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El documento discute los problemas de pareja y su tratamiento a través de la terapia conductual. Explica que los problemas de pareja pueden causar daño psicológico y físico y exacerbar trastornos como la depresión. También afectan negativamente a los niños y otras personas involucradas. La terapia conductual tradicional y la terapia conductual integrativa se describen como formas efectivas de tratamiento, aunque esta última busca superar algunas limitaciones de la primera.
El documento discute los problemas de pareja y su tratamiento a través de la terapia conductual. Explica que los problemas de pareja pueden causar daño psicológico y físico y exacerbar trastornos como la depresión. También afectan negativamente a los niños y otras personas involucradas. La terapia conductual tradicional y la terapia conductual integrativa se describen como formas efectivas de tratamiento, aunque esta última busca superar algunas limitaciones de la primera.
El documento discute los problemas de pareja y su tratamiento a través de la terapia conductual. Explica que los problemas de pareja pueden causar daño psicológico y físico y exacerbar trastornos como la depresión. También afectan negativamente a los niños y otras personas involucradas. La terapia conductual tradicional y la terapia conductual integrativa se describen como formas efectivas de tratamiento, aunque esta última busca superar algunas limitaciones de la primera.
Puede argumentarse que los problemas de pareja provocan tanto
dolor psicológico y físico como muchos, si no es que la mayoría, de los trastornos del DSM, además de que pueden iniciar, exacerbar y complicar trastornos del DSM como depresión o desencadenar su recaída Involucrados Niños A los involucrados (aka la pareja) también les afecta Los problemas de pareja dichos problemas ya que estos puedes agravar pueden tener un impacto problemas que ya se tienen .Cualesquiera que sean los importante en los niños y méritos y el resultado de dichos esfuerzos, no hay desencadenar o exacerbar los duda de que los problemas de pareja tienen trastornos externalizantes e consecuencias psicológicas importantes y que merecen internalizantes atención terapéutica. Los tratamientos exitosos para los problemas de pareja han hecho hincapié en la evaluación y modificación de cada contribución y respuesta individual a interacciones específicas en su relación, con el propósito de facilitar los cambios en la conducta de los cónyuges, la terapia conductual tradicional de pareja les enseña a incrementar o disminuir conductas blanco (intercambio conductual), a comunicarse de manera más eficaz (entrenamiento de la comunicación), y a evaluar y resolver problemas (solución de problemas) para mejorar la satisfacción general con la relación. En esta forma de terapia es muy frecuente el uso de la monografía de Jacobson y Margolin (1979) como manual de tratamiento. La investigación subsecuente de resultados ha respaldado de manera sistemática la eficacia de las aproximaciones conductuales al tratamiento de los problemas de pareja La investigación ha demostrado incluso el impacto positivo de la terapia conductual tradicional para parejas en que uno de los integrantes tiene un trastorno individual como depresión , alcoholismo y, o ansiedad. A pesar del éxito aparente de la terapia conductual tradicional de pareja, la investigación de resultados también reveló algunas limitaciones en su eficacia y capacidad de generalización. Por ejemplo, aproximadamente un tercio de las parejas no mostró mejoría medible en la calidad de la relación después del tratamiento con la terapia conductual tradicional. Además, muchas parejas que al inicio respondieron al tratamiento recayeron uno o dos años después de la terapia encontraron una tasa de divorcio de 37% en parejas tratadas con la terapia conductual tradicional de pareja cuatro años después del tratamiento. La evidencia sobre los fracasos de la terapia conductual tradicional impulsó los esfuerzos por encontrar tratamientos que pudieran aplicarse incluso en esos casos difíciles. Tres desarrollos de la terapia conductual integrativa de pareja tienen el propósito de aumentar la durabilidad y aplicabilidad del tratamiento: (1) un enfoque en los “temas” de la relación más que en conductas blanco específicas de la pareja; (2) un énfasis en la conducta “moldeada por contingencias” más que en la conducta “gobernada por reglas” (3) un enfoque en la aceptación emocional. El primer aspecto que pretende hacer más aplicable y más duradera la efectividad de la terapia conductual integrativa de pareja es la atención que dedica a los “temas” de la relación, es decir, sus patrones duraderos de conductas dispares pero todavía funcionalmente similares. Aunque este enfoque coincide con la terapia conductual tradicional en la necesidad de una evaluación exhaustiva de los patrones conductuales de la pareja, difiere de ella en el hecho de que considera múltiples y complejas interacciones conductuales, y no sólo blancos conductuales específicos, para la intervención terapéutica. En contraste con el énfasis de la terapia conductual tradicional en blancos conductuales específicos, la terapia conductual integrativa se enfoca en “temas” más amplios en la historia de la pareja, es decir, en el desarrollo de una comprensión compartida de las muchas circunstancias en que la esposa se ha sentido querida y no querida, y en que el marido ha sentido que su mujer creía o no en él. ETIOLOGÍA DE LOS PROBLEMAS DE PAREJA
De acuerdo con la terapia conductual integrativa de pareja, las dificultades de la
relación se desarrollan como resultado de dos influencias básicas, la disminución en los intercambios reforzantes positivamente -por ejemplo, a través de la erosión del reforzamiento- y el desarrollo de intercambios aversivos -por ejemplo, a través del desarrollo de conflicto. La erosión del reforzamiento positivo se refiere al fenómeno por el cual las conductas que alguna vez fueron reforzantes positivamente disminuyeron su capacidad de reforzamiento a través de la exposición repetida a ellos. Una de las metas básicas de la terapia conductual integrativa de pareja es que los cónyuges adopten la formulación como parte de la historia de su relación. A partir de ese punto, pueden usar la formulación como un contexto para entender su relación y sus conflictos. La formulación también proporciona a las parejas un lenguaje para discutir sus problemas y les permite distanciarse de éstos. Sin embargo, es importante recordar que la formulación es un concepto dinámico que puede requerir alteraciones y modificaciones (o “reformulaciones”) durante el tratamiento. En la terapia conductual integrativa de pareja existe una clara distinción entre la fase de evaluación y el tratamiento en sí. La fase de evaluación comprende por lo menos una sesión con ambos cónyuges seguida de una sesión individual con cada uno de ellos. A esto le sigue una sesión de retroalimentación en que el terapeuta describe su formulación de los cónyuges y de sus problemas, así como su plan para el tratamiento. La sesión de retroalimentación es seguida por las sesiones de tratamiento, cuyo número exacto se determina caso a caso dependiendo del las necesidades de tratamiento de cada pareja. Sin embargo, el protocolo usado en un ensayo clínico reciente de la terapia conductual integrativa para parejas con problemas crónicos graves (que se revisa más adelante) fue un máximo de 26 sesiones, incluyendo las fases de evaluación y de tratamiento. Los instrumentos de evaluación objetivos (tabla 18-1) son de utilidad tanto en la evaluación inicial como en la supervisión del progreso de una pareja en varios momentos del tratamiento. Aunque esos instrumentos objetivos no son indispensables para conducir la terapia conductual integrativa de pareja, ofrecen información adicional sobre áreas de desacuerdo que no se han revisado durante las sesiones, o bien pueden brindar datos objetivos sobre los niveles de angustia y satisfacción de una pareja. Además, la investigación ha demostrado que compartir y discutir activamente el progreso (o la falta de progreso) de una pareja en terapia puede mejorar los resultados de la misma. Se recomienda que el clínico aplique, por lo menos, instrumentos que evalúen la satisfacción en la relación, violencia íntima, compromiso y áreas problemáticas en la pareja. La medición de la satisfacción en la relación funciona como medición del resultado y debe repetirse periódicamente. Las mediciones de la violencia, compromiso y áreas problemáticas son necesarias porque en el cuestionario los cónyuges pueden indicar preocupaciones que no mencionan de manera espontánea. Las parejas no suelen mencionar en la terapia temas como los relacionados con violencia o problemas sexuales aunque estén presentes. Christensen (2010) desarrolló un Cuestionario de Pareja Breve (Christensen, 2010) que puede ser utilizado por los clínicos para evaluar las condiciones de línea base de satisfacción, violencia y compromiso. Por lo general, los cuestionarios se entregan a los cónyuges en la primera sesión para que los respondan y los regresen luego en las sesiones individuales. Además de ser parte de la fase de evaluación, los cuestionarios pueden volver a aplicarse durante el tratamiento, al final del mismo y en el seguimiento para evaluar los cambios en los niveles de angustia y satisfacción en relación con los presentados por los cónyuges en línea base. Los instrumentos objetivos son particularmente útiles en la evaluación de la historia de violencia doméstica de una pareja, lo que constituye una parte crucial del ingreso de cada una, no sólo para determinar si la seguridad personal de cualquiera de los cónyuges está en peligro inminente sino también porque en algunas parejas violentas puede estar contraindicada la terapia de pareja. La fase de evaluación por lo general incluye una sesión
conjunta con los cónyuges (sesión 1) seguida de sesiones
individuales con cada miembro de la pareja (sesiones 2 y 3). La meta principal de esta fase es permitir al terapeuta evaluar la idoneidad de la pareja para la terapia y de ser así, que desarrolle la formulación