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2º curso
En las primeras décadas del s. XX, el progresivo declinar del sistema político creado con
la restauración de la monarquía en 1871 y el auge de los movimientos obreros con el
aumento de la conflictividad entre empresarios y empleados, da lugar al aumento de la
violencia política.
En 1909, las fuerzas españolas de Marruecos se ven envueltas en la guerra del Barranco
del Lobo donde sufren fuertes bajas. Para reforzar el despliegue en la zona, el gobierno
llama a reservistas de varias unidades militares. Esto genera un malestar popular pues
los reclutas procedían de las capas más desfavorecidas de la sociedad pues los pudientes
podían librarse del servicio militar por la redención en metálico. Este malestar fue más
intenso en Barcelona convirtiéndose en una huelga general que lleva al levantamiento de
barricadas por toda la ciudad y ataques contra símbolos de autoridad. Para recuperar el
control de la ciudad se desplegaron más de 10mil soldados que tardaron 3 días en
lograron. Casi 80 personas perdieron la vida en los 7 días que duró la Semana Trágica.
Por los incidentes de los meses siguientes, el gobierno de Antonio Maura condena a
muerte a 5 implicados. Todos ellos fueron ejecutados incluido Francisco Ferrer Guardia,
pedagogo anarquista que creó la Escuela Moderna y al que las autoridades, pese a la
Historia de la criminalidad y el orden público
2º curso
La II República fue un periodo muy agitado desde el punto de vista del orden público. Para
mantenerlo se elabora la Ley de Defensa de la República aprobada en octubre de 1931,
tan solo 6 meses después de la proclamación de la II República. La ley contenía una larga
lista de actividades consideradas amenazadoras para la República, incluyendo actos de
violencia causados por motivos políticos o religiosos, actos dentro de institutos armados contra
las instituciones civiles… En varias circunstancias se declaraban huelgas ilegales. Por esta
ley, el ministro de la Gobernación tenía el poder de suspender cualquier reunión de
carácter político, social o religioso. La ley establecía un estado de excepción
(emergencia) permanente que autorizaba al gobierno a suspender numerosos derechos
y libertades y que negaba a los acusados bajo esta ley parte de las garantías procesales.
La ley se sustituye después de ser aplicada en numerosas ocasiones por la Ley de Orden
Público de 1933, texto que se basaba en las leyes de orden público usadas por la
dictadura de Primo de Rivera. Autorizaba al gobierno a decretar estados, cada vez más
grave que el anterior donde podía suspenderse determinados derechos y libertades:
estado de prevención, alarma y de guerra (gobierno sería asumido por autoridades militares
si los poderes civiles eran incapaces de devolver la paz interior al país).
La ley también se usa en numerosas ocasiones por gobiernos republicanos hasta que
durante todo el gobierno del Frente Popular, los últimos 6 meses antes de la guerra civil,
el estado de alarma estuvo vigente de forma constante.
Historia de la criminalidad y el orden público
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En 1933 en Casas Viejas, localidad gaditana, se produjo una sublevación anarquista donde
murieron 2 guardias civiles. La muerte de un guardia de asalto cuando iban a detener a
los implicados dio comienzo a un tiroteo que terminó cuando las fuerzas del orden
incendiaron la casa donde se habían atrincherado los anarquistas, matando a 8 personas.
En las horas posteriores los guardias de asalto fusilaron durante su arresto a 11 personas
más, supuestos militantes de izquierda. Esto supuso un gran escándalo, aunque se
condenó a los oficiales implicados.
La situación política llevó a algunos de los más altos cargos del ejército a conspirar para
derrocar a la República. El organizador de la trama golpista fue el general Mola, capitán
general de Navarra y se decidió que se pondría al frente del Estado al general Sanjurjo,
que regresaría de Lisboa tras el golpe. En un principio, el general Franco, capitán general
de Canarias, rechazó unirse a la conspiración aunque se le consideraba una pieza clave
por su prestigio entre las tropas del ejército de África.
Tras las primeras 48 horas del Alzamiento, el golpe de estado no había conseguido
triunfar, pero el gobierno tampoco había sido capaz de sofocarlo, lo cual dio lugar a la
guerra civil española, que se extendería durante 3 años y terminaría el 1 de abril de 1939,
con la victoria del bando nacional liderado en ese entonces por Franco después de que el
general Mola muriera en otro accidente aéreo.
Historia de la criminalidad y el orden público
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En los primeros años tras la guerra civil española, la actividad armada contra el
franquismo continuó a través de los maquis. Estos tomaban su nombre de la palabra
francesa sobre zonas cubiertas de arbustos y matorrales, y que durante la II GM hizo que
se considerara a los miembro de la resistencia nazis como “maquisards” (los que están
entre matorrales). Como más de 10 mil españoles lucharon en la resistencia, maquis pasó
a denominar también a los guerrilleros que en montañas y zonas abruptas de la Península
lucharon contra el franquismo tras la guerra civil.
Los maquis surgen por 2 núcleos: combatientes republicanos que huyeron a los montes
para evitar represalias del bando franquista y combatientes españoles huidos a Francia,
que terminada la GM regresan para seguir con la lucha contra el franquismo.
Su actividad siguió intensa en años siguientes, con el cambio de estrategia del Partido
Comunista, que dejó a su suerte a partidas en suelo español. La actividad descendió
hasta que en los 1º años de los 60, los últimos guerrilleros fueron abatidos o capturados.
Para combatir a los guerrilleros, a los que autoridades franquistas trataron de despolitizar
calificándoles de bandoleros, el gobierno recurrió a la Guardia Civil. Con frecuencia, los
guardias actuaron por contrapartidas: unidades que recorrían y vivían en los montes
(igual que guerrilleros y usando sus mismas tácticas). La represión se sintió especialmente
en los enlaces: personas que en pueblos y zonas habitadas ayudaban a los maquis
dándoles refugio, información y suministros. El instrumento legar por el que se lucha
contra los maquis fue el decreto-ley de Represión del Bandidaje y el Terrorismo de 1947.
En las dos primeras décadas del régimen proliferaron diversas variedades de robos:
Gran parte de los delitos se relaciona con el control social y político de la población, en
especial de los colectivos considerados peligrosos o subversivos por el régimen.
La Ley de Vagos y Maleantes aprobada en la II República fue una de las pocas leyes que
sigue en vigor durante la dictadura, aplicándose para perseguir la mendicidad, pequeños
hurtos y vagancia, pero también para criminalizar a simpatizantes de izquierda
aplicándose por ambiguas cláusulas que hablaban de la alteración del orden público. Se
usó también para perseguir homosexuales, contra los que no había legislación específica.
Se solían castigar comportamientos homosexuales dentro de las figuras de escándalo
público, abusos deshonestos y corrupción de menores.
En 1970, la ley fue sustituida por la Ley de Peligrosidad Social y Rehabilitación Social.
Las presiones consiguieron que los actos homosexuales pasaran a ser delitos, pero no
la homosexualidad en sí misma.
TOP reprime delitos contra la seguridad interior del Estado pero también actúa como
tribunal de urgencia en los estados de excepción, resolviéndose ante él todos los delitos
cometidos durante esos estados.
Los juzgados por el TOP eran de todas las clases sociales. Una de las características de
su jurisdicción era la potestad de juzgar la rebeldía sin la presencia del acusado, que fue
criticado por los juristas. Igualmente, se abusaba de la prisión provisional. Tramitó más
de 22.000 expedientes y dictó casi 4mil sentencias, de las cuales una cuarta parte fueron
absoluciones. La mayor parte de los casos llevados se basaron en las investigaciones
de la Brigada Político-Social, sección policial que perseguía disidentes políticos.
El 4 de enero de 1977 acaban las actuaciones del Tribunal por la publicación de la Ley de
Supresión del Tribunal de Orden Público. A su vez, fue creada la Audiencia Nacional que
se encargaba de las competencias sobre asuntos de terrorismo de dicho Tribunal.
9. LA TRANSICIÓN
Periodo de cambio político desde la muerte de Franco en 1975 hasta la victoria electoral
del PSOE, en 1982 cuando España pasó de una dictadura a un sistema democrático.
Fueron años de extrema violencia política, siendo los años más violentos del terrorismo
de ETA, periodo de mayor fuerza e intensidad del terrorismo de los GRAPO, la violencia
desestructurada de la extrema derecha y las víctimas de incidentes por las fuerzas de
seguridad y orden público. Alrededor de 600 personas perdieron la vida por ello.
Los sucesos de Vitoria, 3 de marzo de 1976 tuvieron un gran impacto social y político
cuando la policía arrojó gases lacrimógenos a la Iglesia de San Francisco de Asís, donde
habían obreros y trabajadores de las fábricas vitorianas en un proceso de huelgas y
conflictos laborales que habían paralizado buena parte de la industria. Durante el
desalojo, la policía abrió fuego y 5 trabajadores murieron por más de 150 balazos.
En el franquismo, el delincuente común más notorio fue Eleuterio Sánchez, el Lute. Creció
en la cultura de los mercheros o quinquis, sumido en la pobreza y analfabetismo, cumplió
una 1º condena de 2 años por robar 3 gallinas. En 1965 atraca una joyería madrileña donde
murió el vigilante de seguridad y días después en el operativo policial para detenerle
murió una niña de 7 años por balas policiales. El Lute fue condenado a muerte aunque su
condena se conmutó a cadena perpetua. Gran parte de su fama viene de sus fugas. En
1966 se fuga lanzándose de un tren en marcha, donde con un brazo roto recorrió más de
170km a pie antes de ser detenido de nuevo 13 días después. Su 2º fuga, 1971, del penal
del Puerto de Santa María, donde huyó hasta 1973 escondido entre mercheros con los
que tenía lazos familiares y sociales. En 1981 el gobierno lo indultó.
Últimos años del franquismo, actúa el Arropiero, Manuel Delgado Villegas, que comenzó su
carrera de asesinados en 1964 con 20 años. Viene de familia desestructurada, huérfano
de padre y criado por sus abuelos, se movía por entornos de delincuencia y mendicidad
llegando a servir un poco en la Legión de donde lo expulsaron. Se detuvo por homicidio
en 1971 donde confesó más de 40 asesinatos, aunque por las limitaciones de la época y
que confesó crímenes en España, Italia y Francia, la policía solo pudo demostrar 8 y
declaró verosímiles 14. De perfil psicótico y esquizofrénico, la Audiencia Nacional
consideró que no se le podía juzgar por sus crímenes, siendo ingresado en un psiquiátrico
hasta su muerte en 1998. Hoy sigue siendo el mayor asesino de la Historia española.
En los últimos meses del franquismo ocurre un homicidio múltiple. El 22 de julio de 1975, 5
personas fueron asesinadas en el cortijo sevillano de Los Galindos. La asunción de la
policía de que una de las víctimas era el asesino generó una instrucción nefasta que
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2º curso
impidió identificar a los verdaderos autores que a día de hoy sigue sin haberse
esclarecido y cuya responsabilidad penal prescribió en 1995.