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– MOISÉS LE
RECUERDA A ISRAEL SU PACTO CON
DIOS EN EL SINAÍ
A. Los requisitos del pacto de Dios con Israel.
1. (1-5) El establecimiento del pacto.
Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo
pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra.
Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb. No con nuestros padres hizo
Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos. Cara a cara
habló Jehová con vosotros en el monte de en medio del fuego. Yo estaba entonces entre
Jehová y vosotros, para declararos la palabra de Jehová; porque vosotros tuvisteis
temor del fuego, y no subisteis al monte. Dijo:
a. Oye, Israel: Israel estaba obligado al pacto que acordaron en Éxodo 24:1-8, sin
embargo, el pacto se hizo con la generación anterior que pereció en el desierto. La
generación actual tenía que entender y adoptar el pacto si iban a disfrutar de las
bendiciones de este.
b. Hizo pacto: Literalmente, esto es “cortar un pacto”. La idea de “cortar” está asociada
con el pacto porque los pactos siempre se sellaban con sacrificio – el corte de una
víctima sacrificial.
c. No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros: De hecho, el
pacto fue hecho originalmente con la generación anterior, y Moisés no lo negaba. Pero
él hizo hincapié en el punto: este era pacto de ellos; es un pacto de vivos, no de
muertos.
d. Cara a cara habló Jehová con vosotros: Esto demuestra que el término cara a
cara no significa “cara a cara literal”, sino que es una figura retórica hebraica que
significa “comunicación íntima y libre”.
ii. Es por esto que Éxodo 33:11 dice: Hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como
habla cualquiera a su compañero, y en Éxodo 33:20 dice Jehová: No podrás ver mi
rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. El uso de cara a cara en Éxodo 33:11 es
una figura retórica, lo que significa que Moisés tenía una comunicación libre y sin
obstáculos con el Señor.
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e. Yo estaba entonces entre Jehová y vosotros: Israel no podía soportar una
comunicación tan libre y sin obstáculos con Jehová, así que le pidieron a Moisés que
hablara con Dios en nombre de ellos.
a. Yo soy Jehová tu Dios: Antes que Dios ordenara algo del hombre, Él declaró quién
era Él y lo que hizo por Israel (que te saqué de tierra de Egipto, de casa de
servidumbre). El fundamento era claro: debido a quién era Dios y lo que hizo por su
pueblo, Él tiene el derecho de decirnos qué hacer, y nosotros tenemos la obligación de
obedecerle.
b. No tendrás dioses ajenos delante de mí: El primer mandamiento lógicamente fluye
de entender quién es Dios y lo que ha hecho por nosotros. Nada debe venir
por delante de Dios y Él es el único Dios al que adoramos y servimos.
i. En los días del antiguo Israel, había una gran tentación de adorar a los dioses del
materialismo (Baal, el dios del clima y el éxito financiero) y del sexo (Astoret, la
diosa del sexo, el romance y la reproducción), o cualquier otra deidad local.
Estamos tentados a adorar a los mismos dioses, pero sin los antiguos nombres e
imágenes.
c. No tendrás dioses ajenos delante de mí: Esto no implicaba que estaba permitido
tener otros dioses, siempre y cuando se alinearan detrás del Dios verdadero. En
cambio, la idea es que no debe haber otros dioses delante de la vista del verdadero
Dios en nuestra vida. Delante de mí es literalmente, “frente a mi cara”.
i. Esto significa que Dios demanda ser más que “añadido” a nuestras vidas. No solo
agregamos a Jesús a la vida que ya tenemos. Debemos darle toda nuestra vida.
No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni
abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las
servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres
sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y que hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
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a. No harás para ti escultura: El segundo mandamiento prohibía no solo la idolatría
con respecto a los dioses falsos, sino que también trataba con el hecho de hacer una
imagen de cualquier cosa creada que pudiéramos adorar.
b. Ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra: En ese
tiempo, así como en el nuestro, la adoración estaba ligada estrechamente con
imágenes – imágenes idealizadas, o incluso imágenes en la mente del hombre. Dios no
permitirá que lo representemos con ninguna de esas imágenes, ni que lo
reemplacemos con otra imagen.
iv. Pablo nos recuerda la vanidad de tratar de hacer a Dios a nuestra propia
imagen: Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios
incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles (Romanos 1:22-23).
c. Porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso: ¿Cómo puede decirse que Dios es un
Dios celoso? “El celo de Dios es amor en acción. Él se niega a compartir el corazón
humano con cualquier rival, no porque sea egoísta y nos quiera a todos solo para Él,
sino porque sabe que de esa lealtad a Él depende nuestra misma vida moral… Dios no
tiene celos de nosotros: Él es celoso por nosotros”. (Redpath)
d. Visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación
de los que me aborrecen: Esto no significa que Dios nos castiga directamente por los
pecados de nuestros antepasados. Las palabras importantes son de los que me
aborrecen – si la descendencia ama a Dios, la iniquidad de los padres no la visitará.
i. “Esto implica necesariamente: SI los hijos siguen los pasos de sus padres; porque
ningún hombre puede ser condenado por la justicia divina por un crimen del que
nunca fue culpable”. (Clarke)
ii. Sin embargo, el enfoque aquí está en la idolatría, y esto se refiere al juicio a
escala nacional – las naciones que abandonan al Señor serán juzgadas, y ese juicio
tendrá efectos a lo largo de las generaciones.
i. Jesús comunicó la idea de este mandato en la oración del discípulo, cuando nos
enseñó a tener en cuenta la santidad del nombre de Dios (santificado sea tu
nombre, Mateo 6:9).
b. Porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano: La fuerza de
este mandato ha llevado a extrañas tradiciones entre el pueblo judío. Algunos hacen
todo lo posible para intentar cumplir este mandato, negándose incluso a escribir el
nombre de Dios, por temor a que el papel sea destruido y el nombre de Dios sea
escrito en vano.
Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado. Seis
días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios;
ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno,
ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse
tu siervo y tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que
Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu
Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.
a. Guardarás el día de reposo para santificarlo: Se ordenó que el séptimo día (sábado)
fuera respetado como un día de descanso. Este descanso era para todo Israel – siervos
y esclavos, así como para visitantes.
i. Este es un principio importante que podría pasarse por alto con demasiada
facilidad. Aquí Dios declaró la humanidad esencial y la dignidad de las mujeres, los
esclavos y los extranjeros, y dijo que tenían el mismo derecho a un día de descanso
que el hombre libre de Israel. Este fue ciertamente un concepto radical en el
mundo antiguo.
i. Por ejemplo, en Lucas 6:1-2, en la mente de los líderes judíos, los discípulos eran
culpables de cuatro violaciones del día de reposo cada vez que tomaban un bocado
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de grano en el campo, porque segaban, trillaban, separaban la paja del trigo, y
preparaban comida.
ii. Los antiguos rabinos enseñaban que en día de reposo, un hombre no podía llevar
algo en su mano derecha o en su mano izquierda, sobre su pecho o sobre su
hombro. Pero podía llevar algo con el dorso de la mano, el pie, el codo, o en la oreja,
el pelo, o en el dobladillo de la camisa, o en el zapato o la sandalia. O también, en
día de reposo, a los israelitas se les prohibía hacer un nudo, excepto que una mujer
podía hacer un nudo en su cinturón. Entonces, si un balde de agua tenía que
sacarse de un pozo, un israelita no podía atar una cuerda al balde, pero una mujer
podía atar su cinturón al balde y sacarlo del pozo.
iii. En los hogares judíos practicantes de hoy, uno no puede encender una luz, una
estufa o un interruptor en sábado. Está prohibido conducir una cierta distancia o
hacer una llamada telefónica – todo cuidadosamente regulado por tradiciones que
buscan cumplir la ley a la perfección.
c. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo: Dios
estableció el patrón para el día de reposo en el momento de la creación. Cuando Él
descansó de sus obras en el séptimo día, Dios hizo del séptimo día un día de descanso
de todas nuestras obras (Génesis 2:3). Pero el propósito más importante del día de
reposo era servir como sombra del descanso que tenemos en Jesús.
i. Algunos afirman que los cristianos están obligados a guardar el día de reposo en
la actualidad. Pero el Nuevo Testamento aclara que los cristianos no están
obligados a observar un día de reposo (Colosenses 2:16-17 y Gálatas 4:9-11),
porque Jesús cumplió el propósito y el plan del día de reposo para nosotros
y en nosotros (Hebreos 4:9-11).
ii. Gálatas 4:10 nos dice que los cristianos no están obligados a observar los días,
los meses los tiempos y los años. El reposo en el que entramos como cristianos es
algo para experimentar todos los días, no solo un día a la semana; el descanso de
saber que no tenemos que trabajar para salvarnos a nosotros mismos, sino que
nuestra salvación se logra en Jesús (Hebreos 4:9-10).
iii. El día de reposo ordenado aquí y observado por Israel era una sombra de lo que
va a venir; pero el cuerpo es de Cristo (Colosenses 2:16-17). Tenemos un descanso
en Jesús que es nuestro para vivir todos los días. Por lo tanto, dado que la sombra
del día de reposo se cumple en Jesús, somos libres de guardar cualquier día, o
ningún día – como día de reposo según la costumbre del antiguo Israel.
iv. Sin embargo, aunque estamos libres de la obligación legal del día de reposo, no
podemos ignorar la importancia de un día de descanso: Dios nos ha diseñado para
que lo necesitemos. Al igual que un automóvil que necesita un mantenimiento
regular, necesitamos un descanso regular – o no nos “desgastaremos” bien.
Algunas personas son como autos de alto kilometraje que no se han mantenido
bien, y eso se nota.
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v. Algunos cristianos también son dogmáticos acerca de observar el sábado como
día de reposo en lugar del domingo. Pero debido a que somos libres de considerar
todos los días como dados a Dios, no hay diferencia. Pero de alguna manera, el
domingo es más apropiado; siendo el día en que Jesús resucitó de entre los
muertos (Marcos 16:9), y se reunió por primera vez con sus discípulos
(Juan 20:19), y un día en que los cristianos se reunieron para tener compañerismo
(Hechos 20:7 y 1 Corintios 16:2). Bajo la Ley, los hombres trabajaron para el
descanso de Dios; pero después de que Jesús terminó la obra en la cruz, el
creyente entra en reposo y de ese reposo sale al trabajo.
vi. Pero también se nos ordena trabajar seis días. “El que desperdicia su tiempo en
los seis días es igualmente culpable a la vista de Dios como el que trabaja en el
séptimo” (Clarke). Muchos cristianos deberían dar más “tiempo libre” a la obra del
Señor. Todo cristiano debe tener una manera deliberada de servir a Dios y avanzar
el Reino de Jesucristo.
Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean
prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
i. Jesús usó la forma en que los fariseos interpretaron este mandamiento como un
ejemplo de cómo uno puede guardar la ley con una interpretación limitada y, sin
embargo, violar el espíritu del mandamiento (Mateo 15:3-6).
b. Para que sean prolongados tus días: En Efesios 6:2 Pablo repitió este mandato,
enfatizando la promesa declarada aquí: para que sean prolongados tus días. La
rebelión es costosa y muchos han pagado un alto precio personalmente por su
rebelión contra sus padres.
a. No matarás: Algunos se preguntan cómo Dios puede aprobar la pena capital (Éxodo
19:12) y al mismo tiempo esta prohibición de matar. La respuesta simple es que tanto
en hebreo como en nuestro idioma, hay una distinción entre matar y asesinar. A
diferencia de matar, el asesinato es quitar la vida sin justificación legal (ejecución
después del debido proceso) o justificación moral (matar en defensa propia).
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8. (18) El séptimo mandamiento: No cometerás adulterio.
No cometerás adulterio.
No hurtarás.
b. No hurtarás: También podemos robarle a Dios. Por supuesto, esto exige que
honremos a Dios con nuestros recursos financieros, para que no seamos culpables de
robarle (Malaquías 3:8-10). Pero también podemos robar a Dios al rehusar a
entregarnos a Él en obediencia y servicio suyo, porque Él nos compró y le
pertenecemos: sabiendo que fuisteis rescatados no con cosas corruptibles, como oro o
plata… No con la sangre preciosa de Cristo (1 Pedro 1:18-19); Porque habéis sido
comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu,
los cuales son de Dios (1 Corintios 6:20).
c. No hurtarás: Efesios 4:28 da la solución al robo. El que hurtaba, no hurte más, sino
trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el
que padece necesidad.
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a. No dirás falso testimonio contra tu prójimo: Podemos quebrantar el noveno
mandamiento a través de la calumnia, el chismorreo, la creación de falsas impresiones,
el silencio, el cuestionamiento de los motivos detrás de las acciones de alguien, o
incluso la adulación.
ii. “Esparcir rumores… es repetir un informe sobre una persona sin una
investigación cuidadosa. Muchas, muchas veces he sabido lo que es sufrir con eso.
Repetir una historia que trae descrédito y deshonra a otra persona sin asegurarse
de los hechos, es quebrantar este mandamiento… Cuánta gente, especialmente
cristianos, se regodean en esto, y se deleitan en hacer estragos contando historias
de otros. Excusar la acción diciendo que creían que el informe era cierto, o que no
había intención de calumniar, no es justificación”. (Redpath)
iii. ¿Qué pasa con el silencio inapropiado? “Cuando alguien dice una falsedad sobre
otro y está presente un tercero que sabe que esa afirmación es falsa pero, por
temor o por disgusto, se queda callado, ese tercero es tan culpable de violar esta
ley como si le hubiera dicho una mentira”. (Redpath)
ii. Satanás siempre está ahí para alentar una mentira (Juan 8:44; Hechos 5:3); y
Jesús mismo fue víctima de falso testimonio (Marcos 14:57); de alguna manera,
podríamos decir que este fue el pecado que envió a Jesús a la cruz.
a. No codiciarás: Los primeros nueve mandamientos se enfocan más en las cosas que
hacemos; el décimo trata directamente con el corazón y sus deseos.
b. La casa… mujer… buey… asno, de tu prójimo: La codicia se puede expresar hacia
todo tipo de cosas; es el prurito de tener y poseer lo que otro tiene. Habla de una
insatisfacción con lo que tenemos, y un celo hacia aquellos que tienen algo “mejor”.
iii. Jesús dio una advertencia especial sobre la avaricia, que explicaba la filosofía
central del corazón codicioso: “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia;
porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que
posee” (Lucas 12:15).
Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del
fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos
tablas de piedra, las cuales me dio a mí. Y aconteció que cuando vosotros oísteis la voz
de en medio de las tinieblas, y visteis al monte que ardía en fuego, vinisteis a mí, todos
los príncipes de vuestras tribus, y vuestros ancianos, y dijisteis: He aquí Jehová nuestro
Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del
fuego; hoy hemos visto que Jehová habla al hombre, y éste aún vive. Ahora, pues, ¿por
qué vamos a morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si oyéremos otra vez la voz
de Jehová nuestro Dios, moriremos. Porque ¿qué es el hombre, para que oiga la voz del
Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva?
Acércate tú, y oye todas las cosas que dijere Jehová nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo
que Jehová nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y haremos.
a. En el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz: Toda la
escena fue verdaderamente asombrosa: Habló Jehová; hubo fuego,
una nube, oscuridad, y una gran voz; todo impresionó tanto a Israel que le pidieron a
Moisés que Dios no les hablara más directamente.
i. ¿Por qué pues vamos a morir?… Si oyéremos otra vez la voz de Jehová nuestro
Dios, moriremos lo deja claro. La experiencia del Monte Sinaí no fue una de dulce
comunión con Dios. El mensaje del monte Sinaí no fue “vengan a mí”, sino “aléjense
porque yo soy santo y ustedes no”.
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ii. Este es exactamente el mensaje del escritor a los hebreos en Hebreos 12:18-24:
Nosotros, bajo el Nuevo Pacto, no hemos venido al Monte Sinaí no recibimos el
mensaje “aléjate”; nosotros hemos venido al monte Sion, donde el mensaje de Dios
es “vengan a mí”.
b. Tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y
haremos: Israel estaba demasiado confiado en su habilidad para guardar la ley de Dios.
Su experiencia en el Monte Sinaí los convenció de la gloria de Dios, pero no de su
propia corrupción e incapacidad.
Oyó Jehová la voz de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo Jehová: He oído
la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien está todo lo que han
dicho. ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los
días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!
Ve y diles: Volveos a vuestras tiendas. Y tú quédate aquí conmigo, y te diré todos los
mandamientos y estatutos y decretos que les enseñarás, a fin de que los pongan ahora
por obra en la tierra que yo les doy por posesión. Mirad, pues, que hagáis como Jehová
vuestro Dios os ha mandado; no os apartéis a diestra ni a siniestra. Andad en todo el
camino que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y tengáis
largos días en la tierra que habéis de poseer.
a. Bien está todo lo que han dicho: Dios estaba complacido con la respuesta de Israel.
Su respuesta fue evidencia de que lo tomaron en serio.
b. Quien diera que tuviesen tal corazón: El sentimiento es que a Dios le gustó lo que
vio en Israel, pero “esperaba” (por usar una forma de hablar, porque Dios no “espera”
las cosas como nosotros) que ellos mantuvieran la misma actitud de corazón. De
hecho, Israel no guardó este corazón; no habían pasado ni 40 días cuando danzaron en
adoración alrededor de un becerro de oro.
c. Para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!: Este es el motivo de Dios
al pedir nuestra obediencia – para que nos vaya bien. Cada mandato de Dios tiene sus
raíces en el amor por nosotros, no en un deseo obsesivo de control ni una actitud
mezquina hacia nosotros.
d. Mirad, pues que hagáis como Jehová vuestro Dios os ha mandado: Conocer la
gloria de Dios (como se reveló en el monte Sinaí) y el amor de Dios (como se reveló en
su anhelo de que les fuese bien), les dio razón de más para obedecer a Dios.
i. Cuando tenemos problemas para obedecer a Dios, claramente nos falta una o
ambas de estas áreas. O nos olvidamos de su gloria, o nos olvidamos de su amor
por nosotros, o nos olvidamos de ambos.
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