En materia de responsabilidad del deudor existen en nuestro derecho
4 grandes principios: 1º.- La responsabilidad del deudor por el incumplimiento de su obligación es meramente patrimonial; 2º.- La responsabilidad patrimonial es ilimitada; 3º.- Todos los bienes del deudor quedan sujetos uniformemente al cumplimiento de la obligación; y 4º.- Todos los acreedores tienen sobre los bienes del deudor un derecho igual.
1º.- La responsabilidad del deudor es meramente patrimonial.
El deudor sólo está sujeto con sus bienes a satisfacer (eventualmente en forma forzosa) el derecho de su acreedor.
2º.- La responsabilidad patrimonial es ilimitada.
A).- El principio.- El Código Civil consagra este principio en términos siguientes: “El obligado personalmente está sujeto a cumplir su obligación con todos sus bienes habidos y por haber” (1863). El principio indicado sólo refiere al obligado personalmente. No alcanza al obligado “Propter rem” (obligado en razón de la cosa). En virtud del principio señalado todos los bienes del deudor –habidos y por haber- quedan sujetos al cumplimiento de la obligación, el acreedor puede trabar ejecución sobre ellos, cualquiera que sea la fecha en que entraron en el patrimonio del deudor, cualquiera que sea su naturaleza, cualquiera que sea su valor y aún en el caso de que sobre uno o más bienes del deudor otro acreedor tenga un derecho preferente. En virtud del principio de la responsabilidad ilimitada lo que queda afectado al cumplimiento de la obligación es el patrimonio del deudor y no cada uno de sus bienes aisladamente considerados. El principio de que la responsabilidad del deudor recae sobre su patrimonio no excluye que el poder del acreedor se manifieste a veces sobre los bienes del deudor considerados singular o individualmente, como por ejemplo cuando el acreedor tiene un derecho de retención o ejecute una medida preventiva o ejecutiva sobre determinados bienes del deudor. El principio de que la responsabilidad patrimonial es ilimitada tiene ciertas excepciones. Existen bienes (los bienes inejecutables) que no responden de las obligaciones del deudor, así como existen casos en que la responsabilidad del deudor está limitada a uno o más bienes. Examinamos estas excepciones: B).- Bienes inejecutables. No quedan sujetos a la responsabilidad del deudor los bienes que no son susceptibles de ejecución forzosa (bienes inejecutables), los cuales pueden clasificarse en bienes inejecutables por su naturaleza, por estar afectado exclusivamente a la persona del deudor o de su familia o por determinación de la ley. a).- Bienes inejecutables por su naturaleza son: 1.- Los bienes que carecen de valor económico, es decir bienes extra patrimoniales. 2.- Los bienes que son inseparables de otros, de modo que no pueden ser objeto de ejecución independientemente de esos otros bienes, ejemplo la medianería. 3.- El hogar (632 y 639, encab.) b).- Bienes inejecutables por estar afectados exclusivamente a la persona del deudor o de su familia son: 1.- el lecho del deudor, de su cónyuge y de sus hijos (1929, Ord. 1º). 2.- La ropa de uso de las mismas personas y los muebles y enseres que estrictamente necesiten el deudor y su familia (1929, Ord. 2º). 3.- los libros, útiles e instrumentos necesarios para el ejercicio de su profesión, arte u oficio del deudor (1929, Ord 3º). 4.- los sueldos, pensiones o salarios, en las cantidades y formas establecidos en la ley del trabajo. 5.- El hogar constituido legítimamente (1929, Ord. 5). 6.- Los terrenos o panteones y sus accesorios, en los cementerios (1929, Ord. 6). 7.- Los derechos de uso y habitación. 8.- El usufructo legal en sí mismo. c).- Bienes inejecutables por determinación de la ley son: 1.- las rentas vitalicias constituidas a titulo gratuito con estipulación de que serán inembargables (1799) 2.- Los bienes, rentas derechos o acciones pertenecientes a la Nación (L.O.H.P.N. 16).
C).- Responsabilidad limitada.
A veces el deudor no responde de su obligación con todos sus bienes, sino con parte de ellos, en estos casos estamos en presencia de responsabilidad limitada, y ejemplo de ellos entre otros: a).- La obligación “propter rem” (que no implica excepción al principio del art 1863 ya que el mismo sólo se refiere al obligado personalmente). b).- La responsabilidad del heredero que ha aceptado a beneficio de inventario en cuanto a las deudas de la herencia y a los legados (1036, ap. 1º). c).- La responsabilidad de la Nación respecto de las deudas del “de cujus” cuando recibe los bienes de éste a falta de herederos (832) 3º.- La sujeción uniforme de los bienes del deudor. Consiste en que el acreedor puede trabar ejecución indistintamente sobre cualquier bien del deudor. En virtud del principio indicado: A).- El acreedor puede trabajar ejecución sobre cualquier bien del deudor independientemente de su naturaleza. B).- El acreedor puede trabar ejecución sobre cualquier bien de su deudor independientemente de su valor. C).- El acreedor puede ejecutar incluso bienes sobre los cuales otro acreedor tenga derecho preferente. (Aunque tendrá que respetar esa preferencia en el momento de la distribución del precio obtenido en remate). 4º.- Principio o ley del concurso.
Está consagrado en los siguientes términos “Los bienes del deudor
son la prenda común de sus acreedores, quienes tienen en ellos un derecho igual, si no hay causas legítimas de preferencia” (1864, encab.), de modo que con la salvedad, los acreedores concurren a prorrata de sus créditos sin distingos por razón de la antigüedad o causa del crédito de cada uno de ellos. Entre nosotros, fuera del caso de quiebra, el acreedor que ejecute individualmente al deudor ante que los demás, puede dejar a ésos en la imposibilidad de hacer efectivos sus créditos, aunque él se haya cobrado íntegramente, y sin que los acreedores perjudicados tengan acción contra él. Las excepciones al principio del concurso derivan de las causas legítimas que, según la ley son dos: los privilegios y las hipotecas. (1864)
LOS PRIVILEGIOS.
I.- Nociones fundamentales sobre los privilegios.
1º.- Concepto.- “Privilegio es el derecho que concede la ley a un acreedor para que se pague con preferencia a otros acreedores en consideración a la causa del crédito” (1866). Todo privilegio implica una causa de preferencia a favor de un acreedor frente a los demás; que proviene de la ley y que el legislador lo establece en consideración “a la causa del crédito”; o sea, al peculiar origen del derecho del crédito al que se otorga el privilegio, independientemente de la persona del acreedor. A).- El privilegio concede al acreedor una precedencia respecto a otros créditos para hacer efectivo su derecho en vez de dejarlo sometido a la ley del concurso. Si los bienes del deudor no fueren suficientes para cubrir el conjunto de sus deudas, el privilegio puede implicar el sacrificio de otros créditos. En este sentido, el privilegio tiene una función de garantía y por excepción confiere al derecho de crédito correspondiente uno de los caracteres propios del derecho real (la preferencia). B).- El privilegio nace de la ley y opera automáticamente, sin que pueda crearse privilegios por voluntad privada. C).- El legislador cuando crea privilegios lo hace en consideración, como se ha dicho, a la “causa” del crédito y no a la persona del acreedor. Las “causas” son muy variables y van desde motivos de humanidad hasta consideraciones fiscales. En caso de concurrencia de acreedores privilegiados, “la prelación la determina la ley, según la calidad del privilegio” (1867, ap. últ.), y en manera alguna según su fecha. Siendo de un mismo grado, los créditos privilegiados concurren entre sí en proporción de su monto. 2º.- El privilegio es un accesorio del crédito. La transferencia del crédito implica la transferencia del privilegio y la extinción del crédito trae consigo la extinción del privilegio. El privilegio no puede transferirse de un crédito a otro. 3º.- las normas que crean privilegios constituyen excepciones a la regla de que todos los acreedores tienen un derecho igual en los bienes del deudor y, por ende, son de interpretación restrictiva. 4º.- El privilegio se ejercita sobre los bienes del deudor, no existe privilegios sobre bienes de terceros no deudores. 5º.- En atención a los bienes del deudor sobre los cuales se ejercitan, el código civil los clasifica en privilegios sobre muebles y privilegios sobre inmuebles, y subdivide a los primeros en privilegios sobre todos los bienes muebles y privilegios sobre ciertos bienes muebles. Doctrinariamente dividen los privilegios en generales y especiales; los generales es el que se ejercita sobre la generalidad de los bienes del deudor, y privilegios especiales es el que se ejercita sobre bienes determinados del deudor.
II.- Privilegios generales (Mobiliarios).
1º.-Los privilegios generales (mobiliarios), pueden ejercitarse,
indistintamente, sobre todos los bienes muebles del deudor; pero no afectan directamente dichos bienes en el sentido de que no son inherente a ellos y de que por lo tanto, no atribuyen al acreedor un derecho de persecución de los mismos. El privilegio general es una cualidad conferida por la ley al derecho de crédito en virtud del cual éste goza de “preferencia”; sólo tiene una función actual cuando se procede al remate judicial de bienes del deudor y se plantea la cuestión de distribución del precio obtenido entre varios acreedores del mismo deudor. El momento decisivo no es, pues, el momento del nacimiento del crédito y del privilegio general que le está atribuido, sino el momento de la ejecución forzosa. 2º.- Gozan de privilegio sobre todos los bienes muebles del deudor, los créditos establecidos en el art. 1870 del código civil. 3º.- En caso de que la ejecución de los bienes muebles del deudor no alcance a satisfacer los créditos que gozan de privilegio general sobre los muebles, estos créditos, se colocan subsidiariamente sobre el precio de los inmuebles del deudor, con preferencia a los créditos quirografarios, (1876).
III.- Privilegios Especiales
1º.- Los privilegios especiales afecta directamente al bien
determinado sobre el cual se concede y lo vincula al crédito desde el nacimiento de éste, razón por la cual, constituye un derecho subjetivo que tiene naturaleza de derecho real de garantía. 2º.- De acuerdo con el Código Civil, gozan de privilegio especiales sobre los bienes muebles que respectivamente los que se designan en el art 1871. El privilegio especial mobiliario tiene “carácter posesorio”, o sea, que sólo existe en cuanto el bien se encuentre en poder del acreedor mismo o en un determinado lugar, vinculado al acreedor. 3º.- Los privilegios especiales inmobiliarios están consagrados en los arts. 1874 al 1876 del c.c.
IV.- Clases de acreedores.
Acreedor Privilegiados, son los que gozan de los privilegios otorgados por la ley por la cualidad del crédito. Acreedores Garantizados, son los que gozan de las garantías dadas por el deudor al acreedor, para asegurar el cumplimiento de su obligación, pueden ser personales (Fianza) o reales (Hipotecas). Acreedores Quirografarios, son aquellos que no gozan de privilegios ni garantías, los acreedores comunes.
V.- Prelación de los créditos privilegiados.
1º.- El crédito privilegiado tiene preferencia sobre todos los demás, inclusive los hipotecarios (1867). 2º.- Entre los diversos privilegios sobre muebles, la prelación está regulada en los arts. 1872 y 1873). 3º.- Entre los privilegios especiales inmobiliarios el privilegio del art 1874 del c.c. tiene prelación sobre el privilegio consagrado por el art. 1875. 4º.- Los créditos privilegiados tienen preferencia sobre los hipotecarios. Sin embargo, respecto al inmueble hipotecado los créditos hipotecarios tienen preferencia sobre los créditos que gozan de privilegios generales cuando éstos se coloquen subsidiariamente sobre el precio de los inmuebles del deudor; a su vez, estos créditos colocados sobre el precio dicho se prefieren a los créditos quirografarios. 5º.- Los créditos privilegiados de un mismo grado concurren entre sí en proporción de su monto.
LAS GARANTIAS.
I.- En sentido amplio, consisten en la concesión voluntaria al
acreedor de una situación más favorable de la que tiene el acreedor quirografario. II.- Esas garantías pueden consistir en obtener la ventaja de que responda de la obligación no sólo el deudor, sino también otras personas, con lo cual aumenta el número de patrimonios afectados al cumplimiento de la obligación; o en obtener la ventaja de adquirir para seguridad de su crédito un derecho real accesorio sobre un bien o varios bienes determinados ( del deudor o de un tercero), que al darle el derecho de preferencia y de persecución, lo aseguren contra el riesgo de tener que concurrir con otros acreedores o de que a consecuencia de actos de enajenación no pueda ejecutar el bien por haber salido del patrimonio del deudor. En el primer caso se habla de garantías personales y en el segundo de garantías reales.