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FILOSOFIA

Ciclo Lectivo 2023


Conceptualización de la nueva cosmovisión en el pensamiento moderno y determinación de sus nuevos
problemas. DESCARTES

MODERNIDAD: Humanismo renacentista


Como puedes recordar, en el siglo XV termina la Edad Media y comienza la Modernidad. El Renacimiento alude a un “volver a
nacer”, época que abandona la mirada teocéntrica para volver su mirada hacia el hombre. También solemos hablar de un
“humanismo renacentista”, porque se volvió a colocar al hombre en el centro, tras esa larga Edad Media que todo lo había visto con
una perspectiva divina. Ahora la consigna era “volver a los orígenes”, lo que significaba ante todo volver al humanismo de la
Antigüedad. En esta primera etapa de la Modernidad, la mirada antropocéntrica aparece más dirigida hacia el pasado. Un ejemplo
de esto es la moda de aprender griego, lo que facilitó el estudio de las obras y cultura griegas.
En una segunda etapa, la mirada se dirige hacia el futuro, y resuena la idea de PROGRESO. Este segundo “Renacimiento” es el del
siglo XVIII, el siglo de la luces. Es el siglo que alimentará los sueños de libertad de los hombres de Mayo, aquí, en el Río de la Plata.
Esta segunda etapa se caracteriza por una actitud crítica hacia la tradición, una optimista creencia en la posibilidad de progreso de la
Humanidad, en el poder de la razón para comprender y transformar el mundo, y en la capacidad de reorganizar la sociedad a partir
de normas universales fundamentadas racionalmente.

La Creación, obra de Miguel Ángel (1475-1564). El tema ya había sido representado artísticamente en la Edad Media. El tema es el mismo, pero
cambia la perspectiva:, cambia el mensaje. Miguel Ángel muestra a Dios creando a Adán, pero ahora, Dios y Adán se rozan los dedos de sus brazos
extendidos. Sus cuerpos, divinos, portentosos, no difieren en nada.

DESCARTES: EL HOMBRE COMO SUJETO

Algunas preguntas que orientaran al presente trabajo


- ¿cuál es la esencia del ser humano?
- ¿Qué significa para Descartes pienso luego soy?
- ¿De qué depende la eficiencia de un deportista?
- El dualismo cartesiano

El siglo XVII muestra un mundo cambiante. La sociedad feudal se modificó


aceleradamente, se desarrollaron conocimientos novedosos, la Cristiandad se vio
dividida por la reforma (el movimiento que sustrajo a gran parte de Europa de la
obediencia del Papa) y las terribles guerras religiosas. Las bases del mundo
anterior se derrumbaron y no se desarrollaron otras que las reemplazaran. El
mundo se encontraba en desorden, en un caos donde el ser humano no podía
encontrar su camino.

En ese mundo desordenado y caótico, el filósofo francés René Descartes (1596-1650) se preguntó si era posible
encontrar una verdad que estuviera más allá de toda duda, un conocimiento firme y seguro que pudiera servir de base
para la ciencia. Después de un profundo cuestionamiento de todas las supuestas verdades de la época. Se convenció de
que, aunque fuese permanentemente engañado en los conocimientos, era indudable que no podría ser engañado si no
existiese.
De esta manera, descubrió una verdad evidente, enunciándola así: “soy engañado, luego existo”. Como ser engañado es
una actividad de la conciencia y como se llama pensar a las actividades de la conciencia. La verdad de antes descubierta
no cambia en nada si se la enuncia de esta otra manera: “Pienso, luego existo”.

A continuación, Descartes introdujo una pregunta relevante


para la Antropología Filosófica: Pienso, existo pero ¿Qué
soy? Y respondió: “yo no soy, pues, hablando con precisión,
más que una cosa que piensa, es decir, un espíritu, un
entendimiento una razón, que son términos cuyo significado
antes me era desconocido.

¿Qué es una cosa que piensa? Es una sustancia cuya


naturaleza se define por las capacidades de la conciencia: el
entendimiento, la voluntad, las pasiones y los sentidos. El
cuerpo es, desde este punto de vista, algo exterior al ser

pensante.

RENÉ DESCARTES: EL ANÁLISIS DE LA IDEA DE DIOS


https://youtu.be/Ocm4Dsp98Y4
¿Podemos no creer?
Veamos el video ¿cuál es tu respuesta al respecto de la propuesta del autor?¿cual es tu opinión
respecto a su existencia? Es posible creer en Dios?
Conclusiones grupales
Descartes, propone también algunas pruebas para demostrar la existencia de Dios, de las cuales
analizaremos
dos.
La primera la formula en el Discurso del método, cuando dice:
"..reflexionando sobre aquello de que dudaba, y que por consiguiente mi ser no era del todo perfecto pues yo
veía claramente que es mayor perfección conocer que dudar traté de buscar de dónde había yo aprendido a
pensar en algo más perfecto que lo que yo era, y conocí claramente que debía ser de alguna naturaleza que
fuera efectivamente más perfecta." (Descartes, R., Discurso del método).
Como vemos, Descartes no parte de hechos comprobados por la experiencia, como lo
había hecho..................... sino que parte de analizar la idea misma de Dios, al igual
que.....................
Nuestra naturaleza es Imperfecta, afirma Descartes, puesto que dudamos. Sin embargo, tenemos la idea de
un ser perfecto y De dónde proviene esa idea? No puede provenir de la nada, pero tampoco puede proceder
de nosotros mismos porque aquélla se refiere a algo infinitamente superior a lo que nosotros somos.
Suponer que lo más perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos perfecto, no es menos admisible
que suponer que de la nada proceda algo... Quedaba, pues, que hubiera sido puesta en mí por una
naturaleza que fuera verdaderamente más perfecta que yo, y más aún que tuviera todas las perfecciones de
las cuales pudiera tener yo idea, es decir, para explicarme con una sola palabra: que fuera Dios." (Descartes,
op. cit., pág. 68)
Descartes afirma que en nuestro espíritu tenemos la idea de Dios. ¿Qué opinaría
Maimónides sobre esto? (Recuerda su concepción sobre los antropomorfismos y su
propuesta de una vía negativa para Conocer a Dios.)

El segundo argumento cartesiano a favor de la existencia de Dios es una reedición del argumento
ontológico de San Anselmo. Difiere, sin embargo, de la prueba anselmiana por basarse en el criterio de las
ideas claras y distintas. Un conocimiento es claro cuando la idea se manifiesta directamente a mi espíritu,
como cuando vemos claramente un objeto al actuar éste sobre mis ojos. Un conocimiento es distinto cuando
es preciso, es decir cuando no abarca nada que no pertenezca propiamente al objeto en cuestión. Por
ejemplo, el conocimiento de que un triángulo tiene tres lados es un conocimiento distinto, pero no lo es pensar
que el triángulo es una figura, puesto que también lo son el rectángulo o el rombo. De este modo, "claro" se
opone a "oscuro", y "distinto" se opone a "confuso". Una idea distinta es siempre clara, pero algunos
conocimientos claros no son, sin embargo, distintos. Así, por ejemplo, la afirmación "el triángulo es una
figura". Para Descartes, los conocimientos claros y distintos son siempre verdaderos.
En la siguiente lista, algunas afirmaciones se refieren a: (1) conocimientos claros y
distintos, otras a: (2) conocimientos claros pero no distintos, y otras a; (3) conocimientos
que no son ni claros ni distintos. Señala para cada caso de qué tipo de conocimiento se
trata colocando (1), (2) ó (3) según corresponda:
b. E caballo es un mamífero.
C. Estoy pensando, por lo tanto existo. Este libro es un objeto.
ch. Creo Conocer a esa persona.
d. Siento un dolor agudo en el tobillo.
e. Mi madre me contó un extraño sueño que tuvo anoche.

Sentado esto, podemos leer el argumento cartesiano.


"Si sólo por el hecho de poder extraer de mi pensamiento la idea de cualquier cosa se sigue que todo lo
demás que percibo claramente referente a ella se refiere a ella en realidad, ¿no se puede obtener de aquí un
argumento para probar la existencia de Dios? Ciertamente encuentro no menos en mí su idea, es decir, la de
un ente sumamente perfecto, que la idea de cualquier figura o número; y me doy cuenta de que no menos
clara y definidamente atañe a su naturaleza el que siempre exista, que lo que demuestro de un número o de
una fiqura atañe a la naturaleza de ellos; por lo tanto, aunque no fuesen verdad todas las cosas que medité
en los días anteriores, en el mismo grado de certeza debería estar en mí al menos la existencia de Dios que
lo estuvieron hasta ahora las verdades matemáticas. Con todo, esto no es evidente a primera vista, sino que
incluso tiene una cierta apariencia de sofisma. Estando acostumbrado a separar en las demás cosas la
existencia de la esencia, me persuado fácilmente de que aquélla se puede separar de la esencia de Dios, y
que por tanto se puede pensar a Dios como no existente. Sin embargo, si se presta un poco más de atención,
aparece manifiestamente que la existencia no menos puede separarse de la esencia de Dios que de la
esencia del triángulo la magnitud de los tres ángulos iguales a dos rectos, o de la idea de monte la idea de
valle, de modo que no menos repugna pensar en Dios (es decir, un ente sumamente perfecto), a quien falte la
existencia (es decir, al que falte una perfección), que pensar un monte al cual le falte un valle.
Con todo, aunque no pueda pensar a Dios privado de existencia, como tampoco un monte sin un valle, no
obstante, del mismo modo que del hecho de que piense un monte con un valle no se sique que exista algún
monte en el mundo, así del hecho de que piense a Dios como existente no se sigue que Dios exista. Mi
pensamiento no impone ninguna necesidad a las cosas; y así como es posible imaginar un caballo alado
aunque ningún caballo tenga alas, de igual modo puedo quizás atribuir a Dios la existencia, aunque no exista
ningún Dios.
Muy al contrario, está oculto aquí un sofisma: puesto que del hecho de no poder pensar un monte sin un valle
no se sigue que exista en parte alguna el monte o el valle. sino tan sólo que el monte y el valle no se pueden
separar mutuamente, existan o no. Por tanto, del hecho de no poder pensar a Dios privado de existencia, se
sique que la existencia es inseparable de Dios, y consiguientemente que Este existe en realidad; no porque lo
cree mi pensamiento o imponga una necesidad a alquna cosa, sino porque la necesidad de la cosa misma, es
decir, de la existencia de Dios, me obliga a pensarlo: ya que no tengo libertad de pensar a Dios sin existencia,
así como tengo libertad de imaginar un caballo con alas o sin ellas." (Descartes, R., Meditaciones metafísicas,
Buenos Aires, Aguilar, 1964, pp. 95-97)
De este modo, Descartes, como lo hizo en el primer argumento, parte de la idea de Dios. Clara y
distintamente reconozco la idea de Dios como la de un ser perfecto; pero si Dios es perfecto, no puede dejar
de existir. En Dios, la esencia va necesariamente unida a la existencia; son dos nociones inseparables, como
lo son las nociones de montaña y valle.
descubre que, efectivamente, podemos dudar de todo, menos de nuestra propia existencia, El "yo pienso" o
"cogito" es el primer conocimiento seguro .¿qué garantías tenemos, sin embargo, de que todos los demás
conocimientos que p poseemos sean ciertos?
Para solucionar este problema, Descartes recure a Dios. Si Dios es perfecto, no puede engañarnos. Si nos
hizo con raciocinio e ideas innatas (ver Unidad 5 loc. cit.), es porque éstos son aptos para llegar a la verdad.
Dios es garantía de todo conocimiento claro y distinto.
Sin embargo, como podemos apreciar, nos encontramos trente a una explicación circular: nuestra idea de
Dios, que es clara y distinta, nos dice que Él debe existir, Pero por otro lado, El es a su vez quien garantiza la
verdad de las ideas claras y distintas

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