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LA PAZ ES LA SEGURIDAD

Por: ÓSCAR IVÁN ZULUAGA1


8:00 p.m. 
02 de Septiembre del 2012

“El error del Presidente no es querer negociar la


paz, sino la obsesión por negociarla
prematuramente y a costa de la política de
seguridad.”

No existe un propósito más noble que la búsqueda de la paz. Ese es, sin duda, el
mayor anhelo de los colombianos, un anhelo que las Farc han convertido en uno
más de sus instrumentos tácticos de lucha. Por esa razón, no se es enemigo de la
paz al discrepar de la propuesta de negociación del Gobierno; por el contrario, se
trata de reconocer que las Farc siempre han traicionado la confianza de los
ciudadanos y los gobiernos y de recordar lo mucho que pudimos avanzar con una
política recia de seguridad.

El presidente Santos, en su propio discurso de posesión, les dijo a los


colombianos que todo intento de diálogo con los violentos partiría de unas
"premisas inalterables: la renuncia a las armas, al secuestro, al narcotráfico, a la
extorsión, a la intimidación. No es la exigencia caprichosa de un gobernante de
turno. ¡Es el clamor de una nación!". Tenía toda la razón.

¿Pero acaso las Farc cumplen siquiera con una de esas premisas? ¡Tan solo el
día antes del anuncio oficial de las negociaciones, una bomba de su autoría mató
a seis colombianos en el Meta, dos de ellos niños de 7 años! Semejante crimen
(uno entre tantos) confirma lo que ya sabemos: que las Farc son el mismo grupo
narcoterrorista y que las premisas "inalterables" están lejos de cumplirse.

¿Por qué habríamos de emprender una negociación en estas circunstancias? ¿Y


por qué habría una democracia de concertar con el terrorismo elementos de su

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ZULUAGA, Óscar Iván. Tomado el lunes 10 de septiembre a las 11:24 am de:
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/oscar_ivan_zuluaga/la-paz-es-la-seguridad-scar-ivan-
zuluaga-columnista-el-tiempo_12187507-4
modelo de sociedad? ¿Qué pasará con nuestros soldados y policías cuyas vidas
seguirán en juego durante una negociación que ha renunciado a las premisas
otrora "inalterables"? Y mientras el Gobierno se empeñe en sostener el proceso,
¿quién defiende a los colombianos del terrorismo?
La política de seguridad democrática del gobierno de Álvaro Uribe demostró por
primera vez que el terrorismo sí puede debilitarse a partir de la acción decidida del
Estado.

El retroceso de las Farc fue evidente y todavía están en la memoria de los


colombianos las palabras de Ingrid Betancourt al ser rescatada por el Ejército,
cuando afirmó que la reelección de Álvaro Uribe -la reelección de la seguridad
democrática- era lo peor que les había ocurrido a las Farc. El mandato ciudadano
que eligió al presidente Santos buscaba precisamente la continuidad de esa
política. Ese fue el clamor nacional expresado en la elección del 2010.

Lamentablemente, el presidente Santos ha desatendido ese clamor que lo eligió.


Su error no es querer negociar la paz, sino la obsesión por negociarla
prematuramente y a costa de la política de seguridad.

Ningún camino para la búsqueda de la paz puede hacer a un lado la seguridad


porque, en el fondo, la paz no es otra cosa que un sentimiento estable de
seguridad: seguridad de que la vida propia y ajena no serán violentadas, de que la
propiedad será respetada, de que las libertades serán defendidas por un Estado
eficaz y cumplidor de la ley.

La política de seguridad democrática avanzó muchísimo en la construcción de ese


sentimiento ciudadano que ya ha empezado a diluirse en muchas regiones del
país. Permitir que una negociación sea más importante que el restablecimiento de
la tranquilidad ciudadana por vía de la seguridad delata una errónea concepción
de la paz.

La seguridad democrática no busca otra cosa que garantizar la vida de los


ciudadanos, fortalecer las libertades y acrecentar el bienestar ciudadano.
De la seguridad democrática nace la confianza renovada de los ciudadanos en el
futuro de Colombia. No podemos equivocarnos: la paz, sobre todo la paz
duradera, no es otra cosa que el camino de la seguridad......…………………………
ANÁLISIS DISCURSIVO DE: LA PAZ ES LA SEGURIDAD

El presente trabajo tiene como propósito analizar el discurso planteado por el


periodista y/o columnista de El tiempo, Óscar Iván Zuluaga, utilizando la “dinámica
enunciativa del discurso”, y las dimensiones éticas, emotivas y cognoscitivas
(razonables) presentadas en el libro: “la construcción del proceso argumentativo
en el discurso”, de la autora María Cristina Martínez2. Por las consideraciones
anteriores, este trabajo será de hincapié para conocer los detalles minuciosos
acerca de quién lo escribe, para quién se dirige el texto, y qué propósitos trae
dentro de su enunciado.

Hoy día, de una forma u otra, el país colombiano ha pasado por ciertas situaciones
que la llevan a la crítica desde un campo social, a través de las innovaciones
tecnológicas que ha sufrido con los años, pero que se fortalece con el pasar de los
tiempos ya sea por medio de la prensa,
canales de televisión, redes informáticas,
radio, etc. Cabe agregar que todo esto se
debe gracias a la enunciación concertada
como un discurso político, una conferencia
que está dirigida a un oyente, es decir, a su
comprensión y a su respuesta (Bajtín, 1929);
no obstante, el discurso a tratar es sobre el
proceso a la posible negociación de la paz
entre gobierno y guerrilleros de las Farc, pero hay que tener en cuenta que este
acuerdo se podría estar manejando de manera prematura, dejando pasar por
inadvertida la seguridad democrática.

Para dar continuidad al sentido del trabajo, hay que tener en cuenta el rumbo de la
noticia, el propósito sustancial de la información y quién redactó dicho texto.
Resulta oportuno entonces como primer punto para el desenlace de dicho análisis,
la importancia de la construcción enunciativa de las fuerzas sociales según María
Cristina Martínez (2005) apoyándose del enunciado como resultado de la toma en
cuenta del locutor y del interlocutor, en relación con una opinión, un

2
MARTÍNEZ, María Cristina. La construcción del proceso argumentativo en el discurso. Universidad del valle.
Cátedraunesco. 2005
acontecimiento o las palabras de otro; es aquí donde Martínez destaca tres
sujetos discursivos:

El Enunciador (locutor), el
Enunciatario (interlocutor) y el
ENUNCIADOR ENUNCIATARIO
Tercero (voz ajena, lo
enunciado). Dadas las
condiciones que anteceden, es
necesario precisar que el
enunciador: Óscar Iván Zuluaga
visto como un economista,
columnista que además de
EL TERCERO
haber sido ministro de hacienda
hasta el 2010 y siendo aspirante
para el senado de la república, está dando una opinión a los críticos políticos y al
pueblo colombiano, creando una imagen que ensalza lo que se crea una
posibilidad de doble tensión entre la unión de un Yo y un Tú para criticar lo referido
(Él); lo que se quiere decir simplemente no incumbe una paz verdadera, sino al
intercambio de ideas, al trueque. Se entiende que la “paz” no es un negocio, al
contrario, es algo que debemos tener todos los colombianos por derecho propio; lo
que se busca en aclarar es una paz política concreta; lo que se da a interpretar es
restricción de las libertades, dejando por un lado la seguridad democrática sin
importar el riesgo que se pueda asumir; entonces, por este motivo hay que tener
en cuenta que paz y seguridad vendría siendo parte de un solo enunciado, mas no
como dos palabras divididas que significan algo distinto, porque sin la seguridad
no hay la paz.

Por otra parte, lo conveniente sobre las dimensiones para la identidad de los
sujetos discursivos dentro del enunciado del columnista Óscar Iván Zuluaga es la
de un sujeto racional y competente, argumentando con la tercera voz del
pronombre personal (el) –por medio de << El presidente Santos, en su propio
discurso de posesión, les dijo a los colombianos…>> (utilizando la voz del
presidente santos para concretar su discurso)-, continuamente haciéndose
preguntas, si en verdad la negociación con las Farc pueda prolongar un mejor
futuro de Colombia para el camino hacia la búsqueda de la paz.
Este enunciador es un sujeto razonable debido a la iniciativa de su argumentación,
con una seguridad de contenidos en cuanto a lo escrito, por ser una persona
estratega, preocupado por la situación del país.

Efectivamente, el texto sobre “la paz es seguridad” es sin duda un género político,
manifestando en una construcción tridimensional de un sujeto discursivo
competente, razonable, y demás acude a términos lingüísticos como los
pronombres personales, verbos, citación de voces que refuta y refiere la
problemática que encamina un posible “proceso de paz”.

Para concluir, se alude a la paz como algo que no se negocia, simplemente nos
compete por derecho propio, y que la seguridad es de todos y para todos. Paz y
seguridad son dos palabras que coexisten mutuamente y no se puede dejar pasar
por términos totalmente aislados. No se puede hablar de paz dejando a la
seguridad descuidada, significa entonces una contradicción si no se toman cartas
en el asunto. Aunque vivimos en una sociedad disfrazada por la hipocresía y la
injusticia, en síntesis, lo que se buscaría sería una paz ficticia.

BIBLIOGRAFÍA:

 ZULUAGA, Óscar Iván. Tomado el lunes 10 de septiembre a las 11:24 am


de: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/oscar_ivan_zuluaga/la-
paz-es-la-seguridad-scar-ivan-zuluaga-columnista-el-tiempo_12187507-4

 MARTÍNEZ, María Cristina. La construcción del proceso argumentativo en


el discurso. Universidad del valle. Cátedraunesco. 2005
ANÁLISIS DISCURSIVO: LA PAZ ES LA SEGURIDAD POR ÓSCAR IVÁN
ZULUAGA - EL TIEMPO.COM

INTEGRANTE:
JOSÉ DAVID PATERNINA MARTÍNEZ

PRESENTADO A:
LIC. ARNALDO PEINADO MENDEZ

ANÁLISIS DEL DISCURSO

UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
FACULTAD DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS HUMANAS
LICENCIATURA EN HUMANIDADES Y LENGUA CASTELLANA
VI SEMESTRE

MONTERÍA-CÓRDOBA
2012

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