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Autor.
Victor E. Frankl
Luego de muchos años de sufrimiento y duro trabajo, Frankl fue puesto en libertad, y
aunque suene extraño, no estaba feliz. Aunque había sido libre, en el campo
perdieron ese sentimiento llamado felicidad. Se repitieron muchas veces “¡Somos
libres!”, seguía siendo una frase sin sentido. Frankl llega a su hogar, y hubo un
sentimiento que hizo que sufriera aún más de lo vivido en el campo, este es la
desilusión. La desilusión de no tener a aquellos por los que se había mantenido con
esperanza por todo ese tiempo en el campo, nada existía. Sin embargo, tanto para él
como para todos los que fueron puestos en libertad en aquel entonces, llegó el día
en que todo el sufrimiento y el dolor tanto físico como mental llegó a su fin, ya no
había nada que temer excepto a Dios (según Frankl).
El autor nos una mirada al interior de un hombre que habla desde lo vivido en carne
propia y su experiencia. Sobre la pesadilla que vivió en aquellos campos y en la que
a cualquier persona se le hubiesen quitado las ganas de vivir. La historia que nos
narra Frankl es una experiencia de superación, mostrándonos lo más profundo del
pozo en el que una persona puede llegar a encontrarse.
Comentario personal.
Es curioso, para mí, que uno de sus pilares para mantenerse en pie sea el sentido del
humor, yo, en su caso, creo que ya lo habría perdido, para él es de vital importancia.
Como también me llama la atención la importancia que tiene para él el poder de la
elección, aunque sea en las cosas más insignificantes, porque eso es lo que te hace
libre. Te aleja o te acerca de la muerte, cuando descartas el suicidio, por ejemplo.
Por otra parte es también muy impactante el hecho de que el autor reconozca que
tanto el estar sin libertad, como en el momento de quedar en libertad, tras una gran
estancia de cautiverio, te pueden dañar tu estado mental para toda vida. Es algo
confuso y chocante ya que a mi parecer, da a entender que cualquier movimiento de
la persona te puede llevar a la locura, dejándote un mundo de sufrimiento, un
sentimiento al parecer completamente vinculado con la vida y con uno mismo. Es un
libro muy confuso a la hora de hablar de cómo actúa el autor para aliviar los
problemas de la gente a través de la logoterapia, en la que explica cómo el
pensamiento puede capacitarnos o incapacitarnos a la hora de realizar cualquier
acción y como pensamientos razonados a través de un psiquiatra pueden ayudar a
disminuir una angustia creada por nosotros mismos.