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Ya sea una obra histórica, de terror, de fantasía o de danza clásica, el maquillaje debe
adaptarse a la historia y al personaje. Por ello, reunirse con director/a o guionistas así como los
responsables de vestuario es imprescindible para comprender qué se necesita transmitir. Tras
ello, llega el momento de estudiar la iluminación, ver qué tipo se utiliza, dónde están
colocados los focos, reflectores y juegos de luces que darán dimensión a la escenografía y a los
protagonistas. Con toda esta información, el maquillador se dispondrá a hacer pruebas para
lograr el mejor resultado en cada caso.
Chicas maquillando.
Una vez fijadas las características de la obra de teatro y del espacio, el maquillaje debe ser muy
preciso para transmitir lo que se desea. El primer paso es aplicar una base más oscura que el
color natural para que la luz del escenario no haga desaparecer los rasgos. Tras ello se puede
utilizar la técnica del contouring mediante la cual se modela el rostro con tonos claros para
conseguir resaltar los rasgos y oscuros para dar profundidad. El objetivo es conseguir unas
facciones exageradas que puedan apreciarse desde cualquier punto de la sala de butacas.
El maquillaje en las obras de teatro suele ser denso y cuenta con más pigmentación que el de
uso diario para que sus efectos se puedan observar a gran distancia. Además, el tratamiento
de los ojos y la mirada debe ser muy cuidadoso para transmitir todas la emociones que
requiera el papel; por ello es habitual potenciarlos con colores llamativos y pestañas postizas.
Exactamente lo mismo en los labios, perfilarlos hará que no se pierda su silueta.
Finalmente, un detalle relevante es tener en cuenta que los actores y actrices están sometidos
a altas temperaturas bajo los focos por lo que hay que evitar los brillos con polvos translucidos
y pequeños retoques durante la función. Este paso es especialmente importante en el caso del
ballet y la danza o en las obras musicales en las que los protagonistas están en constante
movimiento.
Estudiar muy detenidamente la iluminación y las características del teatro, desde la primera
fila hasta la última.
Personalizar el maquillaje teatral de cada personaje con unos pasos básicos que den volumen y
expresividad al los rasgos del rostro.