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FACULTAD DE INGENIERÍA
ANÁLISIS NUMÉRICO
GRUPO: 1
SEMESTRE
2021-2
1
El imponente Vasa y su vergonzoso hundimiento.
El Vasa fue un navío de guerra sueco construido a principios del siglo XVII por orden del
rey de Suecia Gustavo II Adolfo, empeñado en incrementar el poderío militar de su
nación. La realización de este objetivo era urgente, ya que por aquel entonces Suecia se
encontraba envuelta en una guerra con la Mancomunidad de Polonia-Lituania. Aunque
se esperaba que el Vasa fuera uno de los barcos de guerra más poderosos de su tiempo,
irónicamente no fue hundido por los cañones enemigos sino por una ráfaga de viento.
Aún más humillante para los suecos resultó el hecho de que el Vasa se hundiera poco
después de zarpar del puerto de Estocolmo en su viaje inaugural a la vista de los
habitantes de la capital sueca que habían acudido para contemplar el espectáculo.
2
El Vasa se hunde
El 10 de agosto del año 1628, el Vasa zarpó en su viaje inaugural. Tras haber navegado
unos 1.300 metros, una ráfaga de viento escoró el barco hasta hacerlo volcar sobre su
costado de babor (izquierda). Al encontrarse abiertas las troneras de los cañones, el
agua empezó a filtrarse a través de ellas, y en cuestión de minutos el Vasa se había
hundido hasta una profundidad de 32 metros. Al poco tiempo se dio orden de investigar
el incidente, recayendo las culpas sobre Hybertsson. El maestro constructor de barcos
holandés, que había muerto hacía más de un año, no podía defenderse ni ser castigado
por razones obvias. De este modo, el caso se dio por cerrado.
A pesar de todo, el Vasa no cayó por completo en el olvido. De hecho, en las décadas
que siguieron al desastre, se llevaron a cabo varios intentos de recuperar el navío
hundido, aunque todos ellos fracasaron. Durante la década de 1660, un equipo de
submarinistas, utilizando un antiguo tipo de campana de buceo, logró recuperar los
cañones del barco. Posteriormente, el Vasa fue abandonado, y cayó en el olvido hasta
los años 50 del siglo XX, cuando fue localizado de nuevo. Tras el redescubrimiento del
Vasa, se llevó a cabo un intento de izarlo del fondo del mar, lo que se consiguió en el
año 1961.
El estado de conservación del Vasa era bueno gracias a las condiciones de las aguas
en las que se encontraba. Al conseguir recuperar el navío del fondo del mar, no obstante,
su madera comenzó a deteriorarse, por lo cual debieron iniciarse inmediatamente
trabajos con vistas a su conservación. Estas labores continúan aún a día de hoy. A pesar
de su vergonzoso hundimiento, el Vasa sigue despertando el interés de la nación sueca
en la actualidad, ya que es un símbolo de su “Era del Gran Poder”, una época en la que
Suecia era una de las principales potencias europeas y dominaba gran parte del Báltico.
Es quizás por esta razón por la que el Vasa se conserva aún en nuestros días en un
museo que recibe su nombre, el Museo Vasa de Estocolmo.
Uno de los autores que más ha investigado sobre el tema, Erling Matz, considera
que el Vasa era tan robusto como cualquier barco del periodo y tan inestable como
cualquier buque con muchos cañones en aquel periodo. No es que estuviera mal
construido o tuviera materiales defectuosos, solo estaba mal diseñado. Sin cálculos
matemáticos precisos de estabilidad, se terminó construyendo un barco
incompatible en su tamaño con un número tan alto de cañones pesados. Un sencillo
golpe de viento echó al traste lo que era un diseño experimental.
A pesar de todo esto los expertos afirman que la nave era asimétrica: mas gruesa a
babor que a estribor, debido a esto se producía la inestabilidad de la nave, por lo
que al salir del puerto y junto a la racha de viento que llego provoco que esta volcara.
3
Conclusión.
La actividad de reflotamiento del Vasa ha permitido efectuar un interesante estudio
arqueológico e histórico, para conocer en épocas pasadas el comportamiento de los
navíos, la manera de navegar y los usos y costumbres del pasado.
Es por ello que la arqueología submarina tiene la elocuente importancia de permitir
reconstruir el pasado náutico de la actividad del hombre en el mar y en los ríos; de igual
forma en casos de siniestros, reconocer los motivos del accidente.
Las Matemáticas y la Física no estaban apenas desarrolladas en 1625, no habían
aparecido todavía ni la Geometría Analítica ni teorías sobre el Cálculo que serían
desarrolladas posteriormente por Descartes y Newton. Así que a esas alturas del siglo
XVII no se podían realizar cálculos precisos de navegabilidad, por lo que el proyectista
tenía que basarse en su imaginación y en el autoaprendizaje a la hora de llevar un
proyecto de esta dimensión a cabo.
Ninguno de los cálculos hechos tenía en cuenta que se tendrían que añadir 50 toneladas
de lastre a causa de la colocación de la nueva cubierta. Sin embargo, no existía suficiente
espacio para albergar dicho lastre adicional, por lo que la idea fue desechada desde el
primer momento.
Bibliografía
https://www.abc.es/historia/abci-titanic-sueco-tragedia-barco-gigante-fondo-mar-viaje-
inaugural-201801252219_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F