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Desarrollo Positivo Ingles
Desarrollo Positivo Ingles
Ultricuria son inatacables desde el momento en que se admi- las Briíáni 'as fu n la tierra elegida del empmsmo, nuen-
ten sus premisas, y esta demostración lógica de un fenome- tra que el raci nalismo ontologist~ se mantuvo más excl~-
nismo anticipado no carece de interés. En segundo término, sivamente en el continente. CualqUlera que sea la causa, et-
conviene observar que el «maestro» parisiense, a diferencia nica o histórica, de esta división de las aptitudes predomi-
del filósofo inglés, no parece haber sentido escrúpulos en pro- nantes-experimentales en un caso, lógicas en el otro--, el
fesar tesis metafísicas que apenas están justificadas por su ambiente filosófico inglés se destacó siempre por una excep-
epistemología. Semejante discordancia entre las exigencias ional preocupación por la experiencia, acompañada de una
críticas y las posiciones doctrinales no es demasiado rara en instintiva desconfianza en las especulaclones incontrolables.
los escolásticos de la baja Edad Media. En realidad, las atre- Esta disposición mental, confiada a sí n:i~ma sin cont:~-
vidas anticipaciones de lógicos clarividentes que preludiaban pesos, había de crear, en filosofía, una fortísima propen~lOn
la crítica moderna conservaron durante mucho tiempo algo al empirismo más radical. Ahora bien, le faltaron su.ce.slva-
de un «juego dialéctico»; solamente poco a poco fueron se- mente dos contrapesos de los más poderosos: el prestigio de
riamente conmovidas las convicciones hereditarias y la crí- las grandes metafísicas antiguas y medievales y, des?ués, la
tica obtuvo un papel preponderante. Vamos a observar las fa- influencia de las creencias espiritualistas. Una vez liberado,
ses principales de este desarrollo real y vivido en el empiris- el espíritu empirista precipitó su evolución. Más adelante es-
mo inglés. tudiaremos, en Hume, su fase final.
206 El empirismo ; Desarrollo histórico
I ositivismo de la filosofía inglesa 207
La mentalidad positiva de los medios británicos, incluso
fuera de la línea empirista, encontró muy pronto su expre- ina 167). «Quod ergo dicit Aristoteles quod ~emons~rat~o
sión culta: la vamos a considerar solamente en tres tipos de yllogismus est faciens scire, intellige~dum est SI experientra
pensadores ingleses que son especialmente representativos de xnnitctur, et non de nuda dernonstratione ... :. (p. 1?8). Tam-
sus respectivas épocas. . (lOl'O las matemáticas-asegura R. Bacon en e.1mismo pasa-
Desde la Edad Media había surgido en Oxford un grupo scapan a esta necesidad del control expenmental.
de precursores de la ciencia moderna, dominados por la per- Pero ¿ de qué experiencia se trata? .
sonalidad tan curiosa del «doctor mirabilis» Rogerio Bacon 1'.1 el ctor medieval sabe definirla con suficiente am~litu?
(hacia 1210-1292). Iniciado en las ciencias por el físico Pe- l' l in 'luir en ella la evidencia r.acio~al (.que .:s un; ~lluml-
dro de Mirecuria y por Roberto Grosseteste, cuyo saber ex- 11u j(lIl naturab ), la gracia de fe y la iluminación mlstl~~. La
traordinario alaba-«nullus scivit scientias sicut dominus 11ricncia-dice-es de dos clases: una, sensible; ~sptr1t~<l:1
Robertus, episcopus Lincolniensis»-, amplió, de manera ex- , ,11' 1:« uplex est experientia; una est per sensus exteno-
cepcional para su época, sus conocimientos-no solamente li- , ,. (1' P 'rienda sensible inmediata y testimonio). Et ha~c
brescos, sino también, con frecuencia, experimentales-de his- 111'1 11'11 ti a cat humana et philosophica ... , se~ ... non sufficl~
toria natural, de medicina, de matemáticas y de lingüística. 1111111 u], fltlja non plene certificat de corporalibus propter SUl
Su valor personal y su influencia científica confieren un al- I ti IIlt ,11'111, l't de spiritualibus nihil attingit. Erg? opo~tet
cance especial a los principios metodológicos que formula en '111'''\ 111111, (111 lrominis aliter juvetur; et ~de~ sancti patnar-
sus escritos.
(111 (1 p"lplll'l al', qui primo dederunt scientias mundo, r~-
Citemos solamente dos o tres líneas del Opus majus que I 111 111111 illuminati nes interiores et non solum stabant ~n
constituyen, por así decirlo, el primer esbozo del empirismo 111 11. 1'.1 • imilitcr multi post Christum fideles, Nal11 graba
inglés; pero de un empirismo que todavía estaba retenido por 1111 j illunrinat multum, et divinae inspirationes, non solum in
el doble contrapeso arriba indicado:
pit lit la lihu , . ed rporalibus et scientiis philosophiae; secu~-
ePositis radicibus sapientiae Latinorum penes Linguas et
111111I '11111r1 I'lololllal'lIs di it in ntil gio quod .dup.lex est .vla
Mathematicam et Perspectivam, nunc volo resolvere radices
(Ir- ('IlÍt'11I1i ;111 notitituu rerum, tina p r xperientiarn philo-
a parte Scientiae Experi1nentalis, quia sine experientia nihil
ophiac, alia pl r divinnm op .rnti: n m.
sufficíenter scire [sciri] potest. Duo enim sunt modi cogno-
scendi, scilicet per argumentum et per eXfrerimentum. Argu- :.I·,l sunt s 'pl '111 ~rildlls huius scientiae interioris ', l!n~s
mentum concIudit et facit nos concedere concIusionem, sed p r illuminati nc pure scientiales. ~lius ?~adus con~lsht m
virtutibus Tertius ... in septern donis Spiritus Sancti, etc ...
non certificat neque removet dubitationem ut quiescat animus
• I'pti111US in raptibus, etc ... :. (Op. cit., p. 168-171).
in intuitu veritatis, nisi eam inveniat via experientiae ... »
(Opus Majus, pars VI, cap. 1, en The «Opus Majus» o] Ro- Así, pues, los canales por los que se nos comunica l.a c~etl-
ger Bacon, edited by J. H. Bridges, t. Ir, Londres, 1900, pá- da. toman, según Rogerio Bacon, las div~rsas formas srguien-
t s de la experiencia:
Positivismo de la filosofía inglesa 209
208 El empirismo : Desarrollo histórico
r presentantes de este «ideal positivos que hizo posible-psi-
1.'1-El conocimiento (o experiencia) puramente sensible.
cológicamente hablando-el rápido éxito de la filosofía empi-
En este punto Bacon está de acuerdo con todas las escuelas
rista.
medievales.
El canciller Francisco Bacon de Verulamio (1561-1626)
2.'1- La tradición histórica, el testimonio. El principio de
intuyó la gran importancia del puesto que las ciencias habían
la experiencia histórica no será tampoco negado; lo mismo
de () upar en el mundo moderno. El principal mérito de su
ocurrirá, por 10 demás, con el «tradicionalismo» profesado por
obra r side en la elocuente y vigorosa protesta que eleva con-
Bacon.
1, a ('1 empleo abusivo del argumento de autoridad v de la
3.'1- La iluminación divina. Esta puede ser puramente na-
c!t'dll('('ión apriorística en las ciencias de observación. Ésta rei-
tural .(illu:nin~~iones. P:'re sci~ntiales), del mismo tipo que Indica 'i' n de los derechos de la experiencia tuvo una reso-
esta eiluminación» divina ordinaria, a la que muchos filóso-
11 IIIC ia inm nsa y prolongada.
fos n:edievales. perten~cientes a las escuelas agustiniana y
NI ~ podríamos decir otro tanto del detalle de los méto-
franciscana atnbuyen Igual papel que Aristóteles al entendi-
tll/ in: 11II't iv s que F. Bacon propone; cuando se apartan de
miento agente. Esa fué, por ejemplo, la tesis que expresamen-
\1 II'V!.I· g't'neral s de la inducción, ya formuladas sumaria-
te enseñaba en Oxford un contemporáneo de Bacon el fran-
111 III!- p'" 1\, i¡.;I{11 I s y brillantemente practicadas por Gali-
ciscano Rogerio Marston. Pero la iluminación puede ser tam-
1" lit 1I11',t "el n ha onianos resultan complicados e impo-
bién ~.?renatural, desde los dones infusos hasta el esplendor
'" dI I IIlpll',I', nunqu no dejen de ser ingeniosos Se l.
de la unión mística.
1I 1 tI 11111 I di 1I,IIIU'I\I(' que son fruto de un pensamiento
Se observará que el fideísmo de Occam encontraría fácil-
11, tI 111" viiI 111{,H('o, más bien que de una experiencia de
mente un puesto dentro de los marcos de esta amplísima «ex-
1"1 ¡,di fa. 1'•. la 111isI1la ir unstancia permite considerar to-
~eriencia». Todos estos filósofos franciscanos, a pesar de los ' ,
f Invin ('(In Ill{lfi • cgurida 1, a F. Bacon no ciertamente como
Importantes matices que los separan, se reúnen para dar cul-
1111 , :~hit, IIIII~ p '1', on~l, sino como representante del espíritu
to al «hecho»-sensible o espiritual-, y de manera instinti-
po III \,0 f l' 11' I h:1 (n\('I nd a su alrededor. El mismo estuvo
va conciben el conjunto del conocimiento humano conforme
illllllld" pr1l tlilllll t'Kpl"iltl, y ri~i' en su promotor inte-
a.l tipo intuitivo receptivo cuyo modelo es la experiencia sen- Ií./.:''111(' l' I IIllIrl t'! dill' ('11 '11 ehcralrlos : uEg- enirn I uc-
sible. En el problema de los universales se harán-lógica-
('IOíl1c.lrI:~ 11111111, pll '1101111 II! tll i 11 'o (1 (' ¡{(fin iuü e et augmen-
mente-ya ontologistas y ultrarrealistas como Duns Escoto
to SC1en~1II1'1/1II, IV, I ,1' 111\11p,lrart !n, enviad s d quic-
ya nominalistas como Occam, porque les falta la idea de una n s di n 1111111 '1'0: 1'11(1 ill/(j/jjl, 1') 11'( IA.IJt ~ae xa.l
«actividad sintética» primitiva de la inteligencia. d\l~p[ll\l (lbid.)
Bacon prosiguió durante algún tiempo, en París, su carre-
1 Véase, por cj mpt , CM ('1 NIIII1"", O/flllll/II/II Olllll"'/'H /0'. IIAt'ON;
ra-frecuentemente contrariada-de erudito y de filósofo. (11\
trad. Rlaux, París, 1845, Llbr 11. IIr .: / Y NN" 111» tl\l1'V(1 ¡(rnM(I('~ nr-tt uln-
Mas los auténticos herederos de su espíritu se encuentran en etones dIO' la teoría ínductlva y los 27 AullILlvl,loll'c'» de IIIR eprorrOl1,'ntlvll9
Inglaterra. Recordemos solamente los nombres de dos ilustres de los hechos» solamente.
t [-I4
210 El empirismo : Desarrollo histórico /'11 1'1"""/11I dI! ltl filosofía inglesa 211
Francisco Bacon no era más que un teórico de la expe- nrrulrs, ilonec ad generalissimas tondem. sit deuenium»
riencia; Newton (1642-1727), práctico a la vez que teórico, I • 11' Ncwton, Optica, Lausanae et Genevae, 1740, lib. III,
.genio incomparablemente más firme y sobrio que F. Bacon, 1"' \ 1, p, J¿C).
se convirtió, a los ojos de los investigadores positivos y de A 1, IHll'S, la «Filosofía experimental» procede analítica-
los filósofos del siglo XVIII, en el modelo casi ideal del sabio. 1111111' por inducción, Parte de los hechos y no admite nin-
La magnitud, la fecundidad y la rigurosa precisión de su 1111 1 (,Illld lIsit n que no proceda directamente de la experien-
obra provocaron una admiración cuya repercusión se hizo sen- r, " hien de un razonamiento riguroso fundado en la expe-
tir no solamente en el ulterior desarrollo de la astronomía y 1 111in. l~t'('lIaza el apriorismo y la pura hipótesis. Su finali-
de la física, sino incluso en el de la filosofía; por razones di- 1111 nlcnnzar las ausas supremas del mundo físico.
versas, Hume y Kant se declaran tributarios del ideal newto-
( 1I.•1Ie10N .wton habla así de las «causas>, creemos-con-
niano. ¿ Cuál era este ideal?
11• "~:1I110,nutc r 's-que frecuentemente entiende verdaderas
Newton 10 apunta en varios pasajes de sus dos grandes
I 111, l'IId 'ni '5» y no simples «leyes» de fenómenos, El
obras: los N atumlis phVlosophiae principia maihemasica y la
1111I in hll'la IIl:tS de una vez la distinción .entre la ley, o
1 Optica; Su ideal es una filosofía experimental que se eleve,
I 11 1 11It'cflllica»- omo la gravitación-, y la «causa fisi-
por análisis inductivo, hasta las causas más universales:
«M eihodus analyticw--escribe-est experimenta capere, JlIIlJljIIIU'III1'di 'ha:
phaenomena observare, indeque conclusiones generales induc- 11I11C'I'11 in r .rurn natura causae efficientes, quarum
tione inferre, nec ex adverso ullas objectiones admittere, nisi JlIII 1\1111101porum haerescant attractionibus admodum
qua e vel ab experimentis vel ab aliis certis veritatibus desu- '1" 11"11 1 !.I/'qllt' ('(¡IISaC,quaenam sint, philosophiae officium
mantur. Hypotheses enim, in Philosophia quae circa experi- " /11 /'1/'/'/;/11"111;1'versando, inuenire» (Optica, lib. III,
menta versatur, pro nihilo sunt habendae. Et quamquam ex '111 \1, p. JI" \'0). «Dtique-declara en otro lugar-, si
observationibus et experimentis colligere inductione, non sit 1\1 1'"lli in h:u phil ophia progressus non quidem statim
utique generalia demonstrare, at haec tamen ratiocinandi me- 1111ti1111I .ul ((I/I\'(I~ primae cognitionem, at certe propius pro-
thodus optima est quam ferat rerum natura, tantoque firmior I 11'1\1('\111 ntl ':1m p .rp tuo adducit, eaque re permagni est .
existimari debet illatio, quanto inductio magis fit generalis. 11111 111el\1 (()/,i'Í('(/., lib. III, (JU. 28, p. 298; cfr. Ibid., pá-
Quod si ex phaenomenis nihil quod contra opponi possit, exo- 11 '1 'C)H, Y lih, 111. '1". 3t, p. 31 abaj, 26 abajo,
riatur, conclusio inferri poterit universalis. Et si quando in \ m, 'C',I(' I.lIl1hi'11 l'rin ipi«, cdirio alt ra, Arnst I la-
experiundo postea reperiatur aliquid, quod a parte contraria I \, 1" 111 /,"'rfulm' I,/¡j///I/J! hl/"rli 1 ('1 ,CIIIlI .xpla-
faciat, tum demum non sine istis exceptionibus affirmetur 1\IIIt'Ila) 1 (' 111111 ,1 tlilkil 111111
ilinr (' lo, !t, tos.
conclusio oportebit. Hac analysi licebit ex compositis rebus 111¡11I1e, 1"" 11 1'1'/11,"" 111\1',h,lt I ,d~~I\I\l1 allO, e -
raiiocinatione colliqere simplices; ex motibus vires mouentes; 11 11111111\111/1 di 11' 111,1'11\d ," '11(1"ro I'Outl.'lII-
et in uniuersuen. ex effectis causas, ex oausis particularibus 1'11 I N, 11111dll 1 I 11 1 111, lid lila nunca
212 El empirismo : Desarrollo histórico /'olitif/ismo de la filosofía inglesa 213
pasa de ser una ley más general que las demás; no podría ser qu m: quippe qui experimentis rem istam nondum habeam
un principio metafísico.» pk ratams (Optica, 2.'1- ed., M onitio altera). ¿ Quiere al-
Lo cierto es que Newton distingue las leyes mecánicas de uien saber cuál es esta explicación física de la gravedad?
las causas físicas y que, en su opinión, la «gravitación uni- Nnda m n s que la «acción del medio», cuya idea ha sido re-
versals no es todavía sino una ley general cuya causa próxi- o~ícla, en el siglo XIX, por Faraday y Maxwell: el movi-
ma puede ser objeto de hipótesis diversas: «Ex phaenomenis llIi -nto de unos cuerpos hacia otros sería debido a impulsos
. naturae, duo vel tria derivare generalia moius principia, et rlcl mcdi elástico (el éter) en que están sumergidos. Por 10
deinde explicare quemadmodum proprietates et actiones re- d IIIÚS,N wton no propone esta explicación más que a título
rum corporearum omnium ex principiis istis manifestis con- 11 pura hipótesis, y adopta la precaución de advertido me-
sequantur, id vero magnus est factus in philosophia progres- d 1II1' 'slc paréntesis: «Iste enim aether quid sit non definio»
sus, etiamsi principiorum istorum causae nondum esseni (OI,lil(J., lib. III, qu. 21, p. 283).
cognitae. Quare moius princiPia supradicta proponere non du- A i, pu .s, el grandioso edificio de la gravitación univer-
bito, cum per naturam universam illa latissime pateant, d objete de admiración para Hume y para Kant-está,
eorumque causas exquirendas relinquo» (Optica, lib. In, 1\ n-nlidad, limitado a una elaboración de leyes qenercdes;
qu. 31, p. 326). p In 1(111. ituy , en el pensamiento de Newton, el propileo ex-
í
Los «generalia motus principia» designan eso que llama- l' I 111 nínl 11(,tina filosofía de las verdaderas causas (véase
mos «leyes mecánicas»; la atracción o la gravitación-fun- /"¡""/';(I, ,'(·d., Amstelodami, 1723, prefacio de Newton,
ción matemática de las masas y de las distancias, suponiendo dc 1 tic' 111,1 'o clt, 16 6, y el prefacio de Rogerio Cotes.-Prin-
que existan fuerzas centrales-pertenecen a esta categoría. ('/'1/, 1)1'/lIlÍlío VILJ, p. S; lib. 1, seco n, p. 147, sobre todo
El newtonismo popular y muchos newtonianos franceses del 1 /I,lio, p. 172-173.-0p,tica, lib. III, qu. 28, p. 297-298,
siglo XVIII erraron al pretender ver ahí una causa física más "C) \ 1: «("alisa attractionis est aliquod principium ac-
bien que una ley general de movimiento. No se necesitaría 111I,11111 ).
otra prueba de ello que la insistencia con que Newton quita
a los términos «atracción» y «gravedad» toda significación
física. Recuérdese el texto frecuentemente citado: «Rationem
yero harum Gravitatis proprietatum ex phaenornenis nondum
potui deducere, et hypotheses non fingo» (Principia, lib. In,
páginas 483-484). En la M onitio altera ad lectorem, escrita
en 1717 para la segunda edición de la Optica, Newton se ex-
presa del siguiente modo: «Et ne quis gravitatem inter es-
sentiales corporum proprietates me habere existimet, quaestio-
nern unam de eius causa investiganda subieci. Quaestionem,