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“La desintegración de la Monarquía hispánica: Revolución de Independencia” Francois Xavier Guerra (fragmentos)

“En 1808 se abre en el mundo hispánico que pone en juego los elementos constitutivos por la conquista por otro monarca…Como lo
un proceso revolucionario de una extraordinaria de lo político: ¿quién debe ejercer el poder? señalarán todos patriotas españoles y america-
amplitud que va a modificar radicalmente tanto ¿dónde? ¿cómo? ¿en nombre de qué o de nos, se trata de un acto de fuerza pura, ejerci-
sus estructuras como sus referencias políticas. quién?. dono sobre un enemigo vencido, sino sobre un
En poco menos de tres lustros…la Monarquía aliado, es decir, de una traición, tanto más grave
hispánica se desintegra en múltiples estados UNA REVOLUCIÓN INESPERADA cuanto que afecta a un rey cuyo acceso al trono
independientes, uno de los cuales es la Es- unos meses antes había sido acogida en ambos
paña actual. Al mismo tiempo, tanto la España “…Resulta necesario partir de lo que las continentes con la esperanza entusiasta de una
europea como la América hispánica adop- fuentes nos muestran: por un lado, que la crisis regeneración de la Monarquía.
tan…ese conjunto de ideas, principios, imagina- revolucionaria es no sólo totalmente inesperada
rios, valores y prácticas que caracterizan la Mo- sino también inédita y, por otro, que es su propia De ahí el rechazo casi unánime del usurpador
dernidad política. dinámica la que provoca no sólo la mutación en España y en América y su corolario, la acefa-
ideológica, sino también la desintegración de la lía del poder político. La monarquía se ve súbi-
Hablamos de proceso revolucionario Monarquía. Los actores mismo de la revolución tamente privada de lo que era hasta entonces
en singular, en lugar de hablar más clásicamen- lo confiesan…Así, Simón Bolívar, en 1815, en no sólo su autoridad suprema, sino el centro de
te de “revoluciones de independencia” de la cuanto a la independencia: todos los vínculos políticos. Como lo expresan
América española, por dos factores…por un con metáforas orgánicas los escritos de la épo-
“De cuanto he referido será fácil colegir que la América no
lado la imbricación constante y la mutua causa- estaba preparada para desprenderse de la metrópoli, como
ca, al ser el rey la cabeza del cuerpo político, su
lidad entre los acontecimientos españoles y los súbitamente sucedió, por el efecto, de las ilegítimas cesio- desaparición es el mal supremo, pues la acefa-
americanos y, por otro, la concordancia de las nes de Bayona […]” lía condena todo el cuerpo a la corrupción, es
coyunturas políticas en regiones totalmente decir, a la disolución política, tanto territorial,
diferentes por su estructura económica y social. Y, en cuanto a la modernidad política: como social.
Todo remite de hecho a una revolución única
“Los americanos han subido de repente y sin los conoci-
que comienza con la gran crisis de la Monarquía mientos previos, y lo que es más sensible, sin la práctica de
provocada por las abdicaciones regias de 1808 los negocios públicos, a representar en la escena del mundo
y acaba con la consumación de las independen- las eminentes dignidades de legisladores, magistrados,
cias americanas. Estamos ante una crisis global etc…”
que…afecta primero al centro del imperio, re-
Examinemos, pues, esas abdicaciones
plantea después su estructura política global y
de Bayona que abrieron la gran crisis de la Mo-
acaba por provocar su desintegración.
narquía y que fueron el comienzo radical de
El proceso revolucionario que nos ocupa todo el proceso revolucionario. La abdicación
y que podemos desginar como la “revolución forzada no sólo del rey Fernando VII sino la de
hispánica” tiene, pues, como dos caras com- todos los miembros de la familia real y la trans-
plementarias: la primera es la ruptura con el ferencia de la corona a Napoleón y luego a su
antiguo régimen, el tránsito a la Modernidad; hermano José representan un acontecimiento
la segunda, la desintegración de ese vasto totalmente singular no sólo en la historia de
conjunto político que era la Monarquía hispáni- España, sino en la de las monarquías europeas.
ca, es decir, las revoluciones de independen-
Lo que se produce entonces no es un
cia…La primera que va de 1808 a 1810…La
cambio de dinastía provocado por la extinción
segunda, a partir de 1810…”
de una familia reinante, ni por la victoria de un
“…Se trata trata ante todo de compren- pretendiente sobre otro en una guerra civil, ni
der la lógica profunda de un proceso complejo por la rebelión del reino contra su rey, ni siquiera
FERNANDO VII
“…Las reacciones ante este aconteci- “…Como ya lo hemos esbozado, una de vista- poderes revolucionarios, fundados en la
miento inaudito que fueron las abdicaciones las características de la reacción patriótica fue insurrección popular y en total ruptura con la
regias son sobradamente conocidas…En la no sólo su carácter espontáneo, sino también la práctica absolutista de un poder venido de arriba
España peninsular el actor principal fue el pue- manera dispersa en que se produjo. Cada ciu- que se ejercía sobre una sociedad supuesta-
blo de las ciudades…el rechazo del nuevo mo- dad, cada pueblo, tuvo que reaccionar solo, en mente pasiva.
narca, la proclamación de la fidelidad a Fernan- la mayoría de los casos, sin saber cómo iban a
do VII y la formación de juntas insurreccionales reaccionar los demás. Cuando poco a poco se Por las circunstancias mismas de la
encargadas de gobernar en su nombre y de fueron recibiendo emisarios, noticias e impresos crisis y sin que nadie se lo propusiese, la sobe-
luchar contra el invasor. El clima de la insurrec- venidos de otros lugares, todos constataron ranía recae repentinamente en la socie-
ción es el de un patriotismo exaltado…” admirados lo que nosotros seguimos observan- dad…Ciertamente, para la inmensa mayoría no
do ahora a través de las fuentes, es decir, la se trata todavía más que de algo provisional en
“…Y lo mismo ocurrirá en Améri- extraordinaria unidad de actitudes y valores. espera del retorno del soberano y habrá que
ca…rechazo del invasor, manifestaciones nunca Diríase que los habitantes de la Monarquía se esperar la reunión de las Cortes en 1810 para
vistas de fidelidad al rey, explosión de patriotis- descubren “nación” por esta unidad de senti- que sea proclamada solemnemente la sobera-
mo español, solidaridad con los patriotas espa- mientos y de voluntades. Ciertamente estos nía la nación. Pero…el absolutismo deja definiti-
ñoles…” sentimientos y estas voluntades se mueven aún vamente de existir en todo el mundo hispánico a
en un registro muy tradicional, pero son elemen- partir de la primera época de los levantamien-
“…Las semejanzas entre España y tos que conducen ya a una concepción moderna tos…”
América son, pues considerables, tanto en lo de la nación contemplada como asociación vo-
que atañe a los actores –las ciudades principa- luntaria de individuos iguales, es decir, la que “…La constitución de un “gobierno libre”
les como cabeza de su reino o de su provincia, había hecho triunfar la Revolución francesa…” –es decir, no absoluto-…se abría así de golpe.
con sus élites y su pueblo- como a la manera de Sin embargo, este fundamental paso traía con-
pensar o de imaginar la Monarquía…Entre las “…la diferencia no concierne, por el sigo la aparición de múltiples problemas, en
semejanzas más evidentes está el lenguaje momento, a la estructura política de la Monar- cuanto a la naturaleza de la Monarquía, que
empleado y los valores que expresa. Todos – quía. La mayoría, a ambos lados del Atlántico, la habían estado hasta entonces como “congela-
incluidas las repúblicas de indios, iguales en ve aún formada por una pirámide de comunida- dos” por el absolutismo…”
esto a los demás grupos sociales- rechazan al des superpuestas: pueblos, ciudades-provincias,
invasor apelando a la fidelidad al rey; a los reinos, Corona. Los mismo hechos acababan de “…En América salvo para una ínfima
vínculos recíprocos entre él y sus “pueblos”; a mostrar que eran estos precisamente los acto- minoría constituída por una parte de los euro-
la defensa de la religión, de la patria y de sus res políticos del levantamiento. La diferencia peos residentes en América funcionarios, alto
“usos y costumbres”…” viene de que los americanos añaden a esta clero y comerciantes ligados al comercio de
visión plural y pre-borbónica de la Monarquía Cádiz-, la Monarquía era claramente plural, en
“…Semejante y diferente a la vez es la una visión dual de la misma, puesto que agru- una doble dimensión: una tradicional –un con-
manera que los dos continentes tienen de con- pan los reinos de los dos continentes en dos junto de “pueblos”, es decir, reinos y provincias-
cebir el conjunto político al que pertenecen, es unidades: los “dos mundos de FERNANDO y otra más reciente y dualista, de la que ya he-
decir, la Monarquía hispánica, o con términos VII”, los “dos pilares de la Monarquía” o, in- mos hablado, que la veía como formada por un
más modernos, la “nación española”, tal como cluso, “los dos pueblos”, el europeo y el ame- pilar europeo y otro americano. En este sentido
se dice frecuentemente entonces. Las metáforas ricano, que juntos forman la nación española...” América era el último reducto de la antigua es-
utilizadas son muy clásicas y remiten a la unidad tructura plural de la Monarquía…”
de todos sus habitantes, a pesar de la desigual- SOBERANÍA Y REPRESENTACIÓN
dad de situaciones y de funciones. La nación se “…Ahora bien, los reinos de Indias no
concibe, por ejemplo, como una gran familia que “…La consecuencia de las abdicaciones tenían en algunos campos, como el comercial o
tiene al rey como padre y múltiples hijos, dife- reales más inmediata, pero, al mismo tiempo, la el de la representación, derechos equivalentes a
rentes pero igualados en los mismos deberes de más importante a largo plazo fue el hundimiento los de sus homólogos castellanos…”
defenderlo y asistirlo. Otras veces se la compara del absolutismo, tanto en la práctica como en la
a un cuerpo, con miembros diferentes, pero con teoría…las juntas eran poderes de facto, sin “…Era también un problema reciente en
una sola cabeza, el rey…” ningún precedente legal y –desde este punto de la medida en que desde mediados del siglo
XVIII las élites ilustradas peninsulares tendían a América deja de ser un problema en gran parte tuciones de tipo privado, que equivalían aún a
considerar a los reinos de Indias no como reinos teórico para encarnarse en cuestiones muy un mandato imperativo.
y provincias de ultramar, sino como colonias, es prácticas e inmediatas, consecuencia de la ins-
decir, como territorios que no existen más que tauración de una lógica representativa…” Dolidos por la desigualdad de represen-
para el beneficio económico de su metrópoli e – tación con la España peninsular, los americanos
implícitamente- carentes de derechos políticos “…En España, en la primera época de no parecieron estarlo por la forma tradicional de
propios. Esta nueva visión implicaba igualmente los levantamientos, se consideró que las juntas representación. Todos los cabildos concernidos,
que América no dependía del rey, como los eran una forma improvisada de representación de la lejana Sonora a Chile y al Río de La Plata,
otros reinos, sino de una metrópoli, la España popular. Pero esta solución era precaria, puesto estuvieron ocupados duratne la mayor parte de
peninsular… Que este vocabulario no fuera que faltaba un gobierno central dotado de una 1809 y principios de 1810 en la elección de
empleado en los documentos oficiales, en los legitimidad indiscutible. Por eso, pronto se em- diputados a la Junta Central y en la redacción
que seguían utilizándose las viejas apelaciones pezó a debatir sobre la reunión de Cortes gene- de sus instrucciones: ni los unos ni las otras
de reino y provincias no era obstáculo para que rales a las que a las que por tradición corres- muestran, en la mayoría de los casos, un mo-
el término colonias –u otros equivalentes, como pondía la representación del reino. Sin embargo, dernismo excesivo. Las elecciones dieron lugar
establecimientos- se utilizase con frecuencia esta convocatoria planteaba tantos problemas muchas veces a afrontamientos muy fuertes
creciente, primeramente, en los documentos teóricos y prácticos que la solución fue la forma- entre los clanes y facciones que tradicionalmen-
internos de la alta administración de Madrid y en ción de una Junta Central Gobernativa del Rey- te se oponían en los cabildos…y las instruccio-
la correspondencia privada de los funcionarios no, formada por dos delegados de cada una de nes…fueron –salvo alguna que otra excepción-
reales, y, en los últimos lustros del siglo XVIII, las juntas de las ciudades capitales del reino o la expresión del mismo imaginario tradicional
en la prensa y en los libros, lo que provocó un provincia. Ambigua institución ésta, que tomó el que predominaba entonces en América: defensa
descontento difuso en América por lo que con- título de Majestad, pues gobernaba en lugar y del rey, de la religión, de las leyes fundamenta-
llevaba de desigualdad política; descontento en nombre del rey, pero que, por estar constitui- les del reino, pero también una afirmación ar-
tanto mayor cuando que el peso humano y eco- da por delegados de las juntas, ellas mismas diente de la indisoluble unión de la nación y de
nómico de ésta no hacía más que aumentar en surgidas del pueblo, fue también considerada la igualdad política entre los dos continentes…”
el seno de la Monarquía…” como una representación nacional que remitía
por su composición –representantes de reinos y Para que la modernidad triunfase
“…Cierto es que el tema de la igualdad provincias- a una visión plural de la Monar- hacía falta una profunda mutación ideológica
entre las dos partes de la Monarquía estaba ya quía…” de las élites intelectuales.
implícito en múltiples tensiones anteriores, como
en las rivalidades entre criollos y peninsulares “…Sin embargo…era también un paso
para el acceso a cargos administrativos, o en las decisivo para la construcción de un régimen
quejas, frecuentes en la época de las reformas representativo. Por primera vez tenía lugar en el
borbónicas, de falta de diálogo entre el rey y el mundo hispánico un proceso electoral general
reino. Pero lo que hasta entonces eran tensio- que sería seguido pronto por muchos otros. Las
nes diversas, sin unidad de espacio y de tiempo, disposiciones electorales todavía remitían a una
puesto que resultaban esencialmente decisiones visión tradicional de la nación y de la represen-
particulares, se transforma ahora en un tema tación, ya que a cada reino o provincia corres-
único –el de los derechos de América- por la pondía un diputado elegido por los cabildos de
aparición de una política fundada en la repre- las ciudades cabeza de distrito, a las que se
sentación…” consideraba como representantes de todo su
territorio con sus ciudades, villas y pueblos suje-
“…Se convierten en un problema urgen- tos. La nación aparecía como una pirámide de
te, y provocan conflictos que no van a cesar de comunidades políticas y no como una nación
envenenarse hasta provocar la ruptura entre los única formada por ciudadanos iguales y lso
dos continentes. En efecto, con el hundimiento diputados, como procuradores semejantes a los
del absolutismo y la reversión de la soberanía a de las antiguas Cortes, con sus poderes e insti-
la nación, la igualdad política entre España y

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