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(l) Cf. J. PEDERSEN, Israel: Its Lite and Culture, I-Il (Copenhagen, 1926), pp. 336ss.;
G. VON Rad, Teología del A.T., 1 (Salamanca, 1982), pp. 453ss.; E. JÜNGEL, Paolo e
Cero (Brescia, HY78), pp. 48ss.
LA JUSTIFICACION EN ROMANOS 279
b) El matiz ético. Aquí, "justo" es el que tiene una conducta apta para
ser aprobada por Dios en su juicio, es decir, una conducta ajustada a los
requerimientos de Dios. Naturalmente, ésta era una apreciación que, en lo
concreto, quedaba entregada, durante el tiempo histórico, a la opinión de
los "espectadores", si es que no a la del mismo interesado ...
( 2) Cf. sobre todo el comentario de E. Podechard (Lyon, 1949), que sigue siendo, a mi
juicio, el más penetrante que se haya hecho de este salmo.
(3) En el N.T. se encuentran escasas alusiones a este tema con este vocabulario.
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En el A.T. merece sefialarse sobre todo el libro de Job, situado, por cierto,
dentro de la tradición sapiencial que nutre al autor y a la que el autor
sobrepasa soberanamente(5). Esta obra genial, cuyo carácter literario de
"alegato forense" es cada vez más reconocido, desarrolla dramáticamente
la búsqueda apasionada, por parte de Job, de una palabra de aprobación
en su favor dada por Dios como Juez de la vida humana, ya que, a dife-
renda de sus tres "amigos", se niega tenazmente a aceptar la validez del
"juicio inmanente" encarnado en la suerte visible de las personas. Du-
rante el debate, el protagonista trata inútilmente de obtener esa aproba-
ción por medios forenses, pero "espera desesperadamente" lograrla aunque
sea "in extremis" (cf. 19, 25-27). De hecho, Dios sólo pronuncia esa apro-
bación cuando Job, ante la grandeza desmesurada con que Dios se le
mostró, ha renunciado a obtenerla como un derecho y se retracta, "en el
polvo y la ceniza", de sus pretensiones y seguridades.
En el periodo intertestamentario el problema teológico de la justifi-
cación del hombre vuelve a aparecer con mucha fuerza, y con diferencias
muy considerables, en los diversos grupos religiosos que se desarrollaron
a partir de la "Resistencia" contra la helenización impuesta a la fuerza
por Antioco Epifanes. El talante religioso con que este problema era abor-
dado en el movimiento fariseo se puede percibir, v.gr., en los Salmos de
Salomón (ver Ps. Sal., 3, 3-8; 15, 4-13; etc.). En cambio, en el grupo de
Qumrán se tuvo de él una conciencia mucho más profunda, dominada por
la idea de la gratuidad divina que lo sustenta, como puede verse especial-
mente en algunas piezas del rollo de los Himnos (v.gr., 1QH, IV, 29-37) Y
en el gran himno conclusivo de la Regla de la Comunidad (1QS, XI, 2-
22)(6) .
En el N.T. (sin incluir las cartas paulinas) el problema sólo aparece
tematizado en Sant 2, 14-26, en clara dependencia del tratamiento paulino
del tema y en reacción contra una manera de entenderlo. otros textos del
N.T. sólo nos ofrecen "fragmentos" del mismo. Más interesantes que Act
13, 38-39, donde el autor pone en boca de Pablo un rápido resumen de la
teologia de Gal y Rm, son ciertos dichos de Jesús conservados en la tradi-
ción sinóptica. En Mt sólo encontramos uno, caracterizado por la anti-
tesis "ser justificado" - "ser condenado" y por el papel decisivo que para
esta alternativa constituyen las "palabras" de cada cual (Mt 12, 37). Más
"puntudos" son los dos dichos(7) que encontramos en Lc puestos sobre
los labios de Jesús: el que proclama "justificado" al salir del Templo, no
al fariseo cumplidor de todas las leyes, sino al publicano que reconoce ser
pecador (Lc 18, 14), Y sobre todo el que contiene una apóstrofe directa
de Jesús contra los fariseos: "Vosotros sois los que os justificáis a vosotros
mismos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; pues
lo que entre los hombres es prestigioso, es una abominación delante de
Dios" (Lc 16, 15).
( 8) Tratamos de citar los textos paulinos respetando su cronología. Son los textos de la
2 Cor los que ofrecen mayor dificultad. Nuestra hipótesis es que en ella se deben
reconocer 5 trozos de edad diferente: a) 2 COl' 6,14-7,1, si es que es paulino, debe
ser anterior incluso a 1 COT; b) 2 COT 8, escrito inmediatamente después de la
"visita intermedia"; c) 2 COT 10-13, donde reconocemos la "carta escrita entre lá-
grimas"; d) 2 COT 1-7 (salvo el trozo ya mencionado), que es la "carta de reconci-
liación"; e) 2 Cor 9, esquela escrita justo antes de partir de Macedonia a Corinto para
la "tercera visita". Flp (que también recopila esquelas de diferentes momentos) se
sitúa en el mismo tiempo que la correspondencia con Corinto. En cuanto a Gal,
debe situársela entre la parte más reciente de Flp y Rm.
(9) La "carta A" tiene su núcleo esencial en 4, 10-20; la "carta B" abarca al menos de
1,1 a 3,1; la "carta C", polémica, incluye ciertamente 3, 2-21. Como se ve la perte-
nencia exacta de 4, 1-9 Y de 4, 21~22 es difícil de precisar.
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(10) Nuestra interpretación les debe mucho a las observaciones y sugerencias de C.F.D.
MoULE, An Idiom-Book of the New Testament Greek (Cambridge, 1959), pp. 195ss.
( 11) Es decir, en la situación de quienes, por la observancia de las exigencias de la
Ley, proclaman una necesidad de justificación no eliminada por la adhesión a
Cristo.
( 12) Frase extremadamente elíptica. El punto que permite desenredar la madeja es que
Pablo se siente muerto a la Ley porque se siente crucificado junto con Cristo, y
Cristo en la cruz murió a la Ley a la que habia nacido sometido (ef. Cal 4, 4): su
vida de l'esucitado ya no está bajo su imperio. Ahora bien, a Cristo lo condenaron
a muerte esgrimiendo en su contra las normas de la Ley, es decir "por medio de la
Ley".
LA JUSTIFICACION EN ROMANOS .283
una dificultad que para muchos autores es decisiva: la de Roma era una
comunidad no fundada por Pablo, ni directa ni indirectamente (16), Y
con la cual él no había tenido contactos ni relaciones; por tanto, se piensa,
Pablo tuvo que prescindir de lo que había sido el móvil de todas sus cartas
anteriores: un estímulo surgido de la comunidad destinataria.
Pensar de esta manera es ignorar, no sólo la larga lista de saludos
a conocidos que tenemos en el cap. 16 (la que, sin embargo, está sujeta
-como se sabe- a problemas criticas de bastante peso), sino sobre todo
el hecho insoslayable de que Pablo ;en Rm muestra estar perfectamente
enterado de -al menos- una situación concreta y contingente de la
comunidad cristiana de Roma: su división entre "fuertes" y "débiles", a
la que dedica una larga y cuidadosa atención (14,1-15,7). Este hecho es
de un enorme alcance (17), sobre todo cuando se percibe, por una parte,
que esta sección está entera dirigida a los "fuertes", para exhortarlos a
acoger, respetar y soportar a los "débiles", y, por otra, que el mismo Pablo
se identifica visiblemente con el grupo de los "fuertes" cuando escribe:
"Nosotros, los fuertes, debemos soportar ... " (15, 1). Si, además, se consi-
dera que la naturaleza de los escrúpulos alimentarios que caracterizan a
los "débiles" orienta hacia su identificación con cristianos de origen judio
(comparar Rm 14, 2, con Dan 1, 12), Y que el tema del Judaismo tiene una
gran presencia a través de toda la carta (1, 16; 2, 9ss. 17; 3, 1.29; 4, 1; 7,4;
Y los capp. 9-11), parece imponerse la hipótesis de que Rm es la respuesta
de Pablo a una consulta enviada por los "fuertes" de la comunidad de
Roma a raíz del conflicto en que se encontraban con los "débiles" (18) :
respuesta en la que les da la razón a los "fuertes" .en lo t.eórico, es decir,
en su reivindicación de la libertad cristiana respecto de la Ley, fundada
en la justificación sólo por la fe, pero exhortándolos al respeto concreto
de los "débiles" (19).
Esta hipótesis aclara muchas cosas en la carta. Ante todo, la afirma-
ción enfatizada de que, "en razón de la fidelidad de Dios, Cristo se hizo
servidor de la circuncisión para cumplir las promesas hechas a los Pa-
triarcas" (20), mientras que a los Gentiles les cabe "glorificar a Dios por
su misericordia" (Rm 15, 8-9): afirmación cuya topicidad salta a la vista
en el contexto de la invitación paulina a los "fuertes" de acoger a los
"débiles". Pero, sobre todo, la hipótesis explica por qué en Rm aparece
tan enfatizada la situación de privilegio que le corresponde a Israel según
los designios inconmovibles de Dios (1, 16; 3, 1-3; Y todo el conjunto de
los capp. 9-11). Resultan particularmente claras a la luz de nuestra hi-
pótesis las advertencias que encontramos en el cap. 11, después de la afir-
(16) Por Col 1, 4-9; 2, 1; 4, 12-13, sabemos que las iglesias del ~Hinterland" de Efeso
fueron fundadas por discípulos de Pablo mientra~ él residía en la metrópoli asiática.
( 17) El primero en subrayarlo ha sido W. Marxsen en su Introducción al Nuevo Testa-
mento (Gütersloh, 19(4). A él se le deben los elementos más sustantivos de lo que
sigue.
( 18) No es del caso mencionar aquí otros supuestos de la hipótesis y sus fundamentos,
documentales o verosímiles.
(19) Comparar con la reacción de Pablo frente a los "fuertes" de Corinto en el asunto
de los idolotitos: 1 Cor 8, 1-13.
(20) Cf. Mt 15, 24.
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mación de que "si la raíz (del pueblo judía) es santa, tambíén lo son las
ramas" Rm 11, 16): "Si algunas ramas fueron desgajadas, y tú, siendo
olivo silvestre, fuiste injertado en las restantes, para compartir con ellas
la raíz y la savia, no te engrías contra aquellas ramas; y si te engríes,
piensa que no eres tú quien sostiene la raíz, sino la raíz a ti. Claro que
dirás: 'Es que algunas ramas fueron desgajadas precisamente para que yo
fuera inJertado'. Muy bien: por su incredulidad fueron desgajadas, mien-
tras que tú estás firme por la fe. Pues, si Dios no perdonó a las ramas
naturales, tampoco a ti te perdonará" (Rm 11, 17-21).
(22) Este último tema, desarrollado (como ya sabemos) en los capp. 9-11, no lo vamos
a tratar en el presente artículo. Por lo mismo, resumimos aquí los puntos "polares"
de su sinuoso pensamiento: 1) La Promesa apuntaba al Israel según el espíritu, es
decir, a los herederos de la fe Abraham. 2) La caída de Israel no ha sido total:
ha quedado un "Resto". 3) La caída de Israel fue útil: permitió el acceso de los
Gentiles al Pueblo de Dios. 4) La caída de Israel no es definitiva, sino provisoria:
hay una esperanza para Israel.
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3.1.3. El papel de la fe
(24) Podríamos glosar: "Si se pide que todo sea por fe. es para que se salve el carácter
de Gracia que todo tiene". Es muy importante la contribución al respecto de D.J.
DoUGH'IY, "The Priority of KHARiIS: An Investigation of the theological language
of Paul", NTSt 19 (1972173), pp. 163ss.
( 25) Como es bien sabido, tal concepción hunde sus raíces en el doble relato de la
creación del primer hombre que encontramos en el Génesis. Este hecho, favorecido
por la inslúiciente conciencia literaria, pudo sugerir la idea de "dos primeros hom-
bres". Filón de Alejandría (Leg. Alleg., 1, 315.; opif. Mund., 134) recoge esta suge-
rencia del texto para afirmar la prioridad absoluta de su "hombre ideal" (en el
sentido platónico), del que el primer hombre plasmado de la tierra es sólo imagen
imperfecta y decaída, viendo la creación de éste en Gen 2, y la de aquél en Gen 1.
Pablo, en cambio, sin temer ir contra el orden del Génesis, afirma que el primero
fue el "psíquico" y terreno, y sitúa en el orden escatológico la prioridad del Adán
"pneumático" y celestial.
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3.2.1. Análisis de Rm 5
(26) Verss. 1l-2,1, La pertenencia estructural del verso 11 no es clara. Aunque suele
vinculárselo con la 1~ parte del capítulo, pienso que debe vérselo como la introduc-
ción de la 2~. A ello me mueven: a) la fórmula estructurante ou mónon dé, aUa
kai kaukh6menoi (cf. verss. 2-3) abre hacia un nuevo desarrollo; b) la presencia
de la fórmula día touto al comienzo del verso 12, que sólo se explica si lo que se
va a decir es una aplicación de lo dicho en el verso 11. El pensamiento ellptico de
Pablo se hace claro con una glosa: "Y no sólo esto; sino que también nos gloriamos
en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por el cual ya recibimos la reconciliación. Por
eso sabemos que recíbiremos la Vida, porque, así como por un hombre entró el
Pecado en el mundo, y por el Pecado la Muerte, así ... ".
( 27 ) Como lo vio muy bien Orígenes, la primera parte del verso 12 constituye un anacoluto
que debe completarse como sigue: "así por un hombre entró la justicia en el mundo,
y por la justicia la vida". Pero Pablo, en los verss. 12b-14, se dejó desviar -como a
menudo le sucede- de su meta, para mostrar cómo se articulan muerte y pecado
en la exis,tencia humana histórica. Ver, sobre todo, S. Lyonnet, arto "Péché", DBS,
VII, 509ss.; "Le péché originel en Rm 5, 12, l'exégese des Peres grecs et les décrets
du concile de Trente", Bíblica 41 (1960), pp. 325 ss.; y, sin tecnicidad, los capp.
HI y IV de su libro La Historía de la Salvaci6n en la Carta a los Romanos (Sala-
manca, 1967).
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Vale la pena subrayar que todo el capítulo está basado en una "pro-
porción" que podria expresarse en una ecuación, según la cual el Pecado
es a la Muerte lo que la Justicia es a la Vida/Salvación. Y es evidente
que el interés directo de Pablo recae sobre la segunda pareja, y que la
primera sólo le interesa en la medida en que contribuye a la comprensión
de la segunda, con su gran afirmación sobre el reinado de la Gracia en el
proceso que a través de la justificación lleva a la Vida eterna.
(28) Este procedimiento, llamado técnicamente diatribe, era muy usado sobre todo por
los estoicos y cínicos, y constituyó una "vulgarización" del método dialógico de
Platón.
(29) Señalemos que el aporte de este gran trozo está ya como 'in nuce" en Rm 7, 5.
Y d. ya 1 Cor 15, 56.
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(30) Cf., sobre todo, W.G. KÜMMEL,Romer 7 und die Bekehrung des Paulus, 1929
(reeditado en Munich en 1974); S. LYONNET,"L'histoire du salut selon le chapitre
VII de l"epitre aux Romains", Biblica 43 (1962), pp. 117ss.; y, sin tecnicidad, los
capp. V y VI del libro del mismo Lyonnet citado en la nota 27.
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sus Exegetische Versuche ... , pp. 181ss. Dos estudiantes de E. Kasemann hicieron
sus disertaciones desarrollando con acopio científico las ideas de su maestro (no sin
aportes personales): Chr. MÜLLER, Gottesgerechtingkeit und Gottes Volk (Rm 9-11)
(Gottingen, 1964); P. STUHLMACHER, Gerechtigkeit Gottes bei Paulus (Gottingen,
1965).
( 32) En cuanto a la cláusula ek písteos eis pístin, nos parece, con A. hUTA, Gottes
Bundestreue: Rm 3, 25, Stuttgart, 1969, que signífica ek písteos Theou eis pístin tón
pisteUÓntón. El concepto de pístis Theou, con el sentido de "fidelidad de Dios",
aparece en Rm 3,3; por otra parte, ek písteos, determinando a un verbo de acción
divina, puede significar "por fidelidad" (d. Rm 3, 30"; Gal 3, 7); además, la fraseo-
logía de Rm 1, 17 está inspirada en Ps LXX 97, 2, donde la "revelación de la
Justicia de Dios ante las naciones" se asocia con la idea de "haberse acordado (Dios)
de su fidelidad"; y cf. 1QS, XI, 14, donde se habla de la "justicia de su fidelidad";
finalmente, la revelación de la Justicia de Dios, en Rm 3, 21-2,2, aparece dirigida
eis pántas tous pistéuontas. Nuestra traducción sería: "en el Evangelio, la Justicia
de Dios se hace presente visiblemente a la fe en virtud d la fidelidad (de Dios )".
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En seguida hay que notar que también hay textos que insinúan que
puede atribuirse a esta "Justicia salvífica" la "justificación" del hom-
bre por la eliminación de sus pecados; ver, por ejemplo, Ps LXX 142, 1-2;
Is 46, 12-13; 61, 10-11. Sea lo que fuere de estos textos, hoy día tenemos
constancia de que la misma atribución ya había sido llevada a cabo .en
forma inequívoca por el grupo religioso de Qumrán, como se echa de ver
sobre todo en 1QH, IV, 37; 1QS, XI, 3-7.12-15.
Para comprender bien el uso por Pablo del tema de la Justicia de Dios
en su tratamiento del problema de la justificación, no basta con establecer
que tal uso era posible desde el punto de vista histórico-filológico. Es esen-
cial, además, percibir por qué de hecho lo usó o cuál fue su intención al
usarlo. Por cierto, aqui nos vemos obligados a entrar en el terreno de las
hipótesis, en el cual lo más que se puede pedir es que la explicación pro-
puesta "salve los fenómenos" con coherencia. Dentro de estos limites nos
parece que se puede decir lo siguiente: el recurso a la Justicia de Dios
obedece a la intención de Pablo de subrayar y destacar la índole "transfor-
madora de la realidad" que tiene la Gracia de Dios al irrumpir en la
historia.
En efecto, nada más ajeno al pensamiento paulino que una visión pu-
ramente intimista y subjetivista (como es la que emerge -muy seducto-
ramente, hay que reconocerlo- de la interpretación "existencialista" del
pensamiento paulino que nos propone Bultmann). El pensamiento de Pa-
blo jamás se aparta de la linea fuertemente "realista" inherente a la
esperanza escatológica que aguarda una transformación radical del hombre
y de su mundo. Y es, precisamente, en Rm donde Pablo más enfatiza la
dimensión de esperanza que caracteriza a la existencia cristiana, como
luego lo expondremos "ex professo". Y tampoco es una casualidad que sea
en Rm donde Pablo aborde las dimensiones "histórico-salvíficas" del de-
signio de Dios en lo que se refiere al destino de Israel como pueblo (Rm
9-11) y del mismo Universo físico (Rm 8, 19-22).
Es, entonces, comprensible que Pablo haya querido vincular su visión
escatológico-realista con su concepción sobre la fe como único medio para
entrar en comunión con el Dios de Gracia, y -por tanto- para obtener la
justificación de la existencia. Esta no puede ser concebida como un pro-
ceso que afecta al hombre como individuo aislado, sino como un cambio
que lo introduce en un "orden" nuevo y que va resultando en una "nueva
creación" (2 Cor 5, 17; Gal 6, 15). Esto permite comprender que Pablo
pueda describir como "irrupción de la Justicia de Dios" esa intervención
salvífica que tuvo lugar en la muerte y resurrección de Cristo en cuanto
paso decisivo para el establecimiento de la "Nueva Alianza" (cf. 2 Cor 3,
6; 1 Cor 11, 25), es decir, de un nuevo régimen de relaciones entre Dios
y los hombres y entre los hombres entre sí. Así se entronca la teología
paulina de la justificación por Gracia/Justicia de Dios con el mensaje de
Jesús sobre el reinado de Dios (33).
Esto tiene importantes consecuencias para concebir exactamente el
papel de la fe. Si ésta es, estructuralmente, acogida a la irrupción de la
Gracia de Dios, y por tanto -como lo vimos más arriba- esencialmente
activa y práctica, porque de otra manera se sustrae al dinamismo de esa
(33) Las vidas de Pablo escritas por M. Dibelius-W. G. Kümmel (Berlín, 1951) Y G.
Bomkamm (Suttgart, 1969) habían insistido mucho sobre la correspondencia entre
la teología de la Gracia, de Pablo, y el mensaje sobre el Reino de Dios para
los pobres, de Jesús. Pero es sobre todo en el libro de E. Jüngel citado en la nota 1
donde se subraya la correspondencia entre la teología de la Gracia como Justicia
de Dios y la predicación sobre el reinado de Dios que irmmpe en la historia.
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(34) Como antecedente de estos tonos victoriosos con que aparece en Rm la esperanza
cristiana, habría que señalar la fonna en que se hace presente la "esperanza apostó-
lica" en el gran excursus sobre el ministerio del Nuevo Testamento que tenemos en
la "carta de la reconciliación" de la correspondencia con Corinto (este excursus va
de 2, 14 a 6, 10 de la llamada segunda carta a los Corintios); ver especialmente
2 Cor 4, 7-5, 5,
(35) En el Apéndice B se ofrece un cuadro que pennite percibir la semejanza de voca-
bulario existente entre los capp. 5 y 8,
(36) Ver el ouadro "ad hoc" en el Apéndice e,
LA JUSTIFICACION EN ROMANOS 299
(37) Ver el esquema completo en el Apéndice D. Los verss. 12-13 anticipan la dimensión
parenética que Pablo va a desarrollar a partir de 12, 1. Se trata de un fenómeno
no único en las cartas paulinas, explicable por el hecho de que Pablo redactaba
dictando y sin hacer primero un ~borrador". Ver un ejemplo muy claro en 1 Tes 1,
5b-6, que se adelanta al tema del cap. 2, interrumpiendo con el tema de la actuación
de Pablo en Tesal6nica la exposición que está haciendo de la conducta de los Tesa-
lonicenses. En los verss. 31ss. Pablo adopta, seguramente sin pensarlo, los giros y temas
de las "Expresiones de confianza" del Salterio (v.gr., Salmos 22, 27 A, etc.).
\ 38) Esta lección se debe preferir a las otras tres concurrentes: ~me liberó", "nos liberó",
y "liberó". En efecto, desde el punto de vista de la Crítica racional, ella explica el
surgimiento de las otras como "facilitantes"; y desde el punto de vista de la Crítica
documental, está atestiguada desde el período prerrecensional (vet. lat., Tertuliano,
Ambrosiaster, Pelagio) y cuenta con el apoyo de los dos más antiguos MSS de la
recensión de Hesiquio (el Vaticano y el Sinaítico).
( 39) Difícil expresar mejor el pensamiento de Pablo que en la sentencia de Ambrosio:
"Est igitur in lege justitia, sed nos est per legem justitia" (In Lucam, V, 21; se,
45, 190).
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(40) Cf. el vocablo phrónema usado en 8, 6-7, cuyo sentido profundo corresponde al del
"appetitus naturae" de los escolásticos o del "élan vital" de Bergson.
(41) Pocos autores han descrito mejor que Agustín lo que significan estos "gemidos"
suscitados por el Espíritu. Cf., v.gr., Enarr. Ps 37, 13-14.
(42) En el Apéndice E se propone una lista de tales términos, limitada a los cuatro pri-
meros capítulos y posiblemente no exhaustiva.
LA JUSTIF1CACION EN ROMANOS 301
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Pablo establece entre Cristo resucitado y Espíritu (cf. 1 Cor 15, 45; 2 Cor
3, 17; Rm 1,4), lo que acabamos de decir equivale prácticamente al argu-
mento mayor que Rm proporciona en favor de la interpretación realista,
y es que, en Rm (45), la justificación equivale a la "espiritualización" del
creyente, en virtud de la cual la certeza de la Vida eterna no se funda ya
en un mero título moral (en un "méríto"), sino en la fuerza vital de un
dinamísmo intrínseco. Y así tiene mucha razón el ya citado E. Jüngel al
escribir: "Como la resurrección de Jesucristo forma una sola cosa con su
muerte, así también la recepción del Espíritu Santo es parte integrante de
la justificación del hombre" (46).
Así, es absolutamente claro que lo que sucede cuando el hombre acoge
la Gracia en la fe, no es de índole meramente forense, sino radicalmente
existencial, aunque sea también susceptible de expresarse en las catego-
rías forenses de la "justificación": categorías merced a las cuales se evocan
dimensiones perfectamente -y profundamente- válidas de la experien-
cia cristiana.
(45) Con base ya en Cal 3, 2.14.22; 4, 6; 5, 16-25. Y no olvidar que también en Qumrán
se encuentra la combinación de la justificación gratuita (yen virtud de la Justicia
de Dios) con la actividad renovadora del Espíritu de Dios: cL IQH, IV, 30-31
(Apéndice A).
( 46) Ob. cit., p. 66.
LA JUSTIFICACION EN ROMANOS 303
(Pero) a los que Dios eligió les dio (esto) como herencia eterna,
y les otorgó tener parte en el lote de los santos,
y con los hijos del cielo vinculó su asamblea,
para que fuera un Consejo de Comunidad y una Asamblea de Edificación
[santa,
para que fuera una plantación eterna a través de todo II el tiempo por venir.
Cap. 5 Cap. 8
1 eirene 6
2.4.5 elpís 20.24.25
2 dóxa 17.18.21.30
3 (thlipseis) (pathemata) 17.18.35
4 hypomone 25
5 agápe Theou 39
5 pnéuma 2.4-6.9-11.13-16.23.26-27
(6.7.) 8 hyper hemon 31.32
12.21 hamartía/thána tos 2.(6.13)
16 ka tákrima/ dikáioma 1.4
17.18.21 dikaiosyne /zoe 10