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Salud mental en trabajadores sanitarios durante la pandemia de COVID 19 en Ecuador,

provincia de Tungurahua, cantón Ambato

Capítulo uno

Marco teórico

1.1 COVID 19

La COVID-19 causada por el nuevo coronavirus que se descubrió y se

expandió al mundo desde la ciudad de Wuhan a finales del año 2019, ha causado

problemas severos, especialmente en el sistema respiratorio de las personas que

contraían el virus (Guach, 2020).

En esta investigación se redactará una crónica a partir del inicio de la actual

pandemia que ha causado innumerables problemas tanto fisicos como psicologicos

en la poblacion mundial, especialmente en el personal sanitario del pais.

1.1.1 Reseña histórica de la pandemia

La COVID-19 se origina en el país asiático China, específicamente en la

ciudad de Wuhan a finales del año 2019. Según investigaciones, los primeros

casos en humanos son provenientes de una fuente animal, aunque desde inicios

del brote se ha discutido varias teorías acerca del origen de este virus. Una de

las teorías que ha causado mayor relevancia en la población mundial es la

¨Teoría del complot¨. Esta teoría propone al hombre como el creador del virus

con un objetivo aun no identificado. Hoy en día la tecnología, la química, la

bioquímica y las ciencias computacionales nos han ayudado a saber con mucha

certeza de donde germina el virus (Domínguez, 2020).

Las primeras personas vinculadas con el SARS-COV-2 fueron un grupo

de personas provenientes del sur de la provincia de Wuhan – China. El

mencionado grupo laboraba dentro del mercado mayorista que comercializaba


todo tipo de alimentos provenientes de animales en dicha ciudad. Un enigma aun

no descubierto en su totalidad por los investigadores es el reconocimiento de las

enfermedades zoonóticas de este virus. Actualmente se realizó algunos estudios

dando como resultado que el 2019-nCoV tiene una probabilidad muy alta del

genoma a un coronavirus del murciélago, de esta manera, se podrá decir que el

coronavirus del murciélago es el depósito primario del virus (Pérez, 2020).

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) la principal vía

de transmisión entre humanos es por diminutas partículas que son arrojadas

mediante la nariz o la boca al momento de hablar, cantar, respirar, toser o

estornudar por una persona infectada. Estas partículas se definen dependiendo

su tamaño, las más grandes son llamadas ¨gotículas respiratorias¨ y las más

pequeñas se denominan aerosoles. (p. 5).

El periodo de incubación del virus dentro del cuerpo humano es de 1 a 14

días y se exhibe como un cuadro clínico correspondiente a una infección

respiratoria aguda, de otra forma, el virus también puede atacar mediante otra

sintomatología (Guach, 2020).

La Organización Mundial de la Salud (2020) recomienda que, después

del periodo de incubación se debe realizar aislamiento voluntario por 14 días

más, ya que, puede prolongarse hasta 24 días la presencia del virus en el cuerpo

humano.

Debido a la propagación de este virus existen varias formas de trasmisión

y contagio las cuales detallaremos a continuación:

 El mecanismo de transmisión animal – humano:

La transmisión del SARS-CoV2 refiere al contacto directo entre los

animales infectados mediante sus secreciones hacia los humanos,


produciendo un cuadro clínico con afectaciones respiratorias y

gastrointestinales.

 Mecanismo de transmisión humano – humano

La vía más idónea para la transmisión del virus es mediante el contacto

directo de personas contagiadas, es decir, a través de la secreción nasal

y bucal puesta en contacto por partículas respiratoria de más de 5 micras

capaces de ser transmitidas a una distancia de hasta 2 metros.

 Otra vía de contagio directo es mediante el tacto a objetos o superficies que

han sido contaminadas mediante partículas expulsadas por personas que

han contraído el virus (Pérez, 2020).

Desde el punto de vista de Canchari (2020), el sistema inmunológico de cada

persona y los síntomas que pueden adoptar varían desde leves hasta muy graves,

algunas personas se pueden presentar de forma asintomática o mostrar una serie

de síntomas. Los primeros síntomas de la COVID-19 se manifiestan mediante

fiebre, escalofríos, fatiga y en ocasiones diarrea e hipoxia. En ocasiones la

enfermedad suele presentarse le en un 80% y suele confundirse con gripes o

resfriados, el 15% presenta síntomas graves y el 5% deben ser tratados en Unidad

de cuidados intensivos (p. 6).

1.2 Consecuencias de COVID 19

Debido a la pandemia mundial que estamos atravesando se han desarrollado

varias afectaciones en el ámbito psicosocial, familiar, económico y psicológico. Estas

afectaciones se desplegarán a continuación:

Las afectaciones psicosociales recayeron con mayor impacto sobre las personas

con diversidad funcional las cuales no pudieron acceder a servicios de apoyo brindados

por el gobierno. Otro grupo etario que se vio afectado son las personas con rasgos
asiáticos o pertenecientes a dicho continente, estas personas generalmente sufren

discriminación por parte de la sociedad en donde se desarrollan (Douglas, 2020).

Para Ávila (2021), ¨el confinamiento obligatorio provocado por la pandemia, la

violencia de genero fue otro de los factores que se vio altamente vulnerado hacia las

mujeres, existiendo así, violencia física, sexual, verbal y psicológica de parte de sus

convivientes¨ (p. 6-8).

La población que tuvo mayor impacto social negativo fueron los adultos mayores,

ya que, por una parte, son las personas con mayor vulnerabilidad de contagio, además,

el estilo de vida social que tenían antes de la pandemia se vio obligado a una ruptura

por cuestiones de la emergencia sanitaria que atravesaba el mundo. De igual manera

estos adultos mayores no tuvieron el apoyo médico y social necesario a los

requerimientos de su salud física, mental y emocional (Marilin, 2021).

Es por ello que los trabajadores sociales trabajan en programas de ayuda

inmediata antes la situación psicosocial que atraviesan las personas. Estos programas

de ayuda tienen un enfoque más direccionado hacia los colectivos más vulnerables al

COVID-19. Planificando así mejores estrategias de trabajo para brindar una mejor

atención a los usuarios, descubrir sus necesidades sociales y así comprimir su soledad,

angustia, ansiedad y reclusión social (Olguín, 2020).

Hoy en día la comunicación y sus avances tecnológicos hacen del trabajo una

herramienta de fácil y rápido acceso para la interacción social y así la adquisición de los

objetivos de las intervenciones sociales en la actual crisis mundial. Los trabajadores

sociales enfrentan grandes desafíos, uno de ellos que enfrentan los trabajadores

sociales son las visitas de ¨compasión¨ en donde los adultos mayores en su etapa final

de vida pueden comunicarse con sus familiares mediante videollamadas, FaceTime,

Zoom, Skype, y demás plataformas virtuales de comunicación (Franco, 2021).


Lo mismo ocurre en el ámbito económico que también ha tenido varias

alteraciones debido a la crisis humanitaria que se vive en todo el mundo. La disminución

de la actividad económica debido a que las regiones dependen básicamente de sus

exportaciones ha sido afectada por la recesión mundial. La dimensión final de esta crisis

será en base a la estructuración sectorial de cada territorio (Riveros, 2020).

En este grupo socialmente afectado también son parte las personas de escasos

recursos básicos (hogar, alimentación, trabajo, vestimenta). Estas personas sustentaban

su día a día con la búsqueda de ingresos mediante ventas ambulantes en los exteriores

de escuelas, parques, transporte público, etc. Por lo que el confinamiento limitó en gran

parte sus únicos ingresos debido a la inexistencia de gente en las calles.

El entorno laboral también se vio vulnerado por el COVID – 19 obligando a

algunas personas a cerrar sus empresas, negocios, emprendimientos, etc. Aumentando

así el nivel de desempleo. Es por ello que se debe contar con un buen servicio de

salubridad para evitar de esta manera más contagios y lograr normalizar el nivel laboral.

Inclusive antes de la actual pandemia que vivimos, los trabajadores de ciertas empresas

eran expuestos a diferentes tipos de accidentes laborales. Hoy en día la crisis sanitaria

ha ayudado a que las empresas implementen un nuevo sistema de seguridad y

bioseguridad para de alguna manera mitigar los contagios entre las personas (Castro,

2020).

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2020) ha pronunciado que

la dificultad internacional en aspecto laboral ha sido la más difícil de la que se tiene

registro desde la segunda guerra mundial. Causando así de tal manera una disminución

de las actividades económicas provocando un grave impacto sobre los ingresos y los

empleos de las personas provocando un aumento notable del desempleo y su

desempleo De la Serna (2020):

Es por ello que el COVID-19 ha afectado principalmente el mundo laboral, esto

no quiere decir que se haya visto afectado solamente a corto plazo, sino que tendrá un
efecto adverso posteriormente en tres aspectos muy importantes como: la suma de

empleo, la calidad del trabajo y los efectos en las asociaciones más endebles frente a

las secuelas antagonistas en el mercado laboral. (p. 3)

Debido a la emergencia sanitaria, otro grupo que se ha visto afectado por el

COVID-19 son las familias ecuatorianas. Las relaciones que se vivía antes de la

pandemia no permitían una continua interacción familiar ya que cada uno tenía sus

actividades diarias fuera del hogar. A raíz del confinamiento iniciado en el mes de marzo

del año 2020, empezaron a surgir varios y negativos cambios en la convivencia familiar.

Uno de los problemas más comunes es el uso excesivo de las redes sociales y el

internet por parte de los hijos, esto no permite una buena comunicación entre los

miembros del hogar y una falta de responsabilidad en sus roles personales dentro del

mismo (Montero, 2020).

En este tiempo se pudo evidenciar que el estar en aislamiento favorece a un

incremento significativo de tensiones familiares, aunque también convirtiéndose en una

oportunidad de establecer y apuntalar lazos familiares, es decir, los contextos producto

del confinamiento pueden mostrar de cada persona su lado bueno o malo.

La actual pandemia no solo nos ha afectado en el ámbito social, económico,

laboral y familiar, sino también en uno de los aspectos más importantes de la persona

que es el área psicológica.

El cambio repentino de rutinas y hábitos ha hecho que el estrés psicológico vaya

en aumento, forjando problemas alimenticios, patrones de sueños irregulares,

sedentarismo y el uso excesivo de dispositivos electrónicos que pueden derivar también

en problemas físicos (Muñoz, 2020).

1.1.1. Entre los nombrados problemas se suma el miedo y el impacto

psicológico que ha generado en las personas el contagiarse debido a la

gravedad de la enfermedad. Esto también desencadena al posible


rechazo o estigma social en aquellas personas contagiadas o personas

que pasaron su etapa de contagio, presentando estrés agudo y estrés

postraumático (Ceberio,2021)COVID 19 en Ecuador

El 29 de febrero del año 2020 el Ministerio de Salud Pública del Ecuador ratificó

el primer caso confirmado del nuevo coronavirus en la ciudad de Guayaquil. Días

después los casos iban en aumento ya no solamente en dicha ciudad, sino en todas las

provincias del Ecuador. Debido a la magnitud de personas contagiadas y fallecidas los

hospitales de las ciudades más grandes del país se vieron saturados y esto llevo a que

el Ecuador sea portada principal en todos los medios internacionales debido a que, por

falta de espacio en las casas de salud las personas fallecían en sus hogares y los

mismos eran abandonados en las calles de las ciudades a la intemperie por falta de

espacio en los camposantos y funerarias (Chauca, 2021).

Desde que se reafirmó el primer caso de COVID-19 en Ecuador el 29 de febrero

del 2020 hasta el 8 de noviembre del 2021 la cifra oficial de casos confirmados es de

519.560. Según las estadísticas, 47 es el número diario de casos confirmados. Los

casos descartados por COVID-19 son de 1.328.256. Esta cifra corresponde a pruebas

RT-PCR realizadas por la población ecuatoriana. El número de fallecidos en el año 2020

por COVID-19 es de 15.490. Y la cantidad de personas fallecidas probablemente por

COVID-19 es de 8.303. Sumando un total en el periodo 2020 de personas fallecidas de

23.793. La lista de fallecidos correspondientes a pruebas RT-PCR confirmadas es de

7.878 y fallecidos probables por COVID-19 1.318 dando como total de personas

fallecidas en el año 2021 de 9.196 (INEC, 2020).

Podemos observar en la siguiente figura un resumen que nos habla sobre el uso

de camas dentro del Ministerio de Salud Pública – IESS – FF.AA – PP.NN con

referencia a personas contagiadas por COVID-19.

Figura 1
Situación epidemiológica nacional covid-19, Ecuador

Nota: Adaptado de situación epidemiológica nacional COVID-19. Fuente: Red pública

integral de salud (2020).

La siguiente tabla hace referencia a las vacunas administradas a toda la población del

Ecuador.

Tabla 1

Matriz de vacunación COVID-19 reportada por zona por dirección nacional de

estadística y análisis de información de salud

AstraZeneca Pfizer Sinovac Cansino

Primera
Dosis
Primera Segunda Primera Segunda dosis Segunda Dosis
de
dosis dosis dosis dosis Segunda dosis única
refuerzo
dosis

1.327.52 3.123.05 5.939.67


1.068.006 161.454 3.933.751 7.371.963 415.106
3 8 9

Nota: Datos tomados del Ministerio de Salud Pública del Ecuador (2021).
En esta tabla se observa cuantas personas a nivel nacional han sido inoculadas, se

observa de igual manera que tipo de vacuna se les administro y el porcentaje de las

personas que poseen la primera dosis, segunda dosis y de ser el caso una sola dosis.

1.1.4 COVID-19 en personal sanitario y sus repercusiones

Las repercusiones del COVID-19 en los ámbitos, sociales, educativos, laborales,

culturales, económicos y sobre todo en el área de la salud ha tenido un gran impacto

debido a los cierres intempestivos de negocios, suspensión de clases presenciales en

todos los centros educativos a nivel local e internacional, suspensión de eventos

masivos, aislamiento prolongado entre la sociedad, etc. La repercusión de mayor

impacto afectó psicológicamente en gran cantidad a los trabajadores de la salud debido

a los estrictos requerimientos de bioseguridad, la dificultad de laborar usando el equipo

adecuado para la protección del virus, asimismo la falta de insumos médicos en los

centros de salud generaba más ansiedad en los galenos debido a que, las personas

contagiadas por la escases de ciertos medicamentos no lograban concluir el

procedimiento para su recuperación y debido a esto los hospitales y centros de salud se

veían saturados (Muñoz-Fernández, 2020).

El impacto emocional no siempre se desarrolla de la misma manera en el

personal de salud, existiendo dos factores: riesgo o protección para el afrontamiento

psicológico ante la actual pandemia. Las afectaciones psicológicas han ido aumentando

progresivamente ya que los pacientes cada día se multiplicaban y esto se veía afectado

en las rutinas clínicas debido al número exagerado de pacientes, los residentes,

enfermero/as, médicos y personal de limpieza tuvieron que dejar de lado sus familias y

relaciones sociales para dedicarse en la atención de pacientes COVID-19, provocando

así, alteraciones de sueño, estrés, depresión, ansiedad, problemas de alimentación,

miedo y demás factores relacionados (Monzón-Falconi, 2021).


Debido a la alta demanda de atención en pacientes COVID-19 el personal de

salud se ha visto obligado a dejar en segundo plano actividades físicas y con esto el

descuido progresivo de la salud individual de cada médico. Es decir, un gran número del

personal de salud se ven vulnerables a adquirir enfermedades como el sobrepeso,

obesidad, hipertensión, problemas alimenticios han sido consecuencias de un trabajo

arduo dentro de los hospitales por parte del personal de salud (Álvarez, 2021).

1.2 Afectaciones a la Salud mental

De acuerdo a la (OMS, 2016), varios factores que afectan la salud mental de la

persona se relacionan a un deficiente nivel educativo, pobreza, abuso de los derechos

de cada persona y todo tipo de violencia. En el ámbito global, la población que poseen

patologías mentales suma un total de 400 millones, esto corresponde a un 24%

afectando exponencialmente a adolescentes, adultos y niños. también un aspecto no

menos importante en la salud mental de las personas se debe al estilo de vida

enlazadas con fuerzas económicas, políticas y sociales (Levav, 2004).

1.2.1 Salud mental

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2001) ¨la salud mental

es definida como un estado de bienestar en el que la persona afronta el estrés usual de

la vida en familia y en comunidad o como el desarrollo de las potencialidades de la

persona, es parte integral de la salud pública¨ (Posada, 2013, p. 2).

Inicialmente el brote y expansión del virus SARS-CoV-2 alarmó y causo miedo y

estrés en la población mundial. El miedo se profundizo debió al mal manejo de

información y mitos en relación a esta nueva enfermedad, es por ello que los síntomas

de depresión, ansiedad, y problemas en la salud mental empezaron a incrementar a

nivel mundial, especialmente en el personal de salud Huarcaya-Victoria (2020).

La salud mental se puede ver gravemente afectada en la población general y en

ciertos grupos vulnerables llegando así a niveles muy altos de estrés o depresión. El
virus y las medidas de control que se están tomando pueden llevar a un miedo

generalizado en la población y puede conducir a la desacreditación social de los

pacientes, de sus familiares y de los médicos que los atiende, todo esto lleva

consecuencias psicológicas Hernández-Rodríguez (2020).

La salud mental es un ingrediente primordial en el personal sanitario, ya que, al

estar vinculados directa y continuamente con la sociedad ésta se verá reflejada en cada

paciente tratado. Es por ello que cada comunidad deberá trabajar en programas de

salud mental y prevención de trastornos mentales, y con esto asegurar la resiliencia y el

bienestar emocional de cada persona (Posada, 2013).

Dentro de este orden de ideas y sin dejar de lado al ejercicio o actividad física

como un recurso positivo para inhibir o disminuir enfermedades mentales. ¨Es por ello

que la actividad física es muy importante para mantener una salud mental sana, ya que,

al mantener ocupada a la mente mediante tareas como el ejercicio, actividades

escolares o actividades profesionales y al realizarlas con esmero, éstas producen una

inmensa dosis de satisfacción y por ende esto es sinónimo de buena salud mental¨

(Melgosa, 2017, p. 84).

La Organización Mundial de la Salud (OMS 2003, 2005) plantea que en los

últimos años se calcula que 450 millones de personas en el planeta sufren de alguna

patología mental, que les crea angustia e imposibilidad. Alrededor de 121 a 150 millones

de ellos sufren del trastorno de depresión; entre 70 y 90 millones padecen trastornos por

el abuso de sustancias psicotrópicas como el alcohol o diversas drogas; de 24 a 25

millones sufren esquizofrenia; 37 millones poseen demencia, 1 millón de personas se

quitan la vida cada año y entre 10 y 20 millones intentan suicidarse. (p. 75).

Las enfermedades mentales conllevan un gasto económico tanto para los

familiares como para las personas que lo padecen, pero no tanto como el costo social

en términos de rechazo social o estigmatización y perdida de oportunidades de trabajo

para las personas que padecen alguna patología mental. Los familiares también se ven
afectados económica y emocionalmente al tener que cuidar del paciente discapacitado o

enfermo mental, ya que, ellos en algunas circunstancias deberán perder horas de

trabajo para poder atender las necesidades del paciente y esto conlleva a un desgasto

salarial (Valencia, 2007).

Ansiedad

El trastorno de ansiedad es un desorden mental en el que interviene el miedo

perturbando el comportamiento de las personas. La ansiedad se manifiesta como un estado

de agitación e inquietud desapacible demostrando un peligro anticipado. La ansiedad

alcanza una preponderancia de la sintomatología psíquica y la sensación de catástrofe o de

un riesgo inmediato, es decir la ansiedad se combina entre síntomas cognitivos y síntomas

fisiológicos exteriorizando una nula reacción psicológica, es por ello que, el individuo busca

una solución a la exposición ya que este fenómeno la persona percibe de manera clara

(Psychiatric, 2014).

El trastorno de la ansiedad generalmente aparece a temprana edad en las personas

(infancia) y es un problema que puede ser persistente si no se lo trata a tiempo. Asimismo,

este trastorno puede aparecer por cortos lapsos de tiempo en los niños/as, un claro ejemplo

de este trastorno en los niños es el Mutismo Selectivo o el trastorno de ansiedad por

separación, haciendo referencia a un desapego emocional por parte de la madre al hijo.

Este trastorno suele tener una duración de 3 a 4 meses según la condición de la terapia

(Kuaik, 2019).

Este tipo de trastorno suele afectar más al género femenino que al masculino. Una

persona es diagnosticada con este trastorno siempre y cuando no sea dependiente de

sustancias (medicina, estupefacientes, narcóticos, etc.) que alteren sus efectos fisiológicos.

Los efectos que produce la ansiedad suelen interrumpir la vida cotidiana de la persona

obstaculizando el manejo de sus emociones y limitándose a concurrir ciertos lugares o

situaciones que ponen en alerta sus sentimientos (Delgado Angulo, 2020).


Para Carballo (2019), dentro de este trastorno se despliegan varios tipos de

ansiedad:

 Trastorno de ansiedad generalizada: Aquí la persona construye

pensamientos excesivos sobre varios aspectos a la vez, esto quiere decir

que la persona siente temor de no poder controlar de forma positiva las

situaciones que podrían suceder en un futuro entorno a su vida cotidiana.

 Trastorno de ansiedad social (fobia social): El individuo siente una

amenaza constante al interactuar en un ambiente social o siente temor al

saber que está siendo explorado por otras personas. La fobia social se

presenta en contextos tales como reuniones, cenas o situaciones en las

que el individuo tenga contacto directo con otros.

 Trastorno de pánico: La crisis sucede en respuesta a situaciones de

conflicto interno de la persona ante eventos riesgosos esperados o

pueden suceder de forma inesperada induciendo a una crisis sin razón

alguna.

 Trastorno de agorafobia: Se dan en situaciones tales como: el uso de

transporte público, permanecer en la multitud, hacer fila por largos

periodos de tiempo, permanecer en lugares cerrados, especialmente esto

se da cuando la persona se encuentra sin un acompañante y podría

suceder acciones dificultosas que requieran ayuda (Carballo, 2019).

Existen diversos sintomas del trastono de ansiedad mencionados por Orgiles (2012), que se

detallaran a continuacion:

Síntomas del trastorno de ansiedad:

o Temblores

o Dificultades para conciliar el sueño

o Conflictos gastrointestinales
o Sudoración

o Exageración del ritmo cardiaco

o Agotamiento o cansancio

o Respiración acelerada

Según Londoño (2010), en dos grandes grupos se divide los factores de riesgo que

producen el trastorno de ansiedad, factores de riesgo predisponentes y factores

desencadenantes. Los factores de riesgo predisponentes son aquellos en los que las

personas más vulnerables tienden a desarrollar este trastorno, los factores pueden ser:

- Antecedentes familiares: Esto hace referencia a la posibilidad de que algún miembro

de la familia pueda adquirir este trastorno si en el grupo familiar existe otra persona

con dicho trastorno desarrollado.

- Inconvenientes de consumos tóxicos en el embarazo: la posibilidad de adquirir este

trastorno se da cuando en el momento del embarazo existe un consumo de algunos

medicamentos, consumo de estupefacientes o elevados niveles de cortisol.

- El estilo de crianza: Este punto hace mención a el nivel de inseguridad entre el niño

y su cuidador por no satisfacer las necesidades que el infante requiere o por sentir

una inseguridad de amor incondicional (pp.59-68).

Entre los factores de riesgo desencadenantes según Baca (2014), tenemos:

- El estrés: Este es causado por problemas procedentes del trabajo, familiares o

sociales.

- Personalidad: Otro componente que desarrolla este trastorno es la forma de ser de

cada persona, los individuos con una personalidad introvertida serán los más

propensos a desarrollar un trastorno de ansiedad.

Por otro lado una de las variables que también ha influido en la salud mental de los

trabajadores sanitarios es la que se mencionara a continuación


1.2.1.1 Depresión

Dentro de este marco, la depresión es un trastorno inadecuado en el estado de

ánimo de una persona. La causa originaria de la depresión puede tener varios factores,

estos pueden ser de origen genético, hormonal, fisiológico, psicológico o social. Este

trastorno puede tener una variación mayor y recurrente que se puede dar con respecto a

sucesos estresantes. La alteración del ánimo consiste en una depreciación en el interés

para realizar actividades cotidianas de la persona que vienen acompañados de angustia,

falta de concentración y variación de la memoria, siendo todos estos síntomas psíquicos del

trastorno de la depresión. Dentro de las enfermedades psiquiátricas, la depresión es una de

las más dominantes y suelen frecuentarse en personas de mayor edad (American

Psychiatric Association's, 2014).

Los niños también pueden presentar este trastorno, pero sus síntomas siempre

serán diversos ante los síntomas de los adultos. La Organización Panamericana de la Salud

refiere que la depresión se ha vuelto común entre la sociedad interfiriendo con la vida diaria

de las personas. A pesar que la depresión tiene un contexto hereditario, este trastorno

también puede darse en personas sin antecedentes de dicha enfermedad mental (Pérez-

Padilla, 2017).

La sintomatología de este trastorno tiene como principales características clínicas:

cambios emocionales (angustia patológica e irritabilidad) modificaciones físicas (fatiga,

aumento de peso o disminución de peso corporal, anorexia, problemas en conciliar el sueño

y depreciación de la libido), Alteraciones del pensamiento (inclinaciones suicidas,

desinterés, ideas trastornadas, problemas de concentración y memoria e indecisión).

Alteraciones de la conducta (asilamiento, lamento, mutismo, agitación y lenificación)

Alteraciones de los ciclos vitales (cambios menstruales y variaciones del estado de ánimo

en ciertas horas del día) (Vergara, 2014).

Los factores que provocan la depresión son múltiples, entre ellos están los

integrantes Genéticos: es una condición que se puede heredar de padres a hijos, el 40% de
las personas que presentan un diagnóstico clínico de depresión provienen de familias en

donde uno o más miembros padecen este trastorno. Factores físicos: partes del cerebro no

funcionan correctamente, siendo esto responsable de moderar el estado de ánimo, el

comportamiento, el apetito y el pensamiento padeciendo un desequilibrio en algunos

neurotransmisores del cerebro. Factores ambientales: eventos traumáticos difíciles de

superar para la persona pueden proporcionar un episodio depresivo más aun cuando no

tiene un sistema de apoyo constante (Salgado-Burgos, 2017).

1.2.1.2 Estrés

El estrés puede definirse como un estado de rigidez nerviosa provocado por varias

situaciones en las que son influyentes el bienestar persona, psicológico y físico. Este

trastorno es impredecible en la vida del ser humano, es decir, se puede dar en cualquier

contexto (Psychiatric, 2014).

Según criterios expuestos por científicos no es posible aun establecer una definición

única sobre el estrés, ya que, se ha considerado que el estrés es bueno y malo, inofensivo y

peligroso, facilitador y obstaculizador. El estrés es una réplica fisiológica natural del

organismo para enfrentarse al entorno. Esta respuesta es indispensable para la

supervivencia el hombre. El estrés es necesario para la vida del ser humano, ya que, este

nos da la pauta para poner en alerta sobre algún peligro siendo este un mecanismo de

defensa ya que un poco de estrés ¨saludable¨ aprueba a la persona trabajar mejor y ser

más determinativa (Mata, 2019).

Tipos de estrés según Gálvez (2015)

 Estrés normal: esto se da ante situaciones determinadas que en cierta medida son

normales, un poco de estrés nos ayuda a afrontar de mejor manera las situaciones

que se dan en la vida cotidiana.

 Estrés patológico: en este punto el estrés se produce de manera intensa y por

periodos extensos causando problemas físicos y psicológicos.


 Estrés postraumático: es aquel que se exterioriza después de que una persona ha

experimentado algún tipo de trauma pavoroso, resultado de eso las personas con

mucha frecuencia presentan pensamientos aterradores.

El estrés puede causar diferentes síntomas tales como: problemas musculares,

cardiovasculares, estomacales, envejecimiento prematuro, exceso de sueño o por el

contrario insomnio, rigidez en la mandíbula y cuello, dolores de cabeza, dificultades a nivel

sexual, variación en el peso, cambios de conducta, falta de energía y concentración y mala

memoria (Oro, 2019).

1.2.1.3 Burnout

Este síndrome es muy popular por padecer un desgaste profesional o laboral. Este

síndrome es un estado de agotamiento físico y mental. De acuerdo al psicólogo Herbert

Freudenberger este síndrome afectaba solamente a trabajadores de la salud, ya sean,

médicos o enfermero/as, pero en la actualidad este síndrome puede afectar a cualquier

persona en distintos ámbitos laborales. Cuando el profesional padece este síndrome su

interés laboral va decayendo y va desplegando una condición psicológica negativa hacia su

ambiente de trabajo (Batista, 2019).

Cuando un profesional ha elegido su carrera de forma vocacional es más probable

que padezca este síndrome y aunque en un inicio solo pueda afectar laboralmente el

malestar puede extenderse de manera familiar y social del profesional afectado. El burnout

tiende a desarrollarse según el ambiente laboral del individuo, es decir, en un ambiente

poco favorable, sin herramientas de trabajo, personal apático para realizar las actividades,

etc. La Organización Mundial de la Salud registró en año 2019 el burnout como una

patología, que será incorporada en la Clasificación Estadística Internacional de

Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), cuya presentación oficial se ha

establecido para inicios de enero del año 2022 (Morales, 2015).


Síntomas del síndrome de Burnout según Carrillo-Esper (2012), entre los principales

síntomas tenemos:

- Agotamiento mental que se puede definir como el principal intérprete de este

síndrome existiendo una comorbilidad en los trastornos relacionados con el estrés, la

depresión e insomnio.

- El agotamiento físico se define como alteraciones en el peso corporal, problemas

psicosomáticos como: migrañas, fatigas musculares, problemas gastrointestinales y

en el género femenino variaciones en el ciclo menstrual.

- Despersonalización y cinismo: el profesional crea una actitud indiferente, el

desapego se ve reflejado también en su compromiso entorno a sus labores y a la

misma vez con sus compañeros y clientes. La irritabilidad también forma parte de

este síndrome y se manifiesta en el actuar con los clientes, compañeros de trabajo,

familia y entorno social.

1.2.1.4 Alteraciones del sueño

Las alteraciones del sueño son patologías psicológicas que afectan la forma de

dormir del individuo. Una alteración del sueño puede provocar daños en la salud y aumentar

el riesgo de problemas en varios aspectos rutinarios de la persona. Esta patología

generalmente afecta a los profesionales de la salud mental y los profesionales médicos,

esto se da por la manera en la que enfrentan sus labores atendiendo a personas a cualquier

horario del día con diferente sintomatología esto incluye a pacientes pediátricos, adultos y

geriátricos, este trastorno puede venir acompañado de un insomnio, narcolepsia,

hipersomnia, pesadillas y síndrome de las piernas inquietas (Psychiatric, 2014).

Cada persona está condicionada a tener una cantidad de sueño necesaria

dependiendo del comportamiento, ambiente y organismo del individuo. Existen variaciones

entre las personas según los factores mencionados en los que ciertas personas necesitan

seis o menos horas y otros necesitan un promedio de ocho a nueve horas para sentirse
cómodo. Durante los años ha sido bastante debatible la cantidad necesaria de horas de

sueño que necesita el ser humano para tener un bienestar mental y físico saludable,

algunos médicos enfatizaban que la cantidad ideal de sueño eran de siete u ocho horas,

otros mencionaban que cada persona debía satisfacer su lapso individual de sueño. A pesar

de este debate de conceptos recientes estudios sugieren que una alteración de un patrón

de sueño intermedio que implique dormir 7-8 horas perjudicaría notablemente la salud de la

persona (Miró, 2005).

De acuerdo a Cerna (2021), existen varias tipologías de alteraciones del sueño y

estas se pueden clasificar de acuerdo con las conductas de la persona. Entre las principales

y más importantes tipologías del trastorno del sueño tenemos:

- Narcolepsia: esta afectación se caracteriza por el adormecimiento del individuo

durante varios episodios en el día.

- Síndrome de las piernas inquietas: conocida también por algunos médicos como la

enfermedad de Willis-Ekbom, se caracteriza por un impulso incomodo de agitar los

pies cuanto la persona está tratando de conciliar el sueño.

- Apnea del sueño: esta patología suele tener patrones anómalos de la respiración

mientras la persona se encuentra dormida.

- Insomnio: es la dificultad para armonizar el sueño durante toda la noche en la

persona.

1.2.2 Repercusiones en la salud mental de profesionales sanitarios

Los profesionales de la salud están en constante entorno laboral estresante

rodeados de personas que padecen y sufren problemas de diferente ámbito, con la

pandemia que vivimos actualmente las unidades de cuidados intensivos han sido

particularmente una carga emocional para los médicos ya que, un gran porcentaje de las

personas que ingresaban a esta área tenían pocas probabilidades de vivir y estas se las

entregaban a los médicos tratantes, es por ello que el estrés y la ansiedad jugaban un papel
importante en la salud de estos profesionales causando inconvenientes no solo en el área

laboral sino también familiar y social (Ballester, 2015).

La actual pandemia ha tenido repercusiones psicológicas y psicosociales a nivel

general de la población, sin embargo, el personal de salud (médicos, enfermero/as,

laboratoristas y personal de aseo de hospitales y casa de salud) han tenido un mayor

impacto psicológico viéndose afectados con síntomas de ansiedad y depresión sobrias o de

mayor gravedad, estos problemas psicológicos hoy en día son considerados como un

problema de salud mental publica emergente, por tal motivo se recomiendan la ejecución de

programas de ayuda para el personal de salud y la población en general (Vázquez, 2020).

El personal sanitario distribuido entre médicos y enfermero/as quienes componen la

primera línea de esta difícil batalla contra el COVID-19 son personas que están

potencialmente expuestas a adquirir algún trastorno mental según la Sociedad Española de

Psiquiatría. Las causas que pueden derivar en alguna enfermedad mental para el personal

de salud es la continua preocupación por no propagar el virus entre sus familias, la elevada

cantidad de carga laboral debido a la mayor demanda de pacientes y permanente asistencia

a ambientes que poseen factores muy estresantes hacen que el personal sanitario padezca

de un estrés crónico, más conocido como el síndrome de Burnout. De esta manera se

puede decir que el personal de salud sufrió de altos niveles de estrés laboral llevándolos a

un 95% de médicos que padecían este síndrome de manera severa y moderada. El SB

afecta en su mayor parte al personal médico antes que al personal de enfermería debido a

la forma en que estos dos interactúan con los pacientes, es por ello que se debe efectuar

medidas de soporte psicológico para los trabajadores de la salud en situaciones críticas o

de emergencia (Vinueza-Veloz, 2020).

1.3 Variables psicosociales relacionadas a la salud mental

Los factores psicosociales tienen un nivel alto de influencia en las enfermedades

que afectan a la salud mental, esta repercusión deja secuelas en el ámbito social,

familiar y laboral de la persona (Ruby, 2015).


Moreno-Báez (2010) describen a estos factores como un peligro psicosocial,

puesto que se verá afectado en la interacción y causa, que se pueden dar en varias

tareas laborales dentro del ámbito en donde se desarrolla la persona, afectando de

forma negativa el ambiente familiar y social del individuo (p. 32).

1.3.1 Inflexibilidad psicológica

Una idea de Hayes (2006) leída en una tesis de Eisenbeck (2019):

Se define a la inflexibilidad como la dificultad en el funcionamiento de las

reacciones psicológicas a la hora de guiar las acciones emocionales de la persona, es

decir, este factor intensifica el sufrimiento frente a eventos presentes en el individuo

(Hayes, 2006, como se citó en Eisentbeck, 2019, p. 2).

La inflexibilidad psicológica está estrechamente vinculada con los trastornos de

ansiedad, depresión y con una incomodidad psicológica general, siendo este un proceso

transdiagnostico que conjuga varios factores comunes de conducta (personalidad,

emocionales), dado que esto es el origen y evolución de diferentes problemas

psicológicos de la persona (Flores, 2021).

De acuerdo a Kashdan (2010), resulta muy favorable la flexibilidad psicológica en

la persona, y a su vez la inflexibilidad psicológica marca tendencias patológicas. A pesar

de esto no se puede asumir a la flexibilidad psicológica como un sinónimo de buena

salud mental (p. 18).

La inflexibilidad psicológica se puede asociar también con el síndrome de

Burnout, ya que, en este punto el personal sanitario emite conductas que desencadenan

un sin número de emociones y pensamientos tales como querer alejarse del paciente,

reducir el tiempo de visita a los enfermos o tratar al paciente como una enfermedad y no

como una persona. Todo esto se puede atribuir como un mecanismo de defensa ante el

nivel elevado de estrés y ansiedad con respecto a su labor (Ortiz, 2018).

1.3.2 Soledad y Apoyo social


Naturalmente cada persona requiere desde su niñez hasta la última etapa de su

vida estar ligado a un conjunto de interacciones personales y sociales, estas

interacciones proveen numerosos tipos de ayuda que le permite tener una mejor calidad

de vida al ser humano (Pérez, 2006).

Por otro lado, Young (1982) describe a la soledad como un estado emocional del

ser humano en donde este no ha logrado desplegar positivamente las relaciones

personales en el medio en donde se desarrolla. Este estado dañino puede desarrollarse

como soledad crónica, situacional o transitoria y se ve afectado más aún en los

trabajadores de la salud, ya que, la discriminación en el ámbito social y familiar ha ido

en aumento por ser los médicos personas que están diariamente en contacto con

pacientes COVID-19 (Fernández, 2013).

La soledad es un estado emocional que va ligado con el apoyo social ya que,

cuando una persona experimenta la soledad siempre va a necesitar la ayuda, consejo, y

compañía de su entorno social, esto incluye a compañeros de trabajo, amigos, y familia.

Resulta lógico el crear grupos de apoyo social para el personal sanitario que han

experimentado y están experimentado esta condición de soledad a causa del COVID-19

y de esta manera mejorando la calidad de vida de los mismos (Iturregui, 2020).

1.3.3 Estrategias de afrontamiento

Al ser los profesionales de la salud personas potencialmente expuestas a

trastornos de ansiedad, estrés y Burnot las estrategias de afrontamiento son

indispensables para mejorar la calidad de vida de estas personas. Desde la perspectiva

más general las estrategias de afrontamiento se describen tal y como las personas

manejan situaciones estresantes o sucesos percibidos como estresantes (Escribà-Agüir,

2015).

Existen diferentes estrategias de afrontamiento y así mismo se dividen en

diferentes grupos. Por ejemplo, las estrategias de acercamiento se orientan en el


componente estresante y las acciones encaminadas hacia él, planificar para mitigar o

resolver los factores estresantes y buscar apoyo emocional. Mientras que las estrategias

evitativas buscan por el contario evadir el factor estresante y las reacciones que

provocan, aislarse de la sociedad, consumir sustancias psicotrópicas y negar la realidad

del factor estresante (Soto-Terrones, 2021).

En alguna de sus manifestaciones Abdulghani (2020), hace referencia a las

estrategias de afrontamiento como la división de actividades enfocadas en el problema.

Por ejemplo, afrontamiento activo, apoyo informativo y acciones orientadas en las

emociones donde su objetivo es trabajar la angustia emocional, la negación, el apoyo

emocional y el desahogo (p. 12).

1.3.4 Retos y desafíos de la Covid-19 en profesionales de la Salud

El personal sanitario en nuestro país es un grupo dentro de la población en

donde el riesgo es alto para adquirir un trastorno por estrés postraumático u otros

trastornos ligados a la ansiedad y depresión. Las fatigantes jornadas laborales, la

tensión asistencial provocada por el desenfreno de pacientes en hospitales, los recursos

insuficientes para desempeñar un buen trabajo, el temor de contagiarse por la carencia

en los sistemas de protección y la precisión que deben tener al momento de tomar una

decisión sobre la vida de una persona, son factores que desarrollan patologías en la

salud mental en el personal sanitario, especialmente de aquellos médicos que laboran

en las salas de cuidados intensivos (Rodríguez, 2020).

La actual pandemia del COVID-19 hasta el momento ha superado en cantidad

10 veces más la expansión de este virus que el SARS-CoV-1 del año 2002. Esta

pandemia ha colapsado los sistemas privados y públicos de países que han

subestimado la magnitud de mortalidad y mutación viral, especialmente países como

Italia y España con un total de 372.756 casos confirmados de personas infectadas y

16231 de personas que fallecieron por dicho virus (4.3% de casos totales) a nivel

mundial. Por su parte, Ecuador, país sudamericano con una extensión de 17 millones de
habitantes, y un producto interno bruto (PIB) de 9.5% reservado a la salud pública, se ha

convertido en el segundo país de Sudamérica con más supremacía de casos positivos

de COVID-19 y se ubicó en el puesto 26 a nivel mundial. La falta de insumos médicos y

la escasez de personal sanitario en ecuador (15 médicos por cada 10.000 habitantes)

pone en riesgo el sistema de salud pública por la extensión brusca del virus (Carrillo-

Pincay, 2020).

Países vecinos como el Perú han sufrido también por la escasez de insumos

médicos y demanda de pacientes en hospitales por el COVID-19, según el Índice de

Seguridad Sanitaria Global (GHSI, 2020) el porcentaje de este país para una

preparación de emergencia es de 6,3 que es equivalente a un rango de (0 a 100), es

decir, que el Perú se encuentra escasamente preparado o nulamente preparado (Rizo-

Patron, 2020).

Por consiguiente, Domínguez (2020), propone una estrategia de intervención

psicosocial en donde el grupo esté dispuesto a brindar un apoyo psicológico,

responsabilidad y que tengan un manejo técnico sobre la actual pandemia. Las

estrategias de prevención consisten en espacios de apoyo y primeros auxilios

psicológicos, esta atención profesional sin duda sería un gran beneficio para disuadir las

patologías mentales, temor y confusión generadas propiamente de su trabajo y por

consecuente el personal de salud tendrá un desempeño más eficaz en su labor

cotidiana (p. 12).

Otra alternativa de apoyo psicológico para los profesionales de la salud seria la

implementación de técnicas de relajación, acceso telefónico psicológico, ocupación

tecnológica como plataformas online o apps son otros de los factores que pueden

brindar ayuda en esta difícil tarea. Es por ello que en estas técnicas de ayuda

psicológica para el personal de salud también es preciso incluir formaciones fundadas

en la resiliencia, acompañamiento emocional, y localización oportuna de médicos con

problemas de salud mental (García, 2020).


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