Buenas tardes, alumnas y alumnos de Sistema de la Lengua Española II.
Ya nos hemos sumergido en el fascinante mundo de las clases de palabras
léxicas, es decir, aquellas categorías que poseen significado descriptivo inherente. Más precisamente, comenzamos con los sustantivos y los adjetivos. Como habrán notado, es común que funcionen en conjunto, como una pareja épica. Utilizamos los sustantivos para nombrar al mundo y empleamos los adjetivos para describir ese mundo.
Ahora bien, restan introducir algunas clases léxicas: adverbios, preposiciones
y verbos. En el caso particular del adverbio, les adelanto, en los párrafos siguientes, algunas características básicas. Recuerden, antes de continuar, que esta es una presentación meramente introductoria. Para ampliar el tema, en la sección "Materiales de estudio" tienen disponible el capítulo 2 del libro Gramática pedagógica de Guillermina Piatti.
Desde el punto de vista morfológico, el adverbio no presenta ni una
complejidad, ya que no flexiona ni en género ni en número. Cotejen los siguientes ejemplos: ella llegó lejos / ellos llegaron lejos; yo comí demasiado / nosotras comimos demasiado; quizás lleguemos temprano / quizás llegue temprano. Existen casos particulares de flexión que no obedecen a necesidades gramaticales, sino discursivas, es decir, extragramaticales. Me refiero al uso de adverbios diminutivos (vuelvo prontito, vive cerquita) y aumentativos (Carla estudió muchísimo). Algo con lo que debemos tener cuidado es con la posible confusión entre adverbios y adjetivos morfológicamente emparentados: tengo medio pan, compraste mucho pan (adjetivos que modifican sustantivos: podría tratarse de media empanada o mucha lechuga); estoy medio cansado (adverbio que modifica a un adjetivo: podría estar medio cansada, pero no *media cansada). Para evitar la posible confusión podemos, como en los ejemplos dados, verificar a qué clase de palabra está modificando (revisar aspecto sintáctico). Si puede flexionar en género y/o número, no es un adverbio.
Desde el punto de vista sintáctico, el adverbio presenta tres posibilidades: 1)
modificar a un verbo: Alfredo camina lentamente hacia la casa de su padre (camina lentamente); 2) modificar a otro adverbio: Ana María avanza muy lentamente en dirección a la iglesia (muy lentamente); 3) modificar a un adjetivo: Marianela es muy simpática (muy simpática). Cuando modifica a un verbo, la función sintáctica del adverbio se denomina CIRCUNSTANCIAL. Cuando modifica a otro adverbio o a un adjetivo, la función sintáctica es MODIFICADOR DIRECTO (MD). Aclaremos, para evitar confusiones, que el adjetivo, como ya vimos en la clase anterior, puede cumplir la función sintáctica de MD de un sustantivo; en cambio, el adverbio, del que nos ocupamos ahora, puede ser MD de un adjetivo o de otro adverbio. Existen casos especiales en los que podemos hallar adverbios después de una preposición (Julián se mudó a la casa de enfrente) o modificando a un sustantivo (Lo encontraron calle arriba). Finalmente, desde el punto de vista semántico, el adverbio presenta una amplia variedad según el tipo de referencia o significado que comunique. Entre los principales matices, tenemos los siguientes: de tiempo (ayer, hoy, mañana, antes, ahora, después...), de lugar (lejos, cerca, arriba, abajo, adentro, afuera, enfrente...), de modo (así, lentamente, despacio, raudamente...), de cantidad (más, menos, mucho, poco, bastante, demasiado...), de afirmación (sí, también...), de negación (no, tampoco), de duda (quizá/s, probablemente, acaso...).