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EN LAS MANOS DEL ALFARERO

LECTURA BIBLICA: Jeremías 18; 6

INTRODUCCIÓN
En el capítulo 18 de Jeremías el Señor le habla al profeta y le manda que visite la casa
del alfarero, porque allí él le iba a mostrar al profeta su palabra, existía una condición en
el pueblo de Dios en ese momento, Judá se había corrompido, entonces Jeremías visita
la casa del alfarero a petición de Dios, pero observando el al Alfarero se da cuenta que de
vez en cuando rechaza alguna vasija de Barro debido a su pobre calidad.

¿Y porque ocurre esto? Lo que sucede es que lo que el alfarero hace depende de la
calidad del barro, lo que hace Dios con nosotros depende de la forma en que nosotros
respondemos al llamado de el en nuestras vidas, lo que Dios hace en nuestras vidas
depende de cuan dispuesto nosotros estamos de ser moldeados por él.

El barro hermanos puede frustrar las intenciones del alfarero y obligarlo a rehacer la
vasija, lo mismo que la calidad del barro limita lo que el alfarero puede hacer, según sea
la disposición nuestra, de dejarnos moldear y cambiar para dejar que Dios deposite en
nosotros el producto que el necesita. Dios necesita poner dentro de nuestra vasija su
revelación, y así mismo será la obra que él pueda hacer en nosotros y se hará en
nosotros el producto deseado por Dios.

Isaías 64:8 "Ahora pues, Jehová, Tu eres nuestro padre, nosotros barro, Y tú el que nos
formaste, así que obra de tus manos Somos todos nosotros."

Ahora la pregunta que debo hacerme es, ¿Que quiere depositar Dios en mi tan importante
que tenga yo Que dejarme moldear por el?, ¿Me he caído de las manos de mi alfarero y
se ha dañado la vasija perfecta que había creado?

Es triste pensar que esto puede resultar muy real, cuando en nuestra hermandad y a
nuestro alrededor vemos reflejado mucho desamor los unos por los otros, cuando vemos
a amigos y hermanos envueltos en problemas y nos resulta más fácil levantar nuestro
dedo para juzgar, pero no levantamos nuestras manos para ayudar.

Hermanos hoy son otros los que sufren, cometen erros, lloran, toman malas decisiones y
se lamentan por las consecuencias de las mismas. Pero quien te asegura que mañana no
seamos nosotros, no seas tu?

El barro para terminar en una pieza fina y hermosa que sea útil en una labor específica,
necesita someterse en las manos del alfarero para que sea él quien dé el acabado final de
una obra perfecta.

1 pedro 5:6 El barro es: (Polvo y Agua), eso somos nosotros, tenemos que someternos
ante el Señor, si no nos humillamos ante la presencia del Alfarero divino, estas vasijas
serán desechadas, pues no sirven para la finalidad y el propósito para el cual fueron
creadas.

Una vez que nos sometemos al alfarero comenzamos a entender las circunstancias de la
vida. Uno de los instrumentos del alfarero es la rueda donde él le da forma al Barro, hasta
darle la figura que él le quiere dar, el alfarero hace girar la rueda con rapidez y es el único
que controla su velocidad, le da más o menos según el crea que necesita.

Nuestras vidas amados como creyente no la controla la suerte, ni la casualidad, Dios la


controla el arregla las circunstancias de la vida para que nos moldeen......hay personas
que dicen porque estoy pasando esto pero esas circunstancias son las que van a moldear
ese carácter y hacer la persona que él quiere que sea................

Las Circunstancias son el Horno del Barro.


Jeremías no menciona el horno del alfarero, pero tenía que estar allí, ninguna vasija sirve
para algo mientras no haya atravesado el horno. El calor le da al barro fuerza y belleza, e
incrementa su utilidad y valor, la vida amado es necesario que pases por el hornos.

-Job, atravesó el horno del dolor, él dijo: "Mas el conoce mi camino, me probara y saldré
como el oro"

-Los tres jóvenes hebreos fueron arrojados en el horno y descubrieron que el alfarero
estaba allí en el fuego con ellos... -Dios sabe exactamente cuánto calentar el horno, sabe
exactamente cuántas pruebas podemos soportar

CONCLUSIÓN

Dios quiere que seamos instrumentos útiles, una vasija no produce nada, solo recibe,
contiene y da, recibimos sus Bendiciones y las damos a otros.

Todo lo que Dios pide es que estemos a su disposición, que seamos limpios y estemos
vacíos de nosotros para que el nos pueda llenar de su poder, y revelación.

Que el Señor nos ayude amados a ser vasijas de honor, apropiadas para el uso del
maestro, si usted no se deja moldear por Dios, tendrá perdida en su vida y nunca llegara a
ser lo que el se a determinado, pero si se deja moldear usted será la vasija que el ha
sonado donde el depositara todo el peso de su revelación y tu serás el hombre y la mujer
de revelación que Dios quiere que seas.
Si mi pueblo orara
Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su
mujer. GÉNESIS 25: 21
Rebeca, la esposa de Isaac, era estéril, mal que en aquel tiempo era una afrenta y se consideraba
una maldición. En la cultura en que vivían, no tener hijos se consideraba una desgracia muy
grande. Para las mujeres no había prueba más grande que esa. Ante los ojos de los demás, era
como si Dios hubiera abandonado a la pareja y pronunciado una maldición sobre la mujer.
Pero Dios transforma todos los dolores y fracasos en victorias. Dios escuchó la oración de Isaac y
Rebeca. Esa fue la señal de las bendiciones sin fin que Dios les tenía preparadas. Tal vez también
tú tienes un dolor en su corazón. Quizá estás pasando por el valle de lágrimas. Y hasta es posible
que estés pasando el valle de sombra de muerte. ¿Cuál es el motivo de tu oración? ¿Has orado
mucho tiempo sin una sola respuesta? Acuérdate de Isaac. No sabemos cuánto tiempo oró sin
recibir ninguna respuesta. Lo más probable es que haya ocurrido en tu vida lo que siempre produce
la oración en la vida del cristiano: una serena confianza y una entrega total de todo su ser al que
tenía la soberanía en su vida. Aunque la respuesta a la oración de Isaac no llegaba, Dios disfrutaba
del compañerismo de su siervo. Cada oración de Isaac era un encuentro con Dios. Hasta que su
vida misma se convirtió en una oración.
Aunque el Todopoderoso no está obligado a contestar nuestras oraciones, las contesta. Él no le
rinde cuentas a nadie, pero nos atiende por el amor que nos tiene. Curiosamente, tal vez la oración
no contestada sea la única forma en que Dios puede satisfacer su anhelo de compañerismo con
sus hijos. Si les diera todo lo que quieren o piden, ya no vendrían a encontrarse con él. ¿Cuándo
fue la última vez que oraste fervientemente? ¿Con cuánta frecuencia oras? ¿Qué está haciendo
Dios en tu vida para invitarte a orar?
Cuando no conseguimos todo lo que queremos nos convertimos en personas más humildes.
Cuando recibimos todo lo que queremos, desarrollamos una actitud que convierte a Dios en parte
adicional y no esencial de nuestra vida. Seguramente Isaac llegó a confiar en que Dios haría lo
mejor para él y para su esposa. Dios quiere que sus hijos tengan hoy esa misma actitud.
Que tu oración hoy sea: «Señor, ayúdame a reconocer que tú estás guiando mi vida».

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