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Análisis del libro

“El hombre en busca del sentido”

“El que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo.”
VIKTOR FRANKL “El hombre en busca del sentido”
Introducción.
Conforme va pasando el tiempo hemos perdido el sentido y motivación de nuestra
vida cotidiana, nos vamos preguntando ¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Hacia
dónde vamos?, y así mil preguntas existenciales van apareciendo; Y como la
mayoría creemos que nuestro sentido de vida es la felicidad, hay muchas razones
más, Frankl con su técnica de la logoterapia ayuda a que encontremos el sentido
de la vida. En el libro nos relata cómo fue que él encontró su sentido de vida por
medio de el sufrimiento y el como desarrollo su técnica. Viktor Frankl nos habla un
poco sobre su experiencia en los campos de concentración, pero desde un punto
de vista psicológico, de la mente de las personas que estaban encerradas junto
con él y qué diferenció a aquellos que sobrevivieron a los que no.
Primera Parte Un Psicólogo en un campo de concentración.
Las experiencias personales de Viktor Frankl en el campo de concentración,
contando las pequeñas cosas que atormentaban a cada uno de los prisioneros en
su vida diaria. Es asombroso como no describe la historia en los grandes campos
si no en los más pequeños, uno creería que por ser los campos pequeños es
menos sufrimiento, son mas compasivos; pero no, las reglas son igual.
Al llegar al campo comenzaban las preguntas de que pasara con ellos, san
“Trasladados a otro campo” o simplemente se irán directo a las cámaras de gases,
sin embargo, los prisioneros buscaban una forma de animarse, de mantenerse con
vida, el ver a su familia o algún otro motivo para mantener su vida.
Primera Fase: Internamiento en el campo.
El shock es la primera fase que se caracteriza, pero como no será esta, si en
cosas nuevas tan “normales” entramos en shock, imagínese ahora a alguien que
entra a un lugar sin saber en qué momento terminará su vida, solo sabiendo que
en cualquier momento puede suceder. Viajaban alrededor de 80 personas en los
vagones de tren, sin imaginarse hacia donde se dirigían, hasta que alguien se
percato de un letrero de Auschwitz, y Frankl dice que “su solo nombre evocaba
todo lo que hay de horrible en el mundo: cámaras de gas, hornos crematorios,
matanzas indiscriminadas", al llegar al lugar no solo fue el shock ahora era
combinado con horror ya que en la selección no sabrían si serian enviados a los
trabajos forzados o bien a la muerte, Frankl pregunto por uno de sus amigos que
fue enviado a la fila contraria a la de él y solo apuntaron a una nube grisácea, en
ese momento supo que sus días estarían contados al igual que el de sus amigos y
compañeros, imagínese la impotencia del no poder haber ayudado a su amigo a
poder sobrevivir más, pero ahora lo único que tenia que hacer es luchar por su
vida, el horro fue formando su día a día siendo una costumbre.
Frankl intento ocultar su manuscrito de vida, sin embargo, fue inútil, y ahí fue
cuando se dio cuenta que lo único que tenemos es a nosotros mismos, a nuestra
existencia desnuda. A pesar de su desesperación se hizo una promesa no
“Lanzarse contra la alambrada” ya que él creía que el suicidarse era una cobardía
a pesar de saber que tenía sus días contados o bien hasta horas.

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