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El hombre en busca de sentido, detalles técnicos

El hombre en busca de sentido es una obra literaria del tipo ensayo. Fue
escrita por el psiquiatra alemán: Viktor E. Frankl en el año 1946 en
Austria.

Esta obra tenía la intención de introducir al mundo lo que el psiquiatra


Viktor E. Frankl llamó logoterapia. Este libro antes de llegar a tus manos
no era nada parecido a lo que has leído. Adentrémonos en su historia.

La curiosa historia detrás de: El Hombre en busca de sentido


El mismo Frankl estuvo recluido en los campos de la muerte Nazi y,
durante su estadía se dedicó a estudiar el comportamiento de los
hombres en esta precaria situación. De estas experiencias nació el
libro: un psicólogo en un campo de concentración.
Fue un libro con poco éxito, no convenció mucho a la audiencia, solo se
vendieron algunos cientos de copias y fue catalogado como un ”libro
enfermo” es decir, un libro sin posibles lectores.

Sin embargo, gracias al profesor Gordon Allport, quien pidió a Gobin Stair
director de Beacon Press publicara nuevamente el libro, a lo cual
accedieron de mala gana con una única condición: que Frankl añadiera a
su relato autobiográfico una exposición breve de la logoterapia y el
análisis existencial. Fue así que vio la luz El hombre en busca de sentido

Para resumir la historia; el libro inmediatamente se convirtió en un éxito


rotundo, que transformo la visión de los campos de concentración y puso
la luz sobre los daños psicológicos que sufrieron todas las víctimas del
genocidio Nazi.

Así, el hombre en busca de sentido pasó a ser catalogado como: uno de


los pocos grandes libros de la humanidad.

Argumento de: El Hombre en busca de sentido


La historia de este libro se divide en tres capítulos, que describen las
fases por las cuales pasa la psique de un prisionero en un campo de
concentración Nazi. Aunque se oye un poco aburrido o técnico, es
simplemente lo contrario; ya que Frankl nos introduce de manera sutil al
mundo de la psicología sin perder de vista un relato interesante, honesto,
desgarrador y esperanzador; todo al mismo tiempo.

Estas fases son:


 Primera fase: Internamiento en el campo
 Segunda Fase: La vida en el campo
 Tercera fase: Después de la liberación
Cada fase explica como poco a poco se va perdiendo la humanidad, pero
aun hay momentos en los que el alma decide seguir siendo libre y
llegado el punto en el que se consigue la añorada libertad simplemente
no se siente propia.

Dichas fases son bien específicas y marcan cambios importantes en la


psique del individuo, hablemos un poco al respecto.

Primera fase: Internamiento en el campo


En esta primera fase nos relata el autor, como eran transportados a los
campos de concentración. Lo que pensaron y creyeron que pasaría y
como poco a poco descubrieron que serían despojados de todo.

Nos cuenta como dejaban de tener nombre e identidad y se convertían


en sólo un número.

Esta es la etapa de shock, en la que aun los individuos tratan de bromear


acerca de la situación y esperan paciente que acabe y no que empeore
como sucede en la segunda etapa.
Pasando por un estado de ánimo que la psiquiatría denomina: La ilusión
del indulto, que es un mecanismo de amortiguación interno percibido por
los condenados a muerte justo antes de su ejecución; en ese momento
conciben la infundada esperanza de ser indultados de último momento.
 

Segunda Fase: La vida en el campo


Esta es una de las fases más interesantes de la historia. Aquí se pueden
ver prisioneros que empiezan a morir de manera emocional, ya no
reaccionan a la maldad que los rodea y ha dejado de horrorizarle la
inhumanidad de sus captores, una fase de apatía generalizada.

Frankl relata que en esas circunstancias aunque resulte paradójico, un


golpe bien dado, certero, quizá hiere menos que otro que no atina en el
blanco. Al igual que los insultos, en esos momentos no es el dolor físico
lo que más hiere, sino la humillación y la indignación provocadas por la
injusticia, por la cruda irracionalidad de todo aquello.

Como todos los individuos sufrían de una percepción errada del tiempo,
para ellos un día pasaba muy lentamente pero una semana solía pasar
más rápido, apesar de ser una unidad de tiempo mayor
La necesidad de hablar de su familia, de imaginarla, soñarla y hasta
hablarle a la persona amada quitaba un poco lo insoportable de la
situación. La mente permitía un escape de tanta maldad.

Quizás lo más sorprendete de esta fase y quizás algo que simplemente


es admirable, es que los prisioneros eran capaces de disfrutar más la
belleza de un paisaje, de un amanecer o atardecer. Como esas
pequeñas cosas le arrebatan del lugar tan despreciable en el que
estaban contra su voluntad.

No sólo en este capitulo vemos relatada la vida del prisionero, sino


tambien la de los guardias y seres aún más despreciables llamados
capos. Los capos eran también prisioneros, pero estos eran
seleccionados por su nivel de crueldad para vigilar y hacerse cargo de
los demás abusando de su poder y castigando a latigazos por cualquier
motivo

Este es un capítulo cuyas frases son tan conmovedoras, únicas y


esperanzadoras que no puedes creer que la misma persona que padeció
tanta penumbra pueda haberlas ideado, una de las que simplemente
considero más memorable es:

“Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las
libertades humanas -la elección de la actitud personal que debe adoptar
frente al destino- para decidir su propio camino.”
Frankl tuvo la oportunidad de escapar, pero decidio mandar sobre su
destino permaneció en el campo de concentración y cuidó de sus
pacientes.

Tercera fase: Después de la liberación


Luego de una segunda fase que nos lleva la liberación de los prisioneros,
este entra en una etapa de despersonalización. Simplemente no se
puede creer lo que esta ocurriendo y todo ha perdido el color.

Prisioneros que añoraban su libertad, pero cuando la tuvieron


simplemente no sentían felicidad. El daño, la deshumanización y las
vejaciones penetraron el ser humano y volver a lo que eran parecía
imposible.

Habla de las diferentes reacciones frente a la libertad y como muchos


prisioneros actuaron.
Frankl en este punto nos habla de una reinserción a la sociedad dura y
difícil, sobre todo para aquellos que simplemente la guerra despojo de
todo.

El autor desde un principio aclara que, El Hombre en busca de sentido no


es otro relato sobre la segunda guerra mundial y los horrores sometidos
al pueblo judío por los Nazis, sino un libro que busca desentrañar el
pensamiento de un hombre que lo pierde todo y que aun así tiene
esperanza de vivir.

No se profundiza en los hechos tan oscuros y macabros que ocurrieron,


ya de eso se ha hablado muchísimo, pero lo que Frankl rescata es tan
poco explorado que captura al lector; el autor simplemente explica como
alguien al que le han quitado todo aun consigue las fuerzas para soñar,
vivir y hasta como mantiene su dignidad y su espíritu integro al
encontrarle sentido a su sufrimiento.

El autor en este libro muestra lo mejor y lo peor del ser humano.

Hay momentos en los que te indignas, otros en los que te cautiva, unos
en los que lloras, pero sobre todos hay momentos en los que te pones en
los zapatos del prisionero y siente la emoción descrita por el autor tan
vívidamente, que es sencillo comprender lo que te desea explicar.

”De acuerdo con la logoterapia, la primera fuerza motivante del hombre


es la lucha por encontrarle un sentido a su propia vida. Este sentido es
único y específico, en cuanto es uno mismo y uno solo quien ha de
encontrarlo; únicamente así el hombre alcanza un fin que satisfaga su
propia voluntad de sentido.” Viktor Frankl

Un libro recomendado no sólo para los amantes de la psicología, sino


para aquellas personas con el alma sensible para entender desde un
punto de vista tan personal una experiencia tan conmovedora.

Sin duda alguna El Hombre en busca de sentido es un libro que vale la


pena leer…

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