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Bernardi Karla, Calderón Edison,

Rivera Eva, Rojas Luiggi

Ensayo Argumentativo

Enero 2022

Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí


Facultad de Arquitectura
Teoría de la arquitectura II
Arquitectura y crítica

La crítica es un análisis o un juicio que se plantea sobre una determinada

situación. La crítica puede estar dada de dos maneras, puede tener un carácter objetivo o

subjetivo, la que es considerada objetiva o científica es la que hace un análisis que se basa

en hechos y lógica. La crítica subjetiva, es aquella que se ve sesgada por las apreciaciones

personales y/o gustos personales del individuo que realiza el análisis.

Para que pueda existir la crítica, es necesario la presencia de una teoría puesto que

una crítica se desarrolla en base a esta, es decir, la crítica puede acentuarse tomando como

punto de partida distintas nociones para que el usuario sea capaz de expresar una crítica

coherente.

La crítica también puede entenderse como una forma de interpretar y

contextualizar una idea, por medio de esta se pueden desvelar ciertos factores que ayudarán

al desarrollo de la idea, como lo pueden ser orígenes, relaciones, significados y esencias.

En el caso de la arquitectura, la crítica es un factor que se hace presente muy a

menudo en diferentes ámbitos de este arte.

La arquitectura se entiende como un arte a través del cual las personas configuran

y moldean el espacio a su conveniencia para satisfacer necesidades y lograr un mayor

confort en los usuarios, además, en la arquitectura se hace presente el elemento de la

estética, puesto que una obra arquitectónica, además de ser funcional, también debe

concebirse como algo estéticamente agradable.

Para crear arquitectura, se deben tomar en cuenta distintos elementos que servirán

para la realización de la obra arquitectónica en cuestión, algunos pueden ser funcionales,

como los espacios del recorrido, la iluminación y escala.


Además, existen aspectos que están relacionados a la parte formal, entre ellos

encontramos: composición, cromatismo, geometría, forma y proporción.

Todos estos aspectos, tanto los mencionados en la parte formal como funcional,

pueden estar sujetos a la crítica. Al ser todos parámetros variables, cada usuario que vaya a

realizar una crítica de alguno de los puntos mencionados establecerá un juicio que será

determinado por sus percepciones subjetivas, como las teóricas que se establecen

objetivamente.

Al momento de realizar una crítica esta puede tomar connotaciones subjetivas u

objetivas. La crítica tiene la misión de aportar con ideas o apreciaciones que ayuden de

alguna manera a mejorar algún aspecto arquitectónico de la obra que se está analizando, o

bien dar a conocer alguna falencia para que de esta manera la obra en algunos casos pueda

ser mejorada y si esta obra no tiene posibilidades de transformarse, por lo menos se tendrá

un criterio que ayudará a que no se repita este error en futuros proyectos. De este modo, se

hace necesario cuestionarse, ¿Cuál es la mejor forma de realizar una crítica, de manera que

esta pueda aportar al desarrollo de la arquitectura?

Para dar una respuesta a este cuestionamiento, es preciso tener en cuenta ciertas

referencias de críticas que se han dado en la arquitectura, analizando su coherencia y

factibilidad en la misión de aportar al desarrollo o mejora de una obra arquitectónica.

Uno de los primeros ejemplos de crítica registrados que existe, es el que realizó

Francesco Milizia, un teórico de la arquitectura y tratadista del siglo XVII, en donde se

refirió a la obra de Miguel Ángel, específicamente la basílica San Pedro, haciendo

referencia a que esta obra se aleja de los cánones funcionalistas/racionalistas y busca la

belleza de la obra mediante elementos como la ornamentación que para Milizia es excesiva

e innecesaria.
Según (Patteta, 1997) haciendo referencia a la crítica que hace Milizia a la obra de Miguel

Ángel, cita:

En la iglesia de San Pedro se reconoce la grandeza arquitectónica de Miguel Ángel,

(...) Un único, y enorme, orden corintio de pilastras por todo el interior y por todo el

exterior decora así el gran templo... todo este pensamiento es grande, noble,

majestuoso... Pero vayamos al detalle de lo que ha hecho Miguel Ángel en San

Pedro... Los resaltos de la cornisa, los ornamentos de las ventanas y de los nichos

superiores, que están sobre el collarino de pilastras, no son precisamente admirables.

¿Y cómo pueden aguantarse esos terribles frontones partidos en los ventanales del

crucero, cuando cualquier frontón allí dentro es inútil? El ático que circunda

exteriormente el templo es demasiado alto, las ventanas tienen una forma muy mala

y su decoración es pésima. Este ático es una parte tan fuera de toda regla que los

defensores de Miguel Ángel niegan que sea suyo. Que no lo sea. Es soberbio el

tambor de la cúpula, es buena la figura de esa cúpula, es admirable el mecanismo;

pero la linterna con esos candeleros no es muy agradable; el basamento exterior de

esta gran construcción (la cúpula) es de una belleza maravillosa; pero tantos ángulos

con esas pilastras que sobresalen hacia fuera una debajo de la otra no son ciertamente

aceptables. (...) en la decoración se tomó grandes licencias; con frecuencia quedó

fuera de las buenas reglas... sin duda no fue la arquitectura su principal profesión.

(...) Sus licencias han hecho escuela: el libertinaje de Borromini y las escuelas

modernas.

De lo manifestado por Milizia, se puede intuir que la crítica que hace sobre la obra de

Miguel Ángel tiene tintes claramente subjetivos, puesto que, hace uso de términos que no

son propios de una crítica constructiva. En sus manifiestos deja claro qué la basílica de San
Pedro no es de su agrado, recalcando varios puntos que bajo su percepción son formalmente

erráticos para su gusto.

Y a pesar de que deja claro los puntos de la basílica que le parecen negativos, nunca

propone soluciones o ideas que aporten a la mejora de la obra de la que realiza la crítica.

De este modo, se puede evidenciar un claro ejemplo de una crítica emitida por un

teórico de la arquitectura que se deja sesgar por sus opiniones subjetivas, a pesar de que

algunos de sus argumentos son válidos se ven contaminados por sus comentarios que

desprecian el trabajo del arquitecto.

Además, tomando en cuenta otra de las ideas de Francesco Milizia, (Montaner, 1999)

afirma:

“La arquitectura no puede contener otra belleza que la que nace de lo necesario” (p. 9)

De esta idea se puede interpretar que Milizia trata de establecer que para que una

arquitectura sea estéticamente agradable, los elementos que aporten a la búsqueda de la

belleza deben también ser funcionales y no colocarse como adorno. Esta afirmación tiene

cierta similitud en lo que expresa la célebre frase de Louis Sullivan: “La forma sigue a la

función”

En base a lo antes mencionado, se puede determinar lo siguiente acerca de la

crítica subjetiva: este tipo de critica tiene ciertos aspectos que pueden ser favorables para

el desarrollo de la arquitectura, hay ciertos conocimientos que se adquieren por

experiencia propia que ayudan a tener una base teórica más sólida que se puede tomar

como respaldo para los argumentos críticos que se vayan a realizar sobre una determinada

obra.
Por otro lado, se encuentra el cuestionamiento de la crítica con metodología

objetiva, como decía Josep Montaner (1999) en su libro Arquitectura y crítica: “el juicio

se establece sobre la medida en que la obra ha alcanzado sus finalidades: funcionalidad

distributiva y social, belleza y expresión de símbolos y significados, adecuado uso de los

materiales y las técnicas, relación con el contexto urbano, el lugar y el medio ambiente”,

siendo los puntos funcionales y formales prioritarios para un correcto análisis objetivo, la

belleza y el simbolismo pasan a un segundo plano analítico. Como guía para este tipo de

escritos se puede seguir el patrón que exigía Susan Sontang, donde la atención central

está focalizada en la forma y la función y, las consideraciones propuestas por Peter

Burger donde la crítica debe ser dialéctica sin la aceptación de pensamientos ni dogmas

externos y ajenos que no aporten valor al objeto de análisis

Para que se pueda desarrollar de manera correcta este tipo de crítica debe haber

una teoría base que respalde todo el cuestionamiento (siendo los antecedentes, las teorías

y métodos que están implícitas en el análisis), puesto que toda actividad crítica necesita

de una base comprobable y verídica de donde se podrán deducir los juicios de valor que

en determinado caso sustentaría la interpretación objetiva del autor. Pues, en la rama de la

arquitectura estas se ven influidas necesariamente por el pensamiento proporcionado en

las ramas del pensamiento, el arte y la ciencia.

Muchos artistas y arquitectos de escudan en el individualismo y en las

interpretaciones netamente subjetivas, pero, con la contextualización de los puntos

intrínsecos pertenecientes a la objetividad, se rechazan las interpretaciones y

clasificaciones.

Josep Montaner (1999) mencionaba que para que exista crítica debe haber

visiones contrapuestas, lo que proporcionaría una diversidad de posibilidades, de

pensamientos y planteamientos que formarían parte de un razonamiento colectivo. Como


resultado de esto, se puede deducir y clasificar el conocimiento de varios puntos de vistas

para formar un solo razonamiento con juicio de valor que puede contemplar cada parte

objetiva sobre una creación en específico.

Después del análisis crítico y su formación en arquitectura, podemos decir que

una de las tareas principales del trabajo crítico es intentar enmarcar una producción

completamente nueva en tendencias, tradiciones, actitudes y metodologías establecidas,

reconstituyendo el medio en el cual se han creado las obras. Con esta posición, la crítica

se enfrenta a varios enemigos, en cuanto al olvido imperante en la sociedad

contemporánea.

Por otra parte, toda crítica arquitectónica tiene que entrar a fondo en el análisis

estrictamente formal, superando aquellas lecturas que se quedan solo en interpretaciones

generale. Las características espaciales, la relación entre lógica estructural y composición,

las cuestiones funcionales, los itinerarios y las percepciones, los lenguajes y materiales

utilizados, deben ser los patrones esenciales del juicio.

Se debe prestar atención central a la forma tal como exigía Susan S. y seguir las

consideraciones de Peter B. de que toda crítica debe ser dialéctica. Esto significa que no

ha de adoptar una postura dogmática, externa y ajena al objetivo de análisis, sino que

debe entrar de lleno en la sustancia misma del objeto que va a ser criticado, recibiendo

estímulos sensibles de sus mejores cualidades, de sus propias contradicciones y de los

problemas irresueltos que permanecen escondidos en la obra.

La mejor critica, por lo tanto, es la que concilia las consideraciones sobre el

contenido con las consideraciones de la forma.

Todo objeto arquitectónico debe ser valorado en las direcciones y esperanzas de

los proyectos colectivos, dentro de sentido ético en lo que respecta su historia. La crítica
debe aclarar qué obras responden a móviles más especulativos y de dominación y cuales

surgen como expresión de las necesidades colectivas.

En todo caso, el trabajo de la crítica se dirige hacia la interpretación de una obra

dentro de una realidad compleja e irreductible a unos pocos razonamientos o

características, una realidad que nunca se podrá mostrar con todo su desorden, sus

tensiones y sus discontinuidades, pero de la que se pueden entresacar constantes,

tendencias, posiciones y genealogías.

Existe una cuestión, la más básica de la crítica: su relación con la obra de

creación, es decir, su carácter relativo a las obras de creación sobre las que tratan y su

posibilidad de llegar a poseer también la crítica, un valor creativo o artístico, toda obra de

creación constituye la más alta actividad critica.

La misión de la crítica de la arquitectura tendría que consistir en establecer

puentes en dos sentidos entre el mundo de las ideas y los conceptos, procedentes del

campo de la filosofía y la teoría, y el mundo de las formas, de los objetos, de las

creaciones artísticas, de los edificios.

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