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LAS JARRAS GROTESCAS

DE ANDÚJAR:
UNA TRADICIÓN DESDE PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX
Alumnos:
Samuel Cubilla Agüera, Ismael Pérez Montiel y Pedro Daoiz Martínez

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ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN……………………………………………………….......3

II. LA TRADICIÓN………………………………………………………………4

III. LAS JARRAS GROTESCAS………………………………………………14

IV. TESTIMONIOS……………………………………………………………...20

V. ANEXOS……………………………………………………………………..27

VI. CONCLUSIONES…………………………………………………………...29

VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………….30

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I.INTRODUCCIÓN

¿De dónde vienen las tradiciones que hoy en día podemos ver? Claro está que
tuvieron un origen definido en algún momento del pasado y que tienen un
tiempo considerable. Nos disponemos pues, a dar respuesta, en cierto modo, a
esa pregunta y a otras más con respecto a una tradición muy específica.

Nos referimos a la tradición que los alfareros de Andújar han desarrollado


desde hace siglos hasta ahora con la cerámica. Y, específicamente, creando
un tipo de cerámica muy particular a la que conocemos como la cerámica
grutesca o jarras grotescas. Esta cerámica es importante ya que forma parte de
las costumbres pintorescas de un pueblo conocido por los jienenses.

Así pues, es uno de los elementos que conforman, al fin y al cabo, la identidad
iliturgitana, de ahí la relevancia del tema desde el punto de vista antropológico.
Esto, así mismo ocurre en cada rincón de España, ya que en cada región,
provincia y comunidad hay costumbres particulares que dan como resultado
una cultura rica y diversa. Es interesante observar cómo, tradiciones con tanto
recorrido histórico como la cerámica grutesca han sobrevivido al indomable
tiempo.

En cuanto al estado de la cuestión, es cierto que no existen muchos


antecedentes bibliográficos que hagan referencia a esta particular costumbre
artesanal. Ya que es algo tan específico en un entorno muy específico,
nuestras fuentes se basaran en entrevistas a los alfareros de Andújar, que
conservan la memoria tradicional sobre la creación y la historia de este arte; y
por otro lado, fuentes bibliográficas. Precisamente, hemos de decir que
sobresalen autores como Enrique Gómez Martínez, Miguel Viribay,
Consolación González Casarrubios y Luis Pedro Pérez García que han
investigado sobre la historia andujareña y las artes realizadas allí.

Sobre la tradición destacan autores como Edward Thomsom, Jose Luis Anta,
M. Paz Sandín, Ulrich Beck o personalidades como Eric J. Hobsbawm y Vicent
Sanz Rozalén.

Los objetivos del trabajo serán obtener información sobre la tradición de la


cerámica grutesca iliturgitana para, así, saber sus orígenes, características y su

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contexto en la ciudad. Y un análisis sobre la tradición que conforma la identidad
de los pueblos.

Por último, la estructura de nuestro trabajo comenzará con ese análisis como
antesala que nos dará paso a centrarnos en la cerámica grutesca; primero,
desde las fuentes bibliográficas y luego, desde las fuentes testimoniales donde
será interesante ver los contrastes y las equivalencias de la información.
Añadiremos unos anexos y, terminaremos con una conclusión y las referencias
bibliográficas utilizadas específicamente.

II.LA TRADICIÓN

La tradición es un conjunto de saberes y experiencias que se transmite de


generación en generación por diferentes medios. Los niños aprenden de los
adultos y los adultos de los ancianos. Aprenden de lo que oyen y de lo que
leen; aprenden también de lo que ven y experimentan por sí mismos en la
convivencia cotidiana. Así se heredan las tradiciones. (Por Solea, 2014).

Mediante la transmisión de sus costumbres y tradiciones, un grupo social


intenta asegurar que las generaciones jóvenes den continuidad a los
conocimientos, valores e intereses que los distinguen como grupo y los hace
diferentes a otros. Conservar las tradiciones de una comunidad o de un país
significa practicar las costumbres, hábitos, formas de ser y modos de
comportamiento de las personas. (Por Solea, 2014).

Las tradiciones y costumbres cambian con el paso del tiempo, como resultado
de las nuevas experiencias y conocimientos de la sociedad, a causa de sus
necesidades de adaptación a la naturaleza y por la influencia de otros grupos
sociales con los que establece contacto. (Por Solea, 2014).

La fuerza de las costumbres y tradiciones no radica en la frecuencia con que la


gente las practique, sino en que la gente comparta auténticamente las ideas y
creencias que originaron la costumbre y la tradición. La tradición pierde fuerza
cuando la gente cambia sus creencias, su modo de entender el mundo y el
sentido de su vida; entonces se procuran nuevas creencias y prácticas, que
formarán con el tiempo otras costumbres y tradiciones. (Por Solea, 2014).

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Entre los grupos siempre hay personas que apoyan los cambios y otras que se
resisten a ellos; esto es causa de desacuerdos. Quienes se oponen a dejar
atrás su cultura, consideran que las costumbres y tradiciones no son prácticas
sin sentido, sino respuestas y soluciones que les han ayudado a enfrentar el
mundo y la vida. Ante la incertidumbre de lo nuevo, lo conocido representa y
ofrece seguridad. (Por Solea, 2014).

Es necesario discutir con qué criterios aceptamos o rechazamos las


costumbres y tradiciones de otros pueblos. Nuestras costumbres y tradiciones
son lazos que estrechan las relaciones de la comunidad, que le dan identidad y
rostro propio, y facilitan un futuro común. (Por Solea, 2014).

Cada sociedad, comunidad y familia sigue una serie de costumbres y


tradiciones con las cuales se sienten tan familiarizados que llegan a asumirlas
como suyas. Sin embargo, existe una diferencia entre tradición y costumbre.
(Por Solea, 2014).

La principal diferencia es la cantidad de tiempo asociado a ellos, cuando se


habla de tradiciones y costumbres, una de las formas más rápidas y sencillas
de saber diferenciar entre las unas y las otras es tomando en cuenta qué tan
largo es el período de tiempo en que se mantienen.(Por Solea, 2014).

Una tradición es una manera de pensar, comportarse o hacer algo que a lo


largo del tiempo las personas de una determinada sociedad, comunidad o
familia han hecho de forma similar. Puede ser una idea o creencia que es
pasada de una generación a la otra. Puede estar arraigada a una religión o
cultura en particular. Las tradiciones no comprenden reglas estrictas,
regulaciones o un carácter obligatorio; por lo que siempre se pueden cambiar
algunos aspectos de las mismas. (Por Solea, 2014).

Por otra parte, una costumbre es una práctica común a muchos o a un lugar o
grupo de personas en particular, incluso a nivel individual. Es una manera de
comportarse o hacer algo comúnmente aceptada en una sociedad, lugar,
contexto o momento en específico. Pueden tener su origen en la familia:
algunos actos o comportamientos que son puestos en práctica con frecuencia

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acaban por convertirse en costumbres. Sólo cuando se pasan a lo largo de
generaciones se convierten en tradiciones. (Por Solea, 2014).

La tradición influye en gran medida en la identidad de los propios pueblos, todo


asentamiento humano contiene una serie de características específicas que lo
definen como tal, como son la geografía, la historia, la economía, la política,
tradiciones y costumbres etc. que todas juntas configuran su cultura, su
identidad de pueblo. Este concepto no es estático, sino dinámico, está
expuesto a las múltiples influencias tanto internas como externas de cambio, en
virtud de sus propias interacciones. La identidad de un pueblo por tanto no se
puede definir como esencia, sino como proceso, algo que está siempre en
construcción. (Por Solea, 2014).

La identidad es una asimilación de valores y pautas de acción que adoptan las


personas y que los asumen como propios.

La identidad no se pierde a pesar de los cambios, solo se transforma. Las


personas siguen asumiendo su pertenencia a una comunidad determinada,
aunque esta haya cambiado totalmente. Este hecho no quiere decir que se
produzca con la aceptación y conformidad de todos. Para la reflexión sobre la
identidad comunitaria existen factores de interés generalmente económico que
determinan la orientación de los cambios, en el que los sectores sociales más
activos e influyentes inciden para que estos se produzcan. (Por Solea, 2014).

Sin identidad cultural no habrá desarrollo, ya que esta permite a un pueblo


identificarse, saber quién es, de donde viene y a donde va. Es el sello
característico de un pueblo, también es el alma y el espíritu. Es identificación
plena con el pasado, el presente. Pasamos ahora a hablar sobre la tradición
cerámica. (Por Solea, 2014).

El término “cerámica” suele confundirse con el de “alfarería”, el primero es más


amplio y engloba en cierta medida al segundo. Los tres elementos básicos de
la cerámica artesanal son, la arcilla, el torno y la cocción.

La cerámica aparece en el periodo Neolítico. Hay evidencias de los primeros


tornos movidos a mano hace 2.000 años a.C., dos siglos antes de la era

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cristiana. Este tipo de torno es el que continúa en la actualidad en España. (Por
Solea, 2014).

Según las teorías difusionistas, los primeros pueblos que iniciaron la


elaboración de utensilios de cerámica con técnicas más sofisticadas y cociendo
las piezas en hornos fueron los chinos. Desde China pasó hacia Corea y Japón
por el Oriente, y hacia el Occidente, a Persia y el norte de África hasta llegar a
la Península Ibérica. (Por Solea, 2014).

Desde el norte de África penetró el arte de la cerámica en la Península Ibérica,


dando pie a la creación de la loza hispano-morisca, precedente de la cerámica
mayólica con esmaltes metálicos, de influencia persa, y elaborada por primera
vez en Europa en Mallorca, introducida después con gran éxito en Sicilia y toda
Italia, donde perdió la influencia islámica. (Por Solea, 2014).

Durante los ocho siglos de presencia árabe en la Península Ibérica, se elaboró,


tanto en los territorios árabes como en los cristianos, una Cerámica de gran
nivel que influyó en todos los alfares europeos. Los procedimientos cerámicos
importados de Oriente, presentaron adelantos tecnológicos decisivos, como el
esmalte blanco de estaño, el dominio absoluto de las técnicas de cocción y el
reflejo metálico. (Por Solea, 2014).

En Manises (Valencia) aún se conserva la cerámica de “reflejo metálico”. Su


proceso de fabricación es igual que la tradición árabe-Morisca. Son empleadas
tres cocciones.

En España la cerámica arquitectónica tendrá un papel importante tanto en


funciones estructurales como decorativas e higiénicas. El gran protagonista es
el azulejo que es asimilado por los reinos cristianos y aparece en el arte
mudéjar. En Aragón, a partir del siglo XIII utilizan una cerámica verde y negra
sobre fondo blanco, elaborada mediante moldes o en torno. Con el tiempo, el
uso en exteriores fue adquiriendo gran protagonismo. En los interiores, las
piezas monocromas se emplearon como revestimiento de suelos y azulejería
pintada como decoración. En Cataluña, los alfareros cristianos, utilizaron los
mismos colores que los islámicos, aunque por influencia del comercio se
introdujo el azul desde el siglo XIII. La cerámica bicolor llegó a exportarse a

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toda Europa. En el siglo XV se impuso la estética gótico-cristiana. (Por Solea,
2014).

Los descubrimientos en química y mineralogía del siglo XVI, propiciaron


grandes avances en la cerámica con la introducción del vidrio opaco brillante
de estaño, que será el punto de partida de una nueva familia cerámica. Desde
España se exportará la mayólica. Los nuevos colores y las técnicas de la
pintura hicieron que se extendiera su uso entre la nueva burguesía. Las
exportaciones valencianas llevaron la moda a Italia, que en el Renacimiento
adquirió los mismos niveles, pero con características propias. El carácter
itinerante de los ceramistas italianos hizo que su arte traspasara fronteras y
Sevilla vivió esta influencia con Niculoso Pisano, que a finales del siglo XV
introdujo en España la técnica pictórica “a lo italiano” combinándola con la de
arista para los azulejos en serie. Durante el siglo XVI los azulejos de arista se
exportaron a cualquier parte del Mediterráneo, del Atlántico europeo o del
americano. (Por Solea, 2014).

Bajo el reinado de los Austrias, en el siglo XV y principios del siglo XVI se


conocieron en Amberes las vajillas doradas de Manises y también los azulejos
sevillanos. Con el desarrollo económico que vivía la región y utilizando las
novedades italianas, comenzó una producción cerámica que se desarrolló
durante más de 250 años. En Amberes aparece la policromía, en el siglo XVI.
(Por Solea, 2014).

En Talavera de la Reina, Toledo, se produce a partir del siglo XVI


paralelamente a Sevilla y Cataluña- una Cerámica que recoge el espíritu de la
nueva moda que afecta a todas las artes: el Renacimiento. Se abandona la
abstracción del arte musulmán y se adoptan unos colores brillantes que sirven
para subrayar el clasicismo de los motivos decorativos. Tuvo una gran
aceptación entre la nobleza, la burguesía y las grandes órdenes religiosas,
siendo sus clientes habituales, también se exportaba a México, que entonces
pertenecía a la corona española, ejerciendo una gran influencia en toda la
producción Cerámica española y americana. (Por Solea, 2014).

La crisis llega en el siglo XVIII con la aparición de la fábrica de Alcora. La serie


policroma es la más importante de Talavera. Las superficies Cerámicas se

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conciben como soportes pictóricos que se decoraron con escenas figuradas
mitológicas, alegóricas o religiosas copiadas de los grabados de la época.

Aparece la aplicación cerámica en la construcción gracias al modernismo, de la


mano de Gaudí y Montaner, en un movimiento cultural que une arte e industria
y asume a la perfección los gustos y temas del momento: la revisión de estilos
y la naturaleza. Con las innovaciones técnicas de la revolución industrial,
cambiaron los esquemas de la producción cerámica tradicional. En 1841
Pickman se instaló en La Cartuja y con esta fábrica llegaron los moldes de
yeso, la conformación en semiseco por presas mecánicas y se recuperaron
antiguas técnicas con nuevos medios como la cuerda seca o la arista, no se
llegaron a realizar las reformas necesarias hasta el 1960. Actualmente el
interés por la cerámica se mantiene vivo a pesar de que muchos centros
alfareros han desaparecido. (Por Solea, 2014).

Nos ponemos ahora con la cerámica en España. Durante el final de la Edad del
Bronce I y Bronce II Hispano la Península Ibérica recoge nuevas corrientes
culturales. Por el Mediterráneo occidental se extiende la colonización fenicia y
griega y las cerámicas célticas evolucionaron y recogieron diversas influencias
según las distintas regiones. (J. ALCÁNTARA, 2012).

Antes de utilizar el torno de alfarero, y aun después, las cerámicas ofrecen


motivos estampados. El torno de alfarero que sigue utilizándose actualmente,
apareció en la Península Ibérica en la Edad del Hierro y lo aportaron las
colonizaciones griegas y fenicias. En el Sur fueron los poblados indígenas los
que nos muestran más plenamente las vasijas realizadas en torno de alfarero.
(J. ALCÁNTARA, 2012).

En los siglos VI y V a.C. la meseta inferior, concretamente Albacete y Cuenca,


ofrecen vasos hechos a torno. Entrando así en la época de la cerámica ibérica.
Los motivos geométricos aparecen al principio, para continuar después en
forma de animales y terminar con la figura humana. La cerámica ibérica es la
que mejor refleja la inspiración artística y la que mayor influencia ejerce en la
medieval, en gran parte de la popular y en casi toda la corriente moderna. (J.
ALCÁNTARA, 2012).

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La Edad Media comienza con la gran novedad de la aparición de un esmalte
brillante que la embellece y la separa totalmente de lo hecho en épocas
anteriores: la galena y el óxido de cobre, que logran también la
impermeabilidad de los barros y cambian la técnica usada hasta aquel
momento. La aparición de esta cerámica torneada y bizcochada, con
decoración en relieve y esmaltada con manganeso o almazarrón, es lo que da
la nota fundamental en la cerámica medieval. (J. ALCÁNTARA, 2012).

Inmediatamente después los engobes y el barniz plumbífero, con óxido de


cobre y óxido de manganeso, van enriqueciendo colorísticamente las piezas.
La cuerda seca para separar los esmaltes confeccionados con el barniz
estañífero, tan usado en toda nuestra cerámica popular hasta ahora, como la
decoración en verde y morado, forman la característica de las piezas del siglo
XIII. (J. ALCÁNTARA, 2012).

En el siglo XV se fabrica en Valencia el socarrat, piezas de barro que se utilizan


para decorar los techos entre viga y viga y que esta solo cocida en bizcocho,
por lo que recibe dicha denominación. Se decoran con óxido de hierro y
almazarrón, siendo Valencia el único lugar donde se realizaron. Talavera de la
Reina fue en el siglo XVI una de las regiones más importantes en la fabricación
de loza de gran belleza y con una decoración personal y técnica, el
"estañífero". (J. ALCÁNTARA, 2012).

En los siglos XVI al XIX se hace en toda España cerámica popular; se moldean
desde el botijo utilitario, cántaros y barreños hasta las más importantes piezas
para decorar con la misma técnica del estañífero. Talavera y Sevilla ejercen
influencia en los siglos XVII y XVIII sobre todas las comarcas productoras.
Tiene gran influencia italiana, procedente del Renacimiento, y que en España
se debió a la estancia del artista italiano Francisco Niculoso. Las cerámicas de
esta época son hechas a torno o modeladas con una arcilla ferruginosa cocida
en un primer fuego para bizcochar y que luego son bañadas o recubiertas de
un esmalte, aplicándose el decorado sobre el esmalte o cubierta cruda para
someterla finalmente a una cocción con temperatura de unos ochocientos
grados. (J. ALCÁNTARA, 2012).

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La villa de Alcora (Castellón) fue el marco de uno de los ensayos más
importantes en materia de cerámica moderna. El Conde de Aranda, funda en el
año 1727 la fábrica que hace los primeros ensayos de porcelana. La labor de
esta fábrica puede dividirse en tres épocas: la primera la de su fundación, en la
que se produce loza fina y tierna, terminando con la muerte de su fundador. En
ella puede apreciarse una marcada influencia francesa debido a que los artistas
y obreros fueron casi en su totalidad traídos de Francia. (J. ALCÁNTARA, 2012).

La segunda época, en que la fábrica fue regentada por el Conde don Pedro
Pablo, de 1749 a 1798, fue el período en que se introdujo el caolín, base de la
porcelana, el cuarzo y el feldespato en sustitución de la arcilla blanca fundente
de la primera etapa. (J. ALCÁNTARA, 2012).

La tercera época, hasta 1810, en la que es propietario de la fábrica el Duque de


Híjar, es el final de este ensayo.

Con la introducción del caolín, el cuarzo y el feldespato, materias primas para


fabricar la porcelana, comienza a aparecer la técnica difícil y complicada de las
altas temperaturas, desconocidas hasta entonces en toda Europa con la
excepción de Alemania, país de primeras materias muy refractarias. Estos
materiales duros para su fusión tienen que ser estudiados y construidos hornos
complejos, desconocidos hasta aquel momento, apareciendo al mismo tiempo
como complemento la utilización de la ciencia química, necesaria para el
análisis de las tierras y materias que componen la nueva técnica de la
porcelana. (J. ALCÁNTARA, 2012).

En el año 1759 el Rey artista Carlos III fundó la Real Fábrica de China del Buen
Retiro.

La porcelana, técnica cerámica de los tiempos modernos, se logra en Madrid


por el año 1759. Es la técnica más científica y costosa que existe en cerámica y
se compone fundamentalmente de caolín, cuarzo y feldespato, tres materias
puras y nobles que por la acción del fuego se endurecen y vitrifican, siendo
porcelana cuando las temperaturas del horno comienzan a vitrificar el
feldespato, que, merced al caolín, sostiene y conserva las formas dadas a las
piezas. (J. ALCÁNTARA, 2012).

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Esta fábrica fue en sus primeros momentos el simple traslado a España de
todo el material que poseía la fábrica Capo di Monte, que el mismo Rey Carlos
III creó. De este modo empezó a funcionar la famosa manufactura en Madrid,
cuyo emplazamiento coincidió exactamente con el lugar denominado en la
actualidad, en el Parque del Retiro de Madrid. (J. ALCÁNTARA, 2012).

Manises, pueblo de Valencia, dedica gran empeño a su actividad cerámica, con


ciento once fábricas y talleres, produciendo para el mercado nacional y sobre
todo para el hispanoamericano. Siguen produciendo las lozas coloreadas, de
reflejos metálicos, con los mismos procedimientos que en el siglo XV en toda
clase de ánforas y azulejos, conservando en la actualidad la belleza de las
piezas antiguas; también realizan piezas de carácter moderno, imitando las
porcelanas francesas y sajonas, de gran aceptación en el mercado. (J.
ALCÁNTARA, 2012).

Pasamos ahora a un análisis sobre la cerámica tradicional, su contexto e


inmovilidad tipológica.

Andújar se encuentra en la zona occidental de la provincia de Jaén, a los pies


de Sierra Morena, junto al Río Guadalquivir. La cerámica grotesca de Andújar
(finales s. XVI) sintetiza todo el saber alfarero de un pueblo, con alusiones
socio-religiosas. La decoración propia y característica es en azul sobre fondo
blanco. (J.L. ANTA, 1993).

A finales del siglo III a.C Roma conquistó las posesiones cartaginesas en
Hispania, logrando un dominio sobre el este y sur peninsular.

La ciudad romana de Isturgi se encontraba en Los Villares de Andújar, Isturgi


en Mengíbar y en la actual Andújar estaría la Andújar musulmana. En Isturgi la
actividad económica será la alfarería y la agricultura. La alfarería será
potenciada, gracias al paso del río Guadalquivir. Isturgi se convirtió en uno de
los principales centros productores de cerámica. (J.L. ANTA, 1993).

En sus inicios, los utensilios fabricados con cerámica tenían una finalidad
exclusivamente funcional; para contener alimentos, por ejemplo, pero poco a
poco fueron adquiriendo un uso ornamental e incluso de carácter simbólico o
religioso. Este desarrollo de los diferentes usos de la cerámica llevó consigo un

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aumento de las diferentes técnicas aplicadas a esta artesanía, que hoy en día
se cuentan por centenares. (J.L. ANTA, 1993).

En la Península se desarrolla un estilo particular en la fabricación de cerámica,


con numerosos focos especializados en esta artesanía. Uno de estos focos es
Andújar y la zona de Andalucía Oriental, que ha desarrollado su propia cultura
alfarera: en esta región destacan piezas típicas, como las jarras Grotescas, las
Alcuzas de aceite, la Jarra de Andújar y la Jarra estudiante. (J.L. ANTA, 1993).

La pieza de cerámica es un elemento tradicional en el universo cultural, la


alfarería tradicional no es una suma de piezas, es producto de la desaparición
de la cultura a la que se encuentra adscrita. La desaparición comienza con la
aparición de objetos sustitutivos, en algunos casos se pretende seguir con esa
tradición anterior, en otros casos se cambian los esquemas valorativos; cuando
desaparece una tradición, es sustituida por algo, no deja un hueco. La
cerámica actual se puede dividir en dos tipos: uso doméstico y decorativo. Las
piezas de cerámica son un reflejo de la sociedad en las que son creadas,
mostrando la calidad de vida, la estética predominante, estratos sociales,
diferencias de sexo, etc., Son una importante muestra de cómo es la cultura de
la zona. (J.L. ANTA, 1993).

La oposición al cambio en la tradición alfarera puede deberse a varias razones,


la primera seria la función meramente funcional de la cerámica tradicional, el
progresivo cambio hacia lo decorativo hace desaparecer este tipo de piezas
funcionales. El alfarero no puede realizar grandes cambios económicamente,
ya que el coste de estos sería superior a la rentabilidad a corto plazo. (J.L.
ANTA, 1993).

El proceso de creación cerámica es dependiente de un método de trabajo y


unos materiales muy específicos, y muchas veces es el único conocido. En la
Península Ibérica hay una falta de innovación en el campo de la cerámica,
produciendo un estancamiento en los métodos de producción y en los
materiales. Las piezas cerámicas están adheridas a una cultura, no es una
cultura en sí misma, sino una parte de la misma, tienen un nivel meramente
funcional, un sentido preciso, adaptándose a las necesidades de cada persona
y situación. Los alfareros están delimitados, produciendo una continuidad en la

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estructura formal de las piezas que se realizan, plasmando un mundo cultural
permanente, en definitiva, están adscritos a una cultura determinada, por lo que
si se podruce algún cambio, será gracias a un cambio de la propia cultura, con
la incorporación de elementos o por procesos de aculturación. (J.L. ANTA,
1993).

La expansión romana por el sur de Europa supuso una aculturación social y


cultural muy importante, solamente superada por la aparición de los árabes, en
la Península Ibérica aparece una nueva revolución en el mundo de la cerámica,
introduciendo desde nuevas formas decorativas hasta la técnica del vidriado,
cambiando la forma de entender la propia cerámica. Muchas de las tradiciones
alfareras han perdurado desde hace siglos, sobreponiéndose a cualquier
proceso aculturador. (J.L. ANTA, 1993).

III.LAS JARRAS GROTESCAS

La cerámica grutesca o jarras grotescas están categorizadas dentro de la


cerámica popular de Andújar, donde veremos, a parte, otras producciones
como los pitos o silbatos muy relacionados con estos.

Esta cerámica popular, hunde sus raíces en la terra sigillata hispánica de hace
dos milenios. Así pues, Andújar cuenta con una gran tradición cerámica. Los
Villares de Andújar (Isturgi) fue uno de los más importantes centros de
elaboración alfarera en tiempo ibero y de los mayores productores de esa terra
sigillata hispánica durante el imperio romano según M. VIRIBAY (2009, 230).

M. VIRIBAY (2009, 231) nos dice que “éste origen y su larga y caudalosa
andadura, van adaptándose a las derivaciones caracteriológicas del lugar y
también a los aspectos dominantes de los materiales hasta alcanzar el siglo
XIX”. Siguiendo con este proceso histórico, hemos de mencionar brevemente la
herencia y el mestizaje que esta cerámica andujareña ha tenido hasta dar
como resultado las actuales jarras grotescas. Como dice M. VIRIBAY (2009,
231), “no debemos olvidar su herencia derivada de toda suerte de modelos y
procedimientos que deciden y afectan a la andadura de la cerámica iliturgitana
hasta nuestros días”.

M. VIRIBAY (2009, 231), apunta lo siguiente:

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En España, la cerámica acusa esta relación con oriente, estrechada con el Islam, y que
produce en Andalucía y Levante uno de los más brillantes momentos de este arte (el
cerámico) en la Península, concentrada con posterioridad en Sevilla. Sí: para Martín
Almagro, parece que fue Sevilla la heredera de Córdoba y donde se asentaron los más
antiguos alfares. Por consiguiente, Andújar no anda demasiado separada de este eje
de influencia cerámica.

Vemos un proceso en esta cerámica, transformada y moldeada a lo largo de


los siglos por esas influencias. Como dice E. GÓMEZ (1996, 190), “desde la
terra sigillata de color rojo, localizada en Iliturgi, pasando por la de tipo árabe,
en barro blanco extrafino, especial para conservar el agua fresca en verano, o
el vidriado del Siglo XVII y sucesivos, hasta llegar a una cerámica de uso
decorativo”. Así que, esta producción, que posteriormente pasa a denominarse
grotesca, ya se venía haciendo cientos de años antes del siglo XIX según A.
PALACIOS (2016, 105).

Es aquí, cuando después de toda esta etapa de evolución, llegamos a un


momento histórico que dará la forma definitiva a esta cerámica y comenzará
una nueva etapa de tradición alfarera en Andújar, como hemos señalado. Nos
referimos a la Batalla de Bailén (19 de Julio de 1808), momento decisivo
durante la Guerra de Independencia española, que supuso la primera derrota
histórica en campo abierto contra el ejército de napoleónico, la cual tuvo lugar
en las cercanías de la ciudad jienense de Bailen.

Tuvo como consecuencia el abandono de Madrid por parte del rey José I
Bonaparte. Fue un gran revés para el ejército francés, que puso en duda su
invencibilidad y, de hecho, hizo que el mismísimo Napoleón Bonaparte
retornase con un ejército nuevo y numeroso para consolidar su dominio y así lo
hizo, pero no por mucho tiempo. La historia, de sobra la sabemos.

¿Pero, por qué tuvo tanta influencia este hecho histórico en los alfares
andujareños? La ocupación napoleónica de la Península. La Guerra de
Independencia y la Constitución de las Cortes de Cádiz de 1812 que apuntaron
a la liquidación del Antiguo Régimen proclamando la soberanía nacional. Los
movimientos populares. La industrialización en el sureste español.

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Sin lugar a dudas, el siglo XIX en España estuvo lleno de convulsión, era el
siglo del cambio y de la revolución contra el absolutismo.

Hay que tener en cuenta que el ser humano se expresa, y expresa lo que vive,
es influenciado y puede influenciar a otros a través de sus actos visibles.
Obviamente, el arte es una manera de expresión, es una salida para todas las
emociones vividas. La batalla de Bailén tuvo un simbolismo. El ser humano
aborrece ser dominado contra su voluntad. La revolución Francesa de
Napoleón en España no era un dominio distinto. Esa batalla, después del inicio
de la Guerra de independencia el 2 de Mayo de 1808, demostró que los
ejércitos franceses no eran invencibles, como ya habíamos señalado.

En ese contexto, Andújar había sido saqueada y ocupada por las tropas
francesas. Está claro que los alfareros, ceramistas y artesanos andujareños,
plasmaron en sus obras la reacción y el sentir de aquel momento con detalles
decorativos muy representativos y simbólicos (de rechazo y abucheo contra el
dominio francés y la victoria española); y así se inmortalizó en una tradición
desde entonces. De ahí el término grotesco o grutesco, por la decoración
hecha esa intención contra los franceses, aunque ya el mismo nombre es un
descalificativo contra el bando perdedor.

Conocido pues, el origen de esta producción cerámica y su historia, pasamos a


hablar de temas esenciales, que serán: las características, los tipos de jarras
grotescas que se han producido tradicionalmente, sus ornamentos y símbolos,
y su uso que, conforman toda una tradición de muchos años.

Por tanto, este tipo de cerámica lleva produciéndose en Andújar cientos de


años, y que su decoración actual lleva haciéndose desde principios del Siglo
XIX, cuando se transformó.

La tradición de las jarras grotescas, tal y como las conocemos hoy, nació pues,
tras la Batalla de Bailén, “de cuyo espíritu popular parte su estética” según M.
VIRIBAY (2009, 231).

Son jarras “simplemente decorativas” según C. GONZÁLEZ (1977, 10), de formas


curvas y alargadas; su proceso de producción es el siguiente según M. VIRIBAY
(2009, 231): “por lo general, cocidas en bóvedas de cañón durante

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aproximadamente doce horas, tres de servicio o tiempla, y nueve de calda.
Luego se deja enfriar en el horno dos o tres días taponando la puerta del fuego
y las troneras exceptuando la central”.

Tenemos varias fuentes que nos hablan de las características de las jarras
grotescas.

En primer lugar, Consolación González hace mucho énfasis en su ornamento y


su simbolismo. Se los relaciona con los llamados silbatos o pitos, asociados a
un mismo contexto popular. Estos silbatos tenían entre varias formas, las de
garrochistas y picadores, soldados españoles que ganaron la Batalla de Bailén
contra los franceses. Pues bien, estas jarras están tan relacionadas con los
silbatos porque en ellas se representa en sentido caricaturesco y burlesco a los
soldados franceses y a Napoleón que perdieron la batalla” según C. GONZÁLEZ
(1977, 10).

En cuanto a los componentes y decoración C. GONZÁLEZ (1977, 10) dice lo


siguiente: “constan de varias piezas embutidas unas en otras y la última
termina en forma de torre con la figura de Napoleón rematándola. Estas jarras
son de barro esmaltado con decoración en azul o polícroma”. Conviene
recordar que la policromía se introduce en los alfares de Andújar a partir del
siglo XVIII.

Sin embargo, no es este el único tipo de jarra grotesca del que se tiene
constancia ya que, nuevamente C. GONZÁLEZ (1977, 10) nos dice que, en
excavaciones que se realizaron en Andújar han aparecido jarras grotescas,
“pero se diferencian de las actuales en que éstas más antiguas tienen como
remate un pajarillo. Mas tarde, tras la guerra de Independencia, se coloco en su
lugar a Napoleón”. La figura de Napoleón, al igual que los soldados que
decoran la jarra en la zona del cuello, está hecha a la barbotina.

En segundo lugar, M. VIRIBAY (2009, 231) hace hincapié en la policromía y otros


detalles: “ornamentada con colores azules, verdes y ocres (…) Andújar es un
centro de gran tradición en vidriados desde el siglo XV, y piezas de carácter
decorativo y caprichoso”. En cuanto a su decoración figurativa, nos hace

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referencia a las figuritas que se superponen en la jarra, que son creados “a
partir de pequeñas pellas de barro y siempre bañados para su terminación”.

En tercer y último lugar, A. PALACIOS (2016, 105) hace un análisis más


detallado sobre las figurillas de estas jarras y su significado, en relación con la
citada Batalla de Bailén. Y en ese sentido, vuelve a hacerse esa relación con
los pitos, ya que una de las formas principales de estos silbatos eran las figuras
de cerámica ecuestres de franceses. “Según la tradición, se fabricaron silbatos
de este tipo para abuchear al ejército francés derrotado en la batalla cuando se
dirigía a Andújar a firmar la capitulación, de ahí que la indumentaria del jinete
recuerde al uniforme de los soldados napoleónicos”. Del mismo modo las
llamadas jarras grotescas, se transformaron en el siglo XIX colocando en el
remate de la tapadera un soldado francés y, “también entre sus cuatro asas,
cuatro figurillas de soldados franceses con alas para reflejar su subida al cielo,
dada la gran mortandad entre los franceses”.

Ya dejando todo este punto terminado, es obligatorio mencionar a los alfareros


de Andújar. Hay que destacar nombres como Bartolomé Herrera Clemente y
Pedro Palenciano Ruíz. Herrera es probablemente, el primer ceramista
iliturgitano durante las tres primeras partes del siglo XX según M. VIRIBAY
(2009, 230). Estos, centran su trabajo acunados en una tradición de ceramistas
de grande tradición. De hecho, influidos por esa tradición de cerámica popular,
y con una concepción estética que supera lo meramente popular, encaran vías
de otra índole. Por otra parte, según M. VIRIBAY (2009, 229):

Andújar no solo es uno de los lugares de la provincia que mantiene formas y técnicas
de la cerámica popular de modo más integrado al recorrer de los días, sino que ha sido
también el lugar donde estas particularidades corrieron pegadas al costado de la
tradición y sostenidas hasta bien entrada la segunda mitad del pasado siglo,
precisamente cuando en otras partes de la geografía provincial se mantenía casi
agotada la herencia del pasado.

En tal sentido, “conviene recordar que cuando en 1966 se celebró en Madrid la


importante exposición de cerámica española, entre los 56 ceramistas
españoles presentes solo figura uno andaluz, y precisamente de Andújar”
según nos cuenta M. VIRIBAY (2009, 232). Por último, “no se puede olvidar a la

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familia Mezquita cuya centenaria profesionalidad deja piezas de magnifico
tratamiento con benéficos resultados en la aplicación de barnices”.

Es lógica, la arraigada tradición de la cerámica en Andújar, en la que no solo se


ha producido esta cerámica decoracional, sino también cerámica doméstica
entre otras.

Volviendo con las jarras, tenemos que volver a referirnos a los citados silbatos.
Según C. GONZÁLEZ (1977, 9):

Las personas encargadas de hacerlos eran mujeres y niños cuando aprenden a


trabajar el barro. Normalmente es debido a que ganan menos que los hombres o a que
están aprendiendo, y por lo tanto hacen piezas más sencillas y que luego se venden
más baratas, en cambio los hombres, se dedican a hacer piezas más rentables como lo
son las jarras grotescas.

Ya que los soldados y figuritas de las jarras fueron hechos a imagen de esos
silbatos con la misma temática, es de suponer que las mujeres tenían un papel
importante en su creación para, una vez producida la jarra, colocarla; eso sí, la
jarra en sí era producida por los hombres alfareros, según hemos visto.

Para terminar con los alfareros, según C. GONZÁLEZ (1977, 10) “hoy en día,
estas jarras se encuentran en la misma situación que los pitos, ya no solo se
hacen para venderlos en la romería, sino que los alfareros de Andújar las
elaboran durante todo el año”. A diferencia de los silbatos, las jarras se
fabricaban como objetos decorativos, ya que los otros se hacían como juguetes
para que los niños los hicieran sonar en la romería y tenerlos como recuerdo.

Terminamos nuestro apartado con la respuesta a esta pregunta, ¿donde se


han contextualizado estas jarras y pitos tan pintorescos del pueblo de Andújar?
Como ya hemos visto, estos objetos, es decir la cerámica en general, se
contextualizaba en las fiestas, ferias, etc., pero en este caso, en la romería de
la Virgen de la Cabeza, donde se vendían.

Es interesante detenernos en lo que nos comenta C. GONZÁLEZ (1977, 9) sobre


esto:

En todas estas fiestas, ferias y romerías tradicionales intervienen una serie de


elementos muy variados pero, que a la vez, se repiten con frecuencia, como por

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ejemplo bailes regionales, procesiones o instalaciones de puestos o tenderetes con un
variado surtido de cosas y objetos típicos de cada zona. (…) Era frecuente encontrar
numerosos puestos con cacharros de cerámica, que los mismos artesanos que los
realizaban iban de feria en feria exhibiendo su producción. Entre esos cacharros que,
antes, se vendían solo ese día, destacaban dos: las jarras grotescas y los silbatos de
Andújar.

Esta romería en específico no es la única, junto a las muchas otras ferias y


romerías de Andújar conforma una antigua tradición transformada con el
tiempo pero manteniendo sus raíces desde el siglo XIX. Era una tradición
popular religiosa, de las más famosas de Andalucía según F. FUENTES (2009,
368), dedicada a la citada Virgen que es la patrona de Andújar por la bula del
Papa San Pío X en 1909.

La romería iba hasta el Santuario de la Virgen de la Cabeza, en la que se


realizaban procesiones, y venían romeros y cofrades de toda España. Se
realiza tras la Semana Santa, siguiendo la tradición del dolor cristiano.

Pues bien, toda esta tradición cerámica, según M. VIRIBAY (2009, 231-232) ha
estado viva hasta fechas no lejanas.

Recordemos que gran parte de la información que hemos obtenido sobre las
jarras pertenece a la segunda mitad del siglo XX. Es el caso de lo que hemos
extraído de Consolación González, que data de 1977.

El museo de la Universidad autónoma posee varios ejemplares de estas jarras


de diferentes tamaños, del siglo XIX y anterior; y además, posee un buen
número de silbatos de Andújar. Obviamente, en Andújar, en los alfares se
conservan muchas de estas piezas únicas y pintorescas como muestra de una
tradición que forma la identidad de este pueblo.

IV.TESTIMONIOS

Entrevista al ceramista Pedro José López Cárdenas.

La entrevista empieza con una presentación y se le expone a Pedro que de que


va el trabajo y se le agradece primeramente que acceda a esta entrevista. Una
vez preparados en su taller, se le pide que se relaje, ya que está un poco
nervioso y se empieza con la entrevista.

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Pedro: La cerámica de Andújar, que tiene siglos de antigüedad, pues no es
cerámica grotesca o grutesca, como dice la gente, porque realmente la
cerámica cuando se empieza motivos grotescos, que de ahí viene esa palabra,
según la parte que yo conozco. Ya que unos dicen unas cosas y otros dicen
otras, y como no hay documentación que acredite eso, la cerámica grotesca se
empieza hacer cuando en Bailén se pierde por parte de los franceses la batalla,
que se produce allí en las Navas, y entonces los ceramistas y alfareros de
Andújar empiezan a ridiculizar a los soldados franceses, en plan grotesco.
¿Cómo? Pues montándolo en caballitos, que ha sido una figura autóctona de
Andújar, como en otros sitios, porque el pito, ya que el caballo no es un
juguete, sino que es un pito, pues está extendido por el Mediterráneo y zona de
Valencia. Si tú te vas a cualquier sitio y vas a encontrar piticos nuestros, pero
no iguales, ya que en Andújar la forma es más particular, pero aparece en toda
la cerámica popular española. Entonces eso de grotesca es porque una de las
jarras, que se compone de todas las piezas que tú quieras ponerle, la que
menos lleva, lleva 3, que es la base, la jarra y una tapa, y desde ahí puedes
desarrollar lo que tú quieres. Y es grotesca porque a esa jarra le incorpora esos
soldados a los laterales, digamos en el centro de las asas, y entonces les
ponen el soldado con unas alas y una falda ridiculizando, y los sombreros les
ponía los típico, los oficiales, los que utilizaban la milicia francesa, por eso se
llama grotesca, o por eso entiendo yo que se llama grotesca. Otros mantienen
la idea que es grutesca, pero no sabría explicarte, como no comparto esa
teoría, no me ha interesado averiguar de dónde viene.

Samuel: Unas de las siguientes preguntas seria, ¿Qué entiendes tú por


tradición? En aspecto general, y ya si podrías especificarme, en aspecto de la
cerámica.

Pedro: La tradición en cualquier sitio es las costumbres antiguas que se


mantienen, tanto buenas como malas, no es tradicional una cosa que llevas
haciendo 10, 12 o 15 años. Es tradicional algo que se hace muchos años atrás.
En la cerámica concretamente, en Andújar ya darte cuenta, que desde tiempos
íberos, en la parte donde está supuestamente Isturgi, pues hay restos de
cerámica fabricada en esta zona. La tradición de Andújar es la cerámica que se
utiliza para uso doméstico en un principio, la jarra de agua, los cántaros, la jarra

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grotesca, que en verdad es un filtro que se utilizaba, de ahí que tenga tantas
partes, tú echabas el agua en una de las jarras, se iba filtrando. La cerámica es
una cochura, esto es el barro sin esmaltar con ese brillo blanco, o de colores
que se le da, lo que es el barro amarillo, que es barro típico de Andújar y del
color que sale cuando se hace en horno de leña. En tiempos para acá, la
cerámica se ha ido adaptando a los tiempos que corría, ¿qué paso? Que un
momento determinado, la cerámica deja de tener ese uso doméstico, porque ya
empiezan a inventarse los frigoríficos, por ejemplo, entonces para qué coño
quiero yo cerámica, cuando voy al frigorífico y tengo mi agua fresquita y más
fría, por eso la cerámica deja de tener la importancia que tiene. Ya a partir de
ahí empiezan los plásticos y todas esas cosas. Entonces, ¿qué ocurre? Pues
que se empieza, aunque se hacía de antes, pero ya fundamentalmente la
cerámica de Andújar desde el siglo XIX para acá, aunque hay muchas piezas
mucho más antiguas que están decoradas, ya está destinada a uso decorativo.
En Andújar hay una supuesta tradición falsa que es que la cerámica de Andújar
siempre ha sido blanca y azul, unos fondos blancos claros pálidos, decoradas
con volutas, o florecillas o, en fin, el motivo que se quiera, pero en tonos
azules, que es el azul cobalto. Eso no es del todo correcto, puesto que, a la
muestra un botón, hay muchas piezas de cerámica de Andújar muy antiguas y
de mucho valor, que te las puedes encontrar en el museo de Sorolla, te las
puedes encontrar en el museo de costumbres íberas, ahora mismo no recuerdo
el nombre. Y entonces lleva más colores, no muchos, lleva los colores de las
tierras que se llaman, que es el albero, es el ocre, el azul cobalto, un verde
oscuro, y un carmín, un rojo muy oscuro, muy mate, por así decirlo, que es lo
que yo intento recuperar aquí, lo que es ese tipo de decoración, que deja un
poco atrás los colores actuales, porque antes no había nada más que esos
colores, y ahora con los medios químicos que hay y los adelantos, tienes toda
la gama de colores que tú quieras, te la puede hacer ahora, pero antiguamente
nada. Entonces la tradición de Andújar se fundamenta en la alfarería y que las
figuras, casi siempre o siempre, estaban decoradas por mujeres, de hecho la
sutileza de muchas piezas de Andújar, se nota el trazo de una mujer, hay muy
pocos hombres que se hayan dedicado a decorar piezas de cerámica en
Andújar, hay un abismo muy grande.

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Samuel: Entonces, ¿pones de relevancia el papel de la mujer sobre la cerámica
de Andújar?

Pedro: Es muy importante el hombre trabajaba el torno, el hombre era tornero,


en esos tiempos el hombre era el hombre de la casa, el que trabajaba, y la
mujer se dedicaba, pues a sus labores de su casa y pues también o bien la
mujer o la hija o incluso empleadas en muchos casos en tiempos buenos, pues
se dedicaban a hacer los labores de decoración, que ya te digo que yo solo he
conocido de los antiguos solo he conocido a un hombre, que se dedicaba a
hacer y a decorar las piezas que le pintó mucho a unos de los alfareros, más
afamados, que su fama se debía fundamentalmente a que fue la última
alfarería, por así decirlo, costumbrista de Andújar. Como te puedes encontrar
esta, que era una casa que tenía su fondo y su horno de leña y tal, que era
Pedro Castillo y decoraba su hija, y le decoró la última a Pepe Ramírez, que
era la persona que te estaba refiriendo antes, que era un señor que falleció
hace 4 o 5 años y vivía, de hecho su calle se llama Alfarero José Ramírez, que
más que alfarero se dedicaba a hacer miniaturas, cacharricos chiquitillos y a
decorar piezas.

Samuel: Otra de las preguntas sería si crees que esa tradición, en este caso,
este tipo de cerámica, la grotesca, se sigue manteniendo en Andújar o crees
que se está perdiendo a favor....

Pedro: Se está perdiendo a favor de los chinos.

Samuel: ¿Tú crees que la gente sabe que existe este tipo de pieza y que
reconoce que es de aquí y sabe cuál es su historia?

Pedro: La gente reconoce mucho más, hombre en Andújar se conoce, sobre


todo por la gente mayor, pero fuera de Andújar se reconoce mucho más que en
la propia Andújar. Tú hablas de cerámica de Andújar con cualquiera que
entienda o que entienda el mundo de la cerámica y como poco le suena. Tú
date cuenta que enclave que tenía y que tiene Andújar es muy importante.
Ahora no porque la autovía pasa de largo, pero antes en la inmensa mayoría
de los pueblos, que la carretera general te atravesaba el pueblo, con lo cual
eso tenía un paso de gente que no veas, entonces hay cerámica de Andújar

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repartida por todo el mundo, y ya no solo la alfarería, porque si también
hablamos del ceramista, el pintor ceramista, aquí han habido muchos
maestros, hablo de ceramistas que hacen murales, como por ejemplo
Bartolomé Herrera, que fue uno de los grandes ceramistas que hubo, Jiménez,
que también fue un gran ceramista, Alfredo Matia, que le llamaban el chino, lo
llamaban así porque tenía unos rasgos muy asiáticos, incluso algunos dicen
que era de por ahí, que era realmente asiático, y por supuesto Palenciano, que
en verdad de los antiguos el que queda y aún sigue trabajando. Ahora, pues
están los Mezquita, que hacen muchos murales, está Navarro, que hace mucho
murales también, y quien más te digo, bueno y yo que también hago murales.
Yo en verdad lo toco aquí todo, lo que sí es verdad, a diferencia de otros
talleres o de otras alfarerías, o como quererlo llamarlo, que yo lo empiezo y yo
lo acabo, yo empiezo la pieza, tanto en el torno o figuras como caballitos, o
murales, yo lo empiezo y yo lo acabo, no interviene nadie más de momento, a
lo mejor llega el día que tenga que emplear a alguien, cosa que sería de buena
señal.

Samuel: Siguiendo con respecto a la misma pregunta, ¿crees que los jóvenes o
las nuevas generaciones se interesa por el trabajo artesanal o el trabajo de la
cerámica?

Pedro: No, porque le tienen la cabeza absorbida el reggaetón, como les tiene la
cabeza el reggaetón y solo están con el perreo ese, pues le importa un carajo
la cerámica, pero le importa un carajo la cerámica y le importa un carajo
cualquier cosa. Vamos a ver, hay una etapa en la vida que a uno le da igual
todo, porque no está pendiente en absoluto de esas cosas. Aquí en Andújar lo
que ha pasado durante mucho tiempo, pues al desaparecer, tú date cuenta que
aquí había alrededor de las treinta y tantas alfarerías en los años 60, y antes
mucho más. Mi maestro, que es un alfarero que se llama Vicente Romero, que
le conocen todos como Piñero, pues me cuenta que en cada calle había una
alfarería, había un hombre trabajando el torno y qué ocurre, que al desaparecer
del entorno cotidiano este mundo, pues ancha es Castilla. El problema que ha
habido durante muchos años, pero vamos que yo no vengo aquí a arreglar el
mundo, porque yo esto me viene de vocación y hay muchos maestros
ceramistas y empresarios que llevan toda su vida sobreviviendo a la cerámica o

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sobreviviendo con la cerámica, que para mantener una empresa de muchas
envergadura pues tiene unos gastos tremendos y necesita una maquinaria muy
grande y necesita mucha gente trabajando para que eso funcione, pero a tener
ahora, yo me he dado cuenta, que en Andújar, y viene mucha gente y me lo
dice:

"Hombre que es que aquí hace falta que dentro de lo que es la localidad, pues
existiera un sitio donde puedas ir a echar mano, en un momento determinado, y
pues mira me gustaría regalar una cosa, voy a ir a comprarlo ahí, y no que
tienes que coger el coche y salir a la autovía, que es mas laberinto, sobre todo
para la gente mayor".

Aquí viene mucha gente mayor y me refieren ese tema. Entonces si tú dejas de
darle, es como por ejemplo ahora dices, bueno yo ahora no veo leche pues no
compro leche, pues compro otra cosa. Ahora si voy a otra tienda y me
encuentro que vende leche pues la compra, si me la quitan, la dejo de comprar,
o si tengo que ir al quinto carajo a por un litro de leche pues al final me lo
tomare de higos a brevas y solo cuando pase por allí, es así, no tiene más
historia. Y los chavales, bueno no sé qué decirte más sobre eso. Hay una edad
en la que no está pendiente de estas cosas, yo por ejemplo, fíjate si yo podría
desde siempre que yo soy aficionado de la cerámica haber dicho, bueno pues
me dedico a esto y en un momento determinado, y haber dicho siendo más
joven dedicarme, porque yo llevo poco tiempo en esto, pero bueno son etapas,
y con el tiempo cuando te haces más mayor y más viejo, pues vas apreciando
otras cosas o se te olvidan otras de menos importancia y le vas dando
importancia a otras, no tiene más. Yo espero que con el tiempo retomemos
esa, digamos, que por lo menos no se pierda la tradición de la cerámica que
tiene Andújar.

Samuel: Entonces, esto ya es de respuesta personal, si no quieres responder


no pasa nada. ¿Piensas que las autoridades, sobre todo ayuntamiento y
alcalde, del tipo que sea, del partido que sea, no se preocupa tanto por la
tradición, sino que se preocupa más por otras cosas que por lo que
verdaderamente ha sido el pueblo?

Pedro: Pues mira...

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Samuel: A esto me refiero, si piensas que el ayuntamiento se ha preocupado
más de otras cosas, como por ejemplo puede ser una romería.

Pedro: Vamos a ver, en Andújar siempre ha habido una escuela de cerámica,


siempre, que en etapas ha funcionado bien y en otras etapas no ha funcionado
tan bien, de hecho sigue habiéndola, lo que ocurre es que no se le da la
importancia que debe, porque solo van 4 señoras o señores que no tienen
nada que hacer y que están jubilados y van porque no tienen nada que hacer.
Pero no hay una escuela donde digas vamos a formar a una serie de jóvenes
que quieran dedicarse a esto. Tú esto no lo aprendes en bellas artes,
aprenderás otras cosas, con mayor dificultad, pero nadie te enseña a levantar
el torno, te puede enseñar a levantar una pieza o a centrar el barro y pare
usted con dios, luego te peleas tú con el torno. Entonces eso te lo enseña un
alfarero viejo, que se las sabe todas y que le gusta enseñar y que quiera
enseñar, porque en este sector, como muchos otros, pero en este se nota
bastante, es que hay mucho secretismo. Aquí está todo inventado ya, hoy en
día levantas la mano y por internet hay un tío de Valencia que te lo enseña
todo, hay otro que es portugués, que el tío es una maquina en el torno, hay otro
que se hace la cuerda seca en Sevilla, que es maravilloso, y hay otro, no sé
dónde decirte, hoy en día tenemos todo en la mano, para unas cosas es bueno
y por otro malo. Y que el ayuntamiento se preocupe por eso, yo que sé, el tema
político no lo comprendo, porque todo funciona... Yo no digo que funcionen las
cosas, pero se preocupan de cuatro años en cuatro años, ya que de cuatro
años que se puede tirar un partido, el que sea, pues se ocupa año y medio. El
primer año se lo tira en blanco, los dos del medio son los que más o menos
hacen algo y el último es que se tiran a tope haciendo cosas, para que le sigan
votando al año siguiente, y creo que escuchan poco, por lo menos a mí no me
escuchan. Le planteas una cosa y les dices tío, esto que estáis haciendo aquí
es una mierda y no me escuchan ya que no les interesa.

Samuel: Ya para finalizar esta entrevista, darte las gracias por acceder, ya que
tu punto de vista desde la artesanía viene muy bien para este tipo de trabajos,
ya que eres artesano. Agradecerte mucho el abrirnos tu casa para que nos
pongas de primera mano cuál es tu trabajo y que es lo que entiendes tú en este
tipo de trabajo.

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V.ANEXOS

Jarra Grotesca tradicional con remate de pajarillo y soldadillo francés.

Vista de los soldadillos franceses en las asas y remate de Napoleón.

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La casa del Alfarero, vista de jarra antes del proceso de pintura y barniz.

Jarra Grotesca de barro autóctono de Andújar, vista de la diferencia de color


más amarillento.

Silbatos o Pitos, vista de la relación temática.

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VI.CONCLUSIONES

La cerámica siempre ha tenido un carácter muy marcado, según la época y la


zona, se puede apreciar una evolución constante, sin dejar atrás ciertos
elementos básicos y característicos, la llegada de ciertos avances tecnológicos
no logra cambiar por completo una forma de producción tradicional, se aplican
mejoras, pero manteniendo ciertos valores imperecederos, llegando a formar
identidades fácilmente reconocibles por los demás. La cerámica es una
característica muy típica de cada pueblo y cultura, pudiendo hacer fácilmente
diferencias entre ellos solo con analizarlas, la tradición forma parte de la propia
identidad de cada cultura y pueblo, evolucionando a la par y plasmando esos
cambios en las propias piezas. Actualmente han desaparecido muchos centros
alfareros, pero aún se conservan ciertos núcleos que siguen usando la tradición
como modelo de producción.

Seguidamente, desde el punto de vista del alfarero entrevistado, nos da a


entender que la cerámica debe evolucionar y no debe estancarse. Él pone de
manifiesto que en ciertos puntos se debe mantener la tradición, como puede
ser la artesanía de hacer los pitos a mano, o de que cada pieza sea única.
Fuera de la entrevista, el, insiste que el mayor problema es la aparición de los
moldes y la utilización de estos por parte de ciertos ceramistas en Andújar, este
problema acarrea que se pierda esa manufactura y una de las finalidades de la
cerámica que es que cada pieza sea única. Dentro de su taller, pudimos ver
que la innovación que hace sobre los pitos y sobre las jarras grotescas, es la
inclusión de nuevos elementos, como puede ser un pito de Darth Vader o una
jarra grotesca con motivos navideños. Así mismo, el alfarero y ceramista
intenta mantener la tradición con la pervivencia de los colores antiguos, como
el ocre o el color tierra.

Sin duda, vemos una otredad, algo diferente a nuestras costumbres en este
pueblo. Eso conforma en Andújar una identidad, al igual que en nosotros
nuestros respectivos valores y costumbres. Esa tradición tan visible, nacida de
un acto histórico contra la opresión, sobrevive hasta hoy y nos habla de cómo
el ser humano moldea y es moldeado en un contexto determinado.

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VII.REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ALCÁNTARA GÓMEZ, Jacinto (2012), “La cerámica en España”, Biblioteca virtual


Miguel de Cervantes. Academia: Anales y boletín de la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando, 22, pp. 5-23.

ANTA FELEZ, José Luis (1993), “Cerámica tradicional: contexto e inmovilidad


tipológica”, Folklore, 149, pp. 162-169.

FUENTES CAMOCHO, Francisco (2009), “La popular tradición religiosa de la


romería de nuestra señora de la cabeza en la época contemporánea”, en
CHAMOCHO CANTUDO, Miguel Ángel (Coord.), Historia de Andújar Volumen II:
arquitectura, escultura, pintura, costumbres y tradiciones populares, literatura,
poesía y música. 2009, Ayuntamiento de Andújar, pp. 307-366.

GÓMEZ MARTÍNEZ, Enrique (1996), “«El pito». Instrumento musical popular en la


Romería de la Virgen de la Cabeza. Andújar (Jaén)”, Música oral del sur,
revista internacional, 2, pp. 187-192.

GONZÁLEZ CASARRUBIOS, Consolación (1977), “La cerámica de las fiestas”,


Narria: Estudios de artes y costumbres populares, 8, pp.9-12.

PALACIOS CASTRO, Alejandro (2016), “Reseñas de libros”, Boletín de literatura


oral, 6, pp. 101-113.

Por Solea, “La cerámica popular española, artesanía con historia” (2014),
<http://porsolea.com/tag/ceramica/>

VIRIBAY, Miguel (2009), “La escultura y la pintura en Andújar (Siglo XX)”, en


CHAMOCHO CANTUDO, Miguel Ángel (Coord.), Historia de Andújar Volumen II:
arquitectura, escultura, pintura, costumbres y tradiciones populares, literatura,
poesía y música. 2009, Ayuntamiento de Andújar, pp. 205-232.

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