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– MÁS LEYES
SOBRE DIVERSOS TEMAS
A. Dos leyes para proteger a los criminales y a los
animales.
1. (1-3) Un límite al castigo corporal.
Si hubiere pleito entre algunos, y acudieren al tribunal para que los jueces los juzguen,
éstos absolverán al justo, y condenarán al culpable. Y si el delincuente mereciere ser
azotado, entonces el juez le hará echar en tierra, y le hará azotar en su presencia; según
su delito será el número de azotes. Se podrá dar cuarenta azotes, no más; no sea que, si
lo hirieren con muchos azotes más que éstos, se sienta tu hermano envilecido delante de
tus ojos.
i. “Entre los mahometanos hay muy pocos pleitos, y se da la razón… porque los que
demandan a otros sin justa causa, deben ser azotados públicamente”. (Trapp)
c. Se podrá dar cuarenta azotes, no más: Aunque a veces una paliza era el castigo
apropiado, Dios también está de acuerdo con la idea de que existe tal cosa como un
castigo excesivo, y esto tenía la intención de evitar un castigo excesivo. Además, la
golpiza debía administrarse en presencia del juez (y le hará azotar en su presencia),
para que él pudiera asegurarse de que el castigo no fuera excesivo.
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a. No pondrás bozal al buey: Esta ley simplemente ordenaba el trato humano de un
animal de trabajo. En aquellos días, el grano se separaba de su cáscara haciendo que
un buey lo pisara repetidamente (generalmente alrededor de un círculo). Sería cruel
obligar al buey a caminar sobre todo el grano, pero ponerle un bozal para que no
pueda comer de él.
b. No pondrás bozal al buey: En 1 Corintios 9:9 y 1 Timoteo 5:18 Pablo aplicó este
principio al derecho del ministro a ser sostenido por las personas a las que ministra.
De hecho, 1 Corintios 9:9-10 nos lleva a creer que este es el verdadero punto que Dios
está expresando en este versículo, porque en ese pasaje Pablo preguntó: ¿Tiene Dios
cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por nosotros?
Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer
del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la
tomará por su mujer, y hará con ella parentesco. Y el primogénito que ella diere a luz
sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea
borrado de Israel. Y si el hombre no quisiere tomar a su cuñada, irá entonces su cuñada a
la puerta, a los ancianos, y dirá: Mi cuñado no quiere suscitar nombre en Israel a su
hermano; no quiere emparentar conmigo. Entonces los ancianos de aquella ciudad lo
harán venir, y hablarán con él; y si él se levantare y dijere: No quiero tomarla, se
acercará entonces su cuñada a él delante de los ancianos, y le quitará el calzado del pie,
y le escupirá en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón que no quiere edificar
la casa de su hermano. Y se le dará este nombre en Israel: La casa del descalzado.
a. Muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo: En el antiguo Israel era visto como una
gran tragedia que un hombre muriera sin dejar descendencia para continuar con su
nombre, y para dar a su familia la herencia. Por lo tanto, si un hombre muriere y no
tuviere hijo, era responsabilidad de uno de sus hermanos tomar a la viuda del
hermano difunto como esposa y hará con ella parentesco.
i. “La práctica del matrimonio por levirato… no era peculiar de Israel, ya que se
practicaba entre los hititas y los asirios, así como en países como la India, África y
América del Sur”. (Thompson)
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c. La tomará por su mujer, y hará con ella parentesco: Si los hermanos del difunto se
negaban a tomar esta responsabilidad, debían ser llamados a vergüenza abierta por
parte de la viuda. La vergüenza se agravaba porque los harían quitarse el calzado del
pie y la viuda le escupirá en el rostro.
2. (11-12) A las esposas se les prohíbe interferir en las peleas de sus esposos.
Si algunos riñeren uno con otro, y se acercare la mujer de uno para librar a su marido de
mano del que le hiere, y alargando su mano asiere de sus partes vergonzosas, le cortarás
entonces la mano; no la perdonarás.
a. Le cortarás entonces la mano: En este pasaje difícil, se han hecho varias sugerencias
de por qué se ordenaba un castigo tan severo. “Posiblemente era representativo de
delitos similares y proporcionaba un estándar para el juicio en todos esos casos.
Quizás también, la ley surgió del deseo de proteger los órganos reproductivos y así
obviar todo lo que pudiera impedir que un hombre dejara descendencia”. (Thompson)
b. No la perdonarás: “En parte por el gran daño que ella le hizo a él, tanto a su persona
como a su posteridad, y en parte para disuadir a todas las mujeres de portes
inmodestos e insolentes, y para asegurar esa modestia que es en verdad el guardián de
todas las virtudes, como la inmodestia es una boca de entrada a todos los vicios, como
lo demuestra la triste experiencia de esta época degenerada; y por lo tanto no es
extraño que sea tan severamente restringida y castigada”. (Matthew Poole, 1683)
No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, ni tendrás en tu casa efa grande y efa
pequeño. Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean
prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. Porque abominación es a Jehová
tu Dios cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia.
Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto; de cómo
te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que
iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún temor de
Dios. Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor,
en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la
memoria de Amalec de debajo del cielo; no lo olvides.
a. Acuérdate de lo que hizo Amalec: El ataque amalecita contra los israelitas está
registrado en Éxodo 17. En respuesta, Josué lideró los ejércitos de Israel en la victoria
sobre los amalecitas mientras Moisés oraba por ellos, asistido por Aarón y Hur.
c. Cuando Jehová tu Dios te dé descanso: Israel iba a hacer esta guerra contra los
amalecitas más tarde, cuando estuvieran descansando en la tierra. Unos 400 años
después, Dios ordenó a Saúl que hiciera la guerra contra los amalecitas, y su fracaso en
destruirlos por completo fue el principal acto de desobediencia que le costó el trono a
Saúl (1 Samuel 15:2-9; 28:18).
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