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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO

FACULTAD DE INGENIERÍA

ANÁLISIS NUMÉRICO

PROFESOR VICTOR DAMIAN PINILLA MORAN

ANÁLISIS DE ERRORES EN LA INGENIERÍA

GRUPO: 1

ALUMNA: LÓPEZ DUEÑAS ZYANYA IVONNE

SEMESTRE
2021-2

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El imponente Vasa y su vergonzoso hundimiento.
El Vasa fue un navío de guerra sueco construido a principios del siglo XVII por orden del
rey de Suecia Gustavo II Adolfo, empeñado en incrementar el poderío militar de su
nación. La realización de este objetivo era urgente, ya que por aquel entonces Suecia se
encontraba envuelta en una guerra con la Mancomunidad de Polonia-Lituania. Aunque
se esperaba que el Vasa fuera uno de los barcos de guerra más poderosos de su tiempo,
irónicamente no fue hundido por los cañones enemigos sino por una ráfaga de viento.
Aún más humillante para los suecos resultó el hecho de que el Vasa se hundiera poco
después de zarpar del puerto de Estocolmo en su viaje inaugural a la vista de los
habitantes de la capital sueca que habían acudido para contemplar el espectáculo.

La construcción del Vasa


La historia del Vasa da comienzo en enero del año 1625, cuando Gustavo II Adolfo firmó
su contrato con el holandés Henrik Hybertsson, maestro constructor de barcos, y su socio
Arendt de Groote. Según se estipulaba en este contrato, la compañía formada por estos
dos hombres se encargaría de construir cuatro nuevos barcos para el rey de Suecia,
siendo uno de ellos el Vasa. Al año siguiente se iniciaron los trabajos de construcción del
Vasa. Pero por aquel entonces el maestro Hybertsson se encontraba ya muy enfermo,
muriendo en el año 1627. Tras su muerte, su ayudante Hein Jakobsson pasó a
encabezar el proyecto.
La botadura del Vasa se inicia en la primavera de 1627, en torno a la misma época en
que muere Hybertsson, y finaliza en verano del 1628. El Vasa medía 69 metros de
longitud y 50 metros de altura (desde la quilla hasta el punto más alto del palo mayor).
Pesaba más de 1.200 toneladas y disponía de 10 velas, 64 cañones, 120 toneladas de
lastre y cientos de esculturas. El Vasa era sin duda un buque de guerra impresionante a
la vista, aunque con un preocupante problema: su inestabilidad.
Algunos de los motivos que se considera que provocaron la inestabilidad del Vasa fueron
las numerosas modificaciones a las que fue sometido a lo largo de su construcción. Por
ejemplo, el plan inicial de Hybertsson era construir cuatro barcos de dos tipos diferentes.
Dos de ellos tendrían quillas de 39 metros de longitud, y los otros dos de 41 metros. En
un principio el Vasa iba a ser uno de los barcos de menor tamaño, pero una vez acabado
fue modificado para convertirlo al otro tipo.
Parece que los oficiales de la marina sueca de la época advirtieron este problema que
afectaba al Vasa. En verano de 1628, el capitán que supervisaba la construcción del
barco, Söfring Hansson, llamó al vicealmirante Klas Fleming para que acudiera al Vasa,
amarrado por aquel entonces en el palacio real. Hansson estaba preocupado, y le
expresó al vicealmirante su temor de que el navío fuese inestable e inseguro para la
navegación. A fin de demostrarlo, el capitán hizo que 30 hombres corrieran a lo largo de
la cubierta, lo que provocó que la nave oscilara de manera alarmante. Temiendo que el
Vasa se hundiera si la demostración seguía adelante, Fleming ordenó a Hansson que le
pusiera fin. A pesar de haberlo visto con sus propios ojos, Fleming, presionado por el rey
para que el barco se hiciera a la mar, ordenó al capitán que zarpara de todos modos.

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El Vasa se hunde
El 10 de agosto del año 1628, el Vasa zarpó en su viaje inaugural. Tras haber navegado
unos 1.300 metros, una ráfaga de viento escoró el barco hasta hacerlo volcar sobre su
costado de babor (izquierda). Al encontrarse abiertas las troneras de los cañones, el
agua empezó a filtrarse a través de ellas, y en cuestión de minutos el Vasa se había
hundido hasta una profundidad de 32 metros. Al poco tiempo se dio orden de investigar
el incidente, recayendo las culpas sobre Hybertsson. El maestro constructor de barcos
holandés, que había muerto hacía más de un año, no podía defenderse ni ser castigado
por razones obvias. De este modo, el caso se dio por cerrado.
A pesar de todo, el Vasa no cayó por completo en el olvido. De hecho, en las décadas
que siguieron al desastre, se llevaron a cabo varios intentos de recuperar el navío
hundido, aunque todos ellos fracasaron. Durante la década de 1660, un equipo de
submarinistas, utilizando un antiguo tipo de campana de buceo, logró recuperar los
cañones del barco. Posteriormente, el Vasa fue abandonado, y cayó en el olvido hasta
los años 50 del siglo XX, cuando fue localizado de nuevo. Tras el redescubrimiento del
Vasa, se llevó a cabo un intento de izarlo del fondo del mar, lo que se consiguió en el
año 1961.
El estado de conservación del Vasa era bueno gracias a las condiciones de las aguas
en las que se encontraba. Al conseguir recuperar el navío del fondo del mar, no obstante,
su madera comenzó a deteriorarse, por lo cual debieron iniciarse inmediatamente
trabajos con vistas a su conservación. Estas labores continúan aún a día de hoy. A pesar
de su vergonzoso hundimiento, el Vasa sigue despertando el interés de la nación sueca
en la actualidad, ya que es un símbolo de su “Era del Gran Poder”, una época en la que
Suecia era una de las principales potencias europeas y dominaba gran parte del Báltico.
Es quizás por esta razón por la que el Vasa se conserva aún en nuestros días en un
museo que recibe su nombre, el Museo Vasa de Estocolmo.

¿Qué hundió entonces al Vasa?


En el mismo interrogatorio, el capitán afirmo que la causa del hundimiento fue una
pequeña racha de viento, esto es, la nave era demasiado inestable y nunca debió de
salir del puerto.
La obra viva era demasiado pequeña respecto al casco, que no soporto tanto peso.

Uno de los autores que más ha investigado sobre el tema, Erling Matz, considera
que el Vasa era tan robusto como cualquier barco del periodo y tan inestable como
cualquier buque con muchos cañones en aquel periodo. No es que estuviera mal
construido o tuviera materiales defectuosos, solo estaba mal diseñado. Sin cálculos
matemáticos precisos de estabilidad, se terminó construyendo un barco
incompatible en su tamaño con un número tan alto de cañones pesados. Un sencillo
golpe de viento echó al traste lo que era un diseño experimental.

A pesar de todo esto los expertos afirman que la nave era asimétrica: mas gruesa a
babor que a estribor, debido a esto se producía la inestabilidad de la nave, por lo
que al salir del puerto y junto a la racha de viento que llego provoco que esta volcara.

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Conclusión.
La actividad de reflotamiento del Vasa ha permitido efectuar un interesante estudio
arqueológico e histórico, para conocer en épocas pasadas el comportamiento de los
navíos, la manera de navegar y los usos y costumbres del pasado.
Es por ello que la arqueología submarina tiene la elocuente importancia de permitir
reconstruir el pasado náutico de la actividad del hombre en el mar y en los ríos; de igual
forma en casos de siniestros, reconocer los motivos del accidente.
Las Matemáticas y la Física no estaban apenas desarrolladas en 1625, no habían
aparecido todavía ni la Geometría Analítica ni teorías sobre el Cálculo que serían
desarrolladas posteriormente por Descartes y Newton. Así que a esas alturas del siglo
XVII no se podían realizar cálculos precisos de navegabilidad, por lo que el proyectista
tenía que basarse en su imaginación y en el autoaprendizaje a la hora de llevar un
proyecto de esta dimensión a cabo.

Ninguno de los cálculos hechos tenía en cuenta que se tendrían que añadir 50 toneladas
de lastre a causa de la colocación de la nueva cubierta. Sin embargo, no existía suficiente
espacio para albergar dicho lastre adicional, por lo que la idea fue desechada desde el
primer momento.

El maestro Hybertsson comenzó a deliberar acerca de los cambios necesarios en el


tablaje y se los comunicó a su equipo de trabajo. Estos cometieron la imprudencia de
añadir unas pulgadas más de espesor sin consultárselo al encargado, además de
ocupar la mayor parte de su tiempo con las decoraciones en vez de usarlo en los
cambios estructurales.

El analizar sucesos de épocas pasadas ayuda al ingeniero actual el comprender, analizar


y mejorar este tipo de sucesos o situaciones para evitar la recurrencia y hacer optimo
estos sucesos o situaciones.

Bibliografía

https://www.abc.es/historia/abci-titanic-sueco-tragedia-barco-gigante-fondo-mar-viaje-
inaugural-201801252219_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F

Nave Vasa (Museo de Estocolmo)

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