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LA HISTORIA DEL VASA

Tomado y Adaptado por Alpha Consultoría (Proyecto Alpha Consultoría, SA de CV) de Object
Lessons, Lessons Learned in Object-Oriented Development Projects, Tom Love. SIGS Books, New
York, 1993

En 1625, la marina sueca, resultó victoriosa en la batalla del Báltico. Dicha batalla había sido
tan gloriosa para la armada, que el Rey Gustav Adolphus, comisionó la construcción de un nuevo
buque insignia para conmemorar dicho hecho, mismo que debía ser el barco más grande de toda
Europa.

Para la construcción de este barco, llamado el VASA, el rey seleccionó a Henrik Hybertsson,
un maestro constructor de la vecina Holanda. Después de una entrevista en donde el Rey definió la
idea que tenía respecto al barco, el maestro regresó a su pequeño taller y construyó un modelo a
escala del mismo. El rey quedó encantado con el modelo y designó un bosque de robles recién
expropiado para proveer de la madera necesaria para la construcción del Vasa.

Realmente no había ninguna especificación escrita. Piezas de madera fueron cortadas, de


acuerdo al supuesto de que el barco mediría 108 pies de eslora. Durante la primera reunión para
revisar los avances, el Rey solicitó que el barco fuera construido de 135 pies. El maestro Henrik
accedió agregando una sección a la quilla que estaba ya casi terminada, pero consideró que una
longitud de 120 pies sería más que suficiente para agradar e impresionar al Rey. Mientras los
trabajos continuaban, el Rey Gustav partió al sur de Suecia para sus vacaciones de verano.

Mientras vacacionaba, el rey se enteró de que los daneses recién habían comisionado la
construcción de un barco, pero el barco danés contaba con tres cubiertas de cañones, es decir, una
más que el Vasa. Inmediatamente después de regresar a Estocolmo, el Rey Gustav exigió una
revisión al diseño. Estaba impresionado con la arquitectura del barco y propuso que se agregaran
varias decoraciones, además de solicitar que se agregara una tercera cubierta con 50 cañones de
bronce. Finalmente, ordenó a Henrik que, para adelantar a los constructores daneses, el barco
debería ser terminado diez meses antes de lo previsto, el costo no importaba.

Henrik, el maestro constructor estaba realmente sorprendido, Como era posible que el Rey
solicitara un cambio estructural tan importante, a pesar de que la quilla ya había sido terminada y
el tablaje exterior estaba a punto de concluirse. Pero debido a que su cliente era un Rey, era
imposible negarse, a riesgo de perder la cabeza.

Las Matemáticas y la física no estaban bien desarrolladas en 1625. Faltaba más de una década para
que la Geometría Analítica fuera descubierta por Descartes y alrededor de 50 años para la primera
publicación de Newton acerca del cálculo. Así que en 1625, un maestro constructor tenía que
imaginar, modelar, construir y aprender. En ese orden. Era también una tradición entre los
constructores de barcos de aquella época, mantener en absoluto secreto las especificaciones de los
barcos más importantes. Ninguno de los cálculos hechos hasta ese momento, tomaba en cuenta
que se tendrían que agregar 50 toneladas de peso a causa de la tercera cubierta, ni tampoco el peso
de un horno de ladrillos para la cocina. El maestro constructor, decidió que la nueva cubierta de
cañones requeriría de algún lastre adicional en los costados y de tablajes adicionales. Unas 80
toneladas adicionales a las 120 toneladas inicialmente planeadas.

Sin embargo, no existía suficiente espacio para añadir el lastre adicional (principalmente
rocas) en las cubiertas existentes, Así que la idea del lastre fue desechada por el momento. Usando
las mejores herramientas a su alcance, el maestro Hybertsson calculó los cambios requeridos en el
tablaje y los comunicó a su equipo de constructores. Éstos, solo para estar seguros y sin consultar
con el maestro, agregaron 5 pulgadas más de espesor, además de que ocuparon gran parte de su
tiempo en realizar las decoraciones solicitadas por el Rey.

Cuando las modificaciones finalmente estuvieron completas, el maestro Hybertsson solicitó


a un almirante de la armada sueca que realizara algunas pruebas de estabilidad al Vasa. Treinta
marinos fueron instruidos para realizar maniobras arriba del barco, entre las que se encontraban,
correr de un lado al otro de la cubierta superior. La prueba fue considerada suficientemente exitosa,
a pesar de que en una ocasión la cubierta inferior casi tocó el agua. Realmente la prueba fue dada
por buena, ya que nadie sabía cómo solucionar el problema del sobrepeso y la fecha comprometida
con el Rey estaba a punto de llegar.

En la mañana de un domingo de agosto de 1628, el Vasa salió del puerto de Estocolmo.


Entre grandiosas celebraciones el barco tomó rumbo hacia el archipiélago de Estocolmo. Como a
una milla del puerto, una modesta ráfaga de viento infló la vela principal, provocando que la primera
cubierta de cañones alcanzara la línea de flotación y se inundará en pocos minutos, el barco se
volteó boca abajo casi instantáneamente. Unos minutos después el Vasa se hundía, cobrando la
vida de 50 de los 150 marinos que se encontraban a bordo.

“Cualquier parecido con la realidad…no es mera coincidencia”

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