las condiciones
que en él se consignan. Tal instrumento, de acuerdo a la transcrita norma contenida en
el artículo 177 del Código del Trabajo, debe reunir ciertos requisitos. A saber, debe
constar por escrito y, para ser invocado por el empleador, debe haber sido firmado por
el interesado y alguno de los ministros de fe citados en esa disposición. Además, en el
finiquito, obviamente, como se dijo, debe constar, desde el punto de vista sustantivo, el
cabal cumplimiento que cada una de las partes ha dado a las obligaciones emanadas del
contrato laboral o la forma en que se dará cumplimiento a ellas, en caso que alguna o
algunas permanezcan pendientes.

Undécimo: Que, en este orden de ideas, es dable asentar que como convención, es decir,
acto jurídico que genera o extingue derechos y obligaciones, que se origina en la
voluntad de las partes que lo suscriben, es vinculante para quienes concurrieron a
otorgarlo dando cuenta de la terminación de la relación laboral, esto es, a aquéllos que
consintieron en finalizarla en determinadas condiciones y expresaron ese asentimiento
libre de todo vicio y sólo en lo tocante a ese acuerdo, es decir, es factible que una de las
partes manifieste discordancia en algún rubro, respecto al cual no puede considerarse
que el finiquito tenga carácter transaccional, ni poder liberatorio. En otros términos, el
poder liberatorio se restringe a todo aquello en que las partes han concordado
expresamente y no se extiende a los aspectos en que el consentimiento no se formó, sea
porque una de las partes formula la reserva correspondiente, sea porque se trate de
derechos u obligaciones no especificados por los comparecientes, sea por cualesquiera
otras razones que el entendimiento humano pudiera abarcar.

Duodécimo: Que, en la especie, existió consentimiento y poder liberatorio acerca del


tiempo de duración y de las funciones desarrolladas por los actores, sobre la causal por
la que se puso término a la relación laboral –necesidades de la empresa– y respecto a la
cantidad de dinero que correspondía a los trabajadores por concepto de indemnización
por años de servicio. Asimismo, en la cláusula tercera, las partes concordaron en que
nada se adeudaba por ningún otro concepto al trabajador, sea de origen legal o
contractual derivado de la prestación de sus servicios, motivo por el cual no teniendo
reclamo ni cargo alguno que formular en contra de la Fundación Nacional del Comercio
para la Educación, otorga el más amplio y total finiquito a su empleadora, declaración
en la que la demandada pretende que se incluya la acción que han ejercido los
demandantes en estos autos.

De modo similar, en cada finiquito los actores expresaron en forma manuscrita, antes de
ratificarlo, que se reservan “el derecho de reclamar por la causal de despido invocada, y
por el cálculo de remuneraciones, indemnizaciones y otros conceptos laborales a que
haya lugar, sin perjuicio de otras acciones que procedieren”. Al respecto, la demandada
solicita se declare la ineficacia de la reserva de derechos consignada por los actores, por
ser, en su concepto, amplia y vaga.

Decimotercero: Que, sin embargo, en los instrumentos que se examinan se consignó


específicamente por cada trabajador que se reserva el derecho de reclamar por la causal
de despido invocada, esto es, por la improcedencia de la causal de necesidades de la
empresa. De tal forma, y comprendiendo los respectivos finiquitos el pago de la
indemnización por años de servicio propia de la causal de término del contrato de
trabajo invocada por la empleadora, sólo cabe concluir que la reserva mencionada se
refiere a los beneficios reclamados mediante la presente demanda, a saber, incremento
del 30% previsto en el artículo 168 letra a) del Código del Trabajo y la indemnización
sustitutiva del aviso previo.

Decimocuarto: Que de esta manera, la declaración efectuada en la cláusula tercera de


los mencionados finiquitos –referida en el considerando que precede y que exonera de
responsabilidad a la demandada– no puede abarcar la acción de despido injustificado
que se ventila en esos autos, puesto que los trabajadores se reservaron el derecho a
ejercerla.

En ese sentido, el finiquito es una transacción –en la especie, contrato por el que las
partes precaven un eventual litigio, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 2446 del
Código Civil– en la que se ajustan cuentas pendientes, por lo que es dable exigirle la
especificidad necesaria, en atención no sólo a los bienes jurídicos en juego, esto es,
derechos laborales de orden público, sino también porque se trata de evitar o eludir un
pleito, una controversia, entre quienes comparecen a dicho ajuste de cuentas, de ahí que
es necesario requerir la máxima nitidez en cuanto a las materias, derechos, obligaciones,
prestaciones e indemnizaciones sobre los cuales se ha formado el consentimiento, con el
objeto precisamente de impedir discusiones como la presente en que una parte entiende
que no ha transado y la otra, supone el acuerdo. De ese modo –con la nitidez sobre los
temas que versa el acuerdo– podrá exigírsele a cada parte que cumpla con lo acordado,
desde que constituye una ley para los contratantes y en el que debe concurrir la buena
fe.

Por su parte, como esta Corte ha dicho con anterioridad, la reserva de derechos
consignada en un finiquito firmado por ambas partes carece de eficacia si es genérica e
imprecisa, lo que no se produce en esta causa. En efecto, en este caso, se fijó como
hecho que los actores formularon reserva en relación con la improcedencia de la causal
de necesidades de la empresa, habiendo, por lo tanto, consentimiento y poder liberatorio
en los restantes aspectos que forman parte de la relación laboral extinguida. Tal es la
interpretación que debe darse a los acuerdos a que llegaron los litigantes, en su
oportunidad, resultando legítimo realizar reclamaciones tendientes al cobro de
prestaciones en torno a las cuales no hubo concierto, como ha ocurrido en la especie,
debiendo aceptarse el reclamo de los actores acerca de la causal invocada para sus
despidos.

Decimoquinto: Que, por lo reflexionado, yerran los sentenciadores de la Corte de


Apelaciones de Talca en el presente caso al estimar que la reserva de derechos realizada
por los actores no comprende la acción para reclamar por la causal de despido, y, a
resultas de lo cual, consideran que el finiquito suscrito por las partes tiene pleno poder
liberatorio respecto de la acción de despido injustificado. Sobre esta premisa, el recurso
de nulidad planteado por la parte demandante, fundado en la causal del artículo 477 del
Código del Trabajo, por infracción al artículo 177 del mismo cuerpo legal, con
influencia en lo dispositivo del fallo, debió ser acogido y anulada la sentencia del grado,
procediendo a dictar sentencia de reemplazo, toda vez que la reserva consignada en los
finiquitos precisa que se refiere al derecho para demandar por la procedencia de la
causal de despido invocada, cuestión que habilita a los demandantes a ejercer la acción
prevista en el artículo 168 del Código del Trabajo.

Decimosexto: Que, atendido lo razonado y concluido, y habiendo determinado la


interpretación que esta Corte estima acertada respecto de la materia de derecho objeto
del juicio, el presente recurso de unificación de jurisprudencia deberá ser acogido, e
invalidada la sentencia del grado, procediendo a dictar, acto seguido y en forma
separada, la correspondiente sentencia de reemplazo.

Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas y en conformidad, además, con


lo preceptuado en los artículos 483 y siguientes del Código del Trabajo, se acoge el
recurso de unificación de jurisprudencia deducido por la parte demandante a fojas 38, en
relación con la sentencia de cuatro de noviembre del año dos mil trece, dictada por la
Corte de Apelaciones de Talca, que se lee a fojas 27 y siguiente de estos antecedentes,
que no hizo lugar al recurso de nulidad interpuesto en contra de la sentencia de
veintitrés de agosto de dos mil trece, emanada del Juzgado de Letras del Trabajo de
Curicó, en autos Rit O–89–2013 (y acumulado Rit O–91–2013), Ruc 1340017363–4,
que rola a fojas 1 y, en su lugar, se declara que esta última sentencia es nula, debiendo
dictarse acto seguido y sin nueva vista, pero separadamente, la respectiva sentencia de
reemplazo en unificación de jurisprudencia.

Acordada con el voto en contra de los Abogados Integrantes señores Peralta y Prado,
quienes fueron de opinión de rechazar el recurso de unificación de jurisprudencia,
teniendo presente los siguientes fundamentos:

1º) Que para la procedencia del recurso en análisis, se requiere que existan distintas
interpretaciones respecto de una materia de derecho, esto es, que frente a hechos,
fundamentos o pretensiones sustancialmente iguales u homologables, se hubiere llegado
a resoluciones distintas.

2º) Que la interpretación de la norma jurídica comprende un conjunto de actividades


intelectuales, entre las cuales se incluye naturalmente la determinación de los
presupuestos de hecho, la selección de la norma llamada a regir el caso concreto y la
determinación de su verdadero sentido o alcance, de manera que no es posible enfrentar
la labor interpretativa situándose sólo en el ámbito normativo, aislándolo de los hechos
a los que se va a aplicar la ley cuyo sentido se trata de desentrañar, ya que con ello
puede llegar a alterarse el significado de la misma.

3º) Que para proceder entonces a la unificación de jurisprudencia, se requiere que en la


sentencia objeto del recurso hayan quedado establecidos con absoluta claridad los
presupuestos fácticos a los que debiera aplicarse la norma invocada, pues sólo entonces
podrá esta Corte abocarse a la tarea de dilucidar el sentido y alcance que dicha norma
posee, al ser enfrentada con una situación análoga a la resuelta en un fallo anterior en
sentido diverso.
4º) Que a la luz de lo expuesto y realizado el examen de la concurrencia de los
presupuestos enunciados precedentemente, tal exigencia no aparece cumplida en la
especie, desde que la situación planteada en autos no se puede homologar con la del
fallo que ha servido de sustento al recurso extraordinario en análisis, el que no
contempla el hecho de tratarse de una reserva de derechos formulada en forma vaga e
imprecisa.

5º) Que en el fallo acompañado al recurso, rol Nº 539–2007 de la Corte de Apelaciones


de Concepción, se razona sobre la base de hechos diversos. En efecto, se refiere a la
situación de un trabajador que ratificó el finiquito bajo reserva específica y precisa en
relación a que la empleadora fuera condenada a pagar el incremento del treinta por
ciento sobre la indemnización por años de servicio, por haberse invocado en forma
injustificada la causal de necesidades de la empresa. Asimismo, versa acerca del hecho
de haber pagado el empleador al trabajador las sumas que da cuenta el finiquito,
estimándose que ese pago significa que el primero acepta la reserva de derechos
formulada.

6º) Que de lo expuesto queda de manifiesto que el fallo acompañado por los
demandantes al recurso de unificación de jurisprudencia, no contiene una distinta
interpretación sobre la materia de derecho objeto de este juicio, toda vez que resuelve
sobre la base de presupuestos fácticos diversos a los planteados y resueltos en el fallo
aquí impugnado.

7º) Que de acuerdo a lo antes razonado, cabe concluir que, por no aparecer de los
antecedentes que conforman la presente causa ni del fallo acompañado, que la situación
de hecho planteada en la especie sea homologable a aquélla resuelta en la sentencia que
la parte recurrente ha invocado como fundamento de su pretensión –toda vez que están
ausentes en el fallo de contraste elementos fácticos que fueron determinantes en la
decisión del fallo de esta causa–, no es posible tener por establecido que se esté en
presencia de distintas interpretaciones sobre la misma materia de derecho como lo
requiere la disposición del inciso 2º del artículo 483 del Código del Trabajo.

Redacción a cargo del Ministro señor Carlos Aránguiz Zúñiga y de la disidencia, sus
autores.

Regístrese.

Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor
Carlos Aránguiz Z., señora Andrea Muñoz S., señor Carlos Cerda F., y los Abogados
Integrantes señores Ricardo Peralta V., y Arturo Prado P. No firma el Abogado
Integrante señor Peralta, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la
causa, por estar ausente. Santiago, ocho de enero de dos mil quince.

Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema.

Nº 5.000–2014.

II. Sentencia de reemplazo


Santiago, ocho de enero de dos mil quince.

Dando cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 483 C del Código del Trabajo, se dicta
la siguiente sentencia de reemplazo en Unificación de Jurisprudencia.

Vistos:

Se reproduce la sentencia recurrida de nulidad, con excepción de los párrafos penúltimo


y final del motivo duodécimo y el considerando decimotercero, que se eliminan, y se
reproducen, además, los motivos octavo a decimocuarto de la sentencia de unificación
que antecede.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

Primero: Que en estos autos comparecieron doña María Ángeles Palomo Fuentes, don
Víctor Hugo Labra Albornoz, don Samuel Armando Olmedo Ramírez y doña Ema
Soledad Ramírez Fuentes, quienes interpusieron demanda de despido injustificado en
contra de su ex empleadora Comeduc, Fundación Nacional del Comercio para la
Educación, con el objeto que se declare que en el despido de los actores, no se cumple
ninguna de las situaciones que autoriza el uso de la causal señalada en el artículo 161
del Código del Trabajo, y se condene a la demandada al pago de la indemnización
sustitutiva de aviso previo y el recargo del treinta por ciento sobre la indemnización por
años de servicio, conforme lo dispone la letra a) del artículo 168 del referido código,
más reajustes e intereses, con costas.

En relación con la causal de término de la relación laboral, sostienen que en las cartas
de cada uno de los demandantes, no se desarrolla un fundamento fáctico eficaz, pues se
limitan a repetir la norma que consagra el despido por necesidades de la empresa. Al
respecto, argumentan que el artículo 162 del Código del Trabajo impone a la
empleadora la obligación de señalar no sólo la causal legal que motiva el despido, sino
también los hechos en que se funda.

Segundo: Que al contestar la acción, la demandada solicitó el rechazo de la demanda


deducida por los actores debido a que sus despidos se efectuaron conforme a derecho,
por la causal de necesidades de la empresa, establecimiento o servicio. Asimismo, pidió
el rechazo del pago de la indemnización sustitutiva del aviso previo porque éste se hizo
con la antelación señalada en la ley. En subsidio, opuso excepción de finiquito, por
ineficacia de la reserva de derechos expresada por los demandantes.

En primer término, la demandada afirmó que los contratos de trabajo de los actores se
mantuvieron vigentes hasta el día 28 de febrero de 2013, fecha en que les puso término
por la causal establecida en el artículo 161, inciso 1°, del Código del Trabajo,
informándoles personalmente su desvinculación con fecha 23 de noviembre de 2012 y
enviando la correspondiente carta de despido en tiempo y forma, tanto a los trabajadores
como a la Inspección del Trabajo, con fecha 10 de diciembre del mismo año. Adujo que
en las cartas de despido se señalaron las razones de carácter económico y organizacional
que fundamentaban la causal aplicada, las que contienen todos los requisitos que exige
la ley para declarar justificados y procedentes los despidos de autos, encontrándose la
causal acreditada debido a la eliminación de los cargos donde los actores prestaban
servicios. En cuanto a la última remuneración, controvirtió el monto indicado en la
demanda. En relación con el recargo del 30% de la indemnización por años de servicio,
planteó que no corresponde dicho pago, ya que los demandantes firmaron con fecha 28
de febrero de 2013 un finiquito, recibiendo los montos allí ofrecidos, de manera que
reconocieron la aplicación de la causal de despido y las cantidades propuestas.

En subsidio, alegó que en la cláusula tercera de los respectivos finiquitos de 28 de


febrero de 2013, los demandantes hicieron constar su aceptación, dejando en evidencia
que no existe deuda pendiente, lo que hace posible aplicar la excepción de cosa juzgada,
de conformidad con lo establecido en el artículo 2460 del Código Civil. Hizo presente
que los demandantes no solicitaron expresamente la nulidad de los finiquitos, por lo que
el tribunal no puede restarles valor y declararlos nulos. Añadió que las reservas de
derechos formuladas por los actores son ineficaces, porque son tan amplias y vagas, que
hacen perder todo su sentido a los finiquitos, restándoles completamente su poder
liberatorio.

Tercero: Que no es un hecho controvertido en la causa la existencia de la relación


laboral entre los actores y la demandada, quienes se desempeñaron como profesores en
el establecimiento educacional Instituto Politécnico Superior Juan Terrier Dailly, de
Curicó.

Específicamente, doña María Ángeles Palomo Fuentes, don Víctor Hugo Labra
Albornoz, don Samuel Armando Olmedo Ramírez y doña Ema Soledad Ramírez
Fuentes, prestaron servicios desde el día 1º de abril de 2001, 1º de enero de 1983, 1º de
abril de 1986 y 1º de marzo de 2008, respectivamente, y la última en la asignatura de
religión. Todos los actores fueron desvinculados a partir del 28 de febrero de 2013.

Cuarto: Que de conformidad con las pruebas rendidas, en especial las cartas de despido
y comprobantes de envío de las mismas, analizadas de conformidad a las reglas de la
sana crítica, se establecen los siguientes hechos:

a) El término de los servicios de los actores ocurrió por decisión de la demandada, quien
con fecha 10 de diciembre de 2012 les remitió cartas fechadas el 23 de noviembre de
2012, por medio de las cuales comunicó su determinación de poner término a los
contratos de trabajo, a contar del 28 de febrero del año siguiente, aplicando la causal
estatuida en el inciso 1º del artículo 161 del mismo cuerpo legal, esto es, necesidades de
la empresa;

b) En la carta enviada a doña María Ángeles Palomo Fuentes, la empleadora fundó la


causal de necesidades de la empresa en “la reestructuración de los recursos humanos, lo
que modifica la carga horaria que usted imparte". En el caso de don Víctor Hugo Labra
Albornoz, la basó en "la racionalización de sus servicios profesionales en referencia al
término de la Jornada Escolar Vespertina del Establecimiento". En la situación de don
Samuel Armando Olmedo Ramírez, la fundamentó en “la racionalización de sus
servicios de enseñanza en referencia a la disminución de horas de Nombramiento
Especial, que modifica las horas que usted imparte". Y en la de doña Ema Soledad
Ramírez Fuentes, la fundó en "la racionalización de sus servicios de enseñanza en
referencia a la disminución de horas de la asignatura de Religión, en los niveles de 1º y
2º medios, lo que modifica las horas de clase del sector de aprendizaje que usted
imparte".
Quinto: Que en cuanto a la procedencia de la causal, el artículo 161 del Código del
Trabajo, en su inciso 1º establece: “Sin perjuicio de lo señalado en los artículos
precedentes, el empleador podrá poner término al contrato de trabajo invocando como
causal las necesidades de la empresa, establecimiento o servicio, tales como las
derivadas de la racionalización o modernización de los mismos, bajas en la
productividad, cambios en las condiciones del mercado o de la economía, que hagan
necesaria la separación de uno o más trabajadores. La eventual impugnación de las
causales señaladas, se regirá por lo dispuesto en el artículo 168”.

Sexto: Que la norma transcrita, prevé que el empleador puede poner término al contrato
invocando la causal de necesidades de la empresa, establecimiento o servicio, tales
como las derivadas de la racionalización o modernización de los mismos, bajas en la
productividad, cambio en las condiciones del mercado o de la economía, que hagan
necesaria la separación de uno o de más trabajadores, hipótesis que en ningún caso son
de carácter taxativo. En efecto, como lo ha señalado anteriormente esta Corte, si bien la
disposición en estudio puede alcanzar a situaciones análogas, todas ellas siempre deben
decir relación con aspectos de carácter técnico o de orden económico. Los primeros
aluden a rasgos estructurales de instalación de la empresa, que provocan cambios en la
mecánica funcional de la misma. En cuanto a los segundos, ellos importan –en general–
la existencia de un deterioro en las condiciones económicas de aquélla que haga
inseguro su funcionamiento.

Séptimo: Que, por otro lado, cabe considerar que tratándose de una causal de despido
objetiva, ajena entonces a la conducta contractual o personal del dependiente y que
excede, por cierto, la mera voluntad del empleador, requiere, en todo caso, la
concurrencia de hechos o circunstancias que la hagan procedente. De esta manera, sea
que se trate de situaciones que fuercen procesos de modernización o racionalización –
derivados ambos del funcionamiento de la empresa– o de acontecimientos de tipo
económico, como son las bajas en la productividad o cambios en las condiciones del
mercado, deben todos ellos ser probados en virtud de la carga procesal que la
invocación del motivo de exoneración conlleva.

Octavo: Que, por consiguiente, al ser una hipótesis de término de los servicios que
escapa de la voluntad del empleador, quien debe verse compelido a adoptarla por las
razones que –a vía ejemplar– menciona la ley, debe ser interpretado como la
autorización otorgada para despedir cuando la mantención de los puestos de trabajo no
sea viable por motivos ajenos a su voluntad.

Noveno: Que, así, el costo de la decisión de modificar la modalidad de prestación de sus


servicios –en virtud de cuyo diseño se justificaba la contratación de los actores– cuando
ella no ha sido ocasionada por razones de bajas de productividad o que involucren en sí
merma en las condiciones económicas del empleador, no puede ser traspasado al
dependiente, por cuanto –como se ha dicho– el legislador laboral protege la estabilidad
en el empleo y la mantención de las fuentes laborales, siendo de carga del empleador la
indemnización de sus trabajadores con los incrementos que al efecto dispone la ley,
siempre que la empresa no se encuentre en la necesidad de prescindir de sus empleados
por una situación externa e independiente de ella, sino que la misma ha sido generada
por su decisión libre, en pro de la optimización de sus recursos y funcionamiento,
decisión legítima, que la ley no objeta, pero cuyas consecuencias deben ser asumidas
por el titular de la misma.

Décimo: Que la prueba rendida por la demandada, analizada de conformidad a las reglas
de la sana crítica, es insuficiente para acreditar, por una parte, los hechos expuestos en
las comunicaciones de despido y, por otra, que la mantención de los puestos de trabajo
de los actores no sea viable por motivos ajenos a la voluntad de la empleadora. En
consecuencia, corresponde declarar injustificada la invocación de la causal de
necesidades de la empresa.

De acuerdo a lo razonado, esta Corte concluye la procedencia de la condena al pago del


incremento legal sobre la indemnización por años de servicios, que compete a los
dependientes.

Undécimo: Que, en lo que atañe a la remuneración de los demandantes, como se ha


dejado asentado previamente, en el considerando undécimo reproducido de la sentencia
del grado, la parte demandada no exhibió los contratos de trabajo de los actores con sus
respectivos anexos, haciéndose efectivo el apercibimiento solicitado, en conformidad a
lo dispuesto en el artículo 453 Nº 5 del Código del Trabajo, lo que unido a la
documental rendida por la demandante, se tiene por probado que la última remuneración
de los actores doña María Ángeles Palomo Fuentes, don Víctor Hugo Labra Albornoz,
don Armando Olmedo Ramírez y doña Ema Soledad Ramírez Fuentes, ascendió a las
sumas de $520.426, $1.272.978, $1.425.899 y $943.615, respectivamente.

Duodécimo: Que, por consiguiente, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 168


del Código del Trabajo, deberá condenarse a la demandada al pago del incremento del
treinta por ciento de la indemnización por años de servicio, sobre la base de una
remuneración ascendente a $520.426, $1.272.978, $1.425.899 y $943.615, en el caso de
doña María Ángeles Palomo Fuentes, don Víctor Hugo Labra Albornoz, don Samuel
Armando Olmedo Ramírez y doña Ema Soledad Ramírez Fuentes, respectivamente.

En cambio, atendido los hechos asentados en el motivo cuarto que antecede, no procede
el pago de indemnización sustitutiva del aviso previo, por haberse enviado la
comunicación correspondiente con la debida antelación.

Decimotercero: Que en lo que atañe a la alegación subsidiaria de la demandada,


concernido a la “excepción de finiquito” fundada en la ineficacia de la reserva de
derechos expresada por los demandantes, cabe señalar que, como también se ha dejado
establecido en las consideraciones de la sentencia de unificación que se reproducen, la
reserva consignada en los finiquitos precisa que se refiere al derecho a reclamar por la
causal de despido invocada, cuestión que habilitó a los demandantes para ejercer la
acción prevista en el artículo 168 del Código del Trabajo, tal como lo hicieron. En otras
palabras, las reservas de derechos formuladas por los trabajadores demandantes en cada
finiquito se refieren específicamente a su derecho a reclamar por la causal de despido
invocada por la empleadora que, como se señaló, equivale al ejercicio de la acción de
despido injustificado, particularmente el cobro del incremento legal sobre la
indemnización por años de servicio y la indemnización sustitutiva del aviso previo, sin
perjuicio de lo consignado en el motivo que antecede. Desestimándose, de este modo, la
alegación de la demandada relativa a la ineficacia de la aludida reserva realizada en los
finiquitos.
Decimocuarto: Que, en consecuencia, las reflexiones anteriores conducen a acoger la
acción de despido injustificado respecto del incremento legal reclamado derivado de la
invocación indebida de la causal de necesidades de la empresa.

Por estas consideraciones y, visto, además, lo dispuesto en los artículos 1º, 7º, 8º, 9º, 41,
161, 162, 163, 168, 172, 173, 420, 425 y siguientes y 459 del Código del Trabajo, se
declara que:

I.– Se acoge la demanda interpuesta por doña María Ángeles Palomo Fuentes, don
Víctor Hugo Labra Albornoz, don Samuel Armando Olmedo Ramírez y doña Ema
Soledad Ramírez Fuentes, en cuanto se declaran injustificados sus despidos y, por lo
tanto, se condena a la demandada a pagarles por concepto de incremento del treinta por
ciento previsto en el artículo 168 letra a) del Código del Trabajo, las sumas de
$1.717.405, $4.200.827, $4.705.466 y $1.415.422, respectivamente.

II.– Se rechaza la demanda en cuanto se reclama el pago de indemnización sustitutiva


del aviso previo.

III.– Las cantidades señaladas deberán pagarse con los reajustes e intereses que
establecen los artículos 63 y 173 del Código del ramo.

IV.– No se condena en costas a la demandada, por no haber resultado totalmente


vencida.

Acordada con el voto en contra de los Abogados Integrantes señores Peralta y Prado,
quienes estuvieron por mantener la decisión adoptada por el Juzgado de Letras del
Trabajo de Curicó por las razones expresadas en el voto disidente contenido en la
sentencia del recurso de unificación de jurisprudencia.

Redacción a cargo del Ministro señor Carlos Aránguiz Zúñiga y de la disidencia, sus
autores.

Regístrese y devuélvase.

Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor
Carlos Aránguiz Z., señora Andrea Muñoz S., señor Carlos Cerda F., y los Abogados
Integrantes señores Ricardo Peralta V., y Arturo Prado P. No firma el Abogado
Integrante señor Peralta, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la
causa, por estar ausente. Santiago, ocho de enero de dos mil quince.

Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema.

Nº 5.000–2014.

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