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MAYO DE 2020
POR TODO.
Me gusta pensar que, la consciencia
empieza cuando te enfrentas a ti mismo
y que, al llegar el momento de la adversidad
saber lo que eres y lo que no eres
es la mejor herramienta para sobrevivir
En esta época de distanciamiento
nuestro consuelo perpetuo ha de ser
el reconstruirnos a partir de todo aquello
que hemos sido
que nos llevó a ser
y por todo lo que seremos.
Jairo Alejandro Chávez Orozco
18290049
Pensamiento Arquitectónico Contemporáneo
Motivada desde las revoluciones industriales, en el siglo XX la arquitectura y
la construcción de los espacios humanos se vio diversicada en tamaños y
formas nunca antes vistas, debido al descontrolado crecimiento
demográco acontecido a lo largo del mundo y la creación indirecta de
nuevos estilos de vida (conformación y denición de las clases), al mismo
tiempo que la introducción de nuevos materiales como el acero, el vidrio y
el hormigón transforman de raíz la tipología de las edicaciones
proyectadas.
El movimiento cultural del que fue parte la arquitectura modernista tiene sus
orígenes desde una perspectiva social mucho más amplia que fue
adoptada por muchos de los grandes críticos y pensadores del gremio; el
racionalismo, el anteponer el pensamiento y el juicio sobre el sentir y la
suposición. En ese momento, la vocación del arquitecto dejó de consistir en
la mera composición de los elementos visuales, para añadirse el estudio del
comportamiento humano y el diseño de algoritmos que pretendían
mecanizar la actividad de los usuarios. Hasta ese momento, no existía una
manera de abordar la arquitectura desde un aspecto funcional.
Los periodos de guerra, la Gran Depresión, el auge del nacionalismo y la
conformación de las grandes potencias, vieron crecer el movimiento
moderno como una aplicación práctica de las teorías que parecían una
receta de cocina para elevar la condición de las personas dentro de
nuestros hábitats, sin embargo, esto fungió como un arma de doble lo ante
la innidad de matices que conforman una antropología urbana plural; las
doctrinas enseñadas por los grandes maestros de principio de siglo
quedaron obsoletos con la diversicación de las sociedades -que
eventualmente llevarían al globalismo-.
Las artes posmodernas se apoyan en una variedad de elementos plásticos y
retóricas formales que pretenden renegar de lo estricto de los cánones
previos, dando paso a una época en la que la composición gana libertad e
incluso raya dentro del libertinaje; el consumismo rampante y las economías
de libre mercado han encaminado a la explotación de las obras
arquitectónicas con el propósito de que posean un cierto valor económico
dado en una apariencia de carácter subjetivo, pero a veces ininteligible.
Podría decirse que, en realidad no existe una línea tangible acerca de lo
que consideramos pasado y lo que consideramos presente, nuestra
consciencia humana se basa en los acontecimientos ordenados en una
Jairo Alejandro Chávez Orozco
18290049
Pensamiento Arquitectónico Contemporáneo
línea temporal que no podemos tocar/cortar/editar, solamente medimos
con parámetros arbitrarios.
Sin embargo, no existe una verdadera identidad, llámese personal,
colectiva, cultural, sin un sentido de pertenencia, y ese sentido de
pertenencia ha de ser formado por el símil acontecido tiempo atrás que nos
mostró el camino hacia las mejores respuestas a escoger. Esa identidad ha
de ser reconocida desde los factores que transformaron la manera en que
vivimos y que nos ha encaminado a las situaciones de ese presente tan
efímero.
Los arquitectos y futuros arquitectos que vivimos al día de hoy, estamos
pisándole las puntas de los pies a un futuro que se encuentra postrado frente
a nosotros, futuro sin un borde conciso y al que nosotros hemos de darle
forma según nuestros ideales y pensamientos, que han de estar demostrados
como alternativas ideales ante una realidad errática y muchas veces
impredecible, mientras plasticamos la abstracción dentro de nuestra mente
hacia el presente en el que nos formamos.
No solamente nos enfrentamos ante las vicisitudes particulares de un servicio
que se esté brindando para un individuo en especíco, pues este individuo
ha de ser una identidad propia conformada por distintas inuencias,
creencias, valores, sentidos e inteligencias, si no que, habemos de hacerlo
mientras resolvemos interrogantes planteadas por esquemas y operadores
de índole general, para eventualmente liderar un nuevo paradigma
obtenido desde esas respuestas, y nalmente, llegar a la vanguardia.
La arquitectura debe ser entendida como generadora de espacios que
trascienden la materialidad del cuerpo humano, que correspondan a
cuestiones fuera de los 5 sentidos y que sean entendidos como estructuras
del pensar complejas, con un propósito, y por otra parte como la
concreción de elementos ya existentes, no solamente los físicos, si no los
elementos que le dan pie a la existencia de las culturas compartidas y de las
individualidades de los futuros usuarios.
A pesar de que el devenir del ocio del arquitecto ha de verse alterado en
cuestión de los distintos valores y posturas que toma la sociedad en la que se
desarrolla, también es parte de un compromiso ético el tomar parte de las
distintas iniciativas comunes de mejoramiento a la calidad de vida, es decir,
como arquitectos debemos de formar un frente de choque con la intención
Jairo Alejandro Chávez Orozco
18290049
Pensamiento Arquitectónico Contemporáneo
de procurar el desarrollo dentro de las comunidades de una manera que se
priorice el mejorar la calidad de vida de quien estará interactuando con los
nuevos espacios generados; la arquitectura servirá nalmente como una
herramienta -entre varias- para reformar la manera en que vivimos.
Esta nueva generación de diseñadores y pensadores deberá profundizar en
las distintas cuestiones con las que la arquitectura entra en contacto, desde
el repensar, reordenar y revolucionar los espacios de viviendas individuales,
el diagnosticar dinámicas relacionadas a la antropología urbana y a los
distintos tipos de interacciones que se llevan a cabo entre los subgrupos de
las poblaciones, al ordenamiento territorial y la zonicación urbana, detener
la gentricación, promover y dedicarse a la conservación del patrimonio
material construido, la implementación y mantenimiento de infraestructura y
equipamiento urbano innovador, hasta asuntos de importancia regional y
nacional, como la transformación de la vivienda y el vecindario obrero.
Seguramente las más vívidas de estas problemáticas las estamos viviendo
debido al distanciamiento provocado por la pandemia de COVID-19. Por
una parte, la mayoría de la población no cuenta con viviendas y espacios
personales dignos de llamarse de calidad; poca a nula iluminación, pobre
ventilación, tamaños reducidos no aptos para realizar las actividades diarias
de maneras adecuadas, etc., y por otra parte, la extrema densidad de
población en las áreas urbanas provocó la rápida expansión de la
enfermedad.
Finalmente, el arquitecto del futuro ha de pensar cómo su obra es nacida
desde ciertos entornos naturales y contextos históricos, sociales, culturales,
antropológicos, urbanos e individuales, al mismo tiempo que es inteligente e
intencional al momento de diseñarle para procurar tener un impacto
positivo dentro de estos mismos ámbitos positivos, que les van a permitir
reconstruir la manera en que la humanidad vive, desde la humanidad
misma.