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La Etica Profesiona Del Notario Publico
La Etica Profesiona Del Notario Publico
Escuela de Derecho
DERECHO NOTARIAL
PARTICIPANTES:
FACILITADOR:
INTRODUCCION
CAPÍTULO I PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
1.1. Contextualización de la Investigación……………………………..3
1.1.1. Sistematizacion del problema………………………………………..3
1.2. Objetivo General……………………………………………………………..3
1.2.1. Objetivos especificos………………………………………………………3
1.3. justificacion……………………………………………………………………3
Así como también mencionamos los deberes del notariado los cuales son; la
dignidad, justicia, honestidad, veracidad, imparcialidad, independencia, lealtad,
preparación y actuar con profesionalidad.
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DESCRIPCIÓN DEL TEMA
EL NOTARIO PÚBLICO Y LA ETICA PROFESIONAL EN EL EJERCICIO DE SUS
FUNCIONES.
Todos los trabajos lícitos del hombre requieren una responsabilidad y ésta, a
su vez, una conducta ética como efecto, pero es cierto que la importancia de
determinados oficios reclama mayor responsabilidad por la complejidad de la tarea,
lo cual impone una mayor conducta moral, porque se convierten en depositarios de la
confianza que necesariamente deben dispensarle los requisitos del trabajo, tarea o
servicio. La ética notarial es la ciencia o tratado de los deberes morales que debe
seguir el notariado en el ejercicio de su profesión.
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CAPÍTULO I PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
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notariado, cuyos principios aluden a la ética en la actuación, los cuales se utilizan
para aplicar e interpretar la ley, como son:
Los Instrumentos notariales, que son las actas auténticas que recogerán las
actuaciones de los notarios de manera regular; y los actos bajo firma privada serán la
excepción para los asuntos de menor transcendencia;
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El impulso de la función notarial. Es obligación del Colegio Dominicano de
Notarios procurar e impulsar el ejercicio de la función notarial en las instituciones
públicas y privadas.
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CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL
2.1 Antecedentes
Vinculados al descubrimiento de América, del derecho notarial de la época
colonial, se conocen algunos casos de escribanos o notarios que de alguna forma
intervinieron en el descubrimiento y primeros actos de la conquista española;
señalando como el primer notario de América a Don Rodrigo de Escobedo, escribano
de cuadra y del consulado del mar. Posteriormente, Hernán Cortés, conquistador de
Méjico, quien ejerció la escribanía en esta isla, fue notario en Azua.
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Después del retroceso durante la anexión a España, se creó el primer registro
público de actos traslativos de propiedad y derechos reales.
El 28 de julio del 1900 el presidente Juan Isidro Jiménez, promulga la Ley No.
4037 del Notariado; indica esta ley que la designación de los notarios debe hacerla la
SCJ, así como las normas que los rigen, lo relativo a los protocolos y las tarifas por
su actuación. Esta ley se consideró como una copia de la Ley francesa o Ley del 25
Ventoso.
El 18 de junio de 1964 fue promulgada por el triunvirato la Ley No. 301 que
reguló la función notarial en la República Dominicana., que se mantuvo vigente por
51 años. Esta ley contenía seis capítulos referentes a: Los Notarios; Las Actas
Notariales y su Redacción; El Protocolo; La Legalización de Firmas; Disposiciones
Generales; y, Tarifa de Honorarios. Esta ley, dio una definición legal de notario, del
sello notarial, quienes son notarios, su nombramiento, requisitos para serlo,
destitución, sanciones disciplinarias, licencia, incompatibilidades, prohibiciones,
responsabilidad penal, tarifas, protocolos y conservación, nulidades y otros.
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Ley 145 del 6 de junio del 1971, que permite a los jueces de paz fungir como
notario, cuando en su demarcación no exista alguno;
Ley 108 del 15 de enero de 1980, que modifica apartados A y B de la Ley de
Bancos, autorizando por acta notarial el retiro bancario en caso de
fallecimiento de del titular de la cuenta;
Ley 86 del 1989, que adiciona un párrafo a un artículo para enmendar un error
de la 301;
Ley 89-05 del 24 de febrero del año 2005, que crea el Colegio de Notarios,
como institución moral de carácter público, con personalidad jurídica y
patrimonio propio.
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CAPÍTULO III DISEÑO METODOLOGICO
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CAPÍTULO IV DESARROLLO DEL TEMA
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la voluntad de Dios. Con posterioridad se suplantan estas dos formas de autoridad,
por la autoridad de la razón y porque así lo dictamina la misma. En este sentido el
autor, opina que hoy tampoco la autoridad de la razón existe, encontrándose solo
individuos sueltos, cada uno justificando a su manera las elecciones valorativas, o
bien sin justificarlas, es decir individuos desintegrados, con lazos rotos, donde no hay
superior ni inferior, no hay deber, generando la llamada crisis de valores de estos
tiempos.
Si bien es cierto que la formación ética llega por otros cauces, creemos que
cada profesión afronta problemas conductuales específicos, que difícilmente se
puedan resolver correctamente si no se los ha previsto, analizado, estudiado y
conocido en la etapa formativa, pues con que confianza se le puede exigir a un
profesional cumplir con las reglas de su código de ética, si ni siquiera lo conoce. La
actuación profesional antiética afecta no solo a quien la sufre, sino que daña
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notoriamente el prestigio de la respectiva profesión, y sobre todo lastima a la
comunidad, pues erosiona la confianza pública que es el cimiento necesario para el
ejercicio de toda profesión, frustrando la esperanza de un correcto servicio al que
toda Sociedad tiene derecho por haber contribuido a formar profesionales.
De allí la necesidad de ser ético con los clientes, los colegas, el Estado, y con
la comunidad toda. Toda profesión no es solo un modo de ganarse la vida y
realizarse personalmente, lo que constituye la dimensión individual de la misma, sino
que también tiene un fin social, que consiste en servir adecuadamente a las
necesidades que la sociedad debe satisfacer para posibilitar el bien común.
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El Notario en su relación con los requirentes
El deber del abogado y del notario público en sentido general es muy complejo
y arropa un sin número de cualidades que son inherentes al ejercicio de la función
notarial y que describiremos a continuación como:
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Es una de las funciones que caracteriza al notario, y generalmente se
configura de manera previa a la formalización del instrumento notarial. De ello deriva
que resulta necesario e importante el perfeccionamiento profesional. Asesorar
implica dar consejo, el que puede traducirse en un dictamen verbal o escrito. Es en
este asesoramiento donde el notario debe aplicar sus conocimientos jurídicos y a la
vez los principios éticos.
b) El deber de la Dignidad
El Notario debe actuar con respeto y estima a sí mismo, a su labor y hacia los
demás que, igualmente, deben respetar y estimar, en su justa dimensión, la labor de
aquel que, conforme a la “Ley DEL NOTARIO 140-15”, es una garantía institucional
que significa que toda persona tiene derecho al servicio profesional del Notario que
se traduce en un instrumento que goza del reconocimiento público y social con el fin
de proteger la seguridad jurídica de los otorgantes y solicitantes de sus servicios.
c) El Deber de la Justicia:
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reglamentados por la ley o, incluso, de los no reglamentados pero que reúna los
elementos de existencia y requisitos de validez que contemple el ordenamiento
jurídico.
D) El deber de la Honestidad:
El Notario Público Dominicano debe actuar con probidad en todos los actos que
instrumentes y con probidad ESTO significa bondad, rectitud de ánimo, hombría de
bien, integridad y honradez en el obrar, sinónimo de honorabilidad, que la “Ley”
regula ampliamente y castiga su falta en los Notarios
e) El deber de la Veracidad
El Notario debe ser veraz en su actuación, esto es, debe actuar de tal manera que
el instrumento que elabore refleje la verdad de lo sucedido y planteado al Notario,
para lo cual deberá agudizar sus sentidos a fin de captar fielmente el planteamiento
que se le formule
f) El deber de la Imparcialidad
El Notario debe ser “imparcial”, o sea, debe actuar libre de todo nexo que le
impida aconsejar a las partes y redactar los instrumentos con intereses distintos a los
de la equidad, justicia y seguridad jurídica; y su imparcialidad y probidad debe
extenderse a todos los actos en los que intervenga de acuerdo con la ley.
g) El deber de la Independencia
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h) El deber de la Lealtad
i) El deber de la Preparación
El quehacer profesional, como todo oficio que conjugue la teoría con la práctica,
es de difícil desempeño, requiere experiencia, que solo el diario contacto con el
hecho puede dar (el Notario se forma en la notaría); pide también una sólida
formación jurídica, difícil de adquirir (que permitirá redactar un instrumento que tienda
a evitar conflictos); y autoridad moral para lograr que las partes se sometan a su
consejo que, en ocasiones, es o parece ser contrario a la voluntad primitiva de los
que solicitan su intervención.
El Notario debe guardar secreto profesional, a fin de evitar causar perjuicio a sus
clientes por la revelación de información que se le confía; obligación esta que se le
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extiende a los empleados del Notario y tan apreciada por la “Ley” que la violación a
este deber se sanciona con suspensión del ejercicio de la función notarial.
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El capítulo V (Arts. 66 al 72), instruye sobre las relaciones que deben observar
los abogados con sus colegas, la cortesía que debe prevalecer entre ellos, los
acuerdos a que llegan que deben ser respetados por las partes, la distribución de
honorarios cuando están asociados, etc.
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CONCLUSIÓN
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BIBLIOGRAFIA
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