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Pitágoras
relación longitud-frecuencia
Pitágoras fue uno de los grandes pensadores que dedicó muchos esfuerzos a la música. Para
él los planetas se movían armónicamente y producían una música que no podíamos oír
porque estábamos demasiado acostumbrados a ella. La llamaba “La música de los
planetas”. Esta teoría afirma que los tonos emitidos por los planetas dependen de las
proporciones aritméticas de sus órbitas alrededor de la Tierra, de la misma forma que la
longitud de las cuerdas de una lira determina sus tonos. Pitágoras propone que el Sol, la
Luna y los planetas emiten un único zumbido basado en su revolución orbital, y que la
cualidad de la vida en la Tierra refleja el tenor de los sonidos celestiales que son
imperceptibles para el oído humano.
Las esferas más cercanas producen tonos graves, que se agudizan a medida que la distancia
aumenta. Esta tradición fue recogida y seguida desde entonces y en un principio se basaría
en la tierra, el sol y los 5 planetas conocidos. En total las 7 notas del pentagrama. Después
se añadirían 3 esferas más para alcanzar el 10, por ser un número idealizado por los griegos.
Para buscar relaciones entre la música y las matemáticas Pitágoras usaba un monocordio.
En el monocordio situaba un punto de apoyo y tocaba los dos extremos de la cuerda.
Teniendo en cuenta que el sonido que produce una cuerda depende de la longitud, grosor y
tensión, cualquier variación en uno de estos tres parámetros afecta a la frecuencia de
vibración de la cuerda. Pitágoras llegó a la conclusión de que determinados cambios en la
longitud de la cuerda proporcionaban sonidos “armónicos” entre si. Este descubrimiento era
una maravillosa confirmación de su teoría de que números y belleza eran uno y de que el
mundo físico y el emocional podían ser descritos con números sencillos: existía una
relación armónica entre todos los fenómenos perceptibles. Encontró que, para conseguir un
acorde de quinta (el cual sabemos que es el acorde más consonante después de la octava) la
relación del tamaño de las cuerdas era de 3/2.
El fenómeno físico que hay detrás de esta belleza o armonía, es que cuando se pulsa una
cuerda, no solamente se produce una onda del largo de la cuerda (la fundamental), sino que
se forman además dos ondas de la mitad de la longitud, tres ondas de un tercio de la
longitud, cuatro de un cuarto de la longitud, y así sucesivamente. Cada vibración
secundaria, conocidas como armónicos, son más agudos y suaves (volumen) que el sonido
Acústica Andrés Félix Granados
Profesor: Roberto Morales
Los tonos de la escala pitagórica diatónica son mayores que los de la escala diatónica
temperada, y su cociente es de 9/8, equivalente 203,91 cents; en cambio, los semitonos
diatónicos pitagóricos son más pequeños, de cociente 256/243, o 90,22 cents. (Recordemos
que un semitono temperado equivale a 100 cents.). En la escala pitagórica cromática se
forman dos clases de semitonos: el semitono cromático, que es el que forman dos notas del
mismo nombre, una de ellas con una alteración (por ejemplo, sol ♭ · sol, re · re ♯), y el
semitono diatónico, entre dos notas de distinto nombre (por ejemplo, fa · sol ♭, la ♯ · si, si ·
do, mi · fa). El semitono cromático pitagórico tiene como cociente 2187/2048, equivalente
a 113,69 cents. Por tanto, en la escala pitagórica el semitono cromático es más grande que
el semitono diatónico; eso significa que, por ejemplo, sol ♯ está más cerca de la que lo que
lo está la ♭, y por tanto, sol ♯ es más aguda que la ♭, etc.
El sistema pitagórico, con sus sensibles altas y sus semitonos cromáticos grandes y
diatónicos pequeños (en sentido contrario a los de la justa entonación y los del sistema
mesotónico), es equiparable a lo que se conoce como "entonación expresiva". En él, las
quintas son justas (701,96 cents), pero las terceras mayores son incluso más grandes
(407,82 cents) y armónicamente más desafinadas que las temperadas. Las terceras menores
son más pequeñas (294,13 cents) y, por tanto, también más desafinadas que las temperadas.
Ambos intervalos producen batimientos rápidos característicos.
La escala pitagórica se basa en la creación del mayor número posible de cuartas y quintas
perfectas, sacrificando la afinación de terceras y sextas mayores y menores. Una octava es
una cuarta más una quinta (4/3*3/2=2), por tanto, subir una cuarta es lo mismo que bajar
una quinta y viceversa. Todas las notas de la escala (incluidos sostenidos y bemoles),
pueden alcanzarse subiendo o bajando doce quintas o doce cuartas sucesivamente. La
proporción entre cada cuerda y la siguiente es de 9:8 (tono), salvo en los casos de fa/mi y
do/si, en donde es de 256:243 (semitono diatónico, mayor que el semitono cromático). El
problema reside en que aplicar dos semitonos no equivale a aplicar un tono. Además, la
distribución de tonos y semitonos es irregular.