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MARYI VERGEL
Nota de Aceptación
Jurado científico
Jurado metodológico
Índice
Introducción__________________________________________________________6
Conclusiones_________________________________________________________40
Referencias__________________________________________________________44
iv
Lista de Tablas
Lista de Figuras
Figura 1: línea de tiempo con los marcos legales que reglamentan la extinción de
dominio en Colombia
______________________________________________________________ 7
Introducción
propiedad de algún bien puede ejercer dentro del uso de sus facultades todas las acciones
necesarias que requiera y, el Estado, por medio de sus instituciones judiciales debe
peligro o pueda sufrir algún perjuicio. Adicional a los deberes que tiene el Estado con el
bienes, así como su uso y no satisfacción de intereses generales, por medio de figuras como
la extinción de dominio; esta medida es considerada por autores como Santaella (2010)
bienes muebles o inmuebles, que puedan ser valorados económicamente, sean estos tangibles
o intangibles, al ser producto de una actividad ilícita; aquella que se vincula con un acto
tipificado como delictivo, es decir, toda actividad que “… el legislador considere susceptible
de aplicación de extinción de dominio por deteriorar la moral social.” (Ley 1708, 2014,
La extinción de dominio en el país ha contado con un conjunto de marcos legales que han
variado con el paso de los años, los cuales han establecido los procesos, etapas procesales,
recursos, así como las causales para que esta proceda. En la Figura 1 que se presenta a
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continuación, se muestra una línea de tiempo en la cual se evidencian los marcos legales más
Figura 1: línea de tiempo con los marcos legales que reglamentan o han reglamentado la extinción de dominio
en Colombia.
de las páginas se va a analizar el marco legal de la Ley 1708 de 2014, con un enfoque en las
once causales que estipula el artículo 16 para proceder con la extinción del derecho de
cotejándose esta disposición legal con el marco constitucional en el cual el artículo 34 solo
establece tres causales para proceder con la medida privativa del derecho de propiedad.
consagrado en el artículo 34 superior, al estipularse a nivel legal once causales para que
El problema jurídico se fundamenta en que las leyes 333 de 1996 y 793 de 2002,
estipulaban en su artículo segundo una serie de causales para que procediera la extinción de
2. Perjuicio del Tesoro Público que provenga de los delitos de peculado, interés
3. Grave deterioro de la moral social. Para los fines de esta norma, se entiende que son
hechos que deterioran la moral social, los delitos contemplados en el Estatuto Nacional
de activos, los delitos contra el orden económico social, delitos contra los recursos
la ilicitud del origen de los bienes en los eventos consagrados en los incisos 2o. y 3o.
del artículo 7o., de esta Ley, y en el Código de Procedimiento Penal. (Ley 333, 1996,
articulo 2).
Las anteriores causales son consecuentes con las causales taxativas que contiene el
artículo 34 de la Constitución Política, estás tal y como resalta Solano (2004) son en su
orden, (i) enriquecimiento ilícito; (ii) perjuicio del Tesoro público; (iii) deterioro de la moral
social.
las causales contenidas eran acordes a las causales taxativas del artículo 34 de la
exequibilidad de las cinco causales expuestas, considerando que tienen pleno soporte en el
artículo 34 de la Constitución. Vale la pena señalar que respecto a la tercera causal, la Corte
señala que “… si bien esta causal no resulta contraria a la Constitución y por ello se
declarará exequible, es preciso atender la protección a los terceros que demuestren una
Posteriormente la Ley 1708 de 2014 dispuso de once causales frente a las que es
procedente la extinción de dominio, frente a estas causales según Trilleras (2019) “…no ha
pero es posible que al ser muchas las causales para que proceda a nivel legal la extinción de
dominio, se podría desbordar las tres causales taxativas que dispuso la constitución en su
artículo 34.
general se busca:
Por otro lado, los tres objetivos específicos son los siguientes:
1. Revisar los marcos legales que han configurado la extinción de dominio como
forma verificar una situación concreta que parte del problema de investigación. El desarrollo
del trabajo se hará mediante el análisis de documentos jurídicos, entre los que priman actas
se suman las leyes que han desarrollado la extinción de dominio y el material jurisprudencial
que ha regulado su aplicación, donde se sentaran cimientos que permitirán el análisis del
constitucionalidad.
La estructura del documento consta de tres capítulos que darán paso a las respectivas
legal de esta.
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preexistentes, por ejemplo, el Código Civil prescribe “La obligación de dar contiene la de
hasta la entrega, so pena de pagar los perjuicios” (Código Civil, artículo 1605).
Respecto a esta figura, Restrepo (2001) considera que los desafíos que se presentan en el
Estado contemporáneo relacionados con las limitaciones al crecimiento del sector público y
de las demandas de los ciudadanos, grupos empresariales e industriales que exigen un sector
público más eficiente (poniendo en tela de juicio las estructuras administrativas y el servicio
civil); ha derivado en un replanteamiento del papel que le compete cumplir y, por tanto, del
régimen jurídico correlativo, máxime si se tiene en cuenta que los problemas que enfrentan
La respuesta adecuada y oportuna del Estado a estos retos no ha sido la más apropiada,
teniendo en cuenta una serie de factores negativos en la administración pública entre las que
funcionarios del servicio civil (dando como resultado un alto nivel de inestabilidad de la
otras.
modificación del régimen aplicable a tales actividades y a los sujetos, públicos y privados,
que las llevan a cabo, sino que ha motivado una revisión de paradigmas tradicionales del
habían considerado como propias del Estado, los conceptos clásicos del derecho
administrativo consolidados dentro del modelo de intervencionismo estatal, han sido objeto
logro de los cometidos estatales “…sin necesidad de un régimen especial que contenga
intensidad, según los modelos específicos adoptados- con principios y reglas del
La sustitución de fórmulas clásicas del derecho público para dar paso a la aplicación de
los contenidos normativos propios del derecho privado, tiene una justificación más concreta
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en el propósito de equilibrar las posiciones desde las cuales actúan y se interrelacionan los
particulares y los agentes estatales, así como en la intensión igualmente importante de hacer
Para el caso del país, este aspecto no ha sido ajeno, por lo cual el Estado colombiano ha
debido enfrentarse a situaciones complejas que demandan no solo soluciones normativas que
administrativo, pues requieren de una mezcla de objetivos. Estos objetivos van desde el
competencia. Un último tema, que cada vez toma mayor protagonismo y que va en la misma
por medio del uso de nuevas tecnologías e instrumentos de gestión que mejore el dialogo
droga, fenómeno que se ha configurado como uno de los más complejos y de mayor impacto
negativo que ha tenido que enfrentar Colombia en sus últimas décadas. Cuyas
tráfico y el consumo de la misma. Entre los efectos negativos que encuentran autores como
Tobar (2014) resalta el enriquecimiento ilícito, al igual que la pobreza y violencia que viene
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con este.
normas jurídicas, cuyo contenido atañe a la represión de las actividades relacionadas con la
afectación de los beneficios patrimoniales derivados de las mismas, las cuales se inscriben
de la oferta, implica que mientras ella persista, el Estado continuará con la obligación legal
de administrar bienes incautados, de manera que para cumplir cabalmente con el propósito
signifique una mayor carga presupuestal para el erario, se hace necesario un afinamiento de
su régimen jurídico.
Ahora bien, Santaella (2010) ha expresado que la acción de extinción de dominio es una
de las más severas formas de intervención estatal, señalando que si bien el artículo 34
derechos adquiridos mediante enriquecimiento ilícito, en perjuicio del tesoro público o con
grave deterioro de la moral social; con el ánimo de preservar una figura arraigada en la
también a los derechos de propiedad ejercidos en contravía de los deberes impuestos por la
función social que le es inherente. En cualquiera de los dos casos, ha considerado al Estado
manos públicas.
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inequitativo y discriminatorio, lo que implica desde el panorama legal que la extinción del
dominio ha incumplido con la función social del derecho, en el cual contrasta el trato
de determinados delitos (artículo 2.3 Ley 793 de 2002), con el precario y nada garantista
régimen de extinción del dominio por vía administrativa aplicable a los propietarios
agrícolas (Capítulo XI de la Ley 160 de 1994) o mineros (artículo 29 del Código de Minas)
que han infringido los deberes impuestos por la función social de su derecho.
Tan acentuadas y significativas son, por ejemplo, las diferencias de trato entre los
primeros y los segundos, que antes que señalar las protuberantes violaciones por el régimen
función social (sin contar, desde luego, con el flagrante desconocimiento de la reserva de
relieve el manifiesto agravio comparativo y a todas luces el inequitativo resultado que arroja
incertidumbre jurídica en torno a esta peculiar forma de intervenir sobre la propiedad que no
sólo pulveriza garantías esenciales del derecho, sino que además atenta gravemente contra
Derecho.
Por su parte, Pardo (2013) ha dicho que la extinción de dominio tiene aspectos
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fundamentales atinentes a su origen señalando, que corresponde a una figura sui generis
1991 y en legislaciones posteriores (Ley 333 de 1996, Decreto 1975 de 2002 y Ley 793 de
2002), con el propósito de combatir las estructuras de la delincuencia organizada que con su
permite atacar el armazón financiero de aquellas (pues se persiguen los bienes y recursos de
capital de origen o con destinación ilícitas, por lo que procede la extinción de dominio sobre
previo a dar paso al segundo capítulo del trabajo. En primer lugar y tal como resalta Tafur
reglas que son originarias del derecho privado, que buscan garantizar los cometidos estatales
al poder público. Evidencia de lo anterior es la lucha del Estado colombiano contra las
drogas, ya que para afrontar esta problemática se han vinculado aspectos inherentes al
derecho administrativo con otros relacionados con el derecho penal, para poder garantizar la
bienes incautados, buscando su conservación para posterior entrega (como recoge el artículo
1605 del Código Civil), pero también buscando mantener la productividad y generación de
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implementadas por el Estado colombiano para enfrentar el problema que implica para el país
La extinción de dominio se configura como una respuesta institucional que busca afectar
los beneficios patrimoniales derivados del negocio de las drogas, en este capítulo se
presentaran tres principios vinculadas a esta, como lo son la Función Social de la Propiedad,
propietario, teniendo este una facultad de disposición sobre sus bienes. En palabras de
autores como Pérez (2016), se puede resaltar que el derecho de propiedad implica el disfrute
de un bien por parte de quien es dueño del mismo, limitando el uso o el goce a otras
encuentra en el trabajo de Florencia (2014) una justificación valida. Para la autora, dicho
Constitución misma en el caso colombiano; límites que se orientan a que tales bienes sean
sociedad de la que este hace parte y, a que ese provecho se logre sin ignorar el deber de
Constitucional:
“La función social de la propiedad implica afectar el núcleo del derecho subjetivo
arbitrario que se ejercía sobre los bienes por su funcionalización hacia las demandas
C-740 de 2003).
Al abordar el concepto de función pública por medio de un estudio sobre la evolución del
mismo en Colombia; Flórez, Latorre y Cardona (2018) sintetizan la función pública como
Estado, entendiendo la actividad como el movimiento del aparato estatal a través de todos
la consecución de un mejor Estado y con ello el desarrollo de los países. No se puede perder
de vista tal como concluyen Roth y Robayo (2014) que los valores de los individuos que
grado en sus decisiones, por lo cual para estos autores no se puede hablar de ejecución
administrativa y la del servicio público son para Bastidas (2014) las dos caras de la actividad
esta es el conjunto de funciones que cumple el Estado, a través de los órganos de las ramas
del poder público, de los órganos autónomos e independientes y de las demás entidades o
agencias públicas, en orden de alcanzar sus fines; funciones que no sólo son predicables de
del cargo, sino también de los particulares que, en los casos establecidos en la Constitución y
2.1.3 Buena Fe
El principio de Buena Fe en autores como Cabas (2016) es considerado como una de las
guías que permite las relaciones jurídicas y contractuales entre particulares y entre estos y el
Estado. Para Schopf (2018), este principio permite la aplicación coherente y el desarrollo
privado.
alrededor de los cuáles existe consenso social: lealtad, corrección, equilibrio, honestidad,
diligencia, transparencia, protección de la confianza, etc.; valores que subyacen en las reglas
generales que emanan del principio, pues el principio por su carácter abstracto se concreta en
el del “bonus vir”, medida de probidad y honestidad; el estándar del “bonus et diligentis
pater familias”, mesura de diligencia media; el del “artifex” estándar de la diligencia propia
Como se dijo previamente, la buena fe es una guía que permite las relaciones jurídicas y
contractuales, cuya idea de que cada parte contratante está obligada a actuar conforme a las
los principios del derecho contractual de todos los países europeos, como recoge Salazar
(2015).
Continuando con el trabajo de Namen (2014), la buena fe puede ser subjetiva, entendida
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en un error; o puede ser objetiva, se erige como una regla de conducta fundada en la
honestidad, rectitud, lealtad y en la consideración del interés del otro (visto como miembro
el Código Civil en al año 1887, en esta normatividad se hacía referencia a la buena fe en los
que la buena fe la constituía “la conciencia de haberse adquirido el dominio de la cosa por
medios legítimos, exentos de fraudes y de todo otro vicio” (Código Civil, articulo 768).
de que se había recibido una cosa directamente de quien tenía la facultad de enajenarla, sin
sancionada en 1991, este principio fue estipulado expresándose que en “… las actuaciones
de los particulares y de las autoridades públicas deberán ceñirse a los postulados de buena fe,
la cual se presumirá en todas las gestiones que aquéllos adelanten ante éstas…”
De acuerdo a lo anterior, el actuar de buena fe es una presunción legal que tiene respaldo
fe, significa que quien quiera desvirtuarla debe demostrarlo por medio de pruebas, ya que la
buena fe no es solo un principio de derecho, sino también un elemento que hace parte del
Podría decirse que la buena fe ha sido siempre un principio en las relaciones humanas
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donde se ha esperado de los demás que actúen con lealtad en cada uno de sus compromisos,
negocios, relaciones, etc. De acuerdo con la doctrina se ha dicho que la buena fe implica dos
aspectos, uno activo y otro pasivo, donde el activo representa nuestro compromiso de
proceder con lealtad mientras que el aspecto pasivo corresponde a la expectativa de esperar
que los demás sean leales en sus relaciones, tal como se sintetiza en el trabajo de Deivis
(2016).
Pasando ahora a un análisis jurisprudencial sobre la buena fe, se encuentra que ante la
Civil donde se expresa que el error en materia de derecho, constituye una presunción de
mala fe, que no admite prueba en contrario. Frente a este aparte, decían los demandantes que
lealtad jurídica, principio que fue elevado a rango constitucional y redactado en el artículo
establecido unas presunciones de mala fe, frente a lo anterior la Corte Constitucional expresó
que: “…en general, los hombres proceden de buena fe: es lo que usualmente ocurre.
Además, el proceder de mala fe, cuando media una relación jurídica, en principio constituye
una conducta contraria al orden jurídico y sancionado por éste”. (Sentencia C-544 de 1994)
jurídicamente debe demostrarse o comprobarse que se actuó de mala fe, ya que en principio
es la buena fe una presunción iuris tantum es decir que, si admite prueba en contrario, mas
Aclarado lo anterior, se puede decir que la buena fe es un principio que rige en las
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relaciones no solo entre las personas, sino también y principalmente en las relaciones entre
Estado y los ciudadanos, estando el Estado representado en sus diversos órganos, ya que la
buena fe como principio es un fundamento que insta a los órganos del Estado a actuar de una
propietario tiene facultad de disposición sobre sus bienes, facultad que se enfrenta a límites
bienes no solo en beneficio del propietario, sino también de la sociedad de la que este hace
funciones que cumple el Estado en orden de alcanzar sus fines, por medio de órganos de las
síntesis es un principio que rige en las relaciones no solo de las personas, sino también y
principalmente en las relaciones entre el Estado y los ciudadanos, buscando una actuación de
manera ética y presumiendo que las actuaciones tienen como base la lealtad, honestidad,
dominio frente al marco constitucional del artículo 34 y los pilares que fundamentan esta
medida extintiva del patrimonio, como se desarrolló en los apartados anteriores, se analizará
de la expropiación, fijando que esta solamente podía llevarse a cabo si existen motivos de
reconocidas por la ley, por lo cual el interés privado deberá ceder al interés público, pero
propiedad a través del Estado, a ejercer una función social pues se entendió que el Estado no
podía ni debía recocer la propiedad a una persona que la ejerce sobre un bien cuando esta
produciendo un deterioro a la moral social. Es por lo anterior que se establece que “por
perjuicio del deterioro público o con grave deterioro de la moral social” (Constitución
Pero este artículo no lo expresa como una extinción en sentido estricto si no como una
perdida a este derecho por no haberse obtenido el bien conforme al ordenamiento jurídico,
que corresponde a la exteriorización a posteriori de que ello era así, por lo cual se
desvirtuada por la sentencia. Es claro que, mientras tal providencia no esté en firme, ha
(SentenciaC-374, 1997).
Todo esto trajo consigo diferentes reformas al concepto de propiedad y es por ello que se
crea la Ley 333 en el año de 1996 y con ella la figura de “extinción de dominio”. La
obligación económica que le impone la Carta al dueño del bien (función social), de
aprovechar su propiedad con un sentido social, esto es, útil a la comunidad, ajeno, por lo
Después de la creación de esta figura quedaron muchos puntos por resolver en donde la
penal; c) la acción de dominio es una acción patrimonial; d) dicha acción tiene por
objeto el bien mismo, y no el sujeto titular del bien; e) la acción recae sobre la cosa
adquirida y por eso es, sin duda, de naturaleza real (Corte Constitucional, Sentencia C-
374 de 1997).
Con ello se deroga la Ley 333 y se crea la Ley 793 de 2002 la cual establece las reglas
Política colombiana y sus fines en donde establece en el artículo segundo que es deber del
Estado colombiano proteger a las personas que se encuentren en el país en su vida honra y
bienes, es punto fundamental para entender que la extinción de dominio es una acción de
naturaleza jurisdiccional, de carácter real y de contenido patrimonial y, que esta se creó con
un fin que es de carácter social pero que ha sido aplicada como herramienta de la política
criminal para atacar la delincuencia organizada, con finalidad de proteger el tesoro público y
mantener el orden social. Por todo lo anterior, se regula esta acción mediante la Ley 1708 de
“Desde el artículo 1º, está claro que en el nuevo orden constitucional no hay espacio
para el ejercicio arbitrario de los derechos, pues su ejercicio debe estar matizado por
En efecto, un orden justo sólo puede ser fruto de unas prácticas sociales coherentes con
Con el fin de darle protección a los habitantes del territorio y a su vez poner límites a la
intervención del Estado en los procesos de extinción de dominio se estipuló unas causales,
las cuales al paso de los años y al cambio de marcos legales han ido incrementando su
actuar.
como se conoce en la actualidad, en primer lugar, se debe hacer mención de las causales para
la extinción de dominio consagradas en las leyes 333 de 1996 y 793 de 2002, las cuales se
presentan a continuación:
2. Perjuicio del Tesoro Público que provenga de los delitos de peculado, interés
3. Grave deterioro de la moral social. Para los fines de esta norma, se entiende que
son hechos que deterioran la moral social, los delitos contemplados en el Estatuto
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el lavado de activos, los delitos contra el orden económico social, delitos contra los
la ilicitud del origen de los bienes en los eventos consagrados en los incisos 2o. y 3o.
del artículo 7o., de esta Ley, y en el Código de Procedimiento Penal. (Ley 333, 1996,
articulo 2).
Las anteriores causales una vez derogada la Ley 1333 de 1996 fueron acogidas en la Ley
793 de 2002 en el artículo 2, donde se implantaron las causales que tenía la ley derogada y se
disponiendo que este podía usar cualquier medio de prueba para demostrar la procedencia
del bien afectado; el segundo parágrafo definió las actividades ilícitas que comprendía el
proceso de extinción, manifestando que estas eran, (i) delito de enriquecimiento ilícito; (ii)
Todas las conductas cometidas, en perjuicio del Tesoro Público; (iii) las que impliquen
Con el paso de los años, específicamente doce años después, se derogo la Ley 793 de
2002, dándose paso a la sanción de la Ley 1708 de 2014, esta ley desconoció la línea
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legislativa trazada en los marcos anteriores, ya que no determino de forma específica las
causales por las que procedía la extinción de dominio, limitándose a expresar que procedía
“sobre toda actividad ilícita o que viola gravemente la moral social”, la Ley 1708 de 2014
dispuso de 11 causales frente a las que era procedente la extinción de dominio, estas son:
“1. Los que sean producto directo o indirecto de una actividad ilícita.
2. Los que correspondan al objeto material de la actividad ilícita, salvo que la ley
disponga su destrucción.
actividades ilícitas.
5. Los que hayan sido utilizados como medio o instrumento para la ejecución de
actividades ilícitas.
6. Los que de acuerdo con las circunstancias en que fueron hallados, o sus
actividades ilícitas.
7. Los que constituyan ingresos, rentas, frutos, ganancias y otros beneficios derivados
procedencia.
10. Los de origen lícito cuyo valor sea equivalente a cualquiera de los bienes descritos
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11. Los de origen lícito cuyo valor corresponda o sea equivalente al de bienes producto
objeto de sucesión por causa de muerte, cuando en ellos concurra cualquiera de las
Al analizar las anteriores causales, se puede interpretar a la luz del artículo 34 superior,
que todas aquellas que estén soportadas en que su razón sea un acto ilícito, encuentran que la
no satisfacción del derecho de propiedad tiene soporte en la norma; lo cual es errado, ya que
dentro de cada causal del artículo 34 constitucional se quiso desarrollar una serie de sub
causales en la Ley 1708 de 2014, por ejemplo, frente a la prohibición del enriquecimiento
comprendería todo lo relacionado a las actividades ilícitas, las cuales desarrolladas en la Ley
1708 de 2014 serían casi todos, es decir los contemplados en las causales 1,2,3,4,5,6,8,9, 11.
normas que permiten la extinción por causa ilícita. Por ejemplo, la causal 5 expresa que la
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extinción aplica sobre “… los que hayan sido utilizados como medio o instrumento para la
ejecución de actividades ilícitas.”, dándose casos donde figura la aplicación a terceros ajenos
destina su uso a una actividad ilícita, dígase a venta de alucinógenos. Frente a esto
Las dudas sobre la aplicabilidad ajustada a la Constitución de las once causales expuestas
en la Ley 1708 de 2014, ha llevado a que ciudadanos impongan demandas ante la Corte
Constitucional, en lo referente al artículo 16 de dicha ley (artículo que contiene las causales
La sentencia C-958 de 2014, aborda una demanda ciudadana en relación con el numeral
“…se consideró que los argumentos expuestos por el demandante respecto del cargo
propuesto por desconocimiento del artículo 34 superior, generan una duda razonable
el precepto constitucional delimita de manera genérica los supuestos que pueden dar
lugar a la extinción de dominio, razón por la cual, las definiciones que hacen el
numeral 2 del artículo 1o. de la Ley 1708 de 2014, de “actividad ilícita” y el artículo
En segundo lugar, y en relación con el eje central de esta investigación (las once causales
2014.
Es hasta el año 2020 que la Corte Constitucional se refiere a las causales que la anterior
la Ley 1708 de 2014, la decisión del máximo órgano constitucional del país fue:
sólo procede cuando su propietario sea el mismo titular de los bienes cuya extinción
2020)
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estipuladas en la providencia bajo ciertos parámetros, que eviten que se sigan presentando
parte esta decisión es la aplicación de la extinción mediante las dos causales previas,
buena fe han visto aplicada la extinción de dominio a bienes adquiridos de forma lícita, pero
exigir a los terceros que su buena fe y su diligencia se despliegue no sólo sobre los bienes
que pretende adquirir, sino también respecto de la historia y las condiciones de quien es el
impone cargas irrazonables e insostenibles, ya que la transferencia de estos bienes por parte
Ante el anterior panorama, los terceros adquirientes tendrían que recurrir a pesquisas
ilícita en el pasado, mediante la cual obtuvo provecho económico alguno, lo cual desborda
Por todo lo hasta acá expuesto, la Sentencia C-327 de 2020 permite apreciar que al
extralimitado con la aplicación de dominio sobre bienes lícitos, vulnerando los derechos de
Tabla 1, se encuentran sentencias vinculadas a las leyes 333 de 1996 y 793 de 2002, donde
es evidente en las mismas que las causales para ejecutar la extinción de dominio, contenidas
en estas leyes, son acordes a lo establecido en la Constitución. Sobre la Ley 333 de 1996, la
Sentencia C-374 de 1997 por ejemplo, declara inexequibles el artículo 9 y el inciso 2 del
artículo 33 al dar lugar al saneamiento (no requerido por la carta) de fortunas ilícitas, pero
las demás normas acusadas son exequibles. En relación a la Ley 793 de 2002, la Sentencia
C-1096 de 2003, declara exequibles todos los puntos demandados de dicha ley.
Por otro lado, no ocurre lo mismo con la Ley 1708 de 2014, ya que al declararse la
ocurridos contra terceros de buena fe (tema del que se habló anteriormente), por lo cual hace
causales.
expresamente regulada,
relacionada con el régimen
constitucional del derecho de
propiedad. La aplicación
retroactiva de la ley no se opone a
la naturaleza que el constituyente
le asignó a tal acción.
C-327 de contra los artículos de dos mil y 11 del artículo 16 de la Ley 1708
2020 16.10 y 16.11 de la veinte (2020), de 2014, “por medio de la cual se
Ley 1708 de Corte expide el Código de Extinción de
2014, “por medio Constitucional. Dominio”, en el entendido de que
de la cual se expide la extinción de bienes de origen
el Código de lícito sólo procede cuando su
Extinción de propietario sea el mismo titular de
Dominio” los bienes cuya extinción no es
posible por la configuración de las
hipótesis previstas en tales
numerales, sin perjuicio de los
derechos de terceros de buena fe
exenta de culpa.
de la Ley 1708 de 2014, que genera perjuicios a terceros de buena fe, vale la pena señalar
que la protección de los mismos ha sido un tema recurrente en las sentencias de la Corte. La
Sentencia C-1007 de 2002 señala que la acción de extinción debe estar dirigida contra quien
aparezca como titular de los derechos reales, respetándose la adquisición por acto de las
personas de buena fe exentas de culpa. En esta misma línea, la Sentencia C-1096 de 2003
señalando que la extinción de bienes de origen licito solo procede cuando el propietario sea
el mismo titular de los bienes cuya extinción no es posible por la configuración de las
hipótesis previstas en tales numerales, sin perjuicio de los derechos de terceros de buena fe
exenta de culpa.
40
privada de los particulares limitando al Estado la figura de la expropiación, fijando que esta
mediante enriquecimiento ilícito en perjuicio del deterioro público o con grave deterioro de
la moral social, por lo cual se creó la figura de la extinción de dominio mediante la Ley 333
de 1996.
derogada y se crea la Ley 793 de 2002, la cual establece algunas causales claras en las que
aplica la extinción y manifiesta como actividades ilícitas a aquellas que implican un (i) delito
de enriquecimiento ilícito; (ii) Todas las conductas cometidas, en perjuicio del Tesoro
Público; (iii) las que impliquen deterioro a la moral social. Doce años después esta ley es
derogada y se crea la Ley 1708 de 2014, la cual desconoce la línea legislativa de los marcos
que la anteceden y estipula once causales, demostrando la Sentencia C-327 de 2020 que al
aplicar las causales 10 y 11 se podrían vulnerar los derechos de terceros que adquieren los
bienes de buena fe, por lo cual se declara la exequibilidad condicionada de los preceptos
demandados.
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Conclusiones
apartado final se presentarán las conclusiones correspondientes al estudio, vinculadas estas con
demostrará en un primer momento la forma en el que el cuerpo del trabajo permite alcanzar los
esta parte del reconocimiento de la propiedad privada de los particulares aplicable en el país,
transferirlos a manos públicas, por lo cual se evidencia la existencia del apoyo constitucional a
Política, donde se establece que “…por sentencia judicial se declarará extinguido el dominio,
mediante enriquecimiento ilícito en perjuicio del deterioro público o con grave deterioro de la
actividades relacionadas con la droga, en especial al buscar afectar los beneficios patrimoniales
bienes incautados sin mayor carga al erario (cumpliendo así con el Art. 1605 del Código Civil).
determinar cuáles son los pilares que fundamentan la extinción de dominio en Colombia. En
primer lugar, se debe mencionar que la existencia de la Función Social de la Propiedad les da
a los propietarios facultades para disponer sobres sus bienes, bajo límites constitucionales
orientados a que los bienes sean aprovechados económicamente no solo en beneficio del
propietario, también por la sociedad de la que él hace parte. En segundo lugar, el principio de
Función Pública, faculta a los órganos de las ramas del poder público para alcanzar sus fines,
al consagrarse que la lucha contra las drogas es un objetivo nacional y la extinción de dominio
una herramienta a usar. Por último, la aplicación de la Buena Fe como presunción legal que
la extinción en el país, ya que es el Estado quien debe demostrar con pruebas (presunción iuris
tantum) que la adquisición de los bienes a extinguir se obtuvo por medios ilícitos.
encuentran tres marcos legales que han configurado a la extinción como una medida judicial en
el país. El primero es la Ley 333 de 1996, donde se estipulan unos principios que permiten la
aplicación legal de la figura de la extinción de dominio. Ante las dudas expresadas por la
jurisprudencia, esta Ley 333 se deroga y se crea la Ley 793 de 2002, marco legal que
Es precisamente este último marco legal el eje central del documento, centrando el análisis
de causal por causal, al revisar las once contenidas en la Ley 1708 se encuentra que en su
mayoría se soportan en la causal primera del artículo 34 superior, referente a las actividades
ilícitas. Ahora, al mirar su consagración normativa se ven ejemplos como el caso de la causal 5
de dicha ley, donde puede ser apresurada la norma en extinguir dominio de bienes usados
ilícitamente sin analizar la propiedad del bien, sino solo su uso. Lo anterior, casi que da vida
propia al bien, cuando existen casos donde los propietarios mediante un contrato alquilan un
vehículo o un bien inmueble sin saber el destino ilícito que se le quiera dar, viendo afectados
sus derechos ya que la norma se dedica es al análisis del uso del bien mas no a la función del
propietario.
condicionada, la Corte permite concluir que en algunos casos en los que se han aplicado las
causales 10 y 11, se han vulnerado los derechos de terceros de buena fe que han adquirido
bienes de forma licita. Lo previamente mencionado, socava uno de los pilares de la extinción
de dominio y del derecho en el país, la buena fe, lo que implica que se vulnera lo establecido
Por todo lo anterior, se establece como conclusión principal de esta investigación que,
de la Sentencia C-327 de 2020 para proteger los derechos de los terceros de buena fe,
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habilitación general para perseguir los bienes con independencia de su titular, para que, en el
caso de los bienes lícitos, esto no sea posible, tal como se encuentra, por ejemplo, en el artículo
Referencias
Colombia.
Colombia, Congreso de la Republica, Ley 333 de 1996, Por la cual se establecen las normas de
Colombia, Congreso de la Republica, Ley 793 de 2002, Por la cual se deroga la Ley 333 de
Colombia, Congreso de la Republica, Ley 1708 de 2014, Por medio de la cual se expide el
http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/constitucion_politica_1991.html#1
Carbonell.
Corte Constitucional. Sentencia C-544 de 1994, Magistrado Ponente: Jorge Arango Mejía.
Corte Constitucional. Sentencia C-374 de 1997, Magistrado Ponente: Jose Gregorio Hernández
Galindo.
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Corte Constitucional. Sentencia C-1007 de 2002, Magistrada Ponente: Clara Inés Vargas
Hernández.
Corte Constitucional. Sentencia C-740 de 2003, Magistrado Ponente: Jaime Córdoba Triviño
Corte Constitucional, Sentencia C-037 de 2003, Magistrado Ponente: Alvaro Tafur Galvis
Corte Constitucional, Sentencia C-1096 de 2003, Magistrado Ponente: Jaime Araujo Renteria
Corte Constitucional, Sentencia C-958 de 2014, Magistrada Ponente: Martha Victoria Sáchica
Méndez.
Corte Constitucional, Sentencia C-327 de 2020, Magistrado Ponente: Luis Guillermo Guerrero
Pérez.
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