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Unidad 2- Perspectivas de la Gestión Humana

Elaborado por:

Oscar Plata Ríos

Herman Rodríguez Guerrero

Juan Carlos Pérez Parada

Víctor Armando Gamboa Velasco

Curso Ética Gestión Humana y Calidad en la Gestión Pública

(109003A_1391)

Director: Oscar David Fajardo Pineda

Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD

Especialización en Gestión Pública

Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas- ECJP

Año 2023
TABLA DE CONTENIDO

DESCRIPCIÓN CASO SELECCIONADO...........................................................................3


Evidencia de corrupción desde la Constitución Política de Colombia ..............................4
Factores que fomentan la corrupción...................................................................................5
CONCLUSIONES..................................................................................................................8
BIBLIOGRAFÍA....................................................................................................................9
Descripción del caso seleccionado
El caso seleccionado corresponde al exalcalde de Barranquilla Bernardo Hoyos
Montoya y se dan tres situaciones diferentes que fueron revisadas y juzgadas por diferentes
representantes de la rama judicial y se resumen de la siguiente manera:
Suceso i:
Mediante proceso de contratación que no contó con las formalidades de ley entre
esos los estudios de factibilidad, se suscribió el 27 de diciembre de 1993 un contrato de
obra pública para la remodelación interna y externa y dotación de un antiguo bien inmueble
para el funcionamiento de algunas dependencias de la Alcaldía por valor de $1.490.744.524
y en marzo de 1994 se entrega al contratista un anticipo de $1.401.342.180 sin haber
iniciado obra alguna.
Suceso ii:
En agosto de 1994 sin los debidos requisitos formales de la contratación, se suscribe
contrato adicional y en diciembre del mismo año le es girado al contratista el valor de
$1.495’.000.000 para “cubrir costos reales de los trabajos realizados” para el desarrollo de
las obras no contempladas inicialmente y de esta forma “garantizar que la nueva
edificación” contara con todas las condiciones adecuadas para su funcionamiento durante
50 años más.
Suceso iii:
En el siguiente periodo constitucional 1995 a 1997 fueron entregadas las obras a la
administración municipal de Barranquilla, sin embargo, el jefe de gobierno de la época,
luego de la solicitud del contratista de efectuar una “Conciliación” no accedió a esas
pretensiones por considerar que no tenía los argumentos jurídicos para desarrollar el pago.
Posteriormente para el periodo 1998-2000 en el que es reelegido Bernardo Hoyos, el
contratista reitera la solicitud y en mayo de 1998 mediante “arreglo directo” el
burgomaestre autoriza cancelar la suma reclamada en cuantía de $781.102.489 como valor
adeudado por saldo del contrato más $2.690.019.214 por concepto de intereses liquidados
sobre dicha suma.
Evidencia de corrupción desde la Constitución Política de Colombia -CPC-
De acuerdo con lo establecido en la Sentencia de Casación N° 61025 del 7 de
septiembre de 2022 emitida por la Corte Suprema de Justicia – Sala de Casación Penal, en
los sucesos i y ii podemos observar una conducta definida como “Celebración de contrato
sin cumplimiento de requisitos legales” y en el suceso iii “peculado por apropiación”, con
base en ello se evidencia falta de ética por incumplimiento de los principios
constitucionales a los artículos 123 y 209.
Artículo 123 de la -CPC-
En este postulado constitucional se señala que todos los servidores públicos al
servicio del Estado “ejercerán sus funciones en la forma prevista por la Constitución, la ley
y el reglamento”, pues bien, en los tres sucesos descritos el mandatario del momento
desconoció abierta y puntualmente esta obligación que le asistía como empleado público
por cuanto incumplió lo establecido en la reglamentación ateniente al régimen de
contratación estatal mediante la cual se busca evitar la vulneración de los bienes estatales y
garantizar la adecuada prestación de los servicios a favor del Estado.
Se observa entonces que la Carta Magna pretende puntualizar, a través de las
reglamentaciones normativas, cuales conductas o comportamientos se convierten como
ilícitos al momento de ejercer las funciones de un cargo en el desarrollo de lo público.
Así las cosas, en el accionar del señor Bernardo Hoyos cuando se suscribe contrato
sin las formalidades de ley, se entregan recursos sin lleno de requisitos y se hace arreglo
directo indemnizatorio sin fundamento jurídico; podemos observar que en su accionar le
faltó a la ética por vulnerar el marco normativo reglamentario ocasionado detrimento
patrimonial y sobrecostos en el desarrollo del objeto contractual.
Artículo 209 de la CPC
En lo reglamentado por la CPC en su artículo 209 referente a la “función
administrativa” se resalta que esta se encuentra al “servicio de intereses generales” y debe
ser ejercida con base, entre otros, en los principios de “moralidad” e “imparcialidad”; pues
bien, en los sucesos presentados en el caso se evidencia que el señor Hoyos vulneró este
mandato constitucional.
En el primer componente, al desarrollarse un proceso contractual la entidad debe
seguir los parámetros establecidos en la legislación correspondiente con el fin de garantizar
que su objeto contractual y sus alcances, en primer lugar, se centren en una necesidad
general que aporte al desarrollo de la región, pero al suscribir un contrato sin el lleno de
requisitos legales, hace que se rompa esta línea jurídica y premonitoriamente se da una falta
ética que desencadena en hechos que afectan el bien común.
En este trasegar la moral pública se pisoteó al tomar decisiones que causaron
afectaciones graves al pecunio público, vía sanción monetaria, en la que se tuvo como
premisa puntual desconocer la imparcialidad con la cual el servidor público debía
desarrollar sus funciones emitiendo los actos administrativos ajustados a la respectiva
norma y sin buscar proteger meramente el interés particular del contratista.

Factores que fomentan la corrupción


Dentro del texto de Bautista, en “La ética y la corrupción en la política y la
administración pública” es importante destacar la temática de la corrupción en el ámbito
público, dentro de la cual se mencionan que los participantes son los políticos y los
funcionarios públicos, estos a su vez se rigen con la premisa del bien particular sobre el de
la comunidad, asegurando un beneficio que en el mayor de los casos es económico, lo que
se genera a partir de comportamientos antiéticos en el ámbito laboral.
Para ser gobernante se requiere que las personas entiendan que “El deber está por
encima del poder” tal como lo expresaba Victoria Camps, tener como prioridad el bienestar
común, ya que para esto han sido elegidos, para administrar de manera eficiente los
recursos y trabajar en procura del desarrollo donde se desempeñan.
Causas internas o personales
Existen factores que motivan al ser humano a ser corruptos y se dividen en las
causas internas o de estados afectivos y las causas externas o socioculturales. Dentro de las
causas internas se menciona a la ignorancia, puesto que la falta de comprensión puede
llevar a que se tomen decisiones incorrectas o se cometan actos que ponen en riesgo a quien
desempeñe la función.
Vicio de la codicia y la avaricia
Dentro del caso de estudio planteado se pueden evidenciar dos tipos de vicios, el de
la codicia y el de la avaricia, el primero ocasionado por el deseo excesivo de apropiarse de
algo, en este escenario se evidencia que hubo una “Celebración de contrato sin
cumplimiento de requisitos legales” y sobrecostos que generaron detrimento patrimonial.
Adicionalmente, Hoyos no actuó en el ámbito de sus funciones, debido a que vulneró los
principios de “moralidad e imparcialidad”, como se expone en el Artículo 209 de la CPC.
El segundo, el afán de poseer riquezas para atesorarlas, en el “peculado por
apropiación”, el alcalde incumplió con lo establecido en la Ley en lo atinente a la ejecución
contractual desde el momento en que se dio inicio al contrato sin contar con la totalidad de
requerimientos. Por otra parte, al desconocer su deber como funcionario público de velar y
ser veedor del cumplimiento del contrato en su totalidad, esto se demostró con la ausencia
de compromiso con la comunidad y el apoyo que le brindó al contratista, tal como se
demuestra en el Artículo 123 de la CPC.

La corrupción en el ámbito público


La corrupción es un vicio tan presente en el sector público que se piensa que es
incontrolable, pues los sistemas de corrupción están tan bien estructurados que todo
encasilla dentro de una complicidad entre el conjunto de individuos que ostentan el poder
dentro de un determinado Estado quebrantando los derechos de la población que lo
conforma, desviando y manejando inequívocamente los recursos económicos destinados a
este, además de violentar la normatividad jurídica preestablecida.

Para el caso que nos ocupa se trae a colación la sentencia SP3177-2022 Casación
61025, Magistrado ponente Fernando León Bolaños Palacios en la cual dentro de su síntesis
fáctica y procesal se describe una adquisición de un antiguo edificio por parte de un alcalde
quien posteriormente suscribió un contrato de ejecución de obra pública para
remodelación interna y externa del citado inmueble así como para su dotación con el fin de
llevar acabo el funcionamiento de las dependencias de la Alcaldía Municipal pero sin
siquiera haber iniciado la ejecución de la obra el contratista había recibido un anticipo por
una considerable suma de dinero sumado a esto entre las mismas partes se suscribió un
contrato accesorio en el que acordaron un nuevo desembolso estos pagos fueron efectuados
con ayuda de funcionarios de este ente municipal.
En el siguiente periodo de administración se entregaron las obras sin que las partes
realizaran la liquidación del contrato, posteriormente se convocó a una conciliación con el
fin de que fuesen pagados ciertos dineros que se encontraban pendientes derivados de la
obra en mención, petición que fue rechazada por carecer de fundamento. Sin embargo, al
ser elegido nuevamente el alcalde inicial que suscribió el contrato quien si accedió a la
conciliación propuesta estas series de irregularidades dio origen a denuncias por parte de
los organismos de control. la Fiscalía como ente acusador dio inicio a las diligencias
pertinentes que esclarecieran los hechos y salvaguardaran el buen desempeño de la
administración pública.

Los cargos formulados contra estos actores legitimados por pasiva para el
juzgamiento penal inicialmente fueron conocidos por el Juzgado Tercero Penal del Circuito
de Bucaramanga, Santander, luego por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de esta
ciudad y por último la Corte Suprema de Justicia-sala de Casación Penal, los cuales para su
defensa alegaron figuras jurídicas como la prescripción de la acción y en consecuencia la
nulidad de lo actuado, fundamentos carentes de argumentos e insuficientes procesalmente
hablando, toda vez que el Estado, la ley y la constitución en aras de proteger los bienes
jurídicos necesarios para la convivencia y desarrollo social otorgan la facultad de
investigar, juzgar y sancionar a sus infractores y una vez revisados los hechos y
contrastados con la normatividad penal vigente, se observa que la formulación de la
acusación se encuentra en debida forma y bajo los términos legales y que la serie de
acciones desplegadas por los actores configuran el delito referenciado, por lo que la corte
decide no acceder al recurso impuesto de casación.

En este orden de ideas se puede observar que los administradores de justicia en los
diferentes órdenes jerárquicos desde el menor (juzgado tercero penal del circuito de
Bucaramanga) hasta el superior (Corte Suprema de Justicia-sala de casación penal) en sus
decisiones proferidas encontraron las razones suficientes para salvaguardar los bienes del
estado y sancionar los delitos cometidos contra la administración pública.
Del anterior pronunciamiento podemos inferir que nos encontramos frente a un tipo
de corrupción de carácter administrativo toda vez que un conjunto de actores públicos
abusó de sus deberes para obtener beneficios propios, exactamente en la irregular
adquisición y obras correspondientes para el acondicionamiento del bien inmueble
mencionado, olvidando la esencia natural de sus funciones, el arte de servir a sus dirigidos.

Conclusiones
- Es indispensable la ética en cualquier ámbito a desempeñar, sin embargo, las
personas que adquieren las funciones de funcionarios públicos están en la
obligación de supervisar y garantizar el bien común sobre el particular. En
Colombia se evidencia la ausencia de herramientas que permitan verificar el
correcto cumplimiento en todos los procesos a los que se somete un proyecto o
licitación, dado que al tener gran cantidad de filtros ha generado que sea
proporcional a la oportunidad de practicar la corrupción y obtener beneficios
individuales.

Bibliografía
- Bautista, O. (2005). La ética y la corrupción en la política y la administración
pública. Tomado de: https://eprints.ucm.es/id/eprint/7816/1/tesis-maestr
%C3%ADa_2.pdf
- Barraza, M. (2009). “La corrupción política en el devenir del Movimiento
Ciudadano en Barranquilla”. (Tesis de maestría en Estudios Políticos, Pontificia
Universidad Javeriana). Tomado de:
https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/121/pol20.pdf?
sequence=4
- Heidenheimer, A. 1989. Political Corruption. Transaction Publishers. Tomado de:
https://books.google.com/books/about/Political_Corruption.html?
hl=es&id=49y50pzjAzAC

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