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RESPONSABILIDAD CIVIL

I. PARTE GENERAL ...................................................................................................................... 3


A. SISTEMAS DE RESPONSABILIDAD................................................................................... 3
B. ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y
EXTRACONTRACTUAL ............................................................................................................... 3
C. CÚMULO U OPCIÓN DE RESPONSABILIDAD ................................................................ 4
II. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL ..................................................................... 4
A. EL INCUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES.......................................................... 4
B. LOS MECANISMOS DE TUTELA DEL ACREEDOR ANTE EL INCUMPLIMIENTO
5
1. Cumplimiento forzado de la obligación (art. 1489, 578 CC) ............................................ 5
2. Indemnización de perjuicios (artículo 1556) ...................................................................... 7
3. Resolución del Contrato (art. 1489 CC) ........................................................................... 11
C. EXCEPCIÓN DE CONTRATO NO CUMPLIDO (ART. 464 Nº7 CPC). ......................... 13
4. Avaluación de los perjuicios. Convencional (cláusula penal), legal (intereses,
referencia a la reajustabilidad), judicial ................................................................................... 14
D. DERECHOS AUXILIARES. CONCEPTO. ACCIÓN PAULIANA ................................. 17
III. RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL.................................................. 17
A. DELITOS Y CUASIDELITOS: ............................................................................................ 18
1. Hecho ilícito ........................................................................................................................ 18
2. Diferencias entre responsabilidad civil contractual y extracontractual: ...................... 18
3. Elementos ............................................................................................................................ 19
4. Presunciones de responsabilidad ...................................................................................... 23
5. Eximentes y atenuantes ..................................................................................................... 25
6. Acción de responsabilidad ................................................................................................. 27

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I. PARTE GENERAL
A. SISTEMAS DE RESPONSABILIDAD

B. ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y


EXTRACONTRACTUAL

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C. CÚMULO U OPCIÓN DE RESPONSABILIDAD
El mismo hecho importa a la vez el incumplimiento de una obligación contractual y la
ocurrencia de un hecho o cuasidelito civil. ¿Puede optar la víctima entre el estatuto de
responsabilidad que le resulte más conveniente?
1. Supuesto del cúmulo o concurso:
a) Hecho causante del daño constituya a la vez incumplimiento de una obligación
contractual y violación de un deber general de cuidado.
b) La víctima de la infracción contractual y delictual sea la misma persona: el
acreedor contractual.
c) La doble infracción debe haber sido cometida por la misma persona.

2. Existen tres posturas:


a) La teoría de la no acumulación: según la cual, existiendo contrato, las reglas de la
responsabilidad contractual excluyen la aplicación de las normas de responsabilidad
extracontractual.
b) La teoría del cumulo opcional o concurso de acciones: de acuerdo con la cual la
victima dispondría de dos acciones y podrá optar entre ejercer una u otra.
c) La teoría del concurso de normas: en virtud del cual la acción es una sola, la petición
de reparar los perjuicios, por lo que puede ser aplicable al supuesto de hecho normas
propias de la responsabilidad contractual en ciertos aspectos y normas de
extracontractual para otros. Esta elección sería un derecho de la víctima.

Tradicionalmente la doctrina y jurisprudencia se manifiestan en contra de la opción del


cúmulo (teoría de la no acumulación). Sostienen que conceder dicha opción significaría
vulnerar la obligatoriedad del contrato (art. 1545), a ello se agrega que la opinión de la
doctrina mayoritaria es la especialidad de la responsabilidad contractual.
Sin embargo, bajo ciertas circunstancias, la opción resulta excepcionalmente procedente:
i. Cuando las partes lo han estipulado expresamente.
ii. Cuando el incumplimiento del contrato constituye a la vez comisión de un ilícito penal.

El cúmulo no es admisible y debe aplicarse el régimen contractual cuando las partes lo hayan
expresamente establecido en el contrato o cuando, a falta de estipulación expresa, el
sometimiento a la distribución de riesgos previstos en el contrato es una cláusula que emana
de la naturaleza de la relación contractual o es impuesta por el principio de buena fe. Hay que
ver la distribución de daños del contrato.
En caso de proceder el cúmulo, se deben deducir ambas acciones, pero una en subsidio de la
otra, toda vez que son incompatibles entre ellas (art. 17 CPC).

II. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL


A. EL INCUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES
El concepto de incumplimiento es objetivo, se configura con la simple constatación de la falta de
coincidencia entre el dato ideal (lo prometido) y el real (lo ejecutado por el deudor), con la
consiguiente insatisfacción del interés del acreedor. En efecto, todas las acciones y derechos del
acreedor (ejecución forzada, resolución, rebaja de precio, indemnización) tienen por antecedente
común la frustración de la expectativa que el acreedor tenía derecho a ver satisfecha en razón del
contrato.
Al ver esta falta de coincidencia, lo que tenemos es una alusión a una de las modalidades que el art.
1556 señala: el cumplimiento imperfecto. Sin perjuicio de ello, en el mismo artículo hay más
modalidades del incumplimiento:

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Art. 1556: "La indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y lucro cesante, ya
provengan de no haberse cumplido la obligación, o de haberse cumplido imperfectamente, o de
haberse retardado el cumplimiento. Exceptúanse los casos en que la ley la limita expresamente al
daño emergente".

1. Exacta correspondencia entre lo que se debía y aquello que se ejecutó. No obstante poder
haber resultado dañado.

2. No hay correspondencia entre lo debido y lo ejecutado: Se puede producir porque en


realidad el deudor no ejecutó en lo absoluto. Ej: tenía que entrega la sal y no entregó nada,
porque el médico no lo operó, etc.

3. Ejecutó imperfectamente la prestación: Hay una actividad desplegada por el deudor, pero
ella no coincide con el programa contractual. Es una falta de conformidad con la prestación.
Ej: En de la casa que entregan sin electricidad; hay algo que no llegó a satisfacer totalmente
lo protegido.
Pese a que por disposición legal (art.1591) el acreedor no está obligado a recibir un pago que
no sea íntegro, se ha estimado que en casos de cumplimientos imperfectos está igualmente
obligado a aceptar y conservar la prestación, pese a ser defectuosa o imperfecta, SIEMPRE
QUE tal prestación sea idónea para satisfacer su interés (Art.1546).
Ese acreedor tiene a su disposición el remedio de la indemnización de daños e incluso el de
cumplimiento específico para obtener la reparación de la prestación defectuosa. Ello es lo
razonable, ya que si es idónea, en realidad no habría incumplimiento esencial o grave, por lo
que la resolución no procedería. El defecto será importante o grave cuando haga desaparecer
para el acreedor la utilidad que para él ese contrato -incumplido- representa.
4. Ejecutar tardíamente la prestación: Ej. entregó la casa pero 4 meses después
Sólo las tres últimas son modalidades de incumplimiento, lo primero corresponde al cumplimiento
ideal. Podemos percatarnos, al efectuar cotejo entre ambos objetos, que esta falta de igualdad entre
ellos constituye una desviación del programa de prestación acordado por las partes.
Efectos del incumplimiento
i. Obligaciones de dar: art. 1489. Acción de cumplimiento o resolución con indemnización de
perjuicios.
ii. Obligaciones de hacer: art. 1553. Junto con la indemnización de la mora puede solicitar
apremio al deudor; que se autorice al acreedor para hacer ejecutar el hecho por un tercero a
expensas del deudor o; indemnización.
iii. Obligaciones de no hacer: art. 1555. Si lo hecho puede destruirse y ello es necesario, el
acreedor puede pedirlo o pedir autorización para que lo haga un tercero a expensas del deudor.
Si la destrucción no es necesaria, el deudor podrá cumplir por un modo equivalente. Si no es
posible la destrucción, indemnización.

B. LOS MECANISMOS DE TUTELA DEL ACREEDOR ANTE EL


INCUMPLIMIENTO
1. Cumplimiento forzado de la obligación (art. 1489, 578 CC)
a) Requisitos:
i. Incumplimiento de las obligaciones por una de las partes
ii. Realizado con negligencia o dolo: En nuestro derecho, en materia contractual, el
incumplimiento se presume culpable (Art. 1547)

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iii.
El acreedor que demanda cumplimiento forzado debe haber cumplido su obligación o estar
llano a hacerlo.
La doctrina moderna sostiene como único requisito para exigir el cumplimiento forzado, es el
incumplimiento contractual.1

b) Obligaciones de dar
i. Será posible siempre que se trate de cosas fungibles y éstas aún existan.
ii. Se debe distinguir entre obligaciones de especie o cuerpo cierto, de género o
dinero.
iii. Obligaciones de especie o cuerpo cierto: la ejecución recaerá sobre la especie o
cuerpo cierto que se deba y exista en poder del deudor (ART. 438, Nº1 CPC). Si
la especie ya no existe en poder del deudor, la ejecución puede recaer sobre el
valor de la especie debida (ART. 438, Nº2 CPC), pero en este caso se requiere
una gestión preparatoria de la vía ejecutiva de evaluación de ella por un perito.
Lo mismo ocurro cuando se quiere ejecutar una cantidad de un género
determinado (ART. 438, Nº3 CPC).
iv. En las obligaciones de dinero la ejecución siempre es posible, si no hay dinero
suficiente, se pueden embargar bienes del deudor, se sacan a remate y se paga al
acreedor con el producto de la subasta.
Embargo como garantía para el acreedor
El deudor no queda privado de su derecho de dominio, pero sí de su facultad de
administración y disposición. ARTS. 1464 Nº4, 1578 (no permite pagar al acreedor cuyo
crédito ha sido embargado), 1661, inc. 2º (no puede compensarse un crédito embargado).
Resguardo de terceros: inscripción del embargo si recae sobre bienes raíces (ART. 453 CPC)
o vehículos motorizados (se anota al margen de la inscripción de dominio). Si no, es
inoponible a los terceros.
Con el remate ocurren dos cosas: 1. El deudor pierde definitivamente el dominio, que pasa al
subastador, siendo su título de dominio la venta forzada y el modo de adquirir, la tradición
(ART. 671, inc. 3º CC). 2. Con el producto de la subasta se hace pago al creedor en su
modalidad de acción ejecutiva, y se concreta el derecho de garantía general (ARTS. 2465 y
2469 CC).

c) Obligaciones de hacer ART. 1553 CC. Triple derecho alternativo para el acreedor:
i. Apremio al deudor: Nº 1 del art. 1553 y art. 543 CPC.
ii. Ejecución por un tercero a expensas del deudor: Nº 2 del art. 1553.
Según las reglas del CPC, hay que distinguir:
a. Es posible el cumplimiento en naturaleza de la obligación: el
acreedor puede pedir junto con la indemnización moratoria, el
apremio al deudor (Nº 1 art. 1553) y si éste no resulta o el
acreedor no quiere recurrir a esa opción, la indemnización
compensatoria (Nº3 del art. 1553).
b. Si es posible el cumplimiento forzado, hay que distinguir si el
acreedor goza o no de título ejecutivo (art. 530 CPC). Si no
consta, el acreedor deberá establecerla en juicio declarativo, o
por la gestión preparatoria de la vía ejecutiva).
iii. Si hay título ejecutivo, hay que distinguir en la naturaleza de la prestación debida:

1
Se recomienda que, para responder una pregunta sobre resolución o cumplimiento forzado, hagan alusión primero a
los requisitos tradicionales y luego mencionar el requisito único de la doctrina moderna para complementar la
respuesta.

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a. Si el hecho debido consiste en la suscripción de un documento o en la
constitución de una obligación por el deudor, el juez puede proceder a su
nombre, previo requerimiento del deudor (art. 532 CPC).
b. Si se trata de la ejecución de una obra material que requiere al deudor, se
le señala un plazo prudente para que cumpla su obligación (Art. 533
CPC). De ser ello posible, también puede encargársele a un tercero que
la ejecute, a expensas del deudor (Nº2 del art. 1553 y arts. 536 ss del
CPC). Si el deudor no proporciona fondos suficientes, se pueden
embargar sus bienes y rematarse en la misma forma que en las
obligaciones de dar (art. 541 CPC).

d) Obligaciones de no hacer (Art. 1555)


Se distingue:
i. Si puede deshacerse lo hecho y es necesaria dicha destrucción (art. 1555 inciso
2º), se obliga al deudor a hacerlo, o si éste se niega, se autoriza al acreedor para
hacerlo con expensas al deudor (art. 544 CPC).
ii. Si no es necesario deshacer lo hecho, se cumple por otros medios (art. 1555 inc.
3º).
iii. Si no se puede deshacerse lo hecho, se solicita la indemnización de perjuicios
(inciso 1º).

2. Indemnización de perjuicios (artículo 1556)


Es un remedio del acreedor frente al deudor incumplidor, consistente en la facultad de pedir
que se le reparen los perjuicios causados en razón del incumplimiento imputable al deudor.
Hablamos de la responsabilidad en sentido estricto (contractual): Obligación que tiene
una persona de indemnizar o reparar los perjuicios ocasionados a su contraparte, que nace
como consecuencia de un vínculo convencional.
La indemnización procede en 3 casos: incumplimiento total, cumplimiento imperfecto,
cumplimiento tardío. Los dos primeros casos la indemnización es compensatoria y en el
último es moratoria.
i. Compensatoria: cantidad de dinero que tiene derecho a exigir el acreedor cuando el
deudor no cumple su obligación o cumple sólo una parte. Compensa los perjuicios
que el acreedor experimenta. En las obligaciones de hacer (Art. 1553) y en las de no
hacer (Art. 1555) se autoriza al acreedor a demandar la indemnización o el
cumplimiento de la obligación, por tanto, puede pedir el que convenga. En cambio,
en las obligaciones de dar, mientras aun sea posible cumplir lo pactado y el contrato
no expirado, la doctrina mayoritaria postula que el acreedor tiene solo derecho a
exigir el cumplimiento y no la indemnización compensatoria. Si el contrato expiró o
no es posible su cumplimiento, entonces puede demandar directamente la
indemnización de perjuicios.
El acreedor puede pedir conjuntamente el cumplimiento de la obligación y la
indemnización compensatoria, solo en ciertos casos de clausula penal (Art. 1537 y
1543) y en la transacción (art. 2463)
ii. Moratoria: es la cantidad de dinero que el acreedor puede exigir del deudor cuando
este no cumple oportunamente su obligación. Representa el beneficio que habría
reportado el acreedor de haberse cumplido oportunamente la obligación.

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Requisitos de la indemnización de perjuicios
a) Incumplimiento de la obligación (art. 1556)
b) Existencia de perjuicios
i. Daño emergente: (art. 1556) es la perdida efectiva experimentada por el acreedor
a consecuencia del incumplimiento de la obligación o del incumplimiento
imperfecto o tardío de ella. (Ej. Debido al incumplimiento de una banquetera,
tiene que contratar otra a última hr., daño emergente sería ese gasto extra en que
incurrió)
ii. Lucro cesante: (Art. 1556) la utilidad que el acreedor habría obtenido con el
cumplimiento efectivo, íntegro y oportuno de la obligación. (Ej. Retardo en
entrega de un auto que sería taxi, hay lucro cesante en lo que dejó de ganar). Muy
difícil de probar, suele no otorgarse.
Hay casos en que está expresamente prohibido: Arrendamiento (1930 inc.
final) y vicios redhibitorios (1933)
iii. Daño moral: se ha discutido la procedencia del daño moral en materia
contractual, toda vez que no se encuentra dentro del artículo 1556. Su
procedencia se fundamenta en que el artículo 1556 no lo excluye ni lo prohíbe.
Las nuevas doctrinas señalan que el daño emergente comprende no solo el daño
pecuniario, sino también el moral, ya que no lo circunscribe al daño patrimonial.
El principio general es el de resarcir todos los perjuicios sufridos por una persona
(Principio reparación integral del daño). Así lo ha entendido, además, la CS
(“Cárcamo con Centro de estudiantes La Araucana” 22/11/2016)
También se ha discutido la procedencia del daño moral en las personas
jurídicas. Quienes sostienes que no es procedente, lo hacen considerando que las
personas jurídicas no pueden sufrir un daño moral, no pueden experimentar
dolor, no obstante, la doctrina actual y jurisprudencia se ha inclinado por aceptar
la reparación del daño moral en personas jurídicas cuando se ve afectado su
reputación o prestigio. Este daño moral en personas jurídicas sólo se indemniza
en los casos en que dicho daño haya traído consecuencias patrimoniales para la
persona jurídica en cuestión (CS 31 octubre de 2012 Nº ingreso 3325-2012), es
decir se debe acreditar el daño patrimonial que acarreo el daño a la imagen o
prestigio y reputación de la empresa. Esta postura se critica, toda vez que de
entenderse así se estaría hablando de un daño patrimonial y no extrapatrimonial.

Clasificación de los perjuicios:


i. Directos: son aquellos que constituyen una consecuencia natural e inmediata del
incumplimiento. Estos se dividen en previstos e imprevistos, los primeros son los que
se han previsto o han sido posibles de preverse al tiempo del contrato y los segundos
los que no se han podido prever o no han sido posibles de preverse.
La regla general es que sólo se deben los perjuicios previstos, pero si el
deudor actúo dolosamente, entonces debe también los imprevistos (art. 1558). Para
determinar aquellos posibles de prever se debe tener en consideración la expertiz u
oficio del sujeto y el periodo de relaciones comerciales entre las partes.
La jurisprudencia señala que los perjuicios que se previeron o pudieron preverse
son los que se derivan necesariamente de la obligación misma y tienen relación íntima
con ella y en general, aquellos que ocasionan una perdida efectiva. Aquellos que con
ocasión de la falta de cumplimiento del deudor, pudiera sufrir en la cosa misma que
es objeto o materia de la convención y no en los que por tal motivo se le hayan
causado en sus demás bienes. (Fallo CS 2010 Comercial Tempo Cuer S.A con Assa
Chile S.A: Tempo cuer S.A debía vender e importar cinturones y no confeccionarlos,

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por tanto, la indemnización por daño emergente que se pide por compra de materias
primas, no es un daño previsto o que pudo preverse al momento de la celebración del
contrato)
ii. Indirectos: son aquellos que no han tenido como causa directa e inmediata el
incumplimiento, si no, hechos posteriores y extraños al cumplimiento. Estos daños
no se indemnizan, ni aun en caso de dolo del deudor.

Ejemplo: Productor de manzanas se compromete a entregar en puerto una tonelada de


manzanas a x fecha y x hora. Por ser retenido por la autoridad en la carretera, no logra cumplir
con su obligación (fuerza mayor por acto de autoridad). Ese imprevisto imposible de resistir
sirve para desvirtuar la presunción de culpa (Art. 1547) y para romper el nexo causal entre el
incumplimiento y el daño.
En caso de una obligación de dar, en la perdida de la cosa por caso fortuito, también este
puede extinguir la obligación.
No obstante, debe probarse que el hecho fue imposible de prever.
En el caso del proveedor de manzanas, si este es primera vez que realizaba una entrega, será
distinto a si tiene años de experiencia.
Luego en cuanto al daño, se debe analizar la previsibilidad de este, si fue previsto o fue
posible prever a la fecha de la celebración del contrato, el tipo de daños que se alega.

c) Relación de causalidad entre el incumplimiento y los perjuicios.


Entre el incumplimiento y el daño debe existir una relación de causa a efecto. La causalidad
es una cuestión más normativa que fáctica. Ej: A es débil. A le pregunta algo a B y B lo
empuja, golpeando a C. La causa del daño de C fue el empujón? cuál fue la causa?
naturalmente, todo es causa. Sin embargo, la cuestión es normativa. La causalidad funciona
igual en responsabilidad contractual y extracontractual.
El art. 1556 señala que los daños deben haber provenido de haberse incumplido la
obligación, de haberse cumplido imperfectamente, o de haberse retardado el cumplimiento,
para que se tenga derecho a que ellos se indemnicen.
El art. 1558 nos señala que los perjuicios se limitan a los que fueron consecuencia
inmediata o directa de no haberse cumplido la obligación o de haberse demorado su
cumplimiento, aunque haya dolo.

d) Imputabilidad del perjuicio


Debe haber culpa o dolo.
Respecto al dolo, este lo obliga a responder de los perjuicios previstos e imprevistos (art. 1558
CC), no se presume (art. 1459 CC).
La culpa se presume en virtud del artículo 1547 inciso 3º. La culpa grave se asimila al dolo (art.
44 CC).
Formas de desvirtuar la presunción de culpa:
i. Caso fortuito o fuerza mayor: exterioridad del hecho, imprevisibilidad e
irresistibilidad. En este caso, el deudor queda totalmente liberado de la
responsabilidad por su incumplimiento. En caso de obligación de dar una especie o
cuerpo cierto, además es un modo de extinguir las obligaciones.
ii. Estado de necesidad: incumple para evitar otro mal mayor.
iii. Ausencia de culpa: debido cuidado o diligencia.
iv. Responsabilidad por hecho ajeno
v. Convenciones modificatorias de responsabilidad

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e) Mora del deudor
i. Retardo imputable en el cumplimiento de la obligación.
a. Que haya una obligación cuyo cumplimiento se haya hecho exigible
b. No obstante haber llegado su tiempo de cumplimiento, el deudor no la haya
cumplido, ni concurra otro modo de extinguir
c. Que la obligación todavía sea posible de ser cumplida retrasadamente: Si una
obligación no se cumple oportunamente, y ya no es posible cumplirla in
natura de una manera retrasada, quiere decir que ya no hay retardo sino un
definitivo incumplimiento. *las obligaciones de no hacer no se retrasan.
El retraso es un supuesto de hecho que describe la conducta del deudor,
consistente en no cumplir la obligación en el tiempo previsto.
La mora es una calificación jurídica de ese retraso, proveniente desde el
propio sistema legal. Es la misma ley la que califica a un retraso como
moroso o no moroso, a efectos de su eficacia jurídica.
ii. Interpelación del acreedor: se debe interpelar judicialmente. Cualquier situación no
comprendida en el nº1 y nº2 del artículo 1551, necesita para la constitución en mora
del deudor el requerimiento judicial.
iii. El acreedor debe haber cumplido o estar llano a cumplir su obligación (1552 CC).

Acción indemnizatoria Requiere que se demande.


Se presenta el problema de autonomía de la acción frente a un incumplimiento que causa
daño:
¿Se puede demandar la indemnización autónomamente, o debe demandarse junto con otro
remedio?

No obstante que la mayoría de la doctrina y jurisprudencia nacional ha desestimado la


autonomía de la indemnización, invocando el tenor literal del art. 1489, cabe preguntarse si
en tales casos resulta pertinente restringir la opción del acreedor a la resolución o al
cumplimiento forzado, aún cuando éste manifieste su interés por demandar la sola
indemnización.
Ante todo, hay que atender a la clasificación más tradicional de las obligaciones: dar,
hacer, y no hacer, asignándoles el legislador un régimen distinto frente al incumplimiento:
- Ante el incumplimiento de una obligación de hacer: Art. 1553. El acreedor puede
optar según su conveniencia, sin exigir como requisito previo que demande la
resolución o cumplimiento forzado.

- Ante el incumplimiento de una obligación de NO hacer: Art. 1555, si bien primero


debe privilegiarse deshacer lo hecho, en el evento que no sea posible, podrá accederse
a la indemnización de perjuicios, siendo el principio fundamental que el acreedor
resulte indemne.
- Ante el incumplimiento de una obligación de dar: Atendido el art. 1489, no resulta
del todo claro si el acreedor está facultado para demandar la indemnización de
perjuicios de manera independiente o sólo complementaria, advirtiéndose un vacío
legal en esta materia.

Existen, dos posturas que intentan dar solución a este problema: La tradicional y una postura actual.
a) Postura tradicional: Se faculta al acreedor para demandar la indemnización de
perjuicios en la medida que previamente haya solicitado el cumplimiento forzado o
la resolución del contrato. La indemnización es concurrente porque procede "junto

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a" la resolución o el cumplimiento forzado, y complementaria porque ella
complementa la satisfacción que otorgan al acreedor la resolución o cumplimiento
forzado en cuanto remedios por inejecución.

b) Postura Moderna: Postula la indemnización -compensatoria- como remedio


autónomo por incumplimiento contractual. A diferencia de la postura tradicional,
interpretan la expresión "con indemnización de perjuicios" como una facultad del
acreedor para demandar indistintamente la resolución, el cumplimiento forzado, o la
indemnización de perjuicios, frente al incumplimiento del deudor. Con todo, hay que
precisar el alcance del carácter autónomo:
- Una primera forma de interpretar esta autonomía es postular que el
acreedor, al demandar la indemnización, manifestaría tácitamente la
voluntad de resolver el contrato, de modo que la indemnización sería
la causa de la resolución, y ésta última el efecto. Sin embargo, esta
no parece una interpretación correcta ya que los tribunales deben
declarar la resolución a fin de poner término a la relación contractual,
lo que desvanece la autonomía de la indemnización, toda vez que ella
no procedería como único remedio.
- Una segunda forma consiste en que el acreedor opta por demandar
directamente la indemnización de los perjuicios, con el sólo
propósito de alcanzar la indemnización plena, que no obtendría si
demandara cumplimiento forzado, por ejemplo. Así, la acción
indemnizatoria implicaría la renuncia al cumplimiento forzado y a la
resolución. Ésta es la forma correcta.

3. Resolución del Contrato (art. 1489 CC)


Es un mecanismo de tutela del acreedor frente al deudor incumplidor, que tiene por objeto
desvincular a los contratantes del compromiso asumido, poniendo término al contrato, y
procediendo a las respectivas restituciones según si se ejecutaron o no las prestaciones.
La resolución se justifica como un remedio que pone fin a lo que es una atribución
patrimonial impropia -en términos de Peñailillo-; una atribución que se estableció con otra en
correspondencia, y que finalmente no ha sido correspondida. La justificación está en la
reciprocidad de las prestaciones. Si ninguno de los contratantes ha cumplido, y ambos
definitivamente no cumplirán, procede la resolución, pues no se justifica mantener
atribuciones patrimoniales que, programadas, no van a concretarse, vale decir, si ninguno
de los dos tiene disposición lo más sensato es desligarse del contrato. Por otro lado, ante el
incumplimiento puede que el contratante cumplidor necesite librarse pronto para acudir al
mercado en busca del reemplazo o conferir otro destino a sus recursos, y así alcanzar el fin
práctico que aún no está satisfecho. El objeto de la resolución se traduce en permitir al
acreedor obtener la satisfacción de su interés, ya no del deudor incumplidor, sino del mercado.
El interés del acreedor ya se ha extinguido o se ha significativamente reducido. No tiene
motivos para seguir confiando en el cumplimiento.

La resolución tiene un carácter excepcional que reside en el hecho de que no es sólo el


interés del acreedor en desvincular el contrato el que ha de protegerse, sino además, el interés
del deudor en permanecer en el contrato. Por ello, si sólo se lesiona levemente el interés del
acreedor, pero para el deudor los costos de declarar resuelto el contrato son significativos, no

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debería proceder, en principio, la resolución. A menos que se haya pactado que dicho
incumplimiento diera lugar a la resolución.

a) Requisitos
i. Contrato bilateral.
ii. Incumplimiento esencial o grave: se debe entender que estamos ante un
incumplimiento grave o esencial, cuando:
a. El incumplimiento lesiona de manera relevante los intereses protegidos por
el contrato. Lesiona el propósito práctico del acreedor que lo motivó a
celebrar un contrato.
b. Porque las partes así lo quisieron, previendo la resolución para determinado
incumplimiento.
c. Caso de pérdida de la confianza: Es necesario que el incumplimiento sea de
tal magnitud que el contratante pierda la confianza en el otro.
- Incumplimiento con dolo.
- Si había un plazo para cumplir, ya ampliado anteriormente, que el
deudor no respetó.
- Una cadena de pequeños incumplimientos sumados.
Así, se puede pedir la resolución cuando la conducta del deudor incumplidor
es tal que el acreedor pierde la confianza de que cumplirá en el futuro; el
acreedor ya no tiene motivos para confiar en su deudor y esa pérdida de
confianza es la que justificaría la resolución del contrato.

iii. Que haya cumplido o este llano a cumplir: se discute respecto a la necesidad del
cumplimiento de este requisito, no obstante, la doctrina y jurisprudencia
mayoritaria han entendido que es necesario.
No obstante, ante una excepción de contrato no cumplido, debiera entenderse
que ninguna de las partes tiene interés en continuar vinculados contractualmente,
siendo lo más sensato permitir que se desvinculen por medio de la resolución.
iv. Culpa del deudor: existe una discusión respecto de la procedencia de la culpa.
En la práctica es irrelevante para la procedencia de la resolución que el
incumplimiento esencial no sea imputable a título de dolo o culpa, ya que el
acreedor puede resolver incluso cuando se trata de caso fortuito o fuerza mayor.

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Acorde a la doctrina actual (autores modernos como Pizarro Wilson) se sostiene que el único requisito
para que proceda la resolución es el incumplimiento contractual. 2

b) Efectos
i. Requiere ser declarada por sentencia judicial.
ii. Efecto disolvente (liberación de la deuda).
iii. Efecto restitutorio.

C. EXCEPCIÓN DE CONTRATO NO CUMPLIDO (ART. 464 Nº7 CPC).


Es un remedio de que dispone el deudor, en un contrato bilateral, para suspender la exigibilidad
de la prestación debida, en razón de que el acreedor tampoco ha cumplido ni está llano a cumplir
con su prestación correlativa, haciéndola valer procesalmente a través de la excepción de contrato
no cumplido
Se entiende que el deudor no se encuentra en mora ya que la mora purga la mora (art. 1552
CC). Se opone como excepción ante una demanda de cumplimiento forzado o resolutoria.

Requisitos:
a) Contrato bilateral.

2Al momento de responder el examen de grado, se recomienda hacer alusión a todos los requisitos tradicionales y
adicionalmente, indicar que la doctrina moderna sostiene como requisito único el incumplimiento para que proceda la
resolución o cumplimiento forzado.

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b) Incumplimiento genuino, exigible, grave
i. Obligaciones deben ser actualmente exigibles en el momento en que se
interponga la excepción. Intenta evitar es el pago anticipado
ii. Incumplimiento signifique una lesión grave a los intereses que protege el
contrato
iii. No debe haber por parte del acreedor un incumplimiento que impide la
ejecución de la prestación de la otra parte que solicita la suspensión
c) Que la contraparte no haya cumplido ni esté llana a cumplir.

4. Avaluación de los perjuicios. Convencional (cláusula penal), legal (intereses, referencia


a la reajustabilidad), judicial
Los perjuicios pueden determinarse de tres maneras: 1) por las partes de común acuerdo,
producidos ya los perjuicios, o previamente mediante una cláusula penal. 2) Por la justicia.
3) Por la disposición legal que los fije.
La determinación de los perjuicios supone tres operaciones:
i. Decidir si procede la indemnización: Existe en cualquier de las
avaluaciones, y siempre es judicial.
ii. Determinar qué perjuicios son indemnizables.
iii. Determinar el monto de cada uno de los perjuicios que se debe indemnizar,
operación totalmente prudencial, de acuerdo a la prueba rendida.

Estas dos últimas etapas sólo existen en la avaluación judicial. Tenemos que, la regla general
es la avaluación judicial, la legal sólo tiene lugar en las obligaciones de dinero, y la
convencional, si se ha estipulado cláusula penal; en todo otro caso, si las partes no componen
entre sí la indemnización, corresponde al juez avaluar los perjuicios.

a) La avaluación del daño puede hacerse de dos maneras:


i. Avaluación concreta: Es realizada por los tribunales. Atiende a las
circunstancias del incumplimiento. La forma concreta de avaluar es dentro
de un juicio, en que parte del petitorio consiste en declarar la cuantía de los
daños. En materia contractual se puede pedir en el mismo juicio que se
declare el incumplimiento, la existencia de daños, y la cuantía de ellos, o
puede reservarse esto último. Lo determinante en el juicio es la regla del art.
1698. Por tanto lo principal que nos ocupa es ¿quién ha de probar los daños?
y bajo esa regla es quien los alega. Tiene que probar: a) que hubo daño. b)
cuánto fue ese daño. Hay que probarlo con un determinado nivel de certeza,
y éste es el principal obstáculo del lucro cesante con nuestros tribunales,
porque cómo probar que iba a ocurrir aquello que por definición no ocurrió?
Hay que probar el monto de los perjuicios
ii. Avaluación Abstracta: El hecho de que sea en abstracto quiere decir que no
es necesario acreditar en el juicio los daños que concretamente produjo el
incumplimiento. Este método prescinde de lo que realmente pasó en el caso
concreto. No hay que probar nada. Opera al margen de las circunstancias del
caso. Opera en dos modalidades:
a. Legalmente: Nos interesa el art. 1559. En realidad este art. es bastante
irrelevante por la Ley 18.010. La avaluación legal se limita a las
obligaciones de dinero.
Art. 1559: "Si la obligación es de pagar una cantidad de dinero, la
indemnización de perjuicios por la mora está sujeta a las reglas
siguientes:

14
1ª Se siguen debiendo los intereses convencionales, si se ha
pactado un interés superior al legal, o empiezan a deberse los
intereses legales, en el caso contrario; quedando, sin embargo,
en su fuerza las disposiciones especiales que autoricen el cobro
de los intereses corrientes en ciertos casos.
2ª El acreedor no tiene necesidad de justificar perjuicios cuando
sólo cobra intereses; basta el hecho del retardo.
3ª Los intereses atrasados no producen interés.
4ª La regla anterior se aplica a toda especie de rentas, cánones y
pensiones periódicas".
Este artículo nos indica las siguientes cuestiones:
- La indemnización (moratoria) se traduce en el pago de intereses.
- Si el acreedor cobra únicamente intereses, nada debe probar. La ley
presume que éste es el perjuicio sufrido, y no admite prueba alguna
en contrario para desvirtuarlo. Pero ¿Podrá probar (art.1689) otros
perjuicios sufridos por el incumplimiento, acreditándolos de acuerdo
a las reglas generales? Si el acreedor lo establece, desde luego que
puede cobrar otros perjuicios, ello se deriva de la sola letra del
artículo al señalar que no hay necesidad de justificar perjuicios
"cuando sólo cobra intereses".
- No se produce anatocismo.
- Las rentas, cánones y pensiones periódicas no devengan intereses.
Según esto, las rentas de arrendamiento que se adeuden no producen
intereses.
b. Autonomía privada: Es la que realizan las partes de común acuerdo. Las
partes pueden pactar a través de la cláusula penal; es una avaluación
anticipada de los perjuicios. Ésa ha de corresponder exactamente a los
intereses reales? no, en ese sentido es abstracta. Es más, no es posible
enervarla si se acredita que no hubo perjuicios.

a) Clausula penal (art. 1535 CC).


Todo daño debe ser indemnizado (con sus prevenciones y limitaciones) acorde al principio
de reparación integral. Si eso es correcto, no tendría demasiada importancia la cláusula penal.
Pero las cuestiones se complican cuando nos preguntamos sobre cómo acreditar los daños.
Hay un severo problema de certeza en cuanto a esa cuestión. En realidad, el mayor obstáculo
frente a este principio de reparación no es de carácter sustantivo, sino que la forma procesal
en que esto se manifiesta en el juicio, porque bajo el art. 1698 le corresponde al acreedor
probar el daño. En ese entorno comprendemos a cabalidad la función de la cláusula penal. Le
permite al acreedor la supra compensación del daño. Esto es, determinar cuáles son los daños,
sin que sea necesario acreditarlos

Funciones
Triple funcionalidad: a avaluación anticipada y convencional de los perjuicios,
caución de una obligación y pena civil.
i. Avaluación anticipada de los perjuicios: Puede constituir una indemnización
convencional y anticipada de los perjuicios derivados del incumplimiento del
contrato al cual se encuentra endosada. Ej: "Cláusula 1: de incumplirse el contrato,
los daños que voy a soportar son estos...". Corresponde a la avaluación convencional
de los perjuicios; a través de un acto de autonomía privada, ex ante, las partes indican
cuáles son los perjuicios que se van a soportar por el incumplimiento. De manera que

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luego en el juicio no discutamos cuál fue el daño. Es la función natural y más
frecuente de la cláusula penal.
ii. Caución: Constituye una obligación contraída para asegurar otra obligación a la que
accede. Caución es una obligación que se contrae para seguridad de otra. En
principio, ¿qué tipo de caución es? personal. ¿Qué se sigue de este carácter accesorio?
Art. 1536 nos muestra el principio de lo accesorio sigue la suerte de lo principal. La
idea de caución nos ayuda a ver la fisonomía de la cláusula penal respecto de su
inserción en el contrato; nos ayuda a precisar qué es exactamente lo accesorio y lo
principal: La cláusula pena sería un contrato metido dentro de otro contrato, es una
fuente de obligaciones que mantiene una cierta autonomía respecto del contrato
principal.
iii. Sanción o pena frente al incumplimiento: La cláusula transforma la función
reparadora de la responsabilidad civil en una función sancionatoria; 1537. Todo lo
que exceda la reparación viene a ser sanción. La función de la responsabilidad civil,
como lo vemos, no es estrictamente reparadora. Ej: daño moral. Como es
inconmensurable el daño con aquello que se pretende repararlo, no es posible
conseguir equivalencia. Es una sanción al deudor, quien no puede alegar la falta de
perjuicios para exonerarse del pago. Por lo demás, se puede acumular el pago de la
cláusula penal con el cumplimiento de la obligación principal o con el pago de la
indemnización por incumplimiento.

Cobro de la pena: El art. 1537 impone 4 reglas:


- Antes de constituirse el deudor en mora, el acreedor sólo puede exigir la obligación
principal.
- Constituido el deudor en mora, puede el acreedor a su arbitrio cobra la obligación
principal, la pena compensatoria o la indemnización ordinaria de perjuicios.
- Por excepción, el acreedor puede acumular la pena compensatoria y cumplimiento
forzado cuando así se ha convenido (art. 1537), y en la compensación (art. 2463). En
estos casos la pena asume la función de pena punitiva, cuya función es sancionar la
conducta reprochable del deudor.
** Siempre puede acumular la pena moratoria junto con el cumplimiento de la obligación
principal (Arts. 1535 y 1537).
- Por excepción también, puede el acreedor pedir la pena y la indemnización ordinaria
de perjuicios, si así se ha estipulado (art. 1543).
El principio de no acumulación rige en forma absoluta si se lo entiende correctamente: a
saber, que no puede pedirse al mismo tiempo la ejecución forzada de la obligación y la pena
pactada para avaluar los perjuicios de su inejecución. El contratante diligente si opta por el
cumplimiento forzado del contrato, no podrá pedir al mismo tiempo la cláusula penal
convenida para resarcir daños que consistan en el valor de la obligación principal que se ha
incumplido. Si se le permitiera se estaría transgrediendo directamente la regla del art. 1537:
estaría acumulando el cumplimiento y la pena.
Simple conjunción o indivisibilidad de la pena
a. Obligación principal divisible, la pena también se divide. (RG) Art. 1540.
b. Obligación principal indivisible (ART. 1540 inciso 2º y 3º). Dos excepciones a la
RG: cuando la obligación principal es indivisible, o que se haya puesto la cláusula
penal o la intención expresa de que no pueda ejecutarse parcialmente el pago. En este
caso además se impone una excepción a al RG de indivisibilidad cuando hay un solo
infractor: el acreedor puede cobrar igualmente la pena contra cualquiera de los
deudores (art. 1533).
c. Pena indivisible: se puede reclamar a cualquiera de los deudores, sea quien fuere el
infractor (art. 1526 Nº2).

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d. Obligación principal solidaria: se discute. Porque la indemnización de perjuicios por
RG es conjunta entre los deudores solidarios. Salvo que todos hayan convenido la
solidaridad también para la pena, no hay fundamento para sostener la solidaridad
también en la pena.
e. Cláusula penal garantizada con hipoteca: por la indivisibilidad propia de la acción
hipotecaria, sea quien fuere el infractor, puede perseguirse el total de la pena en el
inmueble hipotecado, sin perjuicio del poseedor para repetir contra el culpable (art.
1541).
f. Pluralidad de acreedores: la solución más aceptada es que por RG cada acreedor sólo
puede cobrar su parte en la pena, salvo que ésta sea indivisible, o se haya pactado
solidaridad activa, en cuyo caso cada acreedor queda facultado para cobrar el total.

D. DERECHOS AUXILIARES. CONCEPTO. ACCIÓN PAULIANA


Conjunto de medidas que tienen por objeto mantener la integridad del patrimonio del deudor a fin
de que pueda ejercer eficazmente su derecho de prenda general
a) Acción pauliana (art. 2468 CC).
Nulidad de los actos celebrados por el deudor. El deudor ejecuta actos destinados a burlar la
garantía general de los acreedores. No se exige que el acreedor está en quiebra.
Requisitos:
i. Acto voluntario de enajenación:
ii. Interés del acreedor: que el deudor está en insolvencia, que no puede pagar
con otros bienes. Se exige la insolvencia al momento de otorgarse el acto
impugnado y al momento de ejercitarse la acción (el acreedor deberá probar
el mal estado de los negocios del deudor).
iii. El deudor debe ser fraudulento: ejecutar o celebrar el acto o contrato con el
fin y ánimo de perjudicar a los acreedores.

Pide la revocación del acto que lo perjudica en sus derechos.

El tercero adquirente debe estar de mala fe, si se trata de un contrato oneroso. En caso de
estar ante un contrato gratuito, sólo se exige la mala fe del deudor.

Efectos de la revocación por acción pauliana:


i. Efectos relativos: solo beneficia a acreedores que intentaran la acción pauliana.
ii. Varían según el acto. Si esta era de enajenación, se deja sin efecto, si es una hipoteca,
se cancela y si es una remisión, renace el crédito.
iii. Vuelven al patrimonio del deudor los bienes que habían salido de él.
iv. Puede el adquirente pagar el crédito (cuando sólo busca la ejecución de la ejecución
del acreedor)
v. Si el adquirente debe restituir, prestaciones mutuas.

III. RESPONSABILIDAD CIVIL


EXTRACONTRACTUAL
En esta regulación, podemos distinguir normas de derecho común y normas de derecho
especial. Las de derecho común son las del código civil, y en este caso nos interesan las
normas del Título XXXV del libro IV de los delitos y cuasidelitos. La estructura que estamos
viendo se mantiene tanto en el derecho común, como en el especial.

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En el derecho común, esa estructura de A causa un daño a B, decimos que A causa
un daño culpablemente a B, la responsabilidad está basada en la culpa. Ahora, la noción de
culpa puede ser engañosa, por dos razones:
- Al pensar la culpa lo relacionamos con el artículo 1698, si decimos
que la responsabilidad se basa en la culpa, esto implica que quien
debe acreditar la culpa es quien la alega, la víctima. No obstante esto
no es correcto del todo, ya que existe un elenco de normas, al interior
del título XXXV que presumen la culpa. Por lo que a pesar de basarse
la culpa, existen casos de en que esta se presume, por lo que no
debiese ser acreditada por la victima.

- Al utilizar la expresión culpa, podemos estarnos refiriendo a deberes


de cuidado que pueden ser extremadamente distintos. La noción de
culpa en sede extracontractual es particularmente maleable, en
algunos casos puede ser más intensa y en otros son mucho más laxos.

En cuanto al derecho especial, fuera del Código Civil, sabemos que hay una cierta tendencia
expansiva de la responsabilidad extracontractual para cubrir ámbitos para los que
inicialmente no fue pensada. hay un conjunto de leyes que tienen la peculiaridad que
establecen regímenes de responsabilidad estricta, en donde la culpa no desempeña ningún
papel. Por ejemplo en algunas leyes, 19.496 la de protección al consumidor, 19.733, Ley de
Medios de Prensa, en fin. En conclusión, la expansión de la responsabilidad extracontractual
ha llevado a descodificarla del código civil.
Hay una cierta tendencia a desplazarse desde la culpa hacia el riesgo, ya no solo se responde
por ser culpable, sino que también se responde por crear un riesgo. También hay una cierta
tendencia de llevarse la responsabilidad por culpa a un sistema estricto en donde se responde
solamente por haber causado el daño.
A. DELITOS Y CUASIDELITOS:
a. Delito: Hecho ilícito cometido con la intensión de dañar (2314)
b. Cuasidelito: Hecho ilícito culpable, sin intención de dañar (2314)

1. Hecho ilícito
Puede consistir en un hecho positivo (una acción) o en uno negativo (una omisión: La
omisión se configura cuando el deber general de cuidado prescribía al agente el asumir
una determinada conducta y éste no la realizó. Que el autor no haya actuado debiendo y
pudiendo hacerlo sin grave menoscabo para su propia persona. Debe ser una conducta
antijurídica.

2. Diferencias entre responsabilidad civil contractual y extracontractual:

R. CONTRACTUAL R. EXTRACONTRACTUAL
Prueba de culpa Se presume la culpa del La culpa del deudor debe
deudor (art. 1547) probarla el acreedor
Graduación de Leve, levísima y grave (art. Toda culpa genera obligación.
culpa 44)
Necesidad de mora En necesaria la constitución No es necesaria
en mora del deudor (art.
1557 y 1538)
Capacidad Capacidad para obligarse Capacidad delictual

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Solidaridad Establecida por ley, En todos los casos en que un
testamento o convención. delito o cuasidelito es cometido
por dos o más personas (art.
2317)
Extensión de la No se incluyen los Todo perjuicio debe ser
obligación de perjuicios imprevistos indemnizado.
reparar (cuando hay culpa)
Avaluación de los Se permite la avaluación No es admisible
perjuicios anticipada (clausula penal)

Hecho de la Desaparece la Compensación de culpas (art.


victima responsabilidad. 2330)
Clausulas Se pueden estipular en el
modificatorias de contrato
responsabilidad
Prescripción de la Normas comunes Especial de 4 años (art. 2332)
acción

3. Elementos
a) Capacidad
Es la aptitud que tiene una persona para contraer la obligación de reparar un daño. La
regla general es que todos son capaces.
Excepciones
i. Incapaces: ya sea por falta de razón o por minoría de edad.
a. Incapacidad por discapacidad mental: (art. 2319) para que sea causa de
imputabilidad la demencia debe ser:
- Actual: debe estar imposibilitado al momento de ejecutarse el hecho.
(Puede haber lagunas de cordura, deben comprobarse)
- Total: debe ser incapaz de determinar su voluntad de acuerdo al
conocimiento adquirido.
- Que no sea imputable a la voluntad del sujeto: (Req. No admitido por
Alessandri*)
En el caso del ebrio, este es responsable (Art. 2318) a menos de que esta
sea independiente de su voluntad, caso en que podría ser responsable el
real autor de la embriaguez o intoxicación.
b. Incapacidad por menor de edad: solo infantes y menores.
- Infantes: los menores de 7 años no son capaces de delitos o cuasidelitos.
- Menores de 16 años mayores de 7 años: la inimputabilidad queda a
prudencia del juez si actuó con discernimiento o no.

El guardián del incapaz (quien lo está cuidando) puede ser responsable de los
daños que cause el incapaz, en caso de que se pruebe su negligencia.

La persona jurídica responde del hecho propio cuando el ilícito ha sido


cometido por un órgano en ejercicio de sus funciones. Es la llamada culpa
organizacional.

b) Acción u omisión (acto de un hombre con voluntad)


Puede consistir en una conducta positiva o una omisiva, esta última se
configura cuando el deber general de cuidado prescribir al agente el asumir
determinada conducta y no la realizó.

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Causales de exoneración por falta de voluntariedad de la acción:
- Hipnosis o sonámbulo
- Ausencia de voluntad por violencia física o moral
- Caso fortuito o fuerza mayor: (puede ser utilizado como falta de culpa o
de nexo causal entre el hecho y el daño). No puede ser vinculado a una
voluntad humana. Se incluye los actos de otra persona (si empujan a un
sujeto), mero accidente mientras se realiza un acto lícito no negligente,
obrar violentado por una fuerza irresistible o impulsado por un miedo
insuperable, incurrir en una omisión hallándose impedido por causa
legitima o insuperable, también podría ser considerado en los casos de
quien obra en cumplimiento de un deber (*grado de coerción que
conlleva).

La omisión se configura cuando el deber general de cuidado prescribía al agente


el asumir una determinada conducta y éste no la realizó. Que el autor no haya
actuado debiendo y pudiendo hacerlo sin grave menoscabo para su propia
persona. Hay culpa infracción por omisión, en los casos en que se incumple un
deber de actuar de acuerdo a lo impuesto por la ley.

c) Antijuridicidad
Que el daño provenga de un comportamiento objetivamente ilícito, contrario
al ordenamiento, contrario a lo justo. Puede fundarse en una infracción de un
deber legal expreso o en la transgresión del principio general de que no es
lícito dañar sin causa justificada a otro.
Circunstancias que excluyen la ilicitud:
- Legítima defensa: cuando se cumplan las condiciones que son agresión
ilegitima, falta de provocación y proporcionalidad de la respuesta en base al
daño que se evita.
- Estado de necesidad: daño causado para evitar la realización del que
amenaza a su autor o un tercero. Exime de responsabilidad si el daño que se
trata de evitar es inminente y no hay otro medio practicable y menos
perjudicial.

d) Daño
El hecho ilícito debe haber causado daño y se debe probar su monto (art.
1437 y 2314 CC). El daño para que tenga relevancia jurídica y pueda ser
fundamento de un resarcimiento a título de responsabilidad civil debe
cumplir con los siguientes requisitos:
- Certeza del perjuicio: el daño debe ser cierto, real y efectivo. No requiere
que sea actual, puede ser futuro, pero sólo en la medida en que en el
momento de dictarse la sentencia hay certeza de que necesariamente va
sobrevenir el daño.
- Directa relación con el hecho ilícito: la relación entre el daño
indemnizable y la actuación que genera responsabilidad debe ser directa.
- Previsibilidad: el artículo 2329 dispone la reparación de todo daño, no
obstante, un daño imprevisible para cualquier hombre medio razonable,
no puede ser considerado un daño directo con la acción que genera
responsabilidad. Excluyéndose por no existir nexo causal entre el acto y
el daño imprevisible.
- Subsistencia: el daño si ya fue reparado no puede volverse a reparar
(Seguros)

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- Magnitud suficiente: sólo los daños relevantes son importantes para el
derecho. El hecho de vivir en sociedad supone tolerancia ante daños
menores que se sufren a diario.

Clases de daño:
a. Patrimonial: consiste en la perdida pecuniaria, en un detrimento del
patrimonio. Son el daño emergente (perdida actual del patrimonio) y el
lucro cesante (frustración de una legitima utilidad que hubiera
incrementado el patrimonio de no hacer sucedido el hecho dañoso).
b. No patrimonial: es el daño moral, sufrimiento físico o psicológico que
produce un determinado hecho. Es cualquier daño de naturaleza
extrapatrimonial. El daño moral se extiende a el daño emocional, lesión
de derechos de la personalidad, daño corporal o fisiológico, daño
estético, perdida de los placeres de la vida.
Avaluación del daño moral: el daño moral debe probarse y el juez es
quien debe traducir un concepto intangible en una realidad monetaria
(avaluación del daño es una cuestión de hecho pertinente sólo a los
tribunales de instancia). Criterios que ha tenido los jueces para
determinarlo: (1) comparación del daño con uno menor o mayor, (2)
tomando en cuenta la gravedad de la lesión y la incapacidad que acarrea,
(3) la situación de menoscabo en que queda el afectado en base a sus
actividades normales, (4) situación económica del ofendido y del ofensor
Titularidad para reclamarlo: puede reclamarlo la victima directa y
aquellos que por su relación con ésta han sufrido también (daño reflejo o
por rebote).

Se ha discutido respecto a la procedencia del daño moral en personas


jurídicas, ya que estas no son capaces de sufrir dolor. No obstante, se ha
entendido que se lesionan derechos de su personalidad como el honor, la
reputación y la confianza.
La jurisprudencia se ha manifestado a favor de que las personas jurídicas
pueden sufrir perjuicios extrapatrimoniales, cuando se daña su
reputación o prestigio. No obstante, este se reconoce en los casos en que
afecta el interés pecuniario (ej. disminución clientes).

e) Relación causal
Entre el comportamiento voluntario e ilícito del autor y el daño sufrido, debe
existir una relación o nexo. Existe relación causal cuando el daño no existiría
sin el acto ilícito. Para determinar la causa han surgido distintas teorías:
i. Teorías empiristas:
a. La equivalencia de las condiciones: todas intervienen en la
producción de un resultado. Utiliza la supresión mental hipotética. Si
suprimiendo el hecho, el daño se hubiese producido igual, entonces
no hay una causa directa.
b. Causa adecuada: solo es causa del daño la condición que es adecuada
por sí misma para generar el resultado realizado en la situación
concreta. Además, dice debe considerarse las circunstancias de
previsibilidad o imprevisibilidad (se confunde la causalidad con la
culpabilidad)
ii. Teorías normativas:
i. Causalidad como relevancia jurídica: todas las condiciones son

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causas desde un punto de vista meramente empírico. Para el derecho
no todas las condiciones son relevantes.
ii. Causalidad como imputación: se intenta delimitar dentro de todas las
condiciones un hecho que puede ser considerado propio de un
hombre (imputable). Debe verse si el hecho es meramente accidental
o un hecho imputable.

El test de supresión mental lógica ayuda a eliminar las condiciones que


no pueden considerarse causal por fallar la conexión natural o física entre
el comportamiento humado y el efecto dañoso, no obstante, no todos los
acontecimientos que inciden en un hecho pueden considerarse causa en
un sentido jurídico. Para determinar esto entonces, se utiliza la teoría de
la imputación objetiva, donde la previsibilidad del resultado
complementado con el análisis del incremento ilícito del riesgo ordinario
de la vida constituye nexo de causalidad. En cuanto a la previsibilidad,
habrá responsabilidad sólo por el daño efectivo que el actor pudo prever
y dirigir (aun cuando sea mayor el daño por circunstancias imprevisibles.
Ej: choque ambulancia). El incremento del riesgo ordinario, debe
tomarse en cuanta también (ej. Aconsejar viajar en avión y éste se cae).

Exclusión de la causalidad por caso fortuito o fuerza mayor: aunque haya


intervenido un acto culpable, el daño no resulta atribuible a ese acto
culpable, sino que al caso fortuito o fuerza mayor. Debe ser un hecho
irresistible (evento insuperable, que no sea posible evitar sus
consecuencias), imprevisible (aquello que el autor no estaba obligado a
prever) y externo a la esfera de acción del agente (ajeno al ámbito de
cuidado del demandado).
Concurrencia de la culpa de la víctima: en los casos en que la víctima
contribuye a la ocurrencia del daño o colabora a aumentar su intensidad.
Puede corresponder a una conducta anterior o posterior al hecho, que
respectivamente se expresa en una exposición imprudente al daño o en
la omisión de medidas a su alcance para evitar o disminuir los efectos
dañosos de la acción culpable.
El juez deberá comparar la culpa del tercero y la culpa de la víctima,
determinar la proporción que a cada una corresponde en el daño y reducir
el monto de la indemnización.
El acto de la víctima debe influir en la producción del daño y debe existir
conexión con la ilicitud.

Puede intervenir de tal modo en el nexo causal, que el hecho ilícito inicial
resulte insignificante, y en consecuencia, deje de ser considerado causa
determinante del daño.

f) Imputabilidad (dolo o culpa)


Ha de poder dirigirse un juicio de reproche personal al autor. Puede fundarse
en el dolo (art. 44) (ha dado vida al hecho con la directa intención de dañar)
o culpa (no actúa con la intención de dañar, pero debió haberse comportado
de otro modo y es su conducta displicente o descuidada la que funda la
obligación de reparar). El dolo constituye delito civil y la culpa cuasidelito
civil.
En concepto de culpa es objetivo, se compara el actuar del actor con el de un

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hombre razonable, un buen padre de familia. Se hace, por tanto, un análisis
en abstracto, sin considerar las circunstancias personales.
La culpa supone, además, la previsibilidad de las consecuencias dañosas del
hecho. Hay culpa sólo respecto a los daños que fueron posibles de prever al
momento de actuar (*Corral).

4. Presunciones de responsabilidad
El título XXXV contiene una serie de presunciones que aligeran la carga probatoria. La
"presunción" es un medio de prueba consistente en una operación mental según la cual de
uno o más hechos conocidos se derivan con grado importante de probabilidad uno o más
hechos desconocidos.
Las presunciones pueden ser legales o de derecho. Legales son aquellas que pueden ser
derrotadas, siendo su único efecto alterar la carga de la prueba. La de derecho no puede ser
derrotada.
El CC establece presunciones legales de culpa referidas a ciertos casos donde de algunos
hechos se infiere que el daño es atribuible a un hecho culpable del demandado.

a) Responsabilidad por el Hecho propio (Art. 2329 CC)


Art. 2329:
Inciso 1: Por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra
persona, debe ser reparado por ésta.
Inciso 2: Son especialmente obligados a esta reparación: ¿Hay una presunción en este inciso?
1.º El que dispara imprudentemente un arma de fuego;
2.º El que remueve las losas de una acequia o cañería en calle o camino, sin las precauciones
necesarias para que no caigan los que por allí transitan de día o de noche;
3.º El que, obligado a la construcción o reparación de un acueducto o puente que atraviesa un
camino lo tiene en estado de causar daño a los que transitan por él.

La jurisprudencia coincide en señalar que la regla del artículo 2329 inciso 1 es general, y que
la enumeración del inciso 2 no es exhaustiva.
¿El artículo 2329 tiene correspondencia con el 2314? malicia: delito / negligencia:
cuasidelito.
Art. 2314 "El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es obligado
a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el delito o
cuasidelito".
Observando ambos artículos se ha planteado la pregunta sobre si realmente existe una
presunción de culpa por el hecho propio en este artículo. Al respecto hay mucha discusión, y
han llegado a generarse 3 posiciones.
Posiciones respecto el artículo 2329: ¿Contiene efectivamente una presunción?
i. No existe presunción: Argumento histórico de Barrientos: La redundancia no es tal, se
justifica por razones distintas de la presunción. A la época de Bello se distinguía entre
responsabilidad penal y civil, dentro de la disposición:
El artículo 2314 nos señala que los delitos y cuasidelitos penales generan obligación
si producen daño, se refiere a responsabilidad penal.
El artículo 2329 quiere mostrarnos que hay otros ilícitos, que aunque no estén
tipificados como penales, siguen generando obligación de reparación. ->se refiere a
responsabilidad civil. No siendo ilícito penal, igualmente impone la obligación de
indemnizar.
ii. Sí existe presunción de culpa: Sabemos que no podemos considerar este artículo como
una reiteración del 2314, cuya única peculiaridad consistiría en citar algunos ejemplos o
casos de aplicación del principio general de responsabilidad por culpa.

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Por ello, esta postura considera que hay presunción. Si esto es cierto ¿a qué se aplica
la presunción? ¿se aplica generalmente? Sabemos que el artículo no es taxativo y las
conductas allí citadas sólo son ejemplos, la pegunta sigue en pie para todos los casos no
reglamentados.
No puede aplicar frente a cualquier hecho propio. Si todo indica que hay casos donde
no se presume la culpa, ¿en qué casos de hecho propio se presume la culpa?
Ante todo, los tres supuestos que señala el artículo, ¿se adecuan bien a las formas en que
funcionan las presunciones? No, salvo en el tercero.
1° El que dispara imprudentemente un arma de fuego. En este caso hay que
probar el hecho, la causa, el daño, y bajo este artículo lo que hay que demostrar es la
imprudencia, que es una forma de culpa. No funciona bien como un ejemplo de
presunción, no se presenta la estructura de presunción. Funciona mejor como lo pensaba
Barrientos; disparar imprudentemente un arma de fuego, ilustra un ilícito civil, porque
hay imprudencia.
2° El que remueve las losas de una acequia o cañería en calle o camino, sin
las precauciones necesarias para que no caigan los que por allí transitan de día o de
noche; Hay que probar la negligencia porque señala "y no tomó las precauciones"..encaja
con la explicación histórica de Barrientos.
3° El que, obligado a la construcción o reparación de un acueducto o puente
que atraviesa un camino lo tiene en estado de causar daño a los que transitan por
él: En realidad, lo que hay que probar es que el camino estaba en mal estado, no hay que
probar que fue por su culpa. Se asemeja más a una presunción en términos de esta
posibilidad de actividad peligrosa.
iii. Presunción de causalidad (Postura de Hernán Corral): Ante todo, quien debe probar la
causalidad es el demandante.
En cuanto al primer caso, el artículo invierte el peso de la carga de la relación causal;
es el demandado quien deberá probar su diligencia.
En cuanto al segundo caso, removió sin poner la señalización, hay culpa, pero basta
eso? no, hay que acreditar que fue eso lo que determinó el accidente y no que iba
desatento a las condiciones del camino, debe acreditar la causalidad.
iv. ¿Qué han dicho los tribunales? Han dicho cosas distintas y contradictorias. Por lo
pronto, tienden a pensar que es redundante. Luego, hay otras que se aplican a actividades
peligrosas, como accidentes de trenes. Hay distintas decisiones que están construidas ad
hoc, y no como manifestación de una regla general.

b) Responsabilidad por el Hecho de las cosas (art. 2323,2324,2326,2327,2328 CC)


La ley sólo contempla presunciones específicas, referidas a los daños causados por el hecho
de animales, por la ruina de edificios y por la caída de objetos desde la parte superior de un
edificio. A ello se agregan algunas hipótesis específicas de responsabilidad estricta.

c) Responsabilidad por el hecho ajeno


Se hace responsable a un tercero por un daño que ha causado un agente directo sobre quien
tiene un deber de vigilancia y en el deber de correcta selección. En este caso ambos son
responsables, el dependiente por culpa directa y el principal por haber posibilitado que un
agente suyo causara un daño.
La víctima, ante esta situación, tiene dos acciones, una contra el responsable por culpa directa
y una contra quien es responsable por responsabilidad del hecho de un tercero. No responden
solidariamente, ya que la solidaridad procede solamente cuando la ley lo señala. Puede

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demandar a ambos, ya que emana la acción de los mismos hechos (art. 18 CPC), pero acogida
una, deberá rechazarse la otra.
El artículo 2320 en su inciso primero establece la presunción y luego da ejemplos de deber
de cuidado, pero no es taxativo. El artículo 2322, por su parte, hace responsable a los amos
por la conducta de sus criados. Ambos artículos se usan para justificar la responsabilidad del
empresario respecto a los actos de sus dependientes.
La jurisprudencia mayoritaria funda la responsabilidad del empresario en los artículos 2320
y 2322 del CC. Se ha seguido una tendencia que ha situado al empresario en el límite de la
responsabilidad vicaria por el hecho de sus dependientes, aunque formalmente esta responda
por el régimen general de la responsabilidad por culpa. Esta tendencia se manifiesta por dos
formas: 1. Ampliando el ámbito de aplicación de la presunción por culpabilidad del artículo
2320 inciso 4º, mediante una interpretación extensiva de la noción de dependencia, y 2.
Juzgando en forma particularmente estricta las excusas de que dispone el empresario para
desvirtuar la presunción.

Se presume la falta de vigilancia de quien es responsable, es una presunción simplemente


legal, por lo que admite prueba en contrario.
Art 2320: La prueba en contrario consiste en no haber faltado al deber de vigilancia. (No
obstante, la contraria puede señalar que se faltó al deber de elegir a alguien adecuado para
desarrollar la actividad).
Art 2322: la prueba en contrario es que los criados han ejercido sus funciones de modo
impropio que los amos no tenían medio de prever o impedir.
Art 2321: no admite prueba en contrario.

Requisitos
i. Capacidad delictual del tercero civilmente responsable
ii. Comisión de un hecho ilícito dañoso por parte del dependiente. La
victima debe individualizar al dependiente que ocasionó el daño, por esta
razón la doctrina y jurisprudencia ha aceptado la noción de culpa difusa,
en virtud de la cual no es necesario identificar al autor concreto del daño,
mientras que la culpa se atribuye a la organización empresarial en su
conjunto.
iii. Capacidad delictual del autor material del daño (*En el art. 2319 no se
presume la responsabilidad del civilmente responsable, debe probarse)
iv. Prueba de la responsabilidad del dependiente o subordinado (una vez
probada su responsabilidad, se presume la del tercero).
v. Vinculo de subordinación o dependencia entre el responsable y el autor
material del daño: se ha establecido que tiene haber una relación de
autoridad/dependiente (no es necesario que exista un contrato, ni si
quiera que el servicio sea remunerado), además debe producirse dentro
del ámbito de sus funciones o servicios (se tiene en cuenta horario laboral
y uso o no de uniforme. No basta no haber dado la orden o autorización
para alegar que obró fuera de sus funciones).

5. Eximentes y atenuantes
a) Eximentes: Ausencia de dolo o culpa.
i. Caso fortuito o fuerza mayor (art. 45 CC)
Es un hecho ajeno al ámbito de riesgos que el contrato ha puesto a cargo del deudor,
imprevisible al contratar, e irresistible en sí y en sus consecuencias una vez

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verificado, y cuya imprevisibilidad e irresistibilidad se determinan conforme a la
diligencia exigible al deudor en el caso concreto.
el caso fortuito suele ser descrito como un hecho ajeno al deudor, imprevisible e
irresistible. De ahí se extraen los requisitos que permiten configurar el supuesto de
hecho del mismo: exterioridad, imprevisibilidad, e irresistibilidad para el deudor del
hecho que afecta el cumplimiento
a. Exterioridad o externalidad: La exigencia de que el hecho sea sea ajeno al
control del deudor. Esto precisa ante todo, que determinemos qué es aquello
que debía controlar el deudor (expresa o tácitamente). En este sentido,
aquello que está dentro de la esfera del control del deudor es interno, y lo
que está fuera es externo

b. Imprevisible
Ante todo, la imprevisibilidad no es lo mismo que la inevitabilidad.
Previsibilidad es la posibilidad de anticipar la ocurrencia de un hecho futuro
que pueda afectar el cumplimiento, según un determinado cálculo de
probabilidades. Significa que se pueda representar unilateralmente la
probabilidad de ocurrencia del suceso. Distinto es adoptar medidas para
evitar tal hecho. La previsibilidad se predica tanto del hecho como de sus
consecuencias. Una cuestión es que sea previsible el hecho, y otra las
consecuencias que va a generar sean evitables.
La imprevisibilidad no debe considerarse en términos absolutos, esto es,
como que haya sido completamente imprevisible para cualquier persona, con
independencia de la diligencia puesta por el deudor para anticiparlo. Ello es
inaceptable.

c. Irresistible: Además de ser ajeno e imprevisible, el hecho que se alega como


caso fortuito debe ser irresistible para el deudor.
Tradicionalmente (Abeliuk, Alessandri, Somarriva) se ha considerado la
irresistibilidad en términos absolutos, exigiendo que el evento que obsta al
cumplimiento sea en sí mismo total y completamente irresistible, de modo al
que ninguna persona hubiera podido sustraerse a sus efectos. Se la confunde
con la imposibilidad de cumplimiento.
Sin embargo, esta visión tan extrema de irresistibilidad debe superarse,
porque implica confundir los requisitos con los efectos del caso fortuito, y
porque la irresistibilidad tiene como fuente la diligencia promotora del
conocimiento, y esta concepción absoluta no consideraría como suficiente un
evento que implique una mayor diligencia o sacrificio por parte del deudor,
para entender que se ha configurado este requisito del caso fortuito.
En consecuencia, hay que ver la irresistibilidad como un requisito relativo,
vinculado de modo directo con la diligencia exigible en el caso concreto.
Ante todo, evitar no es lo mismo que resistir. Evitar consiste en impedir que
el hecho ocurra. Resistir supone enfrentarse al hecho una vez sucedido,
consiste en oponerse al mismo. De tal manera que es necesario que una vez
ocurrido el hecho no haya sido posible resistirse a él. De manera tal que, aún
cuando sea imprevisible el hecho, si se presenta, cabe exigir del deudor una
conducta diligente, encaminada a superarlo y cumplir su obligación. Si
consideramos la irresistibilidad como inevitabilidad, tendremos que la sola
circunstancia de que un hecho sea imprevisible implica que su ocurrencia sea
inevitable para el deudor, pues si peste o sabe y tampoco le es exigible saber

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que sucederá un determinado hecho, mal puede imponérsele el deber de
impedirlo.
Sin embargo, la irresistibilidad no es una cuestión tan ajena a la
evitabilidad. En efecto, el carácter resistible comprime dos cuestiones
relacionadas pero distintas:
- Evitar o impedir: La resistencia al acontecimiento por parte
del deudor implica por un lado hacer lo necesario para que
tal hecho no afecte el desarrollo de su prestación, es decir,
para impedir o evitar el incumplimiento.
¿Puedo evitar o impedir un terremoto? No. ¿Puedo evitar que
mi auto sea robado? Hasta cierto punto, puedo evitarlo si en
vez de dejarlo en la calle, lo dejo en un estacionamiento
privado, etc. Puedo evitar ponerme en la situación de riesgo,
claro está. ¿Podía evitarlo con el nivel de diligencia que el
contrato me exige?: Puede que esté mucho más allá de mis
fuerzas la posibilidad de evitarlo; terremoto. (con todo, en
chile el terremoto no constituye caso fortuito, sin embargo,
depende del caso concreto; Sabemos que va a venir un
terremoto, pero no cuándo ni con cuánta magnitud).
- Resistir el hecho: Si a pesar de lo anterior, el
incumplimiento se produce, la resistencia implica que el
deudor se sobreponga para cumplir igualmente aunque sea
con posterioridad y en una forma distinta a la pactada, pero
idónea igualmente para satisfacer el interés del acreedor.
ii. Falta de culpa (art. 2320 inc. Final)
iii. Culpa de la víctima si es causa exclusiva del daño
iv. Hecho de un tercero extraño por cuyos actos no se responde
v. Legítima defensa (agresión ilegítima; medio empleado proporcionado; no
provocación)
vi. Estado de necesidad (daño inminente; no hay otro medio practicable y menos
perjudicial)
b) Atenuante: Daño causado parcialmente por la víctima.

6. Acción de responsabilidad
a) Legitimación activa: titularidad que el sistema jurídico reconoce para
ejercer una acción judicial.
b) Titulares por derecho propio:
i. Lesionados directos: en el caso de daños causados a las cosas, puede
interponer la acción para hacer valer la responsabilidad: el dueño de la
cosa (2315 CC), el poseedor, aun cuando no sea dueño, el titular de un
derecho real de goce distinto del de domino y el que tiene la cosa con
obligación de responder de ella.
También son legitimados los que sufren una lesión directa en
intereses o derechos no susceptibles de avaluación pecuniaria. Sea que
concurra o no con daño material o pecuniario.
ii. Lesionados indirectos: son aquellos que pueden reclamar daño
patrimonial o daño moral por haber sufrido las consecuencias de un daño
causado a una persona con la cual tienen alguna relación. En principio,

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todas aquellas personas que por la muerte o lesión de la víctima directa
sufran un perjuicio moral están habilitadas para solicitarla. Algunos
sostienen prelación art 108 CPP (primero cónyuge e hijos, segundo
ascendientes, tercero conviviente, cuarto hermanos).
Mientras más próximos sean los familiares que conviven con la
víctima se entiende presumir con mayor facilidad el daño.
No se toma en consideración si hay parentesco o no, lo determinante es
el dolor sufrido a causa de la muerte o lesiones de la víctima.
Se conoce como daño por rebote o repercusión:
a. Daño en las cosas: artículo 2315 CC. Terceros distintos del
dueño o poseedor.
b. Daño en las personas: (2314 y 2329 CC) se ha establecido que
debe ser un daño cierto y un interés legítimo lesionado.
Pueden pedirlo, por tanto, las victimas que tenían derecho a
reclamar alimentos (art. 321 CC), las victimas dependientes que
no tenían derecho de alimentos, sujetos relacionados profesional
o laboralmente con la víctima inicial.

c) Transmisibilidad de la acción de daño moral: 3 teorías


i. Transmisibilidad absoluta: no distingue entre la mortalidad o no de las
lesiones. Sostiene:
- Que, si no se permitiera la transmisión de la acción, el autor de lesiones
mortales sería mejor tratado que un autor de lesiones no mortales, dado
que a éste último se le podría aplicar sanción penal y civil, y al primero,
sólo una penal.
- Con la sola provocación del daño surge un crédito para la víctima, que
se transmite a sus herederos.

ii. Transmisibilidad atenuada: distingue si es que la víctima falleció


instantáneamente o alcanzó a sobrevivir al menos un instante luego del
hecho.
- Si murió inmediatamente, no alcanza a sentir y, por tanto, no habría
derecho a reclamar daño moral, y no habría transmisión tampoco.
(Alessandri)
- Si sobrevivió (según Carmen Domínguez) se podría transmitir, pero sería
aprovecharse del dolor ajeno, pues los herederos tendrán su propia acción
para reclamar como víctimas por rebote. Por otro lado, descarta la
posibilidad de transmitirse en caso de muerte instantánea pues implicaría
darle a la reparación el carácter de pena y ello produciría enriquecimiento
sin causa.

iii. Intransmisibilidad: no distingue si es que la muerte se produce instantánea o


sobrevive. Sostiene:
- El daño moral es personalísimo y sólo puede ser demandado por aquella
persona que ha sufrido dolor.
- La reparación del daño moral cumple un rol compensatorio, y por ello,
sólo puede verse compensada la persona que efectivamente ha sufrido
daño moral y no sus herederos (quienes se enriquecerían sin causa y,
además, cuentan con su propia acción personal de daño por repercusión).

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