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EL CONOCIMIENTO

Conocer es una actividad por medio de la cual el hombre adquiere certeza de la


realidad, y que se manifiesta como un conjunto de representaciones sobre las cuales
tenemos certeza de que son verdaderas.

Según Díaz, J (2004). «Conocimiento significa entonces apropiarnos de las


propiedades y relaciones de las cosas, entender lo que son y lo que no son».

Conocer es enfrentar la realidad; todo conocimiento es forzosamente una relación en


la cual aparecen dos elementos relacionados entre sí; uno cognoscente, llamado
sujeto, y otro conocido, llamado objeto. Esta relación implica una actividad en el
sujeto, la cual es la de aprehender el objeto, y la del objeto es simplemente de ser
aprehendido por el sujeto.

El Diccionario filosófico de Rosental y Iudin (1973), acorde al Materialismo dialéctico,


define al conocimiento como «el proceso en virtud del cual la realidad se refleja y
reproduce en el pensamiento humano; dicho proceso está condicionado por las leyes
del devenir social y se halla indisolublemente unido a la actividad práctica».
Representación
mental
El conocimiento presenta
tres elementos principales:
el sujeto, la imagen y el
objeto. Visto por el lado del
sujeto, el fenómeno del
conocimiento se acerca a la
esfera psicológica; por la
imagen con la lógica y por el
objeto con la ontología.
cognoscible Cognoscente
Es, pues, el sujeto quien determina la relación con el objeto, y por tanto determina
esa actividad de conocer y puede entrar en relación con el objeto de diferentes
maneras, lo cual hace que la actividad de conocer fluctúe entre el conocimiento
vulgar y el conocimiento científico.

Bien podríamos decir que el conocimiento vulgar me lleva a ver el objeto, a


entenderlo sin más, pero el conocimiento me lleva a ver en la realidad lo que otros
no han visto, va más allá del simple ver; por tanto, el conocimiento científico se apoya
en el método científico y la investigación.

El hombre de ciencia busca que su conocimiento sea más que el simple ver del
hombre de la calle; por ello logra con su conocimiento diferentes interpretaciones de
la realidad, y entre más profundo sea su conocer más puede lograr modificar la
realidad.

CONOCIMIENTO

VULGAR CIENTÍFICO
El conocimiento científico es una de las formas que tiene el hombre para otorgarle
un significado con sentido a la realidad.

En el siguiente esquema se presenta lo que sería la función de conocimiento científico


en el sujeto u hombre de ciencia:

CONOCIMIENTO

MODIFICA

LA REALIDAD

El esquema anterior nos indica cómo el hombre de ciencia, a medida que busca el
sentido de la realidad y presenta sus explicaciones, logra que a partir de ellas se
cambie el conocimiento que se tiene de la realidad y, al lograrlo, diremos
analógicamente que se cambia la realidad.
Cuando analizamos qué hace el hombre de ciencia para llegar a interpretarlos
fenómenos de la realidad, nos encontramos que su forma de producir su
conocimiento es como sigue:

CONOCIMIENTO R
E
OBSERVA A
L
DESCUBRE I
EXPLICA D
A
PREDICE D

CONOCIMIENTO SISTEMÁTICO DE LA REALIDAD

El esquema anterior, que maneja el hombre de ciencia, lo aplica muchas veces el


hombre de la calle, pero la diferencia radica en que éste no lo hace en forma
sistemática y no tiene conciencia de ello, por lo que no espera un resultado que él
pueda controlar conscientemente.

Observe el siguiente esquema sobre el conocimiento, extraiga una


definición.
El conocimiento es un elemento que se utiliza diariamente. La forma en que los
hombres manejan las cosas del entorno es muestra del conocimiento que tienen de
él, desde las cuestiones más simples hasta las más complejas. El conocimiento no es
todo igual, sino que (desde un punto de vista lógico) se clasifica en conocimiento
común o vulgar, el científico y el filosófico.
El conocimiento común es el que se emplea en la vida diaria, deriva de la experiencia
de la persona que lo utiliza, se revela a través de los sentidos. Torré menciona que las
características de este tipo de conocimiento son: que es incierto, superficial y
desordenado (o no metódico).
El filosófico es un conocimiento que parte de concepciones del ser humano y del
universo. Según Torré este tipo de conocimiento tiene como caracteres la autonomía
(porque no se basa en supuestos como el científico), la filosofía también se examina
a sí misma; y ser pantónomo porque abarca lo esencial de todos los objetos.
El conocimiento científico es el más importante de todos, se basa en un sistema que
desarrolla los postulados o teorías que el conocimiento expone. Según Torré posee
los siguientes caracteres: es cierto porque explora la realidad tal cual es y no como la
percibimos (como el vulgar). Es explicado y fundamentado: es característica de este
tipo de conocimiento el poseer un método para comprobar sus afirmaciones.
Además, es sistemático, en el sentido de sistema, es decir de “saber jerarquizado y
ordenado según principios”. Por último, es de sentido limitado porque cada ciencia
tiene su propio objeto de estudio, y dentro de este objeto o ámbito de estudio puede
ensayar afirmaciones de validez universal (por ejemplo: “los metales se dilatan con el
calor”), es decir válidos en todo el universo, pero dentro de la Ciencia que lo estudia.
Para abordar con provecho el estudio de la metodología científica es necesario
situarse, previamente, en el contexto en que ésta adquiere su sentido. La
metodología, no es realmente una ciencia, sino un instrumento dirigido a validar y a
hacer más eficiente la investigación científica. Esta, a su vez, es la actividad que
alimenta un singular tipo de conocimiento, la ciencia.

El conocimiento como problema


En nuestra vida cotidiana, en el trabajo, los estudios o la constante interacción social,
adquirimos y utilizamos una inmensa cantidad de conocimientos, tan variados como
el universo mismo: sabemos cuál es la llave que abre la puerta de nuestra casa y cómo
cambia el semblante de la persona que amamos, aprendemos cuantos electrones
orbitan en un átomo de helio o la fecha en que fue fundada nuestra ciudad. El
conocimiento se nos presenta como algo casi natural, que vamos obteniendo con
mayor o menor esfuerzo a lo largo de nuestra vida, como algo que normalmente
aceptamos sin discusión, especialmente cuando lo adquirimos en la escuela o a través
de medios escritos de comunicación.

Pero en algunas ocasiones, o con respecto a ciertos conocimientos, percibimos que


las cosas no son tan simples, que hay afirmaciones discutibles o sencillamente falsas.
Encontramos que, en una conversación cualquiera o en una polémica determinada,
hay aseveraciones que tienen diverso valor, que son más o menos confiables que
otras y que dicho valor depende en buena medida del modo en que se ha llegado
hasta ellas. Esto puede ocurrir, por ejemplo, cuando descubrimos que una persona
relata hechos que no ha tenido ocasión de comprobar o cuando comprendemos que
se han sacado inadvertidamente conclusiones erradas, ya sea por haberse
confundido los términos de un problema o por basarse en datos incompletos,
aproximados o directamente equivocados.

Si reflexionamos sobre estos casos encontraremos que es posible hacerse una


pregunta, una pregunta tal que cambia por completo nuestra actitud ante los
conocimientos que tenemos: ¿Cómo sabemos lo que sabemos? ¿Podemos inquirir?
¿En qué nos basamos para afirmar o para aceptar una determinada afirmación?
¿Cómo sostener que algo es verdad?, por ejemplo, si no hemos podido comprobarlo
directa y personalmente, ¿o si tenemos sólo una información parcial al respecto? Y
más todavía, aun cuando nuestros sentidos parezcan indicarnos claramente una
respuesta ¿podremos siempre estar seguros de lo que vemos, oímos y sentimos?

Referencia Bibliográfica
Bunge, M. (1980). La ciencia. Su método. Su filosofía. Ediciones Siglo Veinte.
Klimovsky, G. (1994). Las desventuras del conocimiento científico. Una introducción
a la epistemología. A-Z editora.
Tamayo y Tamayo, M. (2003) El proceso de la Investigación Científica. Editorial
Lumusa.
Márquez, O. (2000). El proceso de la investigación en las Ciencias Sociales. Barinas,
Venezuela. UNELLEZ.

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