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“Lima Victor Julliet Tango Zulú”:

El decano de los Learjets argentinos

En el predio recreativo de APTA en Ezeiza, ilustrando su última configuración de pintura


(foto: Sandro Rota, 15/04/2017).

Según nuestras estimaciones, el primer Learjet argentino comenzó a ser construido en


Wichita (Kansas, EE.UU.) en el segundo semestre del año 1970 y su número de
construcción (24D-234) lo identifica como el quinto ejemplar de serie del modelo que
entonces se conocía como Gates Learjet 24D.

El modelo 24D fue el más popular en la serie 24 (casi 100 ejemplares construidos) y se
distinguía de sus predecesores por incrementar su autonomía a 1.246 millas náuticas
(2.308 km) y su peso máximo de despegue hasta 13.512 libras (6.129 kg) mediante un
mejor aprovechamiento del espacio disponible para los tanques de combustible.
En el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires, con el esquema que traía al llegar al país
(foto: Horacio A. Gareiso vía Vladimiro Cettolo, 12/1971).

Certificado por la Federal Aviation Administration (FAA) el 17/07/1970 en categoría


FAR.24 (de allí la designación base del modelo), el 24D fue el primer Learjet en emplear
ventanillas angulares en vez de las circulares que caracterizaban al producto hasta ese
momento.

Propulsado por dos reactores General Electric CJ610-8A de 2.950 libras (6.504 kg) de
empuje, su techo de servicio era de 45.000 pies (13.716 m) y, tripulado por piloto y
copiloto, podía transportar entre cuatro y seis pasajeros.

Un Learjet para los Blaquier


La máquina fue adquirida por la firma Ledesma S.A., perteneciente a uno de los grupos
económicos más importantes de la Argentina, precisamente el mismo año en el que Carlos
Pedro Blaquier heredó el mando de la empresa de su suegro, Herminio Arrieta.
En Buenos Aires/Jorge Newbery, con el esquema con el que operó en el Conflicto del
Atlántico Sur (foto: Enrique F. Abeledo, 08/1984).

Según nuestras mejores estimaciones, empleando una matrícula norteamericana


transitoria el aparato realizó su primer vuelo en febrero de 1971 y con una pasavante
argentina realizó su vuelo ferry hasta Argentina en mayo del mismo año.

Matriculada definitivamente como LV-JTZ el 27/05/1971, la máquina comenzó a operar


como aeronave de traslado de la alta gerencia de Ledesma, que repartía su tiempo entre
sus oficinas de la Ciudad de Buenos Aires, el ingenio azucarero de Libertador General
San Martín (Jujuy) y sus establecimientos rurales de las provincias de Buenos Aires y
Entre Ríos.
En Buenos Aires/Jorge Newbery, con el esquema de pintura adoptado por la Banca
Nazionale di Lavoro (foto: Alain Durand/Avimage, 26/04/1992).

Tras nueve años operando para la empresa de la familia Blaquier Arrieta, en 1980 el
“Julliet Tango Zulú” comenzó a pasar de manos entre otras tantas empresas con recursos
suficientes como para costear este veloz bizjet norteamericano: A principios de 1982,
cayó en manos del Banco de Italia y Río de la Plata y pronto siguió camino a la cadena
de retail, Orue S.A.

Veterano de la Guerra de Malvinas


Fue precisamente estando en esa firma que la aeronave y su tripulación fueron convocadas
por la Fuerza Aérea Argentina para integrarse al Escuadrón Fénix, unidad mixta civil-
militar que se dedicaría a realizar misiones de apoyo al esfuerzo bélico al que la nación
se expuso después de recuperar las Islas Malvinas el 02/04/1982.
En Buenos Aires/Jorge Newbery, con el primer esquema de pintura empleado en Manuel
Tienda León (foto: Rafael Reca/BAIRES Aviation Photography, 09/10/2003).

Tripulado por Dennis R. Harvey y Mario A. Quarleri (ambos designados alféreces “en
comisión” por la Fuerza Aérea), el JTZ pasó casi dos meses bajo mando militar y acumuló
70 horas de vuelo participando (tentativamente) en misiones de “diversión” o
“distracción” de los radares enemigos, exploración y reconocimiento, guiado de
escuadrillas de ataque, enlace de comunicaciones, recuperación de información
meteorológica, búsqueda y salvamento, patrullaje de la costa patagónica, transporte de
pasajeros y material bélico, etc.

Terminada la guerra, volvió a sus propietarios civiles y seis años más tarde volvería a
emigrar, primero hacia la filial argentina de la Banca Nazionale di Lavoro y
posteriormente a una firma de taxi aéreo subsidiaria de o asociada a la empresa de
transportes terrestres, Manuel Tienda León.
En Buenos Aires/Jorge Newbery, con el último esquema de pintura empleado en Manuel
Tienda León (foto: Rafael Reca/BAIRES Aviation Photography, 29/07/2007).

Tras casi 20 años de servicio luciendo la característica cabeza de león que identifica a
dicha empresa y cuatro décadas y media después de su primer vuelo, el 24D-234 terminó
su carrera operativa y quedó almacenado a la espera de su destino final.

Preservado por APTA


Cuando todo hacía suponer que acabaría “convertido en latitas de gaseosa”, el aparato fue
rescatado por (o cedido a) la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), que
lo instaló a la entrada de su predio recreativo en los bosques de Ezeiza (unos 3 km al
Noroeste del aeropuerto “Ministro Pistarini”) manteniendo los colores y las marcas de
Manuel Tienda León, pero con la matrícula retocada para que parezca ser LV-PTA.

No deja de resultar irónico que este bizjet, que en su momento representó el paradigma
del lujo al que están acostumbrados los ejecutivos de los mayores grupos económicos del
mundo o que prestó servicio a las fuerzas armadas de la Nación, sobrevive hasta nuestros
días custodiado por un sindicato de mecánicos aeronáuticos… ¡todo un reflejo de nuestra
historia reciente!
El LV-PRA fotografiado presumiblemente en la planta que Gates Learjet Corporation
operaba a inicios de la década de 1970 en el aeropuerto “Dwight Eisenhower” de Wichita.
Si tienen observaciones, agregados o correcciones que quieran aportar, pueden enviarlos
en nuestros formularios de anotaciones individuales o anotaciones masivas (foto: vía
Carlos Ay).

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