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Relatoría Tribunal Superior de Tunja

INASISTENCIA ALIMENTARIA/Requisitos para su configuración/…” sólo


puede ser sancionado como autor responsable de este delito quien pudiendo prestar los
alimentos legalmente debidos, dolosa o intencionalmente se niega a ello. Si este aspecto
no encuentra demostración probatoria, sancionar al procesado por el simple
incumplimiento de la obligación de suministrar alimentos debidos equivaldría a
imponer sanciones con responsabilidad objetiva, proscrita por nuestro ordenamiento
jurídico. En sistemas adversariales de partes contendientes, le corresponde al ente
acusador la carga de probar los elementos estructurales de la conducta punible y a la
defensa las causales que lo exoneren de responsabilidad o por lo menos que se la
atenúen. Con las pruebas practicadas en el juicio oral a iniciativa de la fiscalía no se
demostró la capacidad económica del procesado y de contera no se pudo establecer si
el incumplimiento fue injustificado, como antes se analizó por la Sala.

INASISTENCIA ALIMENTARIA/- Prueba de la capacidad económica del


Procesado/...” Si la fiscalía no probó la capacidad económica del procesado mal se
puede inferir o deducir que éste hubiera evadido voluntariamente el cumplimiento de
su obligación alimentaria.

SENTENCIA 047

TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO


JUDICIAL

SALA PENAL
Sentencia 047 de 2016. Radicación No. 2015-0499-01 Página 2 de 22
Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

Radicación: 2015-0499
Procesado: Ramón Antonio Salinas Aldana
Delito: Inasistencia alimentaria

Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez

Aprobado: Acta 074 de junio 9 de 2016, Artículo 30, Numeral 4º, Ley 16
de 1968

Tunja, veintiuno (21) de junio de dos mil dieciséis (2016). Hora: diez y
treinta de la mañana (10:30 a.m.).

Conoce la Sala del presente proceso en virtud del recurso de apelación


interpuesto por la Fiscalía y la representación de víctimas contra la
sentencia del 1º de julio de 2015 proferida por el Juzgado Primero
Promiscuo Municipal de Guateque mediante la cual absolvió a Ramón
Antonio Salinas Aldana del delito de inasistencia alimentaria.

HECHOS

Carmen Julia Mondragón Daza presentó querella contra Ramón Antonio


Salinas Aldana porque aquel se sustrajo a la obligación de proporcionar
alimentos a su menor hijo Juan Sebastián Salinas Mondragón que le
impuso la Comisaría de Familia de Guateque en acta del 23 de noviembre
de 2009 cuando le fijó como cuota provisional de alimentos $80.000.oo
mensuales a cancelar dentro de los últimos cinco días de cada mes y en
un 50% los gastos requeridos por alimentos, salud, y educación
(matrícula, pensión, uniforme, útiles escolares etc.).
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Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

INDIVIDUALIZACIÓN E IDENTIFICACIÓN
DEL PROCESADO

Ramón Antonio Salinas Aldana se identifican con la C.C. 74.282.159 de


Guateque Boyacá, donde nació el 2 de junio de 1971; hijo de Antonio
Salinas y Ana Alicia Aldana, de 45 años de edad, ayudante de
construcción. Como características personales la fiscalía consignó en el
formato de individualización y arraigo estatura de 1.59 metros, piel
trigueña, cabello tinturado corto y liso, cejas separadas, ojos pequeños
redondos castaños, nariz y boca mediana, labios delgados, contextura
delgada, mentón redondo.

ANTECEDENTES PROCESALES

El 29 de enero de 2014 la fiscalía imputó a Ramón Antonio Salinas Aldana


el delito de inasistencia alimentaria, cargo que no aceptó. El 4 de abril de
2014 se presentó escrito de acusación, realizándose las audiencias de
formulación de acusación y preparatoria los días 27 de enero y 14 de abril
de 2015, respectivamente.

El 3 de junio de 2015 se surtió el juicio oral, anunciándose a su finalización


sentido de fallo absolutorio. La sentencia se leyó el 1º de julio de 2015 y
contra ella interpusieron recurso de apelación la fiscalía y la
representación de víctimas, sustentándolo por escrito.

DE LA PROVIDENCIA IMPUGNADA Y DEL


MOTIVO DE IMPUGNACIÓN

1.- De la providencia impugnada.


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Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

La Juez a quo absolvió a Ramón Antonio Salinas Aldana porque consideró


que la Fiscalía no logró demostrar que injustificadamente se sustrajo de
dar alimentos a su menor hijo JSSM.

Encontró probado con el registro civil de nacimiento del menor JSSM que
el acusado es su padre biológico. Con el acta de conciliación que se
suscribió ante la Comisaría de Familia de Guateque se estableció que a
partir de noviembre de 2009 Ramón Antonio Salinas Aldana se había
comprometido a pagar cuota alimentaria mensual de $80.000.00 para su
menor hijo, más el 50% del vestuario, consistente en 3 mudas de ropa al
año.

Sin embargo no logró probarse que injustificadamente se sustrajo de la


obligación alimentaria que le correspondía, pues la denunciante, madre
del menor JSSM y única testigo de la fiscalía, no proporcionó mayor
información sobre la capacidad económica del procesado y las labores
que adelantó la investigadora de campo se limitaron a vicisitudes muy
puntuales que no demostraron que la situación laboral y socio económico
del acusado le permitía cumplir con su obligación alimentaria, pues dijo
que de las labores investigativas se estableció que trabajaba como
independiente en el sector de la construcción desde hace 10 años, con
ingresos ocasionales de $25.000.00 diarios, información que obtuvo de
vecinos del acusado y de este mismo.

Las pruebas de cargo son insuficientes para acreditar el elemento


normativo “sin justa causa”, teniéndose en cuenta que las personas que
suministraron información a la investigadora de la fiscalía no concurrieron
al juicio a declarar.

El interrogatorio practicado al acusado el 11 de junio de 2013 que se allegó


junto con el informe del investigador de campo, no puede tenerse como
prueba porque el acusado no fue escuchado en el juicio como testigo y de
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Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

esta manera haberse podido debatir lo referente a su capacidad


económica.

Con la sola versión de las declaraciones presentadas por la fiscalía en el


juicio no es posible concluir que Ramón Antonio Salinas Aldana tenía
capacidad económica, pues no obran suficientes elementos materiales de
prueba que ratifiquen el salario devengado durante el tiempo en que se ha
dado la omisión de suministrar alimentos, ni hay prueba que indique cuál
era el estado de salud del acusado, a quien no puede aplicársele la
presunción del art. 129 de la ley 1098 de 2006, estimando la Juez que la
Fiscalía ha debido adelantar una mayor labor investigativa para demostrar
la solvencia económica del procesado.

2.- Del motivo de impugnación.

Tanto la fiscalía como la representación de víctimas buscan se revoque la


sentencia absolutoria y en su lugar se condene a Ramón Antonio Salinas
Aldana como autor del delito de inasistencia alimentaria.

2.1.- De la Fiscalía.

Considera que si bien no se demostró que Ramón Antonio Salinas Aldana


fuera propietario de bienes muebles o inmuebles, sí se logró probar que
siempre ha trabajado en construcción durante varios días a la semana,
recibiendo diariamente remuneración de $25.000.00, circunstancia que el
acusado corrobora en interrogatorio que le fue practicado. Además la
denunciante manifestó en el juicio que desde el año 2009 cuando se fijó
la cuota alimentaria al menor, el procesado no ha cumplido con su
obligación ni con sus deberes de padre de familia, ni en lo económico ni
en lo afectivo.

Tales aspectos contrarían el art. 42 de la Carta Política y el art. 133 del


código del menor, así como la sentencia C-055 de 2010 de la Corte
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Constitucional que hace referencia a la presunción iuris tantum que


establece que a falta de otros elementos de juicio, para fijar la cuota de
alimentos se presumirá que el obligado a pagar alimentos gana por lo
menos un salario mínimo legal mensual vigente. Se vulneran los arts. 44
y 45 de la Carta, coligiendo que de esas normas se evidencia la
singularidad y la importancia del tema en el discurso constitucional, lo cual
indica que no hay excusa para que un padre de familia como Ramón
Antonio Salinas Aldana se haya sustraído sin justa causa del pago de las
cuotas alimentarias debidas a su menor hijo JSSM.

2.2.- De la representación de víctimas.

Considera que no hay duda del parentesco existente entre Ramón Antonio
Salinas Aldana y el menor JSSM, surgiendo de allí la obligación natural de
velar por el desarrollo integral del menor.

El acusado en interrogatorio rendido ante la investigadora del CTI allegado


como prueba documental y agregado al juicio, manifestó que tiene trabajo
y que devenga $25.000.00, documento que tiene valor probatorio y si no
pudo recepcionarse el testimonio del acusado fue por negligencia de este,
debiendo tenerse en cuenta que tanto la denunciante como los vecinos
del acusado señalan que este se desempeña en el oficio de la
construcción, permanentemente y desde hace más de 10 años.

Se probó que en 6 años el acusado Ramón Antonio Salinas Aldana aportó


frente a la obligación alimentaria $80.000.00 y $120.000.00 los días 27 de
abril y 11 de octubre de 2011, pagos que no pueden tomarse como
parciales y de allí poder inferir que ha venido pagando las cuotas
alimentarias.

No es de recibo que por no contar con pruebas que demuestren capacidad


económica del implicado deba absolverse, máxime cuando se cuenta con
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pruebas mínimas que permiten establecer que el acusado sí desempeña


una labor.

Ni el procesado ni su defensor lograron demostrar que no contaba con los


medios económicos para cumplir con la obligación alimentaria y sí pudo
demostrarse que tenía un oficio que le genera ingresos, sustrayéndose
injustificada y dolosamente de su obligación alimentaria, teniendo en
cuenta que la Corte ha manifestado que la obligación alimentaria no solo
está comprendida por la cuota, pues también la conforman la parte
afectiva, como el amor, cariño del padre hacia el hijo, teniéndose probado
que el acusado desde hace 10 años no ve a su hijo, tal como lo dice la
denunciante.

ANÁLISIS Y VALORACIÓN PROBATORIA

1.- Pruebas aportadas por la Fiscalía.

1.1. Marisol Yolanda Celis Castillo (31’ audio 1).

Es investigadora del C.T.I. Al ponérsele de presente el acta de


individualización y arraigo, que se tuvo en cuenta como estipulación
probatoria, respecto a la información laboral leyó que el acusado trabaja
como independiente en construcción desde hace 10 años, devengando
$25.000.00 ocasionales. Para establecer esa capacidad económica dice
que se desplazó a Bogotá, verificó en el sitio de residencia del denunciado
e indagó con algunos vecinos sobre la situación del señor Salinas,
logrando establecer que trabaja en construcción. Se consultó en cámara
de comercio que no registra actividad comercial confirmándose que
trabaja como independiente. Al entrevistar a Ramón Antonio Salinas
Aldana no observó que tuviera algún defecto físico ni trastorno mental ni
discapacidad que le impida laborar, viéndolo muy bien de salud. También
que el acusado reside en el sector norte de Bogotá, recordando que vive
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Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

en una casa en construcción, en el primer piso, en una habitación,


inmueble que tenía baño, cocina y tres camas. También que los vecinos
le manifestaron que vivía ahí con dos hijos, que se le veía en las mañanas
salir a trabajar y que decía que trabajaba en construcción. El acusado no
es propietario del inmueble donde vive, pues paga arriendo y cuando lo
entrevistó solo vivía con los menores.

Contrainterrogada por la defensa la testigo se ratificó en lo señalado en su


declaración sobre algunos aspectos.

Con esta testigo la fiscalía incorporó:

 Acta de individualización y arraigo del condenado, como evidencia No.


1 de la Fiscalía, incorporada para demostrar capacidad e información
laboral del acusado Ramón Antonio Salinas Aldana. La defensa no se
opuso. (Folio 147).

 Interrogatorio al indiciado Ramón Antonio Salinas Aldana (folio 150),


como evidencia No. 2 de la Fiscalía. Tiene fecha 11 de junio de 2013 y
lo practicó la investigadora Marisol Celis Castillo. En esta entrevista el
acusado señala que no sabe cuánto debe a la fecha por concepto de
alimentos porque nunca ha tenido recibo de lo que le ha dado a la
mamá del niño. Que hace una semana empezó a trabajar en
construcción y gana $25.000.00 diarios, trabajo que es ocasional.
También que no tiene problemas de salud, no tiene casa ni carro y a su
cargo tiene a otros dos hijos. Que siempre intenta buscar trabajo pero
solo consigue cosas ocasionales con las cuales alcanza a sobrevivir
con sus otros hijos, siendo su idea ponerse al día con su hijo JSSM.

1.2. Carmen Julia Mondragón Daza (58’ 30” audio 1).

Trabaja en oficios varios en una casa de familia solo dos días a la semana,
ganando $15.000.00 diarios. Sostiene que vive en una casa en arriendo,
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pagando $150.000.00 a Jorge Daza; conviviendo con el padre de su otro


hijo. En la manutención de JSSM gasta aproximadamente $200.000.00
mensuales, careciendo de ayuda para cubrir esos gastos distintos a su
trabajo, expresando que su actual compañero trabaja en construcción y
gana $30.000.00 diarios, persona que ayuda solo con los gastos del hijo
suyo y no respecto a JSSM. A Ramón Antonio Salinas Aldana lo conoce
hace 13 años, habiendo convivido con él solo 3 meses. Dice que su hijo
JSSM cursa el grado 6º, debiendo pagar materiales, onces y los gastos
normales del colegio. A Ramón Antonio Salinas Aldana la Comisaría de
Familia le fijó $80.000.00 de cuota alimentaria, señalando que ninguna
consignación realizó por ese concepto. Antes de esa conciliación ningún
acuerdo por alimentos había tenido con Ramón Antonio Salinas Aldana y
este ninguna colaboración por alimentos tuvo con su hijo, razón por la que
lo demandó. A la fecha Ramón Antonio Salinas Aldana le debe
$5.400.000.00 aproximadamente y ninguna relación tiene con JSSM, pues
nunca lo saluda ni lo llama. Recuerda que Ramón Antonio Salinas Aldana
se fue de Guateque como en el año 2011, época en la que trabajaba en
construcción, sabiendo que era maestro de construcción y trabajaba a
diario. Dice que el procesado no sufre ninguna enfermedad y sabe que
tiene dos hijos menores de edad, cuya madre vive en Guateque.

Contrainterrogada por la defensa dice que la última vez que habló con
Ramón Antonio Salinas Aldana fue en la Comisaría de Familia, en la
audiencia de conciliación, ignorando dónde vive, dónde está, con quién
vive ni en qué condiciones vive.

Con esta testigo la fiscalía incorporó:

 Copia de Acta de conciliación de fijación de cuota alimentaria, custodia


y cuidado, como evidencia No. 3 de la Fiscalía (folio 145). Está fechada
el 23 de noviembre de 2009 y la suscriben Carmen Julia Mondragón
Daza y Ramón Antonio Salinas Aldana, ante la Comisaría de Familia
de Guateque. Se consigna que Ramón Antonio Salinas Aldana se
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Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

compromete a pagar como cuota alimentaria para su hijo JSSM la suma


de $80.000.00 mensuales, dentro de los 5 primeros días de cada mes,
en una cuenta bancaria que la madre del menor abrirá para ese fin.
También que deberá cubrir el 50% de los gastos de educación y salud,
3 mudas de ropa por $60.000.00 cada una y la recreación la asumirá
cuando visite al niño.

2.- Pruebas aportadas por la Defensa.

La defensa renunció a los testimonios que había solicitado y se le habían


decretado, entre ellos el del acusado Ramón Antonio Salinas Aldana,
quien no fue localizado y se desconoce su paradero.

3.- Estipulaciones probatorias.

Fiscalía y defensa dieron por probados:

 Edad del Menor: se probó con copia del registro civil de nacimiento
34361089 del menor JSSM (folio 140);

 Arraigo de acusado y víctima: se probó con acta de individualización y


arraigo (folio 141) suscrita por la investigadora del CTI Marisol Celis
Castillo;

 Parentesco del acusado con el menor

 Antecedentes del acusado: se probó con consulta de antecedentes del


acusado (folio 144).

Análisis Probatorio.

Con base en la prueba la documental y testimonial practicada en el juicio


oral, damos por establecidos los siguientes hechos:
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Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

1. Con el registro civil de nacimiento del menor JSSM se prueba que es


hijo de Carmen Julia Mondragón Daza y Ramón Antonio Salinas Aldana.
Es evidente entonces que Ramón Antonio Salinas Aldana tiene el deber
natural y legal de suministrar alimentos a su hijo en virtud de los artículos
411 del Código Civil numeral 2°, ley 1098 de 2006 (Código de Infancia y
Adolescencia) y artículos 42 y 44 de la Constitución Política.

2. En el acta de conciliación de fijación de cuota alimentaria, custodia y


cuidado, suscrita el 23 de noviembre de 2009 entre Carmen Julia
Mondragón Daza y Ramón Antonio Salinas Aldana ante la Comisaría de
familia de Guateque, el último de los citados se comprometió a consignar
como cuota alimentaria para su hijo JSSM $80.000 mensuales, dentro de
los primeros días de cada mes, en una cuenta bancaria que la madre del
menor abriría para ese fin. También se obligó a cubrir el 50% de los gastos
de educación y salud, tres mudas de ropa por $60.000 cada una y los
gastos de recreación cuando visite al niño.

3. Debido al incumplimiento de las obligaciones alimentarias por parte de


Ramón Antonio Salinas Aldana para con su menor hijo JSSM la madre del
menor como representante legal del afectado formuló la respectiva
querella por el presunto delito de inasistencia alimentaria descrito en el
artículo 233 del Código Penal.

4. Respecto del cumplimiento de la obligación alimentaria tan sólo obra la


declaración de la señora Carmen Julia Mondragón Daza madre del menor
JSSM, quien afirmó que después de la conciliación efectuada ante la
Comisaría de familia el procesado no ha efectuado ninguna consignación
por concepto de alimentos.

5. La investigadora Marisol Yolanda Celis Castillo respecto de la


capacidad económica del procesado declaró, con base en la estipulación
probatoria de individualización y arraigo, que el acusado trabajaba
independientemente en construcción desde hace 10 años, devengando
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$25.000 ocasionalmente. Que para establecer esa capacidad económica


se desplazó a Bogotá, verificó el lugar de residencia del denunciado e
indagó con algunos vecinos sobre la situación del señor Salinas
estableciendo que trabajaba en construcción. Además que al entrevistar a
Ramón Antonio Salinas Aldana no observó que tuviera ningún defecto
físico, trastorno mental o discapacidad que le impida laborar,
observándolo muy bien de salud.

A Ramón Antonio Salinas Aldana se le recibió interrogatorio de indiciado


en el que dijo que hacía una semana había empezado a trabajar en
construcción y que ganaba $25.000 diarios1. Que busca trabajo pero sólo
lo conseguía ocasionalmente, con lo que sobrevivía con sus otros hijos.

La señora Carmen Julia Mondragón Daza, madre de JSSM señaló que la


Comisaría de familia le fijó a Ramón Antonio Salinas Aldana cuota
alimentaria de $80.000. Que Ramón Antonio Salinas Aldana se fue de
Guateque como en el año 2011, época en la que trabajaba a diario como
maestro de construcción.

Es evidente, en sentir de la Sala, que la capacidad económica del


procesado no fue probada por la fiscalía en razón a que las personas que
entrevistó la investigadora Marisol Yolanda Celis Castillo, que le
informaron sobre tal asunto, no concurrieron al juicio oral y por tanto su
dicho a ese respecto constituye prueba de referencia inadmisible.

La capacidad económica de Ramón Antonio Salinas Aldana tampoco se


acreditó con el dicho de la madre del menor ofendido pues sobre este
aspecto tan solo advirtió que éste trabajaba diariamente en construcción
y que se fue de Guateque como en el año 2011, lo que significa que nada

1Téngase en cuenta que ese interrogatorio lo practicó el 11 de junio de 2013 la investigadora Marisol
Celis Castillo.
Sentencia 047 de 2016. Radicación No. 2015-0499-01 Página 13 de 22
Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

expuso a este respecto y menos aún cuantificó las ingresos percibidos por
el hoy procesado.

Adicionalmente nótese que al procesado se le recibió interrogatorio de


indiciado en el que se limitó a señalar que su trabajo era ocasional y que
había empezado a trabajar tan solo una semana antes, es decir por los
primeros días del mes de junio de 2013, pero el procesado tampoco
declaró en el juicio oral por lo que su dicho carece de sustento probatorio.
Pero aun teniéndolo, que no lo tiene, tampoco concretó su capacidad
económica ni mucho menos la cuantificó.

El tipo penal de inasistencia alimentaria tipifica como delictual la


sustracción "sin justa causa" que hace el sujeto activo del comportamiento
a la prestación de alimentos legalmente debidos, entre otros, a sus
descendientes, lo que significa, que es imprescindible y necesario
establecer la capacidad económica del deudor para de contera determinar
si el incumplimiento fue o no justificado.

Dicho de mejor manera, sólo puede ser sancionado como autor


responsable de este delito quien pudiendo prestar los alimentos
legalmente debidos, dolosa o intencionalmente se niega a ello. Si este
aspecto no encuentra demostración probatoria, sancionar al procesado
por el simple incumplimiento de la obligación de suministrar alimentos
debidos equivaldría a imponer sanciones con responsabilidad objetiva,
proscrita por nuestro ordenamiento jurídico.

En sistemas adversariales de partes contendientes, le corresponde al ente


acusador la carga de probar los elementos estructurales de la conducta
punible y a la defensa las causales que lo exoneren de responsabilidad o
por lo menos que se la atenúen.

Con las pruebas practicadas en el juicio oral a iniciativa de la fiscalía no


se demostró la capacidad económica del procesado y de contera no se
Sentencia 047 de 2016. Radicación No. 2015-0499-01 Página 14 de 22
Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

pudo establecer si el incumplimiento fue injustificado, como antes se


analizó por la Sala.

Refulge que no se puede dar por probada la capacidad económica del


procesado, pues no se estableció la existencia de relaciones laborales, ni
su presunta duración, ni mucho menos si devengaba salario y cual su
cuantía. Además de lo testimoniado por Carmen Julia Mondragón Daza
se evidencia un distanciamiento total de ella con el procesado, a tal punto
que ella anuncia que solo convivieron tres meses y que el procesado
abandonó Guateque en el año 2011, circunstancia obviamente que le
impidió suministrar datos concretos sobre su actividad laboral o
económica durante el lapso que ha estado separada del hoy procesado
que permitieran establecer su solvencia económica.

Si la fiscalía no probó la capacidad económica del procesado mal se puede


inferir o deducir que éste hubiera evadido voluntariamente el cumplimiento
de su obligación alimentaria.

Esto es lo que en síntesis se demostró en el juicio.

FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA
DECISIÓN

Exige el art. 381 del C. de P.P. que para condenar se requiere el


conocimiento más allá de toda duda acerca del delito y de la
responsabilidad penal del acusado, fundado en las pruebas debatidas en
el juicio.

Tipifica el art. 233 del Código Penal el delito de inasistencia alimentaria,


para quien se sustraiga sin justa causa a la prestación de alimentos
legalmente debidos, entre otros, a sus descendientes.
Sentencia 047 de 2016. Radicación No. 2015-0499-01 Página 15 de 22
Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

La conducta, como lo ha precisado la H. Corte Suprema de Justicia2, es


de peligro, porque no requiere lesión efectiva al bien jurídico protegido; de
ejecución continuada en cuanto la violación al deber de proporcionar
alimentos subsiste hasta cuando se cumpla con tal precepto; de sujeto
pasivo cualificado en razón a que la persona tiene que estar civilmente
obligada a la prestación de alimentos a favor de un sujeto activo que es el
beneficiario; exige un ingrediente normativo del tipo objetivo consistente
en que la sustracción al deber de proporcionar alimentos sea “sin justa
causa”, lo que implica que esta sea una conducta de naturaleza dolosa.

El deber de suministrar alimentos se deriva del contenido de los arts. 42 y


44 de la Constitución Política, en concordancia con las normas pertinentes
del Código de la Infancia y la Adolescencia.

Este es un delito de los denominados de omisión propia, en los que


subsiste el desconocimiento de una obligación, o dicho de otra manera, la
sustracción al deber constitucional y legal de suministrar alimentos, entre
otros, a sus descendientes.

En el proceso penal está demostrado el origen y la naturaleza de la


obligación alimentaria que tiene Ramón Antonio Salinas Aldana para que
con su hijo JSSM de quien también se ha demostrado tiene la condición
de descendiente de aquel.

Aunque con el solo dicho de Carmen Julia Mondragón Daza se pudiera


dar por establecido que el hoy procesado no ha cumplido con la obligación
alimentaria, como se dijo al analizar la prueba practicada en el juicio oral
la fiscalía no probó la capacidad económica del procesado y por ende si
la sustracción al cumplimiento de su obligación alimentaria fue intencional
o dolosa.

2 Proceso 21023. M.P. Álvaro Orlando Pérez Pinzón. 19 de enero de 2006.


Sentencia 047 de 2016. Radicación No. 2015-0499-01 Página 16 de 22
Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

Bien distinto es sustraerse de manera intencional al cumplimiento de la


obligación pudiendo y debiendo hacerlo, que incumplirla cuando no se
tiene la posibilidad o la capacidad económica, pues nadie está obligado a
lo imposible.

La Honorable Corte Suprema de Justicia en referencia a este tema ha


señalado lo siguiente3:

“…sobre la “causa injustificada” la Corte Constitucional ha dicho que:

El verbo "sustraer", que constituye el núcleo de la conducta punible,


expresa la idea de separarse de lo que le corresponde por obligación,
prescindiendo, en consecuencia, de cumplir ésta. Es una conducta
activa, maliciosa, claramente regulada, de modo que deja de
incriminarse cuando ocurren descuidos involuntarios o cuando se
presentan inconvenientes de los que pueden incluirse dentro de las
justas causas.

Se entiende por justa causa todo acontecimiento previsto en la ley, o


existente fuera de ella, que extingue los deberes, imposibilita su
cumplimiento o los excusa temporalmente, y cuya realización
desintegra el tipo penal.

También es justa causa el hecho o circunstancia grave que se hace


presente en el obligado para dificultarle la satisfacción de sus
compromisos a pesar de que no quiere actuar de esa manera.

La justicia de la causa es determinación razonable, explicable,


aceptable y hace desaparecer la incriminación, cualquiera fuera su
origen o la oportunidad de su ocurrencia (Sentencia T-502 del 21 de
agosto de 1992).

3 Proceso 21023. M.P. Álvaro Orlando Pérez Pinzón. 19 de enero de 2.006.


Sentencia 047 de 2016. Radicación No. 2015-0499-01 Página 17 de 22
Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

6. Cabe precisar que la inclusión de ese elemento dentro de la definición


del comportamiento hace que los motivos conocidos tradicionalmente
como causales de justificación y de inculpabilidad - ahora causas de no
responsabilidad-, y que al lado de otros pueden constituir la “justa
causa”, sean desplazados desde sus sedes al ámbito de la tipicidad.

Así, es claro que concurriendo alguna de ellas, se disuelve la tipicidad


y no la antijuridicidad o la culpabilidad.

7. De la Constitución Política y de las normas que rigen las


legislaciones penal y procesal penal, se desprende que una persona
solamente puede ser juzgada y sancionada después de un juicio
plenamente respetuoso del debido proceso, dentro del cual se demuestre
que cometió una conducta punible, esto es, típica, antijurídica y
culpable.

Tratándose de la primera de esas exigencias, la tipicidad, es menester


verificar si el agente ha recorrido en su integridad todos los elementos
contenidos en el tipo penal, esto es, “las características básicas
estructurales” que la ley ha definido “de manera inequívoca, expresa y
clara”.

Frente al delito que ocupa la atención de la Sala, entonces, el


funcionario judicial debe comprobar, con base en las pruebas
legalmente practicadas, si el agente se ha sustraído “a la prestación de
alimentos legalmente debidos”, “sin justa causa”.

La razón lícita debe ser encontrada, o excluida, a partir de los aspectos


ya tratados, que apuntan a que los alimentos deben ser prestados, en
forma equitativa, por el padre y la madre, pues se trata, sin duda, de
una obligación solidaria.”
Sentencia 047 de 2016. Radicación No. 2015-0499-01 Página 18 de 22
Magistrado Ponente: Dr. Edgar Kurmen Gómez.

Se recaba, que no se probó la capacidad económica del procesado y por


tanto si este se sustrajo injustificadamente al cumplimiento de sus
obligaciones, lo que implica que la fiscalía no desvirtuó la presunción de
inocencia con la que está amparado el procesado.

El impugnante alude a la existencia de una presunción iuris tantum del


artículo 133 del Código del Menor4 y a la sentencia C-055 de 2010 emitida
por la Corte Constitucional que establece que a falta de otros elementos
de juicio, para fijar la cuota de alimentos se presumirá que el obligado a
pagarlos devenga por lo menos un salario mínimo legal mensual vigente,
presunción con la que supuestamente se establecería su capacidad
económica y por ende la voluntaria sustracción al cumplimiento de la
obligación alimentaria.

El artículo 129 del Código de la Infancia y la Adolescencia señala en su


inciso primero que “en el auto que corre traslado de la demanda o del
informe del Defensor de Familia, el juez fijará cuota provisional de
alimentos, siempre que haya prueba del vínculo que origina la obligación
alimentaria. Si no tiene la prueba sobre la solvencia económica de la
alimentante, el juez podrá establecerlo tomando en cuenta su patrimonio,
posición social, costumbres y en general todos los antecedentes y
circunstancias que sirvan para evaluar su capacidad económica. En todo
caso se presumirá que devenga al menos el salario mínimo legal”
(resalta la Sala). Eso significa que el legislador estableció en esa norma
una presunción legal para fijar la cuota alimentaria en los respectivos
procesos de alimentos.

Sin embargo esa presunción por ser legal puede ser desvirtuada por el
deudor dado que nadie está obligado a lo imposible según las voces del
artículo 416 del Código Civil, lo que quiere decir que si se refuta o
desacredita, el juez está obligado a no aplicarla o a relevar al deudor del

4Esta presunción está contenida en el artículo 129 del Código de la Infancia y de la Adolescencia y no
en el citado equivocadamente por el impugnante..
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pago de esa obligación por no obedecer la cuota fijada al salario realmente


devengado.

Sin embargo, esa presunción de ninguna forma sirve para establecer la


responsabilidad penal, como mal lo entiende el impugnante, pues para ello
es indispensable que se pruebe la verdadera capacidad económica del
procesado y una vez establecida, que también se demuestre la
sustracción sin justa causa a la prestación de alimentos legalmente
debidos. Sin duda la única presunción que rige en materia penal es la de
inocencia, que debe ser desvirtuada con las pruebas legales tendientes a
establecer la existencia del comportamiento punible y si ello no ocurre, la
responsabilidad no puede ser declarada y el procesado debe ser absuelto.

La Corte Suprema de Justicia al examinar la presunción legal del art. 762


del C.C., efectuó las siguientes precisiones, perfectamente aplicables a la
presunción del art 129 del Código de la Infancia y de la Adolescencia, así5:

“(…) Ahora bien, en términos generales la responsabilidad es el deber


de asumir las consecuencias de un acto o hecho. No obstante, debe
reconocerse que ella tiene diferentes implicaciones sustanciales y
procesales según la disciplina del derecho de que se trate, pues es
evidente, por ejemplo, que la responsabilidad penal tiene unas
características que la distinguen de la civil. En la primera, la persona
que comete la conducta punible es la que debe recibir la sanción
establecida en la ley y no otro sujeto. En cambio, en la responsabilidad
civil, por ser exclusivamente patrimonial, nada impide que la asuma
otro, pues lo que se persigue es la indemnización por el daño causado.

Por ello, la responsabilidad penal en el delito no puede sustentarse en


una “presunción” porque como ya se anotó, la de “inocencia” a favor
del imputado opera como constante durante todo el proceso penal,
como garantía de que no podrá ser condenado si no se ha desvirtuado

5 Corte Suprema de Justicia. Proceso 23754 -2008 M.P., Sigifredo Espinosa Pérez
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esa presunción por parte del organismo judicial competente con


pruebas legal y oportunamente allegadas.

Esa diferencia justifica que en materia civil la responsabilidad pueda


sustentarse en meras presunciones en los eventos que dispone la ley
conforme a lo establecido en el artículo 66 del Código Civil, el cual
consagra dos tipos de presunciones: las de derecho o juris et de jure y
las simplemente legales o juris tantum, clasificación que obedece
estrictamente al aspecto probatorio. Las primeras por fundarse en
situaciones científicas incuestionables no admiten prueba en contrario,
mientras que las segundas son desvirtuables por esa vía.

La presunción de que trata el artículo 762 del Código Civil, según la


cual, “[E]l poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no
justifique serlo”, es de carácter legal en la medida en que: i) no se funda
en una situación científica incuestionable, y ii) admite prueba en
contrario, pues aunque el hecho de la posesión hace presumir el
derecho de propiedad, ello será mientras no se demuestre que el
derecho lo tiene otro, y siempre y cuando esa posesión se ejerza con
ánimo de señor y dueño.

El que la ley permita probar en contrario lo que se deduce de una


presunción, obedece a que ésta se fundamenta en probabilidades que
en su condición de tales no excluyen la posibilidad de error. Es decir,
dada esa posibilidad de que el hecho que legalmente se presume no
exista, aunque sean ciertas las circunstancias que llevan a inferirlo, es
apenas natural que la deducción sea siempre desvirtuable por “prueba
en contrario”, garantizándose de esa forma el derecho de defensa de la
persona contra quien opera la presunción.

Ahora bien, en materia civil se ha considerado que la consagración de


una presunción legal libera a una de las partes del proceso de la carga
de probar el hecho presumido y que resulta fundamental para la
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adopción de una determinada decisión judicial. Pero en materia penal,


como ya se advirtió, tratándose de la responsabilidad del procesado en
la ejecución de un delito, la Constitución y la ley compelen al ente
acusador a demostrar los elementos que integran esa responsabilidad,
razón por la cual la presunción legal no cumple en este caso el efecto
procesal de invertir la carga de la prueba, motivo por el cual no procede
la aplicación directa de la presunción legal del artículo 762 del Código
Civil en materia penal. (…)”.

Basten estas consideraciones para confirmar la providencia impugnada en


razón a que la fiscalía no logró desvirtuar la presunción de inocencia que
ampara al procesado. En consecuencia, los motivos de impugnación no
están llamados a prosperar.

Por lo anteriormente expuesto, la Sala de decisión penal, administrando


justicia en nombre de la república y por autoridad de la ley,

RESUELVE

PRIMERO.- CONFIRMAR la sentencia impugnada, por las razones


expuestas.

SEGUNDO.- Contra esta decisión procede el recurso extraordinario de


casación.

Quedan las partes notificadas en estrados.

EDGAR KURMEN GÓMEZ


Magistrado
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LUZ ÁNGELA MONCADA SUÁREZ JOSÉ ALBERTO PABÓN ORDÓÑEZ


Magistrado Magistrado

PEDRO PABLO VELANDIA RAMÍREZ


Secretario

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