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El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha propuesto que se constituya «de inmediato»

en la ONU un comité para promover el diálogo y llevar la paz a Ucrania, que debería estar integrado, ha
sugerido, por el primer ministro de la India, Narendra Modi, el papa Francisco y el secretario general de
Naciones Unidas, António Guterres. Ese es el plan que trasladará el canciller mexicano a la ONU para
que se busque una tregua en la guerra «de al menos 5 años» avalada por un acuerdo multinacional y
aprobada en el Consejo de Seguridad de la ONU así como el inicio de pláticas con el presidente ucranio
Volodimir Zelenski y con Putin. En su discurso de celebración de la independencia mexicana ante las
Fuerzas Armadas, López Obrador ha reprochado a las grandes potencias no haber hecho lo suficiente
para evitar esa guerra, así como impedir a Ucrania su integración en la OTAN. Consciente de que su
propuesta puede ser desatendida o incluso rechazada por los protagonistas que ha definido para poner en
marcha el diálogo hacia la paz, López Obrador ha remarcado que «suceda lo que suceda, nunca será en
vano luchar por la justicia y la paz».

El mandatario mexicano había anunciado días atrás que su tradicional discurso ante la parada militar se
referiría a Ucrania. No es la primera vez que López Obrador carga contra la organización
internacional, sobre todo cuando desde Naciones Unidas han partido condenas hacia México por
vulneraciones de los derechos humanos, por ejemplo. Para López Obrador, la sospecha lógica es que
«esta guerra está azuzada por los intereses de la industria bélica». López Obrador se ha comprometido a
«seguir demandando su libertad».

El discurso presidencial vino precedido por los que pronunciaron los secretarios de Seguridad
Pública, Defensa y Marina y la Guardia Nacional ha sido la gran protagonista de todos ellos, como cabía
esperar, debido a su reciente incorporación, con fuerte polémica, a la secretaría que dirige el general
Luis Cresencio Sandoval. Algunos de los argumentos para ello, como la incesante militarización del país
a la cual se incorpora ahora la seguridad de los ciudadanos o una eventual opacidad para dar cuenta de
sus actuaciones públicas, han sido combatidos por el secretario de Defensa, quien ha garantizado que el
proceder de las fuerzas armadas «será siempre apegado al marco jurídico vigente, sin aspiraciones ni
pretensiones de ninguna índole más que servir a la patria». «En todo momento», ha dicho Sandoval, el
cumplimiento de las tareas de la Guardia Nacional «estarán subordinadas al poder civil y a la institución
presidencial». La Guardia Nacional cuenta en la actualidad con 118.188 agentes, lo que supone el 78%
del total proyectado para 2024.

La Secretaría de Seguridad Pública federal es el departamento que ha perdido el poder sobre la Guardia
Nacional. A pesar de ello, la titular de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, ha expresado su
convencimiento de que, bajo el mando militar, este cuerpo «consolidará su labor de protección de los
ciudadanos». Rodríguez ha alabado la estrategia de seguridad de su Gobierno, muy denostada por la
oposición, que recuerda que la violencia sigue en cotas altísimas. En un acto de Estado, como el que se
celebra el día de hoy en México, la secretaría de Seguridad ha tenido un discurso eminentemente
partidista, con alabanzas a «la figura de López Obrador, que va creciendo hasta sumar el apoyo de dos
tercios de la población».

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