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EL NARRADOR PROTAGONISTA COMO TRANSGRESOR DE LA FUNCIÓN

POÉTICA DEL LENGUAJE EN LA CASA DE CARTÓN DE MARTÍN ADÁN

¿De qué manera el narrador protagonista transgrede la función poética del

lenguaje en La casa de cartón de Martín Adán?

Lengua A: Literatura

Categoría 1

Número de palabras: 3998

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ÍNDICE

Pg.

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………..…………….3

CAPÍTULO I: CONTEXTO ARTÍSTICO Y LITERARIO DEL ESCRITOR MARTÍN

ADÁN

I.1. Martín Adán y la vanguardia…………………….....................................5

I.2. Martín Adán y la reivindicación del barroco……………………..............6

CAPÍTULO II: LA FUNCIÓN POÉTICA DEL LENGUAJE, EL DISCURSO

INDIRECTO Y EL NARRADOR PROTAGONISTA

2.1. El narrador protagonista…………………………………………..............7

2.2. El discurso indirecto………………………………………………………...7

2.3. La función poética del lenguaje……………………………………………8

CAPÍTULO III: LA TRANSGRESIÓN DE LA FUNCIÓN POÉTICA DEL LENGUAJE

3.1. El narrador protagonista como transgresor del lenguaje

poético…………………………………………………………………..............10

3.2. Formas enunciativas del discurso indirecto…………………………… 12

3.3. La función transgresora del lenguaje erótico y la proliferación

de imágenes irónicas…………………………………………………………. 15

CONCLUSIÓN……………………………………………………………………………..18

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…..…..…………………………………………….20

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INTRODUCCIÓN

La literatura peruana de la vanguardia se dio a inicios del siglo XX, el cual tuvo como

precursor a Rafael de la Fuente Benavidez conocido como Martín Adán. En su

primera novela La Casa de Cartón, propone renovar el lenguaje poético de tal manera

que rompe con las normas tradicionales de la poesía modernista. Esta temática se

observa en el uso que el personaje principal hace de las figuras literarias para fusionar

el verso con la prosa. En ese sentido, surge la siguiente problemática: ¿De qué

manera el narrador protagonista transgrede la función poética del lenguaje?

La postura general que dirige a esta pregunta de investigación es: el narrador

protagonista transgrede la función poética del lenguaje por medio del discurso

indirecto; el cual es demostrado en tres argumentos que se consignan en el capítulo

de análisis: Pero antes de ello, en el capítulo dos, se exponen conceptos sobre el

narrador protagonista, el discurso indirecto y la función poética del lenguaje que

ayudarán al estudio respectivo. Asimismo, en el capítulo uno se aborda el contexto

artístico del autor y la obra.

En cuanto a la metodología el presente estudio parte desde un enfoque

retórico, narratológico (Gerad Genette) y lingüístico (Roman Jakobson) aplicando un

método hermenéutico basado en el análisis inferencial el cual permite interpretar la

transgresión de la función poética del lenguaje que realiza el narrador protagonista

por medio del discurso indirecto.

El presente estudio tiene como objetivo analizar y verificar la manera como el

narrador asume la condición de un poeta transgresor que infringe la función poética

del lenguaje. Con ello se pretende valorar a Martín Adán y a La casa de cartón por la

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forma de proponer la belleza de un nuevo lenguaje poético basado en el desorden y

la complejidad.

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CAPÍTULO I: CONTEXTO ARTÍSTICO Y LITERARIO DEL ESCRITOR MARTÍN ADÁN

1.1. Martín Adán y la vanguardia

El peruano Rafael de la Fuente Benavides (1908 – 1985) conocido como Martín Adán,

es uno de los escritores vanguardistas más reconocidos de la literatura peruana del

siglo XX. Entre su producción literaria estudiada por la crítica resalta Aloysius Acker

(1931), Travesía de extramares (1950) y La Rosa de la Espinela (1939). Como

resultado de su creatividad lo llevó a obtener el premio nacional de literatura (1976) y

el premio nacional de poesía (1946).

Sin embargo, la obra cumbre que lo llevó a la fama fue su primera novela

publicada en 1928: La casa de cartón. Considerada como la más significativa debido

a que combina la prosa con el verso (Montoya, 2014). De esta manera se presenta

un nuevo estilo que renueva el lenguaje poético y que rompe con las formas

tradicionales de la narrativa y la poesía.

Por otra parte, González (1982) describe a Martín Adán como un poeta con

particular énfasis y densidad de la naturaleza poética y con dominio de recursos

artísticos. De ahí que, estaría incluido en el grupo de los primeros escritores que

rompieron con las normas estéticas del lenguaje poético como es el caso de Alberto

Hidalgo (1897- 1967), César Vallejo (1892- 1938) y Carlos de Oquendo de Amat

(1905- 1936).

La transgresión de las formas tradicionales de la poesía y la prosa poética se

le llamó vanguardia. Este, se definió como un movimiento artístico y literario, que

surgió en Europa a inicios del siglo XX y cuyas manifestaciones fueron: el cubismo,

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el creacionismo, el surrealismo, etc. De todas ellas, Martín Adán desarrolló aquel

último estilo.

En tal sentido, Oviedo (2001) afirma que, “Martín Adán relaciona el lenguaje de

la poesía con la metafísica de la vanguardia”; es decir, “hay dos constantes: el

formalismo y el carácter visionario de la palabra en busca de lo absoluto” (p. 413).

Esto indica que el autor de La casa de cartón tiene una tendencia vanguardista ya

que articula la poesía con la prosa. Además, muestra algo único en comparación con

sus obras posteriores: la ruptura de las normas estructurales de la tradición literaria

modernista, así como la transgresión de la función poética del lenguaje representado

en fragmentos formales como el discurso indirecto del narrador protagonista.

1.2. Martín Adán y la reivindicación del barroco

El barroco fue un movimiento artístico literario que se originó en Europa en el siglo

XVII; se caracterizó por la manera de usar el lenguaje: el juego de palabras, la

representación de las emociones y la ornamentación exagerada. Al respecto, Hansen

(2004) expone que: “barroco también entendido como un resultado estilístico o

artístico (…) dividida por principios contradictorios” (p. 114). Por su parte, el barroco

tiene la tendencia en destruir la lógica del lenguaje, más tarde lo siguieron los poetas

vanguardistas.

Por otro lado, Cornejo (1981) expone que “Martín Adán retoma las viejas

formas castellanas del Barroco, como el soneto y el romance, para fusionarlas con el

estilo vanguardista” (p. 201). Es decir, este autor posee un estilo literario híbrido que

incorpora figuras retóricas como la metáfora, la antítesis y la adjetivación con la prosa.

Partiendo de este argumento, se puede afirmar que en La casa de cartón existe una

transgresión de la función poética que se tenía en ese entonces.

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CAPÍTULO II: EL NARRADOR PROTAGONISTA, EL DISCURSO INDIRECTO Y

LA FUNCIÓN POÉTICA DEL LENGUAJE

2.1. El narrador protagonista

La narratología define al narrador como un ser ficticio creado por el autor; es decir, la

voz textual encargada de enunciar el discurso durante la narración (Beristáin, 1997).

Al respecto, Genette (1989) propone un nuevo término: la voz del narrador cuya

función es convertir las historias en relatos, a través del lenguaje de la ficción; pero

también, de presentar a los personajes y describir el espacio donde se desarrollan los

hechos.

Referente a la clasificación del narrador; Genette (1989) lo divide en tres

tipologías: en primer lugar, se encuentra el narrador autodiegético, el que narra sus

propias experiencias. En segundo lugar, el narrador heterodiegético, quien relata una

historia a lo que es ajeno, no es integrante de la historia. Y por último, el narrador

homodiegético, el que cuenta acontecimientos como testigo imparcial de la diégesis.

De las tres clases de narrador que se ha expuesto, la presente investigación

estará enfocada en el narrador autodiegético conocido también como narrador

protagonista. Como ya se explicó, este tipo de narrador relata sus propias

experiencias al ser personaje central de la historia, ¿qué función cumple en La casa

de cartón de Martín Adán?

2.2. El discurso indirecto

En los estudios lingüísticos el discurso “puede designar un conjunto de enunciados

que manifiestan ciertas propiedades verbales” (Reis y Lopes, 1995, p. 65). Visto así,

también se le puede definir como una secuencia de enunciados, donde se expone de

forma oral o escrita un determinado tema. En este sentido, el discurso cumple con

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una doble función: “la de ser portador de un mensaje e instrumento de acción”

(Estébanez, 2004, p. 293).

Desde este punto de vista, los estudios narratológicos de Gérard Genette

(1930-2018) proponen que existen dos tipos de discurso en la voz del personaje: el

discurso directo y el discurso indirecto. El primero, consiste cuando el narrador

concede voz propia al personaje; en tanto que el segundo, se apropia de ello. Dicho

de otra forma, ahí, no existe autonomía del habla y la expresión. Considerando estas

dos categorías de la enunciación, el presente estudio analizará ¿qué forma toma el

discurso indirecto en La casa de cartón de Martín Adán?

2.3. La función poética del lenguaje

El lingüista estructural Roman Jakobson (1896-1982) propuso que existen seis

funciones principales del lenguaje: emotiva, referencial, apelativa, metalingüística,

fática y poética. Además, nos dice que esta última se orienta hacia el mensaje lo cual

tiene la intención de atraer al destinatario mediante la belleza de la palabra. (Jurado,

1987).

Por otra parte, Jan Mukarovsky (1891-1975), influenciado por el formalismo

ruso descubrió que la función estética (poética) del lenguaje está presente en todo

acto comunicativo (Gras, 2014). De este modo, el lenguaje es ornamentado con

recursos estilísticos tales como las figuras literarias los cuales van haciendo que las

palabras se vuelvan más bellas y armoniosas.

Ahora bien, la función poética del lenguaje no es propia del género literario,

sino de otros discursos tales como el histórico y el científico (Estébanez, 2004). Sobre

esta base, la belleza del lenguaje puede traspasar los límites de la comunicación

lingüística; sin embargo, será en la literatura donde más se manifieste. Partiendo de

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dicha postura surge la siguiente cuestión ¿de qué manera la función poética del

lenguaje se transgrede en La casa de cartón de Martín Adán?

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CAPÍTULO III: LA TRANSGRESIÓN DE LA FUNCIÓN POÉTICA DEL LENGUAJE

3.1. El narrador protagonista como transgresor del lenguaje poético

En la Casa de Cartón, el narrador protagonista transgrede la función poética del

lenguaje a través de diferentes figuras literarias: tales como la exageración de la

paradoja, el cual se emplea en la construcción de los rasgos físicos del personaje

Catita; la metáfora difusa, utilizado en la descripción de la señorita Muler; y por último,

el uso hiperbólico del epíteto que configura el espacio narrativo de Barranco.

En primera instancia, el narrador protagonista al construir los rasgos

extrovertidos del personaje Catita mediante la exageración de la paradoja, infringe la

función poética del lenguaje:

Catita, cualquier cosa y ninguna cosa… (...) en cuerpo y alma en la a y

desapareciendo poco a poco, rasgo a rasgo, en las otras; en la e, tierna y boba;

en la i, flaca y fea, o casi ella, pero no…Catita es honesta y bonita. (p. 111)

Aquí, el narrador describe los rasgos extrovertidos de Catita usando exageradamente

adjetivos contradictorios que limitan la claridad y armonía del lenguaje poético: como

por ejemplo “tierna y boba”, que señala la cualidad introvertida de Catita. Sin embargo,

este enunciado indirecto es refutado cuando se alude que ella es “Honesta y bonita”.

En síntesis, la claridad del enunciado es quebrantada por el excesivo uso de

paradojas. Sumando a esto, cabe recalcar que el narrador protagonista tiene la

habilidad de jugar con las palabras, dando como resultado, la destrucción de la

linealidad y el ritmo poético.

Por otra parte, el narrador protagonista asume el rol de poeta transgresor al

expresar enunciados que infringen el uso del símil y rompe la claridad del verso. Esto

se evidencia cuando se describe exageradamente la personalidad del personaje

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femenino Muler: “Se iniciaba la cotidiana vida de la señorita Muler, negación del Fisco,

mujer de su casa, doméstica, longa, blanda, íntima y fría como una almohada de cama

a las seis posmelidiano” (p. 57). En este fragmento, se fusionan los adverbios de

negación con los adjetivos; de tal manera que configuran anti estéticamente la

descripción ornamentada de la señorita Muler. De igual modo, se manifiesta la misma

situación en el uso no tradicional del símil, al no existir relación de semejanzas entre

los dos elementos que relacionan a dicha figura literaria: “fría” y “almohada de cama”.

Por último, el narrador protagonista quien en su rol de poeta transgresor de la

belleza del lenguaje literario, construye la imagen del espacio narrativo del malecón

de Barranco mediante el uso hiperbólico del epíteto. “Malecón, el último de Barranco

yendo a Chorrillos, zigzagueante, marina en relieve tallada a cuchillo, juguete de

marinero, tan diferente del malecón de Chorrillos, demasiada luz, horizonte excesivo,

cielo obeso en cura de mar” (p. 63). En base a esto, se observa como recurso retórico

la prosopografía que es usada para construir una imagen inspirada en la naturaleza

interna de Barranco, el cual es focalizada como un espacio nostálgico por los

recuerdos que se evocan de los personajes: Ramón y del narrador protagonista.

Partiendo de esta idea, se observa una vez más como el lenguaje poético es

transgredido por el narrador protagonista al describir el espacio diegético de Barranco.

Esto, apelando al uso hiperbólico del epíteto el cual es alterado hasta el punto de que

el adjetivo calificativo que se usa para resaltar la característica obvia del sustantivo

no corresponde entre si: “cielo obeso”, “cura de mar” y “horizonte excesivo”. Aquí, el

adjetivo calificativo “obeso” no concuerda con el sustantivo “cielo”, tampoco “cura” con

“mar”, y “horizonte” con “excesivo”; es decir, existe una transgresión del epíteto al

describir la imagen del malecón de Barranco.

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En síntesis, el narrador protagonista asume el rol de un poeta innovador que

transgrede la estética tradicional de algunas figuras literarias que embellecen la prosa

poética como lo son: la exageración difusa de la paradoja; el empleo alterado del

símil, cuya semejanza entre sus elementos no guardan relación entre sí; y la

hiperbolización del epíteto en enunciados cortos.

3.2. Formas enunciativas del discurso indirecto

El narrador protagonista en su rol de poeta transgrede la palabra haciendo que los

enunciados del discurso indirecto tomen dos formas: la primera, la de versos

narrados, los cuales son combinados con figuras literarias de repetición tales como el

polisíndeton y la anáfora; y la segunda, la de verso libre no narrado expuestos en los

poemas Underwood.

En principio, el discurso indirecto toma la forma de un verso narrado que se

combina con el exagerado uso del polisíndeton. Aquello se puede ver en la

descripción física que el poeta - narrador protagonista - realiza acerca del personaje

D'Annunzio: “Viejos panzudos con el amigo que nada es, al lado- (cotizaciones del

algodón, manos peludas con el anillo matrimonial, y lentes, y anteojos, y gafas, y

párpados esféricos, y arrugas que parecían de maquillaje)” (p. 70). En estos

enunciados se observa que el polisíndeton, fusiona primero la metáfora con los

sustantivos para indicar la sinonimia que existe entre las palabras y con ello mostrar

el uso de objetos artificiales que adornan la mirada de D'Annunzio. Luego, se une el

epíteto “párpados esféricos” con una segunda metáfora “arrugas que parecían de

maquillaje” para retratar el semblante vivaz del mismo personaje. En suma, la

combinación de la metáfora, el sustantivo y el epíteto constituyen formas de un verso

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narrador que al ser usados en la descripción de D'Annunzio se transgreden con la

claridad y el ritmo del lenguaje poético.

Asimismo, en el discurso indirecto el verso narrado también es fusionado por el

narrador protagonista con la anáfora. Esto se observa en el consuelo que Catita halla

en el lenguaje poético de la naturaleza debido a la muerte del personaje Ramón:

Catita. la vida no es un río que corre: la vida es una charca que se corrompe.

En el día, los mismos árboles, el mismo cielo, el mismo día se refleja en ella.

En la noche - siempre las mismas estrellas, la misma luna, la misma noche.

(pp.102- 103)

Aquí, el sentido de la vida es expresado mediante elementos de la naturaleza que

generan melancolía en el sentir emocional del personaje Catita. Es así que se observa

en el enunciado poético “la vida no es un río que corre”, una anáfora metafórica que

niega el fluir de la vida como un río; esto es reforzado por el verso narrativo “la vida

es una charca que se corrompe”, que connota el círculo vicioso de la vida que se

repite constantemente. Además se refuerza poéticamente con las anáforas “los

mismos árboles” “el mismo cielo” “el mismo día” “las mismas estrellas” “la misma luna”

“la misma noche” para designar que estos son elementos eternos que siempre se van

a repetir en la vida del hombre. En concreto, el poeta - narrador protagonista - al

combinar la anáfora metafórica con los versos narrados, este busca mostrar el sentido

de la vida usando como pretexto al personaje Catita. En tal sentido, existe una

analogía entre la vida que se muestra como una charca que se corrompe al repetirse

en el tiempo con el lenguaje poético que también se transgrede en el espacio y el

tiempo.

Por último, la otra forma que adopta el discurso indirecto es la de un verso libre

no narrado expuesto en los poemas Underwood:

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Pero yo no sé sinceramente qué es el mundo
ni qué son los hombres.
Sólo sé que debo ser justo y honrado y amar a mi
prójimo.
Y amo a los mil hombres que hay en mí, que nacen y mueren a cada
instante y no viven nada.
He aquí mis prójimos.
La justicia es unas estatuas feas en las plazas de
las ciudades.
Ninguna de ellas me gusta ni poco ni mucho no
son diosas ni mujeres. (pp. 87 - 88)

Este discurso indirecto que toma la forma de un verso libre no narrado, combina

enunciados que se dividen en tres apartados. Así pues, en los primeros tres versos

se enfatiza la imagen confundida del enunciador lírico puesto que existe un contraste

entre la negación del mundo exterior y la aceptación de lo que él sabe: formarse en

principios y valores. Segundo, en los tres siguientes, el poeta se refiere a las

diferentes personalidades que existen en el sujeto. Finalmente, se denuncia a la

decadencia de la justicia el cual es representado como una estatua fea. En resumen,

el lenguaje intenta acomodarse de acuerdo a lo que el enunciador lírico quiere

manifestar en cada uno de los apartados, pero la claridad de ello guarda una cierta

complejidad de tal manera que se transgrede la musicalidad y la claridad poética del

lenguaje.

En síntesis, el narrador protagonista transgrede la función poética al presentar

dos formas estéticas del enunciado que se presentan en el discurso indirecto. La

primera combina el verso narrado con la metáfora, el epíteto y el sustantivo; y el

segundo, el verso libre no narrado los cuales rompen con la claridad, ritmo y armonía

del lenguaje poético.

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3.3. La función transgresora del lenguaje erótico y la proliferación de imágenes

irónicas

En La casa de cartón, la ironía como recurso literario tiene la función de transgredir la

función poética del lenguaje expuesto en el discurso indirecto por el narrador

protagonista. Esto se observa a partir del uso del verso narrado que configura el

lenguaje erótico que expresa el poeta al describir la imagen libido del personaje Lalá,

y por la proliferación de imágenes que ironizan a la señorita Muler.

En primer lugar, el narrador protagonista emplea un lenguaje erótico que por

medio del verso libre describe la imagen libidinal del personaje Lalá: “(…) me enseñó

el pezón de uno de sus pechos. Yo me escondí en el mar” (p. 72). Visto así, el lenguaje

erótico empleado por el poeta (narrador protagonista) en este discurso indirecto parte

del uso de elementos que componen el cuerpo de la mujer: “pezón” y “pechos”, son

sustantivos que despierta el deseo erótico de quien relata la historia. A parte de ello,

simbolizan la belleza y la feminidad del personaje Lalá. Por último, “pezón” es la

metáfora que dibuja la imagen corporal de la mujer el cual resalta la sensualidad y la

atracción.

Asimismo, la metáfora del “pezón” no es el único recurso estético que al focalizar

la imagen erótica del personaje Lalá degrada la función poética del lenguaje; sino

también, el uso del verso narrado al describir la figura materna de ella (la madre de

Lalá):

La señora surgió como un sumergible. Vestida de baño, ella no era ella. Los

perniles de la trusa y las mangas del blusón los tenía hinchados de agua. Le

atravesaba la cara, del pelo al mentón, el chirlo de un rojo mechón de cabellos

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mojados, que ella restañaba con la punta morada de la lengua. Un cordón de

escapulario le ceñía, apretado, un hombro como para una sangría. (p.72)

De esta cita, se desprenden dos ideas: la primera se basa en la forma narrativa del

verso libre el cual tiene una forma particular de expresión poética por la ausencia de

la rima y por la distribución irregular de los sustantivos los cuales quebranta la

musicalidad del verso: “Vestida de baño” / “ella no era ella” /“Mangas del blusón”/ “del

pelo al mentón” / “cordón de escapulario” y “cabellos mojados”. Y la segunda, se

refiere al narrador protagonista que en su faz de poeta transgresor, combina al verso

con la exageración metafórica, dando como efecto la connotación del doble sentido:

“La señora surgió como un sumergible” “del pelo al mentón” y “un hombro como para

una sangría”. En síntesis, el lenguaje erótico, la metáfora que dibuja la imagen

corporal de la mujer y la forma narrativa del verso da como resultado la prosa poética.

La otra manera en el que el poeta - narrador protagonista - transgrede la

función poética del lenguaje es mediante la ironía y la proliferación de imágenes que

son expresados en el discurso indirecto al describir a la señorita Muler:

Ella tenía una blusita parroquial y un dedito índice muy cortés. Maestra fiscal.

Veintiocho años. Salud cabal. Resignación cristiana a la soltería. La carita, muy

blanca. La naricita, muy frágil, y unos lentecitos que ataba a la oreja derecha

una levísima cadenita de oro. (p. 56)

Aquí el lenguaje poético se transgrede de dos formas: la primera con el uso de

diminutivos narrados de forma irónica que focalizan la figura de la señorita Muler:

“blusita”, “dedito”, “carita”, “naricita”, “lentecitos” y “cadenita”. Estos sufijos adheridos

al sustantivo cambian el ritmo del enunciado para rebajar la personalidad del

personaje. La segunda, se emplea la proliferación de imágenes por medio de fusión

de sustantivos y adjetivos superlativos de carácter absoluto que buscan resaltar las

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características de Muler en su grado máximo: “maestra fiscal” “salud cabal”

“resignación cristiana” “muy blanca” y “muy frágil”. Por lo tanto, el hecho de rebajar y

resaltar a la vez la personalidad de la señorita Muler indica la contradicción que el

poeta - narrador protagonista - hace del enunciado, transgrediendo de esa manera la

función poética del lenguaje.

En definitiva, la exageración de la metáfora que dibuja la imagen libida de Lalá,

la forma narrativa del verso y el lenguaje erótico expresado por el poeta - narrador

protagonista - así como la contradicción entre diminutivos, fusión de sustantivos y

adjetivos superlativos, transgreden la armonía y la claridad de la función poética del

lenguaje.

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CONCLUSIÓN

En base al análisis realizado, se demostró que en la novela La casa de cartón de

Martín Adán, el narrador protagonista asume el rol de poeta transgresor al infringir la

función poética del lenguaje mediante el discurso indirecto, la anáfora metafórica, la

aglomeración del polisíndeton, la ironía confusa, el verso narrado y el verso libre no

narrado.

De igual modo, se identificó que el narrador protagonista asume el rol de poeta

transgresor al usar exageradamente la paradoja, al alterar el símil y al hiperbolizar al

epíteto, esto cuando describe al personaje Catita, la señorita Muler y la imagen del

malecón de Barranco. Es así como se comprobó que, al romperse la linealidad, el

ritmo y la claridad del lenguaje poético se muestra una nueva forma de belleza basada

en el desorden y la complejidad.

Asimismo, se verificó que el discurso indirecto toma dos formas enunciativas:

siendo el primero la combinación del verso narrado con la metáfora, el epíteto y el

sustantivo que se observó en el consuelo que Catita halla en el lenguaje poético de

la naturaleza expresado por el narrador protagonista ante la muerte del personaje

Ramón; y el segundo, la del verso libre no narrado de los poemas Underwood.

También, se analizó que el lenguaje erótico que usa el narrador protagonista a

partir de la exageración metafórica durante la descripción libida del personaje Lalá; y

la proliferación de imágenes compuestos por adjetivos superlativos, sustantivos y

diminutivos, el cual ironizan sarcásticamente a la señorita Muler, constituyen la

degradación de la función poética del lenguaje.

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En cuanto al enfoque y método que se utilizó en el presente estudio, fue

significativa para el análisis realizado, ya que gracias a ello se pudo dar respuesta a

la pregunta de investigación planteada al inicio: ¿de qué manera el narrador

protagonista transgrede la función poética del lenguaje en La casa de cartón de Martín

Adán?

Por último, después de haber realizado este proceso de investigación surgieron

preguntas que no fueron posibles ser abordadas, y que se sugiere ser estudiadas

posteriormente: ¿De qué manera la función del retruécano en la Casa de Cartón

construye versos hasta el punto de constituirse en una fragmentación caótica del

lenguaje? ¿De qué manera la diseminación de las metáforas determina los rasgos del

personaje Ramón?

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Referencias impresas

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Genette, G. (1989). Figuras III. (C. Manzano, trad.). Barcelona: Editorial Lumen.

(Trabajo original publicado en 1972)

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