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Historia de la criminalidad y el orden público en España

2º curso

TEMA 4: DELINCUENCIA Y ORDEN PÚBLICO EN EL ESTADO CONSTITUCIONAL

1. DELITOS COMUNES, POLÍTICOS Y MORALES

En el s. XIX se produce un enfrentamiento por el control de los mecanismos de seguridad


entre el ejército (que había controlado el orden público en el s. XVIII) y el poder político, es
decir, la burguesía civil. Desde 1700 hasta 1870 evoluciona un modelo de múltiples
instituciones pequeñas y regionales hacia la implantación de una institución de carácter
nacional, con 2 ámbitos diferenciados: el mundo urbano donde surge la Policía y el mundo
rural donde aparece la Guardia Civil.

La Constitución de Cádiz de 1812 asigna al ejército velar por el orden y seguridad interior,
pero crea la Milicia Nacional, un cuerpo no permanente que actúa cuando se necesite en
la provincia a la que pertenecía cada unidad. Su organización era militar y su función
velar por la defensa del orden constitucional, por lo que se vincula con la política, siendo
menos eficaz en la persecución del delincuente.

En el s. XIX, con los delitos comunes, cobraron importancia otros 2 tipos:

- Delitos contra la moral: la homosexualidad, blasfemia, inmoralidad o escándalo.


- Delitos políticos: la altísima conflictividad en España ese siglo hizo que estos delitos
fueran importantes en el orden público y derecho penal. Según la doctrina de los
delitos se incluían en 4 tipos de comportamientos:
o Cometidos por el Estado: asesinato extrajudicial de opositores por el ejército o
fuerzas de seguridad.
o Cometidos contra el Estado: tradición, rebelión o sedición (levantamiento de personas
contra el Estado para derogarlo).
o Constituyen comportamientos lícitos en estados democráticos, pero no en regímenes
autoritarios como la militancia política o sindical.
o Cometidos con intencionalidad política contra indv. concretos por agentes no
estatales, como es asesinato de políticos por sus oponentes.

En periodos de tranquilidad política, aumentaba la relevancia de los delitos comunes


tipificados bajo las innovaciones genéricas de “robo” y “lesiones” que abarcaban amplias
gamas de casos.

A lo largo de la 2º mitad del siglo se produjeron cambios legales, mejorando la tipificación


de los delitos con figuras intermedias y mejor especificadas.
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2. EL BANDOLERISMO

Es una de las formas más características de delincuencia en España. De salteadores de


caminos hay noticias desde la dominación romana y en la Reconquista surgieron los
golfines, cuadrillas que en las fronteras de reinos musulmanes y cristianos vivían del
robo y asalto a ambas sociedades.

El origen de la palabra bandolero hace referencia a los delincuentes para cuya busca y
captura se realizaba un llamamiento público, a un bando. Es el delincuente que reunido
en grupos roba y asalta terrenos despoblados. Es un fenómenos del mundo rural.

El bandolerismo social o romántico es una rebelión individual dentro de sociedades


campesinas, perseguido por el Estado pero aceptado por la sociedad de la que procede,
pudiendo ser considerados héroes. En ello se diferencian de las bandas de delincuentes
profesionales y sociedades donde el pillaje es parte de la forma de vida, como beduinos.

Las características generales del bandolerismo son:

- Aprovecha la falta de coordinación entre fuerzas del orden y administración poco


eficiente.
- Aumentan con crisis de subsistencia, guerras y otras calamidades.
- La conflictividad social lo alimenta y puede crear protestas y motines.
- Aumenta la inestabilidad política y social del país.

En España se habla del romántico entre 1790 y 1830, caracterizado por la figura del jefe,
comienza muy joven por disconformidad situacional o venganza ante una ofensa o daño y
que se convierte en un ejemplo de arrojo e ingenio. El machismo imperante en la sociedad
lo establece como un conquistador, siendo el cuidado de su imagen un rasgo común.

A partir de 1840 se habla de bandolerismo profesional, por cambios socioeconómicos


como el ferrocarril o la Guardia Civil, que acaba con los últimos bandolerismos románticos. Los
nuevos incluyen el secuestro, robo con asesinato o tortura y asalto a las viviendas. El
terror se convierte en parte de la imagen pública que proyectan. Se organizaban en:

- Protectores y amparadores de bandoleros aparentemente honrados que los auxiliaban


con su posición social.
- Jefes y bandoleros que comerían los delitos.
- Informantes que pasaban información a cambio de un pago.

El bandolerismo del retorno se produce al terminar una contienda bélica. En España se


da desde el final de la guerra de los Pirineos en 1795, pero su máximo exponente es tras
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la guerra de Independencia. Se produjo a lo largo de la mayor parte del s. XIX,


perpetuándose por efecto de las 3 guerras carlistas.

Las razones por las que el bandolerismo fue intenso en España son:

- Orografía del terreno, montañoso y repleto de bosques.


- Poca densidad de población = amplios territorios despoblados.
- Inestabilidad política por continuas crisis y guerras civiles.
- Desigualdad en la distribución de la tierra y los medios económicos. Por ello fue más
intenso en áreas con más latifundios (Andalucía, Extremadura y La Mancha).

En reinos de la Corona de Aragón desde el s. XVI, se vinculó a la política, especialmente


en el reinado de Felipe II, cuando partidas locales fueron al monte a defender fueros
aragoneses frente a políticas reales, derivando al bandolerismo puro por la ruta por la
que trasladaban metales preciosos de Castilla a Barcelona, para ir a Italia. En Cataluña,
se vinculó con conflictos entre poderes locales, que reclutaban delincuentes para acosar
a sus contrarios.

En Galicia, alcanzó su punto más acusado en el s. XIX, sin connotaciones políticas y


relacionado con la explotación del sistema de minifundios, que fue incapaz de adaptarse
al aumento demográfico. El hecho de que se robara a la población local puso a esta en
contra de los bandoleros, lo que genera un aumento en la violencia de sus acciones.

En Castilla, el bandolerismo tradicional se centraba en las rutas entre Madrid y Andalucía


y sufrió un rebote en las guerras carlistas. Las partidas llegaron a interrumpir las
comunicaciones con Andalucía. En 1839, Orgaz, ocurrió el hecho más sangriento del
bandolerismo español: los bandoleros mataron a 23 vecinos y secuestraron a otros 11, de
los que 10 murieron fusilados tras ser torturados.

En Andalucía, donde se dio con más fuerza, se caracterizaba por:

- Rompen con la sociedad, refugiándose en montes y sierras.


- Forman partidas numerosas, jerarquizadas y cohesionadas.
- El objeto de robo es variado: ganado, joyas, dinero, comida, ropa…
- Su radio de acción es amplio y los que venían del contrabando les guían.
- Pertenecen a clases sociales desfavorecidas: jornaleros, pastores, mineros…

El s. XIX es la edad de oro del bandolerismo andaluz. El más popular fue El Tempranillo,
que siempre escapó hasta que las autoridades lo indultaron si perseguía a sus antiguos
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compañeros de fechorías. Acaba muriendo en un tiroteo con ladrones, mientras ejercía


de agente de la autoridad.

Con la creación de la Guardia Civil, el Estado dispone de un cuerpo de seguridad que


planta cara a los bandoleros y que acaba con las principales partidas, remitiendo un
fenómeno que parecía endémico en España.

3. PRONUNCIAMIENTOS DURANTE EL REINADO DE FERNANDO VII

Las esperanzas puestas en Fernando VII por los liberales se esfuma cuando el rey, tras su
exilio, disuelve las Corte en 1814, anulando la Constitución liberal de Cádiz y gobernando
de forma absolutista. Muchos de la sociedad no respaldaban esto y el ejército se convirtió
en la máxima expresión de estos sentimientos liberales.

El descontento entre militares liberales, en especial los que habían luchado en la guerra
de Independencia como guerrilleros incorporados a las fulas regulares tras el conflicto,
en un proceso que despertó suspicacias y oposición entre oficiales de carrera. Los
principales cabecillas de pronunciamientos contra el absolutismo entre 1814 y 1820
fueron antiguos guerrilleros: Francisco Javier Mina, Luis Lacy, Juan Martín Díaz…

Entre 1815 y 1820, la agitación de militares liberales fue constante y con pronunciamientos.
Las consecuencias de pronunciamientos fracasados fueron trágicas pues Fernando VII
se mostró implacable y se ejecutó a quienes no pudieron exiliarse a tiempo.

En 1820 uno de los pronunciamientos liderados por el coronel Riego, triunfó y forzó a
Fernando VII a poner en vigor la constitución de 1812. En 1823, las potencias europeas
aprobaron la intervención francesa para devolver a Fernando VII su gobierno absoluto
por la invasión de los “Cien Mil Hijos de San Luis”. Restablecido el absolutismo, el ejército
fue purgado en profundidad. Se condenó a muerte a oficiales de alta graduación.

La represión no tuvo el efecto deseado pues durante 10 años los pronunciamientos fueron
constantes y quebraron la tranquilidad política española entre 1823 y 1833, año en el que
muere Fernando VII.

4. EL PRETORIANISMO

Surge por la inclinación liberal del ejército o las minorías de oficiales muy activos durante
el reinado de Fernando VII. Es la intervención del ejército en asuntos políticos y civiles
del Estado por 3 procesos:

- Desempeño de cargos políticos clave por militares de alta graduación como la regencia
que recayó en Espartero.
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- El papel vital en la fundación y dirección de los grandes partidos políticos como


O’Donnell o Narváez.
- Los intentos de derrocar al gobierno por fuerza, produjo más de 70 pronunciamientos,
golpes, motines y rebeliones militares en el s. XIX.

Las causas del pretorianismo en la España decimonónica son variadas:

- Adoctrinamiento político del ejército, influido por ideas liberales, más entre oficiales.
- La corrupción y debilidad de los poderes civiles frente a los que surgen los estamentos
militares como ejemplo de honradez y compromiso con los valores éticos y morales de
la patria.
- El prestigio institucional del ejército cimentando la guerra de Independencia, que le
hace parecer el salvador de la patria en momentos de peligro.
- El auge de las sociedades secretas en las élites militares.
- Los problemas internos del propio ejército, como el alto nº de oficiales con relación al
de soldados o la baja edad de esos oficiales, que produjo la saturación de las escalas.
Pues al haber tantos oficiales de alto rango y jóvenes, los oficiales de menor rango no
tenían esperanzas de ascender, salvo tras varias décadas de servicio, lo que generaba
descontento, desmotivación y propensión al motín y golpismo como vías alternativas
para ascender en el escalafón.

Existen diferencias entre las intervenciones legales del ejército en la política. Las más
habituales son:

- Pronunciamiento: un oficial usaba las tropas bajo su mando con el apoyo de sectores
civiles o políticos, para desafiar la autoridad del gobierno e imponerle un cambio de
actitud pero sin cambiar el sistema político.
- Golpe de Estado: parte del ejército se subleva contra el gobierno, ayudado por
poderes civiles para imponer un cambio de sistema político.
- Motín: negativa de las tropas a obedecer a superiores. Fue habitual en épocas
anteriores pues estaban mal pagados y equipados defectuosamente. La novedad en el
s. XIX fue que tuvieron motivaciones políticas.

El pretorianismo y la sucesión de pronunciamientos, golpes y motines trae graves


consecuencias a largo plazo, pues en este periodo el ejército se atribuye a si mismo el
poder constituyente, es decir, la facultad de implantar un orden político distinto por un
supuesto derecho a la revolución, percibido en ocasiones como un deber inexcusable.
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Se crea una concepción mesiánica de su función política: el ejército es el salvador último


de la patria cuando los demás poderes son débiles, incapaces o corruptos. Esto arraiga
el subconsciente colectivo del ejército y amplias capas sociales, y brotaría para justificar
la dictatura de Primo de Rivera, la dictablanda del general Berenguer y el Alzamiento de
los generales sublevados en julio de 1836 contra el gobierno de la República.

5. LA CODIFICACIÓN DEL DERECHO PENAL EN ESPAÑA

La evolución de la legislación y el uso de la recopilación generó un caos en el sistema


legal, que se había convertido en poco práctico. El sistema legislativo del Antiguo
Régimen estaba siendo criticado por autores como Leibnitz (precursor de codificación en
Europa). En España, Nebrija (s. XV) y Vives (s. XVI) lo criticaron.

Jeremy Bentham hizo popular la codificación al afirmar que las leyes han de ser pocas,
claras, concisas, completas, sistemáticas y redactadas en la lengua propia de casa país.
Por la falta de sistematización de las Recopilaciones, el Código era 1 texto legal por
materia, sistematizado por un plan previo que cubría todos los aspectos, usando un
lenguaje claro, breve y conciso. Los primeros fueron fruto del despotismo ilustrado en
Prusia y Austria, aunque no supusieron el abandono de las recopilaciones, por lo que el
verdadero proceso de codificación comenzó en la Francia revolucionaria. El 1º código
moderno fue el Código Civil Francés, de 1804, basado en el derecho romano, elementos
del derecho germánico y antiguo francés.

A partir del s. XVIII la doctrina se declina por el pensamiento hacia la reforma, siendo
importante el pensamiento de Beccaria, que defendía unas características relacionadas a
la codificación del derecho penal:

- Proporcionalidad entre pena y delito.


- Prohibición de acusaciones secretas.
- Eliminación del tormento.
- Justicia rápida.
- Supresión de la trascendencia, que trasladaba parte de la pena a la familia del reo.
- Aplicación selectiva de la pena de muerte.
- Igualdad ante la ley.
- Aplicación de penas previstas previamente.
- Humanización en la aplicación de las penas, por los postulados de John Howard.

España elaboró varios código penales antes de la dictadura de Franco:


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- Código 1822: recogía parte de la legislación tradicional castellana, uniéndola a un gran


influencia de los códigos franceses. Era duro en las penas y estuvo vigente varios
meses pues se derogó tras la invasión de los Cien mil hijos de San Luis.
- Código 1848: divide la pena en grados, fijada casi matemáticamente e incluía
atenuantes, agravantes y eximentes. Sus penas eran duras y regulaban delitos
políticos y contra la religión. Era mejor que la anterior pero aún con errores.
- Código 1870: misma estructura que la anterior, incluso piensan que era una edición
revisada. Suprime los delitos políticos y contra la religión y reduce la aplicación de la
pena de muerte. Introduce el correccionalismo: enmienda de los reos como función
de la pena. Se daba a los jueces muchas facultades para limitar la libertad de imprenta.
- Código 1928: reforma de la anterior, efectuada en la dictadura de Primo de Rivera,
introduciendo nuevos delitos políticos.
- Código penal 1932: elaborado en la República, declara la nulidad del anterior y
adaptaba el código de 1870 al republicanismo.

6. LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA DEL ESTADO LIBERAL

Todas las constituciones dedicaron un título a la administración de la justicia. Se reducen


las jurisdicciones especiales con la supresión de la Inquisición y los tribunales
mercantiles. La constitución de Cádiz proclama la unidad de jurisdicción en España y las
Indias, lo que suponía que todo el territorio se gobernaba por los mismos códigos legales.
Esta constitución creó el Tribunal Supremo que exigía responsabilidad por sus actos a
los altos cargos de la administración y los jueces.

Un Real Decreto de 1835 fue la norma más importante en reformas de justicia, creando
juzgados municipales de 1º instancia donde alcaldes y tenientes de alcaldes eran jueces
para procesos civiles y casos penales de injurias o faltas leves. La creación de jueces de
paz que asumieron esas funciones fue en 1855, separando definitivamente la
administración de justicia de la administración municipal.

La Ley Orgánica del Poder Judicial de 1870 sentó las bases del sistema actual, al crear
las circunscripciones, equivalentes a un municipio y en cada una había un juez de paz.
Las circunscripciones se agrupaban en partidos, y en cada uno había un tribunal. Los
partidos se agrupaban en distritos y en cada uno había una audiencia y encima de todos
ellas se encontraba la autoridad del Tribunal Supremo.
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7. LA APARICIÓN DE LOS CUERPOS Y FUERZAS DE SEGURIDAD

La Policía, como cuerpo de seguridad independiente del ejército, se creó en España en


1824, con la función de velar por el libre ejercicio de los derechos y libertades de los
ciudadanos, persiguiendo a los que los vulnerasen y poniéndose a disposición de
autoridades judiciales. Su máxima autoridad era la Superintendencia General de la
Policía. Su estructura quedaba sometida al Ministerio de Gracia y Justicia. En 1886, se
produce el hecho más importante en su organización, al crearse la Dirección General de
Seguridad, de la que deriva la actual Dirección General de la Policía.

Para remediar el contrabando en el reinado de Fernando VII, se fundó el Real Cuerpo de


Carabineros de Costas y Fronteras, divididos en comandancias y a su vez en compañías.
Dependían del Ministerio de la Guerra. Durante la 2º República, los partidos obreros de
izquierda alcanzaron gran influencia entre los carabineros de bajo rango, por lo que, al
estallar la guerra civil, se mantuvieron leales a la República pese a que el director general
tuvo un papel importante en la sublevación. Por eso, al terminar la guerra en 1940, Franco
disolvió el cuerpo, integrándolo en la Guardia Civil.

La debilidad del Estado tras varias crisis en el s. XIX hizo muy inseguros los caminos
españoles. Esto generó varios intentos de establecer un cuerpo de policía nacional. En
1844 se crea la Guerra Civil, dependiente del Ministerio de la Gobernación (organización
encomendada al duque de Ahumada). Sus factores determinantes fueron:

- La necesidad de que la seguridad pública estuviera por encima de alternancias


políticas, creando un instrumento permanente, ajeno a sus cambios.
- Reforma de la propiedad rural, al abolirse señoríos y mayorazgos y la desamortización
eclesiástica de Mendizábal.
- Política de obras públicas que revitalizó los caminos y coincidió con el aumento de
desplazamientos tras la 1º Guerra Carlista en 1840.
- El bandolerismo romántico, criminal y de retorno.
- Impulso a un nuevo modelo de seguridad por los gobiernos moderados que asumen
el poder. Eran partidarios de seguir el modelo francés de la gendarmería: cuerpo
disperso por todo el territorio, de índole militar y con un mando centralizado.

El duque de Ahumada preparó la Cartilla del guardia civil, texto clave en naturaleza y
espíritu del cuerpo y el único que ha perdurado. Su contenido se incorpora al Reglamento
de funcionamiento de 1852, constituyendo la norma básica de la formación humana y
personas de los miembros de la Guardia Civil, con la obligación de saber leer y escribir,
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incentivando la alfabetización de las clases bajas (mayor parte de la tropa). Impone una
serie de normas para singularizar el cuerpo:

- Uso del tricornio (sombrero italiano).


- Prestación del servicio en parejas.
- Casa-cuartel (acuartelamiento y hogar) que integra la esfera personal y profesional de
los guardias, y que se convertía en referencia de la España rural.

Uno de los problemas en los primeros tiempos eran las concentraciones, su traslado al
entorno urbano para reprimir motines o alteraciones políticas, lo que llevaba a la
intervención política y el aumento de la delincuencia en el campo, por lo que se trataba
de evitar. Sin embargo, no se pudo impedir que la Guardia Civil fuera usada como
instrumento político en luchas del s. XIX, combatiendo contra:

- Carlistas: especialmente en Cataluña (1847-1849) durante la guerra de los matiners, que


fue esencialmente un conflicto de guerrillas.
- Republicanos: alteraciones generales en 1848, sublevación de Andalucía en 1856 y
otra en Castilla por el aumento de los precios.
- Progresistas: los gobiernos de la Década Moderada usaron la concentración de la
guardia civil para combatir a sus rivales políticos progresistas.

También se perseguía a prófugos (no se presenta al proceso de reclutamiento en el


llamamiento de mozos, previo al sorteo de destinos) y desertores (huían después del mismo,
al no incorporarse en sus unidades). Cuando eran detenidos, se enviaban a Ultramar si eran
solteros o al batallón correccional de Ceuta si estaban casados, por el tiempo de su
servicio más el tiempo que estuvieron huidos. La plaza del prófugo se cubría por otro
mozo, por lo que con frecuencia no podían volver a sus lugares natales por la tensión
social que generaron sus actos.

La forma habitual de prestar servicio era la correría: salir por parejas a recorrer los
caminos y descampados de su demarcación, de forma sistemática, para la vigilancia,
control y prevención.

La guardia civil se estructuró en tercios, cada uno con nº variable de compañías de


infantería y un escuadrón de Caballería. Tras la Restauración, la Ley Constitutiva del
Ejército (1878) incluyó a la Guardia Civil en el Ejército. La crisis de la monarquía y las
alteraciones sociales marcaron la intervención de la Guardia Civil en sucesos trágicos y
violentos, como los Castilblanco o la revolución de octubre de 1934.

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